Reseña: KANT.- ‘Paranoia Pilgrimage’

El segundo álbum de la banda alemana se construye con un enfoque narrativo de las canciones en un espacio en el que el proto-metal, el hard & heavy rock de los 70’s se fusionan con acierto entre densos y oscuros pasajes psico-progresivos en los que el espíritu doorsiano está muy presente. Contundente por momentos, sus melancólicas canciones llevan al oyente mas allá. A diferencia de su primer álbum, aquí el cuarteto se decanta por un tono más oscuro y pesado, haciendo que sus canciones graviten en un espacio más propio del proto-metal de los 70’s. Eso no significa que la psicodelia no esté presente en cada una de las canciones, ya que los efluvios psicotrópicos siguen creando el espacio preciso para desarrollar sus trances chamánicos. ‘PARANOIA PILGRIMAGE’ es el álbum que pondrá en órbita a esta joven y brillante banda. El pasado verano tuve la oportunidad de ver su directo en el festival Hoflarm y me encontré con con cuatro jovenzuelos irreverentes que tiene claro como jugar sus cartas. Grabado en vivo en un pequeño estudio en los bosques de la Selva Negra de Alemania, KANT se mantiene fiel a su enfoque de la creación musical iluminado por los sonidos mas crudos y ácidos de los 70’s. Inspirándose en bandas como Black Sabbath, Witchcraft y Horisont, el álbum transporta al oyente a un reino místico repleto de ocultismo, profecía y seres místicos. En ese espacio es donde afloran las reminiscencias doorsianas para brindar al oyente seductores pasajes lisérgicos. Sustentados en una diabólica dupla de guitarras una fascinante y cautivadora voz y una sólida base rítmica, KANT se postula como una banda emergente con un futuro esperanzador. Prueba de ello es la madurez y solidez de este, su segundo álbum. Un trabajo que venera gloria el pasado desde una mirada melancólica para componer canciones frescas y con muchos atractivos. Cierra los ojos y déjate llevar por ‘PARANOIA PILGRIMAGE’, un fantástico álbum, disponible vía Sound Of Liberation Records.

KANT son: Elena Strähle (bajo), Brain Göbel (batería), Marius Seidel (guitarra y voz) y Nicolas Jordan (guitarra y voces).

Lentamente ‘The Great Serpent’ nos sitúa en un espacio invadido por la melancolía. Sin renunciar a poderoso riffs difusos KANT crea una pista de auténtico proto-metal setentero. Todo un catálogo de sonidos de los 70’s con mediadas dosis de psicodelia e incluso de elementos progresivos que acaban por sumirnos en un trance chamánico en el que la oscuridad se adueña de la atmósfera. Del comienzo vibrante y pesado el corte desciende a un inquietante entorno en el que la penumbra toma un mayor protagonismo. No faltan solos diabólicos para poner la guinda a un magnífico corte.

Con una apertura que me recuerda a la canción de It’s a Beautiful Day ‘Bombay calling’, (una armonía mas tarde copiada por Deep Purple) ‘Baba Yaga’ resume el espíritu de la joven banda alemana. Chamánicos pasajes con un cierto aroma morrisiano van oscilando en un serpenteante deambular por el legado de los sonidos más crudos y lisérgicos del siglo pasado. En este versátil corte encontramos pasajes de hard progresivo que acabarán por sorprendente. Aquí el bajo golpea con contundencia llevando al oyente al centro del vórtice de esta épica canción. Su cantante y guitarra Marius Seidel nos da las pistas: «Baba Yaga es la segunda canción del álbum y single, inspirada en el cuento de hadas eslavo. Una vez me topé con esta historia al escuchar la interpretación de «Pictures Of An Exhibition» de Emerson, Lake & Palmer. Después de escuchar las dos canciones «The Hut» y «The Curse Of Baba Yaga», me sumergí en la tradición de este cuento de hadas bastante aterrador. Después de todo, el resultado musical es una canción, donde la construcción general es más un enfoque narrativo, que una estructura lineal de verso-estribillo»

‘Book Of Creation’ es una pista de puro hard-rock sin artificios. Una armonía pegadiza y una cálida voz cabalgan a lomos de unos riffs potentes que no llegan a traspasar el umbral de la estridencia. El proto-metal de antaño interpretado con elementos contemporáneos con un resultado brillante. Nuevamente la pista nos ofrece pausados pasajes en los que lo pastoral aflora entre efluvios psicodélicos nacidos de la penumbra.

