Reseña: BLACK MOON CIRCLE.- Leave the ghost behind’

Han pasado cinco años desde su último álbum ‘PSYCHEDELIC SPARCELORD’, demasiado tiempo sin poder disfrutar de nueva música de estos magos de la psicodelia espacial y la improvisación. Ahora, la banda noruega nos compensa con 80 minutos de ‘viaje psicodélico’ sin ataduras, a través de siete impactantes canciones. En su décimo álbum (quinto de estudio), la banda parece explorar nuevos territorios con los que enriquecer su creación compositiva para empujar los límites del sonido que nos habían presentado hasta el momento. La incorporación a la batería del miembro de MOTORPSYCHO Tomas Järmyr, aporta una solidez palpable a unas canciones que no se rigen por ninguna regla. Ese espíritu libre a la hora de componer sus canciones hace que las mismas resulten fluidas, a pesar de su larga duración, algo que no está al alcance de todos. Es posible que sea el álbum más pesado y versátil de la banda hasta ahora. Evidentemente la improvisación es una fuente de creatividad para la banda de Trondheim, pero dentro de esas jamás espaciales en esta ocasión encontramos riffs rugosos melodías bien arregladas, y elementos progresivos. Todo esto hace que el sonido de BLACK MOON CIRCLE se muestre más sólido e incluso pesado. Pero no se asusten, los devaneos de efectos y los sintetizadores de Dr. Space, siguen ahí, surcando el cosmos entre efluvios psicotrópicos. Sus conmovedoras y largas canciones (una de ellas de mas de veinte minutos), no dejan espacio para la monotonía, ya que su fluida narrativa, hace que cada una de ellas siempre ofrezca un aliciente al oyente. Ya sea por los golpes de rock pesado de inspiración 70’s, como en los múltiples momentos en los que se dejan llevar por la exploración mas alocada. En ‘LEAVE THE GHOST BEHIND’ todo parece diseñado para el disfrute del oyente ya que el álbum es un constante tira y afloja entre lo impredecible y lo que las fuerzas caóticas de la improvisación libre espaciada decidan. Todo unido en el lado más arraigado de la estructura proporcionada por medio de la una composición exquisita de sus canciones.

BLACK MOON CIRCLE son: Vemund Engan, Tomas Järmyr, Øyvin Engan y Scott Heller

El bajo, la guitarra y la batería se grabaron fuerte, salvaje y en vivo en Nautilus Studio en dos partes separadas. sesiones en diciembre de 2020 y marzo de 2021. Luego, Scott lanzó su sonido de sintetizador en la ubicación en Penalva da Alva, mientras que las voces se hicieron de vez en cuando en Trondheim.

Finalmente se registraron gaviotas en vivo en el lugar junto al muelle de la bahía contigua a Dora. El álbum fue mezclado en Nautilus por Øyvin Engan y masterizado por Magnus Kofoed en Estudio Brygga, Trondheim, Noruega. Las esculturas de la portada del álbum fueron talladas en madera por el artista Erlend Leirdal. El diseñador Steffen Telstad junto con el fotógrafo Endre Forbord prepararon el escenario y ejecutaron la sesión de fotos La portada fue diseñada por Håvard Gjelseth. El álbum fue grabado con el apoyo de Trondheim Kommune.

‘LEAVE THE GHOST BEHIND’ está disponible vía Glover Records / Stickman Records (Soulfood Music)

