Crónica.- HOFLARM 2024

Cinco días después del fantástico fin de semana vivido en Krach Am Bach y tras unos días de relax y turismo por la cuenca del Musela, llegaba por segunda vez a Marienthal para poder vivir una nueva experiencia en Hoflarm. Con los sentimientos encontrados al ser la primera vez que me ausentaba del festival portugués Sonicblast, que había sido mi cita habitual en este fin de semana durante los últimos 9 años, me disponía a vivir en todo su esplendor un festival que va creciendo y ganando adeptos en cada nueva edición. Descansado y gratificado por la desconexión del mundanal ruino en hermosos parajes. Si el fin de semana anterior me había encontrado con numerosos amigos, este fin de semana, los rencuentros continuarían. Siempre es gratificante llegar solo a un lugar y de repente, encontrarte rodeado de una ‘familia’ con la que sentirte a gusto.

HOFLARM comenzaba en 2019 con tan solo cuatro bandas, y en su sexta edición nos ofrece tres días con las bandas mas destacadas del momento, sin envidiar a ningún otro festival HOFLARM se asienta como uno de los referentes del verano alemán. Y os preguntareis porqué. La respuesta es sencilla, trabajo, trabajo, trabajo y mucha ilusión por ofrecer a su público una experiencia inolvidable, tanto en lo musical como en lo personal. El festival se desarrolla en una pequeña localidad en un entorno rural alejada del ruido de la gran ciudad. La sensación de libertad que dan los prados y bosques que rodean al festival y el amigable ambiente que allí se vive son alicientes suficientes para visitarlo. Ya el cartel de presentación del festival supone toda una declaración de intenciones. No racismo, no xenofobia, no nazismo, no nacionalismo, no religión, no sexismo. Estas máximas hacen que el personal que lo visita llegue con una predisposición de que va a un entorno de libertad en el que todo se desarrolla de la mejor forma posible para que la experiencia sea inolvidable. Así me sucedió hace tres años cuando asistí por primera vez en el periodo pandémico. Entonces con un formato reducido de público y unas fantásticas sensaciones que se repetía al llegar de nuevo aquí. La primera sensación es que nada había cambiado demasiado, sus troncos y mesas repartidas por el recinto y un personal amistoso trasmitiendo fantásticas vibraciones. Con esos condicionantes y habiendo llegado un día antes de su comienzo pude comprobar desde la calma todo lo que allí se cuece, así como conocer mas profundamente a las personas que colaboran con Caspar en que HOFLARM sea posible. Especialmente emotivo fue el encuentro con su padre, un tipo genial que siempre estuve pendiente de mi, para que todo me fuera mas fácil. Sin duda, hacer un reportaje de un festival a veces puede resultar algo estresante, pero esa sensación de estrés, en Hoflarm no existe, todo fluye de manera natural. La presencia de un único escenario permitía unas pequeñas pausas entre banda y banda lo que facilita la comunicación entre la gente, algo que, en otros festivales, a veces resulta complicado por la sucesión sin pausas de bandas. Esto implicaba que a veces las bandas tenían pequeños problemas para ajustar el sonido deseado y eso se notaba en las primeras canciones, aunque todo volvía a la normalidad con rapidez. Con puestos de exquisita comida local a precios razonables, y especialmente los majares que salía del horno de la madre de Caspar hacían que todo fuera mas gratificante. La ausencia de las largas colas habituales en otros festivales supone otro aliciente mas. Me llamó especialmente la atención que si bien la cerveza es la reina de los festivales, en Hoflarm había bastante gente que optaba por cócteles y sobre todo por el aperol, una bebida refrescante que va ganado enteros entre el personal y que en las primeras horas de la tarde queitaba protagonismo a la cerveza. Otro detalle muy importante y que define el espíritu del festival es la ausencia de vasos de plástico. Ver al personal frente al escenario con una copa de cristal es una imagen de un pasado lejano, y si en HOFLARM se produce es porque el civismo del público y la buena predisposición de la organización lo permiten. Esto no significa que el recinto se cubra de botellas vacías, todo lo contrario, porque la gente es responsable de cuidar el entorno, lo que supone otro punto a su favor para disfrutar en plenitud de la experiencia. El respeto y el buen rollo son los ingredientes fundamentales en este ambiente familiar en el que alrededor de 800 personas disfrutan de un mágico fin de semana con bandas de alto nivel. Porque ser un festival modesto no implica que la calidad de las bandas descienda, ya que desde la organización hacen una apuesta musical lo suficientemente variada como para que todos tengamos bandas de nuestro estilo favorito. Además, esto permie descubrir a la gente otras propuestas sonoras desconocidas y de las cuales alguna, siempre te sorprende. Así el doom, el Stoner, la psicodelia, el sludge, el kraut, el noise el heavy rock, conviven en armonía ofreciendo una experiencia multi estilística muy apetecible. Tampoco es habitual que antes del comienzo de los conciertos haga una clase de yoga multitudinaria, que sirve para relajar cuerpo y mente antes del frenesí de las múltiples actuaciones. Mis felicitaciones a la organización en ese afán de ofrecer lo máximo a su público y hacer que en cada edición se pulan los detalles. En esta ocasión el escenario contaba con una pantalla luminosa que permitía proyectar fantásticos visuales y que le daba un plus a las actuaciones de las bandas..  Si a todos estos ingredientes añadimos que la meteorología alemana nos día un respiro y lo tuvimos que sacar los chubasqueros y paraguas, podría decir que el fin de semana fue redondo. Para todos aquellos que no conocen este modesto festival, les recomiendo que no se lo piensen dos veces y prueben la experiencia, no se arrepentirán. Si desde sus inicios el segundo fin de semana de agosto ha sido su lugar en el calendario, el próximo año el festival trasladará sus fechas a la tercera semana de agosto, las razones ya las conoceréis próximamente.  Una vez mas la visita a Alemania fue lo suficientemente estimulante como para ya estar contando los días que quedan hasta su próxima edición, porque HOFLARM lo merece, por la calidad de las bandas que allí tocan, por el entorno y el ambiente, y por la maravillosa gente que lo visita.

AFTERMOVIE:

JUEVES

Con un calor sofocante, y con todavía el público llegando lentamente al recinto, los alemanes KANT daban el pistoletazo de salida al festival. Su sonido vintage empapado en psicodelia con reminiscencias doorsianas, había despertado mi atención con su álbum ‘When The Strangers Come To Town’ y la oportunidad de verlos en vivo no podía dejarla escapar. Con una audiencia poco numerosa el joven cuarteto desplegaba su arsenal psicodélico con la solvencia de una banda asentada. Su sonido vintage cargado de melancolía se convertía en un canto chamánico en el comienzo de la tarde. Siempre es difícil ser la primera banda en tocar en un festival, pero KANT cumplió su papel con una notable actuación. Una banda con futuro que dejó patente la calidad que atesoran. La banda publicará en las próximas semanas su segundo álbum, con el que a buen seguro darán un importante salto en su visibilidad como banda a considerar.

En segundo lugar, los locales ASTRAL KOMPAKT eran recibidos con una gran ovación por los muchos amigos de la banda presentes. Sin hacer prisioneros, sin contundentes riffs cargados de fuzz, iban poniendo calor a la jornada. El headbanging estaba servido con el trio y su fusión de psicodelia y Stoner. Así, alternando pasajes lisérgicos con la contundencia de los difusos sonidos del desierto, iban desgranando sus canciones instrumentales con la precisión de un reloj suizo. La banda recibía todo el cariño del público habiendo completado una actuación que nos había puesto a todos en la ruta que haría ir avanzando en una jornada que nos iba a deparar grandes momentos.

Hacía ya unos años que no veía en directo a los israelitas OUZO BAZOOKA, y antes de que comenzara su actuación algo me decía que en esta ocasión sería diferente. Al encontrarme con su cantante y guitarra URI me encontré a los tres relajados sentados en el suelo charlando distendidamente. Si en las otras ocasiones que había visto en directo a OUZO BAZOOKA la banda venía acompañada de una bailarina haciendo coros y performance, en esta ocasión la banda venía en su formato más sencillo. Sin túnicas ni ornamentos que dieran brillo a su show, unos pantalones cortos y una sencilla camiseta era todo su vestuario. En un show accidentado en el que los problemas de sonido iniciales empañaban algo su actuación la banda iba de menos a mas con su psicodelia oriental sin terminar de conectar al completo con la audiencia. Uri es un habitual de saltar del escenario y mezclarse entre el público, y en esta ocasión esa tradición no iba a faltar, pero con la desgracia de resbalar al bajarse del mismo, algo que no trajo ninguna consecuencia desagradable mas allá del susto y que de alguna manera sirvió para elevar su actuación. Correctos, pero algo faltos de chispa.

Uno de los platos fuertes de la tarde llegaba a media tarde. De nuevo me encontraba con mis amigos de SIENA ROOT por tercera vez este año. Berlín, Dunajam y ahora HOFLARM, eran nuestro particular punto de encuentro este año. Precedida su salida al escenario con una banda sonora con aroma a espagueti western el cuarteto se presentaba en escenario con las ideas claras. Desde los primeros golpes a los tambores de Love, la descarga de sonidos vintage ya no tendría vuelta atrás. Al igual que había pasado con ASTRAL KOMPAKT, la banda ajustaba su sonido y sus monitores con los técnicos en la primera canción hasta conseguir el sonido deseado. SIENA ROOT es un combo vivo y cambiante, y las idas y venidas de miembros jamás le han restado su autenticidad. Con una Zubaida esplendorosa derrochando poderío vocal y actitud, la contundencia de la base rítmica de Samir al bajo y Love a la batería y la siempre chirriante guitarra de Johan nada podía salir mal. Blues, soul, psicodelia con olor a West Coast eran la banda sonora perfecta para la fiesta vintage en HOFLARM. Intercambiándose el protagonismo el órgano vintage en manos de Zubaida daba paso a solos de guitarra incisivos que se clavaban en los corazones de un público que disfrutaba y bailaba al son de los suecos. En el escenario una banda solvente con veinte años de carretera que continúa fiel a su esencia, y que nunca baja el nivel. Otro show cautivador y emociónate de una banda que significa mucho para mí, ya que fueron uno de mis primeros contactos con la música que sigo ahora.