Cambiando el registro, los elegantes pasajes de vocación jazz enriquecen ‘Traitors Lair’. Una canción con reminiscencias doorsianas que gravita en una órbita pausada en la que se da una mayor importancia a la melodía. Sus magníficos pasajes de guitarra crean un efecto balsámico sobre el oyente sumiéndolo en gratificantes pasajes psicodélicos de gran hermosura. Una pista sencilla, pero con muchos y atractivos elementos en su interior. El ejemplo de la versatilidad de la banda y el ejemplo de que se pueden componer bellas canciones sin necesidad de pesados riffs. Hermosa.

Las hostilidades se desatan con ‘Occult Worship’. Hard y heavy rock de siempre envueltos en un aura mesiánica. Sus adornos progresivos inciden en ese sonido vintage que tanto gusta a estos chicos. Sin margen para el aburrimiento la canción sube y baja su intensidad sin renunciar a su vibrante ritmo. Voces y guitarras borrosas se complementan a la perfección entre sus constantes cambios de registro. Una pista con aroma a los sonidos del siglo XX en una revisión plenamente lograda.

Decantándose por su lado más pesado y oscuro ‘Paranoia Pilgrimage’ nace de gruesos riffs de vocación casi doom para cruzar el espejo y descubrirnos un muevo mundo sonoro. Un espacio invadido por efluvios psicodélicos entre devastadores riffs de vocación Sabbath. No faltan voces que nos recuerdan la veneración por el sonido doorsiano en una mezcla atractiva que acaba por funcionar y con la que logran otro corte de tintes épicos.   

‘Dark Procession’ puede que sea un nombre lo suficientemente evidente como para intuir el contenido de sus surcos. Heavy-rock con elementos psico-progresivos y pasajes ensoñadores. La sencilla armonía y sus poderoso riffs son usados con la maestría de unos veteranos en otra impactante canción que se decanta por la monumentalidad de sus riffs para soportar todo su relato.

Sin salirse del guion los ecos de los 70’s retumban con fuerza en ‘Lord Of The Flies’. La canción vuelve a conjugar la rugosidad de sus potentes riffs con ritmos diabólicos que siempre empujan hacia adelante. Con la guitarra impulsando la pista y usando melodías llenas de gancho, la canción golpea con fuerza reflejando la vertiente mas pesada de Kant.

Cerrando el álbum con la pista más larga, KANT se recrean con la psicodélica ‘Rainbird’. Una canción mas cercana al sonido que nos ofrecieron en su álbum debut y en la que los fornidos pasajes psicotrópicos van construyendo un relato meditativo. Balsámica y hermosa, la pista fluye lentamente esquivando las adversidades del camino mostrando un carácter delicado y cálido que se traduce en unos pasajes vocales cautivadores. Pero que esto no te lleve a engaño, ya que su serpenteante deambular por esos espacios expansivos es enriquecido con unos arreglos bien construidos haciendo que el corte se muestre esplendoroso. Otra desgarradora canción en la que no faltan solos asesinos, bajadas de intensidad y un emocionante caminar por la psicodelia envolvente que tanto nos gusta a algunos entre los que me incluyo. No se si es la mejor canción del álbum, pero es una de esas canciones que acaba por capturarte en su chamánico relato. Un cuento mágico lleno de gratificantes momentos y giros inesperados perfectamente diseñados para conquistar al oyente entre sus relajados e impactantes momentos doorsianos. Magia pura.

Kant

Sound of Liberation Records

Reseña: WEDGE: ‘Like no tomorrow’

