Reseña: LOVE GANG.- ‘Meanstreak’

Manteniendo el amor por sonidos vintage, LOVE GANG vuelve a presentarnos un álbum crudo, vibrante y ruidoso, usando sonidos analógicos y los amplificadores a toda potencia. ‘MEANSTREAK’ nos deja noqueados con sus canciones macarras que nos invitan a la fiesta y al desenfreno. LOVE GANG es una banda que muchos calificarán como ‘retro’, pero si nos metieramos en túnel del tiempo en un viaje a comienzos de los 70’s, nadie los distinguiría de los contemporáneos de la época. Y no solo por su sonido, sino por su actitud, por su rebeldía, y por su honestidad. Con canciones rápidas y llenas de energía, con ritmos de blues, boogie-rock, solos de guitarra psicodélicos, y un órgano hammond crujiente. ‘MEANSTREACK’ es una fiesta salvaje en la que la banda pisa el acelerador a fondo. Un álbum ideal para escucharlo como perfecta banda sonora de una noche de desenfreno, pero también fantástico como banda sonora de un viaje por largas rectas de carreteras desérticas. Sus canciones son de las que no hacen prisioneros, de las que desde el primer riff te insuflan toda su energía y te dan una patada en el culo. ‘MEANSTREACK’ es un álbum de alto octanaje con un diabólico sonido retro, y con una facilidad pasmosa para atrapar al oyente en un espiral de puro y crudo rock and roll que te hará darle al play una y otra vez. Las grabaciones se realizaron completamente analógicas a cinta y capturan un sonido puro y crudo. El contenido lírico del álbum involucra temas relevantes en la vida de la banda que van desde las mujeres, los disturbios políticos en los EE. UU., la depresión, las drogas, las motocicletas y las noches salvajes en Juárez, México. Si te gusta el rock crudo con sabor añejo, y bandas como BLUE CHEER, MOUNTAIN, CACTUS, GRAND FUNK, o SIR LORD BALTIMORE, este es tu disco, porque LOVE GANG son un recuerdo de los días dorados del rock ‘n roll cuando los amplificadores eran ruidosos, el pelo largo y las drogas baratas. Influenciados por el rock oscuro y clandestino de los 70’s, logran mantener su sonido clásico y verdadero al mismo tiempo y componen canciones originales y convincentes que no cansan ni suenan como si lo hubieras escuchado todo antes.

LOVE GANG son: Kam Wentworth – guitarra y voces, Grady O’Donnell – bajo,
Leo Muñoz – órgano y flauta y Shaun Goodwin batería.

‘MEANSTREAK’ está disponible vía Heavy Psych Sounds.

Palpitando a ritmo de heavy-rock, ‘Deathride’ es el preludio de lo que nos espera. Rock crudo, y salvaje, heredero del legado de BLUE CHEER o SIR LORD BALTIMORE. Con guitarras asesinas y un sonido denso y sucio, el corte parece sacado del baúl de los recuerdos del rock primitivo, aquel que era una herramienta reivindicativa de un espíritu indómito y transgresor. Con riffs modulados a semejanza de Iomi, la canción se lanza a una espiral a tumba abierta. Una canción que invita a la fiesta, a lanzar la melena al viento y fumar marihuana hasta el amanecer.

Si el tema de apertura resultó impactante, ‘Meanstreak’ es boogie-rock en estado puro, Ritmos contagiosos y olor a garito de mal muerte en el que la música no descansa. Un corte pesado y ácido, que bebe del heavy-rock pero también del blues para ofrecer su perfil más macarra y divertido. Como dice la propia banda: ‘Una canción que tiene suficientes huevos y actitud para comenzar una pelea de bar’

Los riffs proto-metal de ‘Bad News’ vuelven a evocar pantalones de campana y chupas de cuero. Un premeditado sonido sucio y difuso, nos golpea hasta dejarnos k.o. Frenético, desgarrado y con el espíritu del rock and roll por bandera, la canción invita al baile y la juerga más depravada. Empapada de un alma de blues, la canción vomita sus riffs sin ningún tipo de pudor por la senda del retro-rock más auténtico y honesto.