El sol iba buscando su morada y la temperatura sofocante de la tarde nos permitía un respiro. Ahora la sombra que nos permitía acercarnos al escenario durante el show de SIENA ROOT se iba disipando antes del ocaso. Ese era un buen momento para recibir al padrino del rock del desierto, BRANT BJÖRK y su banda. Continuando con Ryan a la batería, en su último tour el BRANT cuenta con un escudero de lujo. Un tipo modesto que no tiene problema en haber sido el roadie, pero que cuando se sube a un escenario, deja claro que es uno de los referentes del género. Este no es otro que el bueno de MARIO LALLI, otro de los pioneros de las generator-party de los desiertos californianos y miembro de YAWNING MAN o FATSO JETSON. Su hora de actuación fue una lección magistral de como debe sonar una banda de desert-rock. Ese Groove diabólico que cala en las terminaciones del público insuflándole una necesidad imperiosa de mover el cuerpo y bailar atrapado por esa ceremonia chamánica. La contundencia de las cuatro cuerdas de Lalli, y el ritmo que Brant pone a cada acorde, nos brindaron una actuación a la altura que se podría esperar de dos personalidades como estas. La veteranía puesta al servicio de un público que gozo enormemente con su actuación. La clase de unos veteranos curtidos en mil batallas y que enfocan sus fuerzas en su música, desde la humildad y sin ningún tipo de artificios. Brillantes.

Sin darnos cuenta, la primera jornada estaba llegando a su fin. Los canadienses WINE LIPS eran los encargados de poner el cierre a la noche con sus dinámicos sonidos a caballo entre el garage-rock, la psicodelia y el punk. Hacía menos de una semana que los había visto en KRACH AM BACH, donde no terminé de conectar con su apuesta sonora. Tras las primeras canciones me retiré a una posición mas alejada mientras tomaba unas cervezas y charlaba con los múltiples amigos que me iba encontrando. Junto al escenario los bailes desenfrenados se sucedían ante el Torbellino de energía que salía del escenario. Una banda divertida que genera una fiesta por todo lo alto en sus actuaciones. A pesar de ello no fui partícipe de la misma ya que el cansancio tras una jornada intensa en la que pudimos disfrutar de grandes conciertos hizo que me retira antes de terminación de su actuación.

VIERNES

La jornada del viernes contaba con un aliciente añadido para mí. A la una del mediodía, una hora antes de que comenzara la primera banda, en el recinto del festival junto al escenario, se celebraba una multitudinaria clase de yoga. Iniciativas así solo dan brillo a un festival que manifiesta con cosas así su espíritu. No es algo habitual en un festival de estas características eventos así, pero por la multitudinaria respuesta de la gente, es algo a tener muy en cuenta, algo que le da un plus a HOFLARM como un centro de cultura alternativa en el que el espíritu de libertad está muy presente.  Tras un rato disfrutando del relajante y cautivador ambiente de esa sesión me dirigí a comer algo para afrontar la jornada con energías. Aquí es donde otro de los puntos diferenciadores de HOFLARM se manifiesta de nuevo. Las delicias caseras de la madre de Caspar me conquistaron a las primeras de cambio. Especialmente ese pan negro con semillas (que no recuerdo su nombre) con un humus exquisito, y unas salchichas frescas con carne de cervatillo, acabaron por hacer que me rindiera a sus encantos. Una comida exquisita que no es fácil encontrar en cualquier festival.

Los berlineses ERRORR eran los encargados de iniciar la jornada con sus sonidos alternativos en el espectro del noise y el garage. Demasiado fríos en su puesta en escena y pendientes de cada acorde el cuarteto no despertó mi interés con un show demasiado plano y sin alicientes para mis gustos musicales.

La cosa se ponía más contundente con THRONEHAMMER. Los británicos con mas de diez años de carrera derrochaban sudor a base de rifs rompe cuellos con los que ponían a prueba las cervicales del público de las primeras filas. Agresivos y ásperos su metal con tintes doom no era un plato para mí. Eso y el implacable sol que caía sobre el escenario hacía que la audiencia que era de ese estilo se perpetrara en las sombras de los arboles del fondo del recinto. De esta manera el recinto se mostraba vacío en su parte central, y solo los mas osados y aguerridos de sus fans se encaramaban junto al escenario. Definitivamente estos chicos no son para mí.

Esta primera tarde de la tarde me la tomé con calma, ya que más adelante las emociones estaban garantizadas. Mientras otra llegaba el turno de otra banda inexplorada para mí. BIKINI BEACH eran unos desconocidos antes de HOFLARM y como siempre hago, me dispongo a dejarme sorprender. Sin ser su apuesta un plato de mi gusto, el trio desgranaba sus canciones a golpes de fuzz y de una actitud irreprochable. Ecos de garage, ecos del desierto y sonidos alternativos desparramándose en un frenesí sonoro que acabó por sorprenderme.

Habían pasado un par de años desde nuestro último encuentro en el Dunajam, y justo cuando llegaban con su furgoneta conducido por Adriano, me topé con los chicos de DUEL. Sus caras de sorpresa iniciales se tornaron en sonrisas antes de fundirnos en un abrazo. Estos tipos de Texas son geniales, unos tipos divertidos y que encima de un escenario no se andan con contemplaciones. Siguiendo al pie de la letra aquella frase que sus paisanos ZZ TOP decían en los 70’s ‘Una buena noche de viernes en Texas dura hasta el lunes por la mañana (o algo así), y eso se nota en nuestra música. Eso es lo que invadía el recinto de HOFLARM durante su show. Una descarga de sonidos rudos, en un frenesí de heavy-rock a la vieja usanza. Rock sudoroso y agerrido con el que pinchaban los culos del público para que este saltará en un desenfreno de puro rock and roll. Guitarras al cielo, melenas al viento y un constante ir y venir de Jenson y Tom, sobre el escenario ponían el fuego a una tarde asfixiante en la que la crema solar era un aliado imprescindible para proteger un cuerpo en el que se notaba el bronceado. Jaja. Los de Austin cumplieron con lo que se puede esperar de ellos, porque son una banda que sabes lo que puedes esperar de ellos y que no defraudan nunca.

Si había sido gratificante mi encuentro con ellos, no menos lo había sido mi encuentro con otros amigos con los chicos de THE GREAT MACHINE. Otra de las bandas con las que me topaba por tercera vez este año y que había visto hacía un par de meses poner patas arriba un entorno habitualmente plácido como son las playas del Dunajam jam. Sabiendo como se las gastan los israelitas, advertía a Omer del peligro de saltar desde escenario tras el incidente de su compatriota Uri el día anterior, algo que me agradeció para evitar cualquier incidente. Aunque, cualquiera que conozca a THE GREAT MACHINE, saben que son tres tipos indómitos y viscerales que no se arrugan ante nada. En nuestro encuentro me sorprendió el look que traía para la ocasión AVIRAN. Con tres moños situados a los laterales y parte de arriba de su cabeza.  Le había visto con muchos peinados, pero jamás así, su aspecto era supergracioso. OMER con unos pantalones blancos con imágenes de periódicos ponía su particular y habitual nota de color sobre el escenario. Si su música es un torbellino de sonidos difusos de vocación arenosa, su actitud sobre el escenario es una actitud que haría palidecer a muchos punkies. Saltos, cabriolas interacciones con el público. Toda un frenesí que contagiaban a un público que no dejaba de bailar con sus canciones hasta la orgía final con el trio entre el público haciendo crowdsurfing sin que dejaran de sonar sus instrumentos. Un apoteósico final para una banda excesiva, una banda que lo da todo en sus actuaciones y que jamás defrauda.

Hacía ya un tiempo que no veía en directo a los ucranianos STONED JESUS, y después de haber escuchado su último álbum mi interés era máximo. Con los cambios de formación y el giro hacia territorios más progresivos su actuación en Hoflarm era una oportunidad para el gozo. Con un escenario presidido por la bandera ucraniana y una iluminación sustentada en el amarillo y el azul, el trio se mostraba esplendoroso sobre el escenario. Guardando el equilibrio entre sus suaves y melancólicos pasajes con la contundencia a la que nos tenido acostumbrados desde sus inicios STONED JESUS demostraban que son una banda solvente, que no son una banda Stoner mas. Así lo atestiguaba un concierto intenso y emotivo en el que la banda nos sumía en trances psicodélicos antes de despertarnos con la contundencia y voracidad de unos riffs que mantienen la energía que les ha caracterizado. Una de las mejores actuaciones de la jornada, sino la mejor.

Tras ellos, la locura de A PLACE TO BURY STRANGERS llegaba entre flases, humo y luces cegadoras. Casi sin poder distinguir a la banda en esa cortina de humo y focos deslumbrantes, la bacanal se producía. Había visto a la banda solo unos días antes, y de nuevo, las guitarras se hacía añicos golpeadas sobre el estrado entre distorsiones diabólicas. Tampoco faltó el habitual salto desde el escenario para seguir la bacanal entre el público, una audiencia enloquecida por el torrente de ruidos, distorsiones y sonidos aturdidores que los neoyorquinos presentan en sus actuaciones. En su línea.

Cerrando la noche y poniendo el colofón a otra jornada festiva POISON RUIN descargaban con una particular fusión de Stoner y metal con un tono punk que desataba la euforia entre un público ya algo cansado a esas horas, pero que todavía mantenía las ganas de seguir pasándolo bien.

Así concluía una jornada en la que la vitalidad y fuerza de las bandas había hecho despertar el letargo a una audiencia retribuida por como se había desarrollado este caluroso pero gratificante día.

SÁBADO

La jornada del sábado nos deparaba interesantes y variadas propuestas. El calor seguía acechando en las primeras horas de la tarde, el momento en el que EARTHBONG abrían la jornada. Había escuchado a la banda en disco, pero nunca los había visto en directo, y mi primera sorpresa fue que dos de sus miembros eran viejos conocidos míos. Claas y Thomas, guitarra y batería de KOMBYNAT ROBOTRON me sorprendían en un registro al que no me tenía acostumbrado. En esta ocasión cambiaban sus hipnóticos ritmos kraut por la contundencia de sus lentos y plomizos riffs de doom ortodoxo. La jornada comenzaba con la contundencia de una banda que era recibida con algarabía por la concurrencia.

Desde Suecia otra banda hasta ahora desconocida para mi TORNET, llegaba a HOFLARM para descargar su fuerza hard & heavy rock de inspiración 70’s. Hacía un mes y en el marco del WOODROCK FESTIVAL en Portugal, el bajista de J.I.R.M. me comentó que nos veríamos de nuevo, ya que él estaría con la banda aquí. Con una puesta en escena en la que su cantante aparecía maquillada con sugerentes dibujos con tonos ocultistas en su cara, la banda sueca ofrecía una revisión de sonidos 70’s con una gran solvencia. Una interesante apuesta que refleja el amor de muchas bandas suecas. TORNET mantuvieron el tipo en un concierto notable a pesar de que a la hora de su actuación se hacia complicado soportar el sofocante calor.

La formación australiana afincada en Berlín THE DHARMA CHAIN bajaban las revoluciones tras la contundencia de las dos primeras bandas para sumirnos en un cautivador y apacible sueño hipnótico con sus vibraciones psicodélicas y shoegaze. Una perfecta banda sonora para la hora de la siesta que era seguida por el personal cobijado bajo la sombra de los árboles. El joven quinteto cambiaba la dinámica con una ensoñadora actuación dejando muestras de su gran potencial. Prometedores.

