Los argentinos IAH son una de las bandas más sólidas de la escena del cono sur latinoamericano. Con cuatro alabados álbumes a sus espaldas, habían ofrecido hermosos trabajos en los que predominaba post-rock con un fuerte carácter psicodélico, pero ahora con su quinta entrega, muestran su lado más pesado y experimental. Una faceta no mostrada hasta ahora con tanta contundencia con la que construyen toda una travesía sonora que transita por escarpados y rocosos espacios en los que el post-metal más monumental se presenta en canciones que giran argumentalmente para dar sacar al oyente del hastío. Pasajes ambientales de vocación espacial que son enriquecidos con monumentales y faraónicos desarrollos post-rock son el antídoto que IAH utiliza para equilibrar la desmesura de sus rugosos riffs. Con sutiles soplos shoegaze hacen que los fangosos riffs se conviertan en algo liviano y elegante. Presidido por la melancolía, el álbum contiene elementos suficientes para tanto para despertar al oyente del letargo, como para sumirlo en un gratificante sueño en el que los bellos pasajes de una guitarra rebosante de hermosas texturas acaban por conquistarnos. La inspiración de los argentinos queda plasmada en majestuosas canciones que habitan en un espacio oscuro e intimista creado en un laboratorio en el que versátiles estilos se fusionan en un magnífico, sorprendente y contundente álbum. Conteniendo canciones en línea de bandas como RUSSIAN CIRCLES, las impactantes pistas son construidas para crear un entorno cinemático con una narrativa fluida. Lo cierto es que IAH son una banda con un sonido personal, pero eso no supone un obstáculo para explorar nuevas rutas con las que enriquecer el mismo sin que éste, pierda su esencia. Con su nuevo álbum ‘V’, lo han conseguido. Enhorabuena, prueba superada.
‘V’ fue grabado en Gran Rosa Estudio por Mario Carnerero, mezclado y masterizado en Plutonio Estudio por Mario Carnerero. Asistentes de grabación: Santiago Ludueña y Matías Ruda. Drum Doctor: Fernando Caballero. Guitar Doctor: Mario Carnerero. Asistente: José Bazán. Foto de portada: Feed de plume. Arte: Mauricio Condon. Producido por Mario Carnerero e IAH. Disponible a primeros de año vía Kozmik Artifatcz.
IAH son: Juan Pablo Lucco Borlera (bajo), Mauricio Condon (guitarras y sintetizadores) y José Landín (batería).
El trio nos sumerge lentamente en ‘Kutno’ con una introducción atmosférica de tonos espaciales que tras dos minutos nos sitúa en un entorno en el que los golpes de post-metal hacen crujir el ambiente. Impulsados por unos tambores que redoblan una y otra vez, el grueso sonido de sus densos riffs nos ofrece una versión fornida de los argentinos. Tenemos que esperar a pasar la primera mitad de la canción para encontrarnos esas delicadas melodías a las que nos tienen acostumbrados estos chicos. Ahí, el post-rock mas hermoso aflora en un génesis cubierto por una atmósfera oscura que nos recuerda sus primeros pasos. Una dualidad que refleja las dos caras de IAH tiene en la actualidad. La pista culmina con un torrente de riffs rugosos y pesados que acaban construyendo monumentales espacios sonoros.
Dejando patente que no son una banda que se encasilla en un género, ‘Madre de los suspiros’ presenta algunos momentos shoegaze que hacen evolucionar la pista a un precipicio doomgaze y post-metal en el que todo parece volverse más abrupto. Es allí donde despliegan todo su arsenal de hermosos desarrollos instrumentales entre muros de riffs rugosos. Una canción épica y cinematográfica que culmina con brillantes momentos de guitarra con un aroma exótico.
Los sosegados e hipnóticos acordes de ‘Yaldabaoth’ sirven para explorar boscosos espacios heavy-psych. Efectos, riffs gruesos y un marcado carácter post-metal, violentan el relato. Todo un crisol de estilos dispuestos para sorprender al oyente con un sonido crudo y pesado, pero por momentos mágico y ensoñador. Golpes de doom, momentos sludge, y una psicodelia que se mestiza con el post-rock para presentar al oyente un amplio abanico sonoro. Una ondulante travesía con sus momentos de calma en contraste con otros, verdaderamente tormentosos.
‘Sono io!’ es un breve interludio de menos de dos minutos con cautivadores y pausados acordes en pura línea post-rock.
Retomando los crujientes riffs ‘Sentado en el borde de una pregunta’ navega entre contundentes riffs y unos abrasadores tambores en aguas sludge, post-metal en su primera mitad, para descender a profundidades post rock en un giro absoluto.
Cerrando el álbum la inquietante ‘Las palabras y el mar’, parece retomar los orígenes de la banda a través de un fascinante escenario psicodélico. Evolucionando lentamente, los acordes se suceden entre una sutil nebulosa de efectos bajo un clima de melancolía. Una canción gris que, al igual que las precedentes, cambia completamente su aspecto pasados tres minutos. Allí el trio retoma la virulencia de sus crujientes y fornidos riffs, para sumirnos en las tinieblas. Manteniendo un ritmo vibrante, el corte serpentea con logrados pasajes de guitarra entre la brumosa base rítmica. Oníricos pasajes post-rock nos sitúan en un plácido entorno sonoro en el que la belleza aflora en cada nota.



