Reseña: GREEN LUNG.- ‘This heathen land’

Evolucionando desde el punto en el que lo dejaron con su anterior álbum ‘BLACK HARVEST’ (reseña aquí), el nuevo álbum de los británicos GREEN LUNG sigue explorando sin rubor el legado del heavy rock de los 70’s. En un episodio mas de su evolución, la banda parece tener absolutamente claro su objetivo. Así, vuelven a golpearnos con canciones épicas en las que el proto-doom, y el heavy rock de antaño, habitan en placida armonía en una atmósfera vintage con grandes voces y unos riffs espeluznantes. Ganchos inquebrantables que se tiñen de oscuro para no olvidar aquellos sonidos ocultistas y convertirlos en un cuento de fantasía. Sus fantásticos solos virtuosos y el siempre acertado aporte del órgano hacen que sus canciones resulten cohesionadas. No importan los giros y cambios de ritmo, porque finalmente todo resulta perfecto para enganchar al oyente en un relato de misterio presidido por una grandilocuente melancolía. ‘THIS HEATHEM LAND’ es un intento de “crear la banda sonora definitiva para la película de terror folk que tenemos en nuestras cabezas”, tal y como dice el cantante de la banda Tom Templa. Haciendo que sus canciones se desarrolles en nebulosas atmósferas, GREEN LUNG se mete de lleno en su propio relato, haciendo que todo fluya en armonía. Desde esa guitarra punzante y virtuosa, ese contrapunto en el órgano, y sobre todo el buen uso de las voces y las melodías, hacen que este nuevo álbum se convierta en un trabajo en el que la épica es la guía de un sonido grandilocuente, pero bien construido. Puede que a muchos les resulte familiar lo que escuchan y que lo hayas oído muchas veces antes, pero cuando es tocado así, siempre va a resultar gratificante. De nuevo GREEN LUNG siguen apuntando alto en su carrera, ya que sus canciones consiguen calar hondo en sus mas fervientes fans.

‘Prologue’ nos lleva con una suave introducción acompañada de una locución a ‘The Forest Church’. Una canción que golpea con gruesos riffs de vocación Sabbath. Con bruscos cambios de ritmo y un aroma a heavy rock de los 70’s se entrelazan entre épicas melodías. Un tufillo a RAINBOW y algunos guiños KADAVAR se mestizan en un oscuro escenario sonoro acompañado de ese órgano vintage penetrante y esos solos virtuosos más propios de época dorada del heavy rock.

Los pegadizos riffs de ‘Mountain Throne’ rescatan nuevamente la épica del heavy rock entre estribillos contagiosos. Un corte dinámico de fácil digestión bajo la fórmula de la ‘canción himno’ que tanta gloria dio en el pasado.

Basándose en la vida de la bruja real, Maxine Sanders, la suma sacerdotisa en el corazón de la brujería de Alejandría ‘Maxine (Witch Queen)’ es otro himno de heavy-rock que resonará en grandes festivales activando al oyente con sus incisivos riffs y el cálido órgano.

Explorando la carga de la depresión, y fusionando el doom con tonos góticos ‘One for sorrow’ se inclina por un sinfonismo del siglo XXI encorsetado en un tono melancólico. Uniendo ese proto-doom, con el rock progresivo y el metal sinfónico, la pista nos muestra un halo de tristeza que se ve ensalzado por la magnífica melodía vocal y esos golpes de una pesadez rebosante de épica que los británicos imprimen a sus canciones. Un corte descomunal con magníficos arreglos y el espíritu de Sabbath muy presente.

Usando los acordes acústicos y un lento ritmo tribal, ‘Song of the Stones’ explora un folk oscuro con tintes tradicionales. Una fascinante canción que pone la pausa entre las embestidas de riffs de los cortes precedentes.

