Reseña: RAINBOW BRIDGE.- ‘Drive’

DRIVE’, el nuevo y más ambicioso álbum de los italianos RAINBOW BRIDGE, llega casi tres años después del último álbum ‘UNLOCK’ para mostrarnos a una banda sólida que sabe a lo que juega. En él, se refleja todo el talento de unos músicos que siguen explorando las vibraciones psicodélicas y el blues nacido en la década de los 70’s. Es evidente la inspiración en HendrixGallagher, pero también en los mismísimos Zeppelin en alguna de sus canciones. Con esos moldes consiguen canciones seductoras en las que los desarrollos lisérgicos se nutren de ganchos hard-rock empapados en blues humeante. Aromas sureños acarician cautivadoras canciones que fluyen con soltura en un mar de sustancias estimulantes haciendo que cada una de ellas, sea una oportunidad para la diversión y el disfrute. Sin duda en este, su quinto álbum, es su trabajo mas completo hasta la fecha. ‘DRIVE’ está idealmente dividido en tres partes. Una primera parte está dedicada a las canciones, con buenas melodías vocales y una vibración vintage, una segunda parte a las piezas instrumentales en las que la banda se deja llevar por su creatividad, y finalmente una larga suite ‘concept’ que contiene todas las almas de la banda.

RAINBOW BRIDGE son:
Giuseppe JimiRay Piazzolla – voz, guitarras acústicas y eléctricas, letras
Fabio Chiarazzo – bajo, letras, coros
Paolo Ormas – batería, platillos, coros, letras

‘DRIVE’ fue arreglado y producido por RAINBOW BRIDGE, grabado, mezclado y masterizado por Cosimo Cirillo en el estudio New Born Records; y cuenta con una imagen de JimRay sobre una obra de arte de Nesia_Earth


‘Until My Wings Will Be Stronger’ nos seduce con profundos y pausados acordes de guitarra evocando un entorno más propio del desierto. Estribillos pegadizos y golpes de pesadez, asedian este corte de blues rural más propio de las grandes praderas.  

Los medios tiempos de ‘Years of Beer’ mantienen la esencia de la banda sobre el blues y el hard rock de los 70’s. una vibra Zeppelin subyace una pista que se muestra más pesada. Una atmosfera humeante permite el desarrollo de buenos pasajes de guitarras. Con elementos stoner los italianos engrosan un sonido que conjuga el legado de los 70’s con vibraciones pesadas más contemporáneas.

 En ‘Black Monday’ las revoluciones bajan hasta llevarnos a un espacio psicodélico sustentado por una poderosa y magnética línea de bajo. Las notas de blues afloran con sutileza bajo los designios de desarrollos heavy-psych con cautivadoras melodías. Hipnótico y sumamente lisérgico, el corte borbotea en forma de jam creando un caleidoscopio colorista de gran atractivo.

‘I Saw My Dad Play Air Guitar’ es un nombre ocurrente para una canción vibrante de rock clásico a semejanza de los álbumes de los 70’s. Un ritmo contagioso y melodías bien diseñadas van impulsando la canción a un espacio de rock divertido de fácil digestión. Todo un viaje en el tiempo a una época dorada que siempre es fuente de inspiración para numerosas bandas. Ecos sureños se conjugan co0n ritmos que se aceleran creando una auténtica fiesta de sonidos vintage más propia de la California de los albores de los 70’s. guitarras afiladas tambores diabólicos y una pujante línea de bajo sustentan unas melodías con aroma sureño.

‘Make Peace’ arranca con una incisiva línea de bajo que nos induce a entrar en un espacio psicodélico que nos atrapa con facilidad. Siguiendo con esos desarrollos heavy-psych la pista va evolucionando a un entorno más agreste en el que las vibraciones stoner hacen acto de presencia en una jam en la que todo puede suceder. Aquí la banda refleja su faceta más pesada dejándose llevar por sus instintos y creatividad en una estampida de riff plomizos con guitarras que revolotean en solos envolventes de gran acidez.  