Sin bajar la intensidad, pero usando elementos más progresivos, ‘Blinded By Fear’ gravita en una atmósfera vintage en la que todo sucede a la velocidad de la luz. La voz ahogada, casi imperceptible entre la densidad de su ritmo, trata de evacuar todos sus tormentos. Solos afilados, y unos tambores incesantes, van soportando una canción vibrante y mas difusa si cabe.

‘Shake This Feelin’ no baja el pie del acelerador con su combinación de heavy-rock, boogie-rock. Un corte frenético, con voces desgarradoras y lleno de ganchos que te llevarán a la pista de baile. Toda una fiesta vintage que evoca salvajes sonidos primitivos.

‘Headed Down to Mexico’ se contonea con un fantástico groovy de rock and roll. Teclados profundos ritmos atronadores logran contagiarnos de toda la energía que esconden sus surcos. Otra canción que va directa a la yugular, sin contemplaciones. Para que no le falte de nada, el corte desciende en su parte final a una sima de blues ácido y humeante, algo que resulta sensacional para mitigar su embestida.

Si uno de los principales argumentos del rock de los 70’s fue el blues, LOVE GANG no podían dejar la ocasión para ofrecernos su visión del blues rural en ‘Same Ol’ Blues’. Un corte con predomio de la guitarra acústica en el que también podemos encontrar al solo eléctrico de alto nivel. Con una voz cálida y pausada, la canción se desarrolla entre el sonido de la armónica evocando una atmósfera sureña.

En un álbum con grandes canciones, el cierre no podía ser una canción cualquiera. Y ‘Fly Away’ es un tema que bien podrían haber firmado una banda como MOUNTAIN. Su crudo sonido a hard-rock de los 70’s y una composición acertada, hacen de él un tema fundamental para entender a una banda que nació en el siglo equivocado. Guitarras asesinas, un aroma sureño y un sonido analógico, son los argumentos de otra brillante composición.

LOVE GANG

HEAVY PSYCH SOUNDS

Reseña: CURLY MANE.- ‘I need rock and roll’

‘I NEED ROCK AND ROLL’ es el debut de los madrileños CURLY MANE. Alto y claro, el título del álbum no necesita explicación siendo toda una declaración de intenciones de una banda que pisa fuerte. Con 16 años Elena comienza su andadura por los escenarios con la banda LIZZIES para ahora crear, junto con Willy de la banda GRIM COMET, este nuevo proyecto. Con una actitud desbordante y con identidad clara, CURLY MANE nace de la pasión por el Rock and Roll en todas sus dimensiones. Con seis temas directos de pura energía rockera, el trio no te dejará indiferente. En un tiempo en el que a veces la autenticidad brilla por su ausencia, la banda no juega con artificios, para ofrecer toda su pasión por el rock de siempre, ese rock rebelde que no reniega de tomar elementos blues para enriquecerse. Rock sencillo y sin aditivos con unos temas llenos de fuerza en los que destaca la portentosa voz de su cantante Elena. ‘I NEED ROCK AND ROLL’ ha sido grabado por Fran de Rivera en los Idemm Estudios de Madrid y masterizado por Marcos Liviano en MKL Music.

‘It´s a shame’ abre el EP como una expresión de liberación de empoderamiento. Riffs hard-rock clásicos nos invitan a la particular fiesta del rock and roll de los madrileños. La voz de Elena copa un gran protagonismo con ese registro que se inclina hacia el blues más rabioso. Jugando con las melodías entre su espesa y dinámica instrumentación el tema no nos da ni un solo respiro. Si estamos ante un tema de frenético rock and roll, bien podemos encontrar algún elemento más propio del Stoner rock con la variedad de difusos riffs. Asimismo, un cierto aroma al Seattle de los 90’s aparece de soslayo en alguno de sus acordes.

