Dos años de sequía producidos por el ‘puto COVID’ habían conseguido que todos estuviéramos ansiosos por la celebración de la fiesta del 10 aniversario del festival. En su edición mas ambiciosa el festiva, en su décimo aniversario, ofrecía algunos cambios respecto a la última edición celebrada en el año 2019. En esta ocasión el barco varado en el rio junto al recinto del Berlin Arena, serviría para las fiestas nocturnas tras los conciertos, mientras, en el interior se había ubicado el segundo escenario. Desertfest Berlin ofrece algo que no se encuentra en otros festivales de sus características, aquí no debes lamentarte porque tus bandas favoritas actúen a la misma hora, no hay coincidencias de bandas en el mismo horario, lo que es un alivio para todos. Esto tiene un pequeño inconveniente, y es que la gran mayoría de las bandas salen al escenario sin haber probado sonido, algo que se notó en algunas actuaciones, ya que las bandas iban corrigiendo los parámetros de su sonido, según iban interpretando sus canciones. La infraestructura del festival está diseñada para que todos nos sintamos cómodos. Los puestos para canjear las entradas por la pertinente pulsera funcionaban con agilidad y también la compra de tokens para consumir bebida y comida. Existiendo éstos, tanto fuera del recinto como dentro, lo que hacía que todo fuera rápido y las colas no hicieran que nos eternizáramos en la espera. La explanada exterior repleta de bancos para descansar, comer y beber, hacen que todos podamos tener un momento de descanso, ofreciéndonos un deseado espacio de reposo ya que un festival de cuatro días, suele ser algo agotador. El line-up de este año era impresionante, con alguna leyenda en lo alto del cartel y algunas de las bandas emergentes más destacadas, hacían, que el espectro estilístico de las mismas abarcara prácticamente todos los géneros, siendo un cartel completamente equilibrado. La zona chil-out, ubicada en la parte alta de la explanada también es punto a su favor, ya que las vistas que puedes disfrutar desde allí son sumamente sugerentes. También la gran oferta de puestos de diverso tipo, hace que el festival pueda ofrecerte una experiencia gratificante en el tema de compras de los mas variados productos y no solo de merchan de las bandas. Una zona de juegos con maquinas recreativas es otro punto a favor de un festival que cuida los detalles para que el público se siente cómodo, algo muy de agradecer. En cuanto al escenario, en esta ocasión me pareció mucho más majestuoso que la última edición (no se si será solo una percepción mía, o realmente era mas grande). La iluminación y las proyecciones durante el festival eran bastante buenas también, algo que siempre da un mayor brillo a las actuaciones de las bandas. La circunstancia de que no coincida ningún concierto, tuvo un pequeño inconveniente, y es que la mayoría de las bandas (salvo los cabezas de cartel que habían probado sonido en la mañana) tuvieran que ajustar su sonido durante la actuación, ya que solo transcurrían entre diez minutos y un cuarto de hora entre cada actuación. El publico y el ambiente, como siempre excepcional. En un evento en el que se congregan 4.000 personas, no es difícil que pueda existir algún incidente, pero en Desertfest, éstos brillaron por su ausencia, ya que el festival es un punto de encuentro de numerosos asiduos de la escena y la camaradería y buen rollo siempre están presentes. Desertfest-Berlín es un lugar de encuentro de muchos viejos amigos, pero también es genera el nacimiento de nuevas amistades, este es el poder la música que nos une. El desarrollo del festival se realizó sin ningún contratiempo que fuera percibido por los asistentes, pero detrás, hay un importante ejercito de personas trabajando para que todo funcione sin errores, y en esta ocasión, la organización tuvo que solventar diferentes cuestiones que iban surgiendo. Vuelos cancelados a las bandas, teniendo que, sobre la marcha, proveerles de nuevos medios de transporte, etc… , así como costes adicionales debidos a las circunstancias que la convulsa situación mundial, que sufrimos en los últimos tiempos, hace que el festival también se vea afectado. Con todo eso, la edición 2022 de Desertfest-Berlin, es posible que haya sido la más grandiosa de sus 10 años de existencia. Un festival de 10, en el que muchos otros debieran fijarse, porque haciendo así las cosas, todo irá bien. Desde aquí me permito dar la enohorabuena a toda la organización y en especial a Mona, siempre dispuesta a ayudar y a ofrecer todas las facilidades para cubrir el evento con garantías, y también a Matt, por su trabajo y buena disposición. ¡¡¡Sois muy grandes!!!
Día 1: VUG, POLYMOON, SAMAVAYO, LOS BITCHOS, MY SLEEPING KARMA, MAIDAVALE, WITCHCRAFT y KADAVAR
VUG
VUG se incorporaban al line-up del festival a última hora y eran los encargados de abrir el mismo con su propuesta retro-rock en la que el heavy y el hard rock clásicos están muy presentes. Así la banda ofrecía un show que servía para poner en situación al personal ansioso de disfrutar del festival. Como siempre los berlineses ofrecían una actuación correcta ante una audiencia que se iba incorporando al recinto poco a poco.
