Reseña: RED SUN.- ‘From Sunset To Dawn’

‘FROM SUNSET TO DAWN’, el tercer álbum de los psiconautas italianos RED SUN, viene cargado de matices y emociones en unas canciones que se desarrollan bajo un tono cinematográfico más propio de una banda sonora de un film de ciencia ficción. Con su inquietante arte musical, el trio nos envuelve en sus ondas cósmicas para proporcionarnos unos minutos de introspección y momentos ideales para la relajación. Creadas para hacer que el oyente se deje llevar, las ocho pistas del álbum transitan por un entorno cósmico en el que la contundencia de unos riffs pesados se entrelaza con pasajes atmosféricos de psicodelia meditativa. Con un gran poder expresivo, RED SUN van construyendo un relato de ciencia ficción en el que la psicodelia cósmica es custodiada por un ejercito de riffs monolíticos y ornamentos psico-progresivos que incluso coquetean con los dictados del post-rock. Tratando de transmitir al oyente un sinfín de sensaciones, las ondulantes canciones modulan su ritmo para ofrecernos fascinantes atmósferas sensoriales. El resultado es un sonido potente, psicotrópico, cósmico y sumamente hipnótico que se traduce en fascinantes pistas que cabalgan entre la belleza y el misterio. Un arco iris de emociones en un caleidoscopio sonoro con los suficientes ingredientes para atraparnos en un viaje musical a inquietantes y balsámicos territorios sonoros. Estas contemplativas canciones resultan ideales para hacer esa pausa que todos necesitamos en estos tiempos tan alocados que vivimos. Desconecta con ‘FROM SUNSET TO DAWN’ y déjate llevar por este viaje cósmico repleto de sensaciones.

‘FROM SUNSET TO DAWN’ está disponible vía Subsound Records.

RED SUN son: Stefano Eno (guitarra), Mirco (bajo) y Fede (batería y sintetizadores)

Como si de la banda sonora de una película futurista se tratara, ‘Where Once Was Light’ a modo de introducción, nos abre las puertas al mágico mundo sensorial de los italianos. Pasajes atmosféricos de nítida vocación espacial son custodiados por riffs lentos y pesados creando un marco de expectación. Con una apetecible fusión de rock ácido y elementos espaciales, consiguen transmitir un relato instrumental ideal para degustar desde la calma.

‘The Sunset Turns Purple’ nos lleva más allá. En un entorno en el que conviven la psicodelia pesada con momentos de rugosidad Stoner, RED SUN escribe su propio relato. Una pista que juega con ritmos de vocación kraut y evidente espíritu cósmico. El termómetro perfecto del contenido del resto del álbum. Pero la pista no se queda ahí. Sino que fluye incansable con la mirada siempre puesta al frente. Los efectos envolventes revolotean bajo un ritmo ágil y dinámico que jamás mira para atrás. El sonido se muestra sólido y pesado, pero también psicodélico y cinematográfico haciendo aflorar ciertos pasajes progresivos.

 El relato prosigue con la atmosférica y psicotrópica ‘A Violent Dusk’ . Su carácter cósmico se nutre con algunos pasajes floydianos y con rugosos riffs en una fusión perfectamente diseñada para cautivar al oyente. El carácter sideral de la pista se enriquece con momentos progresivos y una sucesión de pasajes con la suficiente pesadez como para no caer en lo anodino. El espíritu cinematográfico se siente en cada surco de la pista.

Avanzando y profundizando en esas vibraciones psico-espaciales, los teclados y un ritmo futurista nos introducen en ‘The Shape Of The Night’. Entre la kosmiche-music, la psicodelia e incluso el post-rock, el ritmo hipnótico nos lleva en volandas en un viaje a lo desconocido. Surcando el cosmos, RED SUN exploran los confines de la galaxia con una pista caleidoscópica repleta de alicientes para el oyente.

