Reseña: THE MACHINE.- ‘Wave cannon’

Alejándose de la influencia centrada en el rock ruidoso de su álbum ‘FACESHIFT’ de 2018, THE MACHINE exploran los lados más pesados ​​​​del shoegaze, el rock  progresivo y la psicodelia en su nuevo y lisérgico nuevo álbum ‘WAVE CANNON’. En su séptimo registro, regresan a la forma de sus inicios con un enfoque mas moderno. Con canciones ambientadas en un entorno mas suave, exploran sus fuertes raíces psicodélicas en una hora intensa dividida en seis canciones inmersivas que, con su eclecticismo, indicen en un sonido completamente difuso. El trio consigue el equilibrio alternado pistas más pesadas, con otras muchos más volátiles en las que las vibraciones espaciales y las melodías shoegaze copan el protagonismo. Tras los cambios en su formación, (el álbum está grabado con su anterior batería Davy Boogaard), THE MACHINE renuevan sus propósitos en el séptimo álbum de su carrera. Un álbum empapado en reverberaciones, fuzz y sonidos atmosféricos, en el que THE MACHINE se reivindican con una apuesta versátil con la que conquistar nuevos fans, pero también con la que se congracian con algunos de sus viejos seguidores. Cuidando la melodía, el trio crea canciones cautivadoras que esconden una vocación pop, ocultada sobre las descargas de distorsiones. De esta manera, sin renunciar a su esencia, ofrecen una versión renovada de si mismos, con una retroalimentación que les hace mas fuertes. Si bien no estamos ante un álbum que te conquiste a la primera escucha, cada nueva audición, resulta mucho más enriquecedora para el oyente. La duración de sus canciones (la mayoría de ellas de 15 minutos), permiten a los holandeses dejarse llevar por sus instintos. Explorando diferentes vibraciones nos meten en un agujero de gusano, que transita por el cosmos impulsado por riffs pesados y melodías neo-psicodélicas, algo que a mi me atrapa, pero que no estoy seguro de que toda la audiencia entenderá.  Lo mejor, es que cada uno de vosotros saque sus conlusiones.

‘WAVE CANNON’ fue grabado por: David Eering – guitarra/voz, Chris Both – bajo y Davy Boogaard – batería, habiendo sido reemplazo  en la actualidad en los tambores por Klaas Dijkstra, y está disponible vía Majestic Mountain Records.

Sonicblast Fest

Con un sonido grueso y plomizo ‘Reversion’ nos recuerda que los holandeses son una banda Stoner que gusta de impregnar sus canciones con altas dosis de fuzz, pero que también les gusta viajar por escenarios psicodélicos. Con un tono shoegaze, la pista gravita en una atmósfera lisérgica enriquecida con golpes de pesadez. Por momentos coqueteando con una atmósfera espacial, crean un espacio inmersivo bajo un aura neo-psicodélica.

Una extraña introducción abre ‘Genau or Never’. Aquí el hipnotismo del trio se manifiesta en un ritmo kraut y una instrumentación atmosférica que recuerda a la cara más sosegada de la banda. Impulsada por una fuerza sideral, la canción avanza en una exploración cósmica con intensos momentos de psicodelia expansiva y un sonido denso, difuso e incluso minimalista.

Los rugidos de ‘Glider’ nos recuerdan quienes son estos chicos. Unos magos del Stoner que ha pesar de experimentar mantienen esa esencia indemne.  Extremadamente lisérgico, el corte se impulsa por un sonido denso y plomizo que se contrarresta con las voces lánguidas y un espíritu cósmico. La banda se retroalimenta dejando patente que siguen mirando al futuro a través de su particular agujero de gusano. Un camino de ida y vuelta desde el desierto a algún insondable espacio sideral. El trio pone la maquinara a máximas revoluciones para surcar los confines de la galaxia entre efectos y distorsiones acompañados de un ritmo pesado que suavizan con melodías que se inclinan al pop por momentos.

