WOW!! ¡Esto es pura dinamita! La pandemia impidió que pudiéramos degustar antes el álbum debut del cuarteto tejano SMOKEY MIRROR, pero ahora ya no hay escusas. ¿Estas preparado para una auténtica orgía de heavy-blues, psicodelia ácida y hard-rock rugoso al estilo de Texas? Sube el volumen y dale al play, porque este puto álbum lo merece. Estos ‘hijos bastardos’ de bandas como SEOMPI, JOSEFUS, WILDFIRE, MARIANI o JPT SCARE BAND, conjugan la crudeza de los pioneros texanos de los 70’s, con el psicotrópico sonido de bandas contemporáneas como EARTHLESS, TIA CARRERA o especialmente RADIO MOSCOW Asícrean una erupción volcánica de explosivas vibraciones acidas impregnadas en blues y boogie. Crudo, ruidoso, enérgico y espontaneo, este debut hace que los amplificadores chirríen, los platillos resuenen y los cuerpos se dejen llevar por sus ritmos provocadores. Una banda sonora perfecta para un local humeante con cerveza derramada, vidrios rotos y gente enardecida dejándose llevar por sus instintos mas primarios. Todo un caleidoscopio ácido con un sonido y corrosivo que te dejará indiferente. Originalmente programado para ser grabado a principios de 2020, el debut de SMOKEY MIRROR se enfrentó a los mismos retrasos que arruinaron los mejores planes de todos en ese maldito año, junto con más obstáculos imprevistos con los que lidiar. No obstante, el rock ‘n’ roll simplemente se niega a ser detenido y ahora está aquí para poner la escena ‘patas arriba’. Los texanos difunden un evangelio de adoración de riffs de tierra quemada y abandono, con canciones salvajes y psicotrópicas con un espíritu indomable y un sonido orgánico del que no querrás escapar. Estamos ante un trabajo impactante, caótico y adictivo, uno de esos álbumes que te hacen seguir creyendo en el poder de la música, y que cautivará al rudo amante de los sonidos pesados de los 70’s pero también a las nuevas generaciones amantes de las vibraciones heavy-psych.
SMOKEY MIRROR son: Mario Rodríguez (voz y guitarra), Tyler Davis (bajo), Caleb Hollowed (guitarra) y Cam Martin (batería).
‘SMOKEY MIRROR’ está disponible vía Rise Above Records.

Sin contemplaciones, ‘Invisible Hand’ nos da muestra del salvaje contenido del álbum. Sin ningún tipo de miramiento, los tejanos crean una bacanal ácida de proporciones descomunales. Solos asesinos, tambores estruendosos y un frenesí inagotable son los argumentos de esta primera pista. Mostrando toda la crudeza del proto-metal de antaño, el corte se despeña por una senda tortuosa en la que el heavy-blues, la psicodelia ácida y el hard-rock se mestizan en una auténtica orgía sónica en línea RADIO MOSCOW.
‘Pathless Forest’ incide en la fórmula con un sonido sucio y pesado al que incorporan momentos de blues desgarrador. Con los ecos del proto-metal muy presentes, estos chicos crean otra pista arrolladora que no deja títere con cabeza. Su innegable aroma a 70’s aflora entre un espeso humo cannabico a semejanza de algún garito de mala reputación de aquellos años. Los solos interminables de guitarra recuerdan a momentos mas propios de TIA CARRERA en otro frenesí sónico.
En una atmósfera vintage, ‘Magick Circle’ con un sonido turbio, se despeña por un torrente heavy-psych con un flujo constante de riffs corrosivos. El corte se retroalimenta en una atmosfera vintage mas propia de los 70’s pero en él encontramos desarrollos mas propios de bandas como EARTHLESS. Sin duda estos chicos dejaron caer sus instrumentos en el pozo de los psicotrópicos, ya que cada nota, cada acorde rezuma una acidez corrosiva que solo se frena a base de golpes de blues sutilmente integrados.
Dando un pequeños giro ‘Alpha-State Dissociative Trance’ se impulsa por pasajes psico-progresivos mas propios de una jam . Los texanos en esta ocasión amortiguan su embestida con unas voces ecualizadas que tratan de hacerse paso entre la espesa y caótica neblina lisérgica. Un corte anárquico y caótico que índice en una psicodelia más expansiva.
En una vuelta de tuerca más, ‘Fried Vanilla Spider Trapeze’ es un blues rural con guitarra acústica y armónica ejecutado a la vieja usanza. Un respiro en este enardecido álbum.
Abriendo de forma monumental ‘Sacrificial Altar’, con sus mas de siete minutos, ofrece un sonido más apaciguado con el blues y la psicodelia como argumentos. Usando un sonido más acolchado en su apertura, el hard rock crudo de antaño aparece en una turbia estancia. La pista desciende a una exploración de sonidos psicodélicos con elementos que coquetean incluso con el jazz. Largos desarrollos de guitarras y un ritmo contenido impulsan la pista a un espacio atmosférico en gran parte de la canción hasta la orgía final en la que todo se vuelve alocado. En todo caso el corte no pierde la esencia vintage que contiene sus corrosivos surcos.
‘A Thousand Days in the Desert’ vuelve a poner la pausa a ritmo de blues y boogie ácido. Marcando mas los tiempos la banda consigue crear otra canción a semejanza de RADIO MOSCOW. De nuevo, demuestran que les gusta hacer las cosas sencillas, y a pesar de su controlada estructura la pista tiene mil matices que enriquecen su sonido base. Con una mayor presencia del bajo, el corte avanza firmemente en su serpenteante camino psicotrópico. Otro corte lleno de garra y solos imposibles, con un innegable poder para absorber al oyente. La pista se complementa con coros y estribillos no vistos hasta ahora.
Instalados en el blues psicodélico, ‘Who’s To Say’ nos ofrece hermosos pasajes instrumentales con un ritmo acolchado. Pero ya sabemos cómo se las gastan estos chicos, la canción no tarda en elevar su intensidad con solos profundos. Un continuo transitar entre constantes ondulaciones que acompañan las notas de blues. Marcando el tempo con destreza, el bajo comanda la pista entre solos que van y vienen haciendo que el tema suba y baje constantemente. En la parte final aparecen melodías llenas de fuerza con un sonido más asequible y reconocible para cualquier amante del rock mas crudo de los 70’s.
‘Recurring Nightmare’ pone el cierre a modo epílogo acústico con acordes de guitarra que miran al clasicismo.