Reseña: 1782.- ‘Clamor Luciferi’

El trio italiano de doom ocultista 1782 regresa con su tercer álbum ‘CLAMOR LUCIFERI’, que en latín significa “El grito de Lucifer”, un grito hostil pero también ruido y alboroto. Mientras siguen inyectando folclore y cuentos locales en su doom metal mezquino y lleno de fuzz, 1782 publica sus canciones más pesadas y malvadas hasta la fecha. Un álbum con sonidos depresivos que enajenan las neuronas del oyente con aturdidores riffs ejecutados en un tono monótono con el que consiguen su objetivo. Tocando sus canciones de una forma perezosa, 1782 logran transmitir al oyente tenebrosos relatos en un submundo en el que la oscuridad tiene todo el poder. Con la temática y la vocación definida, sus canciones no se salen del guion, siendo a veces difícil de diferenciar unas de otras. Es posible que, si alteras el orden de las mismas, su escucha no encuentre variaciones. Transmitiendo un sentimiento constante de ansiedad, sufrimiento y melancolía, el trío de Cerdeña te arrastrará a la oscuridad más profunda y ensordecedora con estas ocho oscuras y deprimentes canciones que harán temblar la tierra. Sin duda, ‘CLAMOR LUCIFER’ no es un álbum para levantarte el ánimo, ya que su espíritu es sumamente deprimente, con canciones que parecen creadas en simas tenebrosas, en el reino de las fuerzas del mal. Cavernícola, lúgubre, y deprimente, el álbum muestra a una banda que usa la monotonía y la lentitud en la ejecución de sus canciones, como una seña de identidad. ‘CLAMOR LUCIFER’ definitivamente, no es para los débiles de corazón.

1782 son:

Marco Nieddu – Voz, Guitarra
Gabriele Fancellu – Batería
Francesco Pintore – Bajo

‘CLAMOR LUCIFER’ está disponible vía Heavy Psych Sounds.

‘A Merciful Suffering’ hace las veces de prólogo ambiental a este nuevo relato ocultista con pasajes de órgano que crean un entorno atmosférico en algo menos de 2 minutos.

Un espejismo que rápidamente se diluye para permitir que los plomizos y parsimoniosos riffs de ‘Succubus’ nos muestren la verdadera esencia de los sardos. Sumidos en una sima tenebrosa, los riffs doom toman el mando con voces atormentadas salidas de esta fosa infecta. Un relato oscuro en el que la vocación ocultista de los sardos queda fielmente reflejada.

En ‘Demonds’ la fórmula tiene continuidad con esos parsimoniosos y plomizos riffs que son ejecutados a cámara lenta. La angustia se trasmite con el sonido tétrico y monótono que ya nos presentaron en su anterior trabajo. Turbio y nebuloso, el corte camina lentamente en un tránsito cansino y perezoso por abyectas cavernas doom.

‘Black rites’ sigue el camino sin que el ritmo que el trio imprime a sus canciones se alterado en forma alguna. Un sonido deprimente que se impregna de una psicodelia oscura y narcótica con la que la banda adormece al oyente. Un patrón preconcebido del que los italianos no se salen en ningún momento. Si bien en esta ocasión aparecen más pasajes vocales, la dinámica del corte no cambia demasiado, salvo por algún pasaje más atmosférico y lisérgico. 

Unos tambores ceremoniales y unos riffs crujientes y borrosos crean la atmósfera en la que se va a desarrollar la siguiente canción, ‘Tumultus XIII’. Doom y psicodelia pesada yendo de la mano por un mundo desolado y tétrico. El corte prescinde de las voces creando una misteriosa atmósfera irrespirable.

Mas intenso que los cortes anteriores, pero igual de turbulento y deprimente, River Of Sins’ camina por esas cavidades profundas en las que habitan seres terroríficos que parecen mostrar todo su tormento con desgarradores pasajes vocales. Todo envuelto en una bruma densa y viscosa que completa el relato.

La misteriosa apertura de Devil’s Blood sirven como preludio a otro corte lúgubre y tenebroso que se empapada con dosis de psicodelia. Doomy pero algo más lisérgico, el corte muestra un tono menos monótono y plomizo. Rock ocultista que se manifiesta con la esencia de una banda doom ortodoxa.

