Crónica.- ‘VOLCANO SESSIONS’

En un verano atípico en el que he visitado pequeños festivales alejados de lo convencional, y tras dos viajes a Alemania, en esta ocasión el destino era Francia, y más concretamente el volcán Montpeloux en el área de Auvergne. Allí lleva celebrándose desde hace varios años un evento único en un lugar idílico, VOLCANO SESSIONS. El cráter del volcán recibe un festival organizado por la asociación Black Owl. Una asociación cultural de la zona, que realiza con tesón y con unos medios limitados un evento muy particular. Lo primero que hay que aclarar es que para este festival no hay venta de entradas a la venta, sino que, para poder acceder al mismo, hay que hacerse socio de la asociación Black Owl, pagando una cuota anual que ronda los 40 euros, y que te da derecho a acceder al mismo. Condicionado por las restricciones de la pandemia, este año para poder acceder al mismo era necesario acreditar una prueba negativa de Covid o la pauta completa de vacunación, algo que la organización siguió con rigor. Lo primero que llama la atención es el lugar en el que está enclavado, una zona montañosa que ya desde varios kilómetros antes, te enamora por su belleza sin igual. Al llegar el recinto me encuentro con gente de la organización dando los últimos retoques a la infraestructura de la entrada. Allí un puesto de merchan y una barra de bar aprovisionaban al público con comida local como el sabroso queso Saint-Nectaire y Le pâté de patates, un hojaldre típico relleno de patata cocida y crema de queso que era toda una delicia. A escasos metros de la entrada se encontraba habilitada la zona de acampada, así como el aparcamiento. Algo fundamental ya que las poblaciones cercanas se encuentran a varios kilómetros del lugar y no cuentan con alojamientos a una distancia razonable. Con un predominio de público joven, dicho lugar se llenaba de tiendas de campaña con gente ávida de vivir de nuevo un festival. En ese ambiente de camaradería típico de cualquier pequeño festival el ambiente festivo se palpaba. El escenario situado sobre el lago que cubre el cráter del volcán y una pequeña grada era el mágico entorno en el que íbamos a vivir un fin de semana para el recuerdo. La organización había programado en la zona de acampada un jam sesión en la que en la jornada del sábado, durante unas horas cualquiera podía tocar su instrumento favorito. Este tipo de iniciativas es algo siempre de agradecer, ya que fomenta la interacción de los músicos y de la gente, que sentada en la hierba disfrutaba de las jams que durante varias horas allí se produjeron. También en la zona de la entrada al recinto había situado un edificio con baños y zona de aseo. Si es cierto que eché en falta una zona de duchas, pero teniendo en cuenta lo rustico del lugar, puede ser comprensible su ausencia. Estamos ante un festival con pocos medios y que no cuenta con una gran infraestructura, pero que a la postre cumple su objetivo haciendo las delicias de todo el que lo visita, tanto por el ambiente como por su impresionante ubicación. Algo que me llamó la atención es que cada banda llevaba su propio equipo, lo que hacia que los cambios entre banda y banda se hacían excesivamente largos. En cuanto al sonido, en un lugar así, difícilmente algo podía sonar mal, ya que la acústica del cráter hacía que aquel lugar pareciese un anfiteatro, con una acústica envidiable. En cuanto a la iluminación del escenario, si eché en falta que con el telón de fondo que había con el cráter del volcán, aquello no se explotara mejor, ya que podría ser un lugar perfecto para algunas proyecciones, ya que la iluminación nocturna, con unos cuantos focos era escasa. En cualquier caso, lo importante es la música, pero sin duda, el enclave es para sacarle un mayor partido con la ambientación del escenario. Sin duda, el festival es un lugar que recomiendo a cualquiera que quiera vivir la música en un entorno maravilloso y alejado de los convencionalismos, lo que le hace un evento único, y que nadie debería perderse. En la presente edición el festival se desarrolló en dos jornadas en las cuales actuaron mayoritariamente bandas francesas, ya que la situación actual de la pandemia impide a bandas de fuera poder programar un tour que les haga llegar allí. Un programa en que el tenían cabida el Stoner, la psicodelia, el hard.rock, el blues, el doom y demás géneros afines de la mano de RED CLOUD, LITTLE JIMI, MARS RED SKY, ASHINOA, SUPER CANDY, WORMSAND, MAD FOXES, DIJIIN, MOUNDRAG y los barceloneses CACHEMIRA. Diez bandas con las que disfrutamos las aproximadamente 200 almas privilegiadas en este fantástico fin de semana que siempre va a quedar en mi memoria. Desde DenpaFuzz quería destacar las facilidades dadas desde la organización para poder documentaros el mismo, y darles las gracias por hacer que festivales así puedan alegrar la vida de la gente.

