END ALL WE KNOW’, el impactante nuevo álbum de los británicos MORASS OF MOLASSES, es un álbum que nos saca de la monotonía, y en el que a pesar de usar elementos desert-rock y heavy-psych ortodoxos, tiene su propia identidad, mostrándonos una vez más que el género puede tener muchas ramificaciones, sin renunciar a su esencia y autenticidad. Los británicos construyen sus canciones siguiendo un patrón común, equilibrando la suavidad y la intensidad, lo que hace que cada corte contenga elementos balsámicos y embestidas de pesadez en un juego compositivo absolutamente fascinante. ‘END ALL WE KNOW’ contiene 8 pistas pantanosas, sinceras y que inducen a pisar fuerte, rebosantes de maestría y profundidad de una banda que no tiene miedo de amplificar su blues con un poco de peso carnoso y difuso. El ´álbum nace tanto de las cenizas fértiles de la frustración como de la luz iluminadora de la esperanza, y refleja una banda totalmente inmersa en su propia transición hacia algo nuevo. La experimentación, que siempre ha sido su alma, se ha convertido ahora en el factor más definitorio. No en vano el álbum fue creado de forma remota, lo que propicio una mayor experimentación y valentía en sus composiciones. Manteniendo en algunas de sus canciones el ritmo desértico de Brant Bjork, los británicos meten en la coctelera el hard-rock crudo y primitivo aderezándolo con unas gotas de blues, oleadas de fuzz turbio y arenoso y atmósferas de psicodelia aromatizada. El resultado es un trabajo monumental que rescata el espíritu del desierto para mostrárselo al mundo en un envoltorio sumamente apetecible.
MORASS OF MOLASSES son: Bones Huse (Voz y guitarra barítono) , Phil Williams (Guitarra solista) y Raj Puni (Batería y voz).
‘END ALL WE KNOW’ está disponible vía Ripple Music.

Con un ritmo contagioso ‘The origin of no’ nos da el nivel del álbum. Hard-rock sencillo y elementos stoner se fusionan en un tema caliente con un groovy pegadizo. La pista cumple la máxima de ‘menos es más’, ya que precisamente en su sencillez, radica su atractivo. Con un súbito parón, el corte desciende a un espacio psicodélico en el que todo se ralentiza creando una atmósfera inquietante con voces más agresivas y amenazantes y un guiño sludge.
‘Hellfayre’ cabalga a lomos de una montura de fuzz desértico en una nueva conjunción de hard-rock áspero y stoner-rock ortodoxo. La canción tiene el suficiente gancho como para atraparnos entre sus difusos sonidos auspiciados por voces rabiosas. Un corte vibrante que pondrá a prueba tus cervicales.
Partiendo con una locución, ‘Sinkhole’ nos devuelve el groovy contagioso con un aroma añejo. Una canción divertida que contiene elementos arenosos y un ritmo vibrante. Solos asesinos y un tempo controlado hacen que el corte se contonee seductor. Una canción muy en línea Brant Bjork que mantiene la esencia del sonido del desierto intacta y en la que los ecos blues hacen acto de presencia con sutileza.
‘Naysayer’ se desarrolla en un ambiente psicodélico que contrasta con la rugosidad de los cortes anteriores. Un espacio heavy-psych de manual asediado por voces rabiosas en un contraste curioso pero que finalmente resulta efectivo. Su cautivadora melodía se soporta en una estructura que se repite con ondulaciones constantes.
La suave melodía principal de ‘Slingshot around’ nos sugiere un entorno de ensueño en contraposición con la garra de los otros cortes. De nuevo los dictados de la psicodelia pesad se reflejan en una canción solvente, sólida pero un gran poder de seducción. Dulcificando su sonido la banda nos ofrece un paseo por un Jardín del Edén con floridos pasajes lisérgicos que aromatizan un álbum versátil. Una magnífica producción acompaña unos surcos llenos calidad que se ejecutan con suma solvencia. Los balsámicos pasajes dan brillo a unas hermosas y cautivadoras melodías.
Instalados en un propuesta heavy-psych ‘Terra nova’ eclosiona desde su floral apertura a un espacio más rugoso en constantes idas y venidas en la que los riffs monolíticos se disipan por el poder seductor de unas hermosas melodías. La incorporación de algunos pasajes de flauta dota la canción de un tono suave y dulce que amortigua la fuerza de sus pesados riffs.
En esa fina frontera entre los límites de la psicodelia pesada y los abrasivos territorios stoner ‘Prima materia’ se contonea en un espacio apacible impulsada por rugosos riffs que ondulan entre bellos pasajes y golpes de fuerza. Un entorno borroso que siempre da una oportunidad a la luz y en el que las voces juegan un importante papel acompañando buenos solos de guitarra.
Para que no falte de nada, ‘Reverie’ se nutre del blues lisérgico para proporcionar al oyente el epilogo perfecto para cerrar un álbum sorprendente y maravilloso a partes iguales. Al igual que en el resto de las canciones, los riffs monolíticos no faltan a su cita con los desarrollos psicotrópicos en este paseo por un bosque mágico con una atmósfera ensoñadora y narcótica a partes iguales. Dulce y susurrante, la canción sube y baja en una montaña rusa de gratificantes sensaciones.