Reseña: SMOKEY MIRROR.- ‘Smokey Mirror’

WOW!! ¡Esto es pura dinamita! La pandemia impidió que pudiéramos degustar antes el álbum debut del cuarteto tejano SMOKEY MIRROR, pero ahora ya no hay escusas. ¿Estas preparado para una auténtica orgía de heavy-blues, psicodelia ácida y hard-rock rugoso al estilo de Texas? Sube el volumen y dale al play, porque este puto álbum lo merece. Estos ‘hijos bastardos’ de bandas como SEOMPI, JOSEFUS, WILDFIRE, MARIANI o JPT SCARE BAND, conjugan la crudeza de los pioneros texanos de los 70’s, con el psicotrópico sonido de bandas contemporáneas como EARTHLESS, TIA CARRERA o especialmente RADIO MOSCOW Asícrean una erupción volcánica de explosivas vibraciones acidas impregnadas en blues y boogie. Crudo, ruidoso, enérgico y espontaneo, este debut hace que los amplificadores chirríen, los platillos resuenen y los cuerpos se dejen llevar por sus ritmos provocadores. Una banda sonora perfecta para un local humeante con cerveza derramada, vidrios rotos y gente enardecida dejándose llevar por sus instintos mas primarios. Todo un caleidoscopio ácido con un sonido y corrosivo que te dejará indiferente. Originalmente programado para ser grabado a principios de 2020, el debut de SMOKEY MIRROR se enfrentó a los mismos retrasos que arruinaron los mejores planes de todos en ese maldito año, junto con más obstáculos imprevistos con los que lidiar. No obstante, el rock ‘n’ roll simplemente se niega a ser detenido y ahora está aquí para poner la escena ‘patas arriba’. Los texanos difunden un evangelio de adoración de riffs de tierra quemada y abandono, con canciones salvajes y psicotrópicas con un espíritu indomable y un sonido orgánico del que no querrás escapar. Estamos ante un trabajo impactante, caótico y adictivo, uno de esos álbumes que te hacen seguir creyendo en el poder de la música, y que cautivará al rudo amante de los sonidos pesados de los 70’s pero también a las nuevas generaciones amantes de las vibraciones heavy-psych.

SMOKEY MIRROR son: Mario Rodríguez (voz y guitarra), Tyler Davis (bajo), Caleb Hollowed (guitarra) y Cam Martin (batería).

‘SMOKEY MIRROR’ está disponible vía Rise Above Records.

Sin contemplaciones, ‘Invisible Hand’ nos da muestra del salvaje contenido del álbum. Sin ningún tipo de miramiento, los tejanos crean una bacanal ácida de proporciones descomunales. Solos asesinos, tambores estruendosos y un frenesí inagotable son los argumentos de esta primera pista. Mostrando toda la crudeza del proto-metal de antaño, el corte se despeña por una senda tortuosa en la que el heavy-blues, la psicodelia ácida y el hard-rock se mestizan en una auténtica orgía sónica en línea RADIO MOSCOW.

‘Pathless Forest’ incide en la fórmula con un sonido sucio y pesado al que incorporan momentos de blues desgarrador. Con los ecos del proto-metal muy presentes, estos chicos crean otra pista arrolladora que no deja títere con cabeza. Su innegable aroma a 70’s aflora entre un espeso humo cannabico a semejanza de algún garito de mala reputación de aquellos años. Los solos interminables de guitarra recuerdan a momentos mas propios de TIA CARRERA en otro frenesí sónico.

En una atmósfera vintage, ‘Magick Circle’ con un sonido turbio, se despeña por un torrente heavy-psych con un flujo constante de riffs corrosivos. El corte se retroalimenta en una atmosfera vintage mas propia de los 70’s pero en él encontramos desarrollos mas propios de bandas como EARTHLESS. Sin duda estos chicos dejaron caer sus instrumentos en el pozo de los psicotrópicos, ya que cada nota, cada acorde rezuma una acidez corrosiva que solo se frena a base de golpes de blues sutilmente integrados.