Tras la relajante canción anterior, los riffs de puro heavy-metal de ‘The Ancient Ways’ hacen que nuestras cervicales oscilen en un frenesí de fornidos riffs. Mirando de reojo al pasado, las cuidadas melodías son impulsadas por riffs arrebatadores. Otra pista monumental en la que los arreglos son cuidados con esmero para ofrecer al oyente un sonido épico bajo una atmósfera vintage de manual. Una de las mejores canciones de un álbum que no baja el nivel en ningún momento.

‘Hunters in the Sky’ parece beber mas de los riffs Stoner para crear una cruzada diabólica con el heavy-rock más ortodoxo. Con ese fantástico órgano aportando su grano de arena para que todas las piezas encajen, y esos riffs que golpean una y otra vez, la pista se acaba convirtiendo en un regalo para los amantes de los sonidos con tonos ocultistas de décadas pasadas.

El cierre a este notable trabajo lo pone ‘Oceans of Time’. Una canción que se gesta con una lenta introducción que deja paso a voces y coros más propios de Queen, y que versa sobre el amor vampírico. La ambientación, las melodías, el manejo de los tiempos, unido a una magnífica producción y unos arreglos magistrales, hacen que la pista adquiera tonos monumentales.

GREEN LUNG

Nuclear Blast

Reseña: BLOOD CEREMONY.- ‘The old ways remain’

Manteniéndose fieles a su pasado y tras siete años de sequía, los canadienses BLOOD CEREMONY regresan a lo grande con un álbum soberbio, con el que expanden su sonido en nuevas direcciones, y a la vez su leyenda. Ha pasado demasiado tiempo sin música nueva de la banda, pero ahora nos compensan, ¡y de qué manera! Porque ‘THE OLD WAYS REMAIN’ es un álbum sin fisuras, con fantásticas melodías, canciones pesadas, guiños folk, mágicas atmósferas, elementos progresivos y con la esencia de la banda brillando en todo su esplendor. Que duda cabe que sus fans desearían un regreso así, y ahora, solo queda caer rendido a sus pies y dar las gracias por esta maravilla sonora. El álbum se inspira en el concepto de espíritus pasados ​​que acechan el presente, lo que está magistralmente encerrado en su música, con unas canciones que vivirán en tu carne y huesos en los años venideros. A medida que su destreza en la composición de canciones crece y su música adquiere colores más profundos y brillantes en respuesta, el cuarteto está perfectamente preparado para renovar su relación especial con los nostálgicos adoradores de los riffs en todas partes. Con la llegada de la primavera, las viejas costumbres lanzarán su hechizo de nuevo. En este nuevo álbum, BLOOD CEREMONY consiguen que sus canciones atrapen al oyente, ya que son de todo, menos aburridas. En cada pista puedes encontrar una narrativa versátil, que siempre hace que las piezas encajen, haciendo que cada giro, cada cambio estilístico, resulte fluido y cautivador. Diversas, hipnóticas y eminentemente maravillosas, con una mezcla sonora de pesadez y alucinación, sus canciones toman el vuelo llevando el sonido de los canadienses a un nuevo territorio, al mismo tiempo que honran el espíritu atávico que los ha llevado a tales triunfos en el pasado. ‘THE OLD WAYS REMAIN’ es un álbum para aquellos que aman las grandes canciones, los grandes riffs y las historias crípticas de los límites exteriores.

‘THE OLD WAYS REMAIN’ está disponible vía Rise Above Records.

BLOOD CEREMONY son: Alia O’Brien (voz, fluta, órgano), Sean Kennedy (guitarra), Lucas Gadke  (bajo) y Michael Carrillo (batería)

Con una entrada ceremonial, los primeros riffs de ‘The Hellfire Club’ parecen devolver a un pasado glorioso. La seductora voz y un tempo contenido pero sólido van desgranando las entrañas de una canción que lleva el sello de la banda. La atmósfera retro recrea ensoñadores pasajes en los que el rock ocultista muestra su lado mas sensual. Mágicos pasajes de flauta, una atmósfera oscura y cautivadores riffs, son argumentos suficientes para caer rendido a sus pies.