A continuación, ‘I Need Rock and Roll’, el tema que da nombre al trabajo y cuyo título lo dice todo incide en la fórmula del corte anterior. Un sonido más propio de los años 70’s nos arrolla con toda su fuerza. Voces llenas de rabia bien ensambladas y acompañadas por coros de lo más efectivos completan otro corte lleno de crudeza en el que el espíritu rebelde del rock and roll, es su leit-motiv. Un nuevo derroche de energía desbordante

‘Ego’ se inclina a un escenario más propio del heavy-rock. Todo un grito de libertad por y para los derechos humanos en el que el heavy-metal y la psicodelia se encuentran. Con un derroche vocal en desgarrados tonos blues el tema transita sobre un cadente ritmo con difusos riffs. Amortiguando su potencia en un sonido difuso que contrasta con los cristalinos registros vocales. Otro ejemplo de que a estos chicos les gustan los sonidos crudos, pero también las sutilezas más propias del sonido West-Coast, como refleja la parte final del tema en la que dulces melodías floridas aparecen para dotar el tema de una gran frescura y luminosidad.  Un contraste que el tema parezca uno en su primera parte y otro completamente diferente en la segunda. Un tema que trata de materializar los estados psicológicos derivados de ciertas voces que todas las personas escuchamos alguna vez y que suelen empujarnos a tomar malas decisiones o a obrar de forma injusta con uno mismo o con los demás. Una vez logramos silenciar estas voces, la claridad de pensamiento regresa para percibir nuestro alrededor de forma consciente. Así han querido plasmar el proceso por el que pasa una persona desde el desconcierto creado por nuestro propio ego, hasta su superación y la consecuente libertad que ello supone.

El blues rock, el rock and roll y los sonidos alternativos se fusionan en ‘2020’, un tema que juega nuevamente con voces y coros por el blues más rabioso. Su pegadizo ritmo y esos guitarras chirriantes completan otra buena canción en la que las voces y coros copan un gran protagonismo.  

Embutidos en un escenario de melancolía el trío se atreve con una balada como ‘Young Old Woman’. Pausados acordes van elevándose entre delicadas melodías vocales que se suceden en un tema de rock clásico en el que la dulzura aparta la fuerza mostrada en los cortes anteriores. Descubriendo una nueva faceta de los madrileños, el tema refleja que estos chicos pueden manejarse a la perfección en distintos registros, sin perder un ápice de calidad por ello.

Con un guiño al boxeo como metáfora de la lucha diaria por la subsistencia en el mundo que vivimos, ‘Tough ain´t enough’ cierra el EP con un sonido crudo y denso. Una poderosa línea de bajo construye un corte que juega tanto con el blues como con el rock más crudo y enérgico. Siempre cuidando mucho las melodías, el tema suena robusto, pero a la vez ácido, gracias a unos afilados solos que aparecen con mesura entre su densa instrumentación. Un espacio para el virtuosismo que pone el broche a un prometedor trabajo.

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Reseña: RUFF MAJIK.- ‘The Devil’s Cattle’

