Los Stoner madrileños KRAZARK presentaban su nuevo y segundo álbum ‘Fireflake’ (disponible vía La Rubia Producciones) el pasado sábado en la Sala Siroco de Madrid, y lo hacían por todo lo alto teniendo como invitados de lujo a los psycho-jammers holandeses BISMUT.
La noche anterior ya me di cuenta de que íbamos a vivir algo especial. En mi visita al local de ensayo de Krazark pude comprobar la ilusión que el cuarteto madrileño tenía puesta en esta presentación. Allí pude vivir de primera mano como sonaban esas canciones en directo. Si tiempo atrás había escuchado las mismas en el estudio de grabación, el poder sentir en vivo y en su hábitat, como sonaban me convenció de que la noche iba a ser todo un éxito. A la vez, el trio holandés BISMUT nos acompañaba ejecutando alguna de sus jams psicodélicas dejando patente la ilusión que tenían por tocar ante el público madrileño, como así me comentaban tras el ensayo junto a una cervezas.
Al llegar a la Sala, muchos amigos de la banda se encontraban por los bares de los alrededores haciendo el calentamiento previo a lo que la postre sería una noche inolvidable. Saludos y reencuentros con fans con muchas ganas de fiesta auguraban que la velada podría ser épica, como así fue. Durante la prueba de sonido todo sonaba como una noche así merecía, algo que sin duda sucedió, porque el pasado sábado vivimos una de esas noches que nunca se olvidarán.
La presencia de mis amigos holandeses era un plus para este evento de gala, ya que son una banda que nunca habían tocado en Madrid, y muchos de los presentes no habían tenido ocasión de comprobar como se las gastan en vivo. Con una pueta en escena en la que la penumbra presidía el escenario con una predominante luz roja, el trio hacía acto de presencia ante una Sala abarrotada desde el comienzo. Si bien algunos todavía estaban apurando las últimas cervezas cuando empezaron su actuación, la Sala Sirco no tardó en abarrotarse. Se había colgado el cartel de sold-out y el recinto contaba con un público ilusionado y con ganas de divertirse, por lo que el éxito estaba garantizado. Poco tardaron BISMUT en poner las caras de sorpresa entre los presentes, solo unos riffs les bastaron para conquistar a un público que alucinaba con los ‘viajes’ de la banda de Nijmegen. Su fusión de vibraciones heavy-psych, empapadas de pinceladas post-metal y una atmósfera espacial, dejaban alucinados a los presentes.
Porque BISMUT son una banda cruda, pesada, e hipnótica que saben como llevar los presentes de ‘viaje’, pero también saben como poner a prueba las cervicales de los presentes con sus golpes de pesadez. Sus largas canciones instrumentales dejaban en shock a un público que disfrutaba con la contundencia y profesionalidad del trio. La batería hipnótica de Peter, la guitarra ensoñadora de Nik y la contundencia del bajo de Huiber, conquistaban sin remisión a los presentes, añadiendo un corte de nuevos fans para su causa. Haciendo de la repetición virtud, estos chicos se lo toman con calma, y poco a poco van metiendo en su particular agujero negro a la audiencia.
Pasajes exóticos que acaban por sumirnos en un poco de sonidos crudo y pesados como el acero, son unos argumentos suficientes para conquistar al público madrileño en su primera visita a la capital. Su denso sonido calaba entre los presentes como preludio perfecto a la fiesta que KRAZARK nos tenía reservada. Sin duda BISMUT son una banda que sigue creciendo y que en cada nueva actuación se muestran más sólidos y maduros. Era la cuarta vez que los veía en directo en el último año, y como siempre estuvieron soberbios. La banda se retiraba del escenario con un público pidiendo mas canciones, pero lo apretado de la agenda horaria impedía que pudieran continuar ofreciéndonos su música. Una lástima porque de otra manera la noche hubiera podido ser mucho más épica si cabe. Después de su actuación eran muchos los que se acercaban a mí para agradecerme la recomendación de la banda, ya que lo que les había comentado en la previa, se había cumplido con creces.
Llegaba la hora de que KRAZARK tomaran las riendas de la noche. Ellos son una de las bandas mas queridas en la capital y eso se notaba en la multitud de amigos que no habían querido perderse un momento tan importante para ellos. Mucho tiempo había pasado desde que KRAZARK llevaba preparando este momento. Durante todos estos meses he ido siguiendo la evolución de unas canciones que en alguno de sus shows previos ya habían tocado, mientras otras había tenido la oportunidad de escucharlas en el estudio o en encuentros privados, y sé de primera mano lo que para ellos significan. La presencia el pasado mes de octubre en el festival Tabernas Desert Rock Fest, había sido una inyección de moral para la banda y una visibilidad que les ha llevado a firmar varias fechas en Alemania y Europa y sin duda, cuando su nuevo álbum ‘Fireflake’ vea la luz, ese reconocimiento se hará más extensivo, especialmente fuera de nuestras fronteras.
KRAZARK abrían su actuación con ‘Ride the Hell’, uno de los clásicos que la banda viene tocando en directo desde 2017. Los primeros riffs de su guitarrista Kiara ponían ya patas arriba la Sala Siroco. La profunda voz de Esteban daba paso al desenfreno y a una audiencia haciendo oscilar sus cuellos a son de los riffs de los madrileños. La tormenta se había desatado desde el comienzo. Era el momento de ir desgranando las canciones de ‘Fireflake’, y así, canciones como ‘Far Away from Sorrow’ con su sonido contundente, unido a una estela de fuzz, y su ritmo contagioso y la melodía rabiosao la chamánica ‘Rockin’ my world, con sus guiños doorsianos, y su cadencioso ritmo, medían la temperatura del contenido del álbum que presentaban.
A continuación ‘Freak show’ en un tono más noventero y alternativo hacía que los presentes se dejaran llevar por bailes desenfrenados. Esto ya no tenía vuelta atrás, el vendaval KRAZARK arrasaba ante una audiencia complacida que se divertía en sobremanera. ‘Nothing lasts forever’ ponía brevemente la pausa a la descarga de riffs de la banda. Sus pasajes chamánicos dejaban claro que la banda había cuidado los detalles de sus nuevas canciones, sin renunciar a su contundencia.
La locura se desataba mas si cabe con otro de los clásicos de la banda como ‘Dark city’. Las charlas de Esteban precedían a la crudeza de sus canciones. En estos momentos se comenzaban a suceder episodios de crowdsurfing en un público desatado que se divertía enormemente con la fiesta que todos estábamos viviendo. Con ‘Get the Fuck out of My Face’ volvían a su nuevo álbum.
