Reseña: JESS AND THE ANCIENT ONES.- ‘Vertigo’

Lo que comenzó en el disco anterior, ‘THE HORSE & OTHER WERIRD TALES’, se lleva más y más profundamente, hacia una conclusión sobre su cuarto álbum ‘VERTIGO’. Envueltos en una funda de la vieja escuela adornada con un tornado, las ocho pistas del álbum burbujean en un caldero hirviente de influencia de la cultura pop vintage y paranoia con tintes ocultistas. Posiblemente estemos ante uno de sus álbumes más asequibles para todos los públicos, si bien la vocación ocultista de la banda persiste, en ‘VERTIGO’ todo se presenta con mesura. Comandados por su gran sacerdotisa y cantante Jasmin Saarela los finlandeses nos presentan un álbum con sonidos retro en el que el poder protector del órgano vintage amortigua los sonidos de sus brillantes guitarras. Como si fuera un vodevil, las canciones prescinden de elementos artificiosos para ofrecernos el lado más poético y lírico hasta el momento. Sus melodías cabalgan a lomos de un dócil corcel entre ritmos oscilantes siempre guiados por la seductora voz de Jess. JESS AND THE ANCIENT ONES construyen sus canciones en la oscuridad, pero a diferencia de otras bandas ocultistas, consiguen que sus canciones sean divertidas y no transmitan esa tristeza que aplaca los ánimos del oyente. Sus composiciones melódicas, pegadizas y psicodélicas se adornan con un misticismo reconfortante en el que caben los tonos soul, blues y jazz de su vocalista gravitando en un apacible espacio sonoro en el que todo se desarrolla con calma y en el que no faltan momentos freak. Aún así, tenemos momentos en los que la banda ofrece su faceta más pesada, ofreciendo pasajes que hubieran firmado cualquier banda hard-progresiva de los 70’s. Sin duda, JESS AND THE ANCIENT ONES sigue labrando su carrera con un notable álbum en el que queda reflejado que son una gran banda. ‘VERTIGO’ es uno de esos álbumes en los que cada nueva escucha va a ofrecer al oyente un nuevo aliciente no percibido anteriormente, algo que prueba la calidad que esconden sus mágicos surcos. Un álbum construido sobre una atmósfera retro pero que no suena a ninguna banda del pasado, sino que suena a JESS AND THE ANCIENT ONES en estado puro.

‘VERTIGO’ está disponible vía Svart Records.

 El compositor y guitarrista Thomas Corpse nos comenta: “Para mí, este álbum suena como un caballo oscuro, un hermano del álbum anterior. Hay una extraña sensación siniestra que se cierne sobre todo el álbum, tal vez sea la sensación de nostalgia que surge de la letra «.

‘Burning of the velvet fires’. Abre el álbum marcado por la poderosa voz de Jasmin Saarela y sus cantos ceremoniales. Teclados y guitarras creando una atmósfera vintage en un corte con tintes de cabaret y la esencia lírica de la banda. Espacios progresivos que se salpican con locuciones y una neblina psicodélica crean un aterciopelado espacio sonoro en el que los ritos paganos se desarrollan con un espíritu de los 60’s. Las cuidadas melodías llenas de fuerza habitan entre ritmos oscilantes. Sonidos difusos y el órgano en un primer plano van creando un entorno poético de gran atractivo en el que la psicodelia aparece con mesura. Salpicando pasajes recitados con momentos en los que la intensidad se eleva arrastradas por armonías más pesadas.

De nuevo el órgano toma el protagonismo en ‘World paranormal’. Armonías con inclinación pop revolotean en una canción de gran frescura. Un ritmo sencillo se colorea con suaves acordes y una voz que se inclina por registros más desagarrados.  Alejados de las vibraciones más pesadas los coros y estribillos transitan en esa atmósfera retro bajo los dinámicos ritmos. El tema evoluciona en su intensidad entre guitarras más difusas y persistentes.