Emulando a las bandas hard-progresivas de los 70’s ‘Ipsissimus’ se desarrolla en una atmósfera mas propia de otros tiempos. Con una cuidada melodía, la canción desprende elementos diferenciadores de un trabajo bien hecho. Cambios de ritmos que no entorpecen la trama, y una narrativa fluida equilibran la pesadez de la banda con su lado más aterciopelado. La pista evoluciona a un espacio más pesado y rockero con un ritmo trepidante y algunos solos asesinos.

‘Eugenie’ vuelve a soportarse en el sonido de la flauta en su apertura para crear una ecléctica canción con variadas influencias estilísticas. Con una armonía sencilla y repetitiva, los canadienses van coloreando la pista con gotas de blues, estribillos melancólicos y un ritmo luminoso que les aparta por momentos de sus tonos ocultistas. Un cierto exotismo se incrusta en bellos pasajes de guitarra manteniendo el magnetismo de una pista sosegada pero que no te da pausa. La entrada del órgano hace que la canción mute a un espacio vintage, en el que los ritmos calientes y los vientos nos sumen en un cautivador corte retro. El tema resume la facilidad de la banda para modular sus canciones.

Instalados en esos escenarios vintage que tan bien saben crear, ‘Lolly Willows’ mira al hard-progresivo de los 70’s con una mirada creativa. Con una melodía pegadiza la canción avanza custodiada por una potente base rítmica y numerosas cabriolas que hace que su escucha sea divertida y fluida.

En un tono más poppie y florido,  ‘Powers of Darkness’ desprende un néctar almibarado mas propio de los 60’s o 70’s. Suave, con coros celestiales y una voz apacible y seductora, la canción no ofrece una instrumentación enrevesada, pero siempre con su punto pesado. No hay que confundir lo suave con lo ñoño, y aquí encontramos el ejemplo perfecto, ya que la guitarra no falta a su cita para ofrecernos su particular néctar en forma de solo afilado.

En un tono más rockero ‘The Bonfires at Belloc Coombe’ recrea pasajes de puro rock 70’s. Siempre con la cautivadora voz de Alia, poniendo el contrapunto a la contundencia de sus riffs, y consiguiendo el equilibrio y ese poder cautivador que imprimen a cada pista. Dando un giro en su segunda mitad, el corte desciende a un espacio más psicodélico por momentos. Un breve espejismo, ya que la flauta y un ritmo trepidante nos devuelven a un aquelarre de hard-prog de clara inspiración 70’s.

‘Widdershins’ se empapa de acidez para crear un sonido más dinámico e incisivo. Con pasajes proto-doom a los que se une la flauta, los canadiense construyen una pista pesada, oscura y mágica a partes iguales.

Retomando las melodías aterciopeladas ‘Hecate’ es una pista con sabor a miel en el que la psicodelia pop de los 60’s se refleja con acierto. Una pista vintage, en la que la banda deja de lado su sonido más reconocible. Toda una paradoja que una banda como ellos, compongan canciones así, y estas resulten auténticas y fascinantes. A buen seguro, será una sorpresa par a muchos de sus seguidores.

Dejándose llevar por el folk progresivo ‘Mossy Wood’ aporta aromas rurales con un dulce sonido de flauta. Siempre con la cautivadora voz como abanderada, la canción combina mágicos pasajes de flauta con una estructura más rock. Por momentos enigmática, la pista se balancea en un espacio ocultista

Song of the Morrow’ pone el epílogo a este maravilloso álbum con suaves coros y dulces melodías que conjugan los elementos usados en el resto de las canciones. Mirando a la West-coast, el tema se contiene por momentos, dejando que su armonía mute suavemente entre pasajes psicodélicos golpes pesados y una estética cambiante.

