Basando sus composiciones y actuaciones en la improvisación, ofreciendo un lado efímero y único, el trio belga APEX TEN publican su álbum ‘AASHRAY’ (palabra traducida del hindi como ‘refugio’). Quizás no sea algo escogido al azar, porque sus siete hipnóticas canciones parecen ser su particular ‘refugio’ en el que dejar fluir libremente su creatividad. Con un estilo reconocible para cualquier amante de la psicodelia pesada, los belgas refuerzan sus jams con capas de sonidos cósmicos impregnados en sustancias narcóticas. Bajo tonos meditativos de una inequívoca vocación cósmica, nos invitan a un viaje a lo mas profundo de nuestra mente a través de cautivadoras y magnéticas canciones instrumentales, construidas sobre unos pilares sólidos y pesados. Ya sabemos que la línea que separa los territorios Stoner y los territorios de la psicodelia pesada no tiene aduana, pero estos chicos sortean esa frontera con suma destreza. Un sonido estratificado en capas, reforzado por sintetizadores y theremín, nos sume en un trance ideal para expandir nuestra mente. Con fantásticos pasajes de guitarra, un bajo contundente y unos ritmos dinámicos, APEX TEN nos llevan de viaje por remotas galaxias impulsados por meditativos momentos mas propios de MY SLEEPING KARMA. Explorando territorios COLOUR HAZE, nos embriagan con hermosas fragancias sonoras para transportarnos a continuación a un mundo más propio de Pink Floyd en ‘modo espacial’. AASHRAY es uno de esos álbumes ideales para bajar la luz, ponerse cómodo, subir el volumen, y disfrutar de un gratificante viaje sonoro acompañado de sustancias narcóticas que seguramente abrirán aún más nuestra mente. Porque estos surcos son un mundo, lleno de gratificantes sensaciones. ¡¡¡Disfruta del viaje!!!
APEX TEN son:
Benoît Velez : Guitarra – Lap Steel – Theremin, …
Brad Masaya : Bajo – Sintetizador – Theremin – Guitarra – Voces, …
Alexis Radelet : Batería, – Güiro – Pandereta, …
Mezcla y Masterización por Simon Lambert
Instrumentos adicionales:
Simon Lambert: Moog, Chime, FX, …
Brad Masaya: Voces, Pandereta,…
Thomas Mouton: Cuenco Tibetano,…
Alexis Radelet: Güiro, Pandereta,…
Benoît Velez: Campanilla, Pandereta,…

Los efectos atmosféricos nos introducen en ‘Awakening’. Desde el primer momento se siente esa vibra psycho-espacial. Suaves y pausados acordes de guitarra junto a un bajo denso van abriendo las puertas de una nueva dimensión sensorial. Hipnótico, pero contenido, el corte va destilando sus sustancias narcóticas para sumir al oyente en un trance en el que expandir su mente. Los elementos cósmicos no tardan en apoderarse de la pista. Lentos tambores y pedales y efectos se fusionan con un sonido crudo y turbio en esta travesía sideral.
Impulsado por una imponente batería ‘Unlock’ explora los confines del cosmos en una tortuosa travesía sideral- Con un sonido algo más metálico la psicodelia pesada de vocación espacial se refleja en un corte dinámico y potente. Un flujo constante hace que la pista siempre tenga la mirada al frente en su avance infinito. Rítmica e hipnótica, nos ofrece algunos momentos más propios de My Sleeping Karma vestidos de cosmonautas. Por si faltar algo, las voces aparecen en la parte final haciendo que el corte eleve su calidad y atractivos.
Demostrando que estos chicos saben manejarse en territorios heavy-psych, ‘Dazed’ nos envuelve en una nube lisérgica con reminiscencias COLOUR HAZE. El portentoso bajo va minando nuestras neuronas mientras la guitarra expande sus sustancias narcóticas sobre nuestros oídos. Sin renunciar a los tonos siderales, los efectos nos sitúan en un indeterminado lugar del cosmos. En su parte central, la pista gravita en un escenario floydiano expandiendo toda su magia espacial. El circulo se cierra en el mismo punto de partida. Una brillante y magnética canción que define a una banda como los belgas.
Gravitando en un insondable lugar en el cosmos, ‘Naga’ reafirma la vocación espacial del trio. Una jam sideral con tonos meditativos en la que el theremín arrebata por momentos el protagonismo a la guitarra. Todo un mantra devocional en el que el persistente zumbido, nos lleva a un estado narcótico y sumamente alucinógeno. Seguramente el corte mas experimental del álbum.
Engrosando su sonido ‘Deaf snake’ nace de crujientes y parsimoniosos riffs Stoner-doom envueltos en una atmósfera lisérgica. Aquí cada golpe de batería hace retumbar los cimientos del planeta. Sin darnos cuenta nos vemos sumidos en un misterioso entorno sonoro en el que riffs amenazantes crean una tensión palpable. El corte sube y baja su intensidad pasando de la psicodelia narcótica a un aterrador e inquietante espacio en las entrañas de la tierra. La pist transita por esa fina línea entre la psicodelia pesada y el Stoner doom. Una frontera sin lindes definidas y que a menudo son un imán para muchas bandas. Un corte denso y psicotrópico a partes iguales.
Con solo 3 minutos, ‘Brahma’ sigue la estela espacial en una trayecto más corto y concreto. Efectos y tonos espaciales impulsa la canción bajo un ritmo contagiosos que acaba por penetrar en nuestras terminaciones nerviosas. Breve, pero intenso.
A veces el mejor plato de una comida es el postre, y ‘Godavari’, sin duda es una buena forma de cerrar este magnético álbum. Como si fluyera de un manantial, la pista evoluciona lentamente en un largo génesis con hechizantes acordes de guitarra. Con la sensación de algo va a ocurrir, los primeros golpes de los tambores y la subida de intensidad se produce con la calma suficiente como para degustar cada nota. Heavy-psych reconfortante que poco a poco va impregnándonos de su embriagadora fragancia. Con espíritu de jam, la canción va creciendo lentamente en un entorno misterioso con ácidos pasajes de guitarra y una base rítmica poderosa y cálida. Una de esas canciones para cerrar los ojos y dejarte llevar. Cada vez más intensa y pesada, Godavari’, nos propone un interesante ‘viaje’ por espacios siderales. El hipnótico bajo incide una y otra vez entre cambios de intensidad. Desde cautivadores desarrollos psicodélicos a golpes de pesadez stoner. Aquí la banda se retroalimenta hasta caer en un caos controlado de magnífica psicodelia pesada. Seguramente la canción que mejor define el sonido de los belgas. Unos tipos que saben también como zarandear al oyente con riffs rompe-cuellos. Una barbaridad psicodélica ideal para paladares gourmet.