‘Death Ceremony’, el corte que cierra el álbum crea un espacio atmosférico en el que los riffs doom y la psicodelia vuelven a ejecutarse con toda la calma del mundo. Perezoso, turbio y amenazador, el tema es otra pieza más de este álbum monocolor en el que los ambientes ocultistas se reflejan en canciones lentas, pesadas y con un tono psicodélico.

1782 :
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HEAVY PSYCH SOUNDS:
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Reseña: DAEVAR.- ‘Delirious rites’

DAEVAR, el floreciente trio alemán, está aquí para sacudir la escena stoner/doom-metal con un amenazante sonido lo-fi y un nuevos ideales establecidos. En algún lugar entre SLEEP, MONOLORD y WINDHAND, este trío misterioso ha encontrado su lugar en la escena psycho-doom. Misteriosas, canciones que se aprovechan a la perfección del estereotipo de cantante femenina ocupando el lugar de gran sacerdotisa, sus fantasmales canciones, tratan de aunar acólitos para su causa. Con cinco lentos himnos impregnados de una densa bruma psicodélica, que caminan parsimoniosos por lúgubres espacios en los que el doom adquiere una condición fantasmal. Un ceremonial de lo oscuro inspirado en lo que sucede en el mundo, en lugar de cantar sobre la dulzura o esparcir la tristeza eterna. Épicos y grandilocuentes en su puesta en escena, las canciones fluyen entre fuzz narcótico e intoxicante, asomando de su pesado y crudo ritmo. Un monstruo que combina con acierto la aspereza de sus texturas con melodías etéreas. Lo cierto es que la banda sabe como sumir al oyente en una narrativa lúgubre e inquietante.  La profundidad de ‘DELIRIOUS RITES’ está lista para desplegarse con canciones inspiradas en la obra del filósofo político Thomas Hobbes y citas de himnos del rock psicodélico iraní de los años 70. Desgarrador y dulce a la vez, el álbum guarda el equilibrio en ese balanceo entre la psicodelia pesada y el psycho-doom, una frontera numerosas veces transitada, que ahora es explorada sorteando simas sinuosas y bosques de ensueño. En algún lugar entre el sueño y el paraíso perdido, este misterioso trio han encontrado un bolsillo que es completamente suyo. Como una transmisión a través de la nieve estática, como un fantasma a través del cable, este álbum debut, ve la misteriosa mano de DAEVAR alcanzarse para apoderarse del alma de quienquiera que esté maduro para ser tomado. ¡¡Ponte en la fila!! Y déjate llevar por su aturdidor y seductor sonido con unas canciones que te hechizarán.

El joven trío de Colonia ha grabado en Hidden Planet Studios (Berlín), con Jan Oberg (Earth Ship / Grin/ Slowshine), quien supervisó la producción y ayudó a la banda a crear un sonido engañosamente complejo. El álbum fue diseñado, mezclado y masterizado por el propio Oberg y cuenta con un arte obra de Caspar Orfgen. ‘DELIRIOUS RITES’ está disponible vía The Lasting Dose Records

DAEVAR son:Pardis Latif – Bajo y voz, Moritz Ermen Bausch – Batería,Caspar Orfgen – Guitarras. Voces invitadas en ‘Leviathan’ de Jan Oberg

‘Slowshine’ se desarrolla en una misteriosa atmósfera de la que afloran plomizos riffs doom. Desde esa sima inquietante, la sensual voz aparece para contrarrestar la pesadez de sus lentos riffs. Con reminiscencias de bandas como WIndhand, el trio alemán crea una canción envolvente y nebulosa presidida por el poder de fuerzas ocultistas. DAEVAR no tiene reparos en usar los sonidos lo-fi para construir sus turbadoras canciones. Seductoras y suaves melodías se desarrollan entre una nebulosa lisérgica con solos profundos de guitarra entre su parsimoniosa base rítmica.

Con crujientes y monolíticos riffs, ‘Bloody fingers’ mantiene esa tensión en un espacio oscuro en el que los terríficos golpes de doom viven en armonía con melodiosos pasajes en un lúgubre y ceremonial. La suave voz de su cantante Pardis se erige en suma sacerdotisa de este aquelarre salido de profundas simas. Un sonido grueso que va calando lentamente en el oyente proporcionando una extraña sensación de paz en ese entorno hostil presidido por las fuerzas del mal.  Su atractiva combinación de guitarra y bajo se complementa con unos tambores ceremoniales creando la atmósfera perfecta para transmitir al oyente todo el poder de esa energía emanada de la más completa oscuridad.