Blood Ceremony

Rise Above Records 

Reseña: JESS AND THE ANCIENT ONES.- ‘Vertigo’

Lo que comenzó en el disco anterior, ‘THE HORSE & OTHER WERIRD TALES’, se lleva más y más profundamente, hacia una conclusión sobre su cuarto álbum ‘VERTIGO’. Envueltos en una funda de la vieja escuela adornada con un tornado, las ocho pistas del álbum burbujean en un caldero hirviente de influencia de la cultura pop vintage y paranoia con tintes ocultistas. Posiblemente estemos ante uno de sus álbumes más asequibles para todos los públicos, si bien la vocación ocultista de la banda persiste, en ‘VERTIGO’ todo se presenta con mesura. Comandados por su gran sacerdotisa y cantante Jasmin Saarela los finlandeses nos presentan un álbum con sonidos retro en el que el poder protector del órgano vintage amortigua los sonidos de sus brillantes guitarras. Como si fuera un vodevil, las canciones prescinden de elementos artificiosos para ofrecernos el lado más poético y lírico hasta el momento. Sus melodías cabalgan a lomos de un dócil corcel entre ritmos oscilantes siempre guiados por la seductora voz de Jess. JESS AND THE ANCIENT ONES construyen sus canciones en la oscuridad, pero a diferencia de otras bandas ocultistas, consiguen que sus canciones sean divertidas y no transmitan esa tristeza que aplaca los ánimos del oyente. Sus composiciones melódicas, pegadizas y psicodélicas se adornan con un misticismo reconfortante en el que caben los tonos soul, blues y jazz de su vocalista gravitando en un apacible espacio sonoro en el que todo se desarrolla con calma y en el que no faltan momentos freak. Aún así, tenemos momentos en los que la banda ofrece su faceta más pesada, ofreciendo pasajes que hubieran firmado cualquier banda hard-progresiva de los 70’s. Sin duda, JESS AND THE ANCIENT ONES sigue labrando su carrera con un notable álbum en el que queda reflejado que son una gran banda. ‘VERTIGO’ es uno de esos álbumes en los que cada nueva escucha va a ofrecer al oyente un nuevo aliciente no percibido anteriormente, algo que prueba la calidad que esconden sus mágicos surcos. Un álbum construido sobre una atmósfera retro pero que no suena a ninguna banda del pasado, sino que suena a JESS AND THE ANCIENT ONES en estado puro.

‘VERTIGO’ está disponible vía Svart Records.

 El compositor y guitarrista Thomas Corpse nos comenta: “Para mí, este álbum suena como un caballo oscuro, un hermano del álbum anterior. Hay una extraña sensación siniestra que se cierne sobre todo el álbum, tal vez sea la sensación de nostalgia que surge de la letra «.

‘Burning of the velvet fires’. Abre el álbum marcado por la poderosa voz de Jasmin Saarela y sus cantos ceremoniales. Teclados y guitarras creando una atmósfera vintage en un corte con tintes de cabaret y la esencia lírica de la banda. Espacios progresivos que se salpican con locuciones y una neblina psicodélica crean un aterciopelado espacio sonoro en el que los ritos paganos se desarrollan con un espíritu de los 60’s. Las cuidadas melodías llenas de fuerza habitan entre ritmos oscilantes. Sonidos difusos y el órgano en un primer plano van creando un entorno poético de gran atractivo en el que la psicodelia aparece con mesura. Salpicando pasajes recitados con momentos en los que la intensidad se eleva arrastradas por armonías más pesadas.

De nuevo el órgano toma el protagonismo en ‘World paranormal’. Armonías con inclinación pop revolotean en una canción de gran frescura. Un ritmo sencillo se colorea con suaves acordes y una voz que se inclina por registros más desagarrados.  Alejados de las vibraciones más pesadas los coros y estribillos transitan en esa atmósfera retro bajo los dinámicos ritmos. El tema evoluciona en su intensidad entre guitarras más difusas y persistentes.

