GROOVER VON KRÜGER.- «The Scientist and The Monkey»

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El cuarteto de Melbourne GROOVER VON KRÜGER  nos trae «THE SCIENTIST AND THE MONKEY» siete años después de su primer registro. Seguramente será demasiado tiempo, pero lo cierto es que ofrecen una versatil combinación de estilos que van desde el hard rock hasta el funky, con una clara influencia de Frank Zappa en su sonido. Ellos mismos define su sonido como si Frank Zappa y Mr Bungle se encuentran con Turbonegro y Brant Bjork. No sé si será pretencioso, pero lo cierto es que estamos ante un variado y animado registro.

Los contundentes riffs de «Dynamite», con clara influencia del hard rock de los setenta, se ven salpicados con voces que bien podrían recordarnos a Zappa. Una estructura oscilante y potente, con altas dosis de energía, en la que no faltan unos eficaces solos de guitarra a un rítmo vertiginoso.

Siguiendo esa estela «Pussy and pancakes» aparece como un corte más espeso, rescatando sonidos blues-rock y algún eco de Brant Bjork más pantanoso y humeante. Un groovy retro con una acidez evidente en la que el humo enturbia el ambiente.

A continuación «The Scientist and The Monkey» nos muestra el lado más zapesco de la banda. Extraños ritmos bailables, con una linea de bajo y ciertos aires negroides, dan cabida a guitarras distorsionadas ejecutadas con virtusismo. 

Con voces en italiano, «Magic beans» colorea de sonidos vintage sesenteros a base de cajas de ritmos y sintetizadores. El bajo se muestra sólido y dominante con unos lisérgicos solos de  guitarra que se inmiscullen en la composición como venidos de otro espacio.

Con notas cercanas las pop-rock y al jazz que sale del piano, «Already gone»  es una conjunción de elementos musicales que abarcan distintos estilos. Las guitarra hirientes no faltan a su cita en este combo.  

Deficil definir cual es la verdadera apuesta de los australianos, pero lo cierto es que  el resultado de «THE SCIENTIST AND THE MONKEY» es mas que apetecible. Como una isla en una trillada escena retro,  GROOVER VON KRÜGER emergen con luz propia mostrándose como un nuevo brote que surge del prolifico arbol de la escena australiana, que continua dándonos muy buenos frutos.

 

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THE RARE BREED.- «Looking for today»

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THE RARE BREED lanzó «LOOKING FOR TODAY», allá por  2016, teniendo su reedición post-apocalíptica hace unas semanas a través de Ripple Music, lo que hace que el trabajo tenga el reconocimiento que merece. 

Fieles herederos del estilo Sabbath, especialmente en en los registros de su vocalista Oscar de la Torre. El disco explora territorios proto-metal a base de pegadizos riffs. Una embestida arrolladora que levanta polvo desértico a su paso. A veces con acento de los setenta, en ocasiones con sonidos stoner mucho más contemporáneos, sus surcos vomitan dosis de hard rock clásico evocando a Ozzy. Si claramente esa esencia es lo fundamental, las armonías se tornan más ácidas pero siempre custodiadas por unos tambores de guerra que invitan a la contienda. Aunque la genética Sabbath es reconocible, la banda tiene su propia identidad, no quedándose en un mero homenaje. Con momentos luminosos, repiten riffs que dan color a su oscuridad con momentos alborozados entre su brutalidad.

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SEEDY JEEZUS.- «Polaris oblique»

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Desde Australia nos llega esta maravilla llamada «POLARIS OBLIQUE»: El segundo album de SEEDY JEEZUS, que cuenta con la colaboración de Isaiah Mitchell (EARTHLESS) y Tony Reed (MOS GENERATION).  El resultado es un disco enérgico, sólido, sutil y bello en el que las melodías se combinan con gran versatilidad en un conjunto de espirales de fuzz sobre una sólida base rítmica, en desarrollos de heavy-psych, hard con tintes stoner y altas dosis de psicodelia.

El trio compuesto por Paul Crick (bajo), Mark Sibson (batería) y Lex Waterreus (guitarra y voces) consiguen superar su brillante disco debut con esta producción.

Ya desde la imagen de la portda se intuye que algo grande pudien contener sus surcos. Supongo que para muchos de los años atrás llegamos a comprar un disco por su portada, éste seguramente nos hubiera atraido.

«Intro polaris obique» abre con un derroche de guitarra fuzz sobre aires setenteros y esencia Hendrix con una subyacente cadencia sabbathica.

