Reseña: BLOOD CEREMONY.- ‘The old ways remain’

Manteniéndose fieles a su pasado y tras siete años de sequía, los canadienses BLOOD CEREMONY regresan a lo grande con un álbum soberbio, con el que expanden su sonido en nuevas direcciones, y a la vez su leyenda. Ha pasado demasiado tiempo sin música nueva de la banda, pero ahora nos compensan, ¡y de qué manera! Porque ‘THE OLD WAYS REMAIN’ es un álbum sin fisuras, con fantásticas melodías, canciones pesadas, guiños folk, mágicas atmósferas, elementos progresivos y con la esencia de la banda brillando en todo su esplendor. Que duda cabe que sus fans desearían un regreso así, y ahora, solo queda caer rendido a sus pies y dar las gracias por esta maravilla sonora. El álbum se inspira en el concepto de espíritus pasados ​​que acechan el presente, lo que está magistralmente encerrado en su música, con unas canciones que vivirán en tu carne y huesos en los años venideros. A medida que su destreza en la composición de canciones crece y su música adquiere colores más profundos y brillantes en respuesta, el cuarteto está perfectamente preparado para renovar su relación especial con los nostálgicos adoradores de los riffs en todas partes. Con la llegada de la primavera, las viejas costumbres lanzarán su hechizo de nuevo. En este nuevo álbum, BLOOD CEREMONY consiguen que sus canciones atrapen al oyente, ya que son de todo, menos aburridas. En cada pista puedes encontrar una narrativa versátil, que siempre hace que las piezas encajen, haciendo que cada giro, cada cambio estilístico, resulte fluido y cautivador. Diversas, hipnóticas y eminentemente maravillosas, con una mezcla sonora de pesadez y alucinación, sus canciones toman el vuelo llevando el sonido de los canadienses a un nuevo territorio, al mismo tiempo que honran el espíritu atávico que los ha llevado a tales triunfos en el pasado. ‘THE OLD WAYS REMAIN’ es un álbum para aquellos que aman las grandes canciones, los grandes riffs y las historias crípticas de los límites exteriores.

‘THE OLD WAYS REMAIN’ está disponible vía Rise Above Records.

BLOOD CEREMONY son: Alia O’Brien (voz, fluta, órgano), Sean Kennedy (guitarra), Lucas Gadke  (bajo) y Michael Carrillo (batería)

Con una entrada ceremonial, los primeros riffs de ‘The Hellfire Club’ parecen devolver a un pasado glorioso. La seductora voz y un tempo contenido pero sólido van desgranando las entrañas de una canción que lleva el sello de la banda. La atmósfera retro recrea ensoñadores pasajes en los que el rock ocultista muestra su lado mas sensual. Mágicos pasajes de flauta, una atmósfera oscura y cautivadores riffs, son argumentos suficientes para caer rendido a sus pies.

Emulando a las bandas hard-progresivas de los 70’s ‘Ipsissimus’ se desarrolla en una atmósfera mas propia de otros tiempos. Con una cuidada melodía, la canción desprende elementos diferenciadores de un trabajo bien hecho. Cambios de ritmos que no entorpecen la trama, y una narrativa fluida equilibran la pesadez de la banda con su lado más aterciopelado. La pista evoluciona a un espacio más pesado y rockero con un ritmo trepidante y algunos solos asesinos.

‘Eugenie’ vuelve a soportarse en el sonido de la flauta en su apertura para crear una ecléctica canción con variadas influencias estilísticas. Con una armonía sencilla y repetitiva, los canadienses van coloreando la pista con gotas de blues, estribillos melancólicos y un ritmo luminoso que les aparta por momentos de sus tonos ocultistas. Un cierto exotismo se incrusta en bellos pasajes de guitarra manteniendo el magnetismo de una pista sosegada pero que no te da pausa. La entrada del órgano hace que la canción mute a un espacio vintage, en el que los ritmos calientes y los vientos nos sumen en un cautivador corte retro. El tema resume la facilidad de la banda para modular sus canciones.

Instalados en esos escenarios vintage que tan bien saben crear, ‘Lolly Willows’ mira al hard-progresivo de los 70’s con una mirada creativa. Con una melodía pegadiza la canción avanza custodiada por una potente base rítmica y numerosas cabriolas que hace que su escucha sea divertida y fluida.

