Reseña. MISLEADING.- ‘Missing’

‘MISSING’, el segundo álbum del cuarteto portugués MISLEADING, es un intoxicante ejercicio de como ejecutar la psicodelia pesada a través de interminables riffs rebosantes de acidez,  creados en tormentosos espacios humeantes bajo un formato de jam. Con ocho impactantes canciones que se desarrollan en atmósferas impregnadas de sustancias psicotrópicas, expulses sus demonios interiores transmitiendo al oyente un aturdidor entorno sonoro. Sustentados en unos atronadores y diabólicos tambores, la guitarra se erige como protagonista siguiendo la senda que bandas como EARTHLESS abrieron años atrás. Mas oscuros y pesados, sus temas se precipitan por oscuras simas tenebrosas transmitiendo al oyente inquietantes sensaciones. Con una cierta inclinación psycho-doom, sus tóxicas canciones consiguen atrapar al oyente en un viscoso agujero negro del que resulta imposible huir. Sus largos desarrollos instrumentales parecen nacidos de inquietantes arenas movedizas, pero estos hechiceros de la alquimia psicodélica, saben como crear su particular pócima, para que cualquiera que se aventure en la escucha del álbum, resulte sumamente gratificado. MISLEADING, usa con sutileza los pasajes calmados en alguno de sus temas, pero la efervescencia de los mismos, hace que su siniestra bacanal psicotrópica, resulte altamente gratificante para los mas fervientes seguidores del género heavy-psych.

‘MISSING’ estará disponible en formato físico vía LSDR Records el próximo mes de abril.

Ritmos kraut con fuertes tambores y solos ácidos y punzantes van dando forma a ‘Whirldwinded’. Heavy-psych modernista con efectos espaciales, solos infinitos y un aura cósmica en una espiral sónica vertiginosa y alocada. Una jam salvaje en la que la guitarra se desgañita en pasajes imposibles custodiados por una solvente e hipnótica línea de bajo. Todo un frenesí que nunca sabes donde nos va a llevar.

Oscuro e inquietante, Some grave in time’ gravita entre efectos y distorsiones y un bajo grueso que construye una narrativa intrigante y cinematográfica. Rock espacial y psicodelia pesada unidos en un relato tenebroso y completamente psicotrópico. El tema mantiene la estructura de jam que ya se vislumbraba en el corte de apertura. Toda una huida hacia adelante con un carácter futurista aportado por locuciones mecánicas.

‘Convoluted psych zapped psyched’ nos sume en un espacio oscuro y tenebroso con sus locuciones iniciales. Con tonos ocultistas el corte se desboca guiado por repetitivos riffs creando una atmósfera turbia y densa. Aquí la guitarra se desangra en solos interminables que revolotean como espectros en el lúgubre y aturdidor entorno en el que se desarrolla el corte.

Sin salir de la profunda sima, ‘Suspend consciousness to…’ baja la intensidad con una cadente y misteriosa línea de bajo en su apertura. Casi susurrante, la canción reposa en silenciosos pasajes con gran magnetismo. Solo la parte final tiende a elevarse con unos tambores rituales y efectos envolventes a modo de introducción del corte siguiente. 

Tomando el testigo donde lo dejó el corte anterior ‘Steer through’ se sumerge en una caverna psycho-doom que va tornándose mas psicotrópica, el verdadero espíritu de la banda aparece con guitarras afiladas que se retuercen una y otra vez entre multitud de efectos lisérgicos. Las insondables simas del averno parecen reflejarse a través de sus inquietantes pasajes instrumentales.  

‘Death by sunflower’ recupera un aroma retro con sus perturbadores riffs rebosantes de acidez. Los vigorosos tambores acompañan esta nueva jam en su búsqueda de la luz. Los portugueses lo vuelven a hacer, dejándose llevar por una nueva bacanal de sonidos psicotrópicos con un carácter aturdidor.

Erigiéndose en el tema más largo del álbum, en los doce minutos de duración, ‘Concise notation of sound’ es todo un espacio parala experimentación en un mundo lleno vibraciones lisérgicas. Nebulosos desarrollos atmosféricos acogen los devaneos de una guitarra que no cesa en su intento por impregnarnos de aturdidores y narcóticos pasajes instrumentales. Sumiendo en un mundo paralelo los portugueses ofrecen su mejor versión entre contundentes y psicotrópicas sacudidas heavy-psych. Con una ruidosa base rítmica, MISLEADING crean un alucinante mundo sensorial para deleite de los amantes de la psicodelia más perturbadora. Impredecibles en su transitar, la intensidad con la que se desarrolla la jam consigue dejarnos exhaustos. Estos hechiceros saben cómo cocinar su pócima mágica para que el deguste de la misma sea completamente satisfactorio. 

