Reseña: HEAVY FEATHER.- «Debris & Rubble»

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Hace meses nos encontramos con la sorpresa que había nacido una nueva banda en tierras suecas llamada HEAVY FEATHER, creada por el guitarrista de SIENA ROOT, Matte Gustafsson y la cantante Lisa Lystam, y mi curiosidad se despertó. Junto a ellos, el Morgan Korsmoe (bajo), uniendose poco después el batería Ola Göransson.

Se trata de un proyecto paralelo con vocación de continuidad con el que pretenden regresar al origen. Esos sonidos que a finales de los sesenta y primeros setenta para tocar todo tipo de Blues-Rock a alto volumen, tratando de plasmar sus experiencias personales en su música. Temas sencillos (que no simples), que caminan por la larga autopista del rock clásico y que hacen muchas paradas en el blues-rock. Con influencias que viene de bandas como CREAM, o FREE especialmente, no en vano, Paul Kossoff es una de las principales influencias de Matte«DEBRIS & RUBBLE» es un trabajo que escapa de alguna manera del estereotipo de las bandas retro rock, aquí hay rock clásico, si, pero nacido del sentimiento, sin poses. Es la música que el cuarteto honestamente siente, y no la ejecuta por seguir ningún tipo de moda. Aquí no encontraremos ninguna referencia satánica ni cosas parecidas. Once temas cortos y directos, cada uno con sus matices, en los que el blues está muy presente.

Los primeros coros de Lisa en «Debris & Rubble» y los ritmos retro nos dan pistan de por donde va el camino por el que transitan. Blues-rock a la vieja usanza  incluyendo una armónica blues en una presentación de minuto y medio.

Marcados por los registros vocales de Lisa, «Where did go», es un blues-rock en el que aparece la cadencia Janis Joplin con un regusto FREE, Solos de guitarra sobre efectivos y pegadizos estribillos. Garra y fuerzas unidas en una misma causa con riffs herederos de Kossoff, que se trasvisten de sureños para acercarse a momentos Allman Bross. Una estructura sencilla y efectiva de fácil digestión para cualquier oído.

La banda es capaz de recuperar momentos a caballo entre ZZ TOP y Delaney & Bonnie, en «Waited all my life». Un viaje en el tiempo al corazón de los setenta con el blues más dicharachero y divertido como protagonista. Rebosando optimismo y buen rollo el corte se adorna con unos solos de guitarra tras los que me viene a la cabeza algún momento Johnny Winter.

La influencia FREE aparece de forma evidente en «Dreams», en esta ocasión fusionandola con momentos más propios de los sonidos más floridos y sensuales de la west-coast.

Explorando el legado CREAM, «Higher» es otro de esos cortes sencillos en los que que partiendo de un riff, Clapton y sus compañeros de viaje se ven retratados con unos solos   cercanos al rock sureño. 

La influencia de Lisa es evidente en muchos de los temas. En «Tell Me your tale» muestra su lado más sensual. Acariciándonos y seduciéndonos con su maravillosa voz, nos trasmite un bucolismo bajo la atenta mirada de una atractiva instrumentación. HEAVY FEATHER no necesitan complejas estructuras para lograr temas solventes y brillantes. Aquí consiguen una balada llena de sosegado romanticismo. Una calma solo interrumpida por los solos de Matte que hacen que la intensidad del corte se eleve sin romper la mágia y el lucimiento de una voz llena de belleza. Sus registros más amables y seductores quedan reflejados aquí.

Nuevamente la cadencia FREE regresa en «Long ride». Unos vigorosos riffs que descienden a suaves momentos en los que la voz de Lissa arrastra a sus compañeros a bucólicas estampas de floridas praderas en las que el blues es el protagonista. Los medios tiempos envuelven un tema con una fuerza contenida en sus entrañas que es adornado con algun soplo de armónica. Por el mismo sendero blues-rock «I Spend my money wrong» eleva la tensión con desgarradores momentos entre boogie-rock y blues. Este tema sirve de lucimiento para el trabajo de Morgan Korsmoe y su bajo. nuevamente la sencillez resulta ser una fórmula efectiva. «Hey there mama»,  recoge la estela del tema anterior para colorearla con notas blues llenas de luz. Sin estridencias, los riffs pegadizos descienden a las praderas más calmada dando un pequeño giro a la trama argumental. Aquí es donde podemos encontrar el tema más complejoen cuanto a la composición. La guitarra toma el protagonismo con ácidos solos.