A media tarde recuperábamos la pesadez con los británicos SLOMATICS. Si su último álbum ‘Strontium Fields’ había despertado mi interés con esa mezcla de sonidos pesados y psicodelia espacial, en directo la banda optó por la vía directa ofreciendo un show de doom sin paliativos. Riffs lentos y superlativamente pesados se mezclaban con unas voces etéreas que no lograban quitar el protagonismo a sus monumentales riffs. Rudos y crudos, SLOMATICS golpearon con fuerza.

Avanzaba la tarde y llegaba la hora de SACRI MONTI, una banda con la me une una gran amistad y que no deja de crecer musicalmente como demuestra su recién estrenado álbum ‘RETRIEBAL’ (reseña aquí). El quinteto de San Diego llegaba directamente de Portugal donde había actuado el día antes en el Sonicblast, y lo hacía con la frescura que les caracteriza. Controlando que todo sonara como ellos deseaban, desde la primera canción nos sumían en su particular viaje al corazón de los 70’s con su apetecible mezcla sonidos psico-progresivos acompañados por esa cautivadora voz de Brendan. So bien en mi opinión la banda hubiera brillado más con un sonido más potente para la voz, SACRI MONTI iban desgranando sus canciones ante un público que se rendía a su sensacional propuesta musical. Si bien no fue la mejor actuación que he visto de ellos, su show se erigía como uno de los mas destacados del fin de semana. Estos chicos saben a lo que juegan, y lo hacen con un espíritu ganador y una humildad que muchos deberían seguir. Brillantes, solventes y emotivos.

A continuación, los sucios sonidos sludge y doom de DOPETHRONE tomaban el protagonismo sobre el escenario. Teniendo en cuenta que no es una banda que me gusté, me limité a hacer unas fotos al comienzo de su show para tomarme un pequeño descanso frente a unas cervezas y unas charlas con algunos de los amigos presentes. Sus fans gozaban con una actuación en la que los sonidos de alcantarilla inundaban el ambiente del recinto del festival. Los amantes de este tipo de apuesta disfrutaban con un continuo headbanging que culminó con un final en el que el escenario se llenaba de público en un epílogo apoteósico tras una actuación salvaje.

Llegaba el momento de la banda más reputada de todo el line-up . Un auténtico reto para un festival modesto poder tener a una formación con el prestigio como los veteranos BLACK MOUNTAIN. Solo una semana antes los había podido ver en directo en KRACH AM BACH, y si bien su actuación fue intachable, me había quedado con ganas de más. La banda de Vancouver, con 20 años de carrera a sus espaldas son un referente para muchos, y sin duda, la maestría de sus canciones y la ejecución de estas, lo corroboran. Con un set-list en el que repasaban gran parte de su discografía. Los canadienses, como ya había comprobado la semana anterior, se limitan a ejecutar sus suaves canciones adornándomelas con suaves melodías vocales de su cantante Amber Weder y su guitarra y fundador Stephen McBean. Sin ningún tipo de artificio y mostrándose algo más simpática, Amber transmitía sentimientos en cada estrofa que interpretaba, si a eso añadimos los cautivadores pasajes floydianos de la guitarra de Stepehn, el éxtasis estaba servido. Su actuación se mantuvo en un tono pausado que hacía que las mentes de los presentes se expandieran en un mundo mágico. Así lo corroboraban las caras de la gente, un auténtico viaje sonoro en el que la psicodelia se adornaba con momentos de mayor intensidad bajo una hechizante atmósfera vintage. Sin duda se notaba que estos chicos están ya curtidos en mil batallas y que no necesitan turcos para conquistar a su público. Sobrios y sobresalientes, BLACK MOUNTAIN juegan en otra liga, en una liga solo destinada a los elegidos.

El festival estaba llegando a su final, y su epílogo corría a cargo de EARTH SHIP, unos habituales del cierre del festival en pasadas ediciones con los distintos proyectos de Jan. Sus envolventes sonidos a caballo entre la pesadez doom, el sludge y la psicodelia cósmica se envolvía en una penumbra de unas luces invadidos por el humo creando un ambiente kosmiche en el que empaparían sus canciones.  Denso, lisérgicos, ruidosos y pesados, EARTH SHIP conseguían cerrar el festival dejando un magnífico sabor de boca a los presentes.

El festival había concluido regalándome otro fantástico fin de semana rodeado de multitud de amigos, con magníficas bandas y dejándome la mochila cargada de grandes momentos, tanto a nivel humano como musical, porque HOFLARM es un pequeño festival en el que cualquiera se puede sentir como en casa, con una organización impecable que trata desde la humildad y el trabajo ofrecer lo mejor a los visitantes. Esta 6ª edición corrobora a HOFLARM como un festival emergente, en el que el entorno, el ambiente y el alto y variado nivel de las bandas que por el pasan, lo convierte en un festival a tener en cuenta en la temporada veraniega de eventos. No quiero finalizar esta crónica sin reiterar mis agradecimientos a Caspar, a su padre y todo el equipo que hace posible el evento, un festival al que volveré en años venideros Hasta pronto, gracias.

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DenpaFuzz

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Crónica: KRACH AM BACH 2024

Con un nuevo sold-out como ya es habitual, la 29ª edición de KRACH AM BACH se presentaba diferente para mí en esta ocasión. Si habitualmente suelo llegar el mismo día de su inicio tras un vuelo desde Madrid, hasta Dusseldorf y después conduciendo hasta Beelen, en esta ocasión me tomé las cosas con mas calma, y me dirigí directamente conduciendo desde Madrid unos días antes. De esta forma compaginé el viaje con turismo en ruta y paradas recreativas. Una forma de aprovechar los 2000 kilómetros de distancia para disfrutar del viaje. Así y tras varias jornadas de viaje, llegaba el jueves por la mañana al recinto del festival, de esta forma podía tomarme las cosas con calma y huir del estrés de pasadas ediciones, en las que llegaba con poco tiempo antes de que la primera banda actuara. Al llegar a la primera persona que me encontré fue al propio Klaus, el artífice desde hace 29 años de este fantástico festival. Distendidamente y con un sofocante calor, intercambiamos impresiones y me comentaba algunos detalles desde la calma. El recinto lleno de personal ultimando todos los preparativos y las zonas de acampada completamente vacías, iluminaron mis ojos con una visión desconocida. Cuando en años anteriores había visto esos recintos de aparcamiento y acampada, me habían parecido grandes y confortables, pero verlos completamente vacíos me sorprendió. La magnitud de terreno disponible para que todo el personal se sienta cómodo, es algo que debo destacar, porque es difícil de imaginar realmente la cantidad de terreno que hay disponible para los campistas. No todos los festivales ofrecen a sus visitantes un espacio así. Ese y otros detalles fueron los que me enamoraron hace años de KRACH AM BACH. En esta ocasión, otra de las cosas que me llamó la atención fue el espacio entre el escenario principal y el segundo escenario. Este año la valla de separación había desaparecido en su mayor parte, lo que hacía que la sensación de amplitud creciera respecto a ediciones anteriores. La mañana trascurría y los primeros campistas iban tomando posiciones. A diferencia de los festivales en España, es habitual que la peregrinación de campers y caravanas, en tierras alemanas sea muy numerosa. Gente que viene totalmente preparada para pasar un fin de semana de fiesta escuchando a sus bandas favoritas. Eso se traduce en un relajado ambiente familiar en el que sentirse bien es la norma. Pero esa caravana de campistas se iba a encontrar con la lluvia a partir del mediodía. Ya en la tarde, se podía comprobar los estragos que el agua estaba haciendo sobre los prados de acampada. Los primeros charcos y barrizales hacían ya acto de presencia. Imprescindible unas buenas botas de agua para sobrevivir al fin de semana húmedo que nos esperaba. En esta jornada previa, también se produjo una fiesta en el recinto del festival junto a todos los vecinos de la zona de este. Un acto de camaradería que hace destacar a KRACH AM BACH ya que la comunión entre la gente de la zona con el festival es sencillamente exquisita. Así, entre las viandas que salían de una barbacoa a en manos de Uli, y cervezas se pasaba la jornada previa. La gran cantidad de gente que llegó el jueves me permitió rencontrarme como muchos amigos habituales de estos eventos. Un momento siempre entrañable en el que el cariño y las risas afloran entre unas cervezas o productos que salían de las distintas cocinas.

Todo estaba preparado para un fin de semana de fiesta y música que resultó una vez mas increíble. El alrededor de 3000 personas asistentes ya se iba terminando de ubicar a lo largo de la mañana y en el ambiente reinaban las buenas vibraciones que se mantendrían durante todo el fin de semana. En los dos días de festival se consumieron alrededor de 10.000 litros de cerveza entre risas y buena música.

VIERNES

La jornada comenzaba con una sorpresa para muchos de los presentes. Los texanos HIGH DESERT QUEEN se habían ofrecido a la organización para tocar un concierto sorpresa en la misma zona de acampada. Cuando me enteré de la noticia, pregunté a Klaus si sería un concierto acústico, y me confirmó que no, que iba a ser un concierto eléctrico, tomando la electricidad de la casa de un vecino de la zona. Es habitual que los habitantes de Beelen se vuelquen con el festival, ya que su impoluto desarrollo hace que cualquiera se sienta congratulado de tener a esas hordas de melenudos tatuados en sus tierras. Este tipo de sorpresa solo pasan en festivales como Krach Am Bach, festival que siempre trata de ofrecer lo mejor a su público, algo, digno de ser aplaudido. La banda de Austin hacía honor a la frase que sus paisanos ZZ TOP en la que decía que una buena noche de viernes en Texas dura hasta el lunes por la mañana, y eso se nota en su música. Con esa premisa el cuarteto ofrecía un concierto aguerrido, duro, y vibrante de energía. Tocando en el garage de una casa junto a la zona de camping, la banda sentía al público muy cerca, eso se notaba en las constantes interactuaciones de su cantante Ryan con el público cercano al escenario, incluso cantando a dúo con uno de los asistentes, bailando con un público que tenía ganas de fiesta y que se había encontrado con el warm-up perfecto para los esperaba en la jornada del viernes. Esta actuación fue un plus mas en un festival que siempre tiene cosas buenas que ofrecer a su público.

EL PERRO daba el pistoletazo de salida al festival en el escenario principal. La remodelada banda de Parker Grigs, desplegaba todo su arsenal de sonidos ácidos con el blues, la psicodelia y el rock de los 70’s como fantásticos argumentos para convencer a un personal que disfrutaba menormente con su actuación. La banda ofrecía un par de temas inéditos que aunque todavía no tenían nombre fueron presentados ante su audiencia. Con un Dorian a la guitarra intercambiando los papeles con Parker en las seis cuerdas. Mientras el bajo de Juaco retumbaba con cada nota. Si a esto unes una percusión vibrante el éxito estaba servido. Perfecta manera de comenzar el día en el escenario principal con los sonidos vintage de la banda californiana.

