Canciones ruidosas y directas que no se andan con rodeos y que muestran el amor por el blues y los ásperos sonidos desérticos. Garra y fuerza, en canciones herederas de los pioneros de los 70’s que reflejan un carácter primitivo. Sus trepidantes ritmos, aderezados con buenas dosis de fuzz, nos hacen galopar por desiertos sureños reposando en praderas psicodélicas para frenar su ímpetu. Oscilando entre pesadas vibraciones sludge, Stoner con acento southern impregnadas en blues psicodélico las canciones mantienen un magnífico groovy con el que enganchar al oyente. Si bien el sonido es pesado y rugoso, en cada tema encontramos momentos en los que la psicodelia hace acto de presencia para cegarnos con narcóticos momentos. Asimismo, los elementos de hard salvaje, siempre afloran en esta fiesta de rock crudo e indómito, con olor a humo cannabico y sabor a bourbon.
DEEP BLUES VALLEY son: Giando Sestito (Bajo y voz) Umberto Arena (Guitarras y coro), Alessandro Morrone (Guitarras) Giorgio Faini (Batería), acompañados de Marco Veraldi alias Zagarus (Bretus y Lunar Swamp) (Armónica en “Epitaph-Noir Ballad”; contramelodías y coros en «Bronco Buster», «Smokey Mountain Woods», «Sun of the dead» y «Epitaph-Reprise«) y Francesco Merante (Bajo en «Mum darkwoods»).
‘III’ está disponible vía The Swamp Records.

‘Epitaph (noir ballad)’ abre el álbum rindiendo tributo a las hazañas del legendario bluesman Robert Johnson, su pacto mitológico con el diablo y el incertidumbre sobre el lugar de su entierro . Un heavy-blues stonerizado con riffs rugosos que desciendo a un abismo en el que el poderoso bajo y los solos ácidos nos impregnan de psicodelia intoxicante. La sencillez de su estructura se condimenta con oscilaciones con la que consiguen mantener nuestra atención.
Rugosos y vibrantes riffs nos llevan en volandas en ‘Bronco buster’. Reflejando el lado más desértico logran aunar los dictados del stoner con momentos en los que la psicodelia se incrusta en su armonía. Un corte salvaje y rudo en el que la voz parece vomitar más que cantar aportando músculo a otro blues pesado. Una buena combinación de voces y coros hacen que el tema nos contagie su poderoso ritmo. Un sonido primitivo que marca el propósito de la banda. Empapado de fuzz, el tema inspira su letra en la atmósfera de los escritos oníricos de H.P. Lovecraft
Instalados en las vibraciones más pesada en la satírica, ‘Malley O’Mucy’, un corte quegalopa brioso a lomos de un corcel de fuzz. Vanalizando con critica contra el personaje que le da nombre con su visión del mundo políticamente correcta. Pinceladas psicodélicas amortiguan la fuerza de la canción. Su sonido primitivo se colorea con solos hirientes entre la densidad de su sonido arcaico pero resultón. Toda una inyección de adrenalina con elementos más propios del siglo pasado combinado con momentos del desert-rock más contundente.
‘Smokey mountain woods’ sin perder la fuerza, se desarrolla bajo atractivas melodías. Su intenso ritmo contrasta con el difuso sonido de unos riffs que se descabritan provocando esguinces cervicales. Hard-rock con ganchos impactantes de riffs stoner consiguen insuflarnos un buen chute de energía. Si se activan tus articulaciones es que estas muerto. Otro tema salvaje enriquecidos con momentos de calma lisérgica sin renunciar a su contagioso ritmo. La canción describe la belleza de un paisaje de montaña en Calabria, un área donde se puede redescubrir la paz y la serenidad, el título es un tributo al «Parque Nacional de las Montañas Humeantes» en los Estados Unidos
Con un fantástico groovy ‘Phobos’ conjuga elementos desert-rock y hard rock entre buenas dosis de fuzz. Áspero, pero contenido, el tema gravita entre constantes cambios de ritmo sin perder su esencia. La banda exorciza sus fobias con una fiesta rebosante de cerveza y nebulosas de humo cannabico.
‘Talisman’ es otro corte en el que los italianos se toman una pausa. Mucho más atmosférico el tema sirve para acertados pasajes de guitarra que se superponen creando un escenario narcótico prescindiendo de voces. Uno de los temas más psicodélicos del álbum en el que no bajan el nivel.
Los contagiosos y crudos riffs de ‘Pills of darkness’ nos llevan a un embadurnado escenario de southern metal y sludge. La aguardentosa voz para vomitar las estrofas entre una horda de sonidos difusos y una erupción de tambores. Sin renunciar a solos penetrantes, construyen un corte denso y pesado con su toque psicodélico que versa. sobre la adicción a los ansiolíticos
Versando sobre la esquizofrenia, usan por primera vez el italiano en el ardoroso ‘Maschere’. Un tema quejuega con el blues y el hard rock más corrosivo en su apertura antes de sumirnos en una ciénaga humeante con narcóticos pasajes chamánicos. Un tortuoso paseo en el que no faltan rugosos y pesados riffs.
Desbocando la caballería ‘Sun of the dead’ se ve impulsado por una estela de fuzz dejando un rastro desolador. Manejando con maestría el hard rock, el blues y el Stoner mas tosco, consiguen una canción con gran gancho en la que describen los últimos minutos de la People’s Temple, la secta que vio como líder al reverendo Jim Jones, y el suicidio masivo que seguido en noviembre de 1978.
Dinámico y transformando el blues en stoner‘Epitaph (reprise)’ nos golpea con la rabiosa voz en un minuto y medio rebosante de intensidad y crudeza.
‘Mum darkwoods’ cierra el álbum con un blues lento y sosegado sobre acordes acústicos que contrastan con la fuerza de la mayoría de los temas del álbum. Un plácido paseo de dos minutos de melancolía, evocando el dolor por la pérdida de seres queridos.