‘Taking board’ abre entre locuciones radiofónicas y el órgano pastoral. Instalados en una atmósfera freak, el relato ocultista es narrado por su particular sacerdotisa. Siempre usando los elementos líricos la banda aumenta la intensidad de su relato bajo el pragmático sonido del órgano. Constantes oscilaciones en la trama hacen que el hipnotismo del tema se vea afectado. Pinceladas progresivas colorean el tema dotándole de un aspecto más pesado. Nuevamente encontramos un brillante ejercicio vocal complementado por el tétrico sonido de su órgano en esta bacanal pagana. Aportando risas siniestras el tema se sumerge en ese espacio tenebroso con el que tan bien saber jugar JESS AND THE ANCIENT ONES.

El penetrante sonido del órgano pone ritmo a ‘Love zombi’. Buenos solos de guitarra se unen a esta fiesta en la que los ritmos funk parecen poner banda sonora a una divertida película de terror de serie B. Aquí la banda muestra toda su esencia con versátiles ritmos que danzan en la espeluznante narrativa de los finlandeses. Una cadencia freak de origen 60’s acompaña las armonías del tema para hacer resucitar a los muertos en una nueva danza pagana. Esta vez con un punto de vista festivo.

‘Summer tripping man’ repite la fórmula de las locuciones en su apertura. Los diabólicos tambores acompañan el penetrante sonido del órgano en otro tema que conjuga elementos progresivos con voces atractivas voces líricas. Lleno de dinamismo el tema se eleva con su sonido vintage invitando a la ceremonia de las tinieblas. A diferencia de otras bandas ocultistas, los finlandeses construyen temas divertidos sin renunciar a la oscuridad. Esto supone un soplo de aire fresco a un estilo que suele ejecutarse con los mismos tópicos y parámetros den la mayoría de las bandas.

Dando un pequeño giro, las guitarras retumban en la lejanía mientras las voces se ecualizan en ‘Born to kill’. Otro tema marcado por los acordes de ese vibrante órgano que en esta ocasión soporta un tema más rockero. El sonido se expande mostrando sus aristas bajo poderosos e insistentes tambores. La lucha entre guitarra y órgano se complementa con desgarradores pasajes vocales que toman elementos blues. Sin perder su espíritu vintage, los ecos psicodélicos se muestran más nítidamente. Los gritos de su vocalista imprimen más fuerza a un tema más salvaje.

 De nuevo las vibraciones freak de tintes vodevilescos aparecen en ‘What’s on your mind’. Afiladas guitarras y un ritmo más cadente son amortiguado por los teclados. Ondulando en su intensidad y con mil florituras en su composición la canción se muestra firme y contundente en su sonido. Desde una aparente sencillez, el tema contiene variedad de matices que hacen que su escucha sea bastante atractiva. Incluso con algún elemento sinfónico, la fuerza de la banda queda patente nuevamente en otro tema arrollador. Los estribillos se elevan majestuosos acompañados por una corte sinfónica más propia de una orquesta en una especie de ópera rock.

Poniendo el cierre de oro al álbum, ‘Strange earth illusion’ con sus once minutos, nos muestra a los finlandeses en su esplendor creativo. Con una apertura atmosférica en la que la psicodelia preside el sonido, el tema se muestra como una suite. Los tonos soul, blues y jazz de su vocalista gravitan en un apacible espacio sonoro en el que todo se desarrolla con calma. Con una introducción presidida por la guitarra la entrada del órgano en escena eleva la voz con desgarradores pasajes con los habituales tonos ocultistas. Intercalando locuciones y voces susurrantes el tema transita por un psicotrópico entorno de oscuridad. Sus pasajes progresivos llenos de riqueza compositiva aparecen elevando el tono de la canción. Siempre manteniendo los ecos hard-prog 70’s, el tema avanza hacia un destino indefinido. Dentro de sus desarrollos progresivos, no dudan en incorporar elementos sinfónicos con coros clásicos dotando al tema de una espiritualidad casi celestial. En el tema encontramos pasajes soul en los que la voz vuelve a hechizarnos envuelta en efluvios psicodélicos. Sin duda, el mejor tema de todo el álbum.