THE DEVIL’S CATTLE‘ es el nuevo álbum de los sudafricanos sludge n rollers RUFF MAJIK y primero con su nuevo sello Mongrel Records. El álbum es a partes iguales Johni Holiday y Evert Snyman y se grabó a finales de 2019 en el estudio de Evert en Johannesburgo. Desde que les vi hace unos años arrasar con sus riffs en la piscina del festival Sonicblast supe que RUFF MAJIKK es de esas bandas que quieres tener en cualquier festival. Ahora con su nuevo confirman que son una banda que te deja exhausto, como te dejará su nuevo álbum ‘THE DEVIL’S CATTLE’. Toda una locura de trabajo que te lleva en volandas entre una alfombra mágica de fuzz que transita a toda velocidad por autopistas que atraviesan desiertos narcóticos.  Como la propia banda describe, ‘Piensa en montajes de zombies, cabarets demoníacos, persecuciones de coches con drogas, riffs claustrofóbicos, freak-outs de psychobilly y sonics hipnóticos en dúo empaquetados en una rebanada muy fluida de rock and roll de alta velocidad’. No me atrevo a rebatir esta afirmación ya que la gran locura sónica del álbum impide una calificación certera. Desde el Stoner más contundente, algunos momentos sludge, mucha psicodelia subliminar, blues, soul y puro rock and roll, sus temas se suceden sin dejarnos tomar aliento. Puede ser un tópico y pecar de poco original, pero creo que este es su mejor álbum hasta el momento.
Un álbum pesado, lleno de ritmo y acertados juegos vocales entre melodías bien construidas es toda una invitación que no debes rechazar. Aquí puedes encontrar 50 minutos intensos que se te pasarán volando en este viaje a toda velocidad por una autopista demoníaca en la que todo puede suceder. Olor a gasolina y a bourbon, pero también a marihuana entre cegadores tornados arenosos. Siempre con la habilidad para llevarnos al blues de los 70’s y aparecer sin darnos cuenta en el Seattle de los noventa. Un viaje lleno de sorpresas desde el Detroit de finales de los 60’s con temas proto-punk, para arribar en los desiertos californianos de los noventa. Esos desiertos en los que el fuzz es el dueño del asfalto y en los que el legado de QUEENS OF STONE AGE está presente. En ‘THE DEVIL’S CATTLE‘ es la perfecta banda sonora para conducir a toda velocidad, aquí no hay tiempo para el descanso, todo sucede con gran ímpetu, y desde luego, con él, no te aburrirás.

THE DEVIL’S CATTLE‘ está disponible vía Mongrel Records así como también en vinilo vía Black Farm Records.

‘All you need is speed’ abre sin contemplaciones. Puro biker-rock frenético que nos deja una estela de fuzz grasiento a su paso. Todo un tornado que nos arrolla dejando tumbados a los cactus a su paso dejando patente la pesadez Stoner de banda en su tramo final.

Con un bajo difuso y voz pantanosa, ‘Swine tooth grin’ retumba entre estribillos y voces precisas. Un corte plomizo, denso, crudo, pero a su ágil que se adorna de psicodelia en su parte final.  

Toneladas de fuzz nos invitan a oscilar nuestros cuerpos en ‘Shurg of the year’. Stoner ortodoxo que se apodera del trío entre ecos 70’s. Poderoso y contundente el bajo vuelve a golpear con fuerza entre aroma de blues humeante en segundo plano. Aparentemente simple los registros vocales con su particular vibrato consiguen un resultado óptimo en contraposición con los crujidos de sus riffs. Al igual que el tema anterior parece disminuir su pegada en su ocaso.

Con una actitud punk, ‘Heart like an alligator’ chirria entre una tormenta arenosa de dimensiones descomunales antes de mutar en un viaje a los 90’s entre melodías más cuidadas. Voces alternándose entre la espesura de sus riffs para aparecer casi celestiales con las voces más seductoras. Sus desgarradores aullidos parecen pausar la orgía sónica que nos engulle como un tornado.

Entre brumas psych y voz pantanosa el blues aparece con coros negroides ‘Gregory’ cambia el registro tras el agotamiento producido por el corte anterior. Juegos armónicos de voces que coquetean con el soul y el blues en una atmósfera lisérgica de lo más atrayente. Llevándonos en volandas en una flotación psicotrópica que nos conduce a un túnel de fuzz intoxicante sin ninguna prisa.