Inspirándose en Stephen Stills y en su particular estilo de guitarra, ‘Stills drives’ con sus pausados acordes acústicos sirve de contrapunto a la pista anterior. Un reflejo de que RAINBOW BRIDGE se inspiran en el pasado manteniendo intacto su carácter de banda psicodélica y pesada a la vez. Con un bajo que machaca nuestras neuronas la canción prescinde de las voces en una nueva jam que fluye libremente como una estampida de búfalos por la pradera.  La canción cierra el círculo volviendo al punto de partida tras pasar por momentos tormentosos.

La suave ‘Tears Never Here’ parece susurrar al oyente con sus acordes acústicos antes de sucumbir al rock clásico de nuevo. Una melodía luminosa se enriquece con golpes de pesadez con un sólido amortiguado y versátil. Puro hard-rock de siempre con melodías llenas de gancho en una invitación a la fiesta. Un corte vintage de altos vuelos con catorce minutos en los que expandirse un rico tapiz sonoro. solos hirientes que se llevan hasta la extenuación, acompañados por una dinámica base rítmica que se balancea sobre vibraciones del pasado como gran acierto y gancho. El corte pasa por diferentes fases, desde su fuerza inicial a desarrollos expansivos en los que la psicodelia y las voces aterciopeladas más propias de finales de los 60’s parecen evocar momentos propios del verano del amor. Con un nuevo giro argumental la canción parece atascarse en un espacio psicotrópico con un flujo constante que la lleva a recorrer un amplio espectro estilístico. Un collage sonoro que resume el instinto e influencias de una banda solvente que sabe cómo componer largas canciones en las que plasmar su creatividad y talento. La parte final ralentiza la intensidad para desarrollar cautivadoras melodías florales con una colorista ‘vibra’ Beatles.

Cerrando el álbum, ‘Coming Out’ recoge el legado de Hendrix con una espiral de solos ácidos y un ritmo intenso y trepidante. Una nueva jam que tiende un puente al pasado para traernos pasajes psicotrópicos en una bacanal sónica presidida por un caos sonoro que volará tu cabeza.  

Rainbow Bridge

Reseña: LOVE GANG.- ‘Meanstreak’

Manteniendo el amor por sonidos vintage, LOVE GANG vuelve a presentarnos un álbum crudo, vibrante y ruidoso, usando sonidos analógicos y los amplificadores a toda potencia. ‘MEANSTREAK’ nos deja noqueados con sus canciones macarras que nos invitan a la fiesta y al desenfreno. LOVE GANG es una banda que muchos calificarán como ‘retro’, pero si nos metieramos en túnel del tiempo en un viaje a comienzos de los 70’s, nadie los distinguiría de los contemporáneos de la época. Y no solo por su sonido, sino por su actitud, por su rebeldía, y por su honestidad. Con canciones rápidas y llenas de energía, con ritmos de blues, boogie-rock, solos de guitarra psicodélicos, y un órgano hammond crujiente. ‘MEANSTREACK’ es una fiesta salvaje en la que la banda pisa el acelerador a fondo. Un álbum ideal para escucharlo como perfecta banda sonora de una noche de desenfreno, pero también fantástico como banda sonora de un viaje por largas rectas de carreteras desérticas. Sus canciones son de las que no hacen prisioneros, de las que desde el primer riff te insuflan toda su energía y te dan una patada en el culo. ‘MEANSTREACK’ es un álbum de alto octanaje con un diabólico sonido retro, y con una facilidad pasmosa para atrapar al oyente en un espiral de puro y crudo rock and roll que te hará darle al play una y otra vez. Las grabaciones se realizaron completamente analógicas a cinta y capturan un sonido puro y crudo. El contenido lírico del álbum involucra temas relevantes en la vida de la banda que van desde las mujeres, los disturbios políticos en los EE. UU., la depresión, las drogas, las motocicletas y las noches salvajes en Juárez, México. Si te gusta el rock crudo con sabor añejo, y bandas como BLUE CHEER, MOUNTAIN, CACTUS, GRAND FUNK, o SIR LORD BALTIMORE, este es tu disco, porque LOVE GANG son un recuerdo de los días dorados del rock ‘n roll cuando los amplificadores eran ruidosos, el pelo largo y las drogas baratas. Influenciados por el rock oscuro y clandestino de los 70’s, logran mantener su sonido clásico y verdadero al mismo tiempo y componen canciones originales y convincentes que no cansan ni suenan como si lo hubieras escuchado todo antes.