Con un mayor protagonismo de los teclados ’Intempesto’ gravita en un insondable y silencioso espacio en la inmensidad de la galaxia. Modulando los tonos a un territorio mas progresivo, las pinceladas post-rock afloran mostrado una belleza sin parangón. Un balsámico corte con un bajo envolvente que contraresta la delicadeza de los acordes de la guitarra. Casi en un espacio drone, los efectos parecen mariposear entre la placida melodía. Ahondando en esos postulados post-rock la canción baja la intensidad con un carácter balsámico hasta diluirse lentamente en los confines del espacio infinito.

‘The Coldness Of The New Moon’ mantiene la esencia y propósito de la banda bajo un tono más dinámico. Acariciando al oyente con sutiles efectos, la armonía se repite y otra vez produciendo un efecto hipnótico. Sin darnos cuenta nos vemos situados en un espacio que va cambiando sus formas en un caleidoscopio sonoro en el que no faltan momentos de pesadez. Con una parte central más ácida, la canción se alterna ensoñadores pasajes con momentos de verdadera pesadez. Usando los mismos ingredientes, hacen que cada canción suene diferente, pero a la vez todas resultas coherentes y cohesionadas. Ofreciendo al oyente bellos pasajes de guitarra, el ritmo no desfallece jamás, mientras el bajo se mantiene excelso y cálido, a la vez que susurrante y fornido.

Si en la pista anterior los tonos ácidos y pesados predominaban, en ‘Towards The End Of Darkness’, persistiendo en la contundencia, las melodías exploran un espacio psico-progresivo con pasajes más elaborados. Esto no influye en la solvencia de una narrativa fluida y cautivadora. La pista ondula contoneándose grácil, a la vez que muestra toda su fuerza con ganchos Stoner con los que enganchar al oyente. Consiguiendo atraparnos en su pesado relato, el carácter cósmico parece difuminarse entre momentos heavy-psych de alto voltaje. Un balanceo que nos sitúa en un cautivador escenario sonoro.

Como epílogo a esta odisea cósmica, ‘The New Sun’ concede un mayor protagonismo a los teclados y sintetizadores creando un entorno sensorial diferenciado. Una exótica percusión tribal se mimetiza entre notas que van mirando a un entorno más electrónico y futurista. Situados en ese entorno, la psicodelia espacial de manual inicia su transitar por los confines del cosmos en una dinámica travesía. tornándose cada vez más hipnótico, los ritmos kraut van guiando el corte por la inmensidad del espacio sin un destino predecible.

RED SUN 

Subsound Records

Reseña: THE POLVOS.- ‘Floating’

Los psico-jammers cósmicos chilenos THE POLVOS regresan a la actualidad con su segundo álbum ‘FLOATING’. Han pasado casi cuatro años desde que nos sorprendieron con su magnífico debut ‘DARKNESS EMOTION’, elevando descaradamente su apuesta con esta nueva entrega. Porque ‘FLOATING’ es un álbum sólido, cautivador, rebosante de gratificantes texturas que son integradas maravillosas canciones de psicodelia espacial de alto nivel. Manteniendo sus genes heavy-psych intactos, la banda explora los confines del cosmos con cinco cautivadoras e hipnóticas canciones impulsadas por ritmos kraut. Unos sintetizadores que crean la perfecta atmósfera en la que expandir su sonido, y sobre todo un brillante trabajo de guitarras, hace posicionar a la banda en un lugar de privilegio dentro de la escena psico-espacial latinoamericana. Teniendo presente el legado espacial de bandas como Hawkwind, THE POLVOS, sin renunciar al legado cósmico de esas legendarias bandas del siglo pasado, miran al futuro sin rubor, incorporando vibraciones mas propias de bandas contemporáneas como King Buffalo, enriqueciendo así su creatividad. Este nuevo álbum es todo un viaje expansivo perfectamente diseñado en el que la banda de Concepción nos sume en un gratificante trance sensorial a través de los confines del cosmos infinito. Allí encuentran su espacio de confort para mostrar al mundo que son una banda a tener en cuenta en la escena heavy-psych contemporánea, pero también a no olvidarla como una de las bandas más frescas del rock espacial del siglo XXI. Sus travesías siderales se ven empapadas de hermosos pasajes instrumentales que a veces se impregnan de un apetecible tono exótico, algo sumamente acertado para colorear un sonido que es de todo, menos monótono, a pesar de su fuerte carácter hipnótico. Sin duda, un álbum para degustar y disfrutar de principio a fin en un ejercicio mental sumamente gratificante.

