Reseña: DATCHA MANDALA.- ‘Koda’

Con si fuera el comienzo de un nuevo capítulo en el sonido de la banda francesa, su nuevo y tercer álbum con su álbum ‘KODA’, DATCHA MANDALA emprende nuevas rutas sonoras que se alejan de alguna manera de lo que nos habían mostrado en capítulos anteriores. Esas vibraciones vintage en las que el blues, la psicodelia y los elementos orientales mutan a un espacio más versátil en el que tiene cobijo los pesados ritmos Stoner, el pop británico, los vibrantes sonidos alternativos e incluso las incursiones progresivas y el soft-rock. Sustentando sus canciones en unas estructuras sencillas, las mismas, se enriquecen con un sobresaliente trabajo en las voces. Siempre con alternancia y coros subyacentes, las melodías marcan el devenir de cada pista. Impregnando sus composiciones de una cierta modernidad en contraste con el espíritu retro de su anterior álbum, ‘KODA’ se postula como un giro hacia una nueva etapa. DÁTCHA MANDALA nos ofrecen un álbum profundo, robusto, maduro y poderoso, con una consistencia inigualable hasta el momento. Puede este nuevo punto de partida haga que algunos de sus fieles no sean capaz de asimilar este viraje musical, pero también es la oportunidad de encontrar nuevos adeptos a su causa. Por esto, ‘KODA’ se convierte en un reto sobre el público dictará su veredicto, lo que no significa que sus canciones no sean completamente disfrutables, que lo son, ya que ellas la contundencia, las guitarras chirriantes y los ritmos pesados, existen y siempre consiguen sorprender a un oyente. Este sorprendente y ecléctico trabajo incide en la consolidación de la banda y en su propósito. Porque sus riffs siguen inspirándose en la efervescencia musical de los años setenta, pero sobre todo en el dinamismo de las escenas actuales del rock y el metal. ¿Puede esto significar que debemos eliminar la etiqueta de ‘banda vintage’?. Solo el tiempo nos dará la respuesta.

DÄTCHA MANDALA son: Nicolas Sauvey – voz y bajo | Jérémy Saigne – guitarra y coros | Jean-Baptiste Mallet – batería y coros.

‘KODA’ está disponible vía Discos Macarras, DM Prod y Take It Easy,

Con un sonido turbio y poderoso ‘She Said’ gravita entre ecos de hard-rock y un enfoque heavy-progresivo. La dulce voz dulce a la vez que firme. Su sencilla estructura se complementa con variados elementos que van desde el pop-rock al Stoner más rugoso.

Con un sonido noventero y con coros y melodías cautivadoras, ‘Koda’ aúna momentos de dulzura con un espíritu pesado. Su potente sonido y unos cuidados arreglos hacen de la canción una candidata a convertirse en un himno. Una pista fresca y dinámica que refleja en cambio de rumbo de los franceses.

Con un giro inesperado, ‘The Wanderer’ mira al pop-rock de finales de siglo entre voces y coros pegadizos. La pista va evolucionando a un sonido mas pesado sin perder su aura volátil y almidonada.

Es evidente que este álbum no hay momentos para la monotonía. Así Om Namah Shivaya’ es coloreado con pinceladas de blues, de soul y de hard rock contundente y áspero.

A modo de vibrante interludio ‘Syndrome of Laborious Optimism’ con algo menos de un minuto, es un verso suelto dentro del álbum y sirve de lucimiento para su batería.  

‘Wild Fire’ se sustenta en un sonido vintage, y una cortina nublosa bajo un ritmo implacable. Los coros y voces amortiguan una pista suave en la que las melodías vocales juegan un papel protagonista. Pero también en la canción encontramos acertados solos de guitarra incorporando un sonido más pesado.

Enfundados en un entorno a caballo entre el soft-rock y un universo más alternativo, ‘Love Myself’ controla sus tiempos e intensidad para mostrarse como una pista luminosa y fresca.

La agresividad de la banda aflora en ‘Thousand Pieces’. Una pista pesada y con un espíritu indómito ejecutado con una actitud punk. Otro giro de guion de una banda que no se amedrenta ante ningún estilo y que aquí parece seguir los paso de RATM.

Haciendo un guiño a los Stones en el título, ‘It’s not only rock’n’roll (and we don’t like it)’, gravita en un entorno en el que el stoner se nutre de ecos alternativos bañados con pequeñas dosis de metal. Otra curiosa canción que acaba por funcionar.  