Los riffs retros contenidos y algún solo punzante e incisivo, presiden «Please don’t care». rítmicos pero con calma, dejan paso a la dulzura de una voz que trata de seducirnos siendo replicada por suaves acordes de guitarra. Sobre estructuras CREAM, el tema en su segunda mitad, desciende a llanuras susurrantes con brisas psicodélicas. Como si se fuera pagando, uno de los temas más elaborados no se sale del camino marcado por esa voz que su apaga en la lejanía.

El cierre al «DEBRIS & RUBBLE» lo pone una canción de tonos rurales. «Whispèring thing». Con registro cercano a Christine Mc Vie, el bucolismo de la estampa vintage que crean evoca momentos en los que el verano de amor vivía sus momentos más álgidos y floridos.

HEAVY FEATHER nos visitará la próxima primavera presentando su debut. 

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Reseña: PULGASARI.- » No Ghost in the Machine»

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«NO GHOST IN THE MACHINE»,  publicado por Rambo/Sony Music Entertainment es un disco conceptual sobre el propósito en la vida de una banda que no ha tenido el reconocimiento que merece la calidad de sus composiciones. De la escuela sueca, derrochan riffs retros de origen setentero en un trabajo de rock clásico en el que las melodías juegan un importante papel. Un trabajo hecho con los sentimientos a flor de piel, y en el que vislumbro algún eco vocal heredero de los primeros Whitesnake. Notables de nuevo en esta nueva entrega, el cuarteto de Estocolmo presenta un sólido y apetecible disco.

«Alive Again» ofrece el lado más reconocible de PULGASARI . Un tema tenso y prieto, en que todo fluye y en el que encontramos unos apacibles espacios en los que la banda baja sus revoluciones para ir re-armándose poco a poco y mostrar su crudeza respetando siempre las melodías. Un viaje en el tiempo en busca del origen de los riffs retro a través de bellas melodías. 

Acercando su sonido al hard rock más clásico, «Your Past Comes Back to Haunt You» se muestra como un tema más rudo y fornido.

«Interstellar» muestra el lado más tierno de los suecos. Un corte basado en medios tiempos en el que la melodía toma el protagonismo. Una suave brisa de  americana en la que la banda transmite ternura en cada uno de sus acordes y sus voces. Navegando entre rios de añoranza y arroyos de esperanza, las guitarras flotan suavemente mientras las aguas con los ritmos más turbias quedan en un segundo plano. Toda una belleza de tema que pone los pelos de punta. Esos momentos aterciopelados llegados del medio oeste nos acaricían en «The cruel rain & the win», un tema que tiene la misma vocación. 

El hard stonerizado que incorpora bellos acordes de psicodelia contemporánea aparece en «From a good day to doomsday». Un tema que tiene más sonidos europeos en contraposición con muchos de los temas que beben de las aguas del rock americano de los setenta.

Cortes como «Errol Flynn» o «Salomon judge» contienen los riffs más potentes. Stoner y hard-rock en una mezcla atractiva entre Molly Hatchet y Whitesnake en versión siglo XXI. éste ultimo inclinandose incluso a momentos psico-progresivos. Partiendo de una linea parecida, «Strange new death» nos golpea con su pulsante bajo para cegarnos después con poderosas tormentas desérticas en forma de riffs. Un cegador corte que saca alos suecos de los setenta para traerlos a la actualidad. 

Los acordes de guitarra acústica en tonos rurales y una profunda voz llenan de melancolía «No ghost in the machine», una balada campestre llena de belleza sonora. Dulzura y ternura para poner el broche de oro a un excelente disco.

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Reseña: THE RIVEN.- «The riven»

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Tratando de conseguir un sonido más clásico tras el cambio de residencia a Estocolmo desde Londres, THE RIVEN, publica su primer álbum homónimo tras los halagos recibidos por su primer Ep. El cambio de residencia a Suecia ha influido de alguna manera en este disco. Si en “Blackbird” ya intuíamos la vocación por el rock clásico de los setenta con unos ecos de sonidos Stoner, aquí, directamente se sumergen en las vibraciones del retro-rock con muchas dosis de blues. El aporte de la voz de Totta con su registro soul-blues tiene mucho que ver esto, así como la influencia de la escena sueca, muy dada a estos sonidos vintage. Con su propia personalidad, y sin pretender hacer comparaciones, su sonido podría encuadrarse cercano a la fuerte corriente que arrastra a bandas como Blues Pills, Wucan, Willow Child o Pristine, por citar algunas.