Con una duración de once minutos y una presencia doom en su apertura, ‘Snake Oil’ se erige como una pista pesada y psicodélica a la vez. Los incesantes sonidos espaciales salidos de los sintetizadores de Scott, una contundente batería y la lentitud de la ejecución de sus riffs me confunden en su inicio. No tardan mucho en situar al oyente en el punto en el que mejor se manejan, Una espiral de psicodelia espacial con ritmos pesados y una voz rebosante de sentimiento. Con una vibración vintage, la canción transita por el particular cosmos de la banda de Trodheim con melodías vocales cautivadoras. Jugando a la perfección con los elementos crean una composición superlativa que mantiene su espíritu de improvisación con sólidos y pesados pasajes de hard-rock, psicodelia y atmósferas espaciales. Mostrándose por momentos como una canción pesada compuesta el los 70’s, BMC, no renuncian a esos efectos y espirales que nos sumen en un trance psicotrópico, manteniendo su espíritu intacto. La larga duración del corte permite pasar por distintos estados de ánimo. Desde las bacanales lisérgicas, la pesadez de su sonido, y las cuidadas melodías rockeras. Todo ejecutado de una forma fluida y atractiva, y si, psicodélica por supuesto.

‘Serpent’ se muestra mas experimental. Con un sonido grueso, el corte se desarrolla en una atmósfera cósmica de la que salen sus cautivadoras melodías. La dualidad de su difuso sonido, y las vibraciones de los 90’s se conjugan con gran acierto. El tema camina a trompicones con una sucesión de vibraciones agolpadas de una forma aparentemente caótica, pero en cuanto llegan los estribillos, la canción se convierte en un plato apetecible. Es posible que el sonido de la banda haya variado respecto a anteriores entregas, pero el espíritu de los noruegos está presente.

La cosa cambia con ‘Psychedelic Spacelord (Lighter than Air)’, una canción cercana a los veinte minutos en la que BMC reflejan su esencia psicodélica con un sonido áspero en su parte inicial. Golpes de riffs rugosos, y un registro vocal que mira inexorablemente al pasado, hacen que la pista consiga el objetivo de sumir al oyente en una narrativa fluida. Con una pesadez caustica, la banda golpea entre constantes cambios de ritmos y sintetizadores envolventes que aportan el espíritu sideral característico de la banda. Al igual que hemos visto en los álbumes de MOTORPSYCHO, una legión de bandas noruegas parece mirarse en ellos para ofrecer un sonido versátil y atrayente a partes iguales. La pista no da respiro en ningún momento, teniendo el punto de mira en un avance constante. El trabajo de la línea de bajo destaca entre los poderosos tambores y los pasajes de guitarras. Con aspecto de haber nacido de una improvisación, la canción va explorando diferentes estados sin que nada resulte anodino. El corte se pierde en una espiral psicodélica en la que banda ejecuta sus instrumentos de una forma anárquica que acaba por dejarnos en un insondable entorno cósmico. Una vez allí la guitarra destila pasajes lisérgicos de alto octanaje, demostrando que estos chicos se manejan bien en estos escenarios lisérgicos.

Cambiando el registro ‘Bubbles in the air’ es una suave canción ejecutada con pausados acordes acústicos y una voz cálida a la vez que cautivadora. Todo un bálsamo para los sentidos con reminiscencias psico-progresivas adornado con algún efecto de sintetizador en la expresión mas minimalista de los noruegos.

‘Cohiba’ nos devuelve a los riffs gruesos con su espíritu 70’s. Con una impactante guitarra, la pista gravita en una atmósfera vintage y psicodélica con algún devaneo blues.  El corte mantiene su carácter contenido con un ritmo cadente pero firme. En su segunda mitad, las hostilidades psicotrópicas se desatan con una especie de jam en la que la guitarra copa todo el protagonismo con bucles interminables. Los efectos siderales no faltan a su cita aportando el carácter cósmico de muchas de las canciones de los noruegos.

Con diez minutos de duración, ‘Magellanic Cloud’ explora los confines de la psicodelia espacial. Auspiciado por una introducción de extraños efectos de sintetizador, el corte fluye en un insondable espacio psicodélico. Una magnética línea de bajo va creando el clima de este ceremonial chamánico. Pasajes heavy-psych de alto nivel van surcando ese escenario antes de la entrada de la voz. Con sólidos pasajes la banda alterna los momentos instrumentales (de gran peso en la pista) con otros en los que la canción se muestra más accesible y menos experimental. Con una estructura de jam convertida en canción, los noruegos logran un mágico equilibrio en el que cautivadores pasajes de vocación floydiana se enriquecen con agradables melodías vocales que se inclinan a un espacio más progresivo. Lea exploración psicodélica se vuelve más tormentosa en una parte final en la que la intensidad se incrementa sin que el corte pierda su esencia.