El sol mitigaba poco a poco el suelo del festival, castigado por las lluvias de la jornada previa. Si al comienzo de la mañana su aspecto no hacía presagiar una buena situación, poco a poco esos charcos se iban secando en algunas zonas, lo que hacía mas llevadera la estancia en el recinto. Aún así, las botas de agua eran un elemento fundamental para sobrevivir a la humedad del recinto.

Quien haya visto un concierto de A PLACE TO BURY STRANGERS sabe lo que espera, y la banda estadounidense fue fiel a su carácter indómito con un show alocando. Guitarras volando sobre el escenario hasta golpearse bruscamente con el suelo, distorsiones, efectos y una bacanal ruidosa que tuvo su momento álgido cuando la banda saltaba del escenario para situarse en medio del público en otro momento apoteósico. Rodeados por una audiencia enfervorecida y bailonga, el trio interactuaba desde ese espacio ante el delirio de la concurrencia. Si bien su apuesta musical no es de mi agrado, tengo que reconocer que su puesta en escena es vibrante y necesaria en un festival.

Tras las dos primeras bandas, los locales PSYCHOGARDEN abrían los conciertos en el segundo escenario. La banda local desplegaba todo su arsenal de sonidos pesados entre pasajes psicodélicos de alto nivel. Estaban ante su público, ante sus amigos, y eso se notaba en el enorme cariño que recibían desde la gente. El nuevo espacio de este segundo escenario permitía que el público se sintiera mas cómodo gracias a la amplitud conseguida con la remodelación. Un nuevo acierto de la organización para hacer que su audiencia se sienta mejor y más cómoda. PSYCHOGARDEN comienzan a consolidarse como una banda emergente que tiene cosas que decir. La solvencia de sus músicos y la energía de su cantante nos situaban en momentos más propios del siglo pasado, pero con una mirada en el presente. Así, alternaban sus pasajes psicodélicos con ratos de verdadera pesadez. prometedores.

WINE LIPS ofrecían un concierto colorista en el que su garage-rock empapado de psicodelia invitaban a la fiesta. Si hacía una hora A PLACE OF BURY STRANGERS habían puesto patas arriba el escenario principal, WINE LIPS, mantenían ese nivel provocando que los pogos se sucedieran el escenario principal para gozo de los presentes.

En el segundo escenario se preparaba una banda muy esperada entre la concurrencia. DELVING, el proyecto instrumental del líder de Elder, Nick DiSalvo salía a un escenario presidido por las lisérgicas proyecciones de los chicos de Sector7 Visuals, todo un plus para dar brillo a una actuación sublime como la que ofrecieron. Entre guitarra ensoñadoras, sintetizadores y armonías que hacía flotar al personal, DELVING se erigían como una de las bandas destacadas de la jornada con sus canciones instrumentales que aglutinan tanto elementos psicodélicos como progresivos.. Así me lo corroboraban los números amigos con los que comenté su actuación. Todos coincidían en lo fantástico que había sido su show.

Tras unos momentos incertidumbre, me percaté de que había habido un cambio en el orden de actuación y el turno de BLACK MOUNTAIN era sustituido por la adelantada actuación de los portugueses TRAVO En ese segundo y acogedor escenario el cuarteto desplegaba todo su arsenal psicodélico entre ritmo hipnóticos que inducían al frenesí del público. Caras de sorpresa y estupefacción por la avalancha sónica que son capaces de generar estos jóvenes músicos. Sin duda, la ilusión previa que me habían trasmitidos un rato antes mientras charlábamos tomando unas cervezas, hacía que la banda lo diera todo. Y ese derroche tuvo el reconocimiento de un público que no tiene reparos en dejarse seducir por propuestas desconocidas para ellos. Eso, junto a una brillante actuación sirvió para que los TRAVO, se erigieran como una de las bandas revelación del festival.  

Llegaba la hora de BLACK MOUNTAIN, una banda que hasta el momento no había tenido la oportunidad de ver en directo y que tenía marcada en mi agenda. Con un escenario ambientado con unos predominantes colores azul y rojo, los canadienses se presentaban en el escenario principal ante la ovación de los presentes. Sin mucha parafernalia comenzaban a desgranar su repertorio de rock psicodélico con influencia progresivas bajo un ambiente inspirado en los sonidos de los 70’s. Austeros y sin alardes iban desmenuzando unas canciones melódicas con la perfección de un reloj suizo. Se notaba que estábamos ante una banda veterana que se encuentra en un nivel superior. Solos de guitarra ácidos y envolventes, un cálido órgano aportando un cierto tono retro, y la voz melodíosa de su cantante, eran suficientes argumentos para conquistarme. Sin renunciar la pesadez, sus canciones se llenaban de sentimiento, transmitiendo así una placentera sensación de liberación mental. Sin coreografías ni gestos impostados, la banda se centraba que tocar sus canciones llenas de cautivadoras sensaciones que hacían que los cuerpos flotaran. Esto no quiere decir que BLACK MOUNTAIN no sepan como imprimir musculo a sus temas, porque también supieron aportar esa pesadez mas propia de una banda Stoner. Una notable actuación que satisfizo mis altas expectativas. Nuevamente las proyecciones psicodélicas de Sector 7G Visuals crearon un ambiente mágico y psicotrópico, lo que dio aún mas brillo a su show.

La noche estaba llegando a su final, pero todavía quedaba el plato fuerte del día. Los daneses CAUSA SUI regresan al escenario de Krach Am Bach siete años después su última actuación aquí. En aquella ocasión se produjo en mi primer encuentro con la banda, y desde entonces están entre mis bandas favoritas. La banda había llegado unas horas antes de un largo viaje que les había dejado muy cansados según me comentaba en la previa a su actuación. Pero, tras reponer fuerzas con unas cervezas, una vez mas, volvían a cumplir con todo lo que se puede esperar de una banda de su calidad. Porque CAUSA SUI, ejecutan una psicodelia diferente a muchas bandas. Con ellos la oscuridad no existe, sus canciones se impregnan de los colores de las flores, de las olas, de las puestas de sol, y eso, les hace únicos. Envueltos en unos visuales sensacionales, CAUSA SUI alternaban mágicos pasajes instrumentales, con ritmos que no reniegan del calor tropical, ni del jazz, pero tampoco lo hacen de la contundencia de unos riffs que se tornan gruesos por momentos, contentando así a todo el espectro de fans. Esta claro que estos chicos juegan en otra liga, ellos están en un estado superior, y lo demuestran en cada una de sus actuaciones. A pesar de ser una banda que no se prodiga mucho en directo, he tenido la fortuna de verlos en seis ocasiones y en todas ellas, han realizado un concierto diferente, pero todos exquisitos, y el del viernes en KRACH AM BACH, fue sublime, una vez más. ¡Que sorpresa!, jaja. ¡¡¡LARGA VIDA A CAUSA SUI!!!

Mis temores sobre la presencia de la lluvia y lo que eso iba a suponer en el estado del recinto del festival afortunadamente no se cumplieron y el sol y el calor fueron los que presidieron una jornada inigualable de buenas vibraciones y fantásticas bandas. El primer día había concluido y el cansancio ya hacía mella en mi cuerpo, por lo que me dirigí a mi hotel en la cercana localidad de Warendorf.

SÁBADO

El sábado nos recibí con una temperatura de 22 grados y el cielo despejado, por lo que el tiempo no iba a ser ningún inconveniente para disfrutar intensamente del día. Aunque bien es cierto que las inclemencias meteorológicas no impiden nunca en tierras alemanas que la fiesta siga. No obstante, mis botas de agua no faltaban en mis pies. Sin duda, eso unido a mis pantalones cortos no hacían que llevara el look más glamuroso del mundo, pero el barro de algunas zonas del recinto hacía aconsejable su presencia, aunque ciertamente la situación mejoraba y algunos charcos, iban secando gracias a sus cálidos rayos del astro rey.

Los holandeses SPLINTER abrían las hostilidades con ese rock vintage divertido que les caracteriza. El ambiente lúdico daba sus primeros pasos al ritmo de los divertidos ritmos de la banda con su cantante, como siempre, danzando e interpelando a un público que comenzaba con los primeros bailes de la jornada.  Con un curioso look bizarro su cantante aparecía en el escenario con un minúsculo pantalón corto mas propio de mediados de los 70’s y unas botas camperas poniendo la nota de color en el inicio de la jornada.

La banda holandesa afincada en el Reino Unido BLACK HELIUM eran los encargados de iniciar los conciertos en el segundo escenario. La propuesta psicodélica del trio encajaba a la perfección con el espíritu que caracteriza ese pequeño y familiar espacio. Un lugar para demostrar las habilidades psicodélicas de las bandas emergentes en el que BLACK HELLIUM brillaron a un gran nivel sumiéndonos en un hipnótico sueño lisérgico con sus envolventes y cautivadores riffs. Notable actuación. 

En el escenario principal, llegaba la hora de ORBITRON. Otra de esas bandas que no había visto nunca en directo y que en disco había despertado mi curiosidad. Su guitarrista regresaba al escenario de Krach Am Bach 20 años después para dirigir a una banda solvente. Pasajes psico-progresivos se entrelazaban con momentos de sonidos pesados en un equilibrio que funcionó y que satisfizo a gran parte de una audiencia gratificada con la actuación de la banda alemana. El pasado y el presente unidos en una apuesta sonora con muchos matices que apreciar. El comienzo de la tarde se llegaba de efluvios psicodélicos en jams intrincadas ejecutadas con absoluta solvencia psicotrópica. Entre ritmos kraut y momentos espaciales, ORBITRON ejecutaban un show cósmico de alto nivel.  Una grata sorpresa que cumplió mis altas expectativas.

De regreso al segundo escenario los franceses ¡GERALD! Eran otra banda curiosa y particular. Una apuesta sonora muy loca que no se encuentra al alcance de todos los oídos y que me dejo con sensaciones encontradas. Originales y eclécticos, hubo momentos en los que no conseguí conectar con ellos, en contraste con otros en los que me sorprendieron. Originales y no entendidos por todos.

