Reseña: THE MACHINE.- ‘Wave cannon’

Alejándose de la influencia centrada en el rock ruidoso de su álbum ‘FACESHIFT’ de 2018, THE MACHINE exploran los lados más pesados ​​​​del shoegaze, el rock  progresivo y la psicodelia en su nuevo y lisérgico nuevo álbum ‘WAVE CANNON’. En su séptimo registro, regresan a la forma de sus inicios con un enfoque mas moderno. Con canciones ambientadas en un entorno mas suave, exploran sus fuertes raíces psicodélicas en una hora intensa dividida en seis canciones inmersivas que, con su eclecticismo, indicen en un sonido completamente difuso. El trio consigue el equilibrio alternado pistas más pesadas, con otras muchos más volátiles en las que las vibraciones espaciales y las melodías shoegaze copan el protagonismo. Tras los cambios en su formación, (el álbum está grabado con su anterior batería Davy Boogaard), THE MACHINE renuevan sus propósitos en el séptimo álbum de su carrera. Un álbum empapado en reverberaciones, fuzz y sonidos atmosféricos, en el que THE MACHINE se reivindican con una apuesta versátil con la que conquistar nuevos fans, pero también con la que se congracian con algunos de sus viejos seguidores. Cuidando la melodía, el trio crea canciones cautivadoras que esconden una vocación pop, ocultada sobre las descargas de distorsiones. De esta manera, sin renunciar a su esencia, ofrecen una versión renovada de si mismos, con una retroalimentación que les hace mas fuertes. Si bien no estamos ante un álbum que te conquiste a la primera escucha, cada nueva audición, resulta mucho más enriquecedora para el oyente. La duración de sus canciones (la mayoría de ellas de 15 minutos), permiten a los holandeses dejarse llevar por sus instintos. Explorando diferentes vibraciones nos meten en un agujero de gusano, que transita por el cosmos impulsado por riffs pesados y melodías neo-psicodélicas, algo que a mi me atrapa, pero que no estoy seguro de que toda la audiencia entenderá.  Lo mejor, es que cada uno de vosotros saque sus conlusiones.

‘WAVE CANNON’ fue grabado por: David Eering – guitarra/voz, Chris Both – bajo y Davy Boogaard – batería, habiendo sido reemplazo  en la actualidad en los tambores por Klaas Dijkstra, y está disponible vía Majestic Mountain Records.

Sonicblast Fest

Con un sonido grueso y plomizo ‘Reversion’ nos recuerda que los holandeses son una banda Stoner que gusta de impregnar sus canciones con altas dosis de fuzz, pero que también les gusta viajar por escenarios psicodélicos. Con un tono shoegaze, la pista gravita en una atmósfera lisérgica enriquecida con golpes de pesadez. Por momentos coqueteando con una atmósfera espacial, crean un espacio inmersivo bajo un aura neo-psicodélica.

Una extraña introducción abre ‘Genau or Never’. Aquí el hipnotismo del trio se manifiesta en un ritmo kraut y una instrumentación atmosférica que recuerda a la cara más sosegada de la banda. Impulsada por una fuerza sideral, la canción avanza en una exploración cósmica con intensos momentos de psicodelia expansiva y un sonido denso, difuso e incluso minimalista.

Los rugidos de ‘Glider’ nos recuerdan quienes son estos chicos. Unos magos del Stoner que ha pesar de experimentar mantienen esa esencia indemne.  Extremadamente lisérgico, el corte se impulsa por un sonido denso y plomizo que se contrarresta con las voces lánguidas y un espíritu cósmico. La banda se retroalimenta dejando patente que siguen mirando al futuro a través de su particular agujero de gusano. Un camino de ida y vuelta desde el desierto a algún insondable espacio sideral. El trio pone la maquinara a máximas revoluciones para surcar los confines de la galaxia entre efectos y distorsiones acompañados de un ritmo pesado que suavizan con melodías que se inclinan al pop por momentos.

Estamos ante un álbum algo ecléctico y el descaro alternativo de ‘Ride on Crash Kick’ así lo corrobora. Una atmosfera difusa nos intoxica con sustancias psicotrópicas y un desenfado que bebe del shoegaze pero sobre todo del Stoner rock. Algo que puede desconcertar a algunos, pero que otros, seguramente lo agradecerán.