En un tono más poppie y florido,  ‘Powers of Darkness’ desprende un néctar almibarado mas propio de los 60’s o 70’s. Suave, con coros celestiales y una voz apacible y seductora, la canción no ofrece una instrumentación enrevesada, pero siempre con su punto pesado. No hay que confundir lo suave con lo ñoño, y aquí encontramos el ejemplo perfecto, ya que la guitarra no falta a su cita para ofrecernos su particular néctar en forma de solo afilado.

En un tono más rockero ‘The Bonfires at Belloc Coombe’ recrea pasajes de puro rock 70’s. Siempre con la cautivadora voz de Alia, poniendo el contrapunto a la contundencia de sus riffs, y consiguiendo el equilibrio y ese poder cautivador que imprimen a cada pista. Dando un giro en su segunda mitad, el corte desciende a un espacio más psicodélico por momentos. Un breve espejismo, ya que la flauta y un ritmo trepidante nos devuelven a un aquelarre de hard-prog de clara inspiración 70’s.

‘Widdershins’ se empapa de acidez para crear un sonido más dinámico e incisivo. Con pasajes proto-doom a los que se une la flauta, los canadiense construyen una pista pesada, oscura y mágica a partes iguales.

Retomando las melodías aterciopeladas ‘Hecate’ es una pista con sabor a miel en el que la psicodelia pop de los 60’s se refleja con acierto. Una pista vintage, en la que la banda deja de lado su sonido más reconocible. Toda una paradoja que una banda como ellos, compongan canciones así, y estas resulten auténticas y fascinantes. A buen seguro, será una sorpresa par a muchos de sus seguidores.

Dejándose llevar por el folk progresivo ‘Mossy Wood’ aporta aromas rurales con un dulce sonido de flauta. Siempre con la cautivadora voz como abanderada, la canción combina mágicos pasajes de flauta con una estructura más rock. Por momentos enigmática, la pista se balancea en un espacio ocultista

Song of the Morrow’ pone el epílogo a este maravilloso álbum con suaves coros y dulces melodías que conjugan los elementos usados en el resto de las canciones. Mirando a la West-coast, el tema se contiene por momentos, dejando que su armonía mute suavemente entre pasajes psicodélicos golpes pesados y una estética cambiante.

Blood Ceremony

Rise Above Records 

Reseña: GIÖBIA.- ‘Acid disorder’

Los italianos GIÖBIA a estas alturas son ya unos veteranos en la escena psicodelia contemporánea. No en vano llevan más de una década publicando maravillosos álbumes que conjugan el legado de la psicodelia más almibarada y espacial de los 60’s, con las tendencias de la nueva psicodelia del siglo XXI. En su sexto álbum ‘ACID DISORDER’ mantienen la evolución de su lisérgico sonido, con ocho pistas que llevarán al oyente a estados alterados de conciencia, encantado a sus fans por el lado lisérgico de la música que es a la vez familiar pero también sumamente innovador. Con esa sensación de que alguna de sus melodías resulta familiar, construyen su particular puente entre el cosmos y la realidad cotidiana. Un viaje volátil  en el que las melodías ensoñadoras, flotan en el espacio sideral en un éxodo hacia nuevas dimensiones inexploradas reconfirmando el gusto puramente rockero de la banda y su inclinación por el encanto y el misterio de las bandas sonoras de ciencia ficción. Su fluida narrativa se adorna con atmósferas etéreas en las que los sintetizadores y las guitarra exhalan todo su poder psicotrópico con tono siempre futurista. Toda una paradoja que la base de su sonido se encuentre décadas atrás, y que el mismo mire siempre hacia el futuro con un espíritu innovador. Estamos ante un álbum cautivador, con momentos progresivos llenos de belleza, y  en el que podemos escuchar ciertas influencias de kraut-rock en línea AMON DUUL o ASH RA TEMPLE, así como referencias al legado de HAWKWIND, envueltas en un halo vintage más propio de films de Serie B. Si todavía no has entrado en el particular reino lisérgico del cuarteto italiano, ‘ACID DISORDER’ es un magnífico aliciente para hacerlo, una vez allí, te será difícil escapar de su particular agujero negro, ya que cada una de sus canciones, mantiene una narrativa fluida, en la que todo puede suceder.  

