Quince años han pasado desde que los pioneros del desierto YAWNING MAN publicaron su primer álbum “Rock Formations”, y ahora por fin, los podemos ver en su hábitat natural. Toda una experiencia redentora inspirada en aquella grabación que hace décadas hiciera Pink Floyd en las ruinas de Pompeya. Con ese espíritu, se cumple un sueño de toda la vida: Capturar a YAWNING MAN actuando en el mismo ambiente que tanto inspiró su música. La oportunidad surgió en 2020 a partir de los desafíos que enfrentaron artistas y músicos durante la pandemia de Covid 19, el distanciamiento social que obliga a los artistas a adaptarse creativamente a alternativas para expresarse musical y visualmente. Así, en las primeras horas de la mañana del 18 de mayo de 2020 en el impresionante y misterioso paraje de Giant Rock en el desierto de Mojave la banda comenzó la grabación y filmación con dos únicos actores, la propia banda y el paisaje. Sin público la banda realiza sus meditaciones instrumentales en ese bello e inspirador entorno, un lugar al que ponen banda sonora de la mejor manera posible. Un espacio que a lo largo del tiempo ha atraído a nómadas nativos americanos, científicos, investigadores de ovnis y viajeros de todo el mundo, hechizados por su magnética energía espiritual. Las actuaciones de las bandas al aire libre son legendarias y este álbum-película es la primera representación ingeniosamente compuesta de esa experiencia. La música expansiva, atmosférica y cinematográfica de YAWNING MAN ha encontrado el lugar más apropiado para desarrollarse. Si en algo son maestros es precisamente en su capacidad para crear atmósferas, y aquí con sus cuatro jams lo consiguen una vez más. En el espacio donde probablemente más cómodos se sientan logran sacar lo mejor de sí mismos.
‘LIVE AT GIANT ROCK’ es un trabajo meditativo y que invita a la reflexión en una busca de la paz interior como gran parte de los trabajos de la banda y está disponible vía Heavy Psych Sounds en vinilo, CD y DVD.

A modo de perfecta banda sonora para el amanecer, ‘Tumbleweeds in the snow’ parece querer introducirnos a la luz del día con sus acordes. Un génesis que hace que el tema se vaya creando entre el magnetismo del bajo de Lalli, siempre poniendo el músculo y la destreza y belleza de la guitarra de Gary. Siempre creando esa atmósfera envolvente y protectora, estos chamanes del desierto consiguen reflejar en su música toda la inmensidad y soledad del desierto. Poniendo banda sonora al viento los efectos nos arrullan en canto redentor de lo mas gratificante. Belleza en cada acorde de estos quince minutos de jam instrumental en la que los californianos se rencuentran con su entorno natural. La fornida línea del bajo custodia ese deambular por el yermo entorno en el que desarrollan su creatividad. Elevando la intensidad con sonidos más pesados crean una atmósfera psicodélica en la que la guitarra de Gary se estira en solos infinitos entre dinámicos ritmos de batería que van oscilada constantemente. Repetitivo, el tema en su parte final hace honor a lo que en realidad es una jam arenosa, envolvente y hechizante y rebosante de mística. En su parte final el incremento de los efectos aporta un aspecto espacial a un escenario desde el que el visionado del cosmos adquiere una particular dimensión.

‘The last summer eye’ con la mitad de duración que el tema anterior parece ofrecernos visión distinta de una única estampa. Sus primeros acordes casi doom, lentos y plomizos dejan rendijas para que la guitarra interfiera poniendo el contrapunto con acordes llenos de belleza. Hipnótico y con aires chamánicos nos envuelven con arenosos e interminables acordes en un ambiente intimista y casi triste. La desolación del entorno parece reflejarse en una composición que va mutando a un escenario casi post-rock. Entre efectos el tema se desboca por una senda libre en la que los tres músicos se dejan llevar por sus instintos. Incorporando elementos y sonidos espaciales el tema avanza si mirar a tras en busca del horizonte mediante hipnóticos pasajes. Seguramente muchas bandas post-rock quisieran tener la creatividad y técnica para realizar los desarrollos de estos moradores de las arenas.
Sumidos en un espacio más oscuro ‘Nazi synthesizer’ consigue equilibrar el tenebroso bajo con imposibles pasajes de guitarra para crear una atmósfera más pesada y aturdidora. Bajando paulatinamente la intensidad vuelven a construir una atmósfera meditativa que parece mirar al horizonte en su ocaso. Siempre con ese aura melancólica y lánguida aquí se muestran más aturdidores e inquietantes, pero a su vez llenos de magnetismo. Esa extraña habilidad para absorber al oyente con sus atmosféricos desarrollos queda patente nuevamente.
El álbum cierra con la jam más larga. Con sus casi dieciocho minutos divididos en dos partes “Blowhole sunrise/space finger”, llena de bellos acordes el desierto de Mojave. Una total paradoja en ese duro y hostil entorno, pero, en definitiva, YAWNING MAN, están en “su entorno”. En el espacio donde probablemente más cómodos se sientan logran sacar lo mejor de sí mismos. Interpretando libremente sus creaciones consiguen crear un mantra liberador en el que la música es la protagonista. Todo un ritual liberador que pasa por distintos estados de ánimo y en el que los efectos del peyote parecen apoderar por momentos del trio en un trance místico y redentor. Mágico y envolvente el tema parece atravesar una nueva dimensión sensorial para sumirnos en un nuevo mundo. Un entorno apacible y acogedor que no reniega del hipnotismo para atraernos en su interior. En su segunda mitad el tema explora otros sonidos con un incremento de la pesadez sin abandonar el hipnotismo. sumiéndonos por momentos en una espiral caótica de acordes repetitivos hasta llevarnos a un nuevo espacio místico en el que encontrarnos con espíritus ancestrales en una redención anímica.

Formados a fines de la década de 1980, la formación de Gary Arce, Mario Lalli y Bill Stinson completa su programa de giras y grabaciones activas de un año. Los antecedentes de Arce y Lalli juntos se remontan al comienzo de YAWNING MAN con antecedentes de Stinson empapado en el mundo de SST Records a través de presentaciones y grabaciones con Greg Ginn y Chuck Dukowski de Black Flag durante varios años. YAWNING MAN son reconocido en toda la comunidad de música heavy underground como una pieza clave en el desarrollo de los subgéneros del desert-rock. Mientras sus contemporáneos gravitaban hacia los pesados riffs del grunge y el post punk, YAWNING MAN se inclinaron en otra dirección con sus composiciones cinematográficas únicas y orgánicas e improvisaciones psicodélicas … la banda sonora perfecta para abarcar la atmósfera espaciosa de paisaje lunar de las bien documentadas «generator parties» de su área a fines de la década de 1980. Fue en estas reuniones donde desarrollaron este estilo y sonido distintivo al encantar a los espectadores con sus aparentemente interminables sesiones instrumentales de forma libre, que resonaban en los hermosos desiertos, mesetas y paisajes del Valle de Coachella.
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