La joya de la corona del álbum la encontramos en ‘Return to Sphere (Kneiter II)’. Sus veintidós minutos son un espacio suficiente amplio como para desarrollar todas sus inquietudes creativas sin complejos. Sumiéndonos en pozo heavy-psych, THE MACHINE recrea un sonido lisérgico sumamente penetrante. Su atmósfera volátil se complementa con una poderosa base rítmica y una espesa neblina que hace que todo sea turbio y difuso. Tras cinco intensos minutos de despegue, poco a poco las cosas cambian. Las vibraciones siderales fluyen entre efectos y distorsiones creando un espacio aturdidor. Con algunos ganchos ortodoxos en forma de riffs arenosos, pasamos a un entorno cósmico. En este espacio los sonidos repetitivos e hipnótico asoman a un mundo oscuro e inquietante, pero a la vez sumamente balsámico y lisérgico.

‘Wave Cannon’ nos empapa de melodías shoegaze y elementos neo-psicodélicos. Impulsando por si mismos, el corte atraviesa un espacio en el que todo se muestra borroso, algo que se repite en la mayoría de las canciones. Fuertes tambores, efectos y pedales, y un ritmo tosco e inquebrantable van armando las piezas de este turbio corte. En la parte central la pista coquetea con pasajes noise creando una atmosfera aturdidora que parece agotarse disipándose como un cortocircuito que deja sin energía la maquinaria. Un extraño parón central nos devuelve a un escenario de pesadez y fuzz en el que las melodías almibaradas aparecen para poner el contrapunto a la contundencia y aspereza anterior. En la parte final, la pista se vuelve más espacial, impulsada por un sonido cósmico y cegador a partes iguales.

The Machine

Majestic Mountain Records

Reseña. APEX TEN.- ‘Aashray’

Basando sus composiciones y actuaciones en la improvisación, ofreciendo un lado efímero y único, el trio belga APEX TEN publican su álbum ‘AASHRAY’ (palabra traducida del hindi como ‘refugio’). Quizás no sea algo escogido al azar, porque sus siete hipnóticas canciones parecen ser su particular ‘refugio’ en el que dejar fluir libremente su creatividad. Con un estilo reconocible para cualquier amante de la psicodelia pesada, los belgas refuerzan sus jams con capas de sonidos cósmicos impregnados en sustancias narcóticas. Bajo tonos meditativos de una inequívoca vocación cósmica, nos invitan a un viaje a lo mas profundo de nuestra mente a través de cautivadoras y magnéticas canciones instrumentales, construidas sobre unos pilares sólidos y pesados. Ya sabemos que la línea que separa los territorios Stoner y los territorios de la psicodelia pesada no tiene aduana, pero estos chicos sortean esa frontera con suma destreza. Un sonido estratificado en capas, reforzado por sintetizadores y theremín, nos sume en un trance ideal para expandir nuestra mente. Con fantásticos pasajes de guitarra, un bajo contundente y unos ritmos dinámicos, APEX TEN nos llevan de viaje por remotas galaxias impulsados por meditativos momentos mas propios de MY SLEEPING KARMA. Explorando territorios COLOUR HAZE, nos embriagan con hermosas fragancias sonoras para transportarnos a continuación a un mundo más propio de Pink Floyd en ‘modo espacial’. AASHRAY es uno de esos álbumes ideales para bajar la luz, ponerse cómodo, subir el volumen, y disfrutar de un gratificante viaje sonoro acompañado de sustancias narcóticas que seguramente abrirán aún más nuestra mente. Porque estos surcos son un mundo, lleno de gratificantes sensaciones. ¡¡¡Disfruta del viaje!!!

APEX TEN son:

Benoît Velez : Guitarra – Lap Steel – Theremin, …
Brad Masaya : Bajo – Sintetizador – Theremin – Guitarra – Voces, …
Alexis Radelet : Batería, – Güiro – Pandereta, …

Mezcla y Masterización por Simon Lambert
Instrumentos adicionales:
Simon Lambert: Moog, Chime, FX, …
Brad Masaya: Voces, Pandereta,…
Thomas Mouton: Cuenco Tibetano,…
Alexis Radelet: Güiro, Pandereta,…
Benoît Velez: Campanilla, Pandereta,…

Los efectos atmosféricos nos introducen en ‘Awakening’. Desde el primer momento se siente esa vibra psycho-espacial. Suaves y pausados acordes de guitarra junto a un bajo denso van abriendo las puertas de una nueva dimensión sensorial. Hipnótico, pero contenido, el corte va destilando sus sustancias narcóticas para sumir al oyente en un trance en el que expandir su mente. Los elementos cósmicos no tardan en apoderarse de la pista. Lentos tambores y pedales y efectos se fusionan con un sonido crudo y turbio en esta travesía sideral.