El sonido atronador del bajo de Sosa y los pasajes lisérgicos regresaban. Como si estuviéramos atravesando el desierto en un diabólico viaje de peyote, Esteban descargaba su rabia poniendo a prueba sus cuerdas vocales mientras la banda se divertía comprobando que su gente se lo pasaba de lujo con su actuación. ‘Leave It All Behind’ nos sumía en nuevo trance psicotrópico. Una de las características de este nuevo álbum, con canciones que cuidan las melodías y que ponen una cierta pausa que finalmente eclosiona en un torrente de pesadez. Porque ‘Fireflake’ es un trabajo equilibrado que contiene canciones potentes, pero también cuenta con canciones que bajan las revoluciones para abrir nuestra mente a un mundo lleno de sensaciones.
Con un nuevo guiño Morrisiano, el corte evoluciona lentamente ante el delirio de una audiencia totalmente desatada. La noche estaba llegando a su fin y los acordes de ‘Free my power’ , otro de los temas del su primer trabajo daban paso al corte que dá título al álbum que presentaba. Así ‘Fireflake’ ponía el broche a una noche inolvidable en el que KRAZARK se convertían en profetas en su tierra ante el delirio de los múltiples amigos y fans que allí nos congregamos. Sin duda noches así, nos hacen seguir creyendo en la escena underground, porque calidad y actitud, sobran en banda como KRAZARK y BISMUT . Pero la noche continuaba con esa descarga de adrenalina, el personal no quería irse a dormir, por lo que se dispersaba por distintos locales de la capital continuando una fiesta y una noche que todos guardaremos en nuestra retina.
Tres años después de su primera y única edición hasta la fecha, el TABERNAS DESERT-ROCK FEST se hacía de nuevo realidad. Un festival que escapa de los convencionalismos para ofrecer a los asistentes una experiencia única y gratificante que a buen seguro todos guardaremos en nuestra memoria. Sin tickets al uso y con poca información sobre el mismo, son numerables las personas han contactado conmigo en los últimos tiempos para informarse de un evento que por sus características levantaba algunas dudas de su veracidad, pero sí, la segunda edición del festival se desarrolló a lo grande para, gozo de las aproximadamente 200 almas presentes. El espíritu de este evento poco convencional radica precisamente en esto, ofrecer una gran fiesta en la que la música que nos une es la protagonista, pero que por sus características crea unos lazos de camaradería y amistad entre la audiencia. La presente edición se desarrollaba con una jornada previa en la que el ilustre NICK OLIVERI ofrecía un show acústico a modo de warm-up, para continuar con tres intensas jornadas de música en directo con magníficas bandas.
A la llegar al recinto de Fort Bravo, ese estudio cinematográfico actualmente casi en desuso en el que se grabaron décadas atrás algunos de los más importantes espagueti-western, me encontré a gente algo despistada que no sabía cómo se desarrollaría el festival. Tras un lento proceso para obtener la pulsera que permitía el pase al recinto, pudimos pasar al recinto con nuestro vehículo. El parking estaba habilitado para acoger a las numerosas personas que llegaban en furgonetas desde el centro de Europa unos y otros desde la geografía nacional, que dormirían allí. El espacio permitía tener unas mínimas condiciones de servicios para que la estancia fuera lo más cómoda posible. Otros, había alquilado casas y hoteles donde alojarse en las tres jornadas siguientes. Al entrar la primera sorpresa era que la plaza principal del poblado se encontraba vacía, sin rastro de escenario alguno. Inmediatamente me dí cuenta que la ubicación del mismo había cambiado respecto a la primera edición, ya que en esta ocasión estaba ubicado junto al Saloon, lo que a la postre hizo que fuera más cómodo para los asistentes, ya que la cercanía del bar junto al escenario y los servicios hacían la estancia más placentera ahorrándonos desplazamientos. Por otro lado, los que ya estuvimos en la anterior edición sabíamos que se podía acceder al recinto con bebidas y comida, lo cual siempre es interesante para la economía doméstica en estos tiempos convulsos. Una vez ubicados, ya solo quedaba disfrutar de unas jornadas llenas de magia. Poco a poco iba llegando gente, muchos de ellos conocidos de eventos similares como el Dunajam, (en el cual se inspira de alguna forma el festival). Llamaba la atención que muchos de los presentes llegaban mimetizados con el inigualable entorno, portando sombreros y complementos mas propios del lejano oeste, lo que daba un tono festivo al evento. Los gratificantes re-encuentros con múltiples amigos llegados del resto de Europa hacían que cuando me di cuenta, NICK OLIVERI empezaba su actuación.
JUEVES
Acompañado únicamente con su guitarra, esta leyenda del desierto ponía la temperatura en el Saloon de Fort-Bravo. Un encantador espacio que, unido a las ganas de fiesta de los presentes resultó sencillamente conmovedor. Nick, alejado de la fama que le precede se mostraba divertido y comunicativo con una audiencia que degustaba su show entre jarras de cerveza. Con alguna versión y una actitud irreprochable conseguía meterse a la mayoría del público en el bolsillo. Su particular registro vocal no apto para todos los gustos no fue un obstáculo para que la jornada se desarrollara satisfactoriamente. Al final de su actuación se retiró del escenario para regresar con fuerza e invitar a la gente a unirse a él en el escenario. Este tipo de cosas son posibles en un evento de estas características, y eso hace a festivales como Tabernas Desert-Rock Fest, como algo único, algo que queda en los corazones de los que tiene la suerte de vivirlo. ¿Y después, que?, prácticamente todos los que allí estábamos el jueves (no todo el público llegó ese día) teníamos ganas de fiesta y la noche continuaba en distintas reuniones y encuentros, en el poblado, en el parking o en los alojamientos cercanos. Pero estábamos en el desierto, y para que no faltara de nada, una tormenta de arena en la noche, hizo que la velada no se alargara en exceso, por lo que regresamos a nuestro alojamiento no demasiado tarde. Por otro lado, el viernes nos esperaba una jornada intensa con grandes bandas programadas.