El corte final, ‘Radiant Sun’, se desarrolla durante mas de veinte minutos en los que la banda se siente libre para hacer fluir su creatividad. Un contagioso ritmo rockero inicia a andadura de esta nueva exploración sónica. Con el espíritu de los 70’s inmerso en sus surcos, la sólida pista ofrece multitud de matices y reverberaciones en un exuberante escenario psico-progresivo. Llegado a su mitad, el corte sucumbe sin rubor al caos de la improvisación con una orgía lisérgica de grandes dimensiones. Podría parecer que BLACK MOON CIRCLE han perdido el rumbo, pero su capacidad para lograr que la pista se muestre conexa, evita que el oyente se pierda en exuberancia de su instrumentación. Efectos de guitarra, sintetizadores una línea de bajo completamente hipnótica y unos tambores alocados son los elementos usados para este tormentoso recorrido una jam que se vuelve más espacial en esta parte central. Tras la tempestad siempre llega la calma, y ésta, se representa en la descripción de un espacio en el que el vacío del cosmos es el protagonista. Sorteadas todas las adversidades del camino, la susurrante voz parece para crear el sosiego necesario tras la monumentalidad de los caóticos pasajes previos. Un epílogo perfecto con tintes psico-progresivos que hace que esta canción sea de lo más interesante de este brillante e inusual álbum.

 

Black Moon Circle

Stickman Records

Crispin Glover Records

Reseña: SMOKEMASTER.- ‘Cosmic connector’

Desde que escuche sus primeras canciones, SMOKEMASTER me cautivaron por su forma de conjugar el legado de los 70’s con la psicodelia del siglo XXI. En las tres ocasiones que he disfrutado de su música en directo, he visto a una banda que crecía y crecía. Ahora, con la publicación de su segundo álbum ‘COSMIC CONNECTOR’, la banda parece asentarse en un sonido propio en el que encontramos numerosos ingredientes del rock, de la psicodelia y el blues de los 70’s y finales de los 60’s. Canciones suaves,  ricas en matices , que no dudan en explorar territorios psico-progresivos, ni tiene miedo de emprender travesías sonoras a través del espacio sideral. Porque estos chicos componen canciones que fácilmente conectan con el oyente. En ‘COSMIC CONNECTOR’ el quinteto de Colonia presenta 6 piezas inéditas con una gran diversidad estilística con cuidados detalles y arreglos. Probablemente esto es solo una forma de manifestar que la banda, a pesar de seguir buceando en las profundas aguas del rock de los 70’s, imprime a sus canciones un carácter más personal con el que consiguen un sonido distintivo. Con un espíritu de jam latente, cada composición nos ofrece un abanico de posibilidades sobre su propuesta psicodélica. Porque este segundo álbum incide en la formula que nos presentaron en su álbum debut, pero magnificada en un sonido lleno de encanto para cualquier amante de los sonidos vintage y de la psicodelia. Sin grandes canciones rockeras, SMOKEMASTER siguen bebiendo del legado de bandas como The Doors o Pink Floyd (por citar solo algunas) logran crear un álbum cautivador y lleno de magia. El álbum cuenta con la colaboración del maestro EROC, quien grabó el álbum, siendo mezclado por Leonard Vaessen (Circus Electric, Vug), con un resultado brillante y sumamente apetecible para el oyente.

SMOKEMASTER son: Jerome ‘Jay’ Holz’ (guitarra), Tobias ‘Tobmaster’ Schmidt (bajo y guitarra), Björnson Bear (guitarra y voz), Lukas Bönnschen (batería, y voces) y Tobias Tack (teclados y sintetizadores)

‘COSMIC CONNECTOR’ está disponible vía Tonzonen Records.

