‘DRIVE’, el nuevo y más ambicioso álbum de los italianos RAINBOW BRIDGE, llega casi tres años después del último álbum ‘UNLOCK’ para mostrarnos a una banda sólida que sabe a lo que juega. En él, se refleja todo el talento de unos músicos que siguen explorando las vibraciones psicodélicas y el blues nacido en la década de los 70’s. Es evidente la inspiración en Hendrix, Gallagher, pero también en los mismísimos Zeppelin en alguna de sus canciones. Con esos moldes consiguen canciones seductoras en las que los desarrollos lisérgicos se nutren de ganchos hard-rock empapados en blues humeante. Aromas sureños acarician cautivadoras canciones que fluyen con soltura en un mar de sustancias estimulantes haciendo que cada una de ellas, sea una oportunidad para la diversión y el disfrute. Sin duda en este, su quinto álbum, es su trabajo mas completo hasta la fecha. ‘DRIVE’ está idealmente dividido en tres partes. Una primera parte está dedicada a las canciones, con buenas melodías vocales y una vibración vintage, una segunda parte a las piezas instrumentales en las que la banda se deja llevar por su creatividad, y finalmente una larga suite ‘concept’ que contiene todas las almas de la banda.
RAINBOW BRIDGE son:
Giuseppe JimiRay Piazzolla – voz, guitarras acústicas y eléctricas, letras
Fabio Chiarazzo – bajo, letras, coros
Paolo Ormas – batería, platillos, coros, letras
‘DRIVE’ fue arreglado y producido por RAINBOW BRIDGE, grabado, mezclado y masterizado por Cosimo Cirillo en el estudio New Born Records; y cuenta con una imagen de JimRay sobre una obra de arte de Nesia_Earth

‘Until My Wings Will Be Stronger’ nos seduce con profundos y pausados acordes de guitarra evocando un entorno más propio del desierto. Estribillos pegadizos y golpes de pesadez, asedian este corte de blues rural más propio de las grandes praderas.
Los medios tiempos de ‘Years of Beer’ mantienen la esencia de la banda sobre el blues y el hard rock de los 70’s. una vibra Zeppelin subyace una pista que se muestra más pesada. Una atmosfera humeante permite el desarrollo de buenos pasajes de guitarras. Con elementos stoner los italianos engrosan un sonido que conjuga el legado de los 70’s con vibraciones pesadas más contemporáneas.
En ‘Black Monday’ las revoluciones bajan hasta llevarnos a un espacio psicodélico sustentado por una poderosa y magnética línea de bajo. Las notas de blues afloran con sutileza bajo los designios de desarrollos heavy-psych con cautivadoras melodías. Hipnótico y sumamente lisérgico, el corte borbotea en forma de jam creando un caleidoscopio colorista de gran atractivo.
‘I Saw My Dad Play Air Guitar’ es un nombre ocurrente para una canción vibrante de rock clásico a semejanza de los álbumes de los 70’s. Un ritmo contagioso y melodías bien diseñadas van impulsando la canción a un espacio de rock divertido de fácil digestión. Todo un viaje en el tiempo a una época dorada que siempre es fuente de inspiración para numerosas bandas. Ecos sureños se conjugan co0n ritmos que se aceleran creando una auténtica fiesta de sonidos vintage más propia de la California de los albores de los 70’s. guitarras afiladas tambores diabólicos y una pujante línea de bajo sustentan unas melodías con aroma sureño.
‘Make Peace’ arranca con una incisiva línea de bajo que nos induce a entrar en un espacio psicodélico que nos atrapa con facilidad. Siguiendo con esos desarrollos heavy-psych la pista va evolucionando a un entorno más agreste en el que las vibraciones stoner hacen acto de presencia en una jam en la que todo puede suceder. Aquí la banda refleja su faceta más pesada dejándose llevar por sus instintos y creatividad en una estampida de riff plomizos con guitarras que revolotean en solos envolventes de gran acidez.
Inspirándose en Stephen Stills y en su particular estilo de guitarra, ‘Stills drives’ con sus pausados acordes acústicos sirve de contrapunto a la pista anterior. Un reflejo de que RAINBOW BRIDGE se inspiran en el pasado manteniendo intacto su carácter de banda psicodélica y pesada a la vez. Con un bajo que machaca nuestras neuronas la canción prescinde de las voces en una nueva jam que fluye libremente como una estampida de búfalos por la pradera. La canción cierra el círculo volviendo al punto de partida tras pasar por momentos tormentosos.
La suave ‘Tears Never Here’ parece susurrar al oyente con sus acordes acústicos antes de sucumbir al rock clásico de nuevo. Una melodía luminosa se enriquece con golpes de pesadez con un sólido amortiguado y versátil. Puro hard-rock de siempre con melodías llenas de gancho en una invitación a la fiesta. Un corte vintage de altos vuelos con catorce minutos en los que expandirse un rico tapiz sonoro. solos hirientes que se llevan hasta la extenuación, acompañados por una dinámica base rítmica que se balancea sobre vibraciones del pasado como gran acierto y gancho. El corte pasa por diferentes fases, desde su fuerza inicial a desarrollos expansivos en los que la psicodelia y las voces aterciopeladas más propias de finales de los 60’s parecen evocar momentos propios del verano del amor. Con un nuevo giro argumental la canción parece atascarse en un espacio psicotrópico con un flujo constante que la lleva a recorrer un amplio espectro estilístico. Un collage sonoro que resume el instinto e influencias de una banda solvente que sabe cómo componer largas canciones en las que plasmar su creatividad y talento. La parte final ralentiza la intensidad para desarrollar cautivadoras melodías florales con una colorista ‘vibra’ Beatles.
Cerrando el álbum, ‘Coming Out’ recoge el legado de Hendrix con una espiral de solos ácidos y un ritmo intenso y trepidante. Una nueva jam que tiende un puente al pasado para traernos pasajes psicotrópicos en una bacanal sónica presidida por un caos sonoro que volará tu cabeza.