Impulsado por una imponente batería ‘Unlock’ explora los confines del cosmos en una tortuosa travesía sideral- Con un sonido algo más metálico la psicodelia pesada de vocación espacial se refleja en un corte dinámico y potente. Un flujo constante hace que la pista siempre tenga la mirada al frente en su avance infinito. Rítmica e hipnótica, nos ofrece algunos momentos más propios de My Sleeping Karma vestidos de cosmonautas. Por si faltar algo, las voces aparecen en la parte final haciendo que el corte eleve su calidad y atractivos.

Demostrando que estos chicos saben manejarse en territorios heavy-psych, ‘Dazed’ nos envuelve en una nube lisérgica con reminiscencias COLOUR HAZE. El portentoso bajo va minando nuestras neuronas mientras la guitarra expande sus sustancias narcóticas sobre nuestros oídos. Sin renunciar a los tonos siderales, los efectos nos sitúan en un indeterminado lugar del cosmos. En su parte central, la pista gravita en un escenario floydiano expandiendo toda su magia espacial. El circulo se cierra en el mismo punto de partida. Una brillante y magnética canción que define a una banda como los belgas.

Gravitando en un insondable lugar en el cosmos, ‘Naga’ reafirma la vocación espacial del trio. Una jam sideral con tonos meditativos en la que el theremín arrebata por momentos el protagonismo a la guitarra. Todo un mantra devocional en el que el persistente zumbido, nos lleva a un estado narcótico y sumamente alucinógeno. Seguramente el corte mas experimental del álbum.

Engrosando su sonido ‘Deaf snake’ nace de crujientes y parsimoniosos riffs Stoner-doom envueltos en una atmósfera lisérgica. Aquí cada golpe de batería hace retumbar los cimientos del planeta. Sin darnos cuenta nos vemos sumidos en un misterioso entorno sonoro en el que riffs amenazantes crean una tensión palpable. El corte sube y baja su intensidad pasando de la psicodelia narcótica a un aterrador e inquietante espacio en las entrañas de la tierra. La pist transita por esa fina línea entre la psicodelia pesada y el Stoner doom. Una frontera sin lindes definidas y que a menudo son un imán para muchas bandas. Un corte denso y psicotrópico a partes iguales.

Con solo 3 minutos, ‘Brahma’ sigue la estela espacial en una trayecto más corto y concreto. Efectos y tonos espaciales impulsa la canción bajo un ritmo contagiosos que acaba por penetrar en nuestras terminaciones nerviosas. Breve, pero intenso.

A veces el mejor plato de una comida es el postre, y ‘Godavari’, sin duda es una buena forma de cerrar este magnético álbum. Como si fluyera de un manantial, la pista evoluciona lentamente en un largo génesis con hechizantes acordes de guitarra. Con la sensación de algo va a ocurrir, los primeros golpes de los tambores y la subida de intensidad se produce con la calma suficiente como para degustar cada nota. Heavy-psych reconfortante que poco a poco va impregnándonos de su embriagadora fragancia. Con espíritu de jam, la canción va creciendo lentamente en un entorno misterioso con ácidos pasajes de guitarra y una base rítmica poderosa y cálida. Una de esas canciones para cerrar los ojos y dejarte llevar. Cada vez más intensa y pesada, Godavari’, nos propone un interesante ‘viaje’ por espacios siderales. El hipnótico bajo incide una y otra vez entre cambios de intensidad. Desde cautivadores desarrollos psicodélicos a golpes de pesadez stoner. Aquí la banda se retroalimenta hasta caer en un caos controlado de magnífica psicodelia pesada. Seguramente la canción que mejor define el sonido de los belgas. Unos tipos que saben también como zarandear al oyente con riffs rompe-cuellos. Una barbaridad psicodélica ideal para paladares gourmet.