Tras la salida de la banda de Andreas, no había tenido la oportunidad de comprobar en vivo como sería los nuevos HUMULUS.  Lo cierto que Thomas, su nuevo guitarra y cantante encaja perfectamente en una banda solvente. Una banda que sabe como llevarnos al éxtasis con melodías ensoñadores, pero que también se maneja a la perfección entre riffs Stoner que incluso coquetean por momentos con el doom. En esa fusión de elementos los italianos volvían a dejar patente que son una banda madura y que sabe lo que quiere. Eso se traduce en actuaciones que hacen gozar a la audiencia como así ocurría en la tarde del sábado. El trio de los chicos de los ojos azules volvía a dejarme un excelente sabor de boca, que se culminaba con el regalo que me hicieron de una de las cervezas que llevan su marca. Una cerveza negra con mucho cuerpo que recomiendo que probéis si tenéis la oportunidad, la guinda a un pastel sonoro sumamente apetitoso.

Desde Francia, KARKARA llegaban como una banda emergente, y fresca con cosas que aportar. Con una puesta en escena en la que los elementos vintage (con monitores del siglo pasado poniendo el ambiente sobre el escenario), el trio sorprendía a gran parte de la audiencia con un frenesí psicotrópico mas propio de tiempos pasados. Pero ese sonido que bebe de la acidez y el futurismo de los 60’s se colorea con hipnóticos y frescos ritmos que invitan al baile. Todo un vendaval que fue muy bien recibido por una audiencia que disfrutó enormemente de su actuación entre bailes contagiosos y momentos de verdadera locura sónica.  La corroboración de que las sensaciones que me habían transmitido en disco, en vivo son incluso mas interesantes.

La tarde avanzaba y llegaba la hora de los griegos TUBER. Una interesante banda que ya había visto hace unos años en Freak Valley, y que, con una puesta en escena austera, se las ingeniaban para sumirnos en un profundo sueño meditativo. Su sonido, cercano al que sus compatriotas Naxatras ejecutan, se nutre también de momentos de virulencia sónica en la que los ecos del desierto están muy presentes. Con dos guitarras y una tercera ejecutándose en algunos momentos, el sonido envolvente de TUBER lograba conectar con un público habituado a este tipo de propuestas sonoras. Los griegos son capaces de sumirte en sus particulares agujeros negros con un sonido cautivador que te atrapa irremediablemente. La banda fue despedida con una enorme ovación por un recinto abarrotado que pedía insistente una canción mas tras la conclusión de su actuación. Ese momento me pilló en el escenario, lugar en el que se vivieron momentos de confusión e incertidumbre, sin que finalmente los griegos nos obsequiaran con más música fascinante. Su actuación corroboraba que TUBER son una banda para tener muy en cuenta, porque calidad no les falta.

MADMESS era una banda algo desconocida para muchos de los presentes. La gente me preguntaba sobre ellos y mi respuesta era que no deberían perderse su actuación. Porque este trio se maneja a la perfección en esa atmósfera de rock ácido mas propio de los 70’s. La incisiva guitarra de Sampaio emulando al mismísimo Hendrix, y esos ritmos contagiosos que gravitan entre los espacios psicotrópicos y el heavy blues vintage, eran una apuesta de éxito segura.  Muy poco tardaron en conseguir que las cabezas del público que llenaba el segundo escenario se balancearan constantemente en un headbanging que no tenía vuelta atrás. MADMESS se habían metido el público en el bolsillo con canciones largas que por momentos nos acercan al sonido de Earthless, pero que también viven con autenticidad el rock de siempre, ese rock musculoso tan apetecible. Soberbios, la banda fue despedida con una enorme ovación a la altura de una brillante actuación.

Como punto álgido de la noche los británicos ORANGE GOBLIN se encargaban de hacer lo que mejor saben. ORANGE ‘fuckin’ GOBLIN no es una banda de sorpresas, ellos se ciñen a su guión, y el resultado siempre es correcto. Su heavy-metal con tinte Stoner y algunos momentos psicodélicos eran la excusa perfecta para que la fiesta (o la continuación de la fiesta mas bien) se desatara definitivamente sin vuelta atrás. La energía de su cantante Ben Ward está al alcance de pocos. Curtidos en mil batallas ORANGE GOBLIN saben a la perfección cual es su papel, y este no es otro que transmitir su energía a su público haciendo que el desenfreno aparezca y los pogos y los episodios de crowdsurfing se sucedan. Seguramente no es la banda que mas encaje con la vocación musical del festival, pero ellos, son una de esas bandas que siempre has de tener en un line-up que se precie. En su nivel.

La jornada avanzaba, pero todavía quedaba una de las grandes sorpresas del festival por llegar. VERSTÄRKER. El trio instrumental salía al escenario de riguroso negro con una puesta en escena sobria que nos depararía las mayores sorpresas de la jornada. Desde la primera canción sus hipnóticos ritmos kraut golpeaban en el público activando sus neuronas.  Las primeras filas junto al escenario eran un sinfín de bailes y meneos de cabezas atrapadas por la propuesta sonora de los estadounidenses. Con una ejecución magistral y un sonido atronador iban desgranando unas canciones que gravitaban en la frontera de la electrónica el post-punk bajo un motorik implacable. Si durante el fin de semana alguna banda nos había sumido en este tipo de trance, ninguna lo hizo de la forma que VERSTÄRKER. La diversión estaba servida hasta que, agachados sobre sus pedaleras, tanto bajista como guitarra nos situaban en un silencioso espacio drone. Lo que en un principio podía parecer la introducción de una de sus canciones se convirtió en unos minutos de incertidumbre entre un público estupefacto. Todo el ritmo había desaparecido, los bailes se habían pausado y las caras de la gente miraban al escenario preguntándose que estaba pasando. Una isla en un océano de vibraciones neuróticas que la banda se había tomado como experimento o no se muy bien qué. Al terminar este momento, la banda agradecía el respeto del público por esta parte de su show. A partir de ahí las aguas volvían a su cauce con un publico enloquecido y agradecido por el torrente sónico salido del escenario. Sorprendentes y sobresalientes en su papel.

El festival llegaba a su fin y solo nos quedaba uno de los platos fuertes, y también una de mis bandas favoritas, los noruegos THE DEVIL AND THE ALMIGHTY BLUES. Con el público esperando al comienzo de su actuación, el logo de la banda se reflejaba en el fondo del escenario entre magníficas proyecciones psicodélicas. Una larga introducción con cantos gospel, daba paso a la banda saliendo lentamente al escenario entre los aplausos de la gente. Con su cantante Arnt O. Andersen impertérrito de pie en un lateral al fondo del escenario, los primeros acordes de ‘Slat the earht’ sonaban desde esa guitarra cautivadora. Los noruegos son una banda que se toman su tiempo para hacer eclosionar sus canciones, y esa magia es aprovechada para sumir al oyente en un auténtico trance. En esta ocasión lo volvían a hacer bajo una vez mas, unos fascinantes visuales que engrandecían su actuación. Los blues psicodélicos con aroma a pantano eran esparcidos con su solvencia habitual entre una audiencia todavía muy numerosa, a pesar de las altas horas de la noche, y del cansancio acumulado. Parecía que nadie quisiera que el fin de semana acabara, pero la realidad era otra, así que solo nos quedaba disfrutar de las magníficas canciones que la banda ofrecía en un concierto magistral. ¡Grandes!

Si cualquier otro año, este hubiera sido mi final con el festival, en esta ocasión mi estancia en Beelen se prolongaba un día mas. Esto me permitió comprobar como se desarrollaban algunas cosas nada mas acabar el festival. Alrededor de las doce de la mañana del domingo comprobé con sorpresa que las zonas de acampada estaban completamente vacías a excepción de dos tiendas. El recinto recogido de basura y todo como si allí no hubiera pasado nada. Igualmente el segundo escenario había sido desmontado y las vallas de separación entre ambos recintos también habían desparecido. Esto me permitió tener una imagen diferente a un entorno que conozco desde hace tiempo pero que nunca lo había visto así. El gran trabajo de todos los que colaboran en la organización del festival, hacia que todo volviera la normalidad rápidamente. Aprovechando esos momentos de calma tras la tempestad, intercambiaba impresiones con la organización del festival, los que me transmitían su completa satisfacción por cómo se había desarrollado el mismo. Sus cansados rostros tras el esfuerzo realizado el fin de semana, esbozaban una sonrisa por el trabajo bien hecho. ¡¡Enhorabuena sois geniales!!!

AFTERMOVIE

Desde allí y tras unos días de ocio turístico me dirigí a Hoflarm, donde me esperaban fuertes emociones el siguiente fin de semana, pero eso es otro capítulo que os contaremos en breve, mientras comienza la cuenta atrás hasta la celebración el próximo verano de la edición 30ª aniversario de KRACH AM BACH, una edición que será especial y que ninguno deberíais perderos.

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Crónica.- WOODROCK FESTIVAL 2024

Un verano más desde DenpaFuzz nos embarcamos en un viaje de mas de 600 kilómetros recorriendo la mitad oriental de la Península ibérica para visitar el Festival del ‘aullido del lobo’ en la costa Atlántica de Portugal. Allí, en la localidad de Quiaios, su infinita playa virgen nos recibía con las olas del Atlántico mojando la arena como preludio de tres jornadas memorables. WOODROCK FESTIVAL celebraba su 10º aniversario el pasado fin de semana con tres días de música alejada de los estándares comerciales. Ubicado junto a un encantador bosque la música pesada y psicodélica invadiría el ambiente ante una amistosa legión de fans de la escena. Superándose una vez más con su oferta musical, el festival prometía grandes emociones con bandas reputadas como LUCIFER, WEEDEATER, CACHEMIRA, J.I.R.M, o HIPPIE DEATH CULT, además de un numeroso grupo de bandas emergentes de la escena portuguesa, algo que el festival siempre cuida, dando así visibilidad a bandas noveles que necesitan mostrar su valía sobre un escenario. 

Así las cosas, la primera toma de contacto con el lugar dejaba claro que desde la organización aman lo que hacen y su esfuerzo bien merece ser alabado. En los tiempos que corren, no es muy habitual que un festival te ofrezca 3 días de música con camping incluido por solo 55 euros en un ambiente familiar en el que cualquiera se integra al momento. Además, el horario de los conciertos (a partir de las 9 de la noche), te permite disfrutar de los sensacionales lugares que rodean el espacio en el que se desarrolla el festival.  Playas paradisiacas, ciudades con encanto, una buena gastronomía, y la naturaleza a tus pies, son alicientes suficientes para que este festival reciba más seguidores en ediciones venideras. Con un espíritu DIY la organización trabaja duramente para que todo resulte confortable para sus visitantes. El amplio camping situado junto al recinto de los conciertos permite que te olvides del coche durante todo el fin de semana proporcionándote una estancia con todos los servicios. Los precios de la cerveza a poco más de un euro, la abundante comida local y la amabilidad de la gente, son estímulos suficientes como para no perderse esta cita veraniega que ya se ha convertido en una parada habitual en el periplo veraniego que desde DenpaFuzz hacemos cada verano para contarte como se desarrolla la música en vivo en la temporada estival europea.  