VIERNES
Así las cosas, la mañana del viernes, con un tiempo muy agradable servía para el relax y dar cuenta de una buena barbacoa que nos permitiría aguantar la larga jornada que teníamos por delante. A eso de las 4 de la tarde llegamos a ese mágico espacio en el que el tiempo parece haberse parado. De inmediato me asaltó una reflexión, el escenario está ubicado en un lugar diferente, pero… ¿Qué más da?, si en este lugar existen mil ubicaciones mágicas, así que, disfrutemos. Con un orden que parece ir contra natura, los platos fuertes en forma de bandas se habían dispuesto de manera contraria a la que se haría en cualquier festival al uso. Habitualmente los head-linners actúan en la noche, pero aquí, COLOUR HAZE eran los encargados de iniciar la jornada. Puede parecer algo desalentador verlos a media tarde con un sol de justicia cayendo sobre el escenario, pero a la postre, resultó sumamente acertado en mi opinión. Las largas jornadas de los festivales hacen que según llega la noche el cansancio se apodere de los presentes, y aquí, todos estamos frescos para poder disfrutar al máximo de los alemanes. La banda comenzaba su actuación con un pequeño retraso, pero en eventos como este, eso no es un problema, ya que todo fluye sin prisas. La banda ofrecía una actuación soberbia, con algunos de sus clásicos en su set-list como ‘Aquamaria’, pero también con alguna canción de su nuevo álbum. Son cerca de una decena de veces las que he visto a la banda en directo y siempre han estado a un altísimo nivel y aquí, volvieron a estarlo. Sin duda, todos los presentes vivimos algo que siempre recordaremos, porque tener el privilegio de ver a los alemanes en estas condiciones está al alcance de pocos. Sus hipnóticos pasajes instrumentales elevaban nuestras almas a un estado catártico y sumamente gratificante. Ver a una banda que gusta de la psicodelia pesada y el Stoner en un enclave así, no tiene precio. Guardando un completo equilibrio entre los momentos mas livianos y lisérgicos, con la fuerza de sus riffs arenosos COLOUR HAZE nos regalaron un magnífico show difícil de superar. Para aquellos que no no los habían visto con Mario, su nuevo bajista, la experiencia fue gratificante, ya que Mario aporta una fuerza inusitada, algo que quedaba patente en alguna de sus canciones, con un sonido pesado y contundente. Hay que poner en valor el esfuerzo de la banda, que llegaba de haber tocado en Madrid la noche anterior, y tras su actuación, tenían que volver de nuevo a recorrer toda la península para un nuevo show. Así me lo comentaba la banda al fin de su actuación cuando les preguntaba sobre como se habían sentido, su respuesta fue que estaban muertos de cansancio y que no habían podido disfrutar como la ocasión merecía. En cualquier caso, sobresalientes.
Tomando el relevo sobre el humilde escenario, era el turno de ROTOR, otra banda que muchos no habían podido ver en vivo, y que siempre son garantía de calidad. Por segunda vez tocando en España (la primera fue en la primera edición del festival), ROTOR era una banda deseada por gran parte de los presentes, y bastaron un par de canciones para dejar patente toda su calidad. Relajados y dejando fluir la creatividad, sus jams retumbaban en la arena del desierto haciendo que los presentes menearan su cabezas al ritmo de sus potentes riffs. Al igual que COLOUR HAZE, son una banda capaz de zarandearte con toda su fuerza, pero también son una banda que sabe como llevar al público a las puertas del cielo. Y es que ROTOR, son muy buenos, unos músicos que disfrutan con lo que hacen y eso se siente en cada uno de sus conciertos. Era la tercera vez que les veía este año, y todas fueron diferentes, pero sumamente gratificantes. La banda se tomaba esta visita a España como un momento de relax , no en vano habían acudido al festival con sus familias y descendencia, por lo que quisieron aprovechar el tiempo al máximo, y disfrutar, algo que transmitieron, haciendo que todos disfrutáramos de su show.
Pudiera parecer que tras COLOUR HAZE y ROTOR todo estaba hecho, pero todavía nos quedaban fuertes emociones por disfrutar. Era la hora de WEDGE, el trio berlinés que gusta de la psicodelia y los sonidos del rock de finales de los 60’s y primeros 70’s. Antes de su show pude tener un emotivo encuentro con su guitarra y cantante Kiryk, tras tres años sin vernos. Ambos dijimos aquellos de ‘por fin’. La última vez que nos habíamos visto había sido durante su visita al Dunajam, y me lo encontré con una gran ilusión por estar en el festival, algo que se traduciría en una descarga de energía durante su actuación. Aún siendo una banda diferente, el público asentía en cada una de sus canciones, ya con la noche sobre nosotros. Ritmos vibrantes, y contagiosos que ponían en danza a un público con mas ganas de fiesta. Divertidos y lisérgicos a partes iguales, WEDGE ejecutaron una actuación notable.
Evidentemente, como dije al principio este festival era un punto de encuentro de amigos, y ahora el turno de DAILY THOMPSON, una banda con la tengo una gran relación. Mephi (su bajista) y Danny su guitarra, son unos tipos fantásticos, y llegaban con ganas de resarcirse del percance que les impidió tocar en la primera edición del festival, cuando su batería sufrió un accidente que impidió que pudieran demostrar su buen manejo de los sonidos de los 90’s. Volvíamos a otra banda que no era demasiado conocida por muchos de los presentes, y el margen para la sorpresa era alto. Contundentes, en su fusión de sonidos en línea SONIC YOUTH con los momentos mas arenosos del desert-rock, los de Dortmund, sorprendían a la concurrencia con su apuesta de sonidos alternativos y con su actitud punk. DAILY THOMPSON son la fiesta, y allí estamos para eso, así que, todo perfecto. Todo un derroche de energía y vitalidad.
THE DRY MOUTHS se habían caído del cartel a última hora y su lugar fue cubierto por los locales PALMERAS NEGRAS. Con el bajista de THE DRY MOUTHS a la batería, tres jovencísimos músicos no tenían complejos en cambiar el chip al personal, algo, que no todos encajaron. Suaves y almidonadas melodías shoegaze se impregnaban de una particular psicodelia que bajaba las revoluciones de la jornada. Era evidente que eran una banda novel y sonido no encajaba con el esperado por el público, por lo que el recinto se veía privado de parte del público.
Con ese condicionante, y con la noche ya avanzada, mis queridos KRAZARK tenían una difícil papeleta por delante. No es fácil cerrar una jornada, y mas con el recinto a medio gas, pero los stoners madrileños, sin ejecutar su mejor actuación, dejaron un magnífico sabor de boca entre los todavía aguantaban. Riffs crujientes, y golpes de Stoner con todos sureños servían para poner al público a tope. Combinando sus chamánicos momentos con las embestidas de rabia de su cantante Esteban, KRAZARK se doctoraban ante un público algo sorprendido por la contundencia de sus riffs y su sonido borroso. Una magnifica forma de concluir la noche.
La jornada había llegado a su fin en cuanto a conciertos, porque la fiesta continuaba en el desierto de Tabernas.