Dando un pequeños giro ‘Alpha-State Dissociative Trance’ se impulsa por pasajes psico-progresivos mas propios de una jam . Los texanos en esta ocasión amortiguan su embestida con unas voces ecualizadas que tratan de hacerse paso entre la espesa y caótica neblina lisérgica. Un corte anárquico y caótico que índice en una psicodelia más expansiva.

En una vuelta de tuerca más, ‘Fried Vanilla Spider Trapeze’ es un blues rural con guitarra acústica y armónica ejecutado a la vieja usanza. Un respiro en este enardecido álbum.

Abriendo de forma monumental ‘Sacrificial Altar’, con sus mas de siete minutos, ofrece un sonido más apaciguado con el blues y la psicodelia como argumentos. Usando un sonido más acolchado en su apertura, el hard rock crudo de antaño aparece en una turbia estancia. La pista desciende a una exploración de sonidos psicodélicos con elementos que coquetean incluso con el jazz. Largos desarrollos de guitarras y un ritmo contenido impulsan la pista a un espacio atmosférico en gran parte de la canción hasta la orgía final en la que todo se vuelve alocado. En todo caso el corte no pierde la esencia vintage que contiene sus corrosivos surcos.  

‘A Thousand Days in the Desert’ vuelve a poner la pausa a ritmo de blues y boogie ácido. Marcando mas los tiempos la banda consigue crear otra canción a semejanza de RADIO MOSCOW. De nuevo, demuestran que les gusta hacer las cosas sencillas, y a pesar de su controlada estructura la pista tiene mil matices que enriquecen su sonido base. Con una mayor presencia del bajo, el corte avanza firmemente en su serpenteante camino psicotrópico. Otro corte lleno de garra y solos imposibles, con un innegable poder para absorber al oyente. La pista se complementa con coros y estribillos no vistos hasta ahora.

Instalados en el blues psicodélico, ‘Who’s To Say’ nos ofrece hermosos pasajes instrumentales con un ritmo acolchado. Pero ya sabemos cómo se las gastan estos chicos, la canción no tarda en elevar su intensidad con solos profundos. Un continuo transitar entre constantes ondulaciones que acompañan las notas de blues. Marcando el tempo con destreza, el bajo comanda la pista entre solos que van y vienen haciendo que el tema suba y baje constantemente. En la parte final aparecen melodías llenas de fuerza con un sonido más asequible y reconocible para cualquier amante del rock mas crudo de los 70’s.

‘Recurring Nightmare’ pone el cierre a modo epílogo acústico con acordes de guitarra que miran al clasicismo.

Smokey Mirror

Rise Above Records

Reseña: THE GOLDEN GRASS.- ‘Life Is Much Stranger’

LIFE IS MUCH STRANGE’, el esperado nuevo álbum de los neoyorquinos THE GOLDEN GRASS, es una excitante aventura sonora vintage llena de riffs en una amalgama creativa de hard rock, boogie, con sutiles exploraciones psicodélicas y golpes de proto-metal incendiario. Todo repleto de conmovedoras voces las armonías en capas y una técnica instrumental envidiable. Edificante, deliciosamente retro y sin duda un álbum absolutamente recomendable para los amantes del rock de siempre. Ese rock que elevaron al cielo bandas como Grand Funk Railroad, Captain Beyond, y tantas otras. Porque, alejándose de cualquier moda, el trio compone y toca la música que sienten, la que han mamado desde su infancia, y eso se refleja en un trabajo sólido, sin demasiadas pretensiones, pero fresco y vital. Con un sonido espectacular, estribillos y ritmos contagiosos, THE GOLDEN GRASS mantienen la esencia que nos habían ofrecido en sus álbumes previos, para presentarnos otra fiesta de rock atemporal, con canciones que navegan en aguas de rock crudo, de funk, de psicodelia, de rock sureño, con guiños progresivos y alguna excursión jazzística. Toda una aventura sonora en un collage moderno que mira sin rubor a la década de los 70’s,  para traernos aquellas maravillosas vibraciones del pasado,  a un presente en el que no necesitan fingir su verdadera vocación. THE GOLDEN GRASS son rock en estado puro, rock versátil y sin ataduras; un legado que transforman en un brebaje mágico de ricos sabores, con un alto poder de seducción. “LIFE IS MUCH STRANGE’ es un álbum concebido antes de la pandemia, y sus siete canciones, nunca han sido interpretadas en vivo.