FLOATING’ está disponible vía Clostridium Récords, SurPop Récords y Smolder Brains Récords

El álbum abre con un cósmico ritmo galopante en ‘Into the space’. Recuperando el legado de HAWKWIND los chilenos crean una pista frenética, espacial, psicotrópica impulsada por un hipnótico ritmo de vocación kraut. Entre efectos y polvo sideral, la pista explora los confines del espacio en una tortuosa travesía en la que no faltan riffs gruesos y pesados.

‘Fire dance’, con su cadencioso y pesado ritmo de tambores es coloreado con impactantes solos ácidos, que definen el carácter de la banda. Envueltos en ese manto espacial, la psicodelia pesada se manifiesta con turbadores pasajes impregnados en sustancias lisérgicas. El corte parece transitar entre una senda futurista y el legado del space-rock de los 70’s.

En un tono más ceremonial, la magnética ‘Going down’ expande sus armonías y ritmos hipnóticos creando un espacio narcótico en el que expandir nuestra mente. Suavizando su propuesta sonora e incorporando acolchadas melodías vocales, los chilenos se acercan al sonido que bandas como King Buffalo han esparcido por el mundo. Con una magistral combinación de guitarras estratificadas el corte nos sume en un cautivador trance sensorial.

Por una senda heavy-psych ortodoxa ‘Acid waterfall’ emana lentamente en un génesis esplendoroso. Numerosos efectos, pausados acordes y una envolvente instrumentación van haciendo evolucionar una pista empapada en psicodelia pesada de alto nivel. Una magnífica canción llena de texturas y matices que reflejan la innegable calidad de la banda. Sus voces etéreas, la neblina atmosférica y el ritmo inquebrantable del corte, lo hace destacar por encima del resto de canciones del álbum. Aquí se conjuga el abanico estilístico que estos chicos imprimen a su psicodelia cósmica.

Poniendo el cierre a este brillante álbum ‘The Anubis death’ es otra canción psicodelia de fuerte carácter espacial, en la que THE POLVOS incorporan elementos orientales vistiendo su sonido de un tono exótico que encaja a la perfección en su propuesta. De nuevo, podemos apreciar el exhaustivo y fascinante trabajo de la dupla de guitarras que se retuercen en solo imposibles entre el hipnótico ritmo de unos tambores que clara vocación kraut. Al igual que el resto de canciones, el espíritu de Hawkwind es venerado con devoción.

The Polvos

Smolder Brains Records

SurPop Records

clostridiumrecords

Reseña: BLACK MOON CIRCLE.- Leave the ghost behind’

Han pasado cinco años desde su último álbum ‘PSYCHEDELIC SPARCELORD’, demasiado tiempo sin poder disfrutar de nueva música de estos magos de la psicodelia espacial y la improvisación. Ahora, la banda noruega nos compensa con 80 minutos de ‘viaje psicodélico’ sin ataduras, a través de siete impactantes canciones. En su décimo álbum (quinto de estudio), la banda parece explorar nuevos territorios con los que enriquecer su creación compositiva para empujar los límites del sonido que nos habían presentado hasta el momento. La incorporación a la batería del miembro de MOTORPSYCHO Tomas Järmyr, aporta una solidez palpable a unas canciones que no se rigen por ninguna regla. Ese espíritu libre a la hora de componer sus canciones hace que las mismas resulten fluidas, a pesar de su larga duración, algo que no está al alcance de todos. Es posible que sea el álbum más pesado y versátil de la banda hasta ahora. Evidentemente la improvisación es una fuente de creatividad para la banda de Trondheim, pero dentro de esas jamás espaciales en esta ocasión encontramos riffs rugosos melodías bien arregladas, y elementos progresivos. Todo esto hace que el sonido de BLACK MOON CIRCLE se muestre más sólido e incluso pesado. Pero no se asusten, los devaneos de efectos y los sintetizadores de Dr. Space, siguen ahí, surcando el cosmos entre efluvios psicotrópicos. Sus conmovedoras y largas canciones (una de ellas de mas de veinte minutos), no dejan espacio para la monotonía, ya que su fluida narrativa, hace que cada una de ellas siempre ofrezca un aliciente al oyente. Ya sea por los golpes de rock pesado de inspiración 70’s, como en los múltiples momentos en los que se dejan llevar por la exploración mas alocada. En ‘LEAVE THE GHOST BEHIND’ todo parece diseñado para el disfrute del oyente ya que el álbum es un constante tira y afloja entre lo impredecible y lo que las fuerzas caóticas de la improvisación libre espaciada decidan. Todo unido en el lado más arraigado de la estructura proporcionada por medio de la una composición exquisita de sus canciones.