SÁBADO
Tras una mañana de relax en nuestro alojamiento asimilando todo la vivido en la jornada del viernes, y dando buena cuenta de una suculenta comida, llegábamos de nuevo a Fort Bravo para afrontar una nueva jornada de sonidos desérticos. Al llegar al recinto nos encontramos con la noticia del retraso de UNIDA, que eran los encargados de actuar en primer lugar. La banda se encontraba todavía en la carretera y su lugar fue cubierto por los portugueses MISS LAVA, que tenían prevista su actuación mas tarde. Los portugueses ejecutaban un show en el que el desert-rock era el protagonista. Si bien en disco tienen momentos más psicodélicos, en su actuación optaron por la rudeza. Stoner rock sin aditivos, fuzz a toneladas y unas buenas melodías eran sus argumentos para conquistar a un público predispuesto a divertirse. La banda sonaba sólida, ejecutando sus canciones con una ilusión que reflejaba que estaban encantados de poder tocar en un espacio como Fort Bravo. Viviendo la experiencia al máximo transmitían sus buenas vibraciones a un público que calentaba motores con su actuación.
A la espera de la llegada de UNIDA, la siguiente banda en saltar al escenario eran los holandeses TROY TORINO. Uno tipos que se llevan en esto desde hace unos años y que se subían a tocar llenos de una energía que rápidamente contagiaban al público. Hard rock crudo, sin aditivos, de cuatro tipos mimetizados con el entorno con sus sombreros y aspecto de cowboys. Con ellos continuaba la fiesta. Sin grandes alardes la banda ofrecía un buen concierto de rock and roll para la diversión con un momento álgido. Su cantante salta desde el escenario para meterse entre el público al ritmo de una particular versión de ‘You’re The One That I Want’ de la banda sonora de la película Grease. Un momento en el que todos tarareábamos ese mítico estribillo de finales de los 70s. Sin duda momentos así, son necesarios en un festival, ya que si, está bien ver a músicos tocar canciones con calidad, pero también está bien soltarse la melena y divertirse, y TROY TORINO, lo consiguieron.
Ahora si, era el momento de la banda mas esperada de la jornada, UNIDA habían llegado y era su momento. Personalmente no soy un seguidor de la banda, y como yo, todos esperábamos que nos podría ofrecer su cantante ante la ausencia del venerado JOHN GARCÍA. Al verles preparar sus instrumentos y el escenario me encontraba con unos tipos que bien podían haber salido de Easy Rider,. Cual Ángeles del Infierno, estos tipos rudos iban dejarme sumamente sorprendido. La primera incógnita era saber cómo se las manejaría su cantante Mark Sunshine , algo que se resolvió rápidamente. Con numerosos papeles con las letras de las canciones Mark ejercía de perfecto maestro de ceremonias del vendaval que UNIDA desató en el desierto almeriense. En su actuación predominó el Hard rock de siempre impregnado de arenosos sonidos. Constantemente interactuando entre ellos y con el público, UNIDA ofreció una magnífica actuación que disipó cualquier duda de lo que podría dar de sí la banda sin John Garcia. Muchas veces he dicho que a la escena le faltan buenos cantantes, y cuando una banda tiene uno bueno, su calidad sube muchos enteros. Imagina a David Coverdale, Robert Plant o Paul Rodgers junto a unos melenudos barbudos enfundados en sus vaqueros arrasándolo todo. Impagable.
La luz del día se disipaba antes del turno de ROSY FINCH. El trio alicantino salía escenario con el hándicap de una cantante que no se encontraba en perfectas condiciones de salud, algo que supo solventar durante su actuación con suma profesionalidad. Si su actuación no brilló como lo habían hecho en la pasada edición de Sonicblast, ROSY FINCH consiguieron sorprender especialmente al público foráneo que se encontraba en el festival. Sus sonidos alternativos se emborronaban con riffs difusos y la rabia suficiente como para solventar el brete que tenían por delante.
Durante las jornadas previas ya había advertido a la gente de la calidad que el trio holandés BISMUT atesora. En menos de un año les había tenido la oportunidad de verlos 4 veces en directo, dos de ellas este mismo verano, y BISMUT es una banda que, sin hacer mucho ruido, ha ido creciendo y creciendo cada día que pasa. Su particular apuesta por los sonidos post-metal teñidos de una psicodelia atmosférica, son un argumento al que nadie puede resistirse. Con esos mimbres sus largas canciones en forma de jam calaban hondo en todos los presentes dejando al personal estupefacto por su capacidad para ejecutar sus canciones. Son muchos los que hablan de ellos como la gran sorpresa del todo el fin de semana, algo que para mí no es nuevo, pero que ciertamente me congratula. Sus atronadores tambores, su hipnótica línea de bajo y los devaneos de una guitarra que se multiplica en cada nota, son un avala suficiente para todo el mundo hable bien de ellos. Siempre es gratificante ir a un festival y que una banda que no conoces de nada te vuele la cabeza, ese lugar, fue sin duda para BISMUT. Una gran banda que dejó boquiabiertos a los presentes en el Tabernas Desert-Rock Fest.
Después del trance de los holandeses, BALATE cerraba la jornada y para mi el festival, ya que el domingo teníamos que regresar a Madrid sin poder asistir a la última jornada del festival. Una lástima ya que según me han comentado los que estuvieron, la jornada también fue sumamente gratificante. Era tarde y la joven banda almeriense, terminaba el día con su Stoner teñido de tonos blues por momentos y con golpes de sludge. Son una banda joven, y todavía les queda camino por recorrer, pero si comparamos lo visto con su actuación de la primera edición del festival, donde también participaron se noto una evolución. Lo cierto es que el cansancio, las cervezas y el polvo del desierto ya hacían mella en mí y no presté toda la atención que merecía su actuación.
Así terminaba para mi un fin de semana en el que pude encontrarme con numerosos amigos llegados de toda la geografía europea en un ambiente de cordialidad y camaradería como pocas veces sucede. Algo que todos deberíamos valorar, porque no son necesarios grandes escenarios, grandes juegos de luces para que todo sea genial. El festival contó con buenas bandas, con un buen sonido, y con una organización lo suficiente buena como para dejar en nuestras retinas grandes momentos y grandes emociones. Solo queda esperar que el festival siga existiendo durante muchos años, ya que la delicada situación de los Estudios de Fort Bravo, con la escasa afluencia de visitantes y su poca rentabilidad, son una incógnita para futuras ediciones. Confiemos en que dentro de un año pueda estar contados lo sucedido en la 3º Edición del Tabernas Desert-Rock Fest.