El trio berlinés en su tercer álbum sigue incidiendo en una fórmula que los lleva funcionando desde que en 2014 publicaran su álbum debut. El título de su nuevo trabajo es toda una declaración de intenciones.  ‘Como si no hubiera un mañana’ nos muestra a WEDGE dándolo todo en un álbum que supone la culminación de un proyecto que ya está asentado firmemente dentro de la escena retro contemporánea. Temas frescos llenos de vitalidad y ritmo en los que la banda crea los temas más pesados hasta el momento Como ellos mismos dicen: ¿Retro-rock?, mejor no pensar en etiquetas y disfrutar. Esa sería la primera reflexión que hacer ante un álbum solvente y pegadizo que toma elementos del hard rock de los 70’s, con varios guiños al sonido de Deep Purple, los adornos psicodélicos habituales, algunos desarrollos progresivos. Canciones directas y con letras llenas de optimismo y en las que los ecos garage-rock tan característicos en sus dos álbumes anteriores parecen disiparse en beneficio de una mayor complejidad compositiva. La dualidad que nos ofrece la guitarra de Kiryk, con el envolvente sonido del órgano vintage en alguno de los temas, es simplemente grandiosa. Siempre con frescura, y con un sabor inconfundible e inconfundible al menú del rock’n’roll de siempre. Sustentado en tonos vintage, las canciones están en constante evolución, de esta manera, puedes encontrarte un estilo definido en la parte inicial que va mutando para flirtear con vibraciones diferentes. Este punto en común en los temas hace que cada una de ellas sea un filón en el que excavar. Tratando temas como la digitalización, la migración masiva y los problemas sociales actuales, entre otros. Así que no es coincidencia que el título del disco sea una pista directa de nuestros tiempos locos, en los que parece que el fin del mundo podría estar acechando a la vuelta de la esquina. Pero en lugar de ser pesimista al respecto, WEDGE quiere transmitir un mensaje positivo: «Cuando sienta que podría no haber un mañana, simplemente ame y viva como ningún mañana».  sienta que podría no haber un mañana, simplemente ame y viva como ningún mañana». El resultado es un trabajo en el que cohabitan el hard, rock, el rock progresivo, el retro-rock, los ecos west-coast, momentos A.O.R., vientos sureños, boogie-rock, 60’s 70’s, crudeza proto-metal y un sinfín de vibraciones sustentadas por la psicodelia vintage como base de todos los temas.

WEDGE son: el guitarrista y cantante Kiryk Drewinski (ex-Liquid Visions y ex-The Magnificent Brotherhood), el bateria Holger “The Holg” Grosser y el bajista/organista Dave Götz y ‘LIKE NO TOMORROW‘ está disponible vía Heavy Psych Sounds.

‘Computer’ abre con un órgano vintage más propio del mismísimo John Lord, para inducirnos a una espiral de riffs más propios de comienzos de los 70’s.  Con la contundencia de una banda Stoner, va tejiendo las armonías entre los pasajes vocales de Kiryk para crear un tema directo y potente. Solos que se enredan entre los pasajes de los teclados construyendo un ‘todo’ de lo más atractivo. Como ya es habitual, la combinación estilística hace que encontremos pasajes progresivos y psicodélicos. Cambios y ondulaciones comandados por una poderosa línea de bajo y atractivas cabriolas salidas de la guitarra construyen un tema lleno de fuerza, de lo más completo y sugerente.

Lleno de vitalidad, y a ritmo de boogie-rock ‘Playing a role’ toma elementos garage y momentos Stoner-rock para crear un nuevo tema que nos atrapa en su fiesta del rock and roll con aroma a 60’s. Guitarra con buena dosis de fuzz, coros atractivos y ese sutil toque psicodélico transita sobre unos surcos que se vuelven más psicotrópicos entre la espesura del hipnótico bajo. Ofreciendo siempre una alternativa el tema va mutando en su vocación sin perder un ápice de fuerza para llevarnos a un espacio algo más prog en su parte central antes de regresar a sus orígenes.

‘Blood red wine’ parece incidir más en sonidos propios de finales de los 70’s. Casi con una estructura A.O.R. los teclados vintage regresan entre una nube de ritmos contemporáneos. Un sonido más difuso que juega con elementos que coquetean con un espacio psico-progresivo que tiende a crear una atmósfera más oscura que en el resto de los cortes.