BLACK MOON CIRCLE son: Vemund Engan, Tomas Järmyr, Øyvin Engan y Scott Heller

El bajo, la guitarra y la batería se grabaron fuerte, salvaje y en vivo en Nautilus Studio en dos partes separadas. sesiones en diciembre de 2020 y marzo de 2021. Luego, Scott lanzó su sonido de sintetizador en la ubicación en Penalva da Alva, mientras que las voces se hicieron de vez en cuando en Trondheim.

Finalmente se registraron gaviotas en vivo en el lugar junto al muelle de la bahía contigua a Dora. El álbum fue mezclado en Nautilus por Øyvin Engan y masterizado por Magnus Kofoed en Estudio Brygga, Trondheim, Noruega. Las esculturas de la portada del álbum fueron talladas en madera por el artista Erlend Leirdal. El diseñador Steffen Telstad junto con el fotógrafo Endre Forbord prepararon el escenario y ejecutaron la sesión de fotos La portada fue diseñada por Håvard Gjelseth. El álbum fue grabado con el apoyo de Trondheim Kommune.

‘LEAVE THE GHOST BEHIND’ está disponible vía Glover Records / Stickman Records (Soulfood Music)

Con una duración de once minutos y una presencia doom en su apertura, ‘Snake Oil’ se erige como una pista pesada y psicodélica a la vez. Los incesantes sonidos espaciales salidos de los sintetizadores de Scott, una contundente batería y la lentitud de la ejecución de sus riffs me confunden en su inicio. No tardan mucho en situar al oyente en el punto en el que mejor se manejan, Una espiral de psicodelia espacial con ritmos pesados y una voz rebosante de sentimiento. Con una vibración vintage, la canción transita por el particular cosmos de la banda de Trodheim con melodías vocales cautivadoras. Jugando a la perfección con los elementos crean una composición superlativa que mantiene su espíritu de improvisación con sólidos y pesados pasajes de hard-rock, psicodelia y atmósferas espaciales. Mostrándose por momentos como una canción pesada compuesta el los 70’s, BMC, no renuncian a esos efectos y espirales que nos sumen en un trance psicotrópico, manteniendo su espíritu intacto. La larga duración del corte permite pasar por distintos estados de ánimo. Desde las bacanales lisérgicas, la pesadez de su sonido, y las cuidadas melodías rockeras. Todo ejecutado de una forma fluida y atractiva, y si, psicodélica por supuesto.

‘Serpent’ se muestra mas experimental. Con un sonido grueso, el corte se desarrolla en una atmósfera cósmica de la que salen sus cautivadoras melodías. La dualidad de su difuso sonido, y las vibraciones de los 90’s se conjugan con gran acierto. El tema camina a trompicones con una sucesión de vibraciones agolpadas de una forma aparentemente caótica, pero en cuanto llegan los estribillos, la canción se convierte en un plato apetecible. Es posible que el sonido de la banda haya variado respecto a anteriores entregas, pero el espíritu de los noruegos está presente.

