Álbum premier y reseña: SAMSARA JOYRIDE.- ‘Samsara Joyride’

Te presentamos en exclusiva el álbum homónimo del cuarteto de Viena SAMSARA JOYRIDE, un álbum cautivador y rebosante de emociones. Los austriacos nos sorprendían hace un par de años con la publicación de su primer EP ‘STRANGER’ (reseña aquí). Con un sonido que se acerca al mostrado por bandas como All Them Witches, el blues y la psicodelia parecen unirse en una ceremonia nupcial. Con unas voces limpias, la banda explora humeantes atmósferas en las que los ecos del pantano afloran con elegancia. Formado alrededor de melodías impulsadas por guitarra y ritmos conmovedores, el sonido de SAMSARA JOYRIDE es una mezcla suave de riffs fascinantes, solos de guitarra intensos y voces impactantes. El género podría describirse mejor como Blues Rock, que implementa fuertes elementos psicodélicos y una vibra del desierto. El enfoque melódico de las canciones es un aliciente para escapar de algunos convencionalismos del género. Ejecutando todo con mesura y precisión, consiguen sumirnos en un trance que se va cociendo a fuego lento, pero con un resultado sumamente gratificante. Este, sin duda, puede ser el álbum de consagración de una banda que rezuma calidad en cada composición. ‘SAMSARA JOYRIDE’ es un álbum narcótico, pero también es un álbum en el que la contundencia aparece en cada canción para recordarnos que la psicodelia pesada es su principal motor creativo. Sus cautivadores pasajes vocales complementados por momentos chamánicos, parecen diseñados para la introspección y el encuentro con uno mismo. Los ecos de los 70’s también están presentes en un álbum lleno de alicientes para el oyente y que no tardará en convertirse en uno de tus favoritos. Un álbum de bricolaje que fue grabado en vivo en un fin de semana. Si, no parece mucho tiempo, pero con un resultado así, ¿Para que necesitas mas?

Grabado por Joe Chiericati, Mauro Lazzaretto y Andy Unterholzner en JAM Music Studio en Merano / Italia.
Mezclado y masterizado por Mauro Lazzaretto y Joe Chiericati.
CD-sound-passepartout de Whobair.
Coros: Laura Fichtenkamm. Fotos: Lucas Batliner. Arte de portada: Andreas Mittermühlner.
Todas las canciones escritas e interpretadas por SAMSARA JOYRIDE.
SAMSARA JOYRIDE son:
Florian Miehe – Guitarra / Voz
Michael Haumer – Guitarra / Voz
Daniel Batliner – Bajo
Andreas Mittermühlner – Batería


‘Kingdoom of fear pt. 1’ viene embadurnado de heavy-blues humeante y denso. Cadente en su ritmo, pero con la suficiente pesadez como para despertar el interés por explorar esta nueva entrega de los alemanes. Un corte que parece aflorar de las profundidades pantanosas para abrirse paso a la luz. El tema cuenta con estribillos femeninos complementando la cálida voz principal. Sus atmosféricos pasajes lisérgicos nos sumen en un gratificante viaje sonoro alejado de las estridencias. Blues, psicodelia y hard-rock stonerizado son los ingredientes de este apetecible plato de fácil digestión.

En un tono más pausado, ‘Playing war’ mantiene el espíritu en un gratificante espacio psicodélico. Sus casi diez minutos permiten a SAMSARA JOYRIDE explorar paisajes sonoros más propios de All Them witches. Aquí la banda parece sentirse cómoda desplegando todas sus armas de seducción. Blues y psicodelia con diferentes aristas. Su pesado y cadente ritmo se toma su tiempo para desarrollarse en una odisea cannabica sumamente fascinante. Solos profundos, un ritmo denso y una sugerente y profunda voz, conforman este fascinante relato heavy-psych. Si bien el tema tiene un sonido pesado completamente contemporáneo, en él, encontramos algunos guiños a sonidos del pasado.   Tras una primera parte más atmosférica, el tema se engrosa en su parte central, para regresar a su esencia lisérgica en su parte final. Un narcótico paseo por un bosque impregnado de sustancias psicotrópicas hace las veces de gratificante bálsamo sonoro.

‘Who am i’ borbotea entre humeantes espacios psicodélicos presididos por la calma. Un blues narcótico en línea All Them Witches que camina lento pero firme con sugerentes pasajes vocales. chamánico por momentos, su sólida instrumentación se complementa con un entorno narcótico sumamente gratificante y atractivo. Su lineal estructura se adorna con pasajes oscilantes que tienden a elevar su intensidad. Acolchados pasajes con unas entrañas sólidas de las que salen unos solos ácidos de una guitarra endiablada. Un contraste sugerente que hace que la canción tome cuerpo.

Manteniendo la esencia blues, ‘Shadow of a man’ incide en elementos de rock clásico con una guitarra asesina y una voz cálida y profunda. Una forma eficaz de hacer aflorar todos los sentimientos sin salirse de la ruta marcada por la banda. Otro corte lleno de pasajes empapados en sustancias narcóticas que acaba despeñándose en un torrente de vibrantes ritmos.

‘Kingdom of fear’ explora en modo acústico un entorno sureño que se ejecuta manteniendo la ortodoxia. Dejando de lado los elementos eléctricos, la guitarra slide, un tenue bajo y la voz, se erigen en artífices de otra calmada, pero sugerente canción de puro blues.

Con casi diez minutos, ‘Feed on me’ vuelve a sumergirnos en un insondable bosque psicodélico presidido por una espesa y narcótica neblina. Tomándose su tiempo, el corte va tomando forma lentamente entre riffs áspero y tambores casi rituales.   Nuevamente me viene a la cabeza All Them Witches. La calidez vocal y la guitarra afilada conforman el hilo argumental de un corte pesado y psicotrópico en el que el blues es el punto de partida. Sugerentes coros femeninos aportan un tono bucólico a una canción suave en su aspecto, pero con entrañas rocosas. Modulando la melodía el tema se estratifica con un sonido dual, en el que las aristas no parecen estar pulidas. Subidas y bajadas de intensidad con pasajes chamánicos y solos asesinos crean una canción sumamente interesante para cualquier fan del blues pantanoso y lisérgico.

‘When Gods were man’  nos envuelve en un brumoso espacio en el que el blues es ejecutado desde una calma tensa. Casi recitando por momentos, la profunda voz y los magnéticos acordes de guitarra nos sumen en un trance narcótico. En su parte central el corte se despeña por un torrente heavy-psych en el que la guitarra ejecuta solos extenuantes rebosantes de acidez. Una espiral diabólica de la que los alemanes salen con gruesos riffs y un ritmo que se siente seducido por la pesadez. Olas cosas vuelven a su cauce tras estos tormentosos pasajes y la calma recupera el mando de la canción. Blues psicodélico en estado puro para acompañar de unos buenos cogollos de thc. Escuchando esta y muchas de las canciones del álbum, sería difícil adivinar la procedencia de estos chicos, ya que su sonido se circunscribe a un espacio sureño más propio del Delta del Missisippi.

‘Wild woman’ pone el epílogo sin salirse del guion, a un álbum de blues narcótico en su máxima expresión. Elementos de blues tradicional y golpes de riffs stonerizados conforman esta canción llena de sentimiento, como por otro lado, el resto de los temas del álbum. Nada nuevo en el horizonte, pero con un carácter propio que lo diferencia del resto. La fórmula es la misma, y cuando algo funciona, ¿Para qué cambiarlo?

Samsara Joyride

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