Con una apertura más calmada, ‘Across the water’ retoma el espíritu del rock clásico de los 70’s optimista con melodías que transmiten un sosegado optimismo. Colorista y lleno de luz, el tema nos acaricia con dulzura entre sus atractivos ritmos. Coqueteando con momentos west-coast adornados con gruesos sonidos de bajo, la canción se fundamenta en las voces entre distintos elementos ornamentales que, como siempre nos ofrecen diferentes vibraciones. Tonos exóticos, guitarras psicodélicas y ritmos oscilantes crean un corte ecléctico que nunca sabes a donde te va a llevar, pero que ofrece un placentero viaje.

despertándonos del aparente letargo del tema anterior, ‘Queen of the night’ se despeña por laderas de rock and roll y proto-metal 70’s. Fresco y dinámico, sus divertidos estribillos y los tonos vintage que siempre aporta el sonido del órgano nos enfrascan sus contagiosos rítmicos invitándonos al baile y la fiesta. Por momentos intuyo ecos del glam rock más fiestero de comienzo de los 70’s. Lo cierto es que, si escuchas con detenimiento éste y el resto de los temas, siempre podrás encontrar una versatilidad estilística en los mil giros que ofrecen las canciones de este nuevo álbum.

‘5Uni’ coquetea con voces y coros 60’s entre ritmos garaje a los que nos tienen a acostumbrados. Su contagiosos groovy nos traslada a momentos floridos en los que el rock comenzaba a tomar distintas formas sonoras. La atmósfera vintage, se adorna con crudos solos de guitarra entre un ritmo que se va tornando más denso. Siempre oscilante, el tema aporta buenas dosis de frescura que se envuelven en un manto retro gracias a pasajes sencillos pero muy atrayentes con la guitarra desdoblándose en su sonido.
‘At the speed of life’ nos invita a un plácido paseo psicodélico entre bellos pasajes y melodías acolchadas. Evocando el sonido del ‘flower power’ la dulzura se apodera de los berlineses en un tema plácido más propio de bandas como Love o alguno de sus contemporáneos. La psicodelia florar se aleja de ritmos pesados ofreciéndonos tres minutos y medio de lo más reconfortantes. Algodonados pasajes que ofrecen la cara más amable del trio en un tema sencillo pero lleno de belleza.
‘Soldier’ a diferencia del resto de los cortes se desarrolla durante nueve minutos en los que WEDGE deja ver su lado místico con su psicodelia penetrante. Marcando los acordes con sosiego introduce elementos exóticos con una mística particular. Relajados pasajes que nos acarician para llevarnos a un mundo mágico en el que la guitarra juega en dos estratos distintos. Sumergidos en su vocación retro, el musculoso bajo complementa pasajes de tonos sureños más propios de Marshall Tucker Band en una combinación con la acidez perfectamente diseñada. En una lenta evolución hasta la mitad del tema, el sonido se va tornando más pesado, sin perder el camino florar escogido.    

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Reseña: RED SCALP.- «The Great Chase In The Sky «

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Un nuevo brote de la cantera polaca que sigue dándonos cada día más y mejores álbumes. Aquí el quinteto polaco trata de aportar más riqueza a su sonido con una experimentación sobre atmósferas progresivas que recubren su verdadera vocación de psicodelia pesada. Un trabajo bien producido que en cada tema contiene multitud de matices y giros. Sin perder su admiración por los nativos americanos, los cantos rituales y los ritmos ancestrales rinden nuevamente pleitesía a sus antepasados, esta vez sobre marcadas estructuras progresivas. Un equilibrio entre la pesadez y las melodías que refleja el giro que algunas bandas están tomando en un sonido que en muchas ocasiones se queda anquilosado y repetitivo. Es toda una alegría que bandas de la calidad de RED SCALP se inclinen hacia esa experimentación progresiva que solo hace enriquecerles como ya vimos en bandas como ELDER. Toda una puerta abierta que nos llena de esperanza y que demuestra que la reinvención es posible en beneficio de versatilidad. Temas hechos con esmero que logran transmitir sensibilidad y estados de ánimo en los que el peso de los teclados y vientos aporta enorme dosis de frescura a su psicodelia pesada sin que esto signifique renunciar a nada, sino abrir nuevos horizontes; algo muy de agradecer.    

«Mothertime» y sus siete minutos parte con la cortina sónica tejida por los teclados y sintetizadores a modo de introducción, una de las características de este nuevo álbum. A partir de ahí la banda da paso a una efectiva combinación de momentos heavy-rock con espacios hard-progresivos. El predominio de las teclas entre la espesa base rítmica hace que su sonido sea ciertamente monumental. melodías heavy-rock acarameladas y empalagosas sobre exuberantes ritmos entre corros y solos virtuosos que recuperan sonidos mas propios de los ochenta. La dualidad de las guitarras entre los densos pasajes crean un espesura de sonido apabullante. En el tema, y gracias a los cuidados sintetizadores se aprecian vibraciones progresivas en una banda que no pierde su vocación de recuerdo a los nativos americanos.