Estamos ante un álbum algo ecléctico y el descaro alternativo de ‘Ride on Crash Kick’ así lo corrobora. Una atmosfera difusa nos intoxica con sustancias psicotrópicas y un desenfado que bebe del shoegaze pero sobre todo del Stoner rock. Algo que puede desconcertar a algunos, pero que otros, seguramente lo agradecerán.

La joya de la corona del álbum la encontramos en ‘Return to Sphere (Kneiter II)’. Sus veintidós minutos son un espacio suficiente amplio como para desarrollar todas sus inquietudes creativas sin complejos. Sumiéndonos en pozo heavy-psych, THE MACHINE recrea un sonido lisérgico sumamente penetrante. Su atmósfera volátil se complementa con una poderosa base rítmica y una espesa neblina que hace que todo sea turbio y difuso. Tras cinco intensos minutos de despegue, poco a poco las cosas cambian. Las vibraciones siderales fluyen entre efectos y distorsiones creando un espacio aturdidor. Con algunos ganchos ortodoxos en forma de riffs arenosos, pasamos a un entorno cósmico. En este espacio los sonidos repetitivos e hipnótico asoman a un mundo oscuro e inquietante, pero a la vez sumamente balsámico y lisérgico.

‘Wave Cannon’ nos empapa de melodías shoegaze y elementos neo-psicodélicos. Impulsando por si mismos, el corte atraviesa un espacio en el que todo se muestra borroso, algo que se repite en la mayoría de las canciones. Fuertes tambores, efectos y pedales, y un ritmo tosco e inquebrantable van armando las piezas de este turbio corte. En la parte central la pista coquetea con pasajes noise creando una atmosfera aturdidora que parece agotarse disipándose como un cortocircuito que deja sin energía la maquinaria. Un extraño parón central nos devuelve a un escenario de pesadez y fuzz en el que las melodías almibaradas aparecen para poner el contrapunto a la contundencia y aspereza anterior. En la parte final, la pista se vuelve más espacial, impulsada por un sonido cósmico y cegador a partes iguales.

The Machine

Majestic Mountain Records

Reseña: GIÖBIA.- ‘Acid disorder’

Los italianos GIÖBIA a estas alturas son ya unos veteranos en la escena psicodelia contemporánea. No en vano llevan más de una década publicando maravillosos álbumes que conjugan el legado de la psicodelia más almibarada y espacial de los 60’s, con las tendencias de la nueva psicodelia del siglo XXI. En su sexto álbum ‘ACID DISORDER’ mantienen la evolución de su lisérgico sonido, con ocho pistas que llevarán al oyente a estados alterados de conciencia, encantado a sus fans por el lado lisérgico de la música que es a la vez familiar pero también sumamente innovador. Con esa sensación de que alguna de sus melodías resulta familiar, construyen su particular puente entre el cosmos y la realidad cotidiana. Un viaje volátil  en el que las melodías ensoñadoras, flotan en el espacio sideral en un éxodo hacia nuevas dimensiones inexploradas reconfirmando el gusto puramente rockero de la banda y su inclinación por el encanto y el misterio de las bandas sonoras de ciencia ficción. Su fluida narrativa se adorna con atmósferas etéreas en las que los sintetizadores y las guitarra exhalan todo su poder psicotrópico con tono siempre futurista. Toda una paradoja que la base de su sonido se encuentre décadas atrás, y que el mismo mire siempre hacia el futuro con un espíritu innovador. Estamos ante un álbum cautivador, con momentos progresivos llenos de belleza, y  en el que podemos escuchar ciertas influencias de kraut-rock en línea AMON DUUL o ASH RA TEMPLE, así como referencias al legado de HAWKWIND, envueltas en un halo vintage más propio de films de Serie B. Si todavía no has entrado en el particular reino lisérgico del cuarteto italiano, ‘ACID DISORDER’ es un magnífico aliciente para hacerlo, una vez allí, te será difícil escapar de su particular agujero negro, ya que cada una de sus canciones, mantiene una narrativa fluida, en la que todo puede suceder.  