Apex Ten

Reseña: NEON BURTON.- ‘Take a ride’

La banda alemana regresa tras su descomunal álbum ‘MIGHTY MONDEO’ (reseña aquí), para seguir relajándonos con su hechizante psicodelia pesada en su tercer álbum ‘TAKE A RIDE’. Una expedición a las profundidades del espacio exterior y las de la propia mente, que se eleva desde la puesta a tierra del crucero de sonido estimulado con motores que se encienden resueltamente, regocijado por el auto-reconocimiento narcótico en la gravedad cero esférica de las órbitas mentales. Una recalibración del foco analógico desembarca en el ingreso final al abismo acústico. Explorando cautivadores escenarios de psicodelia pesada, NEON BURTON componen hermosas canciones ideales para la expansión de la mente en un viaje a lo más profundo de la psicodelia. Y estos chicos tienen claro su propósito, ya que cada canción presenta balanceos rítmicos que hacen que cada pista se eleve por momentos, para acabar descendiendo a acolchados prados bañados por las fragancias de su aromática psicodelia. Seguramente el sonido de NEON BURTON te resulte familiar, y no en vano, cada día aparecen en la escena bandas noveles que gustan de las vibraciones heavy-psych más cautivadoras y mágicas. En ‘TAKE A RIDE’ se repite una fórmula que afianza su personalidad, consiguiendo sumir al oyente en un gratificante trance sensorial en el que la psicodelia pesada se adorna de la pesadez Stoner con un maravilloso resultado sonoro. Si bien en su mayor parte, estamos ante un álbum instrumental, las sutiles incorporaciones de las voces , hacen que las canciones brillen aún mas.

‘Mother ship’ nos sume en un trance hipnótico a través de pausados acordes y efectos atmosféricos. Un espacio en el que expandir nuestra mente con una cautivadora banda sonora. Sin prisas para hacer llegar al clímax la canción, NEON BURTON nos susurra con magnéticos acordes de guitarra acompañados de pausados ritmos. Manteniendo el espíritu meditativo mostrado por la banda anteriormente, la pista palpita con calma en una atmósfera onírica que solo se ve alterada por la embestida de rugosos riffs Stoner en su parte final.

En un tono chamánico ‘I run’ sigue la estela del corte anterior. En esta ocasión con seductoras melodías vocales, los alemanes nos cautivan en un balsámico corte lleno de belleza. Con momentos arenosos, elevan la intensidad arrastrando a una voz que ahora se muestra más atormentada y rabiosa. Entre tonos trascendentales, los gruesos riffs se inmiscuyen en el perfumado ambiente en el que estos chicos hacen desarrollarse sus canciones. Si la parte central es más pesada y difusa, en su conclusión la canción desciende a acolchados prados en los que la psicodelia aromatizada desprende sus embriagadoras fragancias.

‘Take a ride’ el tema que da nombre al álbum, no se sale del guion establecido. Delicados acordes y un lento pero atractivo ritmo completa los devaneos en una línea cercana al legado de bandas como COLOUR HAZE. La cálida voz y un ritmo que se intensifica, llevan la pista a un espacio más desértico en el que los elementos 70’s se unen a su psicodelia pesada. Con la misma estructura oscilante, el corte se enturbia con poderoso riffs creando un segundo nivel sonoro. Esa atractiva conjunción entre la belleza de sus melodías y la aspereza de sus riffs resulta sumamente placentera para cualquier oído. Solo unas pinceladas Stoner, no logran cambiar la dinámica de otra canción heavy-psych con muchos alicientes.

Con diez minutos y erigiéndose en la canción más larga del álbum, ‘Orbit’ muestra el lado más calmado de NEON BURTON. Un espacio en el que la banda se siente cómoda destilando psicodelia llena de hermosas fragancias sonoras. Usando tonos meditativos la canción nos susurra con delicadeza en una insondable atmósfera en la que su psicodelia se muestra esplendorosa y cautivadora. Un paseo por bosques repletos de hongos mágicos que eclosiona por momentos con tormentosos riffs Stoner que nos recuerdan la dualidad compositiva de los alemanes. A pesar de las embestidas de pesadez, el corte mantiene su espíritu balsámico entre borboteos lisérgicos con los que transmiten una sensación de bienestar y relax al oyente.