‘Taking board’ abre entre locuciones radiofónicas y el órgano pastoral. Instalados en una atmósfera freak, el relato ocultista es narrado por su particular sacerdotisa. Siempre usando los elementos líricos la banda aumenta la intensidad de su relato bajo el pragmático sonido del órgano. Constantes oscilaciones en la trama hacen que el hipnotismo del tema se vea afectado. Pinceladas progresivas colorean el tema dotándole de un aspecto más pesado. Nuevamente encontramos un brillante ejercicio vocal complementado por el tétrico sonido de su órgano en esta bacanal pagana. Aportando risas siniestras el tema se sumerge en ese espacio tenebroso con el que tan bien saber jugar JESS AND THE ANCIENT ONES.

El penetrante sonido del órgano pone ritmo a ‘Love zombi’. Buenos solos de guitarra se unen a esta fiesta en la que los ritmos funk parecen poner banda sonora a una divertida película de terror de serie B. Aquí la banda muestra toda su esencia con versátiles ritmos que danzan en la espeluznante narrativa de los finlandeses. Una cadencia freak de origen 60’s acompaña las armonías del tema para hacer resucitar a los muertos en una nueva danza pagana. Esta vez con un punto de vista festivo.

‘Summer tripping man’ repite la fórmula de las locuciones en su apertura. Los diabólicos tambores acompañan el penetrante sonido del órgano en otro tema que conjuga elementos progresivos con voces atractivas voces líricas. Lleno de dinamismo el tema se eleva con su sonido vintage invitando a la ceremonia de las tinieblas. A diferencia de otras bandas ocultistas, los finlandeses construyen temas divertidos sin renunciar a la oscuridad. Esto supone un soplo de aire fresco a un estilo que suele ejecutarse con los mismos tópicos y parámetros den la mayoría de las bandas.

Dando un pequeño giro, las guitarras retumban en la lejanía mientras las voces se ecualizan en ‘Born to kill’. Otro tema marcado por los acordes de ese vibrante órgano que en esta ocasión soporta un tema más rockero. El sonido se expande mostrando sus aristas bajo poderosos e insistentes tambores. La lucha entre guitarra y órgano se complementa con desgarradores pasajes vocales que toman elementos blues. Sin perder su espíritu vintage, los ecos psicodélicos se muestran más nítidamente. Los gritos de su vocalista imprimen más fuerza a un tema más salvaje.

 De nuevo las vibraciones freak de tintes vodevilescos aparecen en ‘What’s on your mind’. Afiladas guitarras y un ritmo más cadente son amortiguado por los teclados. Ondulando en su intensidad y con mil florituras en su composición la canción se muestra firme y contundente en su sonido. Desde una aparente sencillez, el tema contiene variedad de matices que hacen que su escucha sea bastante atractiva. Incluso con algún elemento sinfónico, la fuerza de la banda queda patente nuevamente en otro tema arrollador. Los estribillos se elevan majestuosos acompañados por una corte sinfónica más propia de una orquesta en una especie de ópera rock.

Poniendo el cierre de oro al álbum, ‘Strange earth illusion’ con sus once minutos, nos muestra a los finlandeses en su esplendor creativo. Con una apertura atmosférica en la que la psicodelia preside el sonido, el tema se muestra como una suite. Los tonos soul, blues y jazz de su vocalista gravitan en un apacible espacio sonoro en el que todo se desarrolla con calma. Con una introducción presidida por la guitarra la entrada del órgano en escena eleva la voz con desgarradores pasajes con los habituales tonos ocultistas. Intercalando locuciones y voces susurrantes el tema transita por un psicotrópico entorno de oscuridad. Sus pasajes progresivos llenos de riqueza compositiva aparecen elevando el tono de la canción. Siempre manteniendo los ecos hard-prog 70’s, el tema avanza hacia un destino indefinido. Dentro de sus desarrollos progresivos, no dudan en incorporar elementos sinfónicos con coros clásicos dotando al tema de una espiritualidad casi celestial. En el tema encontramos pasajes soul en los que la voz vuelve a hechizarnos envuelta en efluvios psicodélicos. Sin duda, el mejor tema de todo el álbum.