GIÖBIA son:

Bazu – Voz y guitarra,
Detrji – Bajo
Melissa – Sintetizadores y voz
Pietro – Batería

‘ACID DISORDER’ fue grabado en Elfo Studio en Piacenza, Italia, entre marzo y octubre de 2022. Diseñado y mezclado por Daniele Mandelli y Bazu, siendo masterizado por Giovanni Versari en La Maestà Studio. La obra de arte fue diseñada por Trevor Tipton, estando disponible a través de Heavy-psych Sounds Records.

‘Queen of wands’ inicia la exploración por insondables espacios cósmicos. Psicodelia futurista gravitando en el particular cosmos sonoro de los italianos. Teclados y sintetizadores atmosféricos, elementos progresivos y ritmos hipnóticos, van tejiendo la base de un corte espacial que navega con pausa por recónditos parajes siderales. Una misteriosa banda sonora de ciencia ficción con ecos sinfónicos describiendo el vacío   astral. Con una parte central más sosegada las vibraciones floydianas afloran con sutileza evocando a los grandes dinosaurios progresivos de mediados de los 70’s. melódico y suave, el corte parece susurrarnos en su transitar por esos insolubles entornos sonoros.

El ensoñador mundo de los italianos se nutre de celestiales voces en ‘The sweetest nightmare’. Creando una nebulosa y densa atmósfera las voces etéreas sobrevuelan entre la espesura de sus riffs pesados. Un tono de neo-psicodelia aparece en sus intrincados y variables desarrollos instrumentales. Un turbio corte con dos caras diferentes, ya que las dulces voces contrastan con la pesadez de algunos momentos de un corte en el que encontramos elementos progresivos.

En un tono más propio del rock espacial ortodoxo, ‘Equals energy’ contiene predominantes pasajes de sintetizadores entre golpes de riffs rugosos. Con voces que juegan con la robótica provocando un efecto hipnótico y ciertas pinceladas kraut, el corte mantiene el flujo cósmico en una atmosfera oscura y futurista. Los psiconautas italianos saben cómo manejar la nave para atravesar el espacio sideral en busca de nuevas rutas para su sonido.

Con una entrada aturdidora, los fuertes tambores de ‘Screaming souls’ crean un ambiente inquietante en la apertura de la pista. El flujo lisérgico se nutre de elementos futuristas en un paseo por la psicodelia del siglo XXI. Sustentado en sintetizadores y en un ritmo trepidante los efectos crean una espesa neblina que envuelve un corte magnético y vibrante. La difusa atmósfera mantiene las subidas y bajadas de intensidad en una tormentosa travesía sideral hacia el infinito. Empapado con aterciopeladas melodías casi shoegaze, la canción fluctúa sin perder nunca el rumbo en un avance que no tiene vuelta atrás.

Pocas cosas cambian en ‘Blood is gone’. Otra canción psico-espacial adornada con elementos lisérgicos y un aroma vintage que contrasta con su carácter innovador. Con una sucesión de giros y ornamentos la canción se nutre de meandros que colorean un sonido turbio y sumamente lisérgico. Manteniendo la tensión, riffs más rugosos aportan la fuerza a un corte con unas entrañas sólidas y devaneos que hacen mutar su intensidad. Nuevamente se vislumbra un cierto carácter progresivo acoplado a la nave nodriza de los italianos. Un gran trabajo compositivo en una canción con numerosos e interesantes elementos insertados en su melodía principal.

Circo gallattico’ resulta un nombre demasiado evidente para indicarnos el contenido de sus surcos. La aturdidora psicodelia espacial se impulsa por un flujo de ritmos hipnóticos entre efectos y sintetizadores. Con la maquinaria a pleno rendimiento GIÖBIA juega con los elementos cósmicos en otra canción que atraviesa estrellas y supernovas. Variados pasajes progresivos van moldeando las numerosas formas que el corte adopta en su desarrollo. Una experimentación que parece no tener límites y que acaba por construir un tema lleno de complejidad.

En un nuevo giro argumental ’In line’ explota los momentos más psicotrópicos del álbum con un sonido volátil en el que la guitarra y lis sintetizadores tejen una espiral psicodélica entre lánguidos pasajes vocales. Toda una barrera magnética que hace que el corte rebote en si mismo sin salir de la cúpula de sus hipnóticas vibraciones siderales. Con voces que se replican entre ecualizaciones, se mantiene un tono progresivo modificando el espíritu de la lisergia en la se impregnan sus surcos.

