Reseña: MIND OVERCLOCK.- ‘Crazy music for weird people’

Seguramente el nombre de MIND OVERLOCK sea desconocido para muchos de vosotros, como lo era también para mí, pero probablemente a partir de ahora no lo será. Con solo una demo publicada y un single, la banda británica pública ahora su primer y maravilloso álbum ‘CRAZY MUSIC FOR WEIRD PEOPLE’. Su nombre, es sin duda un título que bien puede resumir el contenido de un álbum sorprenderte y fascinante a partes iguales. Sin noticias previas de la existencia de la banda, sus canciones han conseguido enamorarme a la primera escucha. Porque sí, sus surcos rezuman psicodelia de alto nivel, pero también complejos desarrollos progresivos, y un ritmo colorista que hace que su contenido tenga muchos alicientes para cualquier amante de la psicodelia. Un álbum con canciones que parecen no seguir ninguna regla establecida, pero que acaban por mostrarse hermosas y cohexionadas. Estamos ante un trabajo para salir de la zona de confort, pero que puede proporcionarte un mundo lleno de sensaciones. Los cuidados arreglos de las canciones hacen que estas, acaben por sorprendernos con sus constantes giros argumentales, sin perder su propia esencia. Psicodelia aromatizada, mística enriquecida con elementos progresivos, pinceladas de jazz-fusión, instrumentos tradicionales de oriente y un fantástico groovy rítmico, ¿Se puede pedir mas?. Posiblemente sea un álbum diferente pero sumamente rico en matices, lo que hace de él ,todo un reto para aquellos que estén dispuestos a dejarse sorprender.  Con muchos guiños floydianos en las guitarras, la banda consigue construir canciones instrumentales en las que encontraras sonidos familiares, en contraste con otras resonancias mucho más innovadores.  Aquí radica su potencial, el hacer algo original sobre unos cimientos ya usados con anterioridad, y sobre todo, hacerlo con esta personalidad.

MIND OVERLOCK son: Edward Pemberton: guitarra principal, Marco Ragni: guitarra eléctrica y acústica, teclados; Tim Minashyan: bajo, sitar, mandolina, guitarra acústica; Dominic Lessard: batería y percusión, Gopika Jai: voz; John Mullingham: saxofón, flauta y Charlie Cawood: dulcémele, cítara

‘Slumbering creatures’ es una canción que conjuga la mayor parte de los elementos sonoros que usa la banda británica. Hard rock de vocación vintage con un órgano envolvente, logrados pasajes de psicodelia ácida que se tornan más místicos gracias a elementos exóticos. Un sonido venido de oriente en el que el sitar aporta el tono espiritual.  La canción pasa por distintas fases que cambian su fisonomía ya que la banda parece no ponerse límites. Con pasajes floydianos dotados de un fantástico groovy rítmico consiguen colorear un corte fascinante en el que la psicodelia se siente cómoda.

En un ambiente mucho más relajado, ‘Brighton junkie candy’ rescata pasajes floydianos con una cierta inclinación jazz. Aquí la conjunción de elementos progresivos aporta brillo a una psicodelia onírica que describe bellos entornos sonoros presididos por una calma balsámica. La calidad de la composición hace que se agolpen los elementos en la misma para enriquecerla y hacer que su fisonomía se altere. Los ritmos funk colorean la escena con un fantástico groovy y golpes de wah wah. El tema acaba por convertirse en una especie de jam lisérgica con fases de profunda calma y pinceladas progresiva. Un magnífico tempo sustenta los devaneos de una guitarra que vuelve a mostrarse esplendorosa.  

‘The secret life of Ghouly Gupta’ no se sale de esos bellos e insondables espacios psicotrópicos. Borboteando con parsimonia, el corte se nutre de esos elementos psicodélicos tan usados por la banda para sumirnos en una exploración de un entorno más tormentoso. Efectos espaciales y un ritmo hipnótico, van tejiendo un tapiz sonoro que se balancea en un espacio mucho más cósmico y futurista.

Con un nombre lo suficientemente evidente como para intuir su contenido, ‘The garden of thousand tecnicolor dreams’ crea un calidoscopio sonoro en el que caben los elementos exóticos, pero también riffs más rugosos y ácidos. Toda una bacanal en la que la psicodelia de los británicos sube y baja en contraste bastante sugerente. Con el sitar como protagonista, MIND OVERLOCK construyen una canción en la que los vientos orientales ocupan un gran protagonismo.  