En un escenario casi proto-punk ‘The devil’s cattle’ arranca con ímpetu antes de un frenazo a golpe de riff, lento pero pesado. Con vestigios setentero el corte avanza hacia el desierto entre gruesas vibraciones y tambores implacables. Encontrando el equilibrio con las voces y coros nos invitan a viaje entre el Detroit de finales de los 60’s y los desiertos californianos de los 90’s

‘Jolly Rodger’ activa las articulaciones a golpe de rock and roll. Vocecillas agudas y tonos más propios de David Bowie danzan entre sus poderoso y enardecidos riffs. Insaciable e infatigable el ritmo vuelve a hacernos sentir el viento en nuestra cara con ese constante viaje a lo largo de largas rectas entre cactus y garitos llenos de Harley’s Davidson en su exterior. Otra perfecta banda sonora para conducir por el desierto.

Una nueva orgía de fuzz nos nubla en ‘Who keeps score’. Sin bajar las revoluciones vuelven a tomar elementos 70’s con rock directo y vacilón. El crujiente e infatigable bajo sigue generando toneladas de fuzz cegador entre los pegadizos estribillos crean una humareda aturdidora en su borrachera del Stoner más lisérgico. Me resulta de lo más gratificante los juegos y registros vocales que nos llevan a otra estancia distinta tras un breve stop en su bacanal.

Con acordes de piano llenos de un cadente ritmo ‘Lead pills and thrills’ nos devuelve a un extraño trance de blues antes de iniciar la marcha por la eterna autopista de fuzz. Lleno de subidas y bajadas se vuelven más cabareteros y riffs claustrofóbicos y bajadas lisérgicas.

En una especie de Stoner-billy ‘Trading blows’ retoma los crujidos entre armonías bien trabajadas y olor a gasolina y bourbon. Una constante repetida pero no por ello aburrida. Con una cortina de fuzz crujiente tras nosotros, los serpenteantes momentos se suceden entre unos tambores llenos de rabia. Esparciendo sustancias narcóticas en ese aturdidor entorno ponen la salsa a un tema vibrante que serpentea sin cesar entre distintos estilos ofreciéndonos momentos de doom y psicodelia pesada de lo más inquietante.

‘Born to be bile’, con sus mas de siete minutos va a ser el escenario más acogedor para que los sudafricanos usen melodías más propias de los noventas entre los incesantes riffs parsimoniosas y pesados.  Siempre cegadores y atronadores se aceleran con riffs que se repiten y que acaban mutando con una precisión que hace que no nos demos cuenta de que nos llevado a un escenario distinto. El tema remite en su fuerza y en la orgía desértica para relajarse en atmósferas llenas de narcótico humo cannabico. Una vez que nos tienen en sus manos, sacan el sludge de alcantarilla y caverna mugrienta para amenazarnos con sepulcrales voces y locuciones vintage. El espacio de mayor oscuridad de un álbum en el que todos sus temas se desarrollan en soleados y sudorosos espacios.

Decididamente a modo de bálsamo los primeros acordes acústicos de ‘God knows’ nos invitan a un ritual chamánico en medio del desierto. Piano y voz seductora a la luz de la luna y con la compañía de seductores coros femeninos. Con una roma a brisa de los setenta el tema se robustece entre pasajes psych y voces que se elevan en un canto redentor. Aquí tenemos la cara más psicodélica de una banda que no deja de hacer oscilar su registro incorporando distintos estilos.

‘Hymn nº 5’ pone cierre al álbum con una apertura doom. Riffs golpeando con contuncencia y nuevamente los registros vocales entre locuciones mas propias de un relato de los años 50’s. Viento cavernoso entre murallas sludge y ecos del Alice Cooper más tenebroso complementan este cuadro tétrico.

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ELECTRIC MARY.- «Mother»


ELECTRIC-MARY_med-e1544473010508Sin hacer prisioneros los hard-rockers australianos presentan el que probablemente sea su mejor disco hasta ahora. Un disco que ruge, que huele a bourbon y que viene cargado con la energía rockanrolera que les caracteriza. Habiendo compartido escenario con la flor y nata de la escena rock, el quinteto de Melbourne ya no necesita convencer a nadie de sus cualidades. Si en sus tres trabajos anteriores sonaban rudos, en «MOTHER» no existen sutilezas, pero los arreglos de los temas hacen que estemos ante un disco redondo en el que no falta nada.  Publicado por Listenable Records.