GIÖBIA son:

Bazu – Voz y guitarra,
Detrji – Bajo
Melissa – Sintetizadores y voz
Pietro – Batería

‘ACID DISORDER’ fue grabado en Elfo Studio en Piacenza, Italia, entre marzo y octubre de 2022. Diseñado y mezclado por Daniele Mandelli y Bazu, siendo masterizado por Giovanni Versari en La Maestà Studio. La obra de arte fue diseñada por Trevor Tipton, estando disponible a través de Heavy-psych Sounds Records.

‘Queen of wands’ inicia la exploración por insondables espacios cósmicos. Psicodelia futurista gravitando en el particular cosmos sonoro de los italianos. Teclados y sintetizadores atmosféricos, elementos progresivos y ritmos hipnóticos, van tejiendo la base de un corte espacial que navega con pausa por recónditos parajes siderales. Una misteriosa banda sonora de ciencia ficción con ecos sinfónicos describiendo el vacío   astral. Con una parte central más sosegada las vibraciones floydianas afloran con sutileza evocando a los grandes dinosaurios progresivos de mediados de los 70’s. melódico y suave, el corte parece susurrarnos en su transitar por esos insolubles entornos sonoros.

El ensoñador mundo de los italianos se nutre de celestiales voces en ‘The sweetest nightmare’. Creando una nebulosa y densa atmósfera las voces etéreas sobrevuelan entre la espesura de sus riffs pesados. Un tono de neo-psicodelia aparece en sus intrincados y variables desarrollos instrumentales. Un turbio corte con dos caras diferentes, ya que las dulces voces contrastan con la pesadez de algunos momentos de un corte en el que encontramos elementos progresivos.

En un tono más propio del rock espacial ortodoxo, ‘Equals energy’ contiene predominantes pasajes de sintetizadores entre golpes de riffs rugosos. Con voces que juegan con la robótica provocando un efecto hipnótico y ciertas pinceladas kraut, el corte mantiene el flujo cósmico en una atmosfera oscura y futurista. Los psiconautas italianos saben cómo manejar la nave para atravesar el espacio sideral en busca de nuevas rutas para su sonido.

Con una entrada aturdidora, los fuertes tambores de ‘Screaming souls’ crean un ambiente inquietante en la apertura de la pista. El flujo lisérgico se nutre de elementos futuristas en un paseo por la psicodelia del siglo XXI. Sustentado en sintetizadores y en un ritmo trepidante los efectos crean una espesa neblina que envuelve un corte magnético y vibrante. La difusa atmósfera mantiene las subidas y bajadas de intensidad en una tormentosa travesía sideral hacia el infinito. Empapado con aterciopeladas melodías casi shoegaze, la canción fluctúa sin perder nunca el rumbo en un avance que no tiene vuelta atrás.

Pocas cosas cambian en ‘Blood is gone’. Otra canción psico-espacial adornada con elementos lisérgicos y un aroma vintage que contrasta con su carácter innovador. Con una sucesión de giros y ornamentos la canción se nutre de meandros que colorean un sonido turbio y sumamente lisérgico. Manteniendo la tensión, riffs más rugosos aportan la fuerza a un corte con unas entrañas sólidas y devaneos que hacen mutar su intensidad. Nuevamente se vislumbra un cierto carácter progresivo acoplado a la nave nodriza de los italianos. Un gran trabajo compositivo en una canción con numerosos e interesantes elementos insertados en su melodía principal.

Circo gallattico’ resulta un nombre demasiado evidente para indicarnos el contenido de sus surcos. La aturdidora psicodelia espacial se impulsa por un flujo de ritmos hipnóticos entre efectos y sintetizadores. Con la maquinaria a pleno rendimiento GIÖBIA juega con los elementos cósmicos en otra canción que atraviesa estrellas y supernovas. Variados pasajes progresivos van moldeando las numerosas formas que el corte adopta en su desarrollo. Una experimentación que parece no tener límites y que acaba por construir un tema lleno de complejidad.

En un nuevo giro argumental ’In line’ explota los momentos más psicotrópicos del álbum con un sonido volátil en el que la guitarra y lis sintetizadores tejen una espiral psicodélica entre lánguidos pasajes vocales. Toda una barrera magnética que hace que el corte rebote en si mismo sin salir de la cúpula de sus hipnóticas vibraciones siderales. Con voces que se replican entre ecualizaciones, se mantiene un tono progresivo modificando el espíritu de la lisergia en la se impregnan sus surcos.