En un tono más calmado ‘One night death valley’ se nutre de acordes acústicos en una conjunción de folk y psicodelia onírica que nos proporciona un efecto balsámico. Sus bellos pasajes melódicos contrastan con la dualidad acústica y eléctrica. El resultado es una canción psicodélica en la que también aparecen elementos progresivos dotándola de un tono melancólico.

‘Annie takes the telescope’ se contonea entre ritmos funky y un tono elegante, aderezado sutilmente con ciertos elementos de jazz-progresivo. Usando nuevamente el sitar, el corte desciendo a un espacio de melancolía del que salen con brillantes solos de guitarra en una fusión sumamente atractiva. Música diferente, con un mestizaje de psicodelia y melodías que usan todos los elementos distintivos de la creatividad de los británicos.  

En una línea argumental similar al corte anterior, ‘Who brings the light’ mantiene esa exploración onírica de unos paisajes sonoros en los que la calma aparece para transmitir una sensación de relax al oyente. Con unos esplendorosos pasajes de guitarra, la canción no se sale del espacio de los sueños. En un giro inesperado, voces celestiales se unen a esta fiesta colorista de vibraciones devocionales.  

‘The third eye of Gwapurah’ se nutre de ampulosos desarrollos psico-progresivos con aura mística. Esta vez con una mayor intensidad en su apertura, la canción no se mantiene en placidos y acolchados prados, sino que se sumerge en un espacio más inquietante y misterioso. Rock psico-progresivo con un fuerte componente sinfónico gravitando en un espacio de vacío emocional. En la parte final optan por añadir intensidad a una canción que se engrandece según avanza en su desarrollo.

El cierre bien marcado por los vientos orientales del sitar. ‘In the opium chambers’ refleja un espacio reflexivo e intimista que sirve de liberación mental. Oscuro e introspectivo el tema se muestra más como un interludio que como una canción propiamente dicha.

La suave y calmada ‘The moon os on tjhe narrow point of its axis’ pone el epílogo a un magnífico trabajo con delicados pasajes atmosféricos que inciden en ese estado de bienestar mental. Gris por momento y empapándose de un aire melancólico, los acordes se suceden con una satisfactoria pausa. Con unos mimbres sencillos, logran componer una canción que se nutre de pasajes progresivos para seducir al oyente y sumirle en un espacio onírico a través de hermosas melodías instrumentales. El corte concluye con una atractiva guitarra dejando muestra de todo su potencial.

Reseña: DUST MICE.- ‘Earth III’

‘EARTH III’ es el primer Lp de DUST MICE, el quinteto de Space-Garage de Seattle. ¡Toda una locura sónica que no te dejará indiferente! Los sintetizadores analógicos, el saxofón distorsionado y la guitarra en bruto se combinan con una sección de ritmo de conducción para ofrecer rock de garaje espaciado con influencias de New Wave Sci-Fi, post-punk y metal clásico. Sus pegadizas armonías contrastan con la fuerza de unos poderosos tambores y unos riffs que no dudan en tornarse pesados entre efluvios jazz, psicodélicos y espaciales, aportados por teclados y saxo. Ecos de los 80’s, de los 90’s y un sonido del nuevo milenio, construyen un ecléctico relato entre lo vintage y lo modernista en el que todo puede sorprendernos. Temas fascinantes en combinaciones imposibles que finalmente resultan muy sugerentes que en cierta manera evocan el sonido de bandas como ECSTATIC VISION, pero que también recuerdan a HAWKWIND en una sesión de baile en un after al amanecer. Los temas líricos exploran cuentos de cultos de magos, androides suicidas, la carga existencial de vivir en una nave estelar de generación X y los fracasos del imperialismo estadounidense. Todo esto viene junto en la versión de Black Sabbath (‘Solitude’), interpretada como una celebración en un garaje espacial del último fracaso de la humanidad. La única nota de esperanza proviene de ‘Desert Bus,’ una oda a la introspección psicodélica y la apertura a la majestuosidad del universo. ‘EARTH III’ sigue la estela de los temas introducidos en su EP, ‘MOON FETUS’. El álbum fue compuesto mientras la banda actuaba activamente, y la forma final de muchas de las canciones se desarrolló en el escenario antes de seguir el álbum en vivo. Para obtener el sonido en capas y fuera de control, DUST MICE se agachó para una sesión de sobre-grabaciones y jams extendidas. Esas pistas se cortaron y mezclaron a lo largo del álbum como tejido conectivo sónico, imitando el caótico asalto sónico de un espectáculo en vivo de DUST MICE.