Jess and the Ancient Ones

Svart Records

Reseña: BRIMSTONE COVEN.- «The Woes of a Mortal Earth»

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Un sonido lleno de estereotipos pero que funciona a la perfección. La dupla de voces entre sus crudos y típicos riffs retro de origen 70’s le dan un toque de clase a un álbum que  fluye bien bajo ritmos lentos pero pesados entre cuidadas armonías. Seguramente los de Virginia no descubran nada, pero la honestidad con la que parecen construir sus temas les hace ser una banda atractiva para el oyente. Música sin complicaciones ni grandes alardes, pero de lo más resultona. Retomando las vibraciones de los 70’s de bandas como Sabbath, Pentagram o Deep Purple crean un álbum que vive en un ambiente vintage entre armonías flotantes entre ritmos lentos y cadentes. 

Muchos son los álbumes «retro» que escuchamos cada semana, pero BRIMSTONE COVEN prescinden de la rabia y lo estruendoso para crear un álbum lleno de melodías rituales de fácil digestión para el oyente. Algunos echarán de menos algo de pesadez y ruido, pero esa parte queda compensada con una relativa calma entre las tinieblas en las que construyen todas sus canciones. Temas hechos en el siglo XXI pero con un espíritu que bebe del manantial de los pioneros del ocult-rock más clásico. Un hechizo sonoro que te mantendrá dentro del círculo mágico de la banda protegiéndote de las fuerzas del mal en un notable álbum de rock clásico.

Procedente del este de Ohio, la banda lanzó dos álbumes en Metal Blade durante la primera mitad de la década de 2010 antes de renovar su alineación en 2017. Después de varias giras y del autoeditado «WHAT AND WAS AND WHAT SHALL BE», la banda unió fuerzas con el sello Ripple Music para crear su álbum con el sonido más oscuro hasta la fecha. A pesar de la estética premonitoria de «WOES OF A MORTAL EARTH», la banda parece tener mucho que decir. 

BRIMSTONE COVEN son: Corey Roth, (voz, guitarra), Andrew D’Cagna (bajo, voz) y Dave Trik  (batería).

Por la senda del proto-metal más atrayente y primitivo «The inferno», se muestra como un tema contenido en el que las melodías son cuidadas con esmero. Un contraste de lo más efectivo que conjuga riffs tradicionales con registro vocales más apacibles. Inspirados completamento en el sonido de los primeros 70’s, encontramos algunas buenas guitarras afiladas en un tema que funciona bajo un pegadizo ritmo entre vibraciones oscuras, pero contagiosas en una línea a caballo entre Sabbath y Purple.

Aumentando la dosis de sonidos tenebrosos herederos de Sabbath, la voz con sabor a miel pone el contrapunto en «When the World is Gone«. sus armonías flotantes equilibran los riffs crudos de tonos ocultistas.  Inevitablemente los tonos retro, aparecen como en casi todos los temas, mientras las melodías se acercan a postulados casi progresivos lo cual supone un aliciente para que la escucha no sea nada monótona. Riffs tranquilos y cristalinos se repiten entre la dulzura de una dupla de voces que siempre ponen el lado más comedido de un álbum que nace de la crudeza de sus predecesores.

La solemnidad ocultista se manifiesta con mayor incidencia en «Live with a ghost». Un tema típico de rock ocultista masajeado por bellas melodías que muestran la faceta más tierna de una banda salvaje pero que sabe modular sus temas. Un entorno retro-rock si demasiadas complicaciones ni artificios.  Su mayor aval son los juegos vocales, siempre melodiosos y masajeantes entre riffs heavy-rock al uso.  

«The Darker Half» es un tema sencillo, que mantiene sus riffs tensos entre dulces armonías que no pierden el espíritu proto-doom de una banda que vive a caballo entre los 70’s y el siglo XXI (más instalados en los 70’s) y en los albores del nacimiento del heavy-rock. Con esa ingenuidad del que comienza, la banda a pesar de llevar casi diez años en esto, sigue manteniendo su frescura con un cierto tono purpleliano entre sus cuidadas melodías.