‘Acid disorder’ se desarrolla en un escenario más propio de bandas como DEAD MEADOW. Sus voces etéreas y los elementos de neo-psicodelia, transcurren en un plácido espacio de calma. La banda envuelve la canción con una cortina turbia y borrosa añadiendo un carácter más psicotrópico a la suavidad de sus acolchadas melodías vocales. Usando los teclados para emborronar el ambiente, los elementos espaciales se alternan con pasajes de rock más propios de una banda vintage. Es como si no quisieran renunciar al pasado, ni a seguir explorando nuevos caminos para desarrollar sus composiciones.  

GIÖBIA:
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HEAVY PSYCH SOUNDS:
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Reseña: SMOKEMASTER.- ‘Cosmic connector’

Desde que escuche sus primeras canciones, SMOKEMASTER me cautivaron por su forma de conjugar el legado de los 70’s con la psicodelia del siglo XXI. En las tres ocasiones que he disfrutado de su música en directo, he visto a una banda que crecía y crecía. Ahora, con la publicación de su segundo álbum ‘COSMIC CONNECTOR’, la banda parece asentarse en un sonido propio en el que encontramos numerosos ingredientes del rock, de la psicodelia y el blues de los 70’s y finales de los 60’s. Canciones suaves,  ricas en matices , que no dudan en explorar territorios psico-progresivos, ni tiene miedo de emprender travesías sonoras a través del espacio sideral. Porque estos chicos componen canciones que fácilmente conectan con el oyente. En ‘COSMIC CONNECTOR’ el quinteto de Colonia presenta 6 piezas inéditas con una gran diversidad estilística con cuidados detalles y arreglos. Probablemente esto es solo una forma de manifestar que la banda, a pesar de seguir buceando en las profundas aguas del rock de los 70’s, imprime a sus canciones un carácter más personal con el que consiguen un sonido distintivo. Con un espíritu de jam latente, cada composición nos ofrece un abanico de posibilidades sobre su propuesta psicodélica. Porque este segundo álbum incide en la formula que nos presentaron en su álbum debut, pero magnificada en un sonido lleno de encanto para cualquier amante de los sonidos vintage y de la psicodelia. Sin grandes canciones rockeras, SMOKEMASTER siguen bebiendo del legado de bandas como The Doors o Pink Floyd (por citar solo algunas) logran crear un álbum cautivador y lleno de magia. El álbum cuenta con la colaboración del maestro EROC, quien grabó el álbum, siendo mezclado por Leonard Vaessen (Circus Electric, Vug), con un resultado brillante y sumamente apetecible para el oyente.

SMOKEMASTER son: Jerome ‘Jay’ Holz’ (guitarra), Tobias ‘Tobmaster’ Schmidt (bajo y guitarra), Björnson Bear (guitarra y voz), Lukas Bönnschen (batería, y voces) y Tobias Tack (teclados y sintetizadores)

‘COSMIC CONNECTOR’ está disponible vía Tonzonen Records.

‘Cosmic connector’ se desarrolla entre vibraciones floydianas auspiciadas por unos incesantes efectos envolventes. La banda nos sume en un borroso trance lisérgico con elementos espaciales del que salen con hipnóticos pasajes psico-progresivos de vocación vintage. Con los teclados dirigiendo el corte a ese insondable entorno, la pista avanza con un ritmo cadente pero pausado, sobre el que se colorean pasajes de sintetizadores y sutiles guitarras.  Con un aroma mas propio de los 70’s construyen una canción instrumental que gravita sobre el legado de la kosmiche music. En su parte final, la pista despega en una exploración sideral de grandes dimensiones en la que SMOKEMASTER ponen la maquinaria máximas revoluciones.

Cambiando completamente el registro, ‘Rolling’ es una canción de puro alma vintage. Suaves voces, así como pinceladas doorsianas, se unen sobre una armonía sólida y colorista. El espíritu retro de los alemanes queda reflejado en una canción con sabor añejo y aterciopeladas melodías que nunca sobrepasan el nivel. Una sencilla pero agradable canción de fácil digestión para el oyente en la que el alma blues aflora con delicadeza imprimiendo una mayor fuerza al corte. En la pista también aparecen guitarras españolas herederas del legado de Al Andalus, y un inequívoco aroma a The Doors convirtiéndola en una bella canción psico-progresiva.