DUST MICE son:

Patrick Seick: Lead Vocals, Synth, Percussion
Robbie Houston: Guitar, Acoustic Guitar, Backup Vocals
Nate Henry: Saxophone, Backup Vocals
Lewis Hunt: Bass, Acoustic Guitar, Backup Vocals
Zane Graham: Drums, Backup Vocals
Todas las canciones de ‘EARTH III’ fueron escritas por DUST MICE excepto ‘Solitude’ escrita por Iommi, Osbourne, Butler y Ward. Habiendo sido mezclado por Robbie Houston y masterizado por Cass Anawaty, con un diseño grafico y de portada obra de Chad Kesegi.

La maquinaria psico-espacial de DUST MICE pone los motores a máximas revoluciones en el impactante tema ‘Choom wagon’, que ya os ofrecimos en primicia desde DenpaFuzz (aquí). Un híbrido entre el rock espacial, los ritmos de baile de finales de los 80’s, el jazz y la psicodelia. Sus estribillos mas propios de la new wave contrastan con los efectos de los sintetizadores y los poderoso tambores robóticos, casi kraut. Sin duda, el tema tiene fuerza y más con las veleidades del sonido siempre hechizante del saxo. El tema, funciona, que que entre esta espiral futurista, saben incrustar buenos solos de guitarra que hacen que tome un carácter más pesado y contundente.  

Con el marcado sonido del saxo como protagonista, ‘Eye make you eye’ nos ofrece atractivas melodías y estribillos pegadizos en una atmósfera futurista con el jazz en el horizonte. Una conjunción de elementos que funciona logrando un tema atrayente y vistoso. Su sonido, lleno de frescura contrasta con las entrañas pesadas de su línea rítmica y unas guitarras diabólicas que aparecen con sutileza.

‘Hepatitis X’ se muestra más fornido y rugoso en su apertura, antes de ejecutar esas armonías llenas de ritmo más propias de los 90’s. La luminosidad de los vientos hace que el tema adquiera un carácter más elegante sin salirse de su apuesta alternativa con un final turbio. Y espacial.

Los fuertes ritmos del tema de Black Sabbath ‘Solitude’, chocan con la cadencia vocal y un espíritu espacial que coquetea con el jazz en una combinación aparentemente imposible, pero que finalmente resulta de gran frescura. Vientos, guitarras y sintetizadores construyen un tema dinámico y alocado de difícil calificación.

‘Skyy king’ con un sonido más grueso explora los confines cósmicos entre saxo, un poderoso bajo y efectos de sintetizadores sin perder el espíritu de new wave de la banda. Ritmos bailables y un frenesí ritmico y envolvente convierten el tema en una espiral psicodélica ideal para las pistas de baile.

Los mas de siete minutos de ‘Crisis on infinite earths’ permiten los desvaríos electrónicos y espaciales de los Seattle en una especie de caos en el que todo vale. Free-jazz, Avant-garde, rock espacial, electrónica, son muchos los estilos que podemos encontrar en un corte hipnótico, y alienante así como completamente experimental.

‘Desert bus’ nos saca del caos anterior a base de ritmos kraut salpicados con el siempre gratificante sonido del saxo. Frenesí cósmico, con ecos post-punk salvajes en una nueva combinación atrevida. Reminiscencias Hawkwind, con solos ácidos e hipnóticos y trepidantes ritmos. Finalmente, el caos regresa.

Sin salirse de su apuesta futurista, ‘Mountain wizards’ recupera las bolas de colores de las pists de baile de una estación espacial llena de androides moviéndose con ese ritmo hipnótico que los caracteriza. El tema evoluciona incrementando su pesadez a un espacio post-punk, sin perder la dualidad cósmica y alternativa con un final aturdidor y repetitivo.

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Reseña: JOY GUERRILLA.- ‘The Park Is Closed’

‘THE PARK IS CLOSED’, el nuevo álbum del dúo californiano JOY GUERRILLA, nos trae temas cortos pero que nos ofrecen mil alicientes haciendo que su escucha sea de lo mas gratificante. Elegante, bellos y con los detalles bien cuidados, cada canción explora los terrenos del jazz de una forma distinta. Colorista y dinámico, sus ritmos mutan en mil meandros en cada tema. Un antídoto contra el aburrimiento para los paladares más exquisitos. Seguramente no es un álbum que entre a la primera, pero si es de estos trabajos que te dejan con ganas de volver a darle al play. ‘THE PARK IS CLOSED’, reproduce la banda sonora del viaje de un héroe arquetípico por la Costa Oeste, abarcando la música de ayer, hoy y mañana. La magia reside en la interpretación de la nostalgia de nunca-presente, chocando con visiones clarividentes de un futuro premonitorio. El oyente experimenta este caleidoscopio a través de la lente narrativa de JOY GUERRILLA. Lo desconocido pero familiar, y en el corazón de este viaje se encuentra la historia de la eterna lucha entre la naturaleza y la tecnología. Sin duda un placentero viaje a través de los sonidos de fusión con atractivas canciones que logran funcionar a la perfección. Todo un tesoro de fusión jazz instrumental en el que podemos encontrar diferentes condimentos que realzan su música lenta, cálida y efervescente. 