Con una suave temperatura de alrededor de 22 grados bien podíamos olvidarnos de las repetidas olas de calor que venimos sufriendo en los últimos tiempos, algo muy de agradecer y que hace que nuestra estancia en Portugal resulte mucho más placentera. Explorando el entorno nos damos cuenta de que todo sigue igual, Los habituales tubos para depositar los vasos vacíos, las balas de paja para descansar, los ceniceros hechos de tubos de caña, y gente con ganas de pasárselo bien.

Durante la primera jornada la organización continuaba con los preparativos para que todos los visitantes se sientan como en casa y para que el festival se desarrolle de la mejor manera posible. Con el publico llegando sin prisas las primeras bandas ultimaban los detalles para dar el pistoletazo de salida a esta edición. Con Las Grecas como banda sonora para ir calentando motores, el dúo ucraniano SINOPTIK rompían el hielo, y lo hacían con una solvencia digna de mención.

Si bien las bandas que tocarían esta jornada eran desconocidas para mí, siempre mi mente está abierta para recibir propuestas a las que no estoy del todo acostumbrado. Sonidos diferentes a los que me enamoran, pero a los que siempre estoy abierto para dejarme sorprender. Esto resume la actuación del dúo, un concierto que si vio marcado por un problema de sonido a mitad de su show que hacía que todo se parara. La mitad del festival se quedaba sin suministro eléctrico durante algo mas de media hora que enfriaría los ánimos del personal. Un momento perfecto para ir a reponer energías y que tristemente se vio frustrado al haberse visto afectado por el suministro eléctrico la cocina del puesto de comida del festival. Solo quedaba armarse de paciencia, ya que el personal se afanaba en que todo volviera a la normalidad. La noche había caído y con ella la temperatura bajaba con una ligera bruma que venia cargada de una humedad que poco a poco invadía los cuerpos de los presentes. Era el momento de abrigarse y armarse de paciencia. El aullido del lobo se escuchaba de nuevo. Esta es la particular señal para anunciar que las bandas van a comenzar su actuación Tres avisos con una grabación imitando el aullido de un lobo, que precedían a la reanudación del concierto de SINOPTIK. La banda continuaba su actuación con una profesionalidad digna de mención ante la adversidad que acabábamos de sufrir.

La segunda banda, eran OS OVERDOSES, un quinteto con una apuesta por los sonidos garage rock con tonos rocanroleros con los que no conseguí conectar.

El cansancio iba haciendo acto de presencia, algo, que unido al parón producido con la primera banda hacía que mi vitalidad descendiera. Supongo que el madrugón antes de del viaje y las largas horas en la carretera estaban haciendo mella en mi cuerpo.

Bien entrada la noche, la tercera banda, THEM FLYING MONKEYS iniciaba su actuación con unos sonidos alternativos y una puesta en escena llena de energía. Su correcta actuación servía de calentamiento para lo que nos esperaba en la siguiente jornada.

Desde WOODROCK FESTIVAL siempre apuestan por dar visibilidad a banda emergentes, que no siempre son del gusto de todo el público pero que ejecutan su misión de calentar al personal para los platos fuertes que estaban por llegar.

El cansancio y la falta de conexión me hicieron llegar a la conclusión de que la primera jornada había terminado para mí. Un festival es una carrera de fondo, y había que reservar fuerzas para las dos jornadas venideras, por lo que me dirigí a descansar a la espera de que la jornada del viernes nos presentara emociones fuertes.

Tras una jornada tranquila disfrutando de encantadores lugares cercanos y de la suave brisa en esa playa infinita, la segunda jornada del festival estaba a punto de comenzar. La noche anterior ya nos había avisado de que la temperatura bajaba y la humedad aumentaba tras la caída del sol, por lo que en mi bolsa no faltaba una sudadera para combatir el frio de una noche, que otro lado se presentaba caliente. Así se percibía con una mayor presencia de público del que había asistido al warm-up de la jornada del jueves.

WOODROCK FESTIVAL siempre ha tenido devoción por lo ocultista, lo mágico, lo esotérico, y en esta ocasión el aullido del lobo nos reclamaba para la llegada al escenario de LORD OF CONFUSION. La banda de Leira venía cargada con toda la parafernalia que podrías esperar de una banda de doom con inclinaciones psicodélicas. Con sus miembros maquillados con pinturas de guerra, el joven cuarteto desplegaba todo su arsenal de riffs pesados bajo una atmósfera ocultista en la que la psicodelia más lúgubre invadía el ambiente. Una lograda puesta en escena que realzaba su sonido tenebroso. La banda completaba una actuación solvente dejando claro su propósito ante una audiencia agradecida.

La sorpresa llegaba de la mano de la segunda banda, dUAS sEMICOLCHEIAS iNVERTIDAS. Un loco proyecto en el que el noise se fusiona con elementos de free-jazz, y psicodelia experimental. Todo un torbellino sonoro que por momentos taladró mi cabeza con la incorporación de los instrumentos de vientos sobre estructuras pesadas musicalmente. Otro claro ejemplo del amplio espectro sonoro que suele ofrecernos el festival. La complejidad de sus canciones se suplía con un ritmo que iba oscilando y descolocando al público a partes iguales. Entre extraños momentos y soplos de sonidos que taladraban tus neuronas. Curiosos e interesantes.

Llegaba la hora de la banda que tenía marcada en mi agenda para la jornada. J.I.R.M, la banda que sueca que nación con el nombre de JEREMY IRONS & THE RATGANG MALIBUS En activo desde hace más de una década, los suecos no son una banda que se prodigue demasiado en directo, y poder disfrutar de su actuación nuevamente, era todo un regalo para mí.  Llegaban a Portugal para ofrecer únicamente este concierto antes de regresar al día siguiente a tierras escandinavas, y llegaban con las fuerzas y la ilusión rebosantes para dar un gran concierto. Con una larga introducción entre tinieblas y algún problema con su equipo, la banda descargaba todo su arsenal de canciones heavy-rock con su particular estilo psicodélico. Una épica aplastante que se traducía en gloriosos momentos ante un público embravecido. Sin hacer prisioneros J.I.R.M, nos hacía recordar legendarios momentos del pasado del rock con su estilo contemporáneo y personal. Canciones melódicas impulsadas por una fuerza descomunal y un tono de Leyenda se sucedían ante el jolgorio de la concurrencia. Su actuación vino marcada por el rocio de la noche, que se convertía en lluvia a través de la luz de los focos, creando una cortina entre los músicos y la audiencia. Estos chicos tienen ‘gancho’ y sobre el escenario de WOODROCK, lo dejaron meridianamente claro con una sobresaliente actuación.

Las leyendas del sludge y el metal más corrosivo de Carolina del norte, WEEDEATER, desplegaban todo su ritual de distorsiones nada mas subirse al escenario.  Con su líder Dave «Dixie» Collins dejando claro a las primeras de cambio ante quién estábamos. Una voz que vomita las canciones mientras sus riffs atruenan, son los principales argumentos de un tipo que no deja de saltar, moverse, y gesticular sobre el escenario. Con una buena colección de cervezas y la botella de bourbon a su lado, Dave nos recordaba a que suenan las alcantarillas mas hediondas de Carolina del Norte. Su sucio y pesado sonido, no es santo de mi devoción, pero eso no es óbice, para reconocer que lo que hace WEEDEATER, lo hace bien, como así corroboraba la euforia de una audiencia que saltaba enfervorecida entre pogos y algún episodio de crowsurfing. Con ellos concluía para mi una jornada a la que todavía le quedaba el cierre de MAQUINA, otra banda electrizante y excesiva que pondría la noche hirviendo, pero para mí había llegado el momento de la retirada, porque todavía quedaba una interesantísima jornada al día siguiente.

SÁBADO

El cartel del sábado no tenía desperdicio, con cinco bandas de gran calidad, por lo que la fiesta estaba asegurada. Con el personal llegando lentamente al recinto los portugueses MISLEADING saltaban al escenario con una cálida bienvenida. De inmediato, todo su poder psicotrópico caía sobre nosotros con exuberantes y frenéticas canciones. Todo un torbellino lisérgico que ponía a prueba nuestras cervicales con contundentes riffs y una aturdidora atmósfera psicodélica. Haciendo predominar su dinámico ritmo, este era alternado con aturdidores pasajes capaces de alterar las neuronas de cualquiera. Prometedor concierto de una banda con muchos argumentos.

Desde la época de la pandemia no veía en directo a mis queridos CACHEMIRA, y el momento del reencuentro había llegado. Esta claro que el trio es una banda que sigue creciendo exponencialmente en su sonido, una banda que pone el alma en lo que hace, y que lo hace bien. Antes de su actuación pude estar charlando con ellos y de sus palabras, así como de sus gestos y su actitud, presagiaba que íbamos a tener un concierto de los de enmarcar. Con su estética vintage el trio acto de presencia sobre el escenario con un problema inicial en la batería de Alex. Instantes que no evitaron que la introducción se alargara hasta que todo quedó resuelto y los primeros riffs de ‘Mujer Vudú’ salían del escenario como una estampida de búfalos. A partir de ahí, la fiesta de sonidos vintage cobraba todo el protagonismo. Entre los solos ácidos de Gastón, una Claudia cada vez mas solvente y brillante a las voces, golpeando su bajo con virulencia, y el ritmo implacable de Alex a la batería, CACHEMIRA conquistaba a una audiencia entre sorprendida y gratificada. Sorprendida por la contundencia y calidad de un sonido y de unos músicos brillantes, y retribuida su presencia con un concierto divertido, vibrante y solvente. Bien sea sumergiéndose en el blues y soul, en el hard o heavy rock, o en la psicodelia florida de la West Coast, CACHEMIRA brillan a un altísimo nivel, mostrándose como grandes músicos. Garra, fuerza, psicodelia ácida, y ritmos contagiosos, son argumentos suficientes como paer rendido ante los barceloneses. Momentos antes de salir al escenario, su bajista y cantante Claudia me comentaba bromeando que a ver si superaba el examen, y la aprobaba, y evidentemente después de ver su show en el Festival del Aullido del lobo, la prueba fue superada con matrícula de honor.  Seguramente la mejor de un fin de semana plagado de buenos conciertos y de buenos músicos. Sobresalientes.