En ‘KODA’ también hay espacio para la ternura. Muestra de ello ‘ Julietta’. Una balada semiacuática con un derroche vocal que transmite un torrente de sentimientos aderezado con unas gotas de soul. Una pista hermosa y dulce.  

Si en el resto de canciones hemos encontrado momentos de pesadez. ‘Homeland’ para erigirse en tema con fuerza y garra. Su lento pero pesado ritmo y el buen dominio de las melodías vocales la convierten en un torpedo a la línea de flotación del oyente. No te resistirás.

Dätcha Mandala

Discos Macarras Records

Take It Easy Agency

Reseña: CHILD.- ‘Soul murder’

Ha pasado demasiado tiempo sin tener un álbum de una de las mejores bandas de heavy-blues del siglo XXI, pero finalmente, el mundo está hoy de enhorabuena con la publicación del tercer álbum del trio australiano CHILD. El álbum fue grabado a finales de 2018, pero han tenido que pasar mas de cuatro años para que estas magníficas grabaciones vean por fin la luz. Un álbum cautivador que combina la garra, con la belleza en unas canciones que transitan por la senda lisérgica del blues, pero que no dudan en tomar prestados elementos de rock clásico y soul. ‘SOUL MURDER’ es un álbum elegante, psicodélico, embriagador, introspectivo, con desgarradoras canciones rebosantes de sentimiento y fuerza, con las que CHILD nos acarician proporcionándonos estimulantes sensaciones. No solo de riffs monolíticos vive la escena, y como ya dijo el gran MUDDY WATERS: ‘El blues tuvo un hijo y lo llamaron rock and roll’, y bandas como CHILD, rinden pleitesía a los ancestros, a esos culpables de toda la música rock que escuchamos, los músicos de blues. Sería interesante conocer la opinión de esos pioneros  sobre una banda como los australianos, porque su música es auténtica, y capta la esencia del blues de siempre, con un tono contemporáneo, algo que no todos consiguen. Si la mayoría de las canciones del álbum, transitan por una senda pausada, las mismas contienen también riffs poderosos que hacen de su escucha, un manjar para cualquier fanático gourmet del heavy blues. Con constantes referencias a Paul Rodgers y a los FREE de sus comienzos, cada corte es una invitación a una orgía de hechizantes sonidos ácidos. ‘SOUL MURDER’ nace de la desesperación y sus desgarradores canciones, nos invita a apretar el botón de pausa, y a evadirnos de los malos rollos, para degustar unas impresionantes pistas que rebosan calidad y que contienen sentimientos profundos. ‘SOUL MURDER’ es de estos álbumes que para su disfrute completo, requiere ponerse cómodo, bajar la intensidad de la luz, descorchar una botella de buen vino, encender un canuto de buena hierba, y dejarse llevar a un mundo repleto de gratificantes sensaciones, en el que el blues es el Rey. Sin duda, el mundo es hoy más feliz con la publicación de una de mis bandas favoritas contemporáneas, una banda por la que hace años recorrí 2.000 kilómetros para verla en directo, y aquella actuación, todavía queda en mi corazón.

«Cuando uno básicamente se acepta la responsabilidad de las cosas que no hiciste, algo muere dentro de ti. Usted es el que sostiene la estaca y el que lo conduce a su propio corazón. Permitiste que otros te convencieran de que lo hicieran. Como el rutero de la basura que renuncia a luchar por su parte. Por un corto tiempo fingí ser una oveja y fui cegado por la espesa lana negra que me escondió de la vista. ¡El lobo proverbial con ropa de oveja que también tenía la lana sobre sus ojos! Hambriento de hambre en medio de un banquete. Si eres un lobo, nunca te disfrazes como oveja. Si eres lobo, sé un lobo porque ser un lobo es mejor que ser una oveja. Al menos sabrás lo que eres ”. ‘SOUL MURDER’ (Mathias Northway, guitarra y cantante de CHILD)

No volverá a suceder … El lobo vive. CHILD vive

‘Free and humble’ nos recuerda a las primeras de cambio el espíritu de los australianos. Blues empapado en psicotrópicos para aliviar el alma. Solos de guitarra acida y una voz profunda nos trasmite el sentimiento de una banda impresionante que se muestra en plena forma un tiempo después. Golpes de hard y nota de blues humeante componen este cálido corte.