THE GOLDEN GRASS son:
Adam Kriney – Batería y voz principal
Michael Rafalowich – Guitarra y voz principal
Frank Caira – Bajo y coros

LIFE IS MUCH STRANGE’ está disponible vía Heavy Psych Sounds.

‘Howlin’ nos empapa con coloristas vibraciones de rock sureño de vocación 70’s. una pausada melodía con seductores pasjaes se soporta entre guitarras rabiosas y ritmos oscilantes con sabor vintage. Rock añejo revitalizado con componentes del siglo XXI, manteniendo la autenticidad. Una canción vibrante y luminosa con guitarras rabiosas y una base rítmica gruesa y poderosa que se contonea seductora ante nosotros proporcionadnos una sensación de vitalidad y optimismo. En sus seis minutos de duración la banda se recrea en pasajes retro con un gran dinamismo alargando el chicle y mostrando que estos chicos viven en el pasado sin ningún rubor.

Mostrando un sonido más turbio y grueso, el rock and roll de ‘Springtime’ se muestra contenido sobre una armonía sencilla, pero efectiva. Los devaneos de las guitarras ponen la garra sobre una melodía mucho más pausada. Jugando con las voces y coros consiguen dar brillo a un corte que se balancea sobre la cuerda del rock clásico, incorporando pausados pasajes psicodélicos con ritmos que coquetean con momentos de jazz. El magnético bajo y el fuerte ritmo persistente coexisten con efectos y solos más ácidos en un corte pausado pero vibrante.  

A caballo entre el hard-rock y el heavy-rock, los riffs de ‘Islan in’ muestran el lado más fornido de una banda que toca rock and roll con acento sureño pero que no se queda ahí. Con un sonido contundente THE GOLDEN GRASS escarban en las vibraciones pesadas de los 70’s adornándolas con aromas campestres a través de melodías aterciopeladas. La fuerte línea de bajo contrasta con esos solos de guitarra afilados tan presentes en todo el álbum.

 ‘100 Arrows’ cabalga brioso a lomos de una montura de boogie rock conteniendo todos los elementos que se le pude pedir a un corte de estas características. Estribillos y melodías contagiosas se insertan entre pasajes que se inclinan a un espacio más psicodélico. Los buenos solos de guitarra no faltan a su cita haciendo que la canción se emplace en un escenario de rock clásico.

Cambiando el dinamismo por pasajes más moderados ‘Not without’ incide en una fórmula que a estos chicos les funciona. Psicodelia, rock sureño y un cálido ritmo ponen una aparente pausa al frenesí sonoro de la banda.

Explorando un espacio más progresivo ‘The answer’ se nutre de un sonido denso que se adorna con voces más propias de Grand funk Railroad. otra canción luminosa que inspira optimismo entre sus cuidadas melodías vocales. Rock de los 70s en estado puro con coqueteos con diferentes referencias estilísticas.

De nuevo el boogie nos introduce en ‘A peculiar’. A pesar su aparente carácter contenido, el corte consigue contagiar su ritmo en tono más complaciente. Insertando elementos psicodélicos el corte se balancea entre ritmos cambiantes en una senda en la que el rock clásico se muestra en todo su esplendor.

THE GOLDEN GRASS:
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HEAVY PSYCH SOUNDS:
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Reseña: WESTING.- ‘Future’