El sinfonismo de «Chase» y su aura lisérgica nos  prepara para la gran épica que está por llegar. Un cadente e hipnótico bajo y la guitarra aflorando con sutileza entre las oscuras atmósferas,  nos sirven de preludio de un tema que evoluciona engrandeciéndose en su caminar. Riffs mas propios del doom aparecen majestuosos. Los cantos rituales indios describen el entorno místico en el que se desenvuelven los polacos.  Cantos entre la bruma invocando a los ancestros. tras un silencio los ritmos hard-prog con fuertes guitarras y bien cuidadas melodías vocales, se elevan entre esos ritmos stoner-doom. Una composición tupida con riffs que se repiten. Sin embargo encontramos un contraste con el sinfonísmo progresivo y una voces más propias de cuatro décadas atrás. Lo nuevo y lo antiguo unido para marcar el nuevo rumbo tomado por RED SCALP en este trabajo. Siguiendo de alguna manera el camino abierto por ELDER en sus últimas entregas, los sonidos de instrumentos de vientos aparecen sutilmente entre los pesados y oscilantes riffs. Toda una bacanal de efectos y una diabólica batería en un auténtico ritual de guerra en el que se aprecia una gran riqueza compositiva. Una atrevida combinación con un sabro añejo en la que los momentos heavy-progresivos sirven de soporte a los fornidos y difusos ritmos entre solos virtuosos.

«Sacred space» sirve de escenario a unas atmósferas que sin perder su vocación progresiva se recuestan mas en escenarios de psicodelia pesada. Los ritmos tribales de los nativos americanos son descritos desde el sosiego. Resonancias ancestrales con profundas voces con efectivas melodías adornan un tema profundo, atrayente y calmado. El saxo aparece esplendoroso demostrando que los polacos quieren aportan frescura a su música.  Un giro inesperado de los muchos que tenemos en el álbum nos embarca en una espiral del pesados ritmos de tonos  sobre los que se incrustan afilados solos. Constantes oscilaciones y serpenteos van elevando la intensidad del corte. Una gran cantidad de matices que llevan a los polacos a decidirse sobre los espacios heavy-progresivos tan presentes en todo el álbum. Unos pasajes en los que los teclados se muestran esplendorosos. Pesado, oscuro y sinfónico, el tema va moldeando cada acorde sin que el sonido plomizo de la banda se resienta. Todos estos nuevos elementos no hacen sino enriquecer su sonido. 

«Gunsinger» uno de los temas destacados de «THE GREAT CHASE IN THE SKY» se deja llevar por la veneración de los ancestros con sus cantos tribales en atmósferas de psicodelia pesada. Candente, lisérgico, y lleno de efectos deja al descubierto su lado más psicotrópico. Llamas que se elevan al cielo en busca de la redención y danzas en la noche llenas de magnetismo.

El álbum se cierra con «Slide». Un tema de diez minutos marcado inicialmente por esos omnipresentes teclados. Tenebroso y lleno de misterio, el relato aquí demuestra que el quinteto trata de perfeccionar su sonido hacia nuevos horizontes.  Densos, pero cuidando las melodías Un cadente bajo en una ambiente ciertamente chamánico que explota con pesados riffs mientras las melodías vocales siguen fieles a su sensibilidad sentimental. Pasajes de stoner ortodoxo se mezclan entre la ampulosa instrumentación. toda una danza envolvente que cesa al dictado de una guitara acústica que hace dar un nuevo giro al tema antes de la espiral que nos espera en su parte final. Un tema lleno de épica. 

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Reseña: SURYA.- «Overthrown»