Empapado de fuzz ‘Leila’ contiene todos los elementos del género en otra muestra de la auténtica vocación de la banda. Un ritmo predecible y ya visto en otras ocasiones es ejecutado con la suficiente destreza como para hipnotizar al oyente en este sortilegio redentor. El corte tiene un flujo constante envuelto en solos psicotrópicos y una densa instrumentación con la que consiguen sumir al oyente en un agujero negro en el que el psycho-doom se muestra esplendoroso.

‘Leviathan’ cruje lentamenteen una oscura atmósferaen la que el doom más lisérgico aprieta en cada riff. Parsimonioso y cansino, el tema habita en insondables cavernas lisérgicas custodiada por esos monolíticos riffs ejecutados a desde la pausa. La voz ceremonial pone la dulzura a los ásperos golpes rituales con los que la banda ejecuta sus canciones. Una forma de ver el doom en baja fidelidad enriquecido con seductoras melodías y una ambientación lúgubre, pero a su vez, sumamente sugerente. Una encarnizada lucha de las fuerzas del mal, con la magia y la sensibilidad con un resultado fascinante.

El álbum cierra con otra canción en la misma línea argumental del resto del álbum. Algunos estereotipos del género aparecen ejecutados con solvencia en ‘Yellow queen’. Buenas melodías vocales llenas de sentimiento y belleza tratan de hacerse su espacio entre la densidad de sus pesados y lentos riffs. Con momentos de delicada psicodelia DAEVAR ponen el contrapunto a sus plomizas canciones con pasajes ensoñadores de psicodelia narcótica y gratificante. Una forma magistral de un álbum que si bien, no aporta muchas novedades, sabe conquistar al oyente con una ejecución magistral e impoluta de sus canciones.

 Daevar

The Lasting Dose Records

Reseña: ALUNAH.- ‘Strange machine’

‘STRANGE MACHINE’, el nuevo álbum de los británicos ALUNAH, viene marcado por la dualidad de sonido proto-doom de tonos ocultistas, con la suavidad y sensualidad que su vocalista imprime a cada canción. Con el legado de los 70’s muy presente, en todas sus vertientes, pero también con el sonido pesado del siglo XXI, golpeando en cada corte, el álbum nos ofrece una agradable escucha. Con una producción impecable, el álbum contiene nueve canciones que no se quedan en los estereotipos del rock ocultista, sino que se complementan con vibraciones heavy-rock, pinceladas blues, y fuertes ritmos Stoner, algo muy de agradecer, ya que son demasiadas las propuestas de este tipo que suenan igual. Marcado por el poder seductor de la voz de su cantante Siân Greenaway, las composiciones se muestran con un gran atractivo para el oyente. El álbum funciona entre remolinos psicodélicos que adornan unas melodías que siempre ofrecen al oyente esos tonos ocultistas marca de la banda. Sin duda cualquier amante de los sonidos proto-doom de los 70’s encontrará aquí un aliciente para su gratificante escucha, pero a la vez, los nuevos seguidores también encontrarán su espacio sonoro.

‘STRANGE MACHINE’ está disponible vía Heavy Psych Sounds.

ALUNAH son: Siân Greenaway (voces) Matt Noble (guitarra), Daniel Burchmore (bajo) Jake Mason (batería).

‘Strange Machine’ se desarrolla entre golpes de hard-rock ocultista. Con la voz de Siän amortiguando con su sensualidad las embestidas de sus gruesos riffs, el corte se muestra firme y pesado. Sus coros efectivos ponen el tono colorista a una canción con altas dosis de vibraciones proto-doom. Un buen uso de bajo y guitarra complementa un tema que de inmediato golpea al oyente poniéndole en el camino por el que se va a desarrollar el álbum.

Con un sonido más primitivo ‘Over The Hills’ sigue explorando la fórmula de voces ensoñadoras y riffs contundentes. Las atrayentes melodías se colorean de un ambiente retro con mucho gancho. El clásico sonido pesado de los 70’s toma tintes contemporáneos con la densidad de sus riffs y constantes oscilaciones bien trabajadas. Siempre aportando momentos sugerentes, el tema se contonea mostrando todo su atractivo. Algunos ganchos de guitarras heavy-rock aparecen para dar brillo a una canción que cuida todos los detalles para mostrarse digerible para el oyente.