Temas con fuerza recuperando el legado Zeppelin como ‘Gimme love’ . o ‘The way you make me feel’, éste último con un ritmo diabólico en el que se las guitarras aúllan, o guardando pleitesía a  AC-DC como ‘Hold onto what you got’. en el que los solo virtuosos conviven con ecos sureños. Canciones cortas y directas llenas de energía.  Un disco que nos traslada al rock de grandes estadios con momentos retro-rock en los que el blues está latente como “How do you do it’; en el que se retroalimentan de su propio carácter, marcado por la ahogada voz, para ir subiendo las revoluciones.

Como excepción, y saliéndose un poco del guion, ‘Long long day’ muestra otra cara algo diferente a la que nos tienen acostumbrados. Un corte oscuro y humeante a modo de pseudo-balada psicodélica como las que nos tenían acostumbrados los mismísimos Whitesnake en sus comienzos. Más pesados y plomizos adornan el corte con ornamentos envolventes y reconfortantes en una especie de trance hipnótico, lo que lo convierte en otra de las joyas contenidas en  «MOTHER»

Una gran producción y un impecable sonido realzan cortes con una nítida influencia Free como ‘Sorry baby’, en el que brillan con luz propia los registros y el groovy de su vocalista Rusty. Intensas guitarras contrastan con momentos en los que la calma viene de la mano de seductores registros llenos de sentimiento y fuerza. Este corte podría definir parte de la carrera de Paul Rodgers en sus distintas bandas, Free, Bad Company, The Law,…., ya que el legado de los ingleses siempre fue seguido por ELECTRIC MARY desde sus inicios.

Estribillos pegadizos en ‘It’s all right’ recordando a los Slade más macarras, con sus pantalones de campana cabalgando por vaporosos pantanos sureños, combinándolos con riffs elevan a ‘MOTHER’ a un estrato superior su discografía. Una banda que suelen visitarnos con asiduidad y que esperemos, pronto podamos degustar estos temas próximamente por estos lares.

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RED APPLE.- «Thus spoke Zarathustra»

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El trío madrileño RED APPLE nos ofrece en ésta, su quinta entrega el que probablemente sea su trabajo más elaborado. Partiendo de la tesis doctoral de su cantante y guitarrista Dario, la banda crea una opera-rock sobre el famoso trabajo de Nietzche «Así habló Zarathustra». Emulando al compositor alemán Richard Strauss, que ya en  1896 compuso un poema sinfónico sobre los relatos del filósofo alemán. Pero no nos engañemos, si bien las composiciones que alberga este disco, sirvieron de acompañamiento al texto de Dario en su tésis, no estamos ante un disco experimental. Su contenido es puro rock and roll atemporal, sin matices. Rock, blues, soul, country-rock alguna dosis psicodélica se fusionan en un «todo» de fácil digestión, dinámico y entretenido.

Trece temas que se abren con un «Prologo» un tanto particular. Ocho minutos y medio  en los que los acordes de guitarra se inclinan por el country-rock acompañados por la voz de vaquero de Dario, para a continuación a golpe de la batería de Javier ir llevando a sonidos de hard rock sureño. Variado en cuanto a matices, Isabel introduce su voz con registro soul-rock. Country, hard, rock sureño y ecos pantanosos completan un tema pleno de frescura. La versatilidad hace que escuchemos algún eco sesentero en sus surcos  mientras la guitarra  se inclina hacia territorios blues. Un acelerón en la parte final con duetos entre Dario e Isa sirven de preludio a un regreso a ese blues rural aderezado con una gotitas de psicodelia. 