‘Grruggruu’ pone el epílogo a este alocado e irreverente álbum de psicodelia pesada mostrando toda la pesadez de la banda. Aturdidor, hipnótico y lleno de fuerza, el corte se muestra inquietante.

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Reseña: PURPLE DAWN.- ‘Peace & Doom Session Vol. II’

Manteniendo la esencia de su primer álbum, ‘PEACE & DOOM SESSIONS VOL. II’ es un trabajo equilibrado en el que los ecos del stoner-doom contemporáneo habitan entre narcóticos pasajes heavy-psych que miran de reojo al legado de los 70’s. Con devoción en el sonido de bandas como Pentagram, Sabbath o incluso Led Zeppelin, sus ganchos de hard-rock primitivo se desarrollan en chamánicos espacios desérticos. Una fascinante combinación que funciona a la perfección y que el trio de Colonia también bebe de la fuente de bandas contemporáneas como MastodonWindhand. Con sumo desparpajo la ruda voz de su bajista y cantante Patrick Rose sabe destilar las influencias del heavy-blues con los primitivos hard-rock de la década dorada. Toda una montaña rusa de sensaciones y ritmos, en canciones que siempre te ofrecen una salida para escapar de la monotonía y que difieren unas de otras. Habiendo sido grabado en vivo en su sala de ensayo, ‘PEACE & DOOM SESSIONS VOL. II’ nos ofrece una caraA, más cruda y virulenta, en contraste con la cara B, (grabada en el estudio), donde las canciones se muestran más pulida sin que esto signifique que PURPLE DAWN renuncie a su fuerza. Riffs masivos, voces poderosas y una atmósfera lisérgica muy propia, abren un circulo con la canción de apertura de ‘Bonganchamun’, que cierran con el tema ‘Bonganchamun part 2’. De esta forma consiguen un ‘todo’ cohesionado y creíble, dejando en su parte central espacio para cinco canciones intermedias en las que relatan rituales nómadas en el desierto, hasta la opresión de las profundidades del mar: la revolución, las mentes equivocadas y la maldad intrínseca de los seres humanos. Un notable álbum que sabe recrear momentos de proto-doom, con psicodelia pesada y altas dosis de energía hard-rock de la vieja escuela.

PURPLE DAWN son:
Timo Fritz: guitarras
Patrick Rose: bajo y voz
Florian Geiling: batería



Todas las canciones escritas e interpretadas por PURPLE DAWN. Grabado en vivo por Goldie en dialogstudios. Mezclado por Timo Fritz en Peace & Estudios Doom. Masterizado por Thomas Ölscher en Railroad Tracks Studios.

El álbum abre con los cadentes ritmos hard de vocación 70’s de ‘Bonganchamun’. De inmediato el sonido se despeña por un torrente doom arropado por atmosféricos pasajes psicodélicos. Riffs duros y contundentes golpean al oyente en este aturdidor espacio en el que la psicodelia aromatizada reuma narcóticas fragancias que contrastan con las aristas de sus pesados riffs. Un sonido difuso con aroma a los pioneros del proto-doom que se diluye lentamente en la inmensidad.

El crujiente bajo de apertura de ‘100 years a day’ se acompaña de rudas voces Stoner-doom con un carácter vigoroso. Una estructura de heavy-metal contrasta con un precipicio doom y las pinceladas de psicodelia. Un lento pero plomizo transitar por una senda tortuosa impulsada por el fuzz y voces más propias del heavy-rock de los 80’s. Atractivas melodías lisérgicas colorean un corte sólido que no duda en contonearse seductor en alguno de sus pasajes, hasta tornarse ácido y penetrante.

‘Old Fashioned Black Madness’ escarba en el legado de los 70’s para desarrollar sus riffs masivos entre voces conmovedoras. Avanzando a trompicones, los riffs parecen atascarse en un turbulento transitar que sortea los meandros del camino. Los solos hirientes aparecen sin que su base rítmica baje el pistón ni un solo instante. La quebrada voz adopta elementos de heavy-blues con un nítido sabor a los primitivos sonidos del siglo pasado. Un sonido crujiente y pesado que se vuelve monumental gracias a los monolíticos riffs presentes en todo el álbum. Todo un reto para las cervicales de un oyente, al que le será difícil no sucumbir a la magnética y pesada apuesta sonora.