Los fuertes tambores iniciales de ‘Animal’, nos dejan claro que aquí las cosas se vuelven mas virulentas. El órgano vintage y constantes giros doorsianos en la narrativa vocal acercan el corte al corazón de los 70’s. Con una composición elaborada SMOKEMASTER consiguen ofrecernos una canción más propia de décadas pasadas, manteniendo ese espíritu vivo. Oscilante en su intensidad, la pista se toma sus parones y arrancadas como un reto con el que seguir con la mirada al frente. La canción nos ofrece magníficos solos de guitarra unidos a su cambiante instrumentación haciendo que todo resulte atractivo para el oyente.

En una oda a la paz y al verano del amor ‘War piece’ palpita lentamente entre suaves acordes de guitarra y una voz ensoñadora. “Tanta gente en el mundo sigue siendo tan negado a vivir en paz», explica el cantante Björnson Bear «y como somos músicos y no políticos, por supuesto que no podemos resolver los conflictos, pero creemos que la paz debe ser el primer paso”. Trascendentales melodías coloristas van tejiendo este hermoso tapiz sonoro en el que la psicodelia nos aporta un halo de esperanza. La cautivadora voz y una instrumentación contenía y suave van creando este cuadro sonoro coloreado con apacibles pasajes psicodélicos. Al mas puro estilo Jim Morrison, los pasajes recitados dotan de un tono chamánico a una canción llena de esperanza.

En un tono mas misterioso, una fuerte línea de bajo y unos tambores ceremoniales nos invitan a un trance chamánico en ‘Forest’. Vientos orientales y un entorno nebuloso expanden nuestra mente a un mundo de sensaciones. Las reminiscencias doorsianas se trasmutan en un corte psicodélico con una innegable alma vintage.  Pasajes recitados y una inquietante instrumentación, van construyendo un misterioso relato en el que los cantos devocionales afloran con tonos ceremoniales.  

‘American dreamt’ pone el broche de oro a un magnífico álbum con una composición cercana a los diez minutos en la que reflejan toda su maestría. Desde la apertura hipnótica y tripi, el corte se llena de luminosidad para transmitir buenas vibraciones al oyente. Elementos de psicodelia aromatizada, una vocación cósmica, y un absoluto respecto por la música de los 70’s, son las bases sobre las que se sustenta esta hermosa canción. El dinamismo rítmico, las melodías ensoñadoras, y la firmeza de sus riffs, son argumentos suficientes para caer rendidos ante esta pieza sonora de gran belleza. Rica en matices, la canción incorpora locuciones y un carácter hipnótico que hace que su psicodelia eclosione en una deflagración de luz y de color en la que caben diferentes referencias estilísticas con un resultado magistral.

Smokemaster

Tonzonen

Reseña: DOMMENGANG.- ‘Wished eye’

‘WISHED EYE’, el nuevo álbum de DOMMENGANG, es todo un regalo para cualquier amante de la psicodelia del siglo XXI. Capturando la fuerza de sus shows en vivo, el álbum ofrece innovación de guitarra, ritmos serpenteantes y percusión propulsora con un alegre abandono en un viaje en el que la banda ha encontrado la clave, combinando su naturaleza desde la euforia a la trascendencia. Psicotrópicos momentos más propios de Earthless, se mestizan con pasajes herederos de Pink Floyd, y tonos neo-psicodélicos cercanos a bandas como Dead Meadow o All Them Witches, para construir un sonido personal, con su propia esencia. La banda juega con los elementos y los tiempos, para llevarnos a surcar el cosmos o a invitarnos a una introspección meditativa sin salir de casa. La irresistible guitarra impregnada de profunda psicodelia ácida, una percusión poderosamente expresiva y algunos tonos de bajo devastadoramente sucios, unidos a la entrega vocal dual de Markham y Wilson, así como letras bien pensadas, solo impulsan esta fuerza de la naturaleza que es ‘WISHED EYE’. Un álbum exquisito, serpenteante, en el que los hongos mágicos han esparcido su dietilamida para sumirnos en un trance sensorial llevo de alicientes. Cautivador, aterciopelado, y exuberante, su magistral contenido parece abrir un nuevo camino en la exploración compositiva de la banda de Portland. Porque este álbum es un catálogo de la psicodelia del siglo XXI, una psicodelia que no tiene límites, y que al margen de innovar tratando de abrir nuevas rutas, en sus surcos, la banda es fiel al legado de los pioneros psicodélicos de los 70’s, ofreciéndonos su particular fusión de estos elementos.  ‘WISHED EYE’ es el álbum de estudio de una banda que, en vivo, enciende la liberación caótica y la meditación de otro mundo. Para capturar esta energía y libertad en el estudio, el trío grabó todas las canciones juntas en una cinta y dejó que la experimentación se volviera loca. De hecho, este viaje de exploración estuvo vinculado a que todos los miembros se trasladaran a Portland, (Oregón), encontrando un nuevo hogar para que florecieran sus ideas. Markham explica: “Tocamos varias veces a la semana durante dos años, a veces sin otro objetivo real que tocar música y hacer ruido juntos. Muchas noches fueron seguidas por patios traseros alrededor del fuego”. Sig elabora: «Fuimos al ensayo sin más expectativas que dejar que cada idea respirara y dejarla actuar todo el tiempo que fuera necesario». Al trabajar sin restricciones ni limitaciones de tiempo, pudieron profundizar más que nunca en sus experiencias compartidas. Hablar de obra maestra, siempre puede resultar algo pretencioso, pero si este trabajo no lo es, sin duda está es un lugar cercano a serlo. Si te queda alguna duda, no seas tímido, abre tu mente, y déjate llevar…