Temas en los que la garra vocal está omnipresente sobre riffs que ondulan entre el rock clásico, la psicodelia y el blues. Momentos de sosiego gracias a la susurrante y sensual voz de Totta crean estampas de bucolismo de gran belleza. Por otro lado, los punzantes riffs de Arnau siempre aparecen cuando menos te lo esperas entr ese sosiego aportando el lado más hard a los temas. Si a eso unimos una disciplinada y efectiva base rítmica a cargo de

“The serpent” abre con unos riffs retro claramente reconocibles. La voz llena de rabia blues-rock y ese groovy setentero hace que entremos de lleno en el sonido de los setenta. Un viaje en el tiempo construido a pico y pala con los pegadizos y contagiosos riffs. Con espacio para el viaje psicodélico, la guitarra de Arnau trata de seducirnos, mientras el bajo de Max Ternebring suelta sus hechizos. Con una cadencia rítmica sin reproche alguno el tema rebosa energía.

Si algo podemos notar en “THE RIVEN” son las vibraciones del rock americano más clásico.  Los momentos acústicos de “Far beyond”, con su apacible y seductora calma, nos trasladan a espacios más propios de la West-Coast. Sentimientos a flor de piel en una combinación florida, campestre y llena de bucolismo.  Un sosiego que toma prestados algunos elementos folk exótico para dar más brillo si cabe al corte, En una línea parecida, “Finnish Woods” nos ofrece otra bucólica estampa que va evolucionando sigilosamente de la sombría boscosa a prados luminosos en los que la sensual voz muestra su lado más dulce. Un paseo interior en el que el sentimiento se decora con riffs en los que el fuzz aflora con fuerza contagiándonos su vigor.  Los pegadizos ritmos de la batería de Olof Axegärd llenan de intensidad un tema que se eleva poco a poco. La fusión del soul y el blues la encontramos en “Shadow man” o “I remember”, en el que la voz toca el cielo por el camino más ortodoxo. Intensa y apacible combina la fuerza y la garra con la sensualidad bajo unos apacibles acordes de blues, mientras los medios tiempo de la guitarra permanecen en un segundo plano observando el lucimiento y poderío de su vocalista. La citada “Shadow man” explora esas mismas vibraciones con unos ritmos más propios del rock clásico. Elevándose sobre los momentos de calma y mostrando un cierto tono psicodélico.

Es una constante el que aparezcan elementos de distintos estilos dentro la propuesta principal de THE RIVEN. Un sonido en el que probablemente tenga mucho peso el trabajo del ingeniero Ola Ersfjord de los estudios Holy Cuervo (Madrid).

El hard-rock y el blues-rock vienen de la mano de temas como “Edge of time”, con su contagioso ritmo retro que se repite bajo una sencilla estructura, o “Leap of faith” en la que la voz de Totta se lo come todo con su fuerza sobrevolando por encima de los cadentes riffs. Un vigor no reñido con las melodías. En parecida línea, “Fortune Teller», partiendo de registros vocales del blues más ortodoxo evoluciona con garra y potentes riffs en una montaña rusa de subidas y bajadas de tono, con efectos envolventes en sus surcos y coros místicos que van creando hechizantes momentos de una liturgia que poco a poco nos va atrapando. Garra y fuerza contenidas recordándome a algunos momentos de los noruegos Pristine.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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RIVAL SONS.- «»Feral roots»

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La banda californiana RIVAL SONS nos presenta su séptimo álbum via Low Country Sound / Atlantic Records. A estas alturas de la película, hablar de una banda como ellos sigue siendo hablar de rock clásico, con un marcado acento sureño, y muchas reminiscencias blues, pero, a pesar de llegar diez años en activo, cada nuevo álbum suyo es una buena experiencia para seguir disfrutando de la música que nació en los setenta. Si desde siempre su sonido ha estado ligado al legado de Led Zeppelin, en RIVAL SONS existen multitud de influencias que la banda actualiza al siglo XXI, y «FERAL ROOTS» es un claro ejemplo. Unos temas que siguen teniendo «duende» y que gracias a la costumbre de grabarlos en vivo en el estudio mantienen toda la fuerza. rock atemporal. Si hay algo que destacar es la magnífica salud que tiene la voz de Jay Buchanan, auténtico motor de la banda. Pero ademas seguimos encontrando prietos riffs complementados con magníficas melodías y una exuberante sección rítmica. Una banda que puede ser efectiva ante las grandes masas y que no defrauda a los más puristas. 