Sigiloso y oscuro «Secrets of the Earth», tras una susurrante introducción algo lisérgica, se despeña por clásico riffs ocultistas amortiguados por apacibles melodías de voces corales. Cadente y contenido el tema no tiene prisa por salir del riff que lo sustenta. 

En el cierre encontramos «Song of Whippoorwill», un tema lento de ocult-rock lleno de clichés. Doomy, oscuro y atmosférico, es suavizado como la gran parte de los temas, por voces armoniosas que amortiguan la pesadez de los riffs. El tema avanza cansino y plomizo siempre con los ornamentos de vocación casi progresiva y algún solo brillante pero comedido.  Posiblemente el corte peque de algo de monotonía, pero esto, parece ser algo premeditado. Una oscuridad latente que no cae en lo tenebroso y en la que el trabajo del bajo juega un importante papel. 

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Reseña: HIGH PRIESTESS.- «Casting The Circle «

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Tras la buena impresión que me causó su álbum debut, muchas eran mis ganas por degustar esta nueva entrega, y lo cierto es que “CASTING THE CIRCLE” no me ha defraudado en absoluto. Todo un ritual ocultista de psycho-doom en el que canalizan la energía a través de oscuros temas pesados en los que la tensión, el misterio y la oscuridad habitan entre fabulosas las armonías vocales de sus dos principales sacerdotisas. Temas que avanzan lentamente, con una cadencia que no reniega de la pesadez pero que no parece tener prisa, y en los que los aromas orientales están presentes a través de fantásticos desarrollos de guitarra aderezados con atmosféricos pasajes. Incorporando teclados a la liturgia, crean el clímax perfecto para hechizarnos en una ceremonia en la que los tambores tribales nos marcan el camino a lo desconocido. Son muchas las bandas psycho-doom con una vocalista al frente que están surgiendo en la escena pesada en los últimos tiempos, pero pocas son capaces de derrochar la sensualidad y buen hacer de este trío californiano. Sin muchos momentos de rabia, los temas van fluyendo en una pausa catártica en ese sacrificio a las deidades del averno que nos proponen. Si, esto es rock ocultista, pero con una magia angelical en las que las plegarias consiguen atraernos como lo hacían las sirenas a los marineros para atraer sus barcos hacia los acantilados, con dulzura, mucha dulzura. Los temas se desarrollan en una niebla narcotizante que evangeliza nuestra alma en ese ritual pagano que es «CASTING THE CIRCLE”. El álbum está construido con una metódica composición  unas maravillosas melodías que adoptan elementos progresivos e incluso orientales para reforzar su riqueza. Las prodigiosas cuerdas vocales de Katie Gilchrest son perfectamente secundadas por Mariana Fiel con sus coros celestiales, lo que todavía da un mayor plus de calidad a esa parte fundamental del trabajo: Pocas armonías vocales tan atrayentes podemos encontrar como éstas en la escena pesada. Me postro ante su altar para recibir sus bendiciones de rock ocultista, HIGH PRIESTESS.!!  

HIGH PRIESTESS son: Katie Gilchrest (guitarras, voces, organo), Mariana Fiel (bajo y voces) y Megan Mullins (batería y percusión).

La portada del álbum fue diseñada por Jill Colbert en Manfish Inc. y está disponible vía Ripple Music.

“Casting the circle” abre bajo cadentes tonos ceremonias con sus tambores rituales. Tonos exóticos custodian el canto de la suma sacerdotisa en el inicio de la liturgia. Una envolvente y sosegada instrumentación con los acordes medidos camina lentamente con sus todos solemnes. La voz siempre sugerente se ve asaltada por poderosos riffs mientras el canto a esa oscura deidad surge de entre las tinieblas en esa atmósfera psyco-doom que tan bien saben construir estas chicas. Con sutileza, salpican con exóticos pasajes de guitarra aportando ese olor a incienso que arropa el ritual. Separando los tambores de la turbulenta y densa instrumentación en un segundo plano, el tema posee unos fuertes y poderosos momentos que contrastan con la aparente fragilidad que la voz de aporta.  Susurrantes melodías en un derroche vocal lleno de belleza.