Seduciéndonos con un groovy contagioso ‘Power to the people’ toma elementos de blues para crear un relato arenoso lleno de fuerza. Los constantes cambios de intensidad hacen que la canción funcione sin problemas, tanto en sus momentos más suaves, como en sus deflagraciones pesadas. Toda una montaña rusa de emociones con la que consiguen atraparnos en su particular neblina de fuzz intoxicante y narcótico. Aún así, el tema tiene momentos de fuerza y vibrantes ritmos contagiosos.

‘The moon song’ baja la intensidad para explorar un bosque humeante en el que la psicodelia envuelve todo. Cadentes acordes de la dupla de bajo y guitarra muestran su cara más amable del trío, para ir construyendo el tema más largo de todo el álbum. Cerca de diez hechizantes minutos heavy-psych que se adornan con magnéticas vibraciones desérticas y un sabor a rock clásico. Sus recurrentes armonías transitan por un espacio 70’s lleno de atractivo. Melodioso por momentos, los conmovedores registros vocales oscilan entre un espacio de calma y la virulencia de un sonido empapado de fuzz narcótico. Pincelas de heavy rock y un ritmo implacable hacen que la canción se muestre esplendorosa. Todo un peregrinar entre picos escarpados y acolchados prados con los que consiguen sumirnos en un reconfortante espacio sonoro lleno de magia. La parte central del tema se recrea en chamánicos pasajes rituales en los que los ecos del desierto nos envuelven en un gratificante trance. La parte final eleva el sonido de los alemanes hasta llevarnos a fascinantes entornos desert-rock con esas hordas de fuzz que tan bien saben manejar estos tipos.

El ritual de reverberaciones pesadas continúa con ‘Death To A Dying World’. Un corte vigoroso y fornido que golpea con fuerza la capacidad neuronal del oyente con una explosiva mezcla de psicodelia pesada y stoner-doom, heredero de Sabbath. Tras los intensos tres minutos iniciales, la canción reposa en plácidos y mágicos desarrollos heavy-psych en los que la guitarra brilla con luz propia ofreciéndonos solos llenos de encanto. El trabajo del magnético bajo en un segundo plano, da brillo a un corte que acaba encabritándose con una bacanal de solos ácidos que reafirman el amor de estos chicos por la psicodelia pesada de vocación 70’s. Siempre ofreciendo una salida a sus atascos, la banda se desmelena en turbios pasajes Stoner-doom sin salirse de su contundente apuesta psicodélica.

La banda cierra el círculo con la segunda parte de su tema de apertura. ‘Bonganchamun Part II’ ofrece un sonido difuso, contundente y a la vez psicotrópico en el que los golpes de doom de manual, socaban nuestra resistencia neuronal. Con la suficiente destreza como no caer en convencionalismos, las aristas sin pulir de sus riffs, golpean una y otra vez.

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Reseña: KING BASTARD.- ‘It Came From the Void’

La joven banda canadiense KING BASTARD, nos invita a una verdadera experiencia sinestésica, con su álbum debut ‘IT CAME FROM THE VOID’. Un viaje de un grupo de colonos cósmicos, que parte en la Tierra agonizante y asciende al cosmos, trayendo visiones de desastre y fracaso humano. Combinando imágenes de terror de ciencia ficción con un sonido de doom moderno que incorpora sintetizadores, percusiones, saxofón, violines chirriantes, el trio te arrastra su propia dimensión, aplastando tu cráneo con pasajes trippy de psicodelia pesada y Stoner-doom. Una apuesta mas, que ensancha las fronteras de la música pesada para impregnarla de un brebaje sonoro creado a base de sustancias psicotrópicas. Un álbum con sonidos expansivos que lograr abrir la mente del oyente a una experiencia en la que los guiños a la ciencia ficción de los 70’s, se traducen en locuciones cinematográficas de un claro acento vintage. Una travesía cósmica que nos sume en un trance sensorial en el que KING BASTARD despliegan toda su maestría, para zarandearnos a su antojo con pesados riffs, y a la vez narcotizarnos con su intensa psicodelia. Uno de los mayores avales del álbum, es precisamente esa gran habilidad para cambiar el signo de unas canciones ricas en texturas y que serpentean por distintos escenarios sonoros, sin que nos demos cuenta de donde giró el camino. Si bien, hay muchos elementos habituales en este tipo de propuestas, ‘IT CAME FROM THE VOID’ tiene una ejecución lo suficientemente atractiva, como para sorprender al oyente sin caer en la monotonía. 