LOVE GANG son: Kam Wentworth – guitarra y voces, Grady O’Donnell – bajo,
Leo Muñoz – órgano y flauta y Shaun Goodwin batería.

‘MEANSTREAK’ está disponible vía Heavy Psych Sounds.

Palpitando a ritmo de heavy-rock, ‘Deathride’ es el preludio de lo que nos espera. Rock crudo, y salvaje, heredero del legado de BLUE CHEER o SIR LORD BALTIMORE. Con guitarras asesinas y un sonido denso y sucio, el corte parece sacado del baúl de los recuerdos del rock primitivo, aquel que era una herramienta reivindicativa de un espíritu indómito y transgresor. Con riffs modulados a semejanza de Iomi, la canción se lanza a una espiral a tumba abierta. Una canción que invita a la fiesta, a lanzar la melena al viento y fumar marihuana hasta el amanecer.

Si el tema de apertura resultó impactante, ‘Meanstreak’ es boogie-rock en estado puro, Ritmos contagiosos y olor a garito de mal muerte en el que la música no descansa. Un corte pesado y ácido, que bebe del heavy-rock pero también del blues para ofrecer su perfil más macarra y divertido. Como dice la propia banda: ‘Una canción que tiene suficientes huevos y actitud para comenzar una pelea de bar’

Los riffs proto-metal de ‘Bad News’ vuelven a evocar pantalones de campana y chupas de cuero. Un premeditado sonido sucio y difuso, nos golpea hasta dejarnos k.o. Frenético, desgarrado y con el espíritu del rock and roll por bandera, la canción invita al baile y la juerga más depravada. Empapada de un alma de blues, la canción vomita sus riffs sin ningún tipo de pudor por la senda del retro-rock más auténtico y honesto.

Sin bajar la intensidad, pero usando elementos más progresivos, ‘Blinded By Fear’ gravita en una atmósfera vintage en la que todo sucede a la velocidad de la luz. La voz ahogada, casi imperceptible entre la densidad de su ritmo, trata de evacuar todos sus tormentos. Solos afilados, y unos tambores incesantes, van soportando una canción vibrante y mas difusa si cabe.

‘Shake This Feelin’ no baja el pie del acelerador con su combinación de heavy-rock, boogie-rock. Un corte frenético, con voces desgarradoras y lleno de ganchos que te llevarán a la pista de baile. Toda una fiesta vintage que evoca salvajes sonidos primitivos.

‘Headed Down to Mexico’ se contonea con un fantástico groovy de rock and roll. Teclados profundos ritmos atronadores logran contagiarnos de toda la energía que esconden sus surcos. Otra canción que va directa a la yugular, sin contemplaciones. Para que no le falte de nada, el corte desciende en su parte final a una sima de blues ácido y humeante, algo que resulta sensacional para mitigar su embestida.

Si uno de los principales argumentos del rock de los 70’s fue el blues, LOVE GANG no podían dejar la ocasión para ofrecernos su visión del blues rural en ‘Same Ol’ Blues’. Un corte con predomio de la guitarra acústica en el que también podemos encontrar al solo eléctrico de alto nivel. Con una voz cálida y pausada, la canción se desarrolla entre el sonido de la armónica evocando una atmósfera sureña.