En una línea más ortodoxa Trouble With A Capital «T»’ es un corte pantanoso lleno de magia. Sus suaves líneas de guitarra y la voz desgarrada nos trasladan a humerales en lo mas profundo del bosque. El espíritu de bandas como FREE, se refleja en una canción pausada, pero llena de sentimiento. Acompasando las melodías vocales con los pasajes de guitarra, la pista nos empapa de ese blues nacido de ciénagas en las que parece haberse vertido una toneladas de sustancias narcóticas.

‘Standing on my tail’ se desarrolla entre agradables pasajes en los que el soul aparece susurrante y acogedor.  Pinceladas de rock clásico pro el lado más acolchado con calidad voces y una instrumentación pausada y contenida. El blues en su lado más sensual bajando las revoluciones para demostrar que estos chicos no se circunscriben a un solo registro.  Una bella canción caminando por el lado más sosegado del trio.

Detenidos en esa vertiente suave, ‘Feels Like Hell’ nos ofrece esa maravillosa combinación de blues y soul con la que tan cómodos se sienten. Tiempos medios, y fantásticos solos de guitarra, soportan los devaneos de una voz almibarada y sumamente cautivadora. No puedo evitar nuevamente recordar a Paul Rodgers en sus mejores tiempos. La canción se recrea en ácidos pasajes con golpes de riff que se acercan al Stoner, sin salirse de la senda del blues. Esta combinación de lo viejo y lo nuevo resulta sumamente atractiva y gratificante.

El corte que da nombre al álbum, ‘Soul murder’ mantiene la esencia del blues sobre cautivadoras melodías vocales en las que el soul aparece mostrando su faceta mas sensual. El hipnótico bajo consigue atrapar al oyente en este pozo de blues ácido lleno de emociones. Con algunos riffs mas pesados el corte eclosiona en una espiral acida elevando la intensidad notablemente.

‘Moment in time’ no baja el nivel de calidad de este superlativo álbum. Desarrollándose desde la pausa, cada nota, consiguen llevar a las terminaciones nerviosas del oyente con aplastante facilidad. Profundo y sensual, el corte, sabe como seducirnos antes de evolucionar a un espacio más fuerte en el que los sonidos del pasado se presentan ante nosotros en todo su esplendor. Su cedente ritmo es el soporte perfecto para que su melodía se eleve a un entorno más rockero sin eclosionar plenamente. Desgarrador por momentos, el tema contiene afiliados solos de guitarra que llegan hasta el alma.

Para cerrar el álbum CHILD reserva el corte de mayor duración. ‘Coming Up Trumps’ con sus narcóticos 8 minutos pone el broche de oro a un álbum superlativo en el que el blues es el rey. Una susurrante apertura en la que los acordes de guitarra preparan el terreno y una voz cautivadora, van dando forma a una canción llena de magia. Manteniendo la tensión, la canción va elevándose lentamente. La prisa no existe para estos chicos, ellos se toman las cosas con la calma que requiere sus fantásticas canciones. El tema se desarrolla en una atmósfera más oscura y densa que las canciones precedentes, y en ella, encontramos embestidas de pesadez. Siempre con sutileza, CHILD sabe como mover los hilos tocando la nota justa en cada momento.

CHILD

Reseña: DEWOLFF.- ‘Love, Death & In Between’