Jess and the Ancient Ones

Svart Records

Reseña: BRIMSTONE COVEN.- «The Woes of a Mortal Earth»

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Un sonido lleno de estereotipos pero que funciona a la perfección. La dupla de voces entre sus crudos y típicos riffs retro de origen 70’s le dan un toque de clase a un álbum que  fluye bien bajo ritmos lentos pero pesados entre cuidadas armonías. Seguramente los de Virginia no descubran nada, pero la honestidad con la que parecen construir sus temas les hace ser una banda atractiva para el oyente. Música sin complicaciones ni grandes alardes, pero de lo más resultona. Retomando las vibraciones de los 70’s de bandas como Sabbath, Pentagram o Deep Purple crean un álbum que vive en un ambiente vintage entre armonías flotantes entre ritmos lentos y cadentes. 

Muchos son los álbumes «retro» que escuchamos cada semana, pero BRIMSTONE COVEN prescinden de la rabia y lo estruendoso para crear un álbum lleno de melodías rituales de fácil digestión para el oyente. Algunos echarán de menos algo de pesadez y ruido, pero esa parte queda compensada con una relativa calma entre las tinieblas en las que construyen todas sus canciones. Temas hechos en el siglo XXI pero con un espíritu que bebe del manantial de los pioneros del ocult-rock más clásico. Un hechizo sonoro que te mantendrá dentro del círculo mágico de la banda protegiéndote de las fuerzas del mal en un notable álbum de rock clásico.

Procedente del este de Ohio, la banda lanzó dos álbumes en Metal Blade durante la primera mitad de la década de 2010 antes de renovar su alineación en 2017. Después de varias giras y del autoeditado «WHAT AND WAS AND WHAT SHALL BE», la banda unió fuerzas con el sello Ripple Music para crear su álbum con el sonido más oscuro hasta la fecha. A pesar de la estética premonitoria de «WOES OF A MORTAL EARTH», la banda parece tener mucho que decir. 

BRIMSTONE COVEN son: Corey Roth, (voz, guitarra), Andrew D’Cagna (bajo, voz) y Dave Trik  (batería).

Por la senda del proto-metal más atrayente y primitivo «The inferno», se muestra como un tema contenido en el que las melodías son cuidadas con esmero. Un contraste de lo más efectivo que conjuga riffs tradicionales con registro vocales más apacibles. Inspirados completamento en el sonido de los primeros 70’s, encontramos algunas buenas guitarras afiladas en un tema que funciona bajo un pegadizo ritmo entre vibraciones oscuras, pero contagiosas en una línea a caballo entre Sabbath y Purple.

Aumentando la dosis de sonidos tenebrosos herederos de Sabbath, la voz con sabor a miel pone el contrapunto en «When the World is Gone«. sus armonías flotantes equilibran los riffs crudos de tonos ocultistas.  Inevitablemente los tonos retro, aparecen como en casi todos los temas, mientras las melodías se acercan a postulados casi progresivos lo cual supone un aliciente para que la escucha no sea nada monótona. Riffs tranquilos y cristalinos se repiten entre la dulzura de una dupla de voces que siempre ponen el lado más comedido de un álbum que nace de la crudeza de sus predecesores.

La solemnidad ocultista se manifiesta con mayor incidencia en «Live with a ghost». Un tema típico de rock ocultista masajeado por bellas melodías que muestran la faceta más tierna de una banda salvaje pero que sabe modular sus temas. Un entorno retro-rock si demasiadas complicaciones ni artificios.  Su mayor aval son los juegos vocales, siempre melodiosos y masajeantes entre riffs heavy-rock al uso.  

«The Darker Half» es un tema sencillo, que mantiene sus riffs tensos entre dulces armonías que no pierden el espíritu proto-doom de una banda que vive a caballo entre los 70’s y el siglo XXI (más instalados en los 70’s) y en los albores del nacimiento del heavy-rock. Con esa ingenuidad del que comienza, la banda a pesar de llevar casi diez años en esto, sigue manteniendo su frescura con un cierto tono purpleliano entre sus cuidadas melodías.

Sigiloso y oscuro «Secrets of the Earth», tras una susurrante introducción algo lisérgica, se despeña por clásico riffs ocultistas amortiguados por apacibles melodías de voces corales. Cadente y contenido el tema no tiene prisa por salir del riff que lo sustenta. 