JOY GUERRILLA son: Magdalena Daniec (Fender Rhodes, Wurlitzer, Hohner Clavinet, Roland Juno, Minimoog) y Adam Grab (Bajos, Moog bajo, percusión y guitarra. En ‘THE PARK IS CLOSED’ estuvieron acompañados por Tim Aristil (batería y percusión) Elijah Zhang (guitarra), Doug Webb (saxo), Les Lovitt (trompeta) Anne Hauter (tronpeta), John Grab (trombón), Mike ‘Maz’ Maher (trompeta en ‘Earthsuit’ y Tony Fulton (voces en ‘The Great Stress’).

’Intro’ nos inicia en este paseo por la experimentación jazz haciendo emerger el álbum. La última luz desaparece detrás del dosel. Pastoral eléctrica.

En un mundo de sintetizadores y teclados, ‘Earthsuit’ se adorna de efectos mostrándonos cálidos pasajes de teclados y una particular percusión que nos acompañará todo el álbum. Elementos electrónicos se fusionan entre los coloristas ritmos y el sonido de los vientos.  Repitiendo su armonía, el corte muta constantemente ofreciendo un caleidoscopio colorista con un cierto aroma vintage.

El crujido de la noche, sin obstáculos por los sonidos de la modernidad, aparentemente revelado todo. Sin embargo, el vuelo silencioso no se ha detectado como nuestro héroe. Con esta premisa ‘Sowa’ parece acariciar la noche, poniendo una agradable banda sonora. Con ese toque de distinción que siempre aporta el saxo, el tema se muestra elegante y atractivo. Toda una fusión jazz-rock en la que los ecos 70’s aparecen como si estuviéramos ante una jam. Un buen trabajo de bajo acompaña la cuidada instrumentación del tema.

’NoLateFees’ juega con ritmos casi Funky y una cuidad producción. Una maravillosa sección de viento acompaña un notable trabajo de percusión. Sin estridencias y comedido, el tema hace aflorar unos buenos solos de guitarra más propio del Santana más jazzero.

¿Ves? Como se dijo, nos cortamos la nostalgia. ¡Tenemos tu espalda! Mientras te mantenemos, aquí tienes una sola vez. Usted. si usted actúa ahora …Así ‘Wes.waived’ con un ritmo más hipnótico va mutando la intensidad de su sonido de fusión hasta diluirse en la lejanía.

‘The great stress’ entre percusiones y órgano Rhodes camina seductor y divertido por ese mundo de fusión en la que tan cómodos se sienten JOY GUERILLA. Siempre midiendo cada nota, cada acorde, logran ofrecernos algún aliciente que nos sorprende y nos saca de estereotipos. Aquí l fina y estilista guitarra lucha por el protagonismo entre una lograda sección de viento y constantes cambios en la base de los teclados. Aquí todo parece controlado a pesar de que habitan en un aparente caos.

Jugando con el wah wah, y los teclados ‘Million dollar neighborhood’ parece borbotear entre pasajes jazz-rock en los que los cambios habituales de la banda vuelven a repetirse. Vientos dulces que se tornan más incisivos con el vibrante sonido del saxo. Pareciera que estamos ante una big band con momentos de free-jazz, en una auténtica jam que nos atrapa con su gran poder magnético. No es necesario que sea un lugar, pero un marco de la mente. Usted puede sentir en cualquier lugar y en todas partes. Éste es el propósito del tema.

Cuando finalmente se las haya arreglado para escapar de la monotonía y abre fuerte de todos los otros ángulos, finalmente golpea su odio. Así ‘The park is closed’ nos lleva a una calmada experimentación casi minimalista. Cálidos y suaves acordes de teclados, una percusión efectiva y dulces vientos se incorporan a un tema de baja fidelidad. Estructurando su sonido en distintos estratos, la canción se moldea una y otra vez cambiando su fisonomía sonora. La fusión y jazz rock imprime carácter al corte en su parte central hasta minimizarlo al silencio entre efectos y susurros. Con momentos en el que el sonido casi desaparece, para resurgir en su parte final a modo de epílogo. Aquí los elementos progresivos se unen a esta fiesta de los sonido de fusión contemporánea.