‘Cosmic connector’ se desarrolla entre vibraciones floydianas auspiciadas por unos incesantes efectos envolventes. La banda nos sume en un borroso trance lisérgico con elementos espaciales del que salen con hipnóticos pasajes psico-progresivos de vocación vintage. Con los teclados dirigiendo el corte a ese insondable entorno, la pista avanza con un ritmo cadente pero pausado, sobre el que se colorean pasajes de sintetizadores y sutiles guitarras.  Con un aroma mas propio de los 70’s construyen una canción instrumental que gravita sobre el legado de la kosmiche music. En su parte final, la pista despega en una exploración sideral de grandes dimensiones en la que SMOKEMASTER ponen la maquinaria máximas revoluciones.

Cambiando completamente el registro, ‘Rolling’ es una canción de puro alma vintage. Suaves voces, así como pinceladas doorsianas, se unen sobre una armonía sólida y colorista. El espíritu retro de los alemanes queda reflejado en una canción con sabor añejo y aterciopeladas melodías que nunca sobrepasan el nivel. Una sencilla pero agradable canción de fácil digestión para el oyente en la que el alma blues aflora con delicadeza imprimiendo una mayor fuerza al corte. En la pista también aparecen guitarras españolas herederas del legado de Al Andalus, y un inequívoco aroma a The Doors convirtiéndola en una bella canción psico-progresiva.

Los fuertes tambores iniciales de ‘Animal’, nos dejan claro que aquí las cosas se vuelven mas virulentas. El órgano vintage y constantes giros doorsianos en la narrativa vocal acercan el corte al corazón de los 70’s. Con una composición elaborada SMOKEMASTER consiguen ofrecernos una canción más propia de décadas pasadas, manteniendo ese espíritu vivo. Oscilante en su intensidad, la pista se toma sus parones y arrancadas como un reto con el que seguir con la mirada al frente. La canción nos ofrece magníficos solos de guitarra unidos a su cambiante instrumentación haciendo que todo resulte atractivo para el oyente.

En una oda a la paz y al verano del amor ‘War piece’ palpita lentamente entre suaves acordes de guitarra y una voz ensoñadora. “Tanta gente en el mundo sigue siendo tan negado a vivir en paz», explica el cantante Björnson Bear «y como somos músicos y no políticos, por supuesto que no podemos resolver los conflictos, pero creemos que la paz debe ser el primer paso”. Trascendentales melodías coloristas van tejiendo este hermoso tapiz sonoro en el que la psicodelia nos aporta un halo de esperanza. La cautivadora voz y una instrumentación contenía y suave van creando este cuadro sonoro coloreado con apacibles pasajes psicodélicos. Al mas puro estilo Jim Morrison, los pasajes recitados dotan de un tono chamánico a una canción llena de esperanza.

En un tono mas misterioso, una fuerte línea de bajo y unos tambores ceremoniales nos invitan a un trance chamánico en ‘Forest’. Vientos orientales y un entorno nebuloso expanden nuestra mente a un mundo de sensaciones. Las reminiscencias doorsianas se trasmutan en un corte psicodélico con una innegable alma vintage.  Pasajes recitados y una inquietante instrumentación, van construyendo un misterioso relato en el que los cantos devocionales afloran con tonos ceremoniales.  

‘American dreamt’ pone el broche de oro a un magnífico álbum con una composición cercana a los diez minutos en la que reflejan toda su maestría. Desde la apertura hipnótica y tripi, el corte se llena de luminosidad para transmitir buenas vibraciones al oyente. Elementos de psicodelia aromatizada, una vocación cósmica, y un absoluto respecto por la música de los 70’s, son las bases sobre las que se sustenta esta hermosa canción. El dinamismo rítmico, las melodías ensoñadoras, y la firmeza de sus riffs, son argumentos suficientes para caer rendidos ante esta pieza sonora de gran belleza. Rica en matices, la canción incorpora locuciones y un carácter hipnótico que hace que su psicodelia eclosione en una deflagración de luz y de color en la que caben diferentes referencias estilísticas con un resultado magistral.