Subiendo los decibelios ‘Disconnetect’ nace de meditativos pasajes para elevarse majestuosos desvelando el lado más duro de la banda. Una evolución bien trabajada a la que insertan leves pinceladas de blues antes de sucumbir a las vibraciones Stoner más poderosas. Atravesando fronteras salen de su espacio sensorial para decantarse por sonido más tradicional y familiares para el oyente. En tono algo más experimental, los elementos espaciales nutren Wormhole’. Una pista bañada por elementos exóticos y un carácter hipnótico que muta constantemente sin perder su esencia. De nuevo, el gran trabajo de guitarra hace que la canción se presente fascinante entre sus aromas orientales. Que duda cabe que es un magnífico colofón a otro gran álbum de la banda alemana, una banda que merece un mayor reconocimiento que el que tiene en la actualidad. Esperemos que este nuevo álbum les ponga en la rampa de despegue.

Neon Burton

Reseña: KANAAN.- ‘Downpour’

Retomando el camino dejado por su álbum ‘EARTHBOUND’ y continuando con la progresión de los últimos años, KANAAN presenta su nuevo álbum ‘DOWNPOUR’. Un trabajo lleno de riff pesados como el plomo, empapados en fuzz difuso, estruendoso por momentos, aturdidor, pero manteniendo la esencia de improvisación de la banda y los pasajes lisérgicos. Un álbum policromado en el que el trio noruego expande su sonido a caballo entre el legado de KYUSS y la experimentación de bandas como DUNGEN o HAWKWIND. El pasado año tuve la oportunidad de ver al trio en directo, y su potencial en concierto es infinito, algo que de alguna manera, se refleja también en este álbum. Sin duda uno de los conciertos más emocionantes del año, y que tendrá su segunda parte en unas semanas en Desertfest Berlín. Pero siendo consciente de que muchos de los seguidores de DenpaFuzz son habituales del Sonicblast Fest, les emplazo a que este verano no se pierdan a estos chicos, la experiencia merecerá la pena. Retomando el contenido del álbum, destaca ese torrente de fuzz que habita en cada una de sus canciones. Unas pistas fornidas que te abofetearán la cara, pero que también te sumirán en un caos sonoro de proporciones descomunales. Si eso no es suficiente, los devaneos improvisados siguen estando presentes. Y es aquí donde KANAAN son impredecibles, ya que son capaces de llevarte a un espacio más propio de Carlos Santana a través de logrados momentos de fusión, surcar el cosmos como lo hicieron HAWKWIND décadas atrás, o mostrar el lado más rugoso del desierto a semejanza de los pioneros KYUSS. No obstante KANAAN son una banda que nada con soltura en las aguas de la psicodelia pesada, y los guiños a bandas como COLOUR HAZE, también aparecen en este descomunal álbum. Porque ‘DOWNPOUR’ te va a obligar a garrarte fuerte, porque si no, quedarás a merced de sus zarandeos y giros constantes. Un viaje a la deriva con emocionantes momentos que corroboran que los noruegos,  son una banda a tener muy en cuenta.

KANAAN  son:  Ask Vatn Strøm – guitarras, percusión, oscilaciones, Ingvald André Vassbø – batería, percusión, velocidad Farfisa y Eskild Myrvoll – bajo, sintetizadores, Mellotron, guitarra

‘DOWNPOUR’ está disponible vía Jansen Records.

Golpeando con los riffs más pesados y ásperos que los hemos oído hasta ahora, ‘Black Time Fuzz’ nos noquea como un crochet en el hígado. Una pista que refleja el sonido más monolítico de los noruegos sin que por ello el trio renuncie a su esencia psicodélica. Ensoñadores pasajes de guitarra conviven entre estruendosos riffs y atronadores tambores en un corte que mantiene el espíritu de improvisación de KANAAN. Sin duda una forma contundente de abrir un álbum. Todo un puñetazo en la mesa que desemboca en un caos monumental en el que los instrumentos se encabritan creando un sonido aturdidor.  

Después de la deflagración anterior, los hipnóticos ritmos kraut de ‘Amazon’ nos sitúan en el interior de un caleidoscopio empapado en sustancias psicotrópicas. Seis minutos de canción con la colaboración de Hedvig Mollestad en otra nueva orgía sónica.