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Reseña: CAUSA SUI.- ‘Szabodelico’

Parece que CAUSA SUI ha querido compensar la espera desde su ultimo EP ‘VIBRACIONES DORADAS’, hace 3 años. Si aquel trabajo nos pareció corto, ahora nos recompensan con un álbum doble con nombre evocador. ‘SZABODELICO’ es un guiño obvio al maestro húngaro GABOR SZABO. Toda una fusión de jazz, rock y sutil psicodelia que como me comentaba Jakob en la entrevista que le hice hace unos días, puede ser el álbum que más odiarán los stoners pero a la vez hay de resaltar, que es el álbum más espontaneo de la experimentada banda danesa y si quizás un espectro de su público pueda verse algo defraudado, habrá otro que por el contrario se sienta muy gratificado. Pintando con una amplia gama de colores cada tema, CAUSA SUI explora sonidos de variadas culturas y épocas sin ningún tipo de complejos. Huyendo de la sobreproducción, los temas se muestran con su virginidad intacta, llenos de una frescura y de una inocencia que es difícil que no te capture. Seductores, elegantes, experimentales, pero bellos y magnéticos. SZABODELICO’ es toda invitación para hacer un paréntesis en estos tiempos convulsos que vivimos y dejarnos llevar por las emociones que transmite. Una brisa suave que da un mayor protagonismo a las melodías en detrimento de los riffs pesados para elevarse hacia algodonados entornos celestiales. El cuarteto, si no lo había dejado claro previamente, aquí demuestra que su capacidad compositiva no tiene límites y que su creatividad puede conducirles a cualquier lado.

Busca un lugar acogedor, una agradable compañía, una botella de buen vino, y déjate llevar por este mar de sensaciones, «SZABODELICO pondrá la luz para llevarte por este placentero viaje sensorial del que no te arrepentirás.

A lo largo de sus 15 años de vida, CAUSA SUI siempre ha tratado de buscar nuevas direcciones, explorando el pasado y el presente de una manera única en cada paso de su progresión sutil: forjar nuevos caminos en un mapa existente. «SZABODELICO» se siente como descubrir una pequeña habitación debajo de las escaleras de su propia casa: familiar, pero nuevo y emocionante (en palabras de la propia banda).

Su última visión es una versión elegantemente dividida en zonas de sí mismo supone un giro hacia adentro. La banda enlazó una larga serie de sesiones en 2019 y principios de 2020 en su estudio en Odense, a menudo priorizando las primeras tomas lúdicas y las buenas vibraciones en lugar de perfección clínica.

Poco doblada y mezclada con un sabor natural y con cuerpo por Jonas Munk durante el verano de 2020, cada pista tiene su propia estética. No hay una ecuación simple para resumir las 13 partes individuales del álbum, pero como un todo crea una entidad que es tan completa como cada una de sus partes.

La respuesta, por supuesto, es: ‘SZABODELICO

CAUSA SUI son: Jakob Scott (batería), Jonas Munk (guitarra) Jess Khar (bajo) y Rasmus Elm Rasmusen (teclados). «SZABODELICO» está disponible vía El Paraiso Records.

‘Echoes of light’ abre con una atmósfera presidida por desarrollos atmosféricos y los tambores de Jakob desbocados. Profundos acordes de guitarra entre el caos impostado y los teclados envolviendo lo que aparentemente es una jam de poco más de dos minutos.

Tras el desconcierto inicial, el sonido típico de CAUSA SUI se manifiesta en ‘Gabor’s path’. Con aderezos exóticos el tema refleja lo que es la música de los daneses. Hechizantes momentos que nos trasladan a otro lugar alejado del mundanal ruido y del estrés cotidiano. 

‘Sole elettrico’ se deja llevar por vibraciones jazz, en una fusión en la que los ritmos insistentes luchan con los teclados en un frenesí sonoro que es apaciguado por la penetrante guitarra de Jonas. Momentos de pausa nos invitan a un paseo por un jardín del Edén sideral en un tema cristalino y que suena a gloria y en el que el trabajo a las cuatro cuerdas de Jess queda también patente.  