Con canciones aparentemente sencillas, DEWOLFF vuelve a conquistarnos dejándonos claro porque son una de las mejores bandas retro del momento. Labrándose su carrera desde hace casi 15 años, el trio se encuentra en un periodo de lúcida madurez; aún así, la banda no ha perdido un ápice de frescura. Las doce canciones de este nuevo álbum han sido grabadas en vivo en una cinta analógica, sin sobregrabaciones, algo habitual en el trio; y en cada una de ellas encontramos giros inesperados con los que consiguen mantener al oyente enganchado. Con el legado de los grandes del rythm & blues muy presentes, el álbum contiene canciones de fácil digestión, que bien podrían haber sido compuestas hace 5 décadas, y que se muestran, como si no hubiera pasado el tiempo por estas vibraciones vintage. Su penetrante órgano, sus solos de inclinación blues y unos fantásticos coros y estribillos negroides, completan un álbum que es toda una fiesta de sonidos vintage de alto nivel.  El álbum nace de la experiencia del cantante y guitarrista Pablo van de Poel asistiendo a un sermón en la iglesia de Al Green en Memphis, Tennessee. Conmovido por esa experiencia musical quiso crear nuevas canciones que encajaran con esa vibra, casi como una experiencia religiosa, y sin duda lo ha conseguido. Tras el periodo en el que publicaron sus dos últimos álbumes, uno grabado en la carretera y el otro grabado desde la distancia en el periodo pandémico, DEWOLFF vuelven por sus fueros,  con las pilas cargadas, trayéndonos canciones en las que el soul y el blues están más presentes que nunca. Cabe destacar el buen trabajo de las melodías vocales con conmovedores coros negroides y estribillos pegadizos, así como una impactante sección de viento. En esta ocasión la banda se mira en el espejo de los grandes del soul de los 70’s y especialmente en músicos como Leon Russel, Edgar Winter o el mismismo Joe Cocker de sus comienzos. Pocas dudas quedan del lugar que DEWOLFF ocupa en la escena retro contemporánea, y el alegre y colorista ‘LOVE, DEATH & IN BETWEEN’ es la prueba de ello. Dentro del álbum destaca especialmente su canción ‘Rosita’, en la que a lo largo de quince minutos el trio nos presenta un auténtico catálogo de vibraciones vintage a las que nos tienen acostumbrados.

DEWOLFF son: Pablo van de Poel (voces, guitarras, Luka van de Poel (batería) y Robin Piso (órgano hammond, Wurlitzer piano).

LOVE, DEATH & IN BETWEEN’ está disponible vía Mascot Records.

Sin contemplaciones ‘Night Train’ nos invita al baile con sus ritmos vintage. A caballo entre el soul y el blues, el corte se desarrolla con un fantástico groovy. Las voces negroides y los golpes de las teclas hacen el resto. Los 70’s están aquí, y estos saben cómo recordárnoslo. El tema cuenta con buenos solos de guitarra, un ritmo trepidante y un juego de voces y coros sensacionales.

‘Heart Stopping Kinda Show’ se desarrolla entre vientos sureños a caballo entre el sonido de  GRATEFUL DEAD y el de los grandes del rythm & blues de la década dorada. Con un tempo medio y algunas pinceladas boogie-rock,  la canción cuenta con un tono más contenido y una atmosfera de color sepia, lo que no impide que encontremos ritmos calientes en ella.

En modo balada soul Will o’ the Wisp’ nos susurra con suaves melodías y coros entre la humareda vintage de su órgano. Blues y psicodelia se dan de la mano en un corte balsámico y colorista a la vez.

inclinándose hacia un territorio más propio del jazz fusión, ‘Jackie Go To Sleep’ es una aterciopelada canción que rebosa sentimiento en cada estrofa. Los holandeses se visten de gala para componer una canción elegante y sofisticada. Su atmosfera soft-rock progresiva, se enriquece con cuidados ornamentos para dotarla de una hermosura suprema.

‘Rosita’ retoma las atmósferas sureñas entre sonidos de vientos y guitarras afiladas. El soul, el blues, la psicodelia, el boogie… Todos los ritmos y estilos tienen su espacio en esta epopeya de 16 minutos en la que consiguen crear un auténtico collage de vibraciones vintage. Delicada, psicodélica, con alma de soul, la canción va serpenteando en subidas y bajadas de intensidad y voces que vienen y coros que van y vienen. EL soul-rock de los 70’s ejecutado en el siglo XXI, sin perder un ápice de autenticidad hace acto de presencia en la parte central. Desde allí ritmos calientes nos llevan a la pista de baile, con un sonido mas propio de LEON RUSSELL o DELANEY & BONNIE. Toda una cabalgada de órgano y unos tambores vibrantes nos hacen sudorar con toda la energía que el corte transmite. No faltan los desgarradores pasajes a caballo entre JAMES GANG y los citados DELANEY & BONNIE más divertidos y fiesteros. La parte final se siente seducida por el blues en su faceta más psicodélica, evocando momentos más propios de JOE COCKER en el legendario festival de Woodstock, para concluir en un tono mucho mas rockero y contundente. ¡¡¡Brutal!!!!, solo por esta canción, el álbum ya merece la pena.

Siguiendo la vertiente más ortodoxa del blues ‘Mr. Garbage Man’, se erige como una pseudo-balada llena de sentimiento. perfumándose con unas gotitas de psicodelia, el corte se desarrolla entre pausados acordes con un mayor protagonismo de la guitarra. Todo un bálsamo sumamente gratificante.

