Evolucionando desde el punto en el que lo dejaron con su anterior álbum ‘BLACK HARVEST’ (reseña aquí), el nuevo álbum de los británicos GREEN LUNG sigue explorando sin rubor el legado del heavy rock de los 70’s. En un episodio mas de su evolución, la banda parece tener absolutamente claro su objetivo. Así, vuelven a golpearnos con canciones épicas en las que el proto-doom, y el heavy rock de antaño, habitan en placida armonía en una atmósfera vintage con grandes voces y unos riffs espeluznantes. Ganchos inquebrantables que se tiñen de oscuro para no olvidar aquellos sonidos ocultistas y convertirlos en un cuento de fantasía. Sus fantásticos solos virtuosos y el siempre acertado aporte del órgano hacen que sus canciones resulten cohesionadas. No importan los giros y cambios de ritmo, porque finalmente todo resulta perfecto para enganchar al oyente en un relato de misterio presidido por una grandilocuente melancolía. ‘THIS HEATHEM LAND’ es un intento de “crear la banda sonora definitiva para la película de terror folk que tenemos en nuestras cabezas”, tal y como dice el cantante de la banda Tom Templa. Haciendo que sus canciones se desarrolles en nebulosas atmósferas, GREEN LUNG se mete de lleno en su propio relato, haciendo que todo fluya en armonía. Desde esa guitarra punzante y virtuosa, ese contrapunto en el órgano, y sobre todo el buen uso de las voces y las melodías, hacen que este nuevo álbum se convierta en un trabajo en el que la épica es la guía de un sonido grandilocuente, pero bien construido. Puede que a muchos les resulte familiar lo que escuchan y que lo hayas oído muchas veces antes, pero cuando es tocado así, siempre va a resultar gratificante. De nuevo GREEN LUNG siguen apuntando alto en su carrera, ya que sus canciones consiguen calar hondo en sus mas fervientes fans.
‘Prologue’ nos lleva con una suave introducción acompañada de una locución a ‘The Forest Church’. Una canción que golpea con gruesos riffs de vocación Sabbath. Con bruscos cambios de ritmo y un aroma a heavy rock de los 70’s se entrelazan entre épicas melodías. Un tufillo a RAINBOW y algunos guiños KADAVAR se mestizan en un oscuro escenario sonoro acompañado de ese órgano vintage penetrante y esos solos virtuosos más propios de época dorada del heavy rock.
Los pegadizos riffs de ‘Mountain Throne’ rescatan nuevamente la épica del heavy rock entre estribillos contagiosos. Un corte dinámico de fácil digestión bajo la fórmula de la ‘canción himno’ que tanta gloria dio en el pasado.
Basándose en la vida de la bruja real, Maxine Sanders, la suma sacerdotisa en el corazón de la brujería de Alejandría ‘Maxine (Witch Queen)’ es otro himno de heavy-rock que resonará en grandes festivales activando al oyente con sus incisivos riffs y el cálido órgano.
Explorando la carga de la depresión, y fusionando el doom con tonos góticos ‘One for sorrow’ se inclina por un sinfonismo del siglo XXI encorsetado en un tono melancólico. Uniendo ese proto-doom, con el rock progresivo y el metal sinfónico, la pista nos muestra un halo de tristeza que se ve ensalzado por la magnífica melodía vocal y esos golpes de una pesadez rebosante de épica que los británicos imprimen a sus canciones. Un corte descomunal con magníficos arreglos y el espíritu de Sabbath muy presente.
Usando los acordes acústicos y un lento ritmo tribal, ‘Song of the Stones’ explora un folk oscuro con tintes tradicionales. Una fascinante canción que pone la pausa entre las embestidas de riffs de los cortes precedentes.
Tras la relajante canción anterior, los riffs de puro heavy-metal de ‘The Ancient Ways’ hacen que nuestras cervicales oscilen en un frenesí de fornidos riffs. Mirando de reojo al pasado, las cuidadas melodías son impulsadas por riffs arrebatadores. Otra pista monumental en la que los arreglos son cuidados con esmero para ofrecer al oyente un sonido épico bajo una atmósfera vintage de manual. Una de las mejores canciones de un álbum que no baja el nivel en ningún momento.
‘Hunters in the Sky’ parece beber mas de los riffs Stoner para crear una cruzada diabólica con el heavy-rock más ortodoxo. Con ese fantástico órgano aportando su grano de arena para que todas las piezas encajen, y esos riffs que golpean una y otra vez, la pista se acaba convirtiendo en un regalo para los amantes de los sonidos con tonos ocultistas de décadas pasadas.
El cierre a este notable trabajo lo pone ‘Oceans of Time’. Una canción que se gesta con una lenta introducción que deja paso a voces y coros más propios de Queen, y que versa sobre el amor vampírico. La ambientación, las melodías, el manejo de los tiempos, unido a una magnífica producción y unos arreglos magistrales, hacen que la pista adquiera tonos monumentales.




