Reseña: GREEN DESERT WATER.- ‘Black harvest’

Los asturianos GREEN DESERT WATER nos presentan un álbum con canciones vestidas con ropajes modernos, pero que esconden unas entrañas de puro hard-rock psicodélico 70’s y unos genes de blues ácido. Desde sus comienzos, la banda ha ido modulando su sonido, y ahora, unos años después, las cabalgatas psicodélicas dejan un mayor espacio a las andanadas de hard-rock crudo, con una innegable alma Stoner. ‘BLACK HARVEST’ contiene melodías que te sonarán familiares, desde guiños a Fleetwood Mac, hasta pleitesías a los legados de Hendrix y Sabbath, como emocionantes momentos de blues lisérgico. Con estos ingredientes, te será difícil escapar  a su poder de seducción, ya que tras unos minutos, te encontrar atrapado en un mundo seno de sensaciones. Todo un crisol de referencias a las que los de Oviedo no quieren renunciar, para transformarlas en un relato personal lleno de autenticidad. Porque GREEN DESERT WATER es una banda que suena a honestidad, y que pone todo su amor en cada nueva canción. Canciones con un aspecto duro y contundente, pero que están empapadas de bourbon y humo cannabico. Con el encanto de que cada canción te sonará familiar, probablemente dirás…. ¿Qué es esto? ¿A qué me suena? y rápidamente te contestaras, ¡¡¡es igual!! ¡¡Me gusta!,¡¡es cojonudo!! Esa es la magia que tiene este poderoso álbum de rock sin aditivos, a la vieja usanza, pero sin desdeñar las nueva vibraciones pesadas.

‘BLACK HARVEST’ está disponible vía SmallStone Records.

GREEN DESERT WATER son: Juan Arias García (bajo fuzz) , Dani Barcena (batería, percusión), Kike Sanchís (guitarras y voces)

Invitados: Kent Stump (WO-FAT) (guitarra adicional) y Álvaro Barcena (coros).

‘Sacred tree’ oscila entre rabiosos golpes de Stoner, blues y hard rock desgarrado y humeante. Midiendo los tiempos y la fuerza de cada pasaje, el tema serpentea entre coros y vibrantes estribillos que galopan a lomos de una montura de rock salvaje y ácido hasta las trancas. Solos asesinos, oscuros momentos pesados, y un ritmo trepidante, conforman una canción notable y fascinante con sabor a 70’s.

Empezando donde lo dejó el tema anterior, ‘Dead sacred tree’ nos golpea con pesados y lentos riffs de tono Sabbath y una ahogada voz cazallera, de puro blues humeante. Solos salvajes se mezclan con golpes de Stoner-doom plomizo y parsimonioso.El tema ofrece una atractiva melodía para completar su seductora imagen.

Con una apertura que me recuerda el clásico ‘Oh well’ de Peter Green, ‘Two many wizards’ nos devuelve el blues stonerizado entre nebulosas heavy-psych. Midiendo los tiempos para que el tema no pierda su tempo, consiguen un corte rabioso en el que el ritmo variante se encaja con total esmero. Un tema directo y potente que te dejará noqueado una vez más.

‘Black Harvest’ nace de una gruesa y cadente línea de bajo que nos indica el camino hacia un bosque lisérgico.Turbio y envuelto en nebulosas cannábicas, el tema nos narcotiza con hipnóticos riffs. Aquí los asturianos se lo toman con calma antes de central el verdadero espíritu del corte y no es otro que un compendio de rock ácido y pesado con salpicaduras de blues. Unas bases que se repiten en la mayoría de las canciones, pero que, en cada ocasión, nos ofrecen un resultado diferente.

Una galopada inicial nos empuja hacia una ladera Stoner-doom en ‘The whale’ . Despeñados por esa pendiente el tema prosigue por entornos más tupidos y chispeantes a golpes de heavy-blues .

El hard rock pegadizo ‘Shelter of gurú’ nos recuerda que estos chicos se manejas bien en aguas retro. Cuidando las melodías vocales el corte suena a puro rock 70’s. Con un ritmo completamente contagiosos, el tema se muestra lascivo, seduciéndonos con descaro hasta sumergirnos en un escenario de blues chamánico. Con humeantes nebulosas pantanosas, el tema desprende intoxicantes brebajes que acaban por aturdirnos. La canción se despierta del letargo par, como una estampida de búfalos, arrollarnos con hordas de heavy-rock rugoso y trepidante.  

‘Soul blind’ a modo de epilogo, se desarrolla sobre una estructura de blues ácido pero cálido y reconfortante. Con bellos acordes de guitarra, GREEN DESERT WATER parece regresar a sus origines mas primitivos para calmar nuestros sentidos con un gratificante bálsamo sonoro. En la segunda mitad, el corte despierta con una espiral de riffs que elevan la temperatura y nos devuelven a ese ambiente vintage llegado de lo mas profundo de los 70’s. Cortando súbitamente la hemorragia rítmica, el corte frena por sorpresa y nos deposita en una cálida y psicotrópica atmósfera mas propia de los mismísimos FREE.