‘Counterfeit Love’ se sustenta en un órgano más propio de Ray Manzarek para eclosionar en golpes de rock retro de alto nivel. En esta ocasión el legado de THE DOORS se fusiona con momentos boogie bajo una atmósfera densa en la que no faltan pasajes de rock sureño y de soul-rock rebosante de garra.

La apertura hendrixiana de ‘Message For My Baby’ se fusiona con ritmos funk en otro episodio de rock vintage en un híbrido entre Leon Russell y Edgar Winter. Una canción que se convierte en una bacanal de ritmos con un órgano endiablado y una guitarra asesina que parecen competir en intensidad con unos tambores desbocados. Todo un frenesí sonoro que contrasta con otras canciones más aterciopeladas.  

‘Gilded (Ruin of Love)’ es una canción suave y aterciopelada ejecutada a ritmo lento. Al escuchar sus delicadas melodías no puedo evitar recordar a Buddy Miles en su vertiente soul. Coros de ensueño y una calidad vocal hacen del corte un bálsamo reconfortante en el que no faltan los vientos y ese tono vintage aportado por el fantástico órgano. 

Y metidos en faena, ‘Pure Love’ es una balada con alma de soul que nos susurra con mimo provocando una sensación de relax y bienestar. Bello y pausado, el corte evoca el lado más romántico del soul de hace 6 décadas. 

‘Wontcha Wontcha’ es otra canción que activa las articulaciones con su ritmo contagioso. Soul y rock emparejados en una canción ideal para bailar hasta el amanecer. Su alma negroide gravita a la perfección entre ritmos funk estribillos pegadizos y unos coros divertidos.  

Poniendo el cierre a este fascinante álbum, ‘Queen of Space & Time’ se nutre de pasajes psicodélicos para desarrollar sus acordes de blues y delicado rock con un cierto aroma sureño. Una canción suave y susurrante llena de magia.

DeWolff 

Mascot Records

Reseña: WHITE COVEN.- ‘White Coven’

La banda de Zaragoza nos trae un monumental artefacto sonoro de rock clásico, blues, soul y elementos progresivos evocador del verano del amor. WHITE COVEN no tiene complejos en ejecutar canciones de rock vintage llenas de vida. Con canciones delicadas, y con unos arreglos bien trabajados, el álbum es un arco iris de los mejores sonidos vintage que puedas escuchar en el siglo XXI. A la altura de bandas como BLUES PILLS o WUCAN, WHITE COVEN confirman que la calidad de su álbum debut ‘OVERSEAS’ (reseña aquí), no fue obra de la casualidad. Un serpenteante viaje al corazón de los 70’s a través de canciones con unos arreglos brillantes que definen su propio estilo y llenan de frescura las mismas. Todo un regalo para salir de la rutina y viajar a un pasado grandioso que hará las delicias de cualquier amante de los sonidos vintage.  Lleno de aromas y texturas, el álbum es toda una caja de sorpresas para el oyente, ya que los giros y requiebros que nos ofrece cada canción no están al alcance de cualquier banda.  Brillando con luz propia, su refinada y talentosa cantante Sara Lapiedra parece ser el faro que guía el barco de unos músicos, que saben cuál es su papel en cada momento. Esto hace que encontremos gloriosos momentos de hard-rock, de blues, de psicodelia, de funk, y de escuetos pasajes progresivos que acabarán por conquistarte. Sin ponerse límites, este collage de canciones vintage nos hace seguir creyendo en que todavía hoy, se sigue haciendo música de calidad. Este segundo álbum de WHITE COVEN está llamado a ocupar un lugar de honor dentro de los álbumes retro del año. WHITE COVEN, tocan las puertas del cielo pidiendo su sitio en el Olimpo de bandas retro, pero lo hacen desde la humildad y la honestidad, algo que sin duda debemos de valorar.

WHITE COVEN son: Sara Lapiedra (voces) Mario Gutierrez (guitarra rítmica y solista) Juan Cervera (guitarra rítmica y solista, voces de acompañamiento) R. David Bueicheku (guitarra rítmica y solista, coros y voces) Carlos Viejo (bajo) Daniel Penón (batería y percusión) y Josete Meléndez (órgano, teclados, piano).