Con un poco retraso os contamos todo lo acontecido en la pasada edición de Krach Am Bach. Un festival que lleva 27 ediciones celebradas y que ha colgado el cartel de sold-out en las últimas, no es un festival cualquiera. KRACH AM BACH, el maravilloso festival alemán, regresaba después de dos años de cancelaciones debido al Covid; y lo hacía por la puerta grande. Con la calidad y versatilidad de las bandas incluidas en su line-up, con múltiples apuestas experimentales alejadas de algunos convencionalismos, unas instalaciones y organización intachables, y un público amistoso y amable, nada podía salir mal. La tristeza por la cancelación de All Them Witches se había revertido con el anuncio de Monkey3, por lo que nada prácticamente había cambiado. Porque el público habitual de Krach Am Bach, es un público que peregrina a la pequeña localidad de Beelen, como el que va a una fiesta familiar, una fiesta con emotivos encuentros, una fiesta con la música psicodélica como protagonista y todos saben, que a aver a fantásticas bandas. La presente edición contaba con algunos cambios respecto a las ediciones anteriores. La ubicación del segundo escenario había cambiado a un espacio, aunque reducido, algo mayor del que se venía celebrando. Para darle su identidad propia, la organización había contratado a los chicos de Sector 7G Visual, a los que ya habíamos visto su trabajo en Desertfest Berlin. Sus proyecciones sobre el escenario de visuales realizados a la viaja usanza, con visiones liquidas que se iban superponiendo manualmente, fue algo que dio una personalidad a ese segundo escenario. Un punto de encuentro de la experimentación psicodélica en todas sus versiones. Ejemplos como este, es el resultado de una organización que quiere ofrecer lo mejor a su público, creando una experiencia total, tanto musical, como sensorialmente. Esto debería calar en otros muchos festivales, porque a la vez de ofrecer una atmósfera agradable al público, das sentido a un escenario que puede servir a la audiencia para descubrir nuevas e interesantes propuestas sonoras. En cuando a la infraestructura culinaria, me dio la sensación de que había algún puesto mas de comida y restauración en las pasadas ediciones, como también algunos mas puestos de merchan. Sin excesivas colas, la restauración respondía a las necesidades de los casi 4.000 asistentes. La zona chil out también había sido trasladada a la zona del fondo del recinto, donde se ubicaba anteriormente el segundo escenario. Un espacio con sillones y burbujas para el descanso, que siempre es de agradecer en las duras jornadas de un festival. Son muchas las horas que pasamos allí, y siempre es fácil con un espacio para el relax. El espacio para acampar seguí ofreciendo todas las comodidades, con personal siempre tratando de ayudar y organizar el parking y las zonas de tiendas y caravanas Unos prados, lo suficientemente amplios, como para que todo el mundo se sintiera cómodo. El resultado es un público con una sensación de confort y tranquilidad, dejando que todo fluya. El escenario y la iluminación no habían sufrido muchos cambios respecto a otras ediciones, lo que se traducía en un perfecto sonido durante todo el festival. Una vez más, Krach am Bach me regaló un inigualable fin de semana, escuchando fantásticas bandas, con magníficos amigos y con unas vibraciones que hacen que todo el mundo sea feliz.
¡¡Hasta el próximo año!!!!, Siempre es un placer ir a un lugar que en el que te sientes como en casa. Gracias!!
DÍA 1 (Viernes)
THE BLACK WIZARDS abrían un público ansioso por divertirse. Con una magnífica acogida, el trio portugués se metía al personal en el bolsillo con su fascinante versión de los sonidos heavy-blues 70’s. La banda daba un mayor protagonismo a las melodías sin renunciar a la fuerza innata que tienen. Una banda que continúa creciendo y que allá por donde van, consigue conquistar a un público que acabó brindándoles una sonora ovación. Una magnifica forma de empezar un fin de semana festivo desde el primer momento.
La tarde había comenzado a un alto nivel y otro trío, esta vez desde Italia subía al escenario principal de KRACH AM BACH. Los italianos, con un show sobrio ejecutaban otra actuación en la que el blues y los sonidos desérticos llenaban la atmósfera de un recinto que acogía con jolgorio la actuación del trio. Si en el mes de noviembre me había conquistado en Alterna Sounds Festival, aquí de nuevo brillaron a un altísimo nivel.
Llegaba la hora de dar el pistoletazo de salida en el segundo escenario. Allí la organización había preparado una apuesta original y diferente en la que bandas más experimentales ofrecía su buen hacer. KOMBYNAT ROBOTRON con su habitual puesta en escena con las batas de científicos sobre el escenario se veían arropados por las magnificas proyecciones analógicas de los chicos de visual 7G. Cosas así hacen de Krach Am Bach un festival único, y los sonidos kraut empapados de psicodelia especial se gozaban entre un público que abarrotaba ese segundo escenario. No se que tiene esta banda, pero su hipnotismo contagioso consigue que todos los presenten balanceen sus cabezas y sus cuerpos al son de estos alquimistas de la psicodelia más futurista. Sobresalientes.
KOSMODOME era una de esas bandas que tenía muchas ganas de ver. Diferentes a lo que habitualmente estas acostumbrados en este tipo de festivales. Calmadas melodías que sonaban mucho más sólidas que en disco, con un sonido más orgánico y sumamente gratificante.
A su conclusión era el momento de volver al segundo escenario a continuar con la experimentación psicotrópica. Los franceses KORTO eran unos desconocidos para mí, pero de inmediato consiguieron atraerme. Envueltos en proyecciones psicotrópicas, su hipnótica apuesta de tintes kraut volvía a ser una grata sorpresa. Siempre es de agradecer poder disfrutar de bandas así en vivo.
El escenario principal se vestía de gala para recibir a MONKEY3. La banda suiza se había incorporado a última hora al festival tras la ausencia de All Them Witches. EL cuarteto son una banda solvente que a estas alturas tienen poco que demostrar. -su actuación fue bien recibida por un público que disfrutaba de sus devaneos lisérgicos. Lucas humo y un sinfín de riffs mágicos envolvían la noche alemana con una de las mejores bandas de la jornada.
La noche iba avanzando y los franceses ALBER JUPITER eran los encargados de cerrar las actuaciones en el segundo escenario. Lo cierto es que no pude ver su actuación al completo, pero, en cualquier caso, lo que ví de ellos, me gustó. La experimentación continuaba con el dúo. Bajo y batería consiguiendo llenar el escenario de sonido densos y psicotrópicos. Una experimentación que era bien recibida entre un público que esbozaba caras de felicidad. `
La jornada terminaba, pero todavía nos quedaba un plato fuerte que degustar. Los daneses MYTHIC SUNSHIP llegaban con todo su arsenal preparado para crear el caos. La banda ejecutaba una actuación en la que el jazz y la experimentación psicodélica alcanzaba cotas de alto nivel. Puede que su complejo sonido no sea para todos los públicos, pero los asistentes al festival pudieron disfrutar de una actuación intensa y ensoñadora a la vez. Estos chicos tienen mucha calidad, y sin hacer mucho ruido, desplegaban todo su arsenal en una sobresaliente actuación. Por fin conseguía quitarme la espina de verlos en directo y su actuación, resultó finalmente como había esperado, mágica.
