SLOW SEASON pulsaban el botón de reinicio a finales de 2021 para dar un nuevo comienzo a la banda. Así tras el cambio de nombre a WESTING, e incorporando a la banda al guitarra de ALL THEM WITCHES, Ben McLeod publican su primer álbum ‘FUTURE’. Un álbum inspirado en la imprudencia de la raza humana en el mundo distópico en el que vivimos, y con canciones que suenan a la música que a la banda le gustaría escuchar. Si hace unos años SLOW SEASON nos sorprendían con un sonido inspirado en LED ZEPPELIN, ahora, sin renunciar a ese estilo nacido a comienzos de los 70’s, encontramos a la banda mucho mas madura. Sus ocho emocionantes canciones rezuman rock clásico, boogie-rock, blues ácido y hard-rock atemporal. Siempre con una calidez reconfortante, sus canciones se construyen sobre tonos cálidos dulces melodías y un groovy infeccioso con el que de inmediato logran atrapar al oyente. Impregnado esas vibraciones del rock clásico de los 70’s con buenas dosis de fuzz, hacen que sus canciones proporcionen al oyente una escucha divertida. Porque a veces nos olvidamos que el rock es algo lúdico, y en este álbum eso resulta evidente. Las canciones del álbum nos ofrecen un amplio repertorio de brillantes guitarra, cuidadas melodías y un sinfín de matices con el que consiguen que las mismas resulten cautivadoras y llenas de ritmo. Ese groovy se complementa con pinceladas de rock progresivo, psicodelia y por supuesto el blues y el boogie para que la fiesta sea monumental. Con un agradable aroma sureño, cada pista se presenta como un regalo para cualquier amante del rock de siempre, un rock que con bandas como WESTING, sigue vivo y con un ‘futuro’ esperanzador. La escena necesita más bandas así, porque estos chicos son el hard-rock en estado puro.
WESTING son: Daniel Story Rice (voz, guitarra, teclados), Ben McLeod (guitarra) Hayden Doyel (bajo) Cody Tarbell (batería).
‘FUTURE’ esta disponible Riding Easy Records.

‘Back in the twenties’ es un claro ejemplo del sonido que SLOW SEASON nos presentaron hace años. Teniendo muy presente el legado de LED ZEPPELIN, la canción gravita entre vibraciones de la banda británica, momentos sureños y psicodelia. Guitarras que llenan de luz la atmósfera se van sucediendo en una dualidad sumamente atractiva. Con parones y arrancadas, la canción adquiere un cierto tono doorsiano en su faceta más cálida y sugerente. Un claro ejemplo de la evolución de una banda que no se ciñe al legado de Robert Plant y sus huestes exclusivamente, sino que muestra sus cartas sin rubor. Y la jugada es ganadora sin ningún género de dudas.
A golpe de blues ácido y hard-rock crudo ‘Nothing new’ parece embarcarnos en un viaje con destino a los primeros años de la década de los 70’s. Melodías seductoras, guitarras empapadas de fuzz y un tono colorista, van ensamblando las piezas de una canción brillante y repleta de matices. Si en el corte de apertura pudimos intuirlo, en esta ocasión queda mucho más palpable que las guitarras son uno de los mejores argumentos de la banda, pero también el uso de los registros vocales le sacan de cualquier encasillamiento. Los momentos de ortodoxia blusera contrastan con unos riffs que se vuelven turbios y difusos en un juego instrumental ciertamente fascinante.
En tonos atmosféricos ‘Lost riders intro’ es un interludio psicodélico instrumental que sirve de introducción al siguiente tema.
‘Lost riders’ palpita en un espacio de rock clásico con una cierta inclinación progresiva. Aquí la banda se muestra más contenida en una canción con las aristas pulidas y un sonido suave. Sustentado en atractivas melodías vocales las guitarras aparecen con cautela mostrando su lado más seductor. En un tono más cercano al ‘arena-rock’, WESTING optan por alejarse de estridencias en una canción colorista y una composición bien cuidada.
Los ecos Zeppelin aparecen en los primeros riffs de ‘Big trouble (in the city of love)’. Una nueva canción que recupera el registro vocal que popularizó Robert Plant en los 70’s. Un perfecto ejemplo del sonido de una banda que no tiene complejos en seguir la estela de su referente sonoro. Combinando estribillos y coros, el corte se muestra con un gancho efectivo para atrapar al oyente. Un claro ejemplo de rock atemporal que reivindica un sonido sin complejos ni florituras excesivas. Desde la sencillez, componen otra buena canción.
Empapada por el bucolismo, la suavidad de la melodía de ‘Artemisa coming down’ nos ofrece un gratificante espacio sonoro en el que la dulzura aflora entre luminosas estrofas y delicados pasajes electro-acústicos. En ese ambiente campestre el corte se muestra como un gratificante bálsamo sonoro ideal para poder la pausa en un álbum que no se ciñe a un único estilo. Una hermosa canción en la que no faltan a la cita los brillantes desarrollos de guitarra
Instados en ese calmado escenario, ‘’Silent shout’ mantiene su tono acústico para empaparlo con embriagadoras pinceladas psicodélicas. En esta ocasión la banda incorpora un tono sinfónico en detrimento de riffs más ruidosos.
Sacando nuevamente del cajón el legado de Zeppelin ‘Stanley wu’ se empapa de blues y rock clásico en una atmósfera más propia de los 70’s. El tema se desarrolla en un escenario en el que los aromas del sur aparecen para llenar de luz una canción equilibrada y de fácil digestión.
‘Coming back to me’ cierra el álbum a ritmo de rock and roll, boogie-rock y blues. Sin estridencias, y con una armonía sencilla WESTING muestran que el rock de siempre sigue estando vivo y coleando.