La cosa cambia con ‘Psychedelic Spacelord (Lighter than Air)’, una canción cercana a los veinte minutos en la que BMC reflejan su esencia psicodélica con un sonido áspero en su parte inicial. Golpes de riffs rugosos, y un registro vocal que mira inexorablemente al pasado, hacen que la pista consiga el objetivo de sumir al oyente en una narrativa fluida. Con una pesadez caustica, la banda golpea entre constantes cambios de ritmos y sintetizadores envolventes que aportan el espíritu sideral característico de la banda. Al igual que hemos visto en los álbumes de MOTORPSYCHO, una legión de bandas noruegas parece mirarse en ellos para ofrecer un sonido versátil y atrayente a partes iguales. La pista no da respiro en ningún momento, teniendo el punto de mira en un avance constante. El trabajo de la línea de bajo destaca entre los poderosos tambores y los pasajes de guitarras. Con aspecto de haber nacido de una improvisación, la canción va explorando diferentes estados sin que nada resulte anodino. El corte se pierde en una espiral psicodélica en la que banda ejecuta sus instrumentos de una forma anárquica que acaba por dejarnos en un insondable entorno cósmico. Una vez allí la guitarra destila pasajes lisérgicos de alto octanaje, demostrando que estos chicos se manejan bien en estos escenarios lisérgicos.

Cambiando el registro ‘Bubbles in the air’ es una suave canción ejecutada con pausados acordes acústicos y una voz cálida a la vez que cautivadora. Todo un bálsamo para los sentidos con reminiscencias psico-progresivas adornado con algún efecto de sintetizador en la expresión mas minimalista de los noruegos.

‘Cohiba’ nos devuelve a los riffs gruesos con su espíritu 70’s. Con una impactante guitarra, la pista gravita en una atmósfera vintage y psicodélica con algún devaneo blues.  El corte mantiene su carácter contenido con un ritmo cadente pero firme. En su segunda mitad, las hostilidades psicotrópicas se desatan con una especie de jam en la que la guitarra copa todo el protagonismo con bucles interminables. Los efectos siderales no faltan a su cita aportando el carácter cósmico de muchas de las canciones de los noruegos.

Con diez minutos de duración, ‘Magellanic Cloud’ explora los confines de la psicodelia espacial. Auspiciado por una introducción de extraños efectos de sintetizador, el corte fluye en un insondable espacio psicodélico. Una magnética línea de bajo va creando el clima de este ceremonial chamánico. Pasajes heavy-psych de alto nivel van surcando ese escenario antes de la entrada de la voz. Con sólidos pasajes la banda alterna los momentos instrumentales (de gran peso en la pista) con otros en los que la canción se muestra más accesible y menos experimental. Con una estructura de jam convertida en canción, los noruegos logran un mágico equilibrio en el que cautivadores pasajes de vocación floydiana se enriquecen con agradables melodías vocales que se inclinan a un espacio más progresivo. Lea exploración psicodélica se vuelve más tormentosa en una parte final en la que la intensidad se incrementa sin que el corte pierda su esencia.

El corte final, ‘Radiant Sun’, se desarrolla durante mas de veinte minutos en los que la banda se siente libre para hacer fluir su creatividad. Un contagioso ritmo rockero inicia a andadura de esta nueva exploración sónica. Con el espíritu de los 70’s inmerso en sus surcos, la sólida pista ofrece multitud de matices y reverberaciones en un exuberante escenario psico-progresivo. Llegado a su mitad, el corte sucumbe sin rubor al caos de la improvisación con una orgía lisérgica de grandes dimensiones. Podría parecer que BLACK MOON CIRCLE han perdido el rumbo, pero su capacidad para lograr que la pista se muestre conexa, evita que el oyente se pierda en exuberancia de su instrumentación. Efectos de guitarra, sintetizadores una línea de bajo completamente hipnótica y unos tambores alocados son los elementos usados para este tormentoso recorrido una jam que se vuelve más espacial en esta parte central. Tras la tempestad siempre llega la calma, y ésta, se representa en la descripción de un espacio en el que el vacío del cosmos es el protagonista. Sorteadas todas las adversidades del camino, la susurrante voz parece para crear el sosiego necesario tras la monumentalidad de los caóticos pasajes previos. Un epílogo perfecto con tintes psico-progresivos que hace que esta canción sea de lo más interesante de este brillante e inusual álbum.