La poderosa batería que inicia «Do your worse» nos traslada a Led Zeppelin. Un timbre vocal lleno de fuerza a caballo entre Paul Rodgers y Robert Plant lleno de garra, nos lleva en volandas sobre unos ritmos y coros con una cadencia que se apoya en los ambientes sureños a los que nos tienen acostumbrados. En una línea similar, «Sugar on the bone» con algunos momentos de órgano incide en sonidos biker rock, con unos coros y carencia que me recuerda a los alemanes The Picturebooks. Un tema rural, en el que los efectos y distorsiones entran y salen cambiando constantemente la ruta pero sin salirse de la carretera.

«Back in the woods» refleja el lado más desértico de los californianos. Sucios y arenosos riffs desatan la fuerza blues-rock. La garra de la voz de Buchanan es compensada con unos coros acaramelados sobre las nebulosas rítmicas y algún guitarra punzante aquí y allá. 

Temas como «Look away» o «Feral roots» se apartan de los dictados más tradicionales del sonidos de la banda. las guitarras acústica toman protagonismo entre las logradas melodías. El primero de ellos acaba convirtiendo su sonido en algo cercano a la etapa de los noventa de Bad Company acercándose a dictados A.O.R. Esto lo encontramos también en «Imperial Joy» en la que los coros nos llevan a esos momentos de rock adulto sin perder el espíitu de la banda. Una apuesta más contenida que la garra y crudeza de los temas precedentes. Profundizando mucho más en «Feral roots», en el que la profunda voz nos seduce sobre un blues con marcado acento sureño. Lánguido y melancólico, pero mágico a su vez, toma prestado algunos momentos con influencias folk para transformarlos y adaptarlos a su personal estilo.

 

Si con crujientes riffs de hard rock la banda se siente como pez en el agua, lo cierto es que con temas como «Too bad», en el que las melodías atractivas se soportan sobre medios tiempos, la banda no se mueve nada mal. Bueno, realmente estamos ante un pequeño truco de prestidigitador. Un tema que poco a poco va elevándose, evolucionando a un estado de fuerza que hace las sedosas voces vayas recrudeciéndose según va avanzando el corte con un duelo de guitarras a cual más incisiva. Claramente un tema que va de menos a mas. Esto es algo que tiene en su haber esta banda, cuando parece que se ponen «blanditos», surgen de sus cenizas para transmitir todo su poderío, sin mirar el escenario en el que se encuentran.  Si al principio destacaba que las influencias y versatilidad de la banda no tiene fin, «Stood by me» me da la razón.

Un corte fresco en el que algún eco funky se fusiona con coros soul. La sutileza se conjuga con la maldad de unos riffs hirientes, de tal manera, que uno no sabe si está en California, o en algún esta de la Confederación. Este gran activo que posee RIVAL SONS de saberse mover en distintos entornos debería darles un reconocimiento mayor si cabe del que tienen. Otro peculiar corte es «Shooting stars» con coros casi gospel y una voz que se mete en el pellejo de Fredy Mercury en un tema en el que el soul está más presente que nunca. Unos acordes y voces soul que siguen teniendo su parte blues y en el que las voces vuelven a resaltar por encima de unos instrumentos que permenencen agazapados hasta que llega su momento de gloria. 

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WHITE COVEN.- «Overseas»

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Entre tantos y tantos discos que uno descubre prácticamente a diario, a veces te encuentras con grandes sorpresas que hacen que todo el trabajo empleado en esto merezca la pena. Ese no el caso de los zaragozanos WHITE COVEN y su último disco «OVERSEAS».