‘Acid disorder’ se desarrolla en un escenario más propio de bandas como DEAD MEADOW. Sus voces etéreas y los elementos de neo-psicodelia, transcurren en un plácido espacio de calma. La banda envuelve la canción con una cortina turbia y borrosa añadiendo un carácter más psicotrópico a la suavidad de sus acolchadas melodías vocales. Usando los teclados para emborronar el ambiente, los elementos espaciales se alternan con pasajes de rock más propios de una banda vintage. Es como si no quisieran renunciar al pasado, ni a seguir explorando nuevos caminos para desarrollar sus composiciones.  

GIÖBIA:
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HEAVY PSYCH SOUNDS:
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Reseña: DOMMENGANG.- ‘Wished eye’

‘WISHED EYE’, el nuevo álbum de DOMMENGANG, es todo un regalo para cualquier amante de la psicodelia del siglo XXI. Capturando la fuerza de sus shows en vivo, el álbum ofrece innovación de guitarra, ritmos serpenteantes y percusión propulsora con un alegre abandono en un viaje en el que la banda ha encontrado la clave, combinando su naturaleza desde la euforia a la trascendencia. Psicotrópicos momentos más propios de Earthless, se mestizan con pasajes herederos de Pink Floyd, y tonos neo-psicodélicos cercanos a bandas como Dead Meadow o All Them Witches, para construir un sonido personal, con su propia esencia. La banda juega con los elementos y los tiempos, para llevarnos a surcar el cosmos o a invitarnos a una introspección meditativa sin salir de casa. La irresistible guitarra impregnada de profunda psicodelia ácida, una percusión poderosamente expresiva y algunos tonos de bajo devastadoramente sucios, unidos a la entrega vocal dual de Markham y Wilson, así como letras bien pensadas, solo impulsan esta fuerza de la naturaleza que es ‘WISHED EYE’. Un álbum exquisito, serpenteante, en el que los hongos mágicos han esparcido su dietilamida para sumirnos en un trance sensorial llevo de alicientes. Cautivador, aterciopelado, y exuberante, su magistral contenido parece abrir un nuevo camino en la exploración compositiva de la banda de Portland. Porque este álbum es un catálogo de la psicodelia del siglo XXI, una psicodelia que no tiene límites, y que al margen de innovar tratando de abrir nuevas rutas, en sus surcos, la banda es fiel al legado de los pioneros psicodélicos de los 70’s, ofreciéndonos su particular fusión de estos elementos.  ‘WISHED EYE’ es el álbum de estudio de una banda que, en vivo, enciende la liberación caótica y la meditación de otro mundo. Para capturar esta energía y libertad en el estudio, el trío grabó todas las canciones juntas en una cinta y dejó que la experimentación se volviera loca. De hecho, este viaje de exploración estuvo vinculado a que todos los miembros se trasladaran a Portland, (Oregón), encontrando un nuevo hogar para que florecieran sus ideas. Markham explica: “Tocamos varias veces a la semana durante dos años, a veces sin otro objetivo real que tocar música y hacer ruido juntos. Muchas noches fueron seguidas por patios traseros alrededor del fuego”. Sig elabora: «Fuimos al ensayo sin más expectativas que dejar que cada idea respirara y dejarla actuar todo el tiempo que fuera necesario». Al trabajar sin restricciones ni limitaciones de tiempo, pudieron profundizar más que nunca en sus experiencias compartidas. Hablar de obra maestra, siempre puede resultar algo pretencioso, pero si este trabajo no lo es, sin duda está es un lugar cercano a serlo. Si te queda alguna duda, no seas tímido, abre tu mente, y déjate llevar…

WISHED EYE’ está disponible vía Thrill Jockey Records.