 

Black Moon Circle

Stickman Records

Crispin Glover Records

Reseña: SHEM.- ‘III’

SHEM es un colectivo de músicos alemanes que tiene como objetivo interpretar piezas sonoras de improvisación influenciadas por una amplia gama de épocas y variedades de música psicodélica y progresiva. A través de la combinación elementos de ambient, drone, psych así como con elementos de rock espacial, construyen improvisaciones épicas empapadas de reverberación. Atravesando barreras sensoriales consiguen rebasar los convencionalismos con una experimentación sonora inspirada en la kosmiche music nacida en los 70’s, que se salta todas las barreras. En constante movimiento y cambio de forma dentro de este reino, su tercer álbum ve al colectivo alemán explorar más los aspectos meditativos y rituales de la música ambiental, el sonido arrebatos de rock espacial y los ritmos atávicos del krautrock. Construyendo tensión a través de distorsiones zumbantes y oscilaciones arremolinadas, llevadas por constantes patrones de percusión y líneas de bajo inquebrantables y envueltos por distantes cantos primarios del más allá, los cuatro Las pistas de «III» representan los capítulos de un viaje catártico, invitando al oyente a experimentar diferentes estados de ánimo a través del éxtasis y la repetición. Este relajante álbum permite expandir tu mente con agradables y balsámicas vibraciones de corte cósmico, en una ceremonia devocional de gran poder terapéutico.

‘III’ está disponible a través de Clostridium Records en una edición limitada a 200 copias en verde jaspeado / 200 copias en vinilo negro e incluye póster tamaño A3 con logotipo y pegatinas La versión verde jaspeada también incluye una alfombrilla con el logotipo.

Los más de dieciséis minutos de ‘Paragate’ reflejan un insondable viaje por el espacio sideral a través de desarrollos psicodélicos envueltos en tonos cósmicos. Lentos desarrollos ambientales empapados en revelaciones y efectos que vagan por el cosmos, impulsados por un cansino ritmo kraut. Un parsimonioso génesis que gravita entre supernovas y asteroides con una narrativa de ficción mas propia de un film futurista. Reconfortantes pasajes instrumentales que causan un efecto balsámico y expansivo de la mente del oyente. Los teclados y sintetizadores se entrelazan con guitarras lisérgicas en un placentero sueño intergaláctico. La nave cósmica se deja llevar por las corrientes del universo en dirección a algún remoto lugar. Con elementos drone, logran crear la atmósfera perfecta para el desarrollo de la pista. Podríamos pensar que a lo largo de este cuarto de hora no sucede nada, pero cuando sin duda, la fluidez con la que se ejecuta hace que todo resulte cautivador. Es una pista para dejarse llevar por ese estado gravitatorio que no sabemos adonde nos llevará, pero el viaje resulta interesante y agradable. Rock espacial en un mundo por descubrir, que cualquier amante del género, le gustaría encontrar.

En algo menos de tres minutos, ‘Lamentum’ cambia de alguna manera su fisonomía, sin perder la esencia respecto al corte anterior. Cálido y reconfortante, el corte palpita con un espíritu devocional al que se añaden algunas voces ceremoniales de aspecto celestial. Un mantra sonoro para liberarnos de las malas vibraciones y dejarse llevar por la meditación.

‘Restlicht’ mantiene el carácter meditativo de un álbum para la introspección y la expansión de la mente. En una oscura atmósfera los elementos drone y los sonidos ambientales van construyendo una pista psicodélica de inequívoca vocación espacial. Zumbidos y unos pausados tambores, crean el ambiente meditativo ideal para mirar hacia nuestro interior.