La hora del descanso había llegado en una jornada en la que todas bandas habían brillado, cada una con su particularidad, pero todas habían recibido el cariño de un público que se había divertido.
Día 2 (Sábado)
La hora del mediodía es el momento en el que los americanos VALLEY OF THE SUN abrían la jornada del sábado. Era una de las bandas más pesadas, y sus riffs arenosos fueron bien recibidos por un publico que se reponía de la jornada del día anterior. VALLEY OF THE SUN salieron al escenario a por todas, y eso quedó patente en una actuación ardiente en la que los de Ohio lo dieron todo, recibiendo una gran ovación de todos los presentes.
En el segundo escenario el trio alemán MONOCLUSTER ponía la sobriedad en una transición de los riffs Stoner que habían acompañado la actuación anterior con su psicodelia onírica. Grandes desarrollos instrumentales con los que dejaban patente su maestría en esto de la psicodelia pesada. No defraudaron.
A mis queridos BISMUT los había visto recientemente en el Dunajam jam, donde había dejado patente su calidad. Su combinación de riffs post-metal con su psicodelia pesada se sucedía canción a canción. Pesados, firmes y con un sonido prieto, y bien ejecutado se coronaban como una de las sorpresas para muchos de los presentes. Estamos ante otra banda que sigue creciendo en su sonido, ofreciendo cada vez unas actuaciones más completas, con la que acaban por conquistar a la audiencia. En Krach am Bach se coronaron como una de las bandas de la jornada.
En este ir y venir de un escenario a otro, llegaba el turno para IGUANA. Otra de esas bandas que tiene cabida en un festival abierto a propuestas frescas en las que la psicodelia hipnótica tiene el protagonismo. De nuevo, las proyecciones de los chicos de Sector7G visuals arropaban su actuación. Con su guitarra escayolado de una pierna, la banda no quería dejar la oportunidad de mostrar su potencial, y así ejecutó su actuación, sentado en una silla, lo que no impidió dejar muestran de su buen hacer a las 6 cuerdas.
La avalancha de sonidos psicodélicos tenía continuación con SMOKEMASTER. Una banda que cuenta con todo el apoyo del sello Tonzonen Y que ya había tenido la oportunidad de ver el año pasado un par de veces. Un perfecto termómetro para comprobar su evolución, algo que quedaba meridianamente claro con una actuación en la que el hard- el blues y la psicodelia vintage envolvían el escenario principal. Los de Colonia son una banda querida y eso se notaba en un público disfrutón, que acabó pidiendo mas y brindó una gran ovación a la conclusión de su show. SMOKEMASTER continúan progresando adecuadamente y cada día se hacen de mayor protagonismo en la escena.
El trio británico CRACKED MACHINE nos invitaban a un viaje cósmico con su psicodelia de tintes espaciales. Sin mucha parafernalia y con una actuación sobria, ponían la calma con sus desarrollos instrumentales de alto poder psicotrópico. Notables, CRACKED MACHINE ponían la nota mística a una tarde que había comenzado bien en la que todavía nos esperaban fuertes emociones.
Había llegado la hora de los cabezas de cartel. KING BUFFALO habían ya tocado en Krach am Bach cuatro años atrás, pero ahora venían acompañados de una reputación que tenían de rubricar. Y los de Rochester, no se escondieron y dejaron claro que son una de las bandas más en forma del momento. Su facilidad para crear la atmósfera perfecta y de meter al público en su propuesta quedaba refrendado con una magnífica actuación. Cabezas oscilando al ritmo de sus sonidos hipnóticos, la acaramela voz de Sean nos invitaba a un trance del que ninguno queríamos salir. KING BUFFALO son una fantástica banda, y en Krach Am Bach lo dejaron meridianamente claro. Lo mejor de todo el fin de semana. El auténtico Rey, es EL REY BUFFALO!
Tras su actuación, otra de las bandas marcadas en mi agenda se subía al segundo escenario. Ese espacio que era un escaparate para la experimentación sin complejos y sirvió para coronar a los noruegos KANAAN como una banda prometedora. Pesados, y lisérgicos a la vez, su sonido me sorprendió por su gran contundencia. No se anduvieron con paños fríos y salieron a darlo todo, y ¡¡vaya si lo dieron!!. Lo cierto es que me vi sorprendido por una actuación con un sonido plomizo pero lo suficientemente versátil y psicodélico como caer rendido a sus pies. Un minimalismo atrayente que se reflejaba en unas jams acidas bien ejecutadas. Una gran sorpresa que colmó con suficiencia mis expectativas.
Uno de los nombres de jornada eran los americanos WITCH. Con un viejo conocido del festival WITCH se presentaba con el batería de Earthless, Mario Rubalcaba a la batería. Había visto a la banda tres años antes en Desertfest Berlín y me había quedado con un sabor agridulce de aquella actuación. Ahora era el momento de redimirme. WITCH empezaron su actuación algo fríos y lineales, pero según avanzaba su show fueron yendo de menos a mas, hasta completar una actuación correcta, aunque sin llegar al nivel de emoción que me transmiten en disco. Aún tocando y buen show, me quedé con la sensación de que pueden ser mejores, porque calidad, les sobra.
El festival iba llegando a su fin, pero todavía nos quedaba la fiesta de los holandeses Pendej0!. Tuve la sensación de que no eran una banda muy conocida entre los presentes, pero yo tenía claro que iban a ponerlo todo pajas arriba, como finalmente sucedió. Lo ecléctico de tocar Stoner con trompetas puede resultar algo curioso, pero cuando ves a estos chicos en directo, siempre quieres mas. Ellos saben como incentivar al público para que se divierta, y su loca actuación en Krach am Bach lo corroboró. Su cantante El pastuso, sabe bien como meterse al publico en el bolsillo y sus ‘Vamos carajos’ recibieron la respuesta de un público que enloquecía por momentos con pogos y bailes frenéticos.
Los encargados de poner el cierre al festival eran otros conocidos del festival. Los berlineses ROTOR, habían actuado en la edición 25 aniversario del festival, pero ahora lo cerraban por la puerta grande y en el escenario que merecen. ROTOR son una banda muy querida por el público y ellos saben como corresponder a su gente. Mágicos, pesados por momentos, pero siempre ofreciendo su mejor versión, en una actuación para enmarcar. Es difícil cerrar un fin de semana de mejor forma, pero ROTOR volvieron a demostrar que son una de las mejores bandas de la escena. Sin hacer mucho ruido, allá donde actuación, consiguen convencer a todos, y en Krach am Bach, lo volvieron a hacer. Otro de los mejores conciertos de un festival que volvió a ser impresionante, tanto por la organización, por la calidad de las bandas y por un público amistoso que se siente como en casa. ROTOR son la excelencia, y así lo demostraron en su hechizante hora de actuación.