En un ambiente más psicodélico, ‘Fade Into Fantasy’ baja la intensidad para mostrar el lado más sensual de los británicos. Un tempo lento amortigua la fuerza de la banda, esto hace que el tema se muestre suave y sugerente a pesar de que la banda no se sale de su propuesta. Delicado en su melodía, el tema prescinde de los sonidos pesados para dejarse llevar por un relato en el que la sensualidad toma un mayor protagonismo. Los pasajes líricos se complementan por los siempre poderosos tambores y una guitarra que camina por desarrollos lisérgicos entre falsetes ensoñadores y una nebulosa ambientación.

En ‘Broken Stone’, encontramos una apertura guiada por una poderosa línea de bajo que nos lleva a un escenario Stoner en el que se mantiene el espíritu ocultista. Su sonido difuso se alimenta de turbios riffs mientras la voz aparece con mayor fluidez. En el corte aparecen ciertos ecos blues que enriquecen un tema en el que el sonido de los 70’s se fusiona con vibraciones arenosas más contemporáneas.  La épica heavy-rock del registro vocal, se mantiene en la nebulosa del tema.

‘Psychedelic Expressway’ es un oasis colorista en esta amalgama de vibraciones pesadas. Casi con un espíritu west-coast, la suavidad del corte destaca en un álbum que se inclina por vibraciones pesadas. Aquí las aterciopeladas melodías vocales se complementan con una instrumentación más volátil y calmada. Todo un bálsamo que refleja a una banda versátil y que se maneja bien con las vibraciones vintage herederas del flower-power.

Retomando el espíritu hard-rock stonerizado, ‘The Earth Spins’ se empapa de fuzz y crujientes riffs para mostrar un tono más contundente. Con la colaboración de Shane Wesley (Crowbar) a la guitarra el sonido se torna más plomizo y difuso, con voces y coros que contrarrestan la fuerza de sus riffs. Con una primera parte pesada y rugosa, el tema nos ofrece una segunda parte en la que cambia el sonido para ofrecer pasajes más ensoñadores y líricos. Una fórmula que funciona y con la que ALUNAH se sienten cómodos.

‘Silver’ es un torrente de heavy-rock con adornos Stoner. Un frenético corte lleno de ritmo que no se sale del guion ofreciendo sus ganchos retro-rock. Fuertes tambores, riffs difusos y voces y estribillos pegadizos son el argumento de un a canción vitalista que no se queda en un sonido estereotipado, sino que se adapta a las habilidades de los británicos.

En la misma línea heavy-rock, ‘Teaching Carnal Sins’ continúa con su turbio sonido, así como unos atractivos estribillos y coros superpuestos. Lleno de fuerza, el corte es un derroche de energía y en él, encontramos interesantes solos de guitarra que afloran del torrente de sonidos difusos y voluptuosos, que comanda gran parte de la canción.

‘Dead Woman Walking’ pone el cierre con vigorosos riffs y una gran solidez. Sus poderosos tambores llevan en volandas la canción sin salir del territorio de los sonidos pesados. Heavy-rock vs Stoner en una combinación llena de gancho y en la que los estribillos consiguen que todo transcurra con fluidez.

ALUNAH:
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Reseña. WEEDEVIL.- ‘The return’

THE RETURN refleja a una banda novel que toma vibraciones pesadas para ejecutarlas con cierta ortodoxia. Canciones de larga duración y una aparente monotonía, nos sumergen en una fosa doom, con una atmósfera ocultista y vestigios del heavy rock de los 80’s. Sacándonos de la rutina con vibraciones alternativas de los 90’s, las canciones en su conjunto, están todas diseñadas siguiendo un mismo patrón. Riffs monolíticos ejecutados a ritmo lento y plomizo, y una voz que asoma de la oscuridad para poner algo de luz a sus sombrías canciones.  Fuerza y sonidos difusos con alguna pincelada psicodélica, así como ciertas melodías pegadizas. Los brasileños no se andan con sutilezas y se postulan como una banda pesada mas dentro la prolífica escena sudamericana. Liderados por la fuerte voz de la doom-lady Lorraine Scar y con una sección rítmica sólida y asesina, la banda está lista para sacudir las cosas con sus cinco canciones, serpenteando a través de los fascinantes caminos de la música Stoner conducida por un trabajo conceptual que nos guía a aguas profundas. ‘THE RETURN’ es una bestia de cinco cabezas que basa su sonoridad inmersiva y cautivadora en riffs lacerantes, voces hipnóticas y una sección rítmica afinada y vibrante. 