En el cierre encontramos «Song of Whippoorwill», un tema lento de ocult-rock lleno de clichés. Doomy, oscuro y atmosférico, es suavizado como la gran parte de los temas, por voces armoniosas que amortiguan la pesadez de los riffs. El tema avanza cansino y plomizo siempre con los ornamentos de vocación casi progresiva y algún solo brillante pero comedido.  Posiblemente el corte peque de algo de monotonía, pero esto, parece ser algo premeditado. Una oscuridad latente que no cae en lo tenebroso y en la que el trabajo del bajo juega un importante papel. 

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Reseña: HIGH PRIESTESS.- «Casting The Circle «

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Tras la buena impresión que me causó su álbum debut, muchas eran mis ganas por degustar esta nueva entrega, y lo cierto es que “CASTING THE CIRCLE” no me ha defraudado en absoluto. Todo un ritual ocultista de psycho-doom en el que canalizan la energía a través de oscuros temas pesados en los que la tensión, el misterio y la oscuridad habitan entre fabulosas las armonías vocales de sus dos principales sacerdotisas. Temas que avanzan lentamente, con una cadencia que no reniega de la pesadez pero que no parece tener prisa, y en los que los aromas orientales están presentes a través de fantásticos desarrollos de guitarra aderezados con atmosféricos pasajes. Incorporando teclados a la liturgia, crean el clímax perfecto para hechizarnos en una ceremonia en la que los tambores tribales nos marcan el camino a lo desconocido. Son muchas las bandas psycho-doom con una vocalista al frente que están surgiendo en la escena pesada en los últimos tiempos, pero pocas son capaces de derrochar la sensualidad y buen hacer de este trío californiano. Sin muchos momentos de rabia, los temas van fluyendo en una pausa catártica en ese sacrificio a las deidades del averno que nos proponen. Si, esto es rock ocultista, pero con una magia angelical en las que las plegarias consiguen atraernos como lo hacían las sirenas a los marineros para atraer sus barcos hacia los acantilados, con dulzura, mucha dulzura. Los temas se desarrollan en una niebla narcotizante que evangeliza nuestra alma en ese ritual pagano que es «CASTING THE CIRCLE”. El álbum está construido con una metódica composición  unas maravillosas melodías que adoptan elementos progresivos e incluso orientales para reforzar su riqueza. Las prodigiosas cuerdas vocales de Katie Gilchrest son perfectamente secundadas por Mariana Fiel con sus coros celestiales, lo que todavía da un mayor plus de calidad a esa parte fundamental del trabajo: Pocas armonías vocales tan atrayentes podemos encontrar como éstas en la escena pesada. Me postro ante su altar para recibir sus bendiciones de rock ocultista, HIGH PRIESTESS.!!  

HIGH PRIESTESS son: Katie Gilchrest (guitarras, voces, organo), Mariana Fiel (bajo y voces) y Megan Mullins (batería y percusión).

La portada del álbum fue diseñada por Jill Colbert en Manfish Inc. y está disponible vía Ripple Music.

“Casting the circle” abre bajo cadentes tonos ceremonias con sus tambores rituales. Tonos exóticos custodian el canto de la suma sacerdotisa en el inicio de la liturgia. Una envolvente y sosegada instrumentación con los acordes medidos camina lentamente con sus todos solemnes. La voz siempre sugerente se ve asaltada por poderosos riffs mientras el canto a esa oscura deidad surge de entre las tinieblas en esa atmósfera psyco-doom que tan bien saben construir estas chicas. Con sutileza, salpican con exóticos pasajes de guitarra aportando ese olor a incienso que arropa el ritual. Separando los tambores de la turbulenta y densa instrumentación en un segundo plano, el tema posee unos fuertes y poderosos momentos que contrastan con la aparente fragilidad que la voz de aporta.  Susurrantes melodías en un derroche vocal lleno de belleza.