Los parisinos RED CLOUD eran los encargados de abrir la 6ª edición del festival francés VOLCANO SESSIONS. El paradisiaco lugar recibía la embestida del rock clásico de los parisinos en la tarde de la primera jornada. Ante un público ávido de música en directo, el quinteto encendía la mecha con las gradas todavía sin llenar. Una banda solvente que poco a poco fue calentando con su show las cenizas del volcán como preludio de la erupción que nos esperaba más adelante… Comandados por la sensualidad de su cantante, la banda nos ofrecía un show que fue de menos a mas entre riffs asesinos y momentos retro. Como si la banda se hubiera asentado tras interpretar sus primeros temas en la parte final de show dejaron patente todo su potencial. La banda contó con la colaboración a los teclados de Laura, guitarra de FUZZY GRASS.

En el día que publicaban su Lp ‘The Cantos’, (disponible vía Mrs Red Sound), el trio de Bordeaux se presentaba en directo. Muchas eran las ganas que tenía de ver como serían capaces de desarrollar esos temas en vivo, y sin duda, LITTLE JIMI no me defraudaron. Si con la apertura del festival por parte de RED CLOUD la temperatura del volcán había subido, con ellos, la erupción se produjo. Con un espectáculo lleno de fuerza consiguieron crean verdaderos muros de sonido gracias a dos guitarras salvajes y explosivas. Psicodélicos y fuertemente influenciados por el sonido de los 60’s la banda no renegaba de la pesadez stoner en alguna de sus canciones. Los momentos más psicotrópicos eran resueltos con la solvencia de una banda asentada y madura. Convirtiéndose en una de las bandas triunfadoras del festival incendiaron la noche en una actuación sobresaliente y ardiente.

Tras el aluvión de sus pupilos LITTLE JIMI, MARS RED SKY iniciaban su actuación con la noche veraniega cubriendo el lago del volcán. Meticulosos en sus preparativos el trio tiene claro a lo que lo juega. En esta ocasión el sonido de la banda se inclinaba más a su faceta doom, en detrimento de los viajes espaciales a los que nos tienen acostumbrados. Pesados, contundentes y oscuros, su show estuvo presidido por el color rojo, algo que no me sorprende ya que en el resto de las actuaciones que los he visto en vivo, este color marciano ha presidido sus shows. Algo menos acertados de lo habitual en sus registros vocales, los largos desarrollos de la banda impactaban en los corazones de los presentes. Una audiencia entregada a la descarga pesada que hacía que las aguas del lago del cráter volcán se estremecieran ante la monumentalidad de sus riffs. Su solvencia está a prueba de toda duda, pero aquí me quede un poco con ganas de más, MARS RED SKY es una banda que me apasiona y que tiene una calidad a prueba de cualquier duda, pero que en el volcán pudo ofrecer algo más, porque talento les sobra. No obstante, el trio brilló con luz propia conquistando a una audiencia que a esas horas estaba completamente entregada a la causa de los de Marte. Asimismo, MARS RED SKY, como sucedió durante otras actuaciones, contaron con la presencia del guitarra de LITTLE JIMI para interpretar un tema junto a ellos, algo que siempre es de agradecer por parte del público.  

Cerrando la primera jornada del festival ASHINOA dejaron patente toda su calidad con su ecléctica apuesta sonora en la que caben los ritmos kraut, la psicodelia y el rock espacial de la vieja escuela. En una actuación en la que sus hipnóticos ritmos iban mutando con momentos en los que se dejaban llevar por la experimentación con una solvencia a prueba de bombas. Todo un crisol de sonidos psicotrópicos que constantemente ofrecían un aliciente a un público que en el cierre de la jornada se encontraba eufórico. Pogos y bailes constantes acompañaban una actuación sobresaliente. Los de Lyon despertaron mi curiosidad y corroboraron las altas expectativas sobre lo que podían ser capaces de ofrecer en directo. Una de las bandas más destacadas de la 6º edición del festival. Tras ellos, solo quedaba ir a descansar para la siguiente jornada, aunque la noche todavía fue larga en la zona de acampada donde las pequeñas fiestas se sucedían, algo habitual en cualquier festival.

SUPER CANDY abrían la jornada del sábado con su heavy-blues sustentado en riff stoner. Una perfecta banda para empezar a calentar una jornada que nos depararía emociones fuertes. La banda comenzaba su show en una calurosa tarde mostrándonos todo su potencial. No es una banda que haga nada nuevo, pero con una correcta actuación sellaba su paso por la 6ª edición de VOLCANO SESSIONS dejando un agradable sabor de boca. Rebosantes de energía, el trio golpea nuestras cabezas con solos hirientes y un sonido pesado en el que el blues jugaba un importante papel.

WORMSAND, El trio de Menton hizo temblar las entrañas de la tierra con una actuación salvaje en la que la psicodelia, el sludge y los riffs stoner-doom dejaban un rastro de desolación. Los cambios constantes en la intensidad de su sonido hacían que el público explotara en una deflagración a prueba de esguinces cervicales. Psicotrópicos por momentos, los momentos más pesados y salvajes inundaban el cráter del volcán. El derroche de fuerza del trio se reflejaba en sus constantes careras y saltos por el escenario, algo, que indudablemente era contagiado a un público sorprendido y maravillado a partes iguales. Desde los desgarradores momentos en los que las voces guturales parecían quebrar la garganta de su cantante, hasta los pasajes más narcóticos la banda dejaba patente que lo que mostraron en su álbum ‘Shapeless Mass’, no era obra de la casualidad. Uno de los shows más ardientes de la jornada que dejó al personal exhausto con esa combinación de doom, metal, sludge y psicodelia tan particular como certera. Sin duda los tres miembros de WORMSAND pueden ser incluidos en la lista de armas de destrucción masiva tras su paso por el volcán.