 

Con un sonido más hipnótico e intenso, los drones nos ponen en una travesía sideral en ‘Refugium (Beyond The Gravitational Field Of Time And Space)’. Elementos kraut y la repetición como bandera de otro corte ambiental en el que la psicodelia nos susurra suavemente acariciando nuestros sentidos. Una catarsis sensorial presidida por la repetición a través de magnéticos desarrollos empapados de efectos y reverberaciones. SHEM inserta voces espectrales en los momentos más tormentosos dando un tono un poco inquietante a un corte presidido por el misterio. Una nueva exploración de insoldables atmósferas ambientales situadas a años luz de nuestro planeta.  La canción concluye con reconfortantes pasajes de guitarra que aportan el bienestar a su tormentoso transitar.

clostridiumrecords

Reseña/Crónica: ECSTATIC VISION.- ‘Live at Dunajam’

Casi un año después de su épica actuación en el mítico Dunajam, ve la luz el álbum que recoge la esencia de aquel salvaje concierto que ECSTATIC VISION ofrecieron en el mágico evento. En esta ocasión, me pareció más importante, narrar lo sucedido como si de una crónica se tratara, en lugar de reseñar como tal el álbum, ya que es mucha la curiosidad que despierta en la mayoría del público de la escena un evento como el Dunajam, y poca la información y certeza que sobre él se tiene. Esperemos que estas palabras sirvan para poner luz a tanto mito. Pero comencemos desde el principio. Hace casi cinco años, la banda de Filadelfia aterrizaba por primera vez en el Dunajam, donde ejecutaban el primer show de su gira europea de aquel año. Aquel concierto sobre la arena de la playa fue definido por la propia banda como ‘El show mas loco que hemos dado en nuestra vida’. Para los afortunados que pudimos presenciar aquel concierto, esas palabras tenían toda credibilidad, ya que, efectivamente fue un concierto loco, loco, loco, y absolutamente memorable. La banda venía con las energías intactas y no se dejó nada guardado, dándolo absolutamente todo. Varias ediciones después, ECSTATIC VISION repetían visita en el idílico evento. La ubicación era diferente, en esta ocasión el lugar en el que se desarrolló su actuación se encontraba al pie de un hermoso acantilado. Lo suficientemente alejado de cualquier núcleo urbano para que la soledad del entorno nos brindara un espacio acogedor, donde poder vivir esta sensacional fiesta. En una tarde calurosa y con algo de viento, el personal iba llegando sin prisa al lugar, algo frecuente en este evento. Tras recorrer una distancia a pie desde el sitio en el que se podían dejar los coches, los presentes íbamos aprovisionados de comida y sobre todo bebida, para vivir otro momento inolvidable. La propia banda trasladaba su equipo en sus manos durante varios cientos de metros hasta llegar al lugar señalado para su actuación. Allí, tres pallets de madera en el suelo, y unos altavoces a los laterales,  era el escenario en el que desarrollarían su actuación. Teniendo en cuenta que la hora del evento estaba diseñada como cada día, para poder disfrutar del ocaso del sol, y contemplar como se escondía en el horizonte, regalándonos un cielo lleno de colores, el mejor juego de luces con el que una banda podría soñar. El espíritu del festival es el de disfrutar de grandes bandas en entornos paradisiacos en un ambiente de armonía y camarería total. La banda llegaba con la lección aprendida, y sabía a la perfección como enfocar su actuación. Por otro lado, los que ya habíamos estado presentes en su anterior visita, teníamos la certeza de que algo grande iba a suceder, como a la postre así pasó. ECSTATIC VISION lo habían vuelto a hacer.

En el Dunajam todo sucede sin prisa, con la calma suficiente para que la fiesta sea sumamente gratificante, y los preparativos previos a la actuación que ahora ve la luz en disco, sucedían con calma. El lugar requería una logística mayor, ya que, en cada actuación, los cables que van desde la mesa de sonido al astero escenario, eran enterrados bajo la arena de playa, siendo marcada su presencia con algún elemento visible, para que nadie sufra ningún percance. Junto al acantilado, no hay arena, sino tierra y rocas, lo que hacía mas laborioso dejar es espacio preparado para el comienzo del show. También como en cada actuación, las bolsas para la basura que generan los asistentes son colocadas con un palo largo completamente visible desde cualquier sitio. De esta manera, cuando dejamos el lugar, este queda en el mismo estado en el que se encontraba antes de que llegáramos los asistentes a él.  