Aquí tenía muchas esperanzas puestas desde que publicaron su DEMO en 2.015, y esas esperanzas no se han visto defraudadas.  Demasiado tiempo ha pasado, pero la espera ha merecido completamente la pena. Ya solo viendo esa maravillosa portada evocadora tantas otras portadas de bandas que vivieron del verano del amor, el envoltorio es todo un presagio del contenido.

Publicado por Surnia Records, “OVERSEAS” es un versátil disco que parte del rock clásico de siempre, teniendo en WHITE COVEN una esperanza de continuidad.

Demostrando que no  son necesarios los artificios para construir un gran álbum. Basta con hacerlo con honestidad y maestría, desde la sencillez, y dejando que todo fluya, el resultado es un disco lleno de frescura.

Un flujo que navega desde el hard-rock de tintes retro, el blues, la psicodelia, el rock sureño, los sonidos progresivos, y hasta alguna incursión en territorios latinos tal y como los transitaba Santana.

«Woman» se desarrolla por estructuras de blues-rock y hard setentero, en las que se incrustan con sutileza algún riffs sureño, así como aromas de sonidos west-coast. El resto lo pone el pegadizo estribillo, y ese órgano subyacente de Josete.

Las voces de Sara tienen una especial importancia en gran parte de unos temas retroceden en el tiempo a reverberaciones de los grandes dinosaurios del rock setentero; todo un pilar en la banda. En “Brief old tale” los riffs retros, en los que los efectos fuzz destacan sobre un tema en el que las guitarras se desdoblan en solventes solos y una voz que transmite fuerza de blues y soul. Modulando con maestría esos registros el resultado es un ondulante corte que no permitirá que tus extremidades permanezcan en reposo.

WHITE COVEN no escapan a las incursiones en terrenos de rock progresivo como queda de manifiesto en «Moonroom». La dulzura vocal da paso a calmados pasajes en los que el bucolismo y las fragancias florales campestres se exploran en medios tiempos con unos notables registros de guitarra. El lado más aterciopelado de la banda se manifiesta en este tema.

Cuando al principio hablaba de la versatilidad, «Farewell», podría ser uno de los ejemplos que confirman mi afirmación. El country-rock sobre acústicos acordes rebosa en un tema grabado en vivo con un ambiente con sombreros vaqueros y botas camperas. Los teclados y la guitarra eléctrica lo convierten en más sureño, alejándose de los estándares del country.

Si existe un instrumento que hace que un tema toma matices vintage, ese es el órgano. Sobre ese lienzo, «The razorback» con ausencia de voces, la banda construye otro corte dinámico en el que la milimétrica batería y la dualidad de guitarra y órgano nos acerca a territorios dominados por Deep Purple hace décadas.

Nuevamente aparece el blues y mucho soul “Your time is over”. En esta ocasión, añadiendo unos coros góspel, el órgano y ritmos en vena Santana, con matices de blues de hard rock, WHITE COVEN construyen un corte con evidente acento latin-rock.

Las calmadas atmósferas descritas por los desarrollos de hard psico-progresivo de «Sedative», son aderezadas con sustancias psicodelicas y una voz que ahora se acerca a los registros blues-soul de Maggie Bell, o Janis Joplin, derrochando magia y misterio. Una inquietud que es contrarrestada por la voz, tornándose dulce. el órgano en segundo plano colorea de ocre el tema entre riffs ácidos de guitarra. Unos pasajes que ondulan en espacios en los que la oscuridad aparente es neutralizada con bellas melodías sin faltar a la fuerza y garra de su vocalista.

El heavy-blues, y el hard rock más tenso se funden en «Coven». Garra y fuerza en los momentos más densos y pesados de «OVERSEAS». Nuevamente los solos ácidos recrean un aquelarre de tono ocultista, sobre ritmos arenosos.

Suaves acordes de psicodelia susurrante encontramos en «Overseas», el tema que da título al disco. donde la calma y el sosiego se transmutan a espacios sinfónicos.

WHITE COVEN son: Sara Lapiedra (voces) Mario Gutierrez (guitarra rítmica y solista) Juan Cervera (guitarra rítmica y solista, voces de acompañamiento) R. David Bueicheku (guitarra rítmica y solista, coros y voces) Carlos Viejo (bajo) Daniel Penón (batería y percusión) y Josete Meléndez (órgano, teclados, piano)

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