En un álbum con grandes canciones, el cierre no podía ser una canción cualquiera. Y ‘Fly Away’ es un tema que bien podrían haber firmado una banda como MOUNTAIN. Su crudo sonido a hard-rock de los 70’s y una composición acertada, hacen de él un tema fundamental para entender a una banda que nació en el siglo equivocado. Guitarras asesinas, un aroma sureño y un sonido analógico, son los argumentos de otra brillante composición.

LOVE GANG

HEAVY PSYCH SOUNDS

Reseña: GRYFLET.- ‘Petrichor’

Los británicos GRYFLET publican su nuevo EP ‘PETRICHOR’ con tres canciones atmosféricas impregnadas en pasajes psicodélicos en una atmósfera en la que se palapa la tensión. Como si fueran canciones inacabadas, sus desarrollos instrumentales transitan por una oscura senda en la que los sonidos heavy-psych coquetean con momentos de una mayor pesadez. EL trabajo deja una sensación de canciones inacabadas, canciones instrumentales que se desarrollan como si no tuvieran un final claro y nítido. Es una sensación extraña, pero que finalmente resulta agradable una vez que te has sumergido con atención en ellas.  GRYLEFT se inspira en clásicos del rock progresivo como Pink Floyd, Camel o King Crimson, pero también en bandas contemporáneas como All Them witches o King Buffalo, por lo que el sonido de este EP puede resultante sumamente familiar.


‘Petrichor’ nos sume en un espacio tenebroso en el que efectos de lluvia van creando la atmósfera en la que se desarrolla el tema. La pausa inicial, con esos cadentes tambores y notas salteadas nos llevan a un entorno más agreste. Un bajo tremebundo y golpes de riffs ásperos parecen anunciar una deflagración que finalmente no se produce. Con elementos psicodélicos la canción se muestra más como una larga introducción que un tema propiamente dicho. El tema se inspira en el olor de la tierra húmeda tras un largo periodo de sequía.

Sin perder el espíritu psicodélico, ‘Fading smog’ con un sonido difuso y atmosférico encuentra a la banda en un entorno heavy-psych. Envolvente en su desarrollo, el tema cuenta con comedidos golpes de aspereza que contrastan con la melodía envolvente que sirve como base argumental. Cadencioso y casi atascándose, el corte avanza a trompicones en una extraña experimentación sonora que finalmente rinde sus frutos.

‘The ending blues’ Como su propio nombre indica, se soporta en una base blusera sobre la que GRYFLET desarrollan largos desarrollos instrumentales de psicodelia pesada en un misterioso y oscuro entorno sonoro. Marcando los tiempos, el tema explora insondables espacios creando un ambiente de gran tensión. Suave en su ejecución, el corte cuenta con atractivos pasajes de guitarra sin demasiados artificios.

Gryflet

Reseña: SONIC FLOWER.- ‘Me and my bellbottom blues’

SONIC FLOWER, el proyecto paralelo de la legendaria unidad psicodélica japonesa CHURCH OF MISERY, nos presentan ’ME AND MY BELLBOTTOM BLUES’, su álbum más pesado y ácido hasta la fecha. Instalados en los sonidos heavy-blues de los 70’s, cada canción se muestra cruda e impactante. Guitarras que se enzarzan en solos interminables en los que la psicodelia aflora en cada riff, ritmos estruendosos y una línea de bajo realmente poderosa, hacen que las canciones se muestren llenas de rabia. Un gratificante viaje a los albores de la música pesada con el blues como protagonista. Todo un regalo para los amantes de bandas como CACTUS, SIR LORD BALTIMORE, BLUE CHEER o el mismísimo HENDRIX, pero también manteniendo intacta una parte de la esencia de su banda matriz, CHURCH OF MISERY. Un álbum impactante lleno de buenas canciones con las que conquistar a los que todavía no los conocen. Estamos ante una bacanal psicotrópica sustentada en blues más primitivo, pero que cuenta también con sonidos difusos más propios de los nuevos tiempos. Rock vintage, rock retro, sí; pero tan sumamente fresco, pesado y diabólico, como para caer rendido a sus pies. Estos hijos bastardos de bandas como FLOWER TRAVELING BAND saben perfectamente cómo manejar los hilos para trasladar al oyente al corazón de los 70’s con una música ácida y corrosiva, pero sumamente fascinante. Capaces de hacer que se levanten de sus tumbas esos viejos rockeros con largas melenas y chupas de cuero que se quedaron en el camino. Un verdadero homenaje al rock más lisérgico y salvaje.