Con todos estos preámbulos, el cuarteto de Filadelfia, se colocaba sus instrumentos y tras una breve presentación, arremetía con la fuerza sideral de ‘You got it or you don’t’. El tema del año 2017 incluido en su álbum ‘RAW ROCK‘ FURY’ se convertía en una bacanal sónica, con el saxo diabólico y solos de guitarra ácidas completamente salvajes.  Así la banda iba directa a la yugular de los presentes, con una canción asesina que marcaría el camino de su actuación.

Sin mucha pausa, era el turno de los sintetizadores chirriantes en la apertura de ‘Times up’, una canción de su álbum ‘ELUSIVE ‘MOJO’ que conjuga el espíritu de Hawkwind y la rabia de The Stooges, en la particular visión intergaláctica de la banda. Con su cantante y guitarra Doug, alentando al personal, y dejándose la garganta en cada estrofa. El vendaval se desataba con Doug y Kevin revolcándose sobre el suelo con sus instrumentos sin dejar de tocar. metiéndose entre el público, ya en esos momentos, todo el mundo rodeaba el escenario, porque ECSTATIC VISION hacen que sus actuaciones sean interactivas, haciendo que la gente participe junto a ellos. Con el micrófono sujeto sobre su mano y caminando de espaldas, Doug recorría las inmediaciones del escenario seguido por Kevin tocando el saxo. Esto ya no tenía vuelta atrás. En esos momentos las apuestas se centraban en cuanto tiempo iba a pasar hasta que se encaramara a lo alto del altavoz, porque aquello, no habría duda que sucedería como sucedió cinco años atrás.

La locura estaba desatada y ‘The electric step`’ comenzaba a sonar con un turbador sonido de sintetizadores. Los ritmos krauts aparecían por si se necesitaba mayor poder hipnótico. Una intensa versión del corte con su cantante vomitando cada estrofa, y una intensidad completamente esquizoide.

La fiesta continuaba con ‘Deathwise’, un nuevo corte salvaje y trepidante con el que no bajan el pistón. La tarde iba llegando a su final y tras el escenario, la vista había cambiado. El cielo se tornaba más rojo con la llegada del ocaso, lo le daba otro tono al entorno, y por ende, a la actuación. En esos momentos ya nadie se mantenía quieto, los bailes desenfrenados y las interacciones con la banda se sucedían en una audiencia enfervorecida. Encarado a lo alto del altavoz, se repetía la estampa icónica que habíamos vivido hace cinco años y que documenta la foto de portada del álbum.

‘Tv eye’ daba paso a una bacanal en la que ya nadie tenía el poder sobre lo racional, A partir de aquí, cualquier cosa podía pasar. El caos se adueñaba del Dunajam para gozo de los presentes. Porque una actuación tan desenfrenada no es fácil vivirla, y mucho menos en ese entorno escenario con las olas rompiendo a poca distancia de nosotros.

Para cerrar el álbum ‘Come together’ documenta otro de los momentos más locos. Con absolutamente todo el mundo dejándose llevar por las distorsiones y los ritmos de la banda, estos, ofrecían sus instrumentos a los presentes, todo valía ya. Algunos grababan con su móvil este momento histórico y el propio Doug cogía estos teléfonos para enfocar hacia el público y que se comprobara el descontrol y la fiesta por todo lo alto que estaba sucediendo. Ya no había músicos y público, todos estábamos unidos por la misma misión, hacer que aquella tarde, fuera absolutamente inolvidable.

‘LIVE AT DUNAJAM’ recoge toda la esencia de una actuación que, si bien fue mas larga de lo que se ha registrado en el disco, fue absolutamente irrepetible y sensacional como reflejan estos surcos que ahora ven la luz vía Heavy Psych Sounds. Personalmente es un placer para mí haber tenido la oportunidad de estar allí, viviéndolo desde dentro, y también de haber colaborado con la banda con parte de mi material gráfico grabado aquel día,  para que este álbum y dvd puedan ser posibles.

Ecstatic Vision 

HEAVY PSYCH SOUNDS