Con efectos atmosféricos y ahora inmersas profundamente en tonos ocultistas, “Erebus” evoluciona sigilosamente entre las tinieblas. La sugerente y frágil voz aflora celestial entre los tonos Sabbath. El tema nos golpea con difusos y pesados riffs psych-doom. Un contraste de lo mas efectivo el combinar esos terroríficos pasajes con la angelical voz. Es una de las señas de identidad de HIGH PRIESTESS, y aquí lo llevan al extremo. Guitarras ensoñadoras entre coros celestiales bajo tonos de terror.   La voz se alarga en cada verso, ondulando en esas embesstidas de fuerza para seducirnos cual sirena en los acantilados. Atrayéndonos con su hechizo, la banda nos introduce en su espacio tenebroso con la delicadeza de una ninfa. De nuevo la guitarra llena de tonos psicodélicos nos envuelve con sus intoxicantes brebajes. Desdoblándose una y otra vez, se estira con mesura en cada riff para llevarnos a un espacio en el que la psicodelia nos atrapa aturdiéndonos con los golpes de los tambores y el pesado bajo.  Ocult-rock de libro entre las inquietantes plegarias de su suma sacerdotisa.

“The hourglass”, sin perder ese halo de misterio parece abrirse algo más a la luz. Los registros vocales adquieren una mayor intensidad. El tema deja un mayor protagonismo a la ácida guitarra entre registro vocales que se inclinan mas hacia el hard-rock. Esto no quiere decir que los magníficos coros no cumplan con su cita. El tema menos ocultista del álbum deja espacio a una brillante y cuidad combinación de voces y coros sobre las mágicas melodías. Un espacio que recorre el espectro desde el hard rock hacia atmósferas más nítidamente heavy-psych. Un arrullo constante en el que un hipnótico bajo custodia los virtuosos solos de unas guitarras que se desdoblan entre el sonido de los firmes tambores.

Los temas de larga duración son siempre un lugar para calibrar la calidad de una banda, y “Invocation” con sus diecisiete minutos nos da muestra de todo el potencial que tienen estas tres chicas. Ya no solo estamos ante el estándar psycho.doom de riffs gordos y lentos y la voz de la sacerdotisa como maestra de ceremonias. El corte es todo un ritual heavy-psych con muchos aromas pseudo-orientales, tambores vibrantes y voces celestiales.  Mas efectos y pedales una guitarra que hace mutar sus sonidos logrando distintos registros entre las nebulosas con olor a incienso. Toda un aquelarre heavy-psych que quita protagonismo a la voz durante largos pasajes. Así mismo los tambores no cesan en su particular ritual. La larga duración del corte deja espacio para retomar los tonos ocultistas   por la senda del doom. Un transito en el que la voz aflora entre tenebrosas armonías. A la mitad del corte, la potencia y pesadez de su riff anuncia una explosión. La tragedia se masca entre los cantos líricos para dar un giro entre tambores ceremoniales y una extraña locuciones salidas del averno. Un despliegue monumental que devuelve a la banda a su vocación litúrgica con susurrantes pasajes eclesiásticos en los que percibo un sonido de órgano. Describiendo las tinieblas, los coros surgen de los bellos pasajes de guitarra en una alegoría épica.

Tras la monumentalidad del corte anterior, “Ave Satanas”, parece desarrollarse en un espacio celestial. Como si hubiéramos pasado un umbral, los cantos celestiales entre una evolutiva instrumentación atmosférica que prescinde de la batería, los coros líricos consiguen crear un espacio perturbador y celestial a su vez. Una oda al más allá.

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Reseña: HÄXAN.- «Aradia»

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Álbum debut de los canadienses HÄXAN, previsto para su lanzamiento el próximo 14 de abril vía DHU Records y Fuzzed and Buzzed Records ve la luz para ofrecernos buenas dosis de rock ocultista, proto-metal y mucho fuzz, bajo los dominios de la hechizante voz de Kaykey Bomben. Un álbum en el que se combinan oscuras melodías con ritmos ondulantes y atmósferas de psicodelia pesada. Pasajes líricos y desgarrados entre momentos más propios del heavy-rock de los ochenta y el stoner contemporáneo.  Un álbum en el que los temas fluyen con agilidad y que golpea fuerte al oyente. «ARADIA» es el nombre de la Diosa que nació del incesto entre Lucifer (The Light Bringer) y la Diosa Diana (The Moon) y fue traída a la Tierra para enseñar brujería a los oprimidos. Aradia es reconocida como la maestra principal que transmitió las artes mágicas a las Brujas en la Tierra. En los círculos de las brujas todavía se la venera como «la Diosa», y estos canadienses, continúan con ese ritual en el que el doom aparece entre esas oscuras atmósferas ocultistas rebosantes de fuzz tóxico. «ARCADIA» es la culminación de la evolución de la banda desde que en 2016 publicaran su primera «DEMO», ahora, se presentan al mundo en todo su esplendor con este tenebroso ritual. 