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«OVERTHROWN» es una de esas gratas sorpresas que nos encontramos de vez en cuando. El primer álbum de la banda de Jerez de la Frontera que irrumpe en la escena con la fuerza de un huracán. Después de haber publicado en el año 2.017 un EP,  Antonio Hierro (voces y guitarras), José Moares (guitarras y sintetizadores), José Mª Zapata (bajo y percusión) y Carlos Camisón (batería, guitarras y voces) graban en Estudio 79 a los mandos de Rafa Camisón, y con la masterización de Mario G. Alberni. en Kadifornia los ocho temas que componen este álbum conceptual que navega entre las aguas de los sonidos arenosos salidos de los desiertos californianos en los noventa y las corrientes hard-rock que nacieron en la década de los setenta. Un equilibrio que se sostiene en poderosos ritmos aliñados con un exuberante fuzz y riffs monolíticos sin renunciar a cuidadas melodías que se recuestan en remansos psicodélicos en los que se vislumbra una cierta esencia andaluza. El resultado es un atractivo y atrayente trabajo que fluye con soltura en cada uno de sus temas y acaba por sorprendernos gracias a la madurez que refleja cada uno de sus temas. Guitarras que su superponen en distintos niveles para conformar temas prietos y efectivos que se colorean con distintas influencias para acabar construyendo un sólido oleo multicolor.  La temática del álbum se circunscribe la venganza de un hijo que fue repudiado por su padre, conformando cada tema un capítulo de dicha historia. 

«Tales of the great Fharats» parte con pegadizos y repetitivos riffs stoner que no se andan con contemplaciones. Directos a la yugular derrochan fuzz bajo esquemas ortodoxos de rock desértico que nos golpean con fuerza.  Un tema que acaba ondulando sin salirse del camino y en el que encontramos una poderosa y fornida línea de bajo que contrasta con la finura de los solos de las guitarras. Ciertos vientos sureños refrescan el envite al que nos someten refrescan el tema con tonos setenteros en su parte final.  

Sobre unos cimientos sencillos pero efectivos, «Sundazed» parece seguir la estela del corte precedente. un olor a «noventas» se percibe especialmente en la cadencia vocal junto a sus difusos riffs. Un puente de ida y vuelta que sirve de espacio para construir una autopista de fuzz a través de la cual contar la historia de Fharats ardiendo por el conjuro de su hijo. Serpenteando sobre el riff que está construido, finalmente acaba modulándose hacia espacios más psicodélicos en su última parte. Sin perder su vocación arenosa el tema cae en ciénagas lisérgicas. unas arenas movedizas que hacen que el tema gire en una espiral que acaba diluyéndose poco a poco.

Largas rectas de autopista, desierto y fuzz nos evoca «Crystal gate». Con un riff repetido el tema transcurre con un cierto aroma retro. Un corte pesado que mantiene la frescura y dinamismo con su contagioso ritmo. Sus cálidos tonos siguen la constante del resto de temas, aquí de una forma algo más serena y lineal. El corte más largo del álbum incluye algún momento progresivo en sus surcos. su larga duración permite más la experimentación con otros sonidos. La lucha entre padre e hijo queda abierta a tenor del resultado del tema con un final en el que los jerezanos descienden a plácidos pasajes más psicodélicos. 

A modo de continuación con el tema anterior, «Thousand years bridge» mantiene la vocación psico-progresiva. Calmados acordes semi-acústicos y susurrante voces nos envuelven en un agradable manto. Su magnetismo difiere de la fuerza de los temas precedentes, variando aquí la propuesta musical. Una agradable sorpresa que nos da muestra de la versatilidad de la banda narrando de forma aleatoria la historia sobre la que se basa el álbum. 

«Golden tower» rescata la senda desértica para avanzar guiados por un inquietante bajo a través de amplios espacios en los que el fuzz humeante regresa con fuerza. componiendo en dos estratos distintos, la base rítmica se colorea con profundos solos de guitarra que se estiran en una exploración psicodélica.  Aquí la banda parece sentirse cómoda y eso se nota en el acabado del tema que rezuma aroman noventeros en sus riffs. Tras la muerte del padre, el hijo contempla su reino. toda una serpiente multicolor en la que el desert-rock zigzaguea con gruesos e incisivos riffs en bucle entre tonos llegados del sur que evocan momentos de gloria de la escena andaluza.

Volviendo a los sonidos acústicos, «Turtle shaman», describe el ocaso a través de arpegios que retratan su habilidad y técnica. Con distintos elementos estilísticos van construyendo un oscuro relato instrumental en el que las voces progresiva herederas de los setenta hacen que el tema se incline a momentos progresivos. giros inesperados que se desatan en una estampida rítmica que acaba por arrollarnos en otro ejemplo colorista de que la banda no se aferra a un estilo concreto. El resultado es un tema lleno de magnetismo que relata como se adquiere la sabiduría a través ese chaman encontrado en sus viajes y que le sirve al hijo para el conjuro que acaba con su padre. 