Con efectos atmosféricos y ahora inmersas profundamente en tonos ocultistas, “Erebus” evoluciona sigilosamente entre las tinieblas. La sugerente y frágil voz aflora celestial entre los tonos Sabbath. El tema nos golpea con difusos y pesados riffs psych-doom. Un contraste de lo mas efectivo el combinar esos terroríficos pasajes con la angelical voz. Es una de las señas de identidad de HIGH PRIESTESS, y aquí lo llevan al extremo. Guitarras ensoñadoras entre coros celestiales bajo tonos de terror.   La voz se alarga en cada verso, ondulando en esas embesstidas de fuerza para seducirnos cual sirena en los acantilados. Atrayéndonos con su hechizo, la banda nos introduce en su espacio tenebroso con la delicadeza de una ninfa. De nuevo la guitarra llena de tonos psicodélicos nos envuelve con sus intoxicantes brebajes. Desdoblándose una y otra vez, se estira con mesura en cada riff para llevarnos a un espacio en el que la psicodelia nos atrapa aturdiéndonos con los golpes de los tambores y el pesado bajo.  Ocult-rock de libro entre las inquietantes plegarias de su suma sacerdotisa.

“The hourglass”, sin perder ese halo de misterio parece abrirse algo más a la luz. Los registros vocales adquieren una mayor intensidad. El tema deja un mayor protagonismo a la ácida guitarra entre registro vocales que se inclinan mas hacia el hard-rock. Esto no quiere decir que los magníficos coros no cumplan con su cita. El tema menos ocultista del álbum deja espacio a una brillante y cuidad combinación de voces y coros sobre las mágicas melodías. Un espacio que recorre el espectro desde el hard rock hacia atmósferas más nítidamente heavy-psych. Un arrullo constante en el que un hipnótico bajo custodia los virtuosos solos de unas guitarras que se desdoblan entre el sonido de los firmes tambores.

Los temas de larga duración son siempre un lugar para calibrar la calidad de una banda, y “Invocation” con sus diecisiete minutos nos da muestra de todo el potencial que tienen estas tres chicas. Ya no solo estamos ante el estándar psycho.doom de riffs gordos y lentos y la voz de la sacerdotisa como maestra de ceremonias. El corte es todo un ritual heavy-psych con muchos aromas pseudo-orientales, tambores vibrantes y voces celestiales.  Mas efectos y pedales una guitarra que hace mutar sus sonidos logrando distintos registros entre las nebulosas con olor a incienso. Toda un aquelarre heavy-psych que quita protagonismo a la voz durante largos pasajes. Así mismo los tambores no cesan en su particular ritual. La larga duración del corte deja espacio para retomar los tonos ocultistas   por la senda del doom. Un transito en el que la voz aflora entre tenebrosas armonías. A la mitad del corte, la potencia y pesadez de su riff anuncia una explosión. La tragedia se masca entre los cantos líricos para dar un giro entre tambores ceremoniales y una extraña locuciones salidas del averno. Un despliegue monumental que devuelve a la banda a su vocación litúrgica con susurrantes pasajes eclesiásticos en los que percibo un sonido de órgano. Describiendo las tinieblas, los coros surgen de los bellos pasajes de guitarra en una alegoría épica.

Tras la monumentalidad del corte anterior, “Ave Satanas”, parece desarrollarse en un espacio celestial. Como si hubiéramos pasado un umbral, los cantos celestiales entre una evolutiva instrumentación atmosférica que prescinde de la batería, los coros líricos consiguen crear un espacio perturbador y celestial a su vez. Una oda al más allá.

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