Green Desert Water

Small Stone Records 

Reseña: LUNAR SWAMP.-‘ Moonshine blues’

¡¡Los italianos LUNAR SWAMP lo han vuelto a hacer!!. Si hace un año y medio nos sorprendían con su magnífico álbum debut ‘UnderMudBlues’, ahora nos impregnan con los efluvios de su blues-doom pantanoso nuevamente. Con seis canciones empapadas en thc, sus densos y chamánicos blues nos narcotizan y golpean por igual. Poderosos riffs, ecos 70’s y psicodelia pesada logran magnetizar al oyente con un tempo lento pero plomizo gracias a sus ecos stoner-doom. Bajo las neblinas intoxicantes que emerguen de los pantanos más misteriosos, LUNAR SWAMP saben moverse a la perfección en esas atmósferas psicotrópicas. Con el sigilo de un caimán en su habitad natural, el trio de Catanzaro se sumerge en el legado del Rey Lagarto, apoderándose de su facultad chamánica para elevarnos a un trance lisérgico en el que el proto-doom y los turbios sonidos Stoner se apoderan de nuestros sentidos a ritmo de blues. Sintiendo cómodos en territorios ocultistas, sus fangosas canciones bien podrían ser la sintonía de un ritual tenebroso y mágico en las profundidades del bosque. La perfecta combinación de la voz, con su particular estilo entre Morrison y Glenn Danzig, y el trabajo de las guitarras (con la ausencia de bajo) en esos blues cocidos a fuego lento con leña de la mejor calidad, resulta fascinante. Sus cegadores pasajes, nos nublan como el humo de la hoguera en medio del boscaje junto a la neblina de los manglares. Ese entorno espiritual es el espacio ideal para tocar sus canciones. Unos temas densos y húmedos, en los que el fuzz aparece siempre en el momento justo, balanceándose entre guitarras asesinas. Precisamente otro de los puntos a destacar de este trabajo, la versatilidad para crear sonidos graves y espesos en contraposición con solos más afilados. Cualquier amante de los sonidos viscosos, bluseros y psicodélicos, sin duda se sentirá atraído por ‘MOONSHINE BLUES’, un álbum ideal para las noches de luna llena junto al fuego y en el que los ecos de proto-doom y el blues pantanoso de los 70’s, tienen su particular homenaje.

‘MOONSHINE BLUES’ fue grabado, y mezclado en Country House en Catanzaro Stone Mountain y cuenta con un arte de portada obra de  Steven Yoyada, estando disponible vía The Swamp Records (EE.UU.), Vinilo vía Clostridium Records (Alemania) y cassette vía Burning Coffin Recs (Chile)

LUNAR SWAMP son:

Mark Wolf: voces y armónica

Machen: guitarras y Cigar Box

S.M. Ghoul: batería

‘Muddy Waters’ abre el álbum por la senda del blues. Con un nombre así no podía de ser de otra manera. Una breve introducción por la senda del blues clásico nos introduce en los fornidos riffs difusos que conjugan tanto elementos blues como momentos doom en los que la psicodelia aparece para mostrar una atmósfera borrosa. Con cadentes ritmos y una ambientación tenebrosa, el tema avanza con una parsimoniosa cadencia entre ecos 70’s. Con leves ecos doorsianos el tema se desarrolla en un entorno nebuloso con chamánicos pasajes.

Siguiendo una línea similar al tema anterior ‘Moonburt smoke’ nos intoxica con sus riffs blues-doom. Espeso y viscoso, el corte nos impregna de thc entre sus gruesos riffs y sus solos intoxicantes. Pesado, lento y completamente narcótico, el tema nos sumerge en un entorno oscuro y tenebroso en el que los ecos del pasado quedan reflejados.

Con una apertura misteriosa y psicodélica, ‘Redneck squatch’, índice en la fórmula del blues. Los parsimoniosos riffs stoner de vocación doom se entrelazan con las melodías de blues chamánico. Una constante que se repite en gran parte de los temas contenidos en el álbum. Sin perder de vista los entornos pantanosos, los efluvios lisérgicos se elevan entre sus cadenciosos y parsimoniosos riffs.   La neblina narcótica envuelve el tema entre sus emanaciones psicotrópicas ampliando el espectro del doom y del blues.

Sin salirse de la línea presente en todo el álbum ‘Old ben the gator’ conjuga el legado del Rey Lagarto en una versión psycho-doom completamente psicodélica. Solos ácidos, voces crudas, pero de gran magnetismo y una armonía que se repite una y otra vez van construyendo otro corte denso y pesado en el que el blues es el punto de partida. Coloreando con el sonido de la armónica la propuesta se vuelve más ortodoxo por momentos sin perder su vocación pesada. Cambiando el aspecto, el tema se deja llevar por momentos mucho más psicodélico que se elevan majestuosos entre sus crujientes e impactantes riffs.

‘Cross swamp blues’ nace entre las emanaciones lisérgicas de su pantanosa atmósfera para impregnarnos de thc nuevamente. Una constante de un álbum que tiene claro su objetivo. Un corte desgarrador lleno de fuerza que gravita en humeantes atmósferas para narcotizar al oyente con su oscuro y denso sonido. Sin perder el carácter doorsiano en la voz, el tema trata de emergen de entre la niebla para golpear con toda su fuerza,

Con un tono más ceremonial ‘Sweet sue’, el tema original de WITCH,  presta un mayor protagonismo a las melodías vocales sin salirse del guión. Viscoso y oscuro, el corte muestra a la banda en un estado de melancolía en el que se toman alguna licencia estilísticaEl resultado es un versión densa y narcótica en el que la psicodelia toma un mayor protagonismo en detrimento de la pesadez de los cortes precedentes. Teniendo en cuenta que estamos ante la canción más larga del álbum, la oportunidad para desarrollar su sonido se presenta evidente, logrado una particular versión incluso más impactante que el tema original. Con un parón en su parte central la banda hace un hiato para resurgir como Ave Fenix por la senda del blues del delta. Sin complejos, la armónica sirve para ofrecernos momentos de blues clásico prescindiendo de la pesadez stoner-doom a modo de guiño a los pioneros.

Facebook

Instagram