SLOW SEASON pulsaban el botón de reinicio a finales de 2021 para dar un nuevo comienzo a la banda. Así tras el cambio de nombre a WESTING, e incorporando a la banda al guitarra de ALL THEM WITCHES, Ben McLeod publican su primer álbum ‘FUTURE’. Un álbum inspirado en la imprudencia de la raza humana en el mundo distópico en el que vivimos, y con canciones que suenan a la música que a la banda le gustaría escuchar.  Si hace unos años SLOW SEASON nos sorprendían con un sonido inspirado en LED ZEPPELIN, ahora, sin renunciar a ese estilo nacido a comienzos de los 70’s, encontramos a la banda mucho mas madura. Sus ocho emocionantes canciones rezuman rock clásico, boogie-rock, blues ácido y hard-rock atemporal. Siempre con una calidez reconfortante, sus canciones se construyen sobre tonos cálidos dulces melodías y un groovy infeccioso con el que de inmediato logran atrapar al oyente. Impregnado esas vibraciones del rock clásico de los 70’s con buenas dosis de fuzz, hacen que sus canciones proporcionen al oyente una escucha divertida. Porque a veces nos olvidamos que el rock es algo lúdico, y en este álbum eso resulta evidente. Las canciones del álbum nos ofrecen un amplio repertorio de brillantes guitarra, cuidadas melodías y un sinfín de matices con el que consiguen que las mismas resulten cautivadoras y llenas de ritmo. Ese groovy se complementa con pinceladas de rock progresivo, psicodelia y por supuesto el blues y el boogie para que la fiesta sea monumental. Con un agradable aroma sureño, cada pista se presenta como un regalo para cualquier amante del rock de siempre, un rock que con bandas como WESTING, sigue vivo y con un ‘futuro’ esperanzador. La escena necesita más bandas así, porque estos chicos son el hard-rock en estado puro.

WESTING son: Daniel Story Rice (voz, guitarra, teclados), Ben McLeod (guitarra) Hayden Doyel  (bajo) Cody Tarbell (batería).

‘FUTURE’ esta disponible Riding Easy Records.

‘Back in the twenties’ es un claro ejemplo del sonido que SLOW SEASON nos presentaron hace años. Teniendo muy presente el legado de LED ZEPPELIN, la canción gravita entre vibraciones de la banda británica, momentos sureños y psicodelia. Guitarras que llenan de luz la atmósfera se van sucediendo en una dualidad sumamente atractiva. Con parones y arrancadas, la canción adquiere un cierto tono doorsiano en su faceta más cálida y sugerente. Un claro ejemplo de la evolución de una banda que no se ciñe al legado de Robert Plant y sus huestes exclusivamente, sino que muestra sus cartas sin rubor. Y la jugada es ganadora sin ningún género de dudas.

A golpe de blues ácido y hard-rock crudo ‘Nothing new’ parece embarcarnos en un viaje con destino a los primeros años de la década de los 70’s. Melodías seductoras, guitarras empapadas de fuzz y un tono colorista, van ensamblando las piezas de una canción brillante y repleta de matices.  Si en el corte de apertura pudimos intuirlo, en esta ocasión queda mucho más palpable que las guitarras son uno de los mejores argumentos de la banda, pero también el uso de los registros vocales le sacan de cualquier encasillamiento. Los momentos de ortodoxia blusera contrastan con unos riffs que se vuelven turbios y difusos en un juego instrumental ciertamente fascinante.

En tonos atmosféricos ‘Lost riders intro’ es un interludio psicodélico instrumental que sirve de introducción al siguiente tema.

‘Lost riders’ palpita en un espacio de rock clásico con una cierta inclinación progresiva. Aquí la banda se muestra más contenida en una canción con las aristas pulidas y un sonido suave. Sustentado en atractivas melodías vocales las guitarras aparecen con cautela mostrando su lado más seductor. En un tono más cercano al ‘arena-rock’, WESTING optan por alejarse de estridencias en una canción colorista y una composición bien cuidada.

Los ecos Zeppelin aparecen en los primeros riffs de ‘Big trouble (in the city of love)’. Una nueva canción que recupera el registro vocal que popularizó Robert Plant en los 70’s. Un perfecto ejemplo del sonido de una banda que no tiene complejos en seguir la estela de su referente sonoro. Combinando estribillos y coros, el corte se muestra con un gancho efectivo para atrapar al oyente. Un claro ejemplo de rock atemporal que reivindica un sonido sin complejos ni florituras excesivas. Desde la sencillez, componen otra buena canción.  