La jornada se iba desarrollando a un altísimo nivel tras los brillantes conciertos de MISLEADING y CACHEMIRA, pero yo tenía claro que los estadounidenses HIPPIE DEATH CULT, no iban a bajar el listón. Había tenido la suerte de ver el primer show de su gira primera gira europea en el Dunajam, y no tenía ninguna duda de lo que podían ofrecer. Si la noche había comenzado con los sonidos psico espaciales de los portugueses, y había seguido con la fiesta vintage de CACHEMIRA, llegaba la hora de la noche profunda. Ese momento en el que el aullido del lobo invoca a las deidades de las cavernas. El joven trio de Portland abría su actuación con su guitarra Eddie manejando un arco sobre su guitarra. Un gran comienzo que precedía a una avalancha de oscuros riffs pesados gravitando en un espacio a caballo entre el proto-metal de los 70’s, la psicodelia pesada, el Stoner, y sobre todo los sonidos alternativos nacidos en el Seattle de los primeros 90’s. Esta fusión de riffs de vocación Sabbath con ese espíritu indómito del movimiento grunge, son llevadas a cabo con una facilidad pasmosa. Rabia, fuerza y contundencia en una actuación en la que se dejaron el alma. El público agradecía el derroche y la calidad que cubría el escenario. Notables y sabiendo lo que se tiene entre manos.

Los cambios estilísticos de las bandas tenían una continuidad en esta mágica noche de sábado. Con una gran luna escondiéndose entre las ramas de los árboles, el misterio de la noche en el bosque habían dado cobijo a la psicodelia de MISLEADING, para transformarla en psicodelia 70’s con momentos de pesadez con CACHEMIRA, para continuar con la oscuridad del proto-metal empapado en psicodelia de HIPPIE DEATH CULT. En esa evolución a lo ocultista, el siguiente capítulo lo protagonizaría LUCIFER. Una banda que solo con su nombre nos da pistas de su vocación y su sonido. Los suecos hacían que la fisonomía del escenario cambiara y este, ya no estuviera presidido por la ‘W’ de WOODROCK presente durante todo el fin de semana. En un hábil ejercicio el personal de la organización quitaba del escenario la estructura que sustentaba las luces de la ‘W’, para colocar una lona con el logo de LUCIFER presidiendo el escenario.

La entrada de la banda estuvo acompañada por un escenario presidido por el rojo satánico y ‘La Cabra Satánica’ poniendo la ambientación perfecta para una banda con ese nombre. Sin más preámbulos todo la fuerza heavy-rock de los suecos se esparcía sobre el escenario en un derroche de energía. Con su cantante Joana ataviada con una capa de terciopelo negro con ribetes en oro y una malla igual, comenzaba a meterse al público en el bolsillo. Guitarras al cielo melodías pegadizas de puro heavy-rock a la vieja usanza golpeaban a un público bailón y dicharachero que disfrutaba con la embestida de los nórdicos. Que duda cabe que una banda con un buen o buena cantante consigue elevar su balía, y si en tu banda tienes a un animal de escena como Joana, la tormenta perfecta está servida. Sus bailes sus gestos, siempre provocando sensaciones en el público eran acompañados de unos músicos que no paraban un momento quieto. Jugando con sus instrumentos como las grandes leyendas del género allá en los finales de los 70’s y comienzos de los 80’s. LUCIFER están ya curtidos en mil batallas y están acostumbrados a tocar antes grandes masas de gente, pero son lo suficientemente profesionales como ofrecer lo mismo ante una audiencia de varios centenares de personas. La banda se presentaba con Adam Lindmark a la batería, en sustitución de Nicke Andersson, algo que probablemente pasara desapercibida para muchos, ya que la ausencia de Nicke, no hizo que el sonido de la banda se resintiera. Los suecos se vaciaron sobre el escenario a pesar de que tengo la sensación de que no estaban al 100 %. Esa sensación y los constantes paseos de su cantante Joana a hidratarse con hacia me hacían sospechar que su garganta no estaba a pleno rendimiento, como no si no se sintiera cómoda del todo. Algo que no impedía que su concierto se desarrollara con absoluta normalidad. La banda se despedía de un público entregado que había disfrutado del concierto pidiendo más, pero los suecos ya no regresarían al escenario tras una actuación notable con la que conquistaron a un público que se había divertido con su show.

AFTERMOVIE

Avanzada ya la noche y con el cansancio haciendo acto de presencia, era el momento del final del festival para mí. El domingo me esperaba una larga jornada de carretera de regreso a casa, por lo que no pude ver a otra banda que me enamoró hace unos meses. Los portugueses TRAVO cerraban un festival que se había desarrollado como lo que es, una fiesta de sonidos alternativos en un ambiente familiar e inmejorable. Un evento nacido del trabajo y el amor por la música y que cada año se supera. Porque WOODROCK FESTIVAL es uno de esos festivales que cuando lo visitas por primera vez, es imposible olvidarlo, convirtiéndose en una cita señalada para ños venideros. Así me lo transmiten todos los amigos que lo conocen, diciéndome que repetirán, por algo será. No quiero finalizar esta crónica sin agradecer la hospitalidad que su promotor Paolo, me dispensa cada año que asisto, un tipo humilde, que ama lo que hace, y que verá como en próximas ediciones recibe personal de diferentes puntos de la geografía europea, como ya se ha percibido en esta edición en la que encontramos mas nacionalidades aparte de la predominante portuguesa. GRACIAS Paolo, en 2024 lo volviste a conseguir con una edición fantástica.

No olvidaré el emotivo abrazo que nos dimos al despedirnos.  ¡¡¡Nos vemos el año que viene en ‘WOODROCK FESTIVAL’!!!

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DenpaFuzz

denpafuzz

Crónica: LUNAVIEJA + DIEAWAY en Sala Moby Dick (Madrid)

Al igual que había sucedido dos días con KING BUFFALO, los malagueños LUNAVIEJA se presentaban por primera vez en Madrid, y las expectativas estaban muy altas. Todos que han visto en directo a la banda en directo con anterioridad, saben cómo se las gastan sobre un escenario, y la noche del pasado viernes se presentaba como una gran oportunidad para sumergirnos en su particular mundo ocultista. El concierto organizado por la infatigable La Rubia producciones y contaba también con la presencia de los alcalaínos DIEAWAY, que se presentaban en formato trio tras la salida de la banda de su guitarrista Miguel.

Con esos antecedentes el personal iba llegando, deseoso de vivir una de esas noches que quedan para el recuerdo, y a la postre así fue. Todas las perspectivas quedaron superadas por un concierto impresionante y sorprendente a partes iguales en el que lo esotérico invadió con sus conjuros, con su mística, con su folclore, pero también con sus tenebrosos riffs, la Sala Moby Dick de Madrid.

DIEAWAY abría su actuación con una de las canciones de su nuevo álbum «Trisected Liminality vol. 1 & 2», eje argumental de su set-list. ‘The Skillful Art of Losing Balance’ mantiene la esencia grunge que lleva acompañando a la banda desde hace unas décadas, pero a su vez se percibía que los riffs arenosos también forman parte de sus genes. Un sonido poderoso y bien ensamblado repasaba esta nueva entrega repartida en dos volúmenes. La garra de ‘Conundrums’ se contrarrestaba con oleadas de sonidos noventeros bajo un ritmo trepidante. La temperatura subía con ‘Involution’ una canción que combina las melodías habituales de DIEAWAY con golpes de Stoner metal. Un cambio constante de intensidad que calaba en una audiencia que se divertía con la propuesta sonora de la banda.  Con completo desparpajo las canciones se sucedían en un derroche de pesadez como no los había visto antes.

Parece como si la banda hubiera decidido suplir la ausencia de su segunda guitarra con una mayor intensidad de cada uno de sus riffs, lo que los lleva a un nuevo escenario. La sala iba recibiendo poco a poco mas y mas gente que se unía a la fiesta de sonidos pesados de inclinación noventera de los de Alcalá. Está claro que estos chicos nacieron con la energía e irreverencia del rock de los 90’s y ese continúa siendo el hilo argumental de sus canciones, pero la mutación de esos sonidos a un espacio más Stoner y metálico al que aportan sutiles dosis de psicodelia y elementos progresivos que hacen que cada canción resulte un conglomerado de vibraciones que finalmente, son bien ensambladas. Con la rugosa y llena de aristas ‘The anchor’ ponían fin a un concierto contundente de algo menos de una hora en el que ejercieron un derroche de fuerza y mostraron que como trio siguen teniendo el camino libre para seguir ofreciéndonos sus canciones. Ellos son un ejemplo de banda underground, que no desfallece ante las adversidades y que tiene claro su propósito, sin pretensiones, pero con las ideas claras.

Después de este impactante primer acto, la noche se abría a nuevas experiencias sensoriales. El cuarteto malagueño había sorprendido a propios y extraños en sus actuaciones en las dos últimas ediciones del festival portugués Sonicblast, y muchos de los presentes sabían a lo que venían, pero desde luego, nadie podía imaginar un derroche como el que LUNAVIEJA ofrecieron en ‘La ballena’. Porque cada actuación de los malagueños no se circunscribe únicamente a lo musical, ellos celebran una experiencia visual, mística, ocultista, llegada de mas allá, para brindar a los presentes un ritual lleno de simbolismo en el que su actuación se enriquece con lo olfativo, consiguiendo que cada asistente a su show evada su mente y se sumerjan en las tinieblas. Un espacio lúgubre en el que la tradición y los ancestros tiene su parte importante de protagonismo. Con el escenario repleto de elementos tradicionales y objetos de culto llenos de simbología, la banda aparecía en el escenario con su particular chaman embutido en esa bella e inquietante máscara danto paso al comienzo del ritual bajo el silencio de una audiencia expectante. El show lo abrían con una canción no incluida en su Lp debut, ‘Bacantes’, y desde el primer momento se percibía que nadie quería perderse ni un solo detalle de esta experiencia. Teniendo en cuenta que el doom forma parte del ADN de LUNAVIEJA, no es de extrañar que los primeros riffs de ‘Mal de Luna’ rápido hicieran acto de presencia. En esa acertada conjunción de sonidos alternativos de origen 90’s, con golpes de riffs pesados rápidamente nos ponía en el camino de este aquelarre.