Delicados acordes van creando una relajada atmósfera psicodélica en ‘Under the spell’. Una elegante y bella armonía colorista nos seduce a través de la guitarra de Jonas en tonos surf. un tema placido que crea un acogedor ambiente con su repetición de acordes Bajo un manto algodonado el corte masajea al oyente con la repetición de sus acordes, para tornarse más psicodélico. Los tonos de melancolía se tornan coloristas y luminosos entre sus cristalinos sonidos.   En contraste con la gran mayoría de los temas, la batería se muestra mucho más contenida en un tema que opta por engrosarse con pesados sonidos Con una sucesión de efectos y teclados el corte cambia su vocación inicial para sumergirse en un ambiente más nebuloso y psicotrópico. Sus momentos intensos no llegan a alcanzar la pesadez de otros tiempos.  


Los ritmos se vuelven más vivaces en ‘Vibratione’ mientras la guitarra derrocha elegancia en un espacio de fusión sustentado en una armonía que se repite sin dejar de serpentear mostrando tonos casi jazz entre los efectos de los teclados y un ritmo pseudo-kraut. Poco a poco el tema crea un espiral sónica envolvente y precisa con ese vibrato constante. Aquí el legado de Szabo Gabor se presenta para aportar su sabiduría. Sin duda las influencias de CAUSA SUI son diversas y aquí no habría que descartar la influencia del maestro húngaro.

‘Laetitia’, en un entorno psico-progresivo y nebuloso, los sosegados desarrollos optan por permanecer en ese espacio de calma. Si bien ahora con un efecto de flauta construyen una banda sonora misteriosa y envolvente con cuidados pasajes que no elevan su sonido para crear un efecto narcótico y hechizante. Todo un bálsamo sensorial que cuida cada detalle y cada nota para ofrecer un relax ensoñador con un sonido elegante y seductor.


Como el resto del álbum, en ‘Szabodelico’ los daneses creas una banda sonora para una narrativa en la que los insondables espacios se describen bajo unos desarrollos que transmiten una paz salpicada de magnéticos ritmos y guitarras llenas que no pierden su elegancia. Ahora con una guitarra más ácida, sus solos se desarrollan ondulantes entre hipnóticos ritmos. Un sonido de difícil definición que va aumentando su potencial en una evolución a pasajes envolventes que acaban atrapándonos entre psicotrópicos solos que conjugan momentos aturdidores que construyen los pasajes más psicodélicos del álbum.

La sutileza y la distinción se reflejan en ‘Honeydew’. Bellos acordes de guitarra se complementan bajo los desarrollos de los teclados en un melancólico corte ambiental lleno de hermosura que supone un alivio para los sentidos. Apacibles ritmos complementan un tema suave y relajante que arrulla al oyente en un breve sueño mágico. Toda una brisa sensorial en la que las piezas encajan, esta vez con un mayor protagonismo del trabajo de Rasmus a los teclados siempre guiado por la brújula de los tambores de Jakob,

‘Lucient’s beat’ mantiene la calma entre hipnóticos ritmos y teclados que invitan al sosiego. Magnetismo y dinamismo en un perfecto equilibrio en una atmósfera aromatiza y psicodélica con ciertos elementos post-rock en un entorno idílico.

Embarcados en esa experimentación de sonidos ambientales ‘Premonitios’ explora insondables espacios de fusión compositiva creando un relato que describe paisajes vacíos con una armonía que se repite a lo largo de todo el tema que parece un breve interludio de gran hipnotismo.

Los tambores de Jakob, explotan entre calmados y pausados acordes de guitarra en ‘Rosso Di Sera bel Temp si sper’.  La reconocible guitarra de Jonas esparce acordes como el que riega un jardín floral custodiado por la inmensidad sideral. Un nuevo espacio para disfrutar de relajantes armonías alejadas de cualquier atisbo de pesadez bajo una cierta brisa latina acariciando las baquetas de Jakob y la delicadeza de la guitarra de Jonas, que se recrea en la misma melodía haciéndola oscilar de forma seductora.

Los daneses adelantaron ‘La jolla’ como primer single de un álbum diferente. Si bien el tema puede reflejar la faceta más calmada y ensoñadora de la banda, puede que sea uno de los temas en los que encontremos a los CAUSA SUI más reconocibles. Instalados en esos prados acolchados en los que la belleza aflora en cada acorde como tantas veces nos han ofrecido en sus anteriores entregas.