SONIC FLOWER  se formó como un proyecto paralelo de Church of Misery en 2001. Tatsu Mikami (bajista de Church Of Misery) y Takenori Hoshi (guitarrista del segundo álbum de Church of Misery, «The Second Coming») se unieron para tocar más blues y rock pesado instrumental. influenciado por actos de los 70 como Cactus, Grand Funk Railroad, Groundhogs o Savoy Brown. La guitarrista Arisa y el baterista Keisuke Fukawa se unieron rápidamente a ellos. En 2003, lanzaron su álbum debut homónimo de rock pesado y blues ‘Sonic Flower’ en el sello japonés Leafhound Records. Este disco instrumental improvisado con doble guitarra fue aclamado internacionalmente, y tuvieron la oportunidad de apoyar a Electric Wizard, Bluebird o Acid King en sus shows en Japón.
En 2005,  SONIC FLOWER fue al estudio a grabar material nuevo, pero como Arisa estaba embarazada y prevalecían los trabajos diurnos, pusieron a la banda en pausa después de la sesión de grabación. Estas grabaciones han estado durmiendo en la bóveda durante quince años hasta que Tatsu decidió reformar la banda en 2018. Esta vez se asoció con el ex cantante de Church Of Misery: el resultado fue su nuevo álbum ‘Rides Again‘, 2021 a través de Heavy Psych Records. Su nuevo álbum ‘ME AND MY BELLBOTTOM BLUES’ tiene al guitarrista Fumiya Hattori uniéndose a la guitarra, para un lanzamiento a fines de septiembre en el sello italiano. Grabado en Tokio a principios de 2022 y mezclado por el gurú del doom japonés Yukito Okazaki de Eternal Elysium , ‘ME AND MY BELLBOTTOM BLUES’ es «su mayor trabajo hasta la fecha», según Mikami.

SONIC FLOWER son:
Tatsu Mikami – Bajo
Kazuhiro Asaeda – Voz
Fumiya Hattori — Guitarra
Toshiaki Umemura – Batería


‘Swineherd’, aúlla con olor a heavy-blues entre riffs ácidos y ritmos Stoner. Como si de repente nos hubiéramos hecho un viaje en el tiempo los ecos de los primeros Whitesnake aparecen en un corrosivo corte con olor a cannabis. Un sonido sucio más propio de otros tiempos, pero robustecido con distorsiones. Sus fuertes tambores, ese bajo tosco y los solos ácidos, unidos a la gritona voz, hacen al tema imprescindible para conocer a esta banda. Sin duda esto es echar un órdago a las primeras de cambio.

Con nuestros sentidos todavía aturdidos por el corte anterior, ‘Love Like Rubber’, con su fantástico groovy destilla blues psicodélico de alto octanaje. Con una cadencia Sabbath, los ecos del proto-metal se embadurnan de blues viscoso en otro corte de gran pesadez. Tosco en su presentación, su orgánico sonido hace que en tu cabeza retumben esos ritmos monolíticos y corrosivos.

‘Black Sheep’ eclosiona entre gruesos riffs por una senda retro en la que el blues ácido es el protagonista. Voces rabiosas aportan el tono de crudeza necesario para una propuesta como esta. Heavy-blues asesino con un groovy que de inmediato conecta al oyente a su particular espiral lisérgica. Su incuestionable espíritu retro hace que el tema se construya a semejanza de los temas primitivos de comienzos de los 70’s. Más de seis minutos en los que los japoneses dejan espacio para impactantes solos de guitarra bajo una instrumentación, en esta ocasión, más contenida.