Smokemaster

Tonzonen

Reseña: MARGARITA WITCH CULT.- ‘Margarita Witch Cult’

Si hasta ahora no habías oído hablar de ellos, y eres fans del proto-metal de los 70’s, o de bandas como UNCLE ACID & THE DEADBEATS, desde hoy, el trio británico, puede convertirse en una de tus bandas favoritas. Porque MARGARITA WITCH CULT traen la furia con su álbum debut. Nacidos de las turbias profundidades industriales de Birmingham, (también conocida como Sabbath City), el estridente trío logra un tour-de-force fusionando la energía puñetera de NWOBHM y las imágenes ocultas y la pesadez del proto-doom más crudo y psicotrópico. Una bestia atemporal y despiadada, una que te masticará, te degustará y te escupirá. Con canciones directas y estruendosas, estos chicos consiguen derretirte la cara con golpes de heavy-metal más propios de Orange Goblin, sumirte en la oscuridad Sabbathica, cegarte con riffs más propios de Dozer, o hechizarte con el conjuro ocultista de los citados Uncle Acid. Porque este debut es un álbum demoledor, con gachos increíble, estribillos pegadizos y una hechizante atmósfera psicodélica. Una bestia con varias cabezas comandadas por un sonido crudo, pero sumamente magnético, en un derroche de energía y buen hacer. Un brebaje embriagador nacido de una fórmula magistral en la que los sonidos primitivos de las bandas de proto-metal y proto-doom de los 70’s se emulsionan con voces cautivadoras y fuzz narcótico. Como he dicho en otras ocasiones, DenpaFuzz no se hace responsable de una escucha prolongada de estas diabólicas y magnéticas canciones que harán que tu cabeza explote. ¡¡Avisados estáis!!

Sin hacer prisioneros, el álbum abre con el bombazo de canción ‘Diabolical Influence’. Una pista pesada con riffs que te atrapan y claros ecos del proto-metal de los 70’s en una fiesta con sonidos heavy-rock de alto voltaje. Melodías pegadizas habitan en una densa atmósfera nebulosa creada por riffs gruesos con un resultado impresionante. Su poder magnético es una fuerza de la que resulta difícil escapar, ya que, a pesar de su sencilla y repetitiva armonía, la canción tiene todos los ingredientes para absorberte en su particular agujero negro creado a base de fuzz empapado en psicodelia. ¡Brutal!

Subiendo las revoluciones ‘Death Lurks At Every Turn’ es una arrolladora canción con un thrasher espeluznante de redobles de caja vertiginosos y solos de guitarra rebeldes. Manteniendo un buen tono, las melodías vocales acompañan los devaneos de esta pista frenética y arrolladora.

El proto-metal de los 70’s aparece con fuerza en ‘The Witchfinder Comes’. Una pista que pareció en la demo de la banda de 2022 y cuenta una historia macabra de una caza de brujas inminente que culmina con el sujeto corriendo asustado sobre la coda en espiral. El corte es otra nueva losa de sonidos sucios y difusos con voces en línea Uncle Acid y golpes de heavy-rock a la vieja usanza en una estampida final.

Haciendo un breve paréntesis en sus riffs monolíticos, ‘Be My Witch’ se presenta caliente y pesado como una oda sucia a lo prohibido. Cerca del legado de bandas como Dozer, el corte transita por un cegador escenario arenoso de puro desert-rock. Creando una atmósfera de oscuridad, las voces ocultistas salen a la palestra con estribillos pegadizos y momentos más propios de Uncle Acid. Otra pista llena de gancho.

El heavy-metal en línea ORANGE GOBLIN aparece en ‘Annihilation’. Otra canción ejecutada con las revoluciones a toda máquina que transita por los sonidos del heavy rock clásico, empapado con algunas gotitas de psicodelia.