Solamente hay que escuchar los primeros acordes de ‘Rambling rose’ para darnos cuenta de por dónde va su sonido. Sutiles armonías de blues retro con aroma a primeros 70’s evolucionan a un grandilocuente espacio retro en el que el órgano marco el tempo. La voz entonos soul-blues llena de color un corte con unas entrañas sólidas y multitud de arreglos. Un fantástico groovy hace que el corte serpentee por calzadas de blues ácido, pero también por cunetas de hard rock en un bucólico viaje a los sonidos del rock de siempre.

La seductora ‘Brown eyed lady’ se recrea en momentos de elegante blues-soul, mostrando el lado más elegante y suave de la banda. Sentimientos profundos con momentos de rabia e intensidad traídos por unas guitarras afiladas que colorean una canción pausada, delicada pero llena de fuerza. El tema combina poderosos riffs con fascinantes pasajes de blues rebosantes de sentimientos con algunos ornamentos mas propios del jazz, lo que nos da muestra de la gran calidad que contiene cada una de las canciones del álbum.

Instalados en las atmósferas florales, ‘Orpheus’, desde la calma se asoma al mundo recordando momentos west-coast con un tono elegante y cautivador. Los más de diez minutos de duración permiten que sean muchos los matices de este corte en el que se incrustan ornamentos psicodélicos bajo una lírica delicada que muta haciendo que el tema cambie su fisonomía pasando por distintos estados de ánimo en un recorrido por los más variados estilos del rock de los 70’s. Flanqueando territorios cercanos al rock progresivo, los ecos sureños aportan una luminosidad a una canción con acento melancólico. Aquí la banda se deja llevar por intricados desarrollos instrumentales que evolucionan en un serpenteante viaje al corazón de los 70’s.Sin duda, la canción más elaborada de todo el álbum parece reflejar las amplias inquietudes estilísticas de esta maravillosa banda vintage.

Subiendo la intensidad ‘Inglorious diva’ se desarrolla entre vibrantes pasajes de heavy-blues con voces que tienden a impregnarse de esencias soul sobre una fornida instrumentación. Aderezando la canción con coros y estribillos pegadizos, WHITE COVEN parecen emular a BLUES PILLS mostrando su faceta más ácida y pesada. Un espiral que te atrapa en sus fauces en la que lo falta el gancho del sonido del órgano uniéndose en el momento justo a esta fiesta vintage.

Lleno de vitalidad ‘Summer groove’ se desarrolla en una colorista atmósfera de rock clásico. Ecos del verano del Amor se fusionan con pasajes de rock honesto y sin artificios. Voces blues y soul complementan un corte sencillo pero efectivo en el que también encontramos elementos sureños. Toda una invitación al baile.

‘Too late’ golpea con fuertes tambores y riffs contundentes, mostrando que la banda se maneja también a la perfección en canciones más pesadas. Desgarradores pasajes vocales se complementan con una orgía sónica que se balancea con desparpajo. Revitalizante, el tema de despierta del letargo con una fuerza inusual que destaca sobre el resto de las canciones sin perder su aroma retro. Hard rock salvaje con tonos blues lleno de gancho.

Si le faltaba algo a este maravilloso collage, ‘Jungle trip of the Seventh Samba’s seed’ se pasea por bosques psicodélicos. Su humeante atmósfera serpentea por el blues cálido y seductor en un sinfín de arreglos que van haciendo mutar su fisonomía sin perder su esencia. Su cautivador es adornado con suaves pasajes rebosantes de sensibilidad. Un corte elaborado que refleja a la perfección que estos chicos no se ponen ningún límite a su creatividad. La canción conjuga todos los estilos e influencias que tiene la banda zaragozana.

White Coven

Reseña: HEAD.- ‘Satisfaction’