Un comienzo prometedor que despeja la dudas de aquel que esperara sonidos experimentales e idas de olla. Música sencilla, pero efectiva y a su elaborada.

A ritmo de hard setentero con rasgueos de guitarra y un bajo pulsante así como efectos envolventes, «Zarathustra leaves the city» se convierte en un corte de rock clásico en sus escasos dos minutos de duración.

Vestido con el traje de «americana», «Tree on the mountain», la guitarra a ritmo vivaz con ondulaciones y cambios de registros en los que una afilada guitarra para y sigue, sobre enérgicos y pegadizos ritmos retro.

Marcando el ritmo con un pulsante bajo se inicia un rock and roll con giros en su andadura. «Despisers of the body» incluye requiebros blues, voces garajeras con un tono dicharachero y divertido que acaba en momentos boogie-rock.

Siguiendo esa linea, nos encontramos otro corte con un punto teatral como es «The new idol». Aquí los coros señalan el camino del boogie en otro corte jovial y bailon que hace que nuestras extremidades no puedan permanecer en reposo. un tema apto para el baile y el jolgorio.

Más sosegado en tonos country-rock, la grave voz nos introduce en «Good and evil». Lento y cálido, el tema va cabalgando al paso. RED APPLE se ponen las botas camperas y el sombrero vaquero, acompañándose de sutiles solos de guitarra bajo ritmos a medios tiempos.

Algo mas inmersos en sonidos de psicodelia sesentera, «On poets», con una guitarra que rezuma blues y rock and roll así como alguna reminiscencia beat. Sobre el ritmo del bajo, la guitarra se desboca en un alocado solo de alto octanaje, aullando incisivamente. 

Retomando un poco la calma, «I smell in the wind», a través de suaves acordes que nunca pierden el ritmo, junto con la dupla vocal de Isa y Dario, va susurrándonos bajo ecos blues en la lejanía. La voz de Isabel va siguiendo el camino que señala la voz de Dario, un ejercicio muy logrado que dota al tema de un sello particular.Los ecos de blues sureño siguen sobrevolando el ambiente.

De nuevo la cadencia del bajo partiendo de registros blues, va señalando el camino a seguir en «The tomb sing». Un blues que se va transformando en sus formas sin salirse de la senda marcada pero ensanchando los límites. Poco a poco encontramos una aceleración del ritmo, que llega a ser frenético e incisivo, sobre entornos de swamp-rock humeantes. 

La parte final de éste maravilloso relato de «THUS SPOKE ZARATHUSTRA» viene marcado con tonos rurales en los que los coros en tonos soul-blues vaticinan que el desenlace esta cercano a producirse. «Gift giving virtue», recupera la esencia blues-rock ácido con aromas de Costa Oeste.

«Vision and the riddle» se sumerge completamente en el puro blues-rock con tonos que nos recuerdan a Alvin Lee o a Mylon Lefevre, el sonido pantanoso domina un corte de apariencia sencilla, pero que en sus entrañas esconde un trabajo bien perfilado.

Los aromas country son retomados en  “Old and news lyrics”, otro tema rural bajo acordes acústicos en los que no participa la batería.

«The fourth book (epilogue)« cierra esta ópera-rock con doce minutos en los que la banda compone y crea el tema más complejo de todo el disco. A golpe de bajo y batería inician un tema en el que la guitarra nos va absorbiendo con sus acordes y su ritmo. Dinamismo en desarrollos incisivos y voces desgarradas llenas de sentimiento para decaer en espacios de psicodelia susurrante. Dando un giro a la trama, ahora los pasajes tranquilos se van produciendo con un discurso distinto en el que el blues revolotea sobre las notas. Bucolismo con reminiscencias West-Coast aparece en la voz dulce voz de Isabel precedente a un ácido solo de guitarra en una montaña rusa con incrementos y descensos sonoros en los que la banda muestra todo su buen hacer y versatilidad.

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