En estos tiempos convulsos y especialmente teniendo en cuenta la situación que actualmente se vive en Alemania debido a la pandemia, es elogiable que la organización de KRACH AM BACH siguiera adelante con su Festival Alterna Sounds Festival. Si la cancelación de los anunciados ALBER JUPITER fue resuelta con premura incorporando al trio holandés BISMUT, la imposibilidad de participar en el festival por parte de IGUANA el día antes de la celebración no pudo ser resuelta. Esto hizo que la jornada viera modificado sus horarios, para abrirse con la actuación de BISMUT a las 8.30. El festival tenía lugar en la ciudad de Münster, en el magnífico espacio de Sputnikhalle, un complejo con dos escenarios y una zona común al aire libre ideal para celebrar este tipo de eventos. Ante la situación pandémica alemana, la organización decidió extremar las medidas de seguridad convirtiendo el evento en 2G+, lo que significaba que aparte del certificado de vacunación, era necesario un test Covid negativo para acceder al evento. Si esto sucediera en España sería problemático, pero afortunadamente en Alemania los tests son gratuitas por lo que con solo un trámite podíamos tener la seguridad de que todos los presentes éramos transmisores de la enfermedad. Así, cerca de 300 personas nos disponíamos a pasar una noche de psicodelia tras (para muchos) meses de sequía de conciertos. La presenta de nuestro amigo Peter Petersen y sus proyecciones visuales era un aliciente mas para que la noche fuera mágica en un lugar cómodo para el público, con una buena acústica y un bar con bebidas a precios asequibles.
BISMUT eran los encargados de abrir la jornada alrededor de las 8.30 de la noche. El trío holandés dejaba patente que son una banda solvente y asentada, que se está convirtiendo en una formación a tener en cuenta en la escena heavy-psych europea. Sus oscuros viajes lisérgicos eran custodiados por momentos de post-metal, en los que ponían el músculo a sus largos pasajes instrumentales. Hacía poco menos de un mes había tenido la ocasión de ver en directo a los holandeses en el marco del Desertfest Amberes. En aquella ocasión la banda tocaba en el escenario pequeño, y a pesar de realizar un notable show, aquí, pudo desarrollar toda valía. La ambientación del light-show de Peter encajaba perfectamente con el sonido psicotrópico de la banda, lo cual suponía un plus para que su actuación fuera fantástica. Perfectamente equilibrados y sin ningún tipo de artificio, los tambores de Peter retumbaban con una ejecución milimétrica de los ritmos. Los devaneos y solos de guitarra ácida se complementaban con un sonido grueso de su bajista Huibert. De esta manera encandilaban a una audiencia que disfrutaba con su psicodélico espectáculo, llevándonos a un trance catártico.
Tras ellos, nos desplazábamos a la sala contigua en la que se situaba el escenario pequeño en el que los alquimistas espaciales KOMBINAT ROBOTRON nos sumirían en un hipnótico viaje por el espacio exterior. Tenía muchas ganas de ver en directo al cuarteto alemán y comprobar como trasladaban al directo sus magnéticos ritmos kraut. Con la incertidumbre por la llegada a tiempo de la banda, finalmente pudieron solventar los problemas mecánicos de su vehículo para sin tiempo de prepararse saltar al escenario. En un espacio más minimalista, y con pocas luces y alguna proyección tras el escenario, la banda no tardaba nada en contagiar sus robóticos ritmos a un público que de inmediato se enganchó a su propuesta. Como si hubieran encendido la maquinaria robótica, de inmediato se podía ver al público bailando con sus automatizados ritmos. Sin duda una magnífica forma de conectar, algo que se percibía en las caras de un personal completamente integrado en la propuesta sonora de la banda. Un nuevo viaje lisérgico se cernía sobre nosotros a través de supernovas y tormentas de meteoritos.
Una maquinaria perfectamente engrasada en la que todas las piezas encajan y con la que consiguen transmitir una propuesta sonora de mucha calidad, tanto compositiva como en la ejecución de sus canciones. La banda había salido al escenario ataviados con batas blancas como lo haría cualquier científico en su laboratorio. Y lo cierto es que el laboratorio sonoro de KOMBYNAT ROBOTRON consigue la pócima perfecta para sumergirte en un mundo futurista en el que la psicodelia adquiere tonos siderales. Magníficos, concluyeron su actuación dejando un magnífico sabor de boca entre la audiencia. Sin duda, mis expectativas, se vieron cumplidas con una actuación que me enganchó y me enamoró.
La noche avanzaba entre buenas vibraciones y rencuentros con amigos de la escena mientras llevaba el turno de MR.BISON.
Cubiertos por unas tenues luces verdes, el trío de Cecina repasaba canciones de toda su discografía dejando una gratísima sensación entre los asistentes. Sus momentos de brillante psicodelia que hacían flotar a la concurrencia, se fusionaban con acierto con pinceladas de blues desgarrado y crujientes riffs de puro hard rock. Sus dos guitarras suplían la ausencia de bajo de tal forma, que no se percibía la ausencia del instrumento de las cuatro cuerdas. Una banda notable que sabe bien lo que se hace y también como transmitir sus canciones al público para que la experiencia de un concierto suyo sea completamente satisfactoria. Enérgicos, pero sabiendo poner la pausa con desarrollos psicotrópicos, a unas canciones con innegable espíritu vintage los italianos ofrecían una actuación notable que también era recompensada con una audiencia enganchada a su propuesta sonora. Quizás hubieran brillado mas en el escenario principal ya que la ausencia de las proyecciones de Peter en el segundo escenario pudo restar brillo a su show, pero sin duda, cuando una banda es buena, el resto no es necesario y estos chicos tiene mucha calidad, algo que dejaron meridianamente patente en Münster.
La noche concluía con CAUSA SUI, la banda que muchos esperaban. Los magos de la psicodelia danesa destapan el tarro de las esencias para embriagarnos con sus bellas melodías.
Si todas las veces que he visto CAUSA SUI en directo, he quedado sumamente gratificado, su actuación en Münster fue sencillamente sobresaliente, subiendo todavía más el listón. Si para mí fue el mejor show que he visto de la banda de Odense, esto no fue solo una sensación mía, ya que algunos de los presentes me transmitían las mismas sensaciones., Derrochando toda su magia con las bellas melodías salidas de su guitarra de Jonas, Jakob, ejecutando con una precisión matemática todos sus golpes en su batería, marcando el ritmo de sus compañeros; mientras Jess ponía la fuerza con el grueso sonido de su bajo y Rasmus, envolvía las canciones con la atmósfera ensoñadora salida de sus teclados. Una banda que suena como un solo miembro y que jamás defrauda. Si a eso añadimos el perfecto ambiente que creaba Peter Petersen con sus magníficas proyecciones visuales, la tormenta perfecta para un buen ‘viaje’, estaba servida. Un sonido cristalino elevaba las almas de los presentes a un éxtasis del que ninguno de nosotros quería escapar. Así lo corroboraba la audiencia a la finalización de su actuación, pidiendo que la banda siguiera tocando una canción mas, algo que fue desbaratado por el inicio de la música del after-party en la sala. Una lástima, porque sin duda, este fue uno de los mejores conciertos que he podido ver este año.