Evocando la serenidad de la belleza natural del noroeste del Pacífico, “Runaway” hace brotar lentamente sus suaves melodías. Un fuerte ritmo y voces etéreas afloran en un gratificante bosque sonoro en el que la psicodelia crea una acogedora atmósfera. Un espacio de gran belleza que parece susurrarnos con balsámicos pasajes y guitarras que hacen emanar narcóticas sustancias psicotrópicas. En corte tiene la facilidad de envolverte en ese cautivador y gratificante espacio sonoro presidido por el néctar de hongos mágicos. 

Mucho mas psicotrópica y pesada ‘Society blues’ encuentra la banda en un humeante escenario de blues psicodélico. Solos extenuantes explotan en una bacanal mas propia de bandas como Earthless, en una mutación hacia el blues de All Them Witches. Un espacio caleidoscópico que nos atrapa aletargándonos entre solos chirriantes. En una huida hacia adelante, el corte eclosiona con brillantes momentos de pesadez y una atmosfera aturdidora. Serpenteando en su transitar, las guitarras se desdoblan en una orgía psicodélica de grandes dimensiones con la dietilamida como protagonista.

Con fuertes influencias floydianas ‘Last Card’, es una balada entregada con verdadera vulnerabilidad y sinceridad. Auspiciada por una hermosa melodía y reconfortantes voces, el corte nos acaricia con delicadeza. Contenido en su ritmo, los desarrollos instrumentales se nutren de numerosos ornamentos bajo balsámicos pasajes vocales. El bajo protector parece hacer de Ángel de la Guarda de unas guitarras que no cesan en su empeño de mostrarse esplendorosas. Una impresionante canción que pone la pausa al frenesí ácido del corte precedente.

En un tono más experimental ‘Myth time’ se desarrolla en un entorno neo-psicodélico con borboteantes guitarras y un ritmo colorista. Aterciopeladas melodías vocales nos susurran en una nueva canción lisérgica. Con un tono comedido y un aura melancólica, la pista mantiene el flujo en una atmósfera que mira al pasado pero que cuenta con numerosas referencias contemporáneas. El corte evoluciona con subidas y bajadas de intensidad con una narrativa cambiante que no se sale del guion.

Little Beirut’ camina lentamente por espacio nebulosos y sumamente psicotrópico en el que los acordes se ejecutan desde la pausa en una martica de sustancias alucinógenas. Un interludio en el que la pausa y la belleza conviven en armonía.

Con una sutil mirada al pasado ‘Blue & peaceful’ contiene hermosas melodías psicodélicas que se soportan en unas vibraciones más propias de los 60’s con ciertos tonos garage. La cuidada composición de la canción permite complejos desarrollos que contrastan con pasajes más sencillos. Un mundo lleno de matices, con momentos de hard-rock añadidos a su característico sonido, acaban por lograr una composición rica en texturas, todas ellas, bien ejecutadas y ensambladas para lograr un ‘todo’ sumamente cautivador.  

La crujiente y psicotrópica ‘Pretichor’ contiene un flujo expansivo que nos invita a exploración sensorial entre ritmos kraut, tonos espaciales. Solos hilarantes y una melodía acolchada recorren un camino lleno de meandros y giros que no impiden que la canción siempre mire al frente en un avance sin retorno. Jugando con los elementos psico-progresivos ponen la calma apartándose de la espiral lisérgica de alguno de sus pasajes.

La sensibilidad regresa con la dulce ‘Wished eye’ profundizando en el inconsciente con un estado de ensueño a través de sus aterciopelados y balsámicos pasajes instrumentales. La composición contiene una cálida línea de bajo, un ritmo cadente y contenido, y hermosos pasajes de guitarra que nos invitan a un viaje onírico.

‘Flower’ serpentea entre guitarras ácidas y una propulsión de ritmos que la empujan a un espacio reconfortante de psicodelia del nuevo milenio. Difusa por momentos, la canción fluye con un gran magnetismo trasmitiendo distintos estados de ánimo. Esta constante de todo el álbum se erige como uno de sus mejores argumentos, ya que cada canción contiene oscilaciones constantes, haciendo que cada escucha, proporcione nuevos alicientes al oyente. La suprema belleza de su melodía pone el resto en una pista de mucha calidad.