No era fácil salir al escenario después del tsunami que habían provocado WORMSAND, pero MAD FOXES, el trio de Nantes lo hacían mostrando una propuesta sonora algo alejada de lo que habíamos vivido anteriormente. Temas que gravitaban en la órbita del post-punk, con alguna incursión psicodélica (momento en los que más brillaron) y determinadas voces grunge completaban un show irregular en el que se vieron algunas pinceladas, pero que en general no consiguió conectar con el personal tal y como lo habían hecho las bandas precedentes.

La caída de la noche daba la bienvenida a una de las bandas que más ganas tenía de ver. DJIIN ofrecía una actuación intensa y memorable en la que los sonidos de los 70’s flotaban en el ambiente. Combinando con destreza su chamánica propuesta sonora, la banda se dejaba llevar por los designios de la psicodelia más aromática en contraste con momentos en los que la intensidad psicotrópica se apoderaba de la banda para sumirnos en una bacanal impactante. Cambiando su registro en cada tema, e incluso dentro de los mismos, dejaban patente que son una banda a tener muy en cuenta. Durante su actuación el mágico sonido del arpa nos seducía entre voces etéreas que se balanceaban entre solos asesinos que dejaban patente que no son una banda blanda. Con un repertorio en el que las canciones de su próximo álbum se vestían de largo en un entorno inmejorable, DJIIN se metía al público en el bolsillo con la solvencia de unos auténticos veteranos. A la postre se convertirían en una de las bandas destacadas de todo el fin de semana, porque calidad, les sobra.

Bien entrada la noche, MOUNDRAG, el poco convencional dúo procedente de Rennes era el encargado de que la fiesta estallara en el volcán. Su sonido de puro hard-rock 70’s contagiaba a la concurrencia sus vibraciones vintage. ¿Una banda sin bajo y sin guitarra? Cualquiera respondería que es una locura, y la realidad es que lo fue. Toda una locura de ritmos contagiosos salidos de ese órgano vintage y de una batería que hacía las veces de bajo. Su sonido no requería de mas ya que estos tipos se las saben manejar a la perfección para que la ausencia de esos dos instrumentos fundamentales en cualquier banda, aquí no se les eche en falta. El poderoso sonido del órgano y una actitud inquebrantable de sus dos miembros, intercambiandose las voces ponía al auditorio patas arriba. Episodios de crowd-surfing y con la gente amontonada junto al escenario hacía que la noche se convirtiera en una fiesta de rock a la vieja usanza. Sabiendo jugar con las voces y los tiempos, MOUNDRAG sonaba por momentos a DEEP PURPLE, para cambiar el registro en la siguiente canción y hacer guiños a YES, o recordarnos incluso a RARE EARTH. Todo el espectro del hard-rock, el rock progresivo de los 70’s y la psicodelia, era recorrido con solvencia por un dúo ardiente que sabía contagiar su estado de ánimo a los presentes. Durante su actuación, contaron con la presencia de Claudia, bajista de CACHEMIRA, y de Tom, guitarra de DJIIN para dar todavía más brío a alguna de sus canciones. Sin duda, toda una sorpresa que nos hace olvidar los complejos, ya que a veces, un simple dúo es capaz de conquistar a todo un auditorio. ¡¡¡Soberbios!!!

El festival se acababa y los barceloneses CACHEMIRA eran los encargados de poner el cierre a esta maravillosa 6ª edición de VOLCANO SESSIONS con el mismo tono festivo que había presidido toda la jornada. Con tan solo un show en su haber desde el regreso con la incorporación de Claudia al bajo y las voces, la ocasión era una magnífica oportunidad para calibrar como había afectado este cambio a la banda. Fieles a su sonido acido heredero de finales de los 60’s y primeros 70’s, los solos asesinos de Gastón seguían clavándose en nuestros corazones, mientras que el aporte de Claudia al bajo daba un sonido más contundente y pesado a la banda. Por otro lado, el registro vocal de ésta nos trasladaba al verano del amor, con vibrantes y desgarrados momentos. Con una indumentaria apropiada para la ocasión, los colores de sus atuendos servían de perfecta puesta en escena para su sonido colorista, psicodélico y blusero. La banda se decantaba por ofrecer un repertorio mayormente compuesto por nuevas canciones que eran ejecutadas con ese espíritu de jam con el que la banda nació. Para poner el broche final a la velada, el teclista de MOUNDRAG se incorpora al trio para acentuar su sonido retro y una bacanal sónica que fue recibida con jolgorio por el personal desatado y festivo. Con el fin de show se ponía el broche de oro a un magnífico fin de semana en el que la música, para muchos volvía a la normalidad con un festival tras mucho tiempo de sequía.

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