HÄXAN lo componen: Kayley Bomben (voz), Paul Colosimo (guitarra) Connor Poirier (guitarra rítmica) Eric Brauer (bajo) y Paul Ciuk (batería)

«Intro» abre este «ARCADIA» a golpe de riffs heavy-psych y una potente batería. Estirándose y contoneándose, el corte anuncia el preludio de algo importante. 

Altas dosis de fuzz ondulante nos ofrece «Nicomedus». Un potente ritmo y voces heavy-rock construye un tema potente con un regusto a 80’s. Una interesante combinación con una repetición en su estructura que destapa la calidad vocal de Kayley Bomben.

Por la senda proto-metal «Baba yaga» se muestra enérgico con sus incesantes ritmos. Con ciertos tonos ocultistas, el torbellino rítmico se combina con una aguda voz en línea heavy-rock. Gritos y melodías en pos de una causa común y ondulaciones constantes sobre el infatigable ritmo. Destacan los pasajes en los que la guitarra se suaviza en solo menos agresivos que el resto del tema.   Un aire retro subyace en la repetición de sus riffs. 

«Aradia» nos ofrece otra faceta de los canadienses. En misteriosas y oscuras atmósferas dejan de lado la pesadez para introducirnos en una ceremonia ocultista bajo apacibles e inquietantes momentos instrumentales. Plegarias en las que la voz de su sacerdotisa despliega todo su poder entre sostenidos pasajes que crean el clima litúrgico. Un despliegue lírico entre humeantes antorchas custodiando el ceremonial. 

Recuperando la fuerza momentáneamente, «Low ride» se torna algo más doom, sin perder la vocación ocultista del tema anterior. Tras una primera parte con un potente sonido el tema desciende a plácidas estancias lisérgicas que sirven de escenario para que la voz desarrolle todo su potencial  y sensualidad elevando la intensidad del tema. 

«Dissociation» parte con una extraña locución para introducirnos en atmósferas dominadas por pasajes de psicodelia pesada de vocación doom. Aquí, junto a los cadentes riffs, introducen algún elemento exótico persistiendo el carácter pseudo-ocultista. Efectos y fuzz intoxicante encabritan el tema con esos solos incisivos y afilados en su parte final. 

El legado Sabbath se fusiona con vigorosos momentos heavy rock en «Aradia». Pasando del frenesí a plomizos ritmos perezosos, avanzan cansinos para retomar inmediatamente la velocidad y la fuerza entre toneladas de fuzz así como la lírica y desgarrada voz de su cantante. Si en los cortes anteriores hemos comprobado la calidad vocal, aquí encontramos un derroche lírico con distintos registros que sin duda, me enamoran. 

«Dead silence» nos mantiene en esas misteriosas atmósferas contaminadas por los psicotrópicos.  Un perturbador corte en el que su difuso sonido no impide que encontramos una vigorosa batería y esa hechizante voz en todo su esplendor. Mas fuzz y un sonido stoner que no pierde la vocación ocultista.

Con tonos más propios del proto-metal «Counterfeit» no reniega del legado oscuro de los setenta. Poderos y llevando el fuzz al extremo, el torbellino sombrío se cierne sobre nosotros con cambios de ritmo que desemboca en plácidos momentos de psicodelia susurrante. Cadentes y aterciopelados pasajes no transitados con anterioridad aportan una versatilidad a un álbum que, sin salirse de su apuesta se reinventa en cada tema.  