El groovy vocal de «Everything os allright» marca un tema vigoroso de hard-rock en el que se vislumbran sonidos que nos recuerdan a DEEP PURPLE, Hendrix e incluso SABBATH.

Como tema destacado encontramos «Million light years«. en el que las armonías sutiles y la belleza sonora abren un corte admirable. sobre terrenos heavy-psych los desarrollos de guitarra inundan la composición de una forma apacible e intensa en la primera mitad del corte. a partir de la mitad de sus casi siete minutos, el tema se enloquece en una jam que precipita sus sonidos por torrentes retro en los que el espíritu Hendrix está presente, salpicando el entorno de punteos brillantes, mientras el bajo y la batería conducen el cauce por el precipicio, llevando el control hacia plácidos remansos en los que los tonos tenebrosos con herencia SABBATH oscurecen el corte. La calma se retoma tras discurrir por meandros y rápidos coloreados  de solos de guitarra.

El trío australiano se vuelve dulce en una balada como «My God are stone», en la que a través de la guitarra se describe una belleza con dulces texturas vocales de origen de finales de los sesenta o primeros setenta. Esa voz se muestra susurrante y cautivadora evocando momentos de hippismo en la más pura linea BLIND FAITH

SEEDY JEEZUS es una banda firme, enérgica; y eso queda de manifiesto en las dos partes de «Oh Lord» La fuerza y la tensión hard con tintes stoner se precipita en desbocados riffs. Una locura y contundencia rítmica, frenética en la que las voces no le andan a la zaga. La segunda de las partes, «Oh Lord Pt.2» el sonido retro-stoner con tonos blueseros llega a recordarnos por momentos a  PURPLE para relajarse en una psicodelia apacible.

No solo encontramos hard rock y energía en «POLARIS OBLIQUE», sobre una base acústica, «Dripping from the eye of the sun» describe atmótsferas Floydianas de una forma suave y bella con momentos de guitarras en vena Gilmour.

La fórmula anterior se repite en «Treading water», otro corte en el que el sonido PINK FLOYD aparece, ahora con tintes más progresivos y emotivos solos.

Para cerrar, SEEDY JEEZUS retoma sonidos stoner que se acercan de nuevo a la banda de la púrpura profunda con riffs hard& heavy, mucho rítmo, desgarradas voces en lo que supone todo un frenesí sonoro. 

1968.- «Ballads of the godless»

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Ante su gira por la península de la mano de Lestraro Rock Conciertos, en la que tendrán fechas  en Barcelona (Red sun Barcelona),   Bilbao, Ciudad Real, Sevilla y Ourense, os anticipamos el contenido de «BALLADS OF THE GODLESS», el primer trabajo de los británicos 1968, que será publicado el próximo 6 de julio. 

Una combinación de elementos de distintos estilos perfectamente ensamblados a través de un stoner enérgico con mucha herencia grunge, hard rock setentero y altas dosis de psicodelia.

«Deviswine» abre el trabajo con cálidas voces con ecos grunge que se van modulando con ritmos stoner que se inclinan a territorios de la psicodelia pesada. Nitidez instrumental con narcóticos solos de guitarra. Un corte plomizo y pesado que va avanzando cadencioso pero enérgico y humeante.

La psicodelia se tiñe de estética grunge en «Screamin sun».  Con unos coros en segundo plano que suavizan una composición, con constantes cambios de ritmo. Ondulante y serpenteante. Un tema que parece que no termina de decidirse por el camino a seguir, pero que en realidad nos demuestra la versatilidad de los británicos conjugando psicodelia pesada, por momentos espacial, y las vibraciones stoner.   

El disco tiene retazos doom en temas como «Temple of the acid wolff».  Un oscuro tema, misteriosos, enigmático, inquietante, en el que los desgarros vocales consiguen transmitir ese clima, acompañados de nebulosos pasajes en los que brilla con luz propia la destreza de su guitarrista.

1968 se toma un respiro con un corte acústico de 2 minutos en «S.J.D.» 

«BALLADS OF THE GODLESS» nos encontramos temas que rozan escalas progresivas. Así «Chentrail blues» transita por oscuros terrenos lisérgicos en los que la herencia vocal grunge sigue presente, incluso en ese avance al interior de los psicotrópicos hacia los que se inclina la banda, sin olvidarse de los sonidos stoner.