 Entre distorsiones y gruesos golpes stoner, ‘Captain Frost’ mantiene el nivel con elementos más contemporáneos sobre una base heavy-blues completamente atronadora. Construido sobre un riff que se repite, las melodías vocales y su sucio sonido se complementan con acierto para mostrarse como un corte lleno de autenticidad. El tema cuenta con los habituales guiños a los sonidos más psicotrópicos y una dualidad de guitarras bien ensambladas.  

En una atmósfera más pantanosa, la humeante ‘Quicksand’ nos sitúa en un entorno sureño propio del swamp rock. Otro corte intoxicante y pesado que combina el blues rural con vibraciones más plomizas. Rítmico y con gancho, el corte se desarrolla en una espiral que repite su armonía manteniendo su espíritu 70’s. Algo más psicodélico que el resto de canciones, su sencilla estructura resulta de fácil digestión para el oyente.

Con más duración que los temas precedentes, ‘Poor Girl’ no se sale del guionEn esa frontera entre el hard-rock más primitivo, el blues pesado y humeante es el leit motiv de otra canción ácida y cruda. El tema cuenta con brillantes pasajes de psicodelia ácida en los que la banda deja fluir su creatividad por esa senda marcada por el blues, mostrando un aspecto más psicotrópico e hipnótico. Contenidos por momentos, SONIC FLOWER parecen divertirse con lo que hacen.

Con casi diez minutos, el tema de cierre del álbum ‘Sonic Flower’, retoma ese espíritu de jam en una bacanal de sonidos lisérgicos, hard-rock y por supuesto blues. En esta canción la rabia y la fuerza parece por momentos, ceder su ímpeto para ofrecer un entorno melodioso que contrasta con la crudeza del interior de sus canciones. Un gratificante viaje chamánico a las raíces de una psicodelia más propia de otros tiempos.

Sonic Flower official

HEAVY PSYCH SOUNDS

Reseña: PARALYZED.- ‘Heavy road’

Los surcos de ‘HEAVY ROAD’, el segundo álbum de los alemanes PARALYZED, vienen impregnados de heavy-blues humeante y desgarrado, impulsado por golpes de rudo hard-rock vintage y actualizaciones Stoner. Un sonido evocador de los pioneros de los sonidos mas crudos de los 70’s pero que resulta honesto y sólido. Toda una fiesta de sonidos vintage con guitarras que se retuercen a base de wah wah, tambores que atruenan y una voz que te cautiva con cada estrofa. Con un mestizaje entre THE DOORS y STEPPENWOLF, en gran parte de sus canciones, los alemanes, no renuncian a momentos de rock pesado, acoplados a su base de puro blues.  Pero a pesar de esto, PARALYZED no son una banda retro, sino que son una banda de comienzos de los 70’s que por arte del azar ha nacido en el siglo XXI, y eso también se nota en el enfoque más Stoner que alguna de sus canciones contiene. Anecdótico a veces, pero siempre presente en algún momento de unas canciones que prefieren precipitarse por un torrente de blues diluido en sustancias psicotrópicas. En ‘HEAVY ROAD’, cada canción consigue, de una u otra manera, atrapar al oyente en una espiral sónica. En ocasión por la vía directa y en otras cociendo sus canciones a fuego lento, siempre consiguen ese punto idóneo de cocción para gozo de los mas fervientes seguidores de los sonidos crudos y primitivos. Esas vibraciones irreverentes y sin complejos que ejecutan con completa honestidad y teniendo muy claro cual es su propósito. Si con su álbum debut, los alemanes consiguieron sorprender, con el salvaje ‘HEAVY ROAD’, se consolidan como una banda a tener muy en cuenta, porque calidad, les sobra. Prepárate para un buen viaje.

‘HEAVY ROAD’ está disponible vía StoneFly Records.