Empapada por el bucolismo, la suavidad de la melodía de ‘Artemisa coming down’ nos ofrece un gratificante espacio sonoro en el que la dulzura aflora entre luminosas estrofas y delicados pasajes electro-acústicos. En ese ambiente campestre el corte se muestra como un gratificante bálsamo sonoro ideal para poder la pausa en un álbum que no se ciñe a un único estilo. Una hermosa canción en la que no faltan a la cita los brillantes desarrollos de guitarra

Instados en ese calmado escenario, ‘’Silent shout’ mantiene su tono acústico para empaparlo con embriagadoras pinceladas psicodélicas. En esta ocasión la banda incorpora un tono sinfónico en detrimento de riffs más ruidosos.

Sacando nuevamente del cajón el legado de Zeppelin ‘Stanley wu’ se empapa de blues y rock clásico en una atmósfera más propia de los 70’s. El tema se desarrolla en un escenario en el que los aromas del sur aparecen para llenar de luz una canción equilibrada y de fácil digestión.

‘Coming back to me’ cierra el álbum a ritmo de rock and roll, boogie-rock y blues. Sin estridencias, y con una armonía sencilla WESTING muestran que el rock de siempre sigue estando vivo y coleando. 

Westing

RidingEasy Records

Reseña: LOVE GANG.- ‘Meanstreak’

Manteniendo el amor por sonidos vintage, LOVE GANG vuelve a presentarnos un álbum crudo, vibrante y ruidoso, usando sonidos analógicos y los amplificadores a toda potencia. ‘MEANSTREAK’ nos deja noqueados con sus canciones macarras que nos invitan a la fiesta y al desenfreno. LOVE GANG es una banda que muchos calificarán como ‘retro’, pero si nos metieramos en túnel del tiempo en un viaje a comienzos de los 70’s, nadie los distinguiría de los contemporáneos de la época. Y no solo por su sonido, sino por su actitud, por su rebeldía, y por su honestidad. Con canciones rápidas y llenas de energía, con ritmos de blues, boogie-rock, solos de guitarra psicodélicos, y un órgano hammond crujiente. ‘MEANSTREACK’ es una fiesta salvaje en la que la banda pisa el acelerador a fondo. Un álbum ideal para escucharlo como perfecta banda sonora de una noche de desenfreno, pero también fantástico como banda sonora de un viaje por largas rectas de carreteras desérticas. Sus canciones son de las que no hacen prisioneros, de las que desde el primer riff te insuflan toda su energía y te dan una patada en el culo. ‘MEANSTREACK’ es un álbum de alto octanaje con un diabólico sonido retro, y con una facilidad pasmosa para atrapar al oyente en un espiral de puro y crudo rock and roll que te hará darle al play una y otra vez. Las grabaciones se realizaron completamente analógicas a cinta y capturan un sonido puro y crudo. El contenido lírico del álbum involucra temas relevantes en la vida de la banda que van desde las mujeres, los disturbios políticos en los EE. UU., la depresión, las drogas, las motocicletas y las noches salvajes en Juárez, México. Si te gusta el rock crudo con sabor añejo, y bandas como BLUE CHEER, MOUNTAIN, CACTUS, GRAND FUNK, o SIR LORD BALTIMORE, este es tu disco, porque LOVE GANG son un recuerdo de los días dorados del rock ‘n roll cuando los amplificadores eran ruidosos, el pelo largo y las drogas baratas. Influenciados por el rock oscuro y clandestino de los 70’s, logran mantener su sonido clásico y verdadero al mismo tiempo y componen canciones originales y convincentes que no cansan ni suenan como si lo hubieras escuchado todo antes.

LOVE GANG son: Kam Wentworth – guitarra y voces, Grady O’Donnell – bajo,
Leo Muñoz – órgano y flauta y Shaun Goodwin batería.

‘MEANSTREAK’ está disponible vía Heavy Psych Sounds.

Palpitando a ritmo de heavy-rock, ‘Deathride’ es el preludio de lo que nos espera. Rock crudo, y salvaje, heredero del legado de BLUE CHEER o SIR LORD BALTIMORE. Con guitarras asesinas y un sonido denso y sucio, el corte parece sacado del baúl de los recuerdos del rock primitivo, aquel que era una herramienta reivindicativa de un espíritu indómito y transgresor. Con riffs modulados a semejanza de Iomi, la canción se lanza a una espiral a tumba abierta. Una canción que invita a la fiesta, a lanzar la melena al viento y fumar marihuana hasta el amanecer.