‘Mergin waters’ supone un cierre épico a cámara lenta para el que posiblemente sea el álbum más diferente y experimental de una banda a la que no se le puede cuestionar su calidad. Susurrante y relajado tema que fluye lentamente entre una neblina narcótica. Todo medido y sosegado en un tema aparente sencillo que es como un bálsamo relajante y magnético. Todo un regalo para los sentidos y para buscar la calma interior entre aromatizados pasajes que transmiten relax.  

Lee la entrevista en la que la banda cuenta todos los detalles aquí:

https://denpafuzz.wordpress.com/2020/11/11/entrevista-interview-causa-sui-jabok-y-jonas-nos-cuentan-todos-los-detalles-de-su-nuevo-album-szabodelico-all-details-about-the-new-albumespanol-ingles/

https://www.facebook.com/causasuiband

https://www.facebook.com/elparaisorecords

Reseña: ELLIS/MUNK ENSEMBLE.- «San Diego Sessions»

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Si unes a dos talentos llenos de virtuosismo como Jonas Munk (CAUSA SUI) a la guitarra y Brian Ellis (BRIAN ELLIS GROUP, ASTRA, PSICOMAGIA) a los teclados, y  les acompañas de una corte de músicos de lo más granado de la escena de San Diego como Dominic Denholm (bajo) (MONARCH) Thomas DiBenedetto (Batería / guitarra) (SACRI MONTI, MONARCH, ex-JOY) Anthony Meier (bajo, teclados) RADIO MOSCOW, SACRI MONTI), Dylan Donovan (guitarra) (SACRI MONTI, PHARLEE), Paul Marrone (batería) (RADIO MOSCOW, ASTRA, PSICOMAGIA, COSMIC WHEELS, BIRTH, BRIAN ELLIS GROUP) Andrew Ware (batería) (MONARCH), Trevor Mast (bajo)  (BIRTH, PSICOMAGIA, BRIAN ELLIS GROUP, ex-JOY), Conor Riley (teclados) (ASTRA, SILVER SUNSHINE, BIRTH), Andrew Velasco (percusión) (LOVE, THE CITY  & SPACE), Evan Wenskay (SACRI MONTI) y Kyre Wilcox (bajo) (TRUTH ON EARTH) dejándoles tocar con libertad en unas sesiones en la soleada California, la tormenta perfecta está servida. Una bacanal de ritmos con unos tambores atronadores entre una sangría psicotrópica de la guitarra y unas teclas vintage multicolor con elementos jazz y una cierta vocación espacial acompañan la orgía lisérgica que crean en cada tema. Temas que son como auténticos agujeros negros que acaban por atraparte en su interior y que son como un brebaje intoxicante que hace que durante cerca de una hora, nos olvidemos del mundo terrenal para embarcarnos en un viaje cósmico del que no querrás salir. Cortes exuberantes llenos de matices y sonidos  fluyendo libremente, sin ataduras, pero que acaban por conseguir que todo tenga sentido, y ahí está su mérito. 

Podríamos decir que estamos ante ese segundo álbum de PSICOMAGIA que tanto llevamos esperando. Al menos su contenido es el que yo me hubiera imaginado de esa segunda entrega que por ahora no ha llegado. La fé es lo último que se pierde.   

Si hay trabajos experimentales de estas características que su digestión no es del gusto de todos los públicos, en este álbum, ya seas fan de estos sonidos, o no, si lo pruebas,  acabarás completamente atrapado. Puede ser que teniendo en cuenta los antecedentes, cosas así solo pueden suceder en San Diego.  Con los roles bien definidos, Jonas nos ofrece una orgía psicodélica que es amortiguada por los teclados de Ellis, ofreciendo distintos aspectos, a veces espacial, otras progresivo, en muchas ocasiones jazz. Todo es válido y más si se hace de la forma en la que lo hacen estos talentosos músicos. Todo un brebaje embriagador de proporciones monumentales que nadie debería dejar pasar sin disfrutarlo.  

«SAN DIEGO SESSIONS» está disponible vía El Paraiso Records.

«The wedge» abre el álbum con los rebosantes tambores como preludio de una jam ácida en la que encontramos numerosos elementos progresivos. La libre creación en un tema psicodélico con un ritmo arrollador. Solos interminables entre teclados envolventes y efectos incesantes. Una bacanal de sonido que nos atrapa sin remisión en mundo en el que los psicotrópicos son el plato principal. Con una vocación avant-garde los teclados confluyen con los solos de Jonas en un viaje a los confines de la psicodelia más abrumadora. Con momentos casi espaciales, la travesía se convierte en tortuosa mientras los músicos lograr combinar pasajes mágicos con perturbadores momentos instrumentales. Toda una experimentación en la que los músicos parecen sentirse cómodos en esa orgía de instrumentos que por momentos parece anárquica pero que finalmente logra unir todas las piezas del puzzle con maestría. Un exuberante tema que fluye con brío pero cuidando los detalles.