Si el resto de los tema oscilaban entre los tres y cuatro minutos, «The alchemist», con sus ocho minutos, deja espacio para que la banda desarrolle mucho más su propuesta. Stoner, proto-metal, heavy rock, y una guitarras que se adornan con exóticas florituras entre pesados y dinámicos ritmos que no dejan de contonearse entre esa bacanal de fuzz humeante. Toda una orgía rítmica que en esta ocasión deja menos espacio para el lucimiento de su vocalista.  

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Reseña.- CLOUDS TASTE SATANIC.- «Evil eye»

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El quinto álbum de CLOUDS TASTE SATANIC contiene dos largos temas de veinte minutos cada uno, en los que la banda de New York deja patente que los caminos del doom se bifurcan y ramifican cada día más. Puede dar pereza escuchar un disco de doom con sólo dos temas, y además instrumentales. Una vez metido entre sus surcos la realidad es distinta a las expectativas, especialmente teniendo en cuenta que la mayoría de las bandas que hacen doom suelen inclinarse hacia territorios del metal, donde me siento menos cómodo. «EVIL EYE», sin embargo contiene muchos elementos de psicodelia pesada así como estructuras más propias de bandas progresivos. Este álbum es el primero de los dos que la banda tiene previsto lanzar en éste 2.019. CLOUDS TASTE SATANIC definen su sonido como post-doom. Bueno creo que es solo una etiqueta más, pero su contenido mantiene la esencia de oscuridad tenebrosa del doom,  regándola con mil matices. Inspirado en el libro «La teoría y práctica de la magia satánica», las monstruosas paredes de sonido que construyen con sus riffs harían palidecer al mismísimo Lucifer. Magia negra esparcida por inquietantes atmósferas en las que el terror es aplacado a base de unas buenas dosis de alucinógenos. Un hechizo con el que se obtiene un resultado realmente brillante.

«Evil eye» con una introducción basada en elementos psicodelicos, crea el ambiente de misterio perfecto antes de golpearnos con esos poderosos riffs. Una calma tensa que precede a los típicos riffs doom. Lentos , oscuros, tenebrosos. Entre ellos, los solos de guitarra se moldean con una calma y belleza que parece contradictoria, pero que resulta de lo más gratificante.

Sobre un esquema nada anodino a pesar de su duración, esas guitarras afiladas y magnetizantes van coloreando los brumosos pasajes en los que los sonidos heavy-psych conviven con el psycho-doom. Mil solos de fuzz humeante en los que podemos vislumbrar hasta elementos exóticos en un viaje anormalmente calmado en el que los sobresaltos los ponen los ritmos más oscuros y pesados. La banda se deja llevar en una larga jam teniendo todo bajo control. En una odisea en la que los vapores de las ciénagas por las que nos llevan nos aturden con los psicotrópicos de sus efectos. Finalmente se separan de los dictados del doom para sumergirse en una psicodelia profunda. Solo me queda rendirme ante la evidencia. Así si, esto es muy bueno, y por aquí me han conquistado definitivamente.

Seguramente más arenoso, «Pagan worship» sigue una estela parecida. Doom lento y plomizo con un derroche de guitarras aturdidores. Un ritual de magia negra en los que todo parece ir sin prisa. Casi a cámara lenta las guitarras se superponen en estratos diferentes. Nuevamente los hechizos en forma de largos solos lisérgicos nos aturden e hipnotizan. con momentos en los que nos golpean con fuerza  cambiando la dinámica de la psicodelia pesada para ejecutar doom más al uso. En realidad no faltan los momentos psicotrópicos en este relato que bien podría ser la banda sonora de una historia de Stephen King. pero los de Nueva York, se muestran mas siniestros, inquietantes y oscuros, en sus acordes creando un autentico «thriller» sonoro. Dentro de esta dinámica de fatalidad, no faltan esos momentos lisérgicos que encontrábamos en el tema anterior, pero ésta vez en menor medida. El corte acaba con vibraciones desérticas incrustadas en sus plomizos y cansinos riffs sin faltar a su cita con las guitarras humeantes , que siguen aportando un punto de luz entre tanta tiniebla y ocultismo.