Claramente absorvidos por la lisergía, «Mc Queen», se muestra sutil y opresivo a la vez. Los drones hacen acto de presencia, así como las múltiples distorsiones se conjugan con la energía en uno de los cortes más difusos y nebulosos del disco.

«The hunted» fusiona sonidos hard con una atractiva y cambiante instrumentación. 

Para cerrar, «Mother of God», desarrolla solos llenos de fuzz, con una profundidad que se aleja en cierta medida de los cortes del principio del disco. Es como si la banda se viera aducida por la psicodelia según avanzan los temas. 

A buen seguro que 1968, será toda una sorpresa para los afortunados que asistan a sus shows en España la próxima semana. Estaremos atentos a las valoraciones. 

Os dejamos un ejemplo de como se las gasta en directo la banda:

 

https://www.facebook.com/1968Band/

MOUTH.- «Floating»

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En memoria de Gerald Kirsch (R.I.P.).

Justo cuando estaba preparando esta reseña, me sorprendió la triste noticia del fallecimiento de Gerald, bajista de MOUTH. Una lamentable pérdida a la que desde DenpaFuzz queremos honrar escuchando su legado musical y ofreciendo las condolencias a su familia y amigos.

Publicado por Tonzonen Records, «FLOATING», se inspira en el sonido kraut, hard y progresivo de sus paisanos alemanes de mediados de los setenta.

El trío alemán compuesto por Chris Koller (voz, guitarras, teclados, Gerald Kirsch  (bajo) y Nick Mavridis (batería y algunos teclados), inician el álbum con «Floating (reprise)», en el que un misterioso sonido de órgano nos atrapa desde las primeras notas. un corte instrumental en una linea progresiva que nos hace pensar que estamos en otra época.

A continuación «Macbeth», se muestra más vibrante y animado. Una nítida batería, con amigables voces corales, y algún destacado riff, profundiza en el hard-progresivo setentero del que gusta la banda.

El tercer corte, «Homagotago, al margen de ese maravilloso órgano sostenido que aparece omnipresente en todos los cortes, aparecen rasgeos de guitarra funky, creando una atmósfera de lisergia de tintes espaciales. El ritmo hipnótico, heredero de los pioneros kraut, hace el resto. Como si de una descripción del génesis se tratara, va evolucionando desde su nacimiento con mucho mayor protagonismo de la guitarra.

Inevitable recordar a FRUMPY en los surcos de «Reversed». Destaca la frescura del tema sobre la ambientación espacial. un corte que conjuga los sonidos kraut , con los sonidos proto-progresivo más tradicionales. Un estribillo repetitivo bajo un ritmo hipnótico que se decora con glamurosos pasajes de guitarra.

Más psicodélico, «Sunrise», sin dejar de lado los sonidos kraut que tan presentes están en FLOATING, a través de refrigerados acordes de guitarra,  el sonido de la banda se vuelve más penetrante. Gran culpa de ello es el trabajo de  Nick a la batería, sin olvidar que el tema se soporta en el trabajo de Chris a las seis cuerdas.

Evidentemente, estamos enfrente de tres veteranos músicos que se tomaron tiempo para plasmar su primera producción, y que ahora parecen mucho más prolíficos (esperemos que la triste noticia del fallecimiento de Gerard, no trunque su progresión) 

Acercándose al sonido Canterbury, «Distance», vuelve a ser territorio abonado para los desarrollos de órgano. Con sonidos de platillos que refrescan el ambiente y sin alejarse de los toque hipnóticos, las voces se conjugan más con la instrumentación en la que el rey vuelve a ser el sonido de las teclas. Con un menor toque psicodélico, la lisérgia se vislumbra en su interior, especialmente en la parte final en la que el tema decae livianamente.

Nuevamente los ecos funkys, hacen acto de presencia en «O.t.b. Field». La modulación vocal y la mayor presencia de la guitarra nos vuelve a trasladar al sonido de los alemanes FRUMPY . Una buena cadencia rítmica hace el resto.

En el tema que cierra el álbum, MOUTH crean una pieza ácida en la que la suave y reconfortante guitarra de Chris, una vivaz batería y el manto sostenido del órgano, generan un corte instrumental en forma de larguísima introducción psico-progresiva que finalmente no llega a ningún sitio dejándonos con ganas de más.

Un trabajo completamente recomendable para los amantes del rock progresivo alemán de mediados de los setenta y que se encuentra disponible en formato vinilo (azul y verde) en Tonzonen records.   

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