La canción que da nombre al álbum fluye lentamente impulsada por una hipnótica línea de bajo. ‘Downpour’ palpita lentamente entre acordes y distorsiones de blues y psicodelia ácida. El ritmo colorista de los tambores hace que esta jam se muestre luminosa ante el oyente. En esta ocasión se percibe más notablemente que estos chicos improvisan e improvisan hasta que sus caminos se encuentran en algún lugar. La destreza técnica y la conexión hace que los devaneos acaben desembocando en una bella canción que bien habría podido firmar el propio Carlos Santana. Si en los dos cortes previos, no había rastro de las inclinaciones jazz del trio, aquí las pincelas estilísticas en esa gratificante fusión de elementos obtiene su recompensa. Pero obviamente, estos chicos son imprevisibles, y el corte acaba en una nueva y controlada orgía sónica.  

‘Psunspot’ pone la pausa a modo de colorista interludio atmosférico.

La breve pausa nos sitúa en un escenario más psicodélico con ‘Orbit’. Si bien la pista contiene en sus entrañas fornidos riffs, su aura parece mirar sin rubor al pasado. Con un sonido que muta constantemente en su espíritu, la canción bebe del rock de los 70’s con elementos progresivos, pero también del Stoner más contemporáneo. Una dualidad que se ve diferenciada por unos teclados vintage que se hacen paso entre su densa armonía. La banda sigue sin bajar el pistón en su nivel de pesadez, conjugando este elemento con fantásticas melodías que siempre acaban por atraparte.

El álbum cierra con una pista dividida en dos partes. ‘Solaris Pt. 1’ crea una atmósfera psicodélica a través de suaves acordes y efectos envolventes. Lentamente la pista nos va sumergiendo en un fascinante mundo sensorial. Sus balsámicos acordes de guitarra ahora son custodiados por los sintetizadores mientras la base rítmica baja las revoluciones a la mínima expresión. Mas cohesionado que las canciones anteriores, aquí los noruegos toman el camino llano en lugar de las tortuosas embestidas de los cortes anteriores. Solo en la parte final nos recuerdan que son una banda crossover, y saben manejarse con la psicodelia, el rock espacial y los rugosos riffs Stoner.

En la segunda parte ‘Solaris Pt. 2’ la psicodelia pesada de bandas como Colour Haze parece que es parte de su inspiración. Bailando sobre ese fino alambre que separa el Stoner de las vibraciones heavy-psych, la pista ofrece dos de las facetas mas brillantes de la banda. Una guitarra virtuosa y un ritmo pesado impulsan la pista a un torrente de solos ácidos, que mueren en una mar de sustancias narcóticas. De nuevo dando muestra de su poderío, el sonido de banda golpea con fuerza entre pasajes atmosféricos. Una dualidad sumamente efectiva con la que consiguen que cada canción se muestre poderosa y pesada sin renunciar a una pizca de su mágica psicodelia instrumental

Kanaan – Band

Jansen Records

Reseña: MUSHROOM GIANT.- ‘In a forest’

La escena psicodélica australiana sigue dándonos grandes alegrías con bandas como MUSHROOM GIANT, y su nuevo álbum ‘IN A FOREST’. Toda una epopeya instrumental elaborada con pasión. Inundado de paisajes sonoros y psicodelia difusa, el disco es otro ejemplo de por qué estos veteranos australianos son tan venerados por sus compañeros. Aportando una visión cinematográfica a sus canciones, MUSHROOM GIANT, presentan un mágico trabajo impulsado por una dupla de guitarra que saben cómo sumirnos en fascinantes paisajes oníricos presididos por una elegante psicodelia enriquecida con monumentales pasajes post-rock. Delicados por momentos, estos chicos no necesitan la palabra para transmitir un amplio abanico de gratificantes sensaciones con la que conquistar al oyente. Todo un mantra sonoro que nos hace flotar con relajantes canciones que esconden en su interior unas entrañas poderosas y pesadas. Con unos cuidados arreglos, hacen que sus canciones se muestren esplendorosas y balsámicas a partes iguales. Sin duda, uno de esos álbumes para hacer una pausa en la vorágine del estresante mundo en que vivimos, y dejarnos llevar por este infinito mar de sensaciones. Conocidos por sus presentaciones en vivo que ofrecen una experiencia auditiva y visual que trasciende la banda de rock convencional, exploran un reino teatral lleno de color e imágenes. El disco muestra el sonido oscuro, progresivo y cinematográfico de la banda, que ha sido un sello distintivo de sus 15 años de carrera hasta la fecha. ‘IN A FOREST’ es un disco dinámico y multifacético, un álbum lleno de belleza que sabe conjugar la psicodelia contemporánea con el legado de los dinosaurios progresivos de los 70’s, pero que también mira de reojo al desierto, con un resultado asombroso y gratificante. A la vez y lo más importante, es un disco divertido; un esfuerzo sincero que brilla con la misma luz que la playa de St. Kilda en un día de verano. ¡Así que abre una cerveza (o tu bebida sin alcohol favorita) y siente los rayos, escucha las olas y sigue adelante!