La aventura continúa con los riffs retro de ‘Theme From Cyclops’. Un corte que pone a prueba las cervicales del oyente, ya que su repetitiva armonía te golpea una y otra vez hasta abortar tus sentidos. Un bajo grueso y pesado, unos tambores diabólicos y una guitarra llena de gancho, son los argumentos de este breve corte instrumental.

Embarcándonos en un ambicioso viaje que te derrite la cara ‘Lord of the Flies’ conjuga la oscuridad del proto-doom con momentos de tenebrosa psicodelia. Con una atmósfera espeluznante, la canción se sumerge en bosques con una atmósfera cargada de psicotrópicos mientras camina cadencioso y pesado sin mirar atrás.  Con una narrativa más propia de Sabbath, el corte nos presenta algún guiño progresivo entre sus riffs plomizos y su turbia atmósfera.

‘Aradia’ nos sirve una porción instrumental de pura inmundicia afinada, con arrogancia sórdida y trituración de buen gusto que le dan una procedencia adicional a la profunda bolsa de trucos de la banda. Manteniendo la fórmula de construir la pista sobre un riff que se repite hasta el infinito, los británicos conjugan los elementos Stoner, con el legado de los pioneros de música pesada.

Poniendo el broche de oro final, ‘Sacrifice’ es una pista simplemente salvaje, una exhibición profana de fuerza innegable. Recreándose en un ritmo doom, y aportando voces que te atrapan, el corte toma prestadas vibraciones más propias de Uncle Acid, como gran parte de las canciones de este fascinante y superlativo álbum. La pista te noquea con la contundencia de un sonido grave y sólido, pero también te nubla la razón con sus cautivadores pasajes psicodélicos. En esa parte central, la banda se deja llevar por los efluvios lisérgicos que son capaces de sacar de sus instrumentos. Tras esos pasajes narcóticos, la bestia despierta para despedirse a lo grande mostrando todo su poder.  

MARGARITA WITCH CULT:
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HEAVY PSYCH SOUNDS:
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Reseña: CENTER OF THE EARTH.- ‘Mars’

‘MARS’ el nuevo álbum de los daneses CENTER OF THE EARTH, nos trae 36 minutos de locura de dunas rojas, mientras te llevan a dar un paseo por el mar de las arenas rojas. Con tres elementos fundamentales, la banda nos presenta tres largas canciones en las que la psicodelia pesada, el blues y los elementos Stoner son los protagonistas. Canciones narcóticas de entre 9 y 17 minutos que se ejecutan con la pausa suficiente para poder degustarlas en su máxima expresión. Un brebaje diabólico que mira al pasado y al legado de los pioneros del proto-doom, pero que también presta atención al desierto y al poder de la desolación de las dunas. Si a esto unes al alma de blues en las melodías vocales, el resultado es un álbum crudo, impactante, pesado y con un poder magnético superlativo. Completamente lisérgico, el álbum contiene cautivadores momentos chamánicos con los que el cuarteto consigue expandir la mente del oyente en un viaje más propio de una ingesta de peyote. ‘MARS’ es el segundo álbum de la joven banda danesa, y fue grabado en directo en el estudio para captar toda la fuerza de una banda prometedora, que sabe rendir culto a los sonidos primitivos del pasado, pero que también venera a las deidades cósmicas del desierto.

CENTER OF THE EARTH son: Frederik Holm (guitarra y voz), Jesper Laugmann (guitarra y coros), Aksel Brammer (batería) y Sebastian Wilsleff (bajo).

‘MARS’ fue grabado en vivo en Elværket Helsingør, contando como ingeniero de grabación a Enok Bjerkstad, habiéndose mezclado y masterizado por Jesper Laugmann, y tendrá una edición en vinilo a través de Majestic Mountain Records.