Si el tema de apertura resultó impactante, ‘Meanstreak’ es boogie-rock en estado puro, Ritmos contagiosos y olor a garito de mal muerte en el que la música no descansa. Un corte pesado y ácido, que bebe del heavy-rock pero también del blues para ofrecer su perfil más macarra y divertido. Como dice la propia banda: ‘Una canción que tiene suficientes huevos y actitud para comenzar una pelea de bar’

Los riffs proto-metal de ‘Bad News’ vuelven a evocar pantalones de campana y chupas de cuero. Un premeditado sonido sucio y difuso, nos golpea hasta dejarnos k.o. Frenético, desgarrado y con el espíritu del rock and roll por bandera, la canción invita al baile y la juerga más depravada. Empapada de un alma de blues, la canción vomita sus riffs sin ningún tipo de pudor por la senda del retro-rock más auténtico y honesto.

Sin bajar la intensidad, pero usando elementos más progresivos, ‘Blinded By Fear’ gravita en una atmósfera vintage en la que todo sucede a la velocidad de la luz. La voz ahogada, casi imperceptible entre la densidad de su ritmo, trata de evacuar todos sus tormentos. Solos afilados, y unos tambores incesantes, van soportando una canción vibrante y mas difusa si cabe.

‘Shake This Feelin’ no baja el pie del acelerador con su combinación de heavy-rock, boogie-rock. Un corte frenético, con voces desgarradoras y lleno de ganchos que te llevarán a la pista de baile. Toda una fiesta vintage que evoca salvajes sonidos primitivos.

‘Headed Down to Mexico’ se contonea con un fantástico groovy de rock and roll. Teclados profundos ritmos atronadores logran contagiarnos de toda la energía que esconden sus surcos. Otra canción que va directa a la yugular, sin contemplaciones. Para que no le falte de nada, el corte desciende en su parte final a una sima de blues ácido y humeante, algo que resulta sensacional para mitigar su embestida.

Si uno de los principales argumentos del rock de los 70’s fue el blues, LOVE GANG no podían dejar la ocasión para ofrecernos su visión del blues rural en ‘Same Ol’ Blues’. Un corte con predomio de la guitarra acústica en el que también podemos encontrar al solo eléctrico de alto nivel. Con una voz cálida y pausada, la canción se desarrolla entre el sonido de la armónica evocando una atmósfera sureña.

En un álbum con grandes canciones, el cierre no podía ser una canción cualquiera. Y ‘Fly Away’ es un tema que bien podrían haber firmado una banda como MOUNTAIN. Su crudo sonido a hard-rock de los 70’s y una composición acertada, hacen de él un tema fundamental para entender a una banda que nació en el siglo equivocado. Guitarras asesinas, un aroma sureño y un sonido analógico, son los argumentos de otra brillante composición.

LOVE GANG

HEAVY PSYCH SOUNDS

Reseña: HOLY DEATH TRIO.- ‘Introducing…’

‘INTRODUCING…’ es el ardiente álbum debut de los hard-rockers texanos HOLY DEATH TRIO. Seleccionado por el reverenciado bajista de Ozzy,  Blasko  como el primer lanzamiento de su asociación con Ripple Music, los de Austin nos ofrecen un tornado de 9 pistas de rock’n’roll de alto octanaje, empapado en boogie texano, ritmos retro de puro heavy-rock y ganchos de fuego rápido en los que el blues esta presente. Mostrando su amor reverencial por Hendrix, Black Sabbath y con un sonido a caballo entre Radio Moscow y sus paisanos ZZ TOP, ‘INTRODUCING…’ es de esos álbumes que huele a humo y a whisky de garito de carretera. Su bacanal de ardientes riffs y ritmos aplastantes, hacen que el álbum sea una perfecta banda sonora para una fiesta de rock crudo y primitivo con un sonido a semejanza de los pioneros. Texas siempre nos ha dado este tipo de bandas y HOLY DEATH TRIO, son unos dignos sucesores de aquellos precursores. ‘INTRODUCING…’ es un álbum que te invita a abrocharse los cinturones y disfrutar de sus impactantes y sucias canciones, ya que este viaje lleno de riffs, hará volar tu mente. Uno de los detalles que llama mi atención, es el sonido que el trio da a su bajo, una linea de bajo que no cruje al modo de las bandas stoner, pero que se muestra poderosa en cada nota, lo que hace que el oyente se sienta integrado en cada canción. Las ondas sónicas de HOLY DEATH TRIO nos llevan a esos cielos calurosos del medio oeste, y a una auténtica fiesta del rock and roll. Desde sus espirales psicotrópicas en las que las guitarras revolotean entre sustancias alucinógenas, hasta los cadentes ritmos de boogie rock, sus canciones te arroyan pateando tu trasero y haciendo que tu cabeza estalle. ¿Estas deprimido?, ‘INTRODUCING…’ es el remedio perfecto para salir de la monotonía y darte un chute de energía al cuerpo con su rock salvaje.