PARALYZED son :
Michael Binder – Voz y guitarra solista
Caterina Böhner – Guitarra rítmica y órgano
Philipp Engelbrecht – Bajo
Florian Thiele – Batería

‘Devil’s Bride’ abre el álbum entre tonos de heavy-blues doorsiano. La cálida y penetrante voz de Michael Blinder muestra sus artes desde el primer instante. Algo que marcará gran parte de las canciones del álbum. La stonerización del blues hace que la canción se muestre plomiza. No faltan los solos asesinos en los que el wah wah se mezcla con los vómitos de puro blues, humeante, denso y desgarrado. Una forma arrolladora de abrir un magnífico álbum de rock hecho a la vieja usanza.

Estamos ante un álbum creado con el espíritu de los pioneros del rock mas irreverente de finales de los 60’s y primeros 70’s. Prueba de ello son las vibraciones en pura línea STEPPENWOLF de ‘Orange carpet’. Otro corte vibrante que acaba arrollando al oyente con una inusitada rudeza mas propia de los pioneros. Evolucionando hacia momentos más pesados, los riffs humeantes consiguen mantener al oyente sin salir del círculo diabólico de su sonido vintage.

Ya sin ningún tipo de complejo, ‘Mayday’ sigue la línea marcada en la canción anterior, en esta ocasión por un camino de blues atemporal y lleno de vitalidad. Una invitación al baile, que se adorna con golpes de hard-rock insertados con la destreza suficiente como casi pasar inadvertidos en el conjunto de la canción, pero que están ahí ofreciendo solos diabólicos dentro de su bacanal sonora.

Como contrapunto a la vitalidad del corte anterior, ‘Black tres pt. 1’ se sustenta en suaves y cálidos acordes de blues psicodélico, evocadores de entornos campestres. Ciertos tonos All them witches son adornados con elegantes solos de guitarras. Una canción llena de sentimiento en la que encontramos numerosos matices, pero que se sustenta nuevamente en el blues.

‘Pilgrim boots’, con sus siete minutos incide en una fórmula que funciona. A diferencia de los cortes anteriores el sonido del órgano juega un papel fundamental en el hilo conductor. Esa dualidad entre The Doors y Steppenwolf hace que la canción sea garantía de éxito. Con un ritmo cadente y una voz chamánica la atmósfera se llena de sustancias narcóticas que envuelve al oyente en una nube de rock retro. Bebiendo del manantial del pasado de los 70’s, PARALYZED son fieles a su amor por estos sonidos de antaño, y lo hace con completa maestría. El tema se permite momentos en los que la improvisación parece aflorar para dotar al corte de un tono de jam. Cociéndose a fuego lento el corte endurece su sonido y sus estribillos se tornan más pegadizos, para acabar en una fiesta vintage en la que la cerveza y los cannabinoides campan a sus anchas.

 Tomando elementos heavy rock ‘Black Trees Pt.2’ incide en una fórmula que funciona, en esta ocasión con una mayor contundencia en su sonido. Nuevamente la canción nos ofrece buenos solos que se desarrollan hasta la estuación entre ritmos salvajes y pesados. El resultado es una orgía contagiosa que invita a dejarte llevar por bailes desenfrenados.

‘Coal Mine’ pone la pausa tras el extenuante corte anterior. Aquí con tonos mucho más psicodélicos de lo que habían mostrado hasta ahora, el bajo toma el mando de las operaciones de otro blues ácido. Con un ritmo cadencioso pero implacable poner freno a la bacanal para llevarnos de ’viaje’ a través de chamánicos pasajes en los que los psicotrópicos toman el control. Una destacada producción hace que cada instrumento cobre vida propia ofreciendo distintos estados de ánimo al oyente. El corte acaba golpeando oyente con insistencia produciendo un efecto aturdidor, pero sumamente placentero.

‘White Jar’ cierra el álbum entre golpes de wah wah y manteniendo ese, tan apetecible, espíritu vintage.  Sin muchos artificios, la dualidad de órgano y guitarra, es complementada con una narrativa dinámica y cierto tono stoner.

Paralyzed

StoneFly Records