Desde la República Checa nos llega un auténtico misil en forma de disco.
El cuarteto de Praga compuesto por Pavel Podzimez (voz y guitarra), Petr Voruda (guitarra), Michal Hanácek (bajo) y Pert Podzimek.
Con mucha más contundencia que la mostrada en la demo de 2 temas publicada el pasado año, nos regalan 5 bombazos en los que los sonidos stoner y de psicodelia pesada nos golpean dejándonos KO.
Grabado, mezclado y masterizado en Amak Golden HIVE Studio, en su Praga natal, por el propio Amak Golden, y un arte de portada de Tomas Miro Zhoriz Sarkozi.
BARO CHANDEL es una banda que influenciada por clásicos sonidos hard-rock apuesta por la contundencia stoner. No pudiendose resistir a realizar incursiones en la psicodelia pesada en la línea del último trabajo de los polacos WEEDPEACKER, por poner un ejemplo.
Riffs de guitarra distorsionada es lo primero que escupe “Grow ass man”. Un torbellino se nos viene encima desde las primeras notas. Repuestos de la bofetada inicial, nos percatamos de que estamos a una banda que sigue los cánones del hard-rock, llevándolo a los territorios del stoner más vigoroso.
Las leves paradas que tiene el corte, sirven para percibir un aplastador ritmo de bajo. A su vez los coqueteos con las psicodelia son rápidamente reprimidos por los riffs stoner.
Repuestos del primer aldabonazo, la banda nos ofrece una tregua en forma de psicodelia pesada. “Flowhead” se presenta con pausados y reconfortantes armonías lisérgicas en una línea que nos recuerda a algunos pasajes de CAUSA SUI. La voz contribuye a ese reposo tras el aturdimiento que nos ha producido el primer tema. Una vez que hemos bajado la guardia después de un minuto y medio los checos vuelven a las andadas. Gruesos sonidos nos invaden en una nueva oleada cual horda conquistadora asedia una fortaleza. Todo un juego de idas y venidas, ya que se vuelven a tomar un respiro de calmada y gratificante psicodelia. Tras una nueva embestida “Flowhead” se asienta en la calma que sucede la tempestad, con dulces armonías y una voz que reconforta las heridas del guerrero.
Paisajes de devastación dan paso a una peripecia en la que riffs de hard and heavy se fusionan con ritmos stoner, presididos por una batería que es golpeada con firmeza. Esa es la temática de “I was so high”, un tema en el que la banda no parece decidirse del camino a seguir. ¿stoner? ¿hard?, ¿psicodelia?. Lo más probable es que en el fondo no quiera renunciar a sumergirse en todos a la vez. Así de simple.
En “Piece of Clay” acordes de guitarra acústica van fundiéndose con un sutil bajo que escava nuevamente en una psicodelia meditativa, mística, oscura a la vez. Rozando territorios Shoegaze que son invadidos por pesados riffs. El ejercicio de subidas y bajadas en la intensidad de los temas es una tónica a lo largo de BARO BOKHALO. Algo cercanos a los estadounidenses KING BUFFALOlo, pero subidos de revoluciones.
“My reptilian self II: Not returning of my reptilian self”, el tema que cierra el trabajo, arranca con repetitivos ritmos y coros, esta vez con la ayuda de Zubata y Petra Hanackova. Lo espacial y lo electrónico conviven pesados riffs, y estribillos pegadizos que parecen llegar de los noventa.
Prometedor trabajo de una joven formación que en una primera escucha puede dejarnos algo desconcertados ante la falta de definición de la apuesta que ejerce. Como antes mencionaba, no me queda claro si la deriva es por una falta de definición o algo plenamente premeditado. En cualquier caso el resultado es brillante, consiguiendo un disco dinámico y variado a pesar de no inventar nada nuevo, lo cierto es que saben batir esos estilos para obtener un buen jugo.
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