Una breve introducción nos lleva a ‘White Betty’. Un tema que muestra las intenciones del trio. Ecos heavy-blues sustentados en unos poderosos tambores y riff rugosos y directos. Con un inequívoco carácter 70’s el tema golpea con fuerza.  Lleno de energía desbordante, las rabiosas y pegadizas voces junto a su turbio sonido hace que el corte resulte eficaz. Solos ácidos y diabólicos, un bajo que suena a bajo, y una batería chispeante crean un tema vibrante de hard rock con tonos stoner contemporáneos.

‘Bad vibrations’ se deja llevar por la senda heavy-rock adornándola con distintos elementos. Rock and roll sudoroso con un grovvy macarra y el suficiente gancho como para caer rendido a sus encantos. Ciertos pasajes ácidos se unen a una fiesta en la que el olor a gasolina lo inunda todo. Algunas pinceladas blues ponen el contrapunto perfecto entre solos ácidos.

Sin bajar la intensidad ‘Get down’ incide en la fórmula del heavy-blues más primitivo y salvaje. La desgarrada y aguardentosa voz y unos solos asesinos construyen un tema oscuro y pesado que lleva el ritmo  del boogie rock en sus venas.  

‘Black Wave’ se despeña por un torrente de rock ácido. El cadencioso ritmo del bajo y las embestidas de las guitarras enriquecen los devaneos vocales. Vibrante y bulliciosa, la canción mantiene el espíritu blusero y psicotrópico que encontramos en muchos de los temas del álbum. El tema transita por una senda más propia de RADIO MOSCOW, ofreciendo un espiral psicotrópica en la que el blues nos intoxica a través de riffs asesinos.

A igual que el corte que abre el álbum la banda lo introduce con un corte breve. Tras ella ‘The killer’ se presenta con un excepcional groovy que rápidamente contagia al oyente con una cadencia de la que es difícil escapar. El aroma de los 70’s impregna un tema caliente que se desboca una vez más con una garra elocuente. No cabe duda que estos chicos saben cómo hacer que los sonidos añejos adquieran altas dosis de actualidad. ‘The killer’ es de esos temas en los que es difícil dejar de mover las articulaciones al son de su contagioso ritmo.  Heavy-blues primitivo y efectivo.

Si en el álbum encontramos buenos solos de guitarra y bulliciosos tambores, ‘Fish sticks’ nos recuerda que el trabajo de bajo que contiene el álbum es simplemente soberbio. El blues lisérgico es el entorno en el que se desarrolla uno de los temas más psicodélicos del álbum.  Casi cinco minutos que contiene de todo, riffs stonerizados, pasajes heavy-psych de altos vuelos y una garra innata. Entre bacanales ácidas el corte vuelve a despeñarse por un torrente de ritmos trepidantes y una estructura proto… todo.

El álbum cierra con otro corte impactante como ‘Witch doctor’. Sobre una estructura más pesada, el tema avanza cadencioso entre ecos Sabbath, para transitar por un oscuro bosque en el que los efluvios psicodélicos se unen a la fiesta. La fuerza vocal se une a unos riffs que se inclinan a un espacio más tenebroso y plomizo en el que el blues se siente cómodo. Seis minutos narcóticos llenos de alicientes para poner el punto final a un gran álbum.

 

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