WEEDEVIL son: Lorraine Scar (voz), Paulo Ueno (guitarra), Bodão (guitarra), Dani Plothow (bajo) y Flávio Cavichioli (batería).

‘Underwater’ se nutre de crujientes riffs de vocación doom y voces más propias del heavy-rock de los 80’s. Con un registro agudo en las melodías vocales, los brasileños equilibran la pesadez de sus difusos riffs. El tema resulta bastante lineal en su ejecución instrumental, solamente alterada por la entrada de la voz. Aún así no contiene altibajos, pero si momentos en los que los solos cegadores aportan unas gotas de psicodelia a su contundente sonido, influenciado por momentos por el heavy-rock.

Sin salir de ese escenario de pesadez, ‘The Void’ contiene elementos heavy-psych, que aplacan la distorsión de sus guitarras. Lento en su ejecución, cada nota se toca con una parsimonia que encaja con su propuesta doom. En tonos más ocultistas, el corte parece querer despeñarse por un barranco psycho-doom, algo que nuevamente las voces amortiguan en su caída. Sus casi diez minutos pueden resultar excesivos y monótonos, pero, por el contrario, los más puritas del género, encontrarán en esto, un aliciente para su escucha. Su carácter ceremonial, especialmente en el registro vocal, lo acerca claramente a una propuesta de ocult-rock, aunque también se vislumbra un espíritu alternativo.

‘The return’ incide en esa propuesta psycho-doom. Desarrollándose en una pegajosa atmósfera humeante, el tema explora la penumbra adecuando su sonido a este entorno sombrío e inquietante. Al igual que el corte anterior, aparecen algunos matices alternativos que dan brillo a su turbio y pesado sonido. El tema se adorna con descargas de fuzz intoxicante que por momentos nos sacan de sus aterradoras resonancias. 

El camino trazado en las canciones anteriores continúa por la misma senda con ‘Isn´t a Love Song’ Ecos heavy-rock, riffs parsimoniosos y plomizos y una cierta luminosidad vocal más cercanas a este género. Sin demasiados alardes, la canción deja un mayor espacio al lucimiento de su vocalista con melodías algo más elaboradas y pegadizas, pero, en cualquier caso, sin salirse del guión.

‘Genocidal’ deja un mayor espacio a los riffs heavy-metal desarrollados en oscuras grutas empapadas de fuzz. Con un ritmo lento, pero con un carácter menos doom, el tema cuenta con los mejores pasajes de guitarra de todo el álbum.

Weedevil 

Abraxas

DHU Records

Reseña: PIA ISA.- ‘Distorted Chants’

PIA ISA, la cantante de la banda noruega SUPERLYNX, nos ofrece en este, su primer trabajo como solista, un álbum intimista en el que los drones y los elementos doom-gaze se fusionan con una oscura psicodelia desarrollada en atmósferas tenebrosas. Todo un ritual espiritual que parece invocar a misteriosas deidades y cuyos cantos nos sumen en un hechizo. Una catarsis sonora y personal en la que PIA ISA, se libera de sus demonios a través de diez maravillosas canciones llenas de sentimiento. Con su voz como principal herramienta, sobrevolando densas y humantes atmósferas, ejerce como Suma Sacerdotisa de este aquelarre psych-doom. Una instrumentación exótica, lenta, turbia y pesada, acompaña esta mágica ceremonia meditativa. Con artistas como Chelsea Wolf, o como su propia banda SUPERLYNX, como elementos inspiradores, ‘DISTORTED CHANT’ se erige como un álbum conmovedor, sombrío, pero rebosante de espiritualidad. Cabe señalar la colaboración del guitarra de Yawning Man, Gary Arce, en tres canciones del álbum, en ellas, aporta su granito de arena para que todo gravite en una atmosfera que suaviza las embestidas de su atormentado sonido. Si algo diferencia el álbum de su trabajo en SUPERLYNX, es el carácter contenido de sus ritmos y riffs, nunca sobrepasando el umbral. Aquí todo sucede a cámara lenta, y sin estridencias, con un espíritu minimalista, ambientado en la frialdad del círculo polar capaz de provocar escalofríos. Un prometedor debut, en el que la cantante noruega, canaliza su energía para enriquecer con ella, cada una de las canciones, empapándolas de sentimiento. Un álbum que me deja con ganas de más.