En un escenario aparentemente más calmado, «Pauly’s Pentacles», también con once minutos supone un nuevo paseo por atmósferas psicodélicas. En esta ocasión más cercanos a postulados espaciales, la sangría de la guitarra de Jonas produce una hemorragia de pasajes de mágica psicodelia con un trasfondo más sosegado. Pura acidez si, pero a la vez amortiguada con las dosis vintage de las teclas de Brian.  Un espacio cósmico en el que los músicos se mueven con facilidad tomándose un respiro del frenesí del corte anterior.  Mucho más narcótico y hechizante, el tema deja espacio para el lucimiento de esa dupla maravillosa que componen Jonas y Brian. Inspìrados en momentos hendrixianos, van creando una serie de capas superpuestas que elevan la intensidad del tema. Una evolución que vuelve a sumergirse en esa poción mágica llena de alucinógenos para ofrecernos un tema lleno de una intensidad no reñida con la belleza. Si el tema anterior conseguía atraparnos entre sus fauces, aquí el efecto narcótico nos lleva a un estado flotante en el que nuestros sentidos son estimulados en cada acorde, en cada nota. sin dejar espacio para la pausa el tema fluye y evoluciona por esos insondables entornos nebulosos ubicados en un lugar indeterminado de la galaxia en el que la magia surge espontáneamente.  

«Munk’s dream», un título a priori muy evidente, nos hace presagiar un nuevo paseo por el lado más acolchado de la psicodelia. Con una cadencia rítmica algo más contenida, la guitarra de Jonas desprende belleza y magnetismo en cada nota, mientras Brian toma un papel secundario aunque fundamental para poner la guinda a ese ambiente de ensueño en el que se desarrolla el tema.

En «Electric saloon» se vislumbra un mayor peso de Ellis en la composición, aportando ese toque funk a la psicodelia florida. Con ornamentos jazz, el corte conjuga distintos estilos manteniendo sus genes psicotrópicos.   Aquí se percibe la influencia del sonido que lleva caracterizando a San Diego desde hace años. No en vano en el disco participa la flor y nata de la escena local, y eso, sin duda se hace sentir. Con la guitarra instalada en la psicodelia más vanguardista, y las teclas oscilando entre distintas vibraciones van tejiendo otro tema impactante y atrayente que nos sitúa en su parte final en los confines del universo entre una nueva bacanal de ritmos.   

Cada canción parece ser como un agujero negro que te atrapa para transmitirnos variadas sensaciones que lo alejan de la monotonía. 

«Bucket Drips» se sumerge más en una espacio jazz con complementos psicodélicos. susurrante y cauteloso, el tema va describiendo una atmósfera oscura e intrigante. Casi desde el silencio, despliegan sus virtudes en un escenario distinto al de los cortes anteriores. Jugando siempre con los sonidos en distintos estratos, aportan un tono vintage a los hechizantes acordes. Masajeando con cada nota, logran crear el sosiego y un estado sensorial de lo más gratificante. 

Alejándose aparentemente de la bacanal perturbadora, «Larry’s Jungle Juice» emerge con sosiego para ir convirtiendo su forma a una especie de free-jazz lisérgico que acaba por precipitarse en una nueva jam. La improvisación en estado va construyendo un hipnótico tema que va volviéndose más tormentoso a diferencia del sonido que le vió nacer. Por momentos, decantándose por el exotismo, extraños coros parecen presentarse como espectros momentáneos. Revolviéndose entre una nueva orgía de ritmos y solos en un ejercicio experimental de proporciones monumentales. 

«Stone Steps» cierra el álbum por un prado acolchado de psicodelia aromática con vocación cósmica. Sutiles pinceladas jazz se pintan en es cuadro caleidoscópico que van creando en esta nueva jam. elegantes momentos que contrastan con la virulencia de los tambores o la ambientación espacial. Por el lado más narcótico se van dejando llevar por ese viaje lisérgico con destino indeterminado. Dicen algunos que lo importante no es la meta, sino el camino. Pues aquí parece que siguen esa premisa, dedicándose a que cada nota, cada acorde, cada riff, sea único e irremplazable.  El final del tema me da razón, ya que acaba diluyéndose sin ningún final. ¿Será esto una puerta abierta a una nueva entrega?

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