El dúo madrileño GREENGOAT presenta su álbum ‘I.A.’, demostrando que son una banda con carácter, una banda capaz de tocar cosas diferentes, y de hacerlo con su propia personalidad. Haciendo buen uso de las progresiones de sus ritmos, la distorsión y el fuzz, crean unas atmósferas humeantes y misteriosas, en un entorno de oscuridad. Su stoner denso, y algunos momentos progresivos, se nutren con brillantes armonías y ritmos fuertes, además de unos cuidados arreglos melódicos. Esto hace que se muestren como una banda diferente y única. A través de secuencias inmersivas y paisajes oníricos, el dúo no deja de renunciar a los elementos de metal y sobre todo al doom, como argumento principal de su propuesta sonora. Tratando de transmitir al oyente su fuerza en vivo, estas canciones contienen secuencias que trasladarán a sus directo para conseguir una experiencia de autenticidad. La complicidad de la pareja hace que sus canciones fluyan con naturalidad a pesar la multitud de ramificaciones que cada una de estas contienen. Inspirándose principalmente en la ciencia y la tecnología, así como en la relación entre los humanos y estos elementos, GREENGOAT construyen un relato cohesionado que queda reflejado desde lo más profundo desde la primera canción de ‘I.A.’. El álbum cuenta una historia donde la IA toma conciencia con «The Seed», se encuentra con su creador en «AI», el creador reclama su control en «Human», pasa por el dilema de «Awake» hasta el desenlace de «Naraka I‘, una canción sobre la bestia interior y su poder.
GREENGOAT son Iván Flores (voz y guitarras) y Ruth Moya (batería). ‘A.I.’ está disponible vía Argonauta Records.
Una introducción ambiental bajo una oscura atmósfera psicodélica acompañada de una inquietante locución nos pone en el camino con ‘Void’.
La situación continúa en ‘The Seed’. Un corte de psycho-doom con riffs gruesos y tambores atronadores que se ejecuta a cámara lenta, como requiere el género. Su turbio y amenazador sonido, recorre lúgubres escenarios lisérgicos incorporando chamánicos pasajes vocales que acaban tornándose más virulentos sin perder la vocación psicotrópica presente en el corte.
Con un sonido más desértico ‘AI’ nos empapa de fuzz intoxicante y un cadente ritmo que va evolucionado a un espacio Stoner-doom de manual. Aun así, GREENGOAT vuelve a impregnar la canción de elementos psicodélicos haciendo que esta, se muestre más atractiva y versátil.
El tosco sonido de ‘Human’ parece ser el reflejo de una curiosa excursión por la senda del metal y la distorsión, sobre una armonía nítidamente Stoner y bastantes influencias heavy-rock.
‘Awake’ cruje como un edificio que resquebraja antes de colapsar. Platillos y riffs duros y llenos aristas se cruzan con una guitarra que pone el tono lisérgico. Voces casi chamánicas de vocación grunge, colorean una pista turbia con una fantástica melodía vocal haciendo que el corte brille con intensidad. Posiblemente esto sea un elemento diferenciador de otras bandas y sobre todo dúos, de características similares.
Dividida en dos partes ‘Naraka I’ entre como un elefante en una cacharrería con sus monolíticos riffs doom. Una pista que se desarrolla en un territorio de ortodoxia pesada y en la que los madrileños ponen una nota ocultista. Esto crea una pista borrosa y grandilocuente que hará las delicias de los fans acérrimos del género.
Complementando el corte anterior, ‘Naraka II’ exprime la fórmula con la que estos chicos crean sus canciones. Retumbando en alguna oscura caverna, los ecos del proto-doom afloran entre los golpes virulentos de una pista con un ritmo trepidante y una armonía que oscila constantemente.
‘Burn The End’ completa este prometedor álbum con un estilo similar al resto de canciones, siendo enriquecida con algunas melodías heavy-rock de manual. El fuzz no falta a su cita en otra canción fornida pero también psicodélica sobre la base doommy que tanto le gusta al dúo.