DISTORTED CHANT’ está disponible vía Argonauta Records.

‘Follow the sun’, con su monolítico sonido inicial, se ve enriquecido con la guitarra de Gary Arce (Yawning man), mientras PIA nos ofrece su lado cautivador. La dulzura de las melodías vocales equilibra la densidad de sus plomizos drones. En un segundo plano, la guitarra, por momentos imperceptible, acompaña los cantos y coros dotados de una espiritualidad superlativa. Ejerciendo como suma sacerdotisa, la cantante da muestras de la enorme sensualidad que posee su voz. 

‘Statistics’ nace del zumbido de drones y de unos elementos doom, que rápidamente nos sitúan en la trama ocultista de la cantante noruega. Una espesa neblina cubre este ritual ocultista. Frágil y cautivadora, PIA canta sus plegarias desde una calma inquietante pero llena de belleza. Sin prisas, el corte transita parsimonioso mostrando una extraña pesadez que contrasta con la delicadeza de su narrativa. 

Haciendo que el sonido se vuelva más turbio ‘Quiet Beach’ mantiene la línea del corte de apertura. Con un tono más sensual, la psicodelia nebulosa se apodera de una canción en la que los elementos doom crean una espesa cortina bajo cadentes y parsimoniosos ritmos rituales. A lomos del psycho-doom el corte transita por una senda tenebrosa con alguna guitarra afilada y balsámica. Aquí las plegarias contrarrestan las turbias vibraciones pesadas.

En ‘Trauma’, no parece que nada cambie. Elementos doom, lúgubres atmósferas, y la delicada voz ejerciendo su papel redentor. La distorsión y la pesadez puestas al servicio de una canción con aterciopeladas melodías vocales, que nos sume en un relato lúgubre y lleno de misterio. Aquí, nuevamente Gary Arce pone su guitarra al servicio de la cantante noruega. En esta ocasión los nebulosos elementos lisérgicos aportan balsámicos pasajes que contrarrestan la pesadez de su armonía. Con un tono más desgarrador, la voz se eleva celestial en sus incesantes cantos rituales.

El persistente sonido turbulento y de ‘Sleepless’ reaparece en una bella canción rebosante de melancolía. La dulzura asediada por ráfagas de tenebrosa psicodelia sirve para amortiguar un sonido estratificado en dos niveles. Los efectos envuelven al tema en un espacio humeante mientras PIA nos seduce con cautivadores momentos lisérgicos. 

‘A Hopeful Reminder’ camina por grutas psycho-doom impregnadas en efluvios psicodélicos. Un insondable espacio en el que la cantante se siente cómoda y en el cual mantiene ese espíritu ritual con su seductora voz. La canción muestra una más riqueza compositiva en su combinación de guitarras y drones.

De nuevo con la presencia de Gary Arce, ‘No Straight Line’ índice en una fórmula que funciona. Ofreciendo otra canción oscura, los susurrantes pasajes se adornan con vibraciones insertadas con sutileza, sin que esto haga que se pierda el espíritu devocional de este hechizante álbum. Repitiendo la armonía, el tema es enriquecida con unos desarrollos instrumentales que apunta a una salida a la luz, algo, que finalmente no se produce.

‘Mantra’, es un nuevo capítulo de esta tormentosa historia. Mas melódico si cabe, el omnipresente zumbido que envuelve todas canciones se va modulando con una lentitud casi desesperante. Como si no terminara de arrancar, la canción, como su propio nombre indica, es todo un mantra sonoro que atrapa al oyente con sus hipnóticos y repetitivos pasajes. Su aturdidor sonido, consigue sumirnos en un balsámico trance sonoro a través de narcóticos pasajes.

El suntuoso mundo de las tinieblas no parece tener secretos para la noruega. Así lo corrobra ‘Every tree’ con su lento y plomizo transitar. Un sonido monstruoso aderezado de psicodelia y de drones, en contraste con la melodía dark-folk de PIA. Otra canción ideal para la introspección y esa búsqueda espiritual en su propio interior.

El álbum cierra con acordes acústicos con ‘Velvet dreams’. Sin renunciar a los drones, el tema mantiene la narrativa del resto de canciones. Bellos pasajes de guitarra aparecen entre la densidad de su persistente zumbido. Aquí la voz desaparece dejando todo el protagonismo a un magnético sonido difuso de este fantástico álbum de rock ocultista.

PIA ISA

Argonauta Records