POLYMOON
POLYMOON era una de las bandas marcadas en mi agenda. Su último trabajo había despertado mi curiosidad con su particular apuesta por una psicodelia con muchos alicientes. La banda ofrecía su actuación con una puesta en escena vintage. Sus miembros con ropas retro y sus rostros maquillados ponían la oscuridad bajo una tenue iluminación muy acorde con su propuesta sideral. Toda una sorpresa para la mayoría de los presentes y para mí la confirmación de que estamos ante una gran banda con mucho futuro por delante. Los finlandeses se las apañaban para alternan sus momentos progresivos con los pasajes psicodélicos. Un show divertido y con mucha calidad en su interpretación y puesta en escena. Sin duda una banda fresca que sabe bien a lo que juega.
SAMAVAYO
SAMAVAYO era una banda que se me había resistido y que nunca había tenido la ocasión de ver en directo. Por fin podía comprobar en vivo como se desenvuelven sobre el escenario. Teniendo en cuenta que era la banda que rompía el hielo en el escenario principal, el trio descargaba sus riffs stoner entre pasajes psicodélicos aromas exóticos conectando de maravilla con el público. Su show estuvo acompaña con un buen montaje de luminotecnia que nos auguraba.
LOS BITCHOS
LOS BITCHOS eran unos desconocidos prácticamente para mí hasta su inclusión en el line-up del Desertfest Berlin. Pocos minutos fueron necesarios para entender que estamos ante una banda llena de frescura. Su actuación se basó en sonidos surf, garaje con un toque psicodélico con los que conseguían poner a bailar al público que estuvo presente durante su actuación. La banda británica fue una de las mayores sorpresas de la jornada. Solventes, divertidas y con mucho gancho, las percusiones, los teclados y una actitud encomiable, ponían el broche a una actuación redonda, divertida y gratificante.
MY SLEEPING KARMA
MY SLEEPING KARMA siempre han sido una banda que garantiza con sus actuaciones una hora mágica. Siendo una de las bandas más queridas por el público, especialmente el alemán, su presencia en el escenario principal fue un reclamo para que la sala se llenara. Desde el habitual abrazo inicial de sus miembros al comienzo de su actuación, los alemanes se metían al público en el bolsillo. De todos es sabido de lo que son capaces, y una vez más dejaron patente que son una banda indispensable en cualquier gran evento que se precie. Con un nuevo disco en ciernes (será publicado el próximo mes) la banda repasaba alguno de sus temas clásicos, así como alguna pincelada de lo que nos espera con su nuevo y esperado álbum. La banda ofrecía en la jornada del viernes una rueda de prensa en la que presentaba a los medios su nuevo álbum al completo. Un acto lleno de emotividad en el que se percibía que esta nueva entrega será su álbum más personal y profundo. Siempre mágicos.
MAIDA VALE
MAIDAVALE siempre son un plato apetecible en cualquier festival, y en Berlín, volvieron una vez más a dejar patente que son una banda sólida, y que sabe perfectamente a lo que juegan. Cada día más maduras el cuarteto sueco nos brindó una actuación que brilló a un altísimo nivel. Su vuelta de tuerca a su propuesta psicodélica, con una experimentación más modernista y con inclinación a un territorio cercano al kraut así lo atestiguaba. La gran ovación con la que fueron despedidas era el reflejo de que la gente se había divertido con una actuación. Un show sin fisuras con el que se siguen consolidando como una banda certera y solvente. El juego de luces colorista ayudó a que su show fuera más atractivo y acorde a su propuesta lisérgica.
WITCHCRAFT
WITCHCRAFT: La mítica banda sueca regresaba semanas atrás a los escenarios guiados por su líder Magnus Pelander. Unas semanas antes tuve la oportunidad de verlos en Madrid en el festival Kristonfest. Como una de las bandas destacadas de numerosos festivales este año, había mucha expectación por ver su directo. La decepcionante sensación que dejaron en Madrid, tristemente se repetía en Berlín. De una banda con el prestigio de WITCHCRAFT, lo normal es esperar de su actuación solvente. Así lo corroboraban los comentarios de la gente que veía como la banda que estaba sobre el escenario no era lo que ellos esperaban. En esta ocasión con un batería diferente, y en formato trio, con Ellin al bajo ofrecían un repertorio en el que se echaba de menos algo de chispa. La cara de estupefacción del promotor de un prestigioso festival europeo con el que compartí su actuación desde las bambalinas del escenario, lo decía todo. Su rostro decía algo así como… pero ¿qué es esto? Estos no son los WITCHCRAFT que esperaba.
KADAVAR
KADAVAR son otros veteranos curtidos en mil batallas, y su presencia sobre el escenario es garantía de calidad. Con una imagen algo remodelada(quizás obra del paso de los años) el trio berlinés se presentaba ante el público con las alforjas repletas de riffs contundentes. La profesionalidad con la que la banda afronta cada concierto es un dato a resaltar. En los momentos previos a salir al escenario podías ver detrás del escenario a tres tipos tranquilos, pero completamente concentrados. Ellos saben lo que el público espera de ellos, y KADAVAR sabe muy bien como dárselo. Si en sus últimos trabajos se nota una cierta evolución de su sonido a un escenario más progresivo, en directo siguen siendo puro fuego, puro rock and roll. Los solos de Lupus, los temibles golpes de Tiger a la batería y la pose desafiante de Simon encendían a un público que disfrutaba una vez más de su actuación. Su show contó con la colaboración en la parte final de un segundo guitarra (que en estos momentos no llego a identificar) y que aportaba algún pasaje de sintetizadores. NOTABLES como siempre, cerraban su actuación con una versión de ‘Helter Skelter’.