Dommengang

Thrill Jockey Records

Reseña: SNAKE MOUNTAIN REVIVAL.- ‘Everything in sight’

Sigilosamente, SNAKE MOUNTAIN REVIVAL entra en la escena psicodélica contemporánea con un álbum debut sobresaliente. ‘EVERYTHING IN SIGHT’ nos ofrece una gratificante experiencia auditiva a través de temas intensos e inspiradores, que confluyen en un cuadrado con unas aristas formadas por All Then Witches, The Doors, Dead Meadow y por momentos, los mismísimos U2. Entre guitarras surf que se moldean hasta convertirse en un arma ácida, voces inquietantes, dinámicas propulsoras, atmósferas oscuras y vertiginosas, sus canciones, impregnadas en sustancias psicotrópicas, crean unas atmósferas vintage más propias de finales de los 60’s. A pesar de esta inclinación por el pasado, el sonido de la banda es completamente contemporáneo y cristalino, gracias a su magnífica producción. Convincentes en sus propósitos, SNAKE MOUNTAIN REVIVAL consiguen crear un álbum polifacético y estimulante, con es combinación de riffs crujientes y fascinantes melodías. Sin esconderse de sus influencias, consiguen embellecerlas de una manera lúdica, para crear su propia versión vibrante de la psicodelia moderna.  Inicialmente pensado como un álbum conceptual de una historia, el trío decidió romper con cualquier forma de estructura restrictiva y dejar que su creatividad fluyera libremente para adaptarse a sus caprichos y fantasías. Sin duda, el resultado es un caleidoscopio de la mejor psicodelia algodonada del momento. Pero no nos llevemos a engaño, sus guitarras surf, sus melodías aterciopeladas, esconden en sus entrañas, riffs poderosos y turbios sonidos que cegaran tu mente, sumiéndote en un plácido sueño del que no querrás despertar. .

Inspirada en los sueños despiertos y la experimentación psicodélica, cada canción es una instantánea, una visión, que destaca las sólidas habilidades narrativas del vocalista y letrista Ryan Chandler. Él recuerda: «La letra de estas canciones proviene de lo que mejor describiría como viñetas. Instantáneas y visiones que recopilaría de sueños despiertos, observaciones simples y experimentación psicodélica. Mucha experimentación psicodélica en ese momento. Disfruto contar historias y estas experiencias combinan muy bien con nuestro sonido. Fue una gran herramienta de inspiración, pero también fue una puerta batiente a la casa de la locura. Me convertí en una especie de voyeur existencial. Un turista Inter dimensional. 

El álbum fue grabado y diseñado por Danny Zawacki y Zack Trowbridge, mezclado por SNAKE MOUNTAIN REVIVAL y masterizado por Keith Hernandez en Suite 2e Studios, Austin TX. La obra de arte fue diseñada por Stanislov Pobytov. ‘EVERYTHING IN SIGHT’ está disponible vía Rebel Waves Records, el sello psicodélico subsidiario de Ripple Music.

SNAKE MOUNTAIN REVIVAL son: Ryan Chandler (voz y bajo), Zach Trowbridge (guitarra) y Josh Woodhouse (batería y percusión).

Formado en la costa de Virginia en el verano de 2017,  SNAKE MOUNTAIN REVIVAL ganó tracción a través de sus primeros conciertos, al realizar sets completamente improvisados ​​con espectáculos de luces líquidas. Los tres miembros se conocieron en su ciudad natal de Virginia Beach después de años de perseguir diferentes estilos de música en diferentes partes del país. El baterista Josh Woodhouse se cortó los dientes tocando death metal y música progresiva en Florida, mientras que el bajista y vocalista Ryan Chandler exploraba sonidos experimentales y psicodélicos. El guitarrista Zack Trowbridge completó el trío con su experiencia en blues, jazz y surf rock. Su EP de demostración homónimo de 2018 ganó elogios en la blogósfera tanto en los EE. UU. Como en el extranjero. Con un espectáculo en vivo polarizante y un sonido cruzado, se les ha brindado la oportunidad de compartir el escenario con diversas bandas como Acid Dad, Freedom Hawk, Sammi Lanzetta y Frankie & the Witch Fingers.