Una nueva sorpresa nos espera en «Begone». Hard rock cavernícola con tonos funk y un groovy alegre y cadencioso. Fuzz y wah wah a la vieja usanza tiñe de ocre un tema que podríamos considerar algo vintage pero que todavía vigente. Sin sonar a rancio, su sencilla estructura resulta ser lo suficientemente efectiva para que se cumpla la máxima de que a veces «menos es mas». Aquí no  encontramos complicados desarrollos, sino hard rock sin pretensiones. 

«No Further» cierra el álbum con una inquietante línea de bajo sobre pasajes heavy-psych que se elevan ondulando como banderas guiadas por el viento. La suficiente dosis de fuzz como para ir elevando la intensidad sin renunciar a momento psicodélicos sin perder su cadencia rítmica en ningún momento. Un fujo constante que permite avanzar sin mirar atrás. 

«OVERTHROWN» supone una magnífica carta de presentación que nos confirmar el renacer de la escena andaluza con un nuevo retoño que se una a la cada vez mas larga lista de nuevas banda que tantas satisfacciones nos están dando en los últimos tiempos. 

El álbum ve la luz con la unión de los esfuerzos de pequeños sellos nacionales que siguen apostando por nuevas bandas, lo cual es todo un reto que los aficionados debemos de agradecer y que poco a poco a de ir dando sus frutos. El álbum se encuentra disponible a través de  Spinda Records, Surnia Records, Monasterio de Cultura, Violence In The Veins, Bandera Records, Sacramento Records, Odio Sonoro, Gato Encerrado Records, Discos X Mil y Noizeland Records.

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SEID.- «Weltschmerz, Baby»

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La veterana, aunque no demasiado conocida formación noruega SEID,  publica su quinto álbum «WELSCHMERZ, BABY» via Sulatron Records.

Una banda formada en 1993 y que sigue ofreciendo producciones de alto nivel. Melodías pegadizas, voces en su noruego natal, guitarras difusas y elementos kraut, psicodélicos y progresivos en las que los sintetizadores juegan un papel fundamental.

Tambores y distorsiones con inquietantes voces y coros pseudo-orientales inician el periplo de «Haukove». Teclados y sintetizadores nos trasladan a un entorno de tintes  espaciales que me evocan el último disco de SUNDIAL siguiendo los dictados de la kosmiche-music en su faceta más electrónica. Con momentos ya vividos por Jean  Michel Jarre hace años, la locomotora noruega avanza acelerándose hipnóticamente a golpe de una veloz batería.

Desde la lejanía, los sintetizadores van haciendo acto de presencia envueltos en un halo de efectos espaciales, con voces femeninas saliendo de una megafonía futurista. Una locución robótica que va cediendo paso a una instrumentación trippy para pasar a un segundo plano creando un clima de misterio futurista intergaláctico en «Trollmannens Hytte»

Mucho más intenso, y psicodélico, sin perder los tonos espaciales, la guitarra marca un tema en el que voces marciales, describen una pista ampulosa que da un giro hacia entornos palaciegos. «Satan i Blodet», entre lo oriental y lo clásico va perdiendo el vigor para relajarse en atractivos momentos en los que una guitarra de corte árabe destaca entre efectos de orquestales efectos y violines bajo los auspicios del rock más progresivo.

Momentos de xilófonos y sintetizadores encontramos en «Weltschmerz, baby!  con inquietantes ritmos kraut, efectos y voces arias crean un clima psico-progresivo de tintes electrónicos.

En temas como «Coyoteman» SEID se muestran más apacibles y lisérgicos. Atractivos acordes y coros pseudo-floydianos, construyen un tema que no reniega de florales estructuras de guitarra fuzz.

Los acordes orientales se repiten en «Moloch vs Gud» en la que los lejanos coros apaciguan la atmósfera que crea una batería en un tema más experimental que acaba uniéndose «Mir (Drogarna börjar värka)». Espacios psico-progresivos con una nítida linea de bajo describe una psicodelia borrosa y más electrónica que se combina con agradables melodías y apacibles voces.

SEID son: Jörgen Kosmos (guitarra y voces), Burt Rocket (guitarra y coros), Janis (guitarra), Jan Spaice (batería y órgano) Morgan (sintetizadores y teclados). 

 

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