‘Old Fang’, nace entre sintonizaciones de radio y una enigmática atmósfera entre efectos y distorsiones para surfear por dunas cósmicas. Lentamente el corte avanza a golpes de pycho-doom parsimonioso y plomizo. La quebrada y aguardentosa voz hace acto de presencia con una lenta cadencia con alma de blues. Solo han sido tres minutos y el corte nos aplasta con un alma proto-doom y toneladas de psicotrópicos en el ambiente. Su rugoso sonido de aroma vintage evoca noches salvajes en garitos de dudosa reputación entre humo y alcohol. Desgarradores momentos llenos de fuerza suceden entre un ritmo insistente y sumamente absorbente. Una perfecta combinación de rock del desierto en un espacio sideral. Evidentemente casi 18 minutos de canción permite a la banda desarrollar variadas vibraciones sin salirse del guión. Así la pista se enloquece entre guitarras ácidas para traspasar el umbral a un mundo mágico. Haciendo que todo se ralentice, magnéticos pasajes lisérgicos se ejecutan con una calma narcótica mas propia de un viaje de LSD. Un escenario chamánico en el que las visiones del peyote parecen expandir nuestra mente con un cambió ceremonial en los pasajes vocales. Una ceremonia liberadora nos masajea invitándonos a dejarnos llevar por esa psicodelia meditativa. La pista cierra el circulo aumentando su pesadez en la parte final, para regresar a su génesis.

Si la canción anterior ocupa una de las caras del álbum, la cara B está compuesta por dos canciones de 9 minutos. La inquietante Witchqueen’, con ese bajo crujiente y penetrante y sus riffs de evidente carácter doom. Pero la combinación funciona con esos momentos de blues tormentoso y desgarrador. Los lastimeros pasajes vocales se envuelven en una densa neblina custodiada por riffs monolíticos y fuzz intoxicante. Como un gran paquidermo inyectado en psicotrópicos con momentos de proto-metal y blues narcótico, la canción prosigue su camino lentamente.  Al igual que el corte anterior, la parte final nos presenta momentos de desert-rock crudos y chirriantes con verdaderos ganchos en forma de riffs.

Los últimos diez minutos del álbum están reservados al blues psicodélico de ‘HC Mechadevil’. Otra pista psicotrópica que combina a partes iguales elementos de blues, de Stoner y de rock de los 70’s en una fórmula que funciona a la perfección. Tomándose su tiempo para llegar a rampa de salida, el corte se toma su tiempo para despegar en esta travesía cósmica al Planeta Rojo. Una atmósfera vintage con elementos Stoner y pasajes heavy-psych de alto poder narcótico son los argumentos sobre los que se desarrolla esta nueva trama. Pasando de la calma inicial a momentos desgarradores en los que el blues ácido toma los mandos en una bacanal lisérgica de grandes proporciones.

Center Of The Earth

Reseña: CRUDE.- ‘Crude EP’

Portugal lleva siendo en los últimos años una fértil cantera de bandas psicodélicas, por lo que no es de extrañar que cada cierto tiempo, salte a la palestra una banda nueva con una interesante propuesta lisérgica. Desconocidos hasta ahora para mi, en esta ocasión fue mi querido amigo Stevie Haynes (Howls From The Hollows), quien me puso en la pista de CRUDE. Un trio de Lisboa que vive la psicodelia con fervor, tal y como refleja este Ep debut. Cuatro largas canciones instrumentales con vocación de jam que transitan por la senda de la psicodelia pesada de inspiración 70’s. El EP es un brebajo sonoro empapado en sustancias psicotrópicas y con la suficiente pesadez como para aplastarte la cara.  Solos ácidos, fuzz narcótico y un ritmo trepidante van sorteando las adversidades en cuatro cortes ondulantes que no reniegan de hermosos pasajes meditativos ni de la dureza de los rifs Stoner. La propia banda define su sonido como ‘Stoner rock basado en jams, centrado en el viaje, reconociendo de dónde venimos y ajustando los controles para el sol. Post Rock y Yo La Tengo atrapan a Black Sabbath y Led Zeppelin tratando de vincular a Pink Floyd’. Una definición que no seré yo el que atreva a refutar, ya que se acerca bastante al contenido de este fascinante trabajo instrumental en el que la psicodelia contemporánea adquiere una nueva dimensión.  