WISHED EYE’ está disponible vía Thrill Jockey Records.

Evocando la serenidad de la belleza natural del noroeste del Pacífico, “Runaway” hace brotar lentamente sus suaves melodías. Un fuerte ritmo y voces etéreas afloran en un gratificante bosque sonoro en el que la psicodelia crea una acogedora atmósfera. Un espacio de gran belleza que parece susurrarnos con balsámicos pasajes y guitarras que hacen emanar narcóticas sustancias psicotrópicas. En corte tiene la facilidad de envolverte en ese cautivador y gratificante espacio sonoro presidido por el néctar de hongos mágicos. 

Mucho mas psicotrópica y pesada ‘Society blues’ encuentra la banda en un humeante escenario de blues psicodélico. Solos extenuantes explotan en una bacanal mas propia de bandas como Earthless, en una mutación hacia el blues de All Them Witches. Un espacio caleidoscópico que nos atrapa aletargándonos entre solos chirriantes. En una huida hacia adelante, el corte eclosiona con brillantes momentos de pesadez y una atmosfera aturdidora. Serpenteando en su transitar, las guitarras se desdoblan en una orgía psicodélica de grandes dimensiones con la dietilamida como protagonista.

Con fuertes influencias floydianas ‘Last Card’, es una balada entregada con verdadera vulnerabilidad y sinceridad. Auspiciada por una hermosa melodía y reconfortantes voces, el corte nos acaricia con delicadeza. Contenido en su ritmo, los desarrollos instrumentales se nutren de numerosos ornamentos bajo balsámicos pasajes vocales. El bajo protector parece hacer de Ángel de la Guarda de unas guitarras que no cesan en su empeño de mostrarse esplendorosas. Una impresionante canción que pone la pausa al frenesí ácido del corte precedente.

En un tono más experimental ‘Myth time’ se desarrolla en un entorno neo-psicodélico con borboteantes guitarras y un ritmo colorista. Aterciopeladas melodías vocales nos susurran en una nueva canción lisérgica. Con un tono comedido y un aura melancólica, la pista mantiene el flujo en una atmósfera que mira al pasado pero que cuenta con numerosas referencias contemporáneas. El corte evoluciona con subidas y bajadas de intensidad con una narrativa cambiante que no se sale del guion.

Little Beirut’ camina lentamente por espacio nebulosos y sumamente psicotrópico en el que los acordes se ejecutan desde la pausa en una martica de sustancias alucinógenas. Un interludio en el que la pausa y la belleza conviven en armonía.

Con una sutil mirada al pasado ‘Blue & peaceful’ contiene hermosas melodías psicodélicas que se soportan en unas vibraciones más propias de los 60’s con ciertos tonos garage. La cuidada composición de la canción permite complejos desarrollos que contrastan con pasajes más sencillos. Un mundo lleno de matices, con momentos de hard-rock añadidos a su característico sonido, acaban por lograr una composición rica en texturas, todas ellas, bien ejecutadas y ensambladas para lograr un ‘todo’ sumamente cautivador.  