MUSHROOM GIANT son:

Craig Fryers / Bajo, Bajo con arco
Trent Horwood / Batería, Percusión
David Charlton / Guitarra, Guitarra acústica
Simon Wade / Guitarra, Órgano Hammond, Piano Rhodes

Creando una misteriosa atmósfera, los gruesos riffs de la apertura de ‘Owls’ nos ponen en la pista de por donde transitará este trabajo. Pasajes de psicodelia pesada en una oscura e inquietante atmósfera con fascinantes guitarras superpuestas y un tono magnético, nos sumen en un trance lisérgico. El corte avanza por ese insondable espacio entre golpes de doom que en robustecen el sonido de los australianos. En la parte final todo parece cambiar, y delicados acordes de inclinación post-rock nos acarician con dulzura quitándonos toda la tensión de golpe. Sin duda una magnífica forma de abrir un álbum.

‘Vestige’ prosigue la exploración psicodélica en un tono mas sosegado. Un mantra sonoro con momentos hermosos describiendo un plácido espacio para la relajación. En esa conjunción de elementos heavy-psych y pasajes cercanos al post-rock crean una pieza cinematográfica que nos envuelve entre sus brazos sin necesidad de pasajes cantados. Piensa en una conjunción de Yawnning Man y algún dinosaurio heavy-psych europeo y sabrás de lo que hablo. Un poderoso sonido atmosférico lleno de matices y alicientes para el oyente. El tema se ondula suavemente mutando su intensidad hasta su ocaso.

Los lentos tambores entre sonidos atmosféricos de ‘Earthrise’ nos abren las puertas de par en par a un mundo lleno de sensaciones. Con esa narrativa cinematográfica los elementos progresivos aparecen con sutileza en otra canción suave y aterciopelada que parece evocar la puesta de sol de las dunas. La ampulosidad de la guitarra post-rock se combina con un ambiente tenue y frágil en el que la melancolía hace acto de presencia. De nuevo, las guitarras brillan con luz propia hasta su oscuro final.

 En un tono más intenso y con elementos math-rock, la frenética, ‘Aire River Rapids’ es impulsada por unos tambores insistentes y constantes giros narrativos. Un corte intenso que destaca por ser el mas corto y seguramente el más áspero del álbum. Esto no quiere decir que MUSHROOM GIANT se aparten de su camino, pero aquí todo sucede con mayor aceleración.

La oscura ‘Mountain Ash’ palpita entre riffs rugosos y un ritmo vivaz manteniendo la esencia narrativa. Con logradas melodías y buenos pasajes de guitarra, el tono progresivo se manifiesta en un intenso tapiz cromático en el que caben diferentes referencias estilísticas. En esta ocasión la psicodelia trata de sobrevivir entre una intensa bacanal de riffs y solos que se afilan para mostrarse incisivos y penetrantes. Con el sonido estratificado la banda consigue crear el escenario perfecto para un canción que vuelve a ofrecernos distintos pasajes en los que la intensidad y la propuesta sonora va evolucionando constantemente.

Con una sutil inclinación doomy, ‘And the Earthly Remains’ se nutre de incisivos pasajes de guitarra custodiados por una base rítmica poderosa en su apertura. La pista cambia su fisonomía descendiendo a un bello Jardín del Edén en el que las hermosas melodías nos embriagan con todo su poder seductor. Los pasajes experimentales complementan una canción suave y psicodélica.

La misteriosa ‘The Green Expanse’ pone el cierre al álbum con un sonido más experimental al que nutren de efectos y sintetizadores antes de retomar su vocación atmosférica. Con un tempo lento y pausado, la pista borbotea con suavidad en un mar de sensaciones a través de cinematográficos pasajes de guitarra enriquecidos con los teclados. su fluida narrativa nos lleva a un insondable escenario sonoro ideal para expandir nuestra mente a un mundo repleto de gratificantes sensaciones.

Mushroom Giant

The Bird’s Robe Collective