Solo tomó un fatídico momento de 2018 en la Universidad de Stony Brook para hacer que los planetas se alinearan y la pasión de Izzy Guido (sintetizador), Arthur Erb (bajo) y Mike Verni (guitarra) se uniera para crear la bestia intrépida y gigantesca que pronto sería conocido como KING BASTARD. Si bien su baterista inicial no pudo hacer frente a la fuerza aplastante de la convergencia cósmica del trío, la llegada del baterista Matt Ryan detrás del kit finalizó el sellado de su juramento sónico. 

Después de una serie de cintas de, el cuarteto se trasladó a Menegroth, el estudio de Thousand Caves en Queens, Nueva York, para grabar su primer larga duración ‘It Came from the Void’ con el legendario Colin Marston, una colaboración que fue alentada con benevolencia por El tío de Mike, Darren Verni de Unearthly Trance. Las seis pistas se grabaron en vivo en un fin de semana, ya que KING BASTARD sabía exactamente dónde querían llevar su sonido: una fusión de riffs doom tradicionales con jams psicodélicos experimentales. El año siguiente se dedicó a perfeccionar los detalles más pequeños, desde rastrear sintetizadores y pistas de guitarra, hasta agregar percusiones, saxofón, violín y viola, agregando esa vibra sobrenatural que hace que su música se destaque del resto. ‘IT COME FROM THE VOID’ fue grabado, mezclado y masterizado por Colin Marston (Gorguts, Krallice) en el estudio Thousand Caves en Queens, NY. 

KING BASTARD son: Mike Verni (Guitarra), Isabel Guido (Sintetizador, saxofón, voz), Arthur Erb (bajo), Matt Ryan (Batería y percusión adicional 

Desde los siete minutos de la canción de apertura, ‘From hell to horizon’, se puede percibir que estamos ante un álbum que no se pone ningún límite a su estilo. Una introducción casi espacial nos lleva a una cuenta atrás en la que KING BASTARD, dejan patente toda su fuerza. Monstruosos riffs Stoner-doom de manual van socavando nuestras neuronas para sumirnos en un estado de agradable narcolepsia. Una vez ahí, descargan todo su arsenal de psicotrópicos en una atmósfera calmada y nebulosa. Gratificantes acordes que se ejecutan con lentitud y que poco a poco van sumiendo al oyente en un trance comandado por magnéticas vibraciones heavy-psych. El poderoso y cálido bajo despliega su poder hipnótico entre briosos tambores y una guitarra ácida. El corte cierra por con una conjunción de elementos pesados y psicodélicos.

 ‘It Came From The Void’ avanza parsimonioso por plomizos riffs crujientes y un ritmo cansino y cadencioso. Creando un escenario en el que emanaciones psicotrópicas impregnan el ambiente, el tema oscila con golpes de fuerza en su paseo narcótico.  Casi a modo de jam, los instrumentos juegan unos con otros, invitándose a este aquelarre de fuzz arenoso y dietilamida que acaba con pasajes de jazz y locuciones, que dan un punto de originalidad a un tema sólido. 

Es difícil no encontrar referencias Sabbathicas en un álbum de estas características, y ‘Pyshosis in a vacum)’, me confirma esta afirmación. Oscuro y tenebroso el tema se despeña en una terrorífica caverna en la que voces guturales arrastran el tema a golpes de sludge. Una sima en la que el doom de manual respira entre contaminadas atmósferas lisérgicas mas propias de un inframundo.

‘Bury the survivors, Ashes to ashes’ nos trae esos riffs rompe cuello que provocan ese estado catártico al amante de los riffs pesados emanados del fuzz. Con una dualidad entre la calma y la contundencia, la canción explorar insondables espacios de pura psicodelia. Lo cierto es que los canadienses hacen oscilar sus canciones con una destreza que hace que la transición pase desapercibida en su escucha.  Lo que parecía una canción proto-doom en su comienzo, acaba convirtiéndose en uno de los temas más psicodélicos del álbum. De nuevo, extrañas locuciones cinematográficas aportan un tono vintage y cósmico al corte.

Con ese familiar sonido de bajo que parece que se va a quebrar, echa a andar ‘Black hole viscera’ otro corte que fusiona elementos de doom tenebrista con cegadores pasajes de psicodelia arenosa.  De nuevo, es de destacar el gran trabajo de su bajista para encauzar el tema a una nueva sima. En la parte central, la guitarra se desdobla en distintos sonidos creando la atmósfera perfecta para este inquietante tema.