La crujiente y psicotrópica ‘Pretichor’ contiene un flujo expansivo que nos invita a exploración sensorial entre ritmos kraut, tonos espaciales. Solos hilarantes y una melodía acolchada recorren un camino lleno de meandros y giros que no impiden que la canción siempre mire al frente en un avance sin retorno. Jugando con los elementos psico-progresivos ponen la calma apartándose de la espiral lisérgica de alguno de sus pasajes.

La sensibilidad regresa con la dulce ‘Wished eye’ profundizando en el inconsciente con un estado de ensueño a través de sus aterciopelados y balsámicos pasajes instrumentales. La composición contiene una cálida línea de bajo, un ritmo cadente y contenido, y hermosos pasajes de guitarra que nos invitan a un viaje onírico.

‘Flower’ serpentea entre guitarras ácidas y una propulsión de ritmos que la empujan a un espacio reconfortante de psicodelia del nuevo milenio. Difusa por momentos, la canción fluye con un gran magnetismo trasmitiendo distintos estados de ánimo. Esta constante de todo el álbum se erige como uno de sus mejores argumentos, ya que cada canción contiene oscilaciones constantes, haciendo que cada escucha, proporcione nuevos alicientes al oyente. La suprema belleza de su melodía pone el resto en una pista de mucha calidad.

Dommengang

Thrill Jockey Records

Reseña: REZN.- ‘Solace’

En su cuarto álbum ‘SOLACE’REZN una vez más, desdibuja los límites de sus etiquetas psicodélicas y doom, al explorar emociones más delicadas e introspectivas en las letras y la instrumentación, utilizando la sensación de espacio vacío para construir momentos imponentes de densidad maximalista. Como ya hemos visto en los últimos años, algunas de las bandas nacidas al calor de los dictados del doom más ácido, toman elementos progresivos para desarrollar sus canciones y así, extender las fronteras de un género en constante expansión. ‘SOLACE’ es un álbum embriagador que habita en la oscuridad aportando un tono ceremonial a sus sólidas pistas. Creando siempre un entorno atmosférico sus seis bellas e inquietantes canciones gravitan en una órbita en la que la psicodelia pesada se fusiona con elementos progresivos y un firme carácter doom, haciendo que las hermosas y seductoras melodías vocales nos cautiven transmitiendo un estado de relajación. Con elemento drone, la banda crea una neblina lisérgica que nos invita a la introspección. Evidentemente ‘SOLACE’ no es un álbum para ponerte por las mañanas y revitalizar tu día, sino que es un álbum para degustar desde la calma y así apreciar los múltiples matices que sus surcos contienen. Una base rítmica poderosa y contenida creando verdaderos muros de sonido, unas guitarras brillantes y ácidas, saxo, flauta y teclados, son elementos que la banda sabe usar en el momento adecuado para enriquecer unas canciones profundas y repletas de emociones. Posiblemente un álbum como éste sea un nuevo ejemplo de que algunas bandas no se duermen en los laureles y no tienen complejos en expandir su sonido a nuevos territorios, sin que esto signifique renunciar a su esencia. ¿Evolución’ ¿Madurez?’. Decide tú mismo, pero, en cualquier caso, hay que valorar este gran trabajo del cuarteto de Chicago, un álbum excepcional que no te dejará indiferente, y con el que consiguen vincular su música a un paisaje visual en el que lo plomizo contrasta con la hipnótica calma de sus meditativas composiciones.  

REZN son: Rob McWilliams (guitarra, voz), Phil Cangelosi (bajo, palo de lluvia), Patrick Dunn (batría, percusión), Spencer Ouellette (saxo, sintetizador, piano, flauta). Marie Davidson aporta voces y pasajes recitados.

‘SOLACE’ fue grabado en julio de 2021 en Earth Analog en Tolono, Illinois, diseñado, mezclado, producido y reducido por Matt Russell, y masterizado por Zach Weeks en God City Studio en Salem, Massachusetts.

Con un lento génesis atmosférico ‘Allured by feverish visions’ nos introduce en un espacio de oscuridad en el que la psicodelia de la banda adquiere un tono meditativo. Ejecutado con lentitud, cada nota va transmitiendo el espíritu lisérgico de la banda en un ambiente presidido por el misterio. Con sutiles pasajes de flauta van creando un escenario hipnótico que trasmite un estado de relajación. Los pasajes instrumentales se tornan algo psico-progresivos, lo que va a ser una constante en gran parte de las canciones del álbum. Con momentos drone, la banda parece amenazar con un estallido de riff monolíticos que finalmente se producen levemente en la parte final del corte. El tono contenido hace que el tema mantenga su esencia meditativa y psicodélica a pesar de los inquietantes guiños doom.  

