Si en los últimos meses el volcán australiano psicodélico parecía dormitar, en las últimas semanas da muestras de una nueva erupción. ‘ECHOLAN’ es el nuevo movimiento tectónico de este estallido heavy-psych. Con este álbum compuesto por cuatro canciones y una larga improvisación de dieciocho minutos, FROZEN PLANET… 1969 regresan tras un largo periodo de ausencia con nuevas jams psicodélicas a semejanza de las que nos tienen acostumbrados. Sus improvisaciones instrumentales ponen más énfasis en las melodías sin perder el espíritu que siempre les ha caracterizado. Superponiendo los sonidos de sus instrumentos y con ciertos arreglos, consiguen que sus anárquicos devaneos lisérgicos se compacten mostrando unas canciones algo mas estructuradas. Siempre es un placer escuchar álbumes como este en el que nunca sabes cual será el camino que recorrerán sus pistas. Siempre agitando su brebaje psicodélico para encontrar la poción mágica perfecta para cualquier amante de la psicodelia mas ‘viajera’. Ritmos hipnóticos, solos endiablados y esa atmosfera envolvente de tonos vintage, componen esta nueva travesía a los confines de la psicodelia más espontánea. Disfruta del viaje que nos brinda este psicotrópico trio.
FROZEN PLANET…1969 son:
Paul Attard………6 cuerdas
Lachlan Paine….4 cuerdas
Frank Attard…….sin cuerdas
‘ECHOLAN’ está disponible vía Pepper Shaker Records
La frenética ‘The plants’ con sus escasos tres minutos gravita en un espacio vintage de rock setentero con un ritmo trepidante y contagioso que te arrollará entre golpes de har rock y pinceladas progresivas.
Sumiéndonos en un inquietante y misterioso pozo psicodélico ‘Setting The Scene For Time To Stand Still’ se va construyendo lentamente con una larga introducción antes de desatar su furia. Riffs diabólicos que actúan como ganchos para atrapar al oyente en su particular brebaje sonoro. Alternando la lentitud ocultista con lo endiablado del rock más vibrante,
‘Night moves’ llega cargada de tonos retro en una jam psicotrópica a las que nos tienen acostumbrados. Sus momentos espaciales contrastan y se complementan con la acidez de unos solos de guitarra que miran al pasado. Un ‘ida y vuelta’ que siempre acaba llevándonos a placenteros y estimulantes territorios sonoros.
Los acordes acústicos con acento folk aparecen en ‘Planet blanquet’ . Una pista suave con algunos elementos psicodélicos y la incorporación de la guitarra eléctrica aportando el contrapunto perfecto y una inclinación más exótica de su sonido.
El álbum cierra con la extensa ‘Echolan’. La pista con más de dieciocho minutos es un espacio perfecto para la improvisación lisérgica de los australianos. Impulsada por un ritmo hipnótico, los devaneos de la guitarra van dando forma a un corte con altas dosis de psicotrópicos. Aquí no hay paños calientes, solo el libre fluir de la interpretación con un resultado anárquico pero cohesionado a partes iguales. Momentos espaciales, un groovy dinámico y una espiral de solos ácidos bajo una atmósfera absolutamente lisérgica. A pesar de ( o gracias a..) su larga duración, la pista resulta fluida no haciéndose pesada ni tediosa ofreciendo un buen viaje psicodélico al oyente.