Constantes bailes y muecas se sucedían entre un sonido y unas tenues luces rojas que ponían el ambiente correcto a su propuesta. ‘Hecate’ nos traía los primeros momentos verdaderamente ocultistas. Sus riffs Sabbahticos y esas letras recitadas como un inquietante conjuro acababan por sumirnos en un mundo de tinieblas del que no saldríamos en toda la noche. Con ‘Unguentum Sabbati’ el ritual alcanzaba uno de sus momentos álgidos. Inquietantes, místicos, ocultistas, LUNAVIEJA esparcía sus conjuros entre aromas a romero y elementos tradicionales. Las tinieblas presidian la sal con una Stefy ejerciendo de hechicera con sus conjuros y plegarias.  No son habituales estos pasajes teatrales, pero su efectividad está al margen de cualquier duda. Si la música es un aliciente, una puesta en escena así, no tiene precio. La alternancia de estos momentos chamánicos y rituales con los golpes de riffs Stoner resultaba ciertamente estimulante. Todo el mundo pendiente de cada detalle que se producía sobre el escenario, algo que no todas las bandas consiguen. Pero esta puesta en escena única, es realizada con una precisión cautivadora que impide que nadie, ni los amantes de estos oscuros sonidos pesados, ni los que no están familiarizados con ellos, disfrute del grandioso espectáculo. ‘Lunavieja’ y ‘Santo romero’ ponían los momentos álgidos a una actuación sorprendente y hechizante a partes iguales. La banda continuaba sonando a las mil maravillas, y Stefy se enfundaba en su mascará aviar para seguir desgranando actos de su relato. Siempre tratando de innovar, Javi, nos presentaba una nueva máscara llena de color mientras las incursiones, tanto suyas como de Stefy en medio de la audiencia con los tambores rituales podían la sla patas arriba. Esas invitaciones al baile eran bien recibidas por los presentes, integrándose en el aquelarre y viviendo la experiencia de una manera personal. En otro juego de malabares, LUNAVIEJA nos sorprendía con su puesta en escena a cada momento en una actuación en la que no había margen a la distracción, si te mueves, te lo pierdes. Por ello, cada uno de los presentes mantenía la atención puesta en cada detalle, porque son muchos los alicientes y sensaciones que LUNAVIEJA saben transmitir, ya que planifican sus shows como una obra teatral con un hilo argumental en el que lo ancestral, el folclore, lo tenebroso, lo ritual, se unen en un espectáculo lleno de alicientes para su público, algo, que la gente sabe agradecer.

Esta congregación llegada del sur supo como conseguir adeptos para su causa sumiéndonos en un trance ceremonial en el que lo pagano, lo oculto, copaba todo el protagonismo. Incluso la banda yendo más allá en su propósito, ofrecía un elemento nuevo con el que causó sensación. Una máquina de humo con una luz roja en su base que simulaba una hoguera en la que su cantante y chamán Javi, se inmolaba como un hereje, algo que realzaba una superlativa puesta en escena con la que siempre mantenían atento a un público entregado. Sin duda una noche perfecta que no pude vivir hasta su final por cuestiones personales que hicieron que tuviera que ausentarme antes de la finalización de su actuación minutos antes de que esta concluyera. Lo cierto es que la banda dejaba claro que una buena puesta en escena es capaz de hacer brillar mucho más la música de cualquier banda ofreciendo un espectáculo global, en el que las sensaciones se amontonan, algo sumamente de agradecer. Así las cosas, podemos concluir que LUNAVIEJA se doctoraron en las artes del rock ocultista, levantando las pasiones del público madrileño que se acercó a su aquelarre en la Sala Moby Dick. ¡¡¡GRANDES!!!

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Crónica: KING BUFFALO +SLOMOSA en Sala Nazca (Madrid)

La promotora Noise on Tour hacía posible la primera visita a España de una de las bandas más en forma de la escena pesada y psicodélica de los últimos años, KING BUFFALO. El trio de Rochester llegaba acompañado de otra de las bandas pujantes de la escena desértica, los noruegos SLOMOSA. Todo se presentaba como una gran noche para disfrutar de dos de las bandas destacadas de los sonidos pesados, y a la postre, lo que quedó claro que KING BUFFALO son los reyes, y como tales, así se mostraron en Madrid en un concierto MAJESTUOSO.

Con una sala prácticamente llena, los noruegos SLOMOSA hacían acto de presencia sobre el escenario de la Sala Nazca de Madrid. Un espacio ideal para degustar sus vibraciones arenosas herederas de los pioneros como KYUSS. Teniendo en cuenta que SLOMOSA solo tiene un álbum publicado en 2020 y que son una banda que ha estado presente en los festivales europeos mas prestigiosos (por algo será), su propuesta resultaba sumamente apetecible. No es fácil que una banda joven y con tres años de sequía discográfica obtenga un reconocimiento así, pero sus actuaciones en directo son un aval para que la cosa funcione.

El cuarteto de Bergen ya había dejado su impronta el pasado año en su paso por el Kristonfest, y ahora regresaban con el aval de su magnífica actuación en aquel evento. Con la frescura de su juventud y una actitud encomiable, la banda desde el comienzo de su actuación puso la energía necesaria para el público conectara con ellos de los primeros riffs. Ese tono desenfadado y una ejecución de sus canciones al nivel de una banda completamente consagrada, hacía que se metieran en el bolsillo al público desde el minuto uno. Sobre el escenario se veía a cuatro jóvenes que se divertían con una compenetración exquisita. La complicidad entre ellos se traslada al público con facilidad y eso a la postre fue lo que hizo que su actuación fuera celebrada por todos los presentes. Intercalando alguna canción de su próximo álbum que verá la luz a primeros de año, como ‘Cabin fever’ junto a temas clásicos de su álbum debut como ‘In my mind desert’ con sus melodías ensoñadoras y estribillos pegadizos que eran coreados por todos los presentes. La poderosa ‘There Is Nothing New Under The Sun’ con sus riffs difusos con sabor a puro desierto y eso tono alternativo tan característico de la banda o ‘Kevin’, otro de los ya clásicos de la banda. Su poderoso sonido y la felicidad que irradiaban, hizo que los presentes cayeran rendidos a su potente propuesta en directo. Sin duda la banda se siente y se muestra más madura, y ejecuta sus actuaciones con una precisión que no desluce su frescura, porque estos chicos son un soplo de aire fresco en una escena pesada demasiado anquilosada, ya que si bien siguen un patrón de desert-rock ortodoxo, saben cómo refrescar esos sonidos aportando una melodías ensoñadoras con las que cautivar al público.  SLOMOSA pusieron a prueba las cervicales de los presentes con esos riffs contagiosos que te invitan al baile y a activar tus articulaciones algo, que sucedió el pasado miércoles en la Sala Nazca. Son media docena de veces las que he visto a la banda en los dos últimos años, y tengo que decir, que una vez más, brillaron a un nivel muy alto, lo que nos hace seguir teniendo esperanzas en una banda que todavía tiene mucho que dar, ya que su juventud y su buen hacer, así lo atestiguan. Notables y solventes, SLOMOSA se despedían del público de Madrid con una gran ovación tras interpretar ‘Horses’, la canción con la que abrían su hasta ahora único álbum y con la que cerraban cerca de una hora de gozo para todos los presentes.

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Tras una pequeña pausa en la que el personal tomaba unas merecidas cerveza y se agolpaba en el puesto de merch, llegaba la hora de KING BUFFALO. En su primera visita a Madrid, el trio de Rochester, optó por deja claro quién es ‘El auténtico Rey’, un rey que en esa ocasión mostraba su lado más contundente y pesado. Desde que los vi por primera vez allá por el año 2017 en el festival Krach am Bach, y habiendo sido testigo de sus shows en festivales como Freak Valley, Desertfest Berlin, Sonicblast o nuevamente KRACH AM BACH, he ido advirtiendo a la gente del potencial que tienen, tanto en sus discos, como, sobre todo en sus directos. Algunos de los presentes ya habían visto a la banda el pasado año en Portugal, pero otros muchos, se enfrentaban a ellos por primera vez con las expectativas muy altas por las buenas criticas y halagos recibidos. Esta claro que para la banda esta primera visita a suelo patrio era una oportunidad par mostrar todo su talento, una capacidad que no se limita a sonidos estereotipados, sino que se expande en un amplio abanico estilístico en el que cabe, por supuesto, la psicodelia, pero también los hipnóticos ritmos kraut, los golpes de metal en vena TOOL, o el Stoner tradicional, así como su magia shoegaze. Con estos argumentos nada podía salir mal.

Los hipnóticos acordes de su canción ‘Eta Carinae’ fueron los encargados de abrir su actuación. La canción incluida en su álbum de 2020 ‘Dead Star’ marcaba el devenir de la primera parte de su actuación. El poder de la melodía y la persuasión cautivadora de sus riffs, eran un argumento suficiente para que el público se enganchara desde el primer instante a los de Rochester.  A continuación ‘Hebetation’ nos sumía en el ensoñador mundo shoegaze de la banda. Con el público abducido por esta cautivadora propuesta, nadie se perdía ni un detalle de su actuación, mientras algunos reclamaban algo de silencio para poder disfrutar con todos sus sentidos de este trance que supone cada uno de sus conciertos. Canciones como la lisérgica ‘Sleeps on a vine’ presidian la parte centra de un show que fue aumentando su intensidad hasta mostrar el lado más pesado de KING BUFFALO, especialmente en la segunda parte de su concierto. Parece como si quisieran compensar el tiempo que han tardado en venir a tocar a España, y se mostraron absolutamente pesados, incluso me atrevería a decir que de la media docena de veces que los he visto en directo, la actuación del pasado miércoles fue la más contundente de todas ellas. Abrumadores, hipnóticos y no se cuantas cosas más, KING BUFFALO volvieron a corroborar que son una banda especial, una banda que toca de memoria, que sus miembros no necesitan nada para hacer que esa maquinaria arrolladora de la banda funcione con solvencia.

La poderosa batería de Scott, los constantes paseos y balanceos de su bajista Dan, sin dejar de dar vueltas en circulo mientras los acordes de su bajo golpeaban en los corazones de los presentes, y la magia de la guitarra unida a esa cálida voz de Sean, fueron elementos que hechizaron a un público que disfrutaba, que bailaba, que atendía a la actuación sin querer perderse ni un solo detalle. Con ‘Longing to Be the Mountain’ daban muestra de su espíritu heavy-psych con el uso de sintetizadores y de unos riffs que se iban tornando más grueso y pesados. Estos chicos saben crear la atmósfera precisa en el momento preciso, y así absorber a su público en esa espiral lisérgica de la que ninguno querrá salir. Con canciones como ‘The knocks’ subían la apuesta para llevarnos a un escenario más propio del metal alternativo sin perder su esencia psicodélica. Momentos de gran sorpresa e introspección que se reflejaban en las caras de expectación de la gente. El show avanzaba y los rugosos riffs de ‘Firmament’ penetraban en las terminaciones nerviosas de un público entregado. La atmosférica y shoegaze ‘Cerberus’ ponía el colofón a una actuación para recordar en la que KING BUFFALO dejó claro que su fama no es gratuita y que se corresponde con una calidad y versatilidad que no está al alcance de cualquier banda. No faltaron los pogos y algún episodio de crowsurfing para mostrar la temperatura que tomaba la Sala Nazca el día en el que ‘EL REY BUFFALO’ descubría toda su majestuosidad ante el público madrileño, una audiencia que al finalizar su actuación, no se movía esperando que la banda nos regalara alguna canción más, algo, que inevitablemente sucedía en una noche redonda en la todos salimos con la sonrisa puesta, porque, una vez más tanto KING BUFFALO, como SLOMOSA, habían hecho su trabajo de manera sobresaliente en una sala que sonó a un alto nivel acompañado por una luminotecnia acertada.

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