‘Satellite Ritual’ sin darnos respiro, nos sumerge en un sueño psicotrópico a través de una psicodelia vintage heredera de finales de los 60’s. Ritmos garage, voces bañadas en miel y una atmósfera caleidoscópica construida con completa solvencia, dan forma un atractivo y oscilante tema. Una buena manera de abrir un álbum para enganchar al oyente a sus sonidos vintage.

 Creando una visión difusa, ‘Moon Baron’ se muestra más oscuro y pesado. Repleto de turbios riffs descargando fuzz, los elementos psicodélicos prevalecen en una canción que se inclina hacia un sonido alternativo. Con solo asesinos y una poderosa base rítmica, en esta ocasión la banda se decide por la fuerza.

Dando un nuevo giro, las balsámicas melodías de Just A Feeling nos sumen en un espacio más reflexivo a través de magnéticos pasajes psicodélicos. Hipnótico y con ciertos místicos, el corte flota en una acolchada nube entre sueños lisérgicos.  Suave y reconfortante, el tema tiene elementos blues insertados con sutileza entre los bellos acordes que se superponen al constante zumbido de fondo.

Si en el tema anterior se vislumbraban ciertos aromas doorsianos ‘Graveyard Grove’ bebe más profundamente del legado de Morrison. Creando una atmósfera psicotrópica con gran facilidad, el tema, con un cadente ritmo, se envuelve en sustancias narcóticas bajo una repetitiva armonía y voces cautivadoras.

Convirtiéndose en el tema más largo del álbum, los ocho minutos de ‘Everything In Sight’ son un escaparate del sonido de SNAKE MOUNTAIN REVIVAL. Conjugando unas resonancias contemporáneas, con el blues y la psicodelia del siglo pasado, el tema se muestra cambiante y versátil. Esto hace que su relato sufra variaciones estilísticas, así como en su intensidad. Sus mil requiebros nos llevan a distintos escenarios, sin que el tema pierda su aura psicodélica.

Entre borboteos lisérgicos ‘Pheremone’ nos sume en un gratificante trance. En un escenario más propio de bandas como All Them Witches, los californianos consiguen atraparnos en un relato calmado y balsámico. Sus bien trabajadas melodías se complementan con un magnífico trabajo de guitarra crean una mágica atmósfera psicodélica. Un suave ritmo custodia unos gratificantes pasajes vocales que mutan su registro creando un entorno chamánico.

Por la vía rápida del surf, Water Moccasin se contonea bajo un caleidoscopio de visiones líquidas en una inquietante atmosfera vintage. De nuevo, en el tema, podemos apreciar la calidad de su guitarra Zack Trowbridge en un entorno que se va tornando más lisérgico. Una vez allí, despliega todo su repertorio ácido en solos penetrantes.

‘Valley Of Madness’ cierra el álbum guiado por una magnética línea de bajo que nos indica el camino a un espacio tortuosos en el que la instrumentación de la banda se torna más oscura y difusa. Suavizando el tema con calmadas melodías vuelven a dar una vuelta de tuerca a su forma de crean atmósferas para el oyente. El tema vuelve a ser un espacio de lucimiento de un guitarrista solvente y habilidoso.

SNAKE MOUNTAIN REVIVAL:
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REBEL WAVES RECORDS:
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Reseña: TECHNICOLOR BLOOD.- ‘Technicolor blood’