CRUDE son: Edgar Mendes (guitarras), Ivan do Carmo (bajo) Pedro Baptista (batería y percusión)

Todas las pistas escritas por CRUDE, a partir de las ideas de Edgar Mendes y los sueños despiertos. Ingeniería: Ivan do Carmo, Producción : CRUDO. Mezcla: Ivan do Carmo. Masterización: Ivan do Carmo, Grabado en Villa “El Dourado”. Arte y logo: Ana Filipa Domingues Mendes.

‘Vaga​ç​e’ nos pone en el camino musical de los portugueses desde los primeros riffs. Un sonido vintage en el que la acidez aflora a las primeras de cambio entre riffs llenos de gancho. Golpes de bajo contundente y un ritmo rebosante de dinamismo se entremezclan con efectos y distorsiones con un aroma vintage subyacente. Una embestida inicial que se frena para llevarnos a un espacio retro en el que el proto-doom y la psicodelia nos envuelven en pasajes psicotrópicos que nos muestran la esencia de una banda que ejecuta sus jams sin complejos. Creando una pausa hipnótica los sonidos expansivos se adueñan de una pista empapada en sustancias psicotrópicas. Bajo una oscuridad profunda, el trio ejecuta sus rifs con lentitud creando un oscuro escenario heredero de los pioneros del proto-doom de los 70’s.

Bajando las revoluciones y llevándonos a un espacio meditativo ‘Singular’ borbotea lentamente entre pasajes cautivadores de psicodelia pesada con guiños post-rock. Aquí la banda nos ofrece hermosos pasajes instrumentales que se ejecutan con delicadeza transmitiendo una agradable sensación de confort.  Pero no nos engañemos, estos chicos les gusta la experimentación, y en ese espacio, la banda eleva el tono con golpes de riffs mas pesados, insertados con mesura en una canción contemplativa. La canción transita impulsada por un flujo constante que aúna elementos Stoner y pasajes de psicodelia en línea COLOUR HAZE en un jam en la que cada músico parece sentirse libre, pero en la cual las piezas acaban encajando.

Una crujiente apertura de bajo desata las hostilidades en ‘No la tienes’. Una pista que mantiene el espíritu de improvisación en la que la pesadez y una mirada de reojo al pasado van entrelazando los hilos de un versátil e interesante tapiz sonoro. Un pista áspera y cruda, con un sonido sucio que fluye con soltura atravesando momentos de atascos y que descansa en su parte central en un espacio magnético en el que la psicodelia pesada se siente como en casa. A lo largo de sus catorce minutos, el corte atraviesa espacios pantanosos envueltos en una densa bruma lisérgica, un lugar en el que los solos corrosivos se alargan hasta la extenuación entre atambores atronadores. Sin duda una canción que contiene todos los elementos que pudieras desear en una jam que serpentea constantemente entre golpes de riffs Stoner y ensoñadores pasajes de guitarra ácida.

‘Datura’ pone el cierre al EP en un tono mas relajado. Cadentes acordes van sentando las bases en las que se desarrollará la canción. Un lento ritmo de batería con elementos mas propios de jazz, y pausados acordes de guitarra fluyen con calma entre bellas melodías instrumentales. Tras dos minutos y medio de suave introducción todo se vuelve mas turbio, el ritmo aumenta, los riffs crujen y el sonido se eleva por momentos. Pero la esencia de la canción es un paseo por bellos paisajes sonoros, en los que la psicodelia balsámica nos susurra con delicadeza. Otra brillante jam que refleja la calidad de estos chicos con cautivadores pasajes instrumentales. En la parte final todo se vuelve mas loco con momentos en los que los sonidos de los 70’s aparecen para mostrarse esplendorosos entre solos de guitarra filados que se estiran auspiciando el regreso de ásperos momentos Stoner. Riffs contundentes en una huida hacia adelante en el particular mundo sensorial de los portugueses.

Crude