Canciones sencillas, pero con mucho groovy que van explorando desde el blues, la psicodelia y el puro hard-rock nacido en los 70’s. Rock en estado puro en todas sus versiones, ejecutado por la vía directa. Sin ornamentos superfluos, las nueve canciones respiran rock sin complejos. Sin andarse con rodeos, los canadienses HEAD, toman la vía rápida para llegar al oyente con su particular fiesta de rock and roll como en los viejos tiempos. Riffs, ardientes ritmos, y voces que evocan los momentos mas brillantes el hard-rock, son los ingredientes usados para seducir al oyente con toda su crudeza. Con cada instrumento cumpliendo a la perfección su rol, HEAD no se complican, y lleva a la máxima expresión aquello de ‘menos es más’. Un groovy que te engancha y que recuerda la banda sonora de los clubs nocturnos de los 70’s cada canción tiene su propia personalidad. Ganchos de guitarra irresistibles y la dualidad vocal ‘chico-chica’ son argumentos suficientes para caer en las fauces de ‘SATISFACTION’. Un álbum de alto octanaje que te lleva a empujones a la pista de baile evocando tus mejores momentos de juventud, cuando te rebelabas al mundo. Pero como no solo de rock vibrante vive HEAD, también nos ofrecen canciones aterciopeladas envueltas en un manto psicodélico con aroma cannabico. La dulzura y sensibilidad de la voz de Elyse nos traslada por momentos al verano del amor en las canciones más suaves y psicodélicas del álbum, lo que aporta alicientes a una buena escucha. En definitiva, ‘SATISFACTION’ es un álbum hecho en pleno siglo XXI, pero es un álbum en el que los sonidos vintage de los 70’s cobran una nueva dimensión. Bandas como HEAD, vuelven a corroborar que el rock de siempre sigue todavía muy vivo, por mucho que haya quien siga diciendo eso de…’ya no se hace música como la de antes’.

HEAD son: Hunter Raymond (batería y voces), Elyse Besler (bajo y voz) Michael Starnino (guitarra). ‘SATISFACTION’ está disponible vía Fuzzed and Buzzed.

‘Shudder’ nos traslada al corazón de los 70’s con su heavy-blues crudo y ácido. Con una buena combinación de voces, el sonido de la canción evoca momentos más propios de bandas como Graveyard o Witchcraft adornados con tonos soul. Una nueva revisión de los sonidos vintage del siglo pasado ejecutado con una mirada mucho más contemporánea.  Un tema directo que nos da la medida de lo que nos podemos encontrar en el resto del álbum.

Bajando la intensidad ‘Spell’ reposa en suaves pasajes psicodélicos auspiciados por una voz femenina llena de sentimiento. En un perfil bajo, el tema habita en una envolvente atmósfera adornada con algún buen solo de guitarra, sin perder su alma blues-soul entre una neblina de fuzz.

Runaway’ se precipita en un torrente de rock and roll con estribillos y coros pegadizos. Una vuelta a los 70’s en todo su esplendor. Guitarras chirriantes y voces con mucho gancho componen un tema dinámico que mantiene la esencia vintage.

En un tono más hendrixiano, el uso del wah wah en ‘Queen’ nos devuelve a mediados de los 70’s. Un sonido retro que bebe del blues y en el que encontramos elementos psicodélicos. Las cuidadas melodías vocales y un ritmo lo suficientemente dinámico hacen de ‘Queen’ otro corte ganador. Con un ritmo contundente, las guitarras ponen la nota de color con solos que se superponen haciendo cambiar la fisonomía de la canción para convertirla en luminosa y fresca.

Instalados en los sonidos del rock clásico, el blues aflora en cada nota con golpes de rabia en ‘Shake’. Otra canción con una estructura sencilla que se engrandece con la alternancia de voces de y coros, entre difusos riffs. Rock en estado puro en una invitación una fiesta vintage.

 
En un tono más toco y alternativo, ‘Strychine’, con fuerte ritmo y riffs ásperos soporta las veleidades blues y de puro rock and roll. Ondulante pero siempre ofreciendo momentos divertidos, los solos de guitarra se combinan con una narrativa de blues crudo y vitalista.

‘Out for blood’ golpea con toda su fuerza hard-rock combinando voces y coros e incorporando la acidez de una guitarra que se desangra en sus solos. El ritmo, más difuso en esta ocasión, no da tregua en otra canción rebosante de fuerza.

En contraste con el corte anterior, ‘Your money’ se desarrolla entre nebulosas lisérgicas y golpes de rock clásico. Con su sonido amortiguado, la canción presenta elevaciones de intensidad entre coros y estribillos manteniendo un perfil más bajo en su desarrollo.  En cualquier caso, la banda sigue fiel a su fórmula.

‘Hound dog’ desciende definitivamente hacia un sonido más pausado en el que el blues toma el protagonismo. Con un groovy pausado, la canción ofrece buenos solos de guitarra entre los habituales juegos vocales que encontramos en el resto de las canciones. La senda clásica del blues narcótico se transita para mostrar el lado más psicodélico y chamánico.

Head

Fuzzedandbuzzed