Crujiendo suavemente ‘Possession’ mantiene la tensión en ese oscuro entorno en el que la psicodelia pesada de la banda de chicago se desarrolla. Aquí la sensual voz de Marie Davison aporta un tono dulce a elaborados desarrollos psico-progresivos que son ejecutados con suavidad. Así crean un espacio psycho-doom con cantos ceremoniales. Una conmovedora canción guiada con una poderosa línea de bajo y bellas melodías que revolotean cual espectros entre la espesa neblina psicodélica. Manteniendo siempre un trasfondo pesado el corte avanza con un dinamismo controlado y algún coqueteo post-rock. Son necesarios más de cuatro minutos para que los riffs monolíticos nos acechen entre efectos y sintetizadores creando un sonido denso y aturdidor sin renunciar a su esencia lisérgica.  

En un espacio más monumental la densidad de ‘Revelsal’ se refleja en un corte grandilocuente que habita en ese entorno lúgubre en el que se desarrolla ‘SOLACE’. Creando un insondable espacio en el que los efectos cósmicos aportados por los sintetizadores custodian las melodías vocales celestiales. Un ritual tenebroso que camina parsimonioso con brillantes pasajes de guitarra entre los vapores psicotrópicos. Grandilocuente por momentos, el corte golpea con la potencia de su faceta doom los hermosos pasajes ceremoniales de una melodía ensoñadora.  Así crean un corte dual, netamente psicodélico que nos acaricia suavemente con la cautivadora voz, algo que supone un plus de calidad en una banda que tiene las cosas claras, y sabe cuál es su objetivo.  

Retomando los momentos más crudos de la banda ‘Stasis’, se muestra grandioso con sus riffs imponentemente pesados. Impulsado por una atmósfera turbia los dictados del psycho-doom más ortodoxo afloran entre la dulce voz ceremonial. Una melodía cautivadora se hace su hueco entre la densidad de un corte eminentemente psicodélico que se adorna con numerosos efectos creando un espacio denso y sumamente pesado. Las voces etéreas toman el protagonismo para dar brillo a una canción con muchos elementos en sus entrañas. Engrosando el sonido de su base rítmica, REZN crean una pista monumental y grandilocuente en su primera parte, antes de descender a un espacio más suave en el que os instrumentos se complementan y la melodía brilla con luz propia. Con giros constantes, el corte se frena para crear un espacio oscilante que muta constantemente pero que acaba por sucumbir a momentos sinfónicos bajo un ritmo calmado y pausado son el que transmiten sosiego al oyente.  Los teclados llevan la pista a un ocaso lento que acaba por desembocar en el silencio entre sutiles acordes de guitarra y un persistente zumbido en la lejanía.

Está claro que algo ha cambiado de alguna manera en el trabajo compositivo de la banda, y ‘Faded and fleeting’ lo refleja con nitidez. En la canción los elementos psico-progresivos son el principal argumento. Un testimonio que se ratifica con voces celestiales transmitiendo una sensación de sosiego entre su ritmo pausado. Para rizar el rizo, el mágico sonido del saxo aparece para aportar elegancia a una canción suave y cálida de gran belleza. A diferencia del resto de canciones, en esta ocasión poco más de tres minutos son suficientes para mostrar todo su potencial.

Poniendo el cierre, ‘Webbeb roots’ nos presenta casi ocho minutos de psicodelia pesada contenida y oscura. Marcado por los seductores registros vocales, el corte camina lentamente en un escenario en el que la luz se echa en falta. Manteniendo la atmosfera sumida en la penumbra, la canción contiene melancólicos pasajes que se engrosan con arranques de pesadez sin que esto haga que pierda su espíritu ceremonial y redentor. Pocas dudas ahí de que esta fórmula funciona y REZN sabe cómo sacar partido a su lado doomy para enriquecer sus lisérgicas canciones. Como un elemento innovador, los pasajes recitados hacen acto de presencia en la parte central de la canción aportando un tono trascendental a sus devaneos psico-progresivos de alto nivel. El tema se empapa de fragancias exóticas nacidas de la guitarra que contrastan con su aterradora base rítmica impulsada por riff monolíticos y un ritmo que se acelera según avanza el corte.  

REZN