Los canadienses TECHNICOLOR BLOOD nos presentan un caleidoscopio de sonidos psicodélicos con atmósferas cósmicas que beben del legado del sonido espacial de HAWKWIND, pero que también lo hacen de los ecos del garage de finales de los 60’s, el kraut alemán de mediados de los 70’s y los dictados de la neo-psicodelia del siglo XXI. Canciones que se desarrollan entre hipnóticos ritmos con un motorik sideral y que golpean entre sintetizadores y guitarras ácidas creando un entorno ingravitatorio muy atractivo para el oyente.  Conjugando pasajes más pesados con melodías acarameladas consiguen un equilibrio entre lo difuso y lo ensoñador. Sin duda una apuesta llena de frescura en la que el fuzz se pone al servicio del atrayente poder del cosmos. Sus seis temas crean un sonido transversal que bebe de distintas fuentes sonoras en busca de un objetivo único. Sus trepidantes ritmos van llevando los temas en volandas para surcar los espaciaos siderales sin caer en lo anonado. Manteniendo un espíritu vintage, los psiconautas TECHNICOLOR BLOOD cierran las heridas con un arco iris multicolor que tiende puentes entre lo futurista y los vestigios del pasado. Kosmiche, ácidos, pesados y espaciales, sus temas siempre encuentran una salida para ofrecer un aliciente al oyente. Todo un viaje etéreo de rock psicodélico contemporáneo con unos genes arraigados en los pioneros del kraut, el garage y el rock ácido de tintes siderales.

‘TECHNICOLOR BLOOD’ está disponible vía LeBackstore Records .

TECHNICOLOR BLOOD son: Marty (voz, guitarra, sintetizadores), Boredom L (bajo, sintetizadores), Carl Ulrich (batería) y Spacy Steph (guitarra).

‘Last night’ abre el álbum con incipientes ritmos kraut , psicodelia garagera y una innata vocación HAWKWIND. Su trepidante ritmo se enturbia con sintetizadores y elementos lisérgicos emanados de las guitarras. Con un aroma vintage el tema cambia su vocación a la mitad del tema para sumergirse definitivamente en un espacio heavy-psych de gran calado. Incrementando su pesadez, el tema mantiene un aura sideral.

Mostrando mas aristas en su sonido psicotrópico ‘Moebius’, mantiene los ritmos hipnóticos con melodías más aromatizadas.  El carácter espacial de la banda no resiente por la pesadez de algunos de los desarrollos de este caleidoscópico tema. Manteniendo una atmósfera vintage los ecos de la neo-psicodelia se reflejan entre sus fornidos riffs y sus acarameladas voces. Rezumando acidez, la guitarra se retuerce en pasajes lisérgicos.

Tomándose su tiempo para arrancar, ‘Sonic space sister’ se convierte en una odisea cósmica por insondables espacios psicodélicos. La nave nodriza canadiense se recrea en una atmósfera kosmiche más propia de los 70’s con pasajes envolventes llenos de un misterioso magnetismo. Elevando la intensidad con sutileza un nuevo caleidoscopio sonoro se muestra ante el oyente. Ritmos cadentes y voces chamánicas toman elementos del siglo pasado para crear una canción en la que quedan reflejadas las distintas influencias de la banda. Su motorik cósmico, se acelera en busca de algún lugar en el espacio sideral. Efectos, distorsiones y un ritmo trepidante flotan en un entorno interplanetario que acaba por engullir el tema.

Los ecos Hawkwind regresan en la poderosa ‘War on terror’. Sus atmosféricos pasajes entre sintetizadores y ritmos diabólicos se engrosan para crear otro tema impactante en su viaje a los confines del universo. Un trémolo insistente en la guitarra genera un sonido aturdidor que va modulándose con destreza creando un estado narcótico para el oyente.

Con un ritmo más suave ‘Never comander’ se desarrolla entre sintetizadores que mantiene la vocación cósmica de los canadienses. Creando una dualidad entre la atmósfera y las melodías vocales, la psicodelia profunda se representa con buenas guitarras y un aspecto más retro, sin salirse de su propuesta sonora. Lisérgico, turbio y espacial, la canción combina distintos elementos para crear un todo impactante.

El álbum cierra con los tambores marciales en ‘Prisioner’ para sumergirnos en un nuevo agujero negro de sonidos psicotrópicos.  Ecos neo-psicodelicos que se salpican con guitarras difusas en un tema kraut con un sonido pesado, pero a la vez psicotrópico. Incluso con elementos casi blues aportados por la armónica, la canción gravita en el lugar en el que los canadienses se sienten mas cómodos, los confines del universo.

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LeBackstore Records