Así, cercanas las dos de la madrugada, acaba un festival sobre el que pesó la incertidumbre de estos tiempos convulsos, pero dejando un magnífico sabor de boca entre todos los presentes. El tesón de Klaus y Christian por llevar esto adelante, finalmente tuvo su recompensa con un festival que quedará en la memoria de los afortunados que pudimos vivirlo. Como siempre, me gustaría agradecer a Klaus las facilidades y hospitalidad con que me recibió para contar gráficamente todo lo allí sucedido. El viaje de España hasta Münster, sin duda, mereció la pena, a pesar del frio alemán, los problemas de locomoción hasta llegar al lugar, una vez allí el sentir el calor de los amigos alemanes y el poder disfrutar de cuatro fantásticas bandas, fue sensacional. Ya solo queda esperar que el próximo verano la situación sanitaria cambie y puede regresar a Krach am Bach, su festival principal.
El trío holandés con sede en Nijmegen publica su segundo álbum “RETROCAUSALITY”. Un extenso trabajo de más de setenta minutos instrumentales en el que cinco largos temas exploran las fronteras de los sonidos psicodélicos pesados y el post-metal sumergiéndonos en la oscuridad. Sus largos desarrollos se interpretan lentamente en medio de la penumbra mientras serpentean creando atmósferas inquietantes que están coloreadas con pasajes perfumados de guitarra custodiados su pesada base rítmica. Un equilibrio perfecto para no caer en la monotonía a pesar de la larga duración de cada canción, lo cual permite distintos giros en cada canción. Sus momentos post-metal llegan a coquetear con atmósferas progresivas para volver a su verdadero objetivo, que no es otro que ese impactante heavy-pysch con tintes doom. Un álbum crudo y elaborado que se deja llevar por largas jams con intrincados desarrollos. Si bien no es un álbum hecho para todos los públicos, los iniciados en este género encontrar los suficientes alicientes para una satisfactoria escucha. ¡¡¡Quizás su larga duración sea excesiva para un álbum en estudio con este tipo de propuesta, pero ¡¡¡que diablos!!! ¡Solo hay que dejarse llevar! Escuchando “RETROCAUSALITY” el tiempo se para mientras el trio nos hace sentirnos partícipes de un relato de música pesada con muchos matices.
BISMUT son: Peter Dragt (batería), Huibert der Widuwen (guitarra) y Nik Linders (bajo). “RETROCAUSALITY” está disponible vía Lay Bare Recordings.
Con una introducción llena de épica “Oscuramento” el tema que el trío holandés nos anticipó como single, nos invita a explorar oscuros espacios que gravitan entre el doom y los dictados heavy-psych. Con pasajes en los que la guitarra se contonea una y otra vez bajo un milimétrico ritmo de batería. Siempre ondulante, el tema avanza entre tinieblas por un camino en el que no se vislumbra la luz. Tomándose su tiempo, el corte parece anunciarnos una explosión que finalmente no se produce con esa penetrante guitarra entre la espesura del fornido bajo. Con ramalazos post-metal estamos ante un relato sin aparente final y curiosamente no resulta monótono. Su aura psych se sumerge en profundas tinieblas adoptando un tono ocultista. Su nombre resulta de los más apropiado para reflejar su verdadero carácter.
Bajo un ritmo más dinámico, “Non lokiteit” se sustenta en atronadores tambores para iniciar la senda del metal. En el encontramos desarrollos mas lentos en los que BISMUT se sienten seducidos por el doom. Poniendo la pausa la exploración de la oscura psicodelia se tiñe de misterio, siendo esto una de las principales características de la banda. Con momentos mucho más sutiles y susurrantes nos ofrecen desarrollos de guitarra de gran belleza en la parte central del tema para iniciar un génesis evolutivo con narcóticos pasajes. Por momentos el silencio domina el tema, creando relajantes desarrollos en los que el misterio preside la atmósfera tensa.
“Predvidanie” se decanta por un espacio más stoner. Marcado por la influente línea del bajo y la firmeza de unos tambores implacables, la guitarra muestra todo su virtuosismo. Con una aspecto de jam, consiguen que las piezas encajen para crear un serpenteante tema que trata de salir de la penumbra en la que se desarrolla todo el álbum. Como si se quisieran liberar, tras varios minutos, esta liberación es solo un espejismo ya que vuelven a retomar esos interminables pasajes en los que la guitarra se zambulle en una psicodelia aromatizada tomando algún elemento espacial. En una tortuosa travesía el tema pasa por distintas fases en las que fusionan Stoner doom e incluso algún pasaje netamente progresivo. Una especie de suite con distintos actos.
Las tenebrosas atmósferas regresan con “Varasaga”, otro largo tema entre calmada psicodelia pesada que sirve para el lucimiento de su guitarrista Nik Linders. La faceta progresiva adquiere un mayor protagonismo entre sus lentos y cansinos acordes. Como si estuvieran atascados, caminan con parsimonia entre riffs doom que se engrosan y se encabritan buscando una huida hacia adelante. Los momentos pesados acaban por hacerse dueños de un tema que va de menos a más a pesar de la repetición de sus riffs. Con un cierto aroma desértico combinan desarrollos post-metal con sus pasajes heavy-psych en una maraña de riffs y ritmos.
“Vergangenheit”, el tema más largo del álbum con sus quince minutos nace del silencio y la calma con delicados acordes que van creciendo lentamente. La belleza instrumental se olvida en su parte instrumental de pesados riffs para acariciarnos con delicadeza. Tras esa primera parte en la que la calma preside en tema, la explosión doom, post-metal desata una tormenta de pesadez que gravita por espacios siderales en un transito psicotrópico de gran calado. El tema resulta ser un espacio perfecto para que BISMUT desarrolle todo su potencial dotando al tema de todos los estilos con los que la banda juega. Repetitivo e impactante el corte acaba aturdiéndonos con toda su fuerza.
El epilogo a este relato instrumental lo pone un tema diferente como “Anthitesis”. En contraste con la larga duración del resto de canciones, aquí solo en tres minutos la banda nos intoxica entre efectos y distorsiones a modo de big-bang final