‘Sucumb to the void’ pone el broche al álbum por una senda similar a la del resto de canciones. Diez minutos de hipnóticos sonidos de bajo que ponen a prueba nuestra capacidad neuronal, y serpenteantes pasajes de psicodelia narcótica y turbia, guiada por ritmos pesados.  Todo parecía que transcurría cumpliendo el guion, pero no, KING BASTARD da una vuelta de tuerca más, y nos introduce en una atmósfera drone y noise, en la que los efectos se suceden con un tono cósmico.

King Bastard

Reseña: SPACE COKE.- ‘Lunacy’

Un álbum diferente, extraño por momentos, pero que también contiene ingeniosos momentos en los que todo te parecerá muy familiar. Fuertes riffs Stoner se encuentran en una encrucijada en la que los oscuros sonidos proto-doom de los 70’s se fusionan con un espíritu Zappa entre atmósferas netamente psicodélicas más propias de Hawkwind. Con el legado de Sabbath muy presente, pero con el suficiente descaro como para darle a vuelta a todo, consiguen su particular poción mágica. Porque lo cierto es que las canciones funcionan, a base de ganchos retro o de golpes de fuzz, siempre logran conectar con el oyente. Con ello consiguen un sonido pesado, turbio, pero sumamente atractivo. Una de las cosas que mas me ha llamado la atención es el juego que SPACE COKE dan a los registros vocales. Ecualizados, duales, pero siempre ofreciendo algo diferente en esta travesía a lo desconocido. ‘LUNACY’ es un viaje a un inframundo en el que la locura de la humanidad aparece reflejada en unos surcos turbios y pesados, impregnados de vibraciones vintage. Y recuerda…. si el amplificador no hecha humo, no es SPACE COKE.

Formados en 2009 y con dos álbumes previos, SPACE COKE son: Reno Gooch (guitarra y voz), Jay Matheson, (ingeniero de grabación y bajo), Brandon Johnson (batería), Moses Andrews III (órgano y teclas). Disponible vía Forbidden Place Records.

Abriendo el álbum con unos oscuros riffs difusos, ‘Bride of Satan’ se sumerge en las oscuras aguas del proto-metal de los 70’s. Una estructura heavy-rock con elementos de fuzz y un órgano vintage van llevándonos a los dominios de Sabbath. Con las voces ecualizadas consiguen dotar a la canción de un aura chamánica en su psicodélico peregrinar. Un corte sencillo basado en un riff, que oscila levemente sobre distintas armonías para acabar en un bosque impregnado de psicotrópicos. En el tema destaca el buen trabajo de su bajista, guiando los devaneos de una guitarra borrosa y distorsionada.

En un escenario fangoso y humeante ‘Alice Lilitu’ abre con locuciones y un perenne zumbido. Un carácter indómito con un turbio sonido añejo y un ambiente cargado y penetrante. ¡El hipnotismo de ese bajo es sencillamente diabólico! Doce minutos de exploración heavy-psych con muchos elementos de los sonidos mas pesados de los 70’s en una conjunción se sonidos cavernarios. Voces robotizadas aportan el tono underground de un corte que navega con destreza en aguas oscuras y turbulentas. Algunos riffs chirriantes, aceleran su desarrollo en modo ‘retro’.

‘Frozen world’ es otro corte áspero y añejo que va directo al grano. Aquí el sonido del órgano nos traslada a un escenario más propio de bandas como Grand Funk, entre fuertes tambores y riffs crujientes. Con una armonía pegadiza, el tema nos atrapa en su diabólica espiral retro. No faltan los riffs Stoner para poner el contrapunto pesado en una canción llena de vida.

Una locución inicial de una atormentada voz femenina nos introduce en ‘Lightmare’. Con un ambiente más propio de una mansión de un film de terror, consiguen introducirnos en una narrativa oscura y terrorífica. Los lentos riffs de vocación Sabbath, y ese órgano diabólico hacen arrancar otra canción pesada y con un sonido turbio y cegador. Con una grave voz entre ecualizaciones consiguen convertirla en un corta intrigante y lúgubre, pero con rayos de luminosidad aportados por los ganchos armónicos. Sin duda estos chicos saben como introducirnos en oscuros callejones más propios del proto-doom de los 70’s. y además, lo hacen sin caer en demasiados estereotipos del género.

‘Twist of cain’ aúlla en la noche antes de golpear con sus turbios riffs de vocación Stoner-doom de carácter cósmico. Un inquietante tema con un tono cinematográfico de serie B de los 70’s. Crudo, pero un fantástico groovy, el tema baña sus riffs en aguas vintage con buenos ganchos que contagian al oyente de un ritmo trepidante en una densa atmósfera cargada de fuzz intoxicante.

Space Coke

Forbidden Place Records