Reseña: SOUL KITCHEN BAND.- ‘Round one’

Aquellos que me conocen, saben que soy un ávido buscador de bandas desconocidas con apuestas sonoras interesantes. En esa búsqueda de nuevas propuestas para ofreceros a todos los seguidores de DenpaFuzz, la siempre infinita y sorprendente plataforma de bandcamp, me permitió toparme con el trio israelita SOUL KITCHEN BAND, y su álbum debut ‘ROUND ONE’. Sin mucha información sobre la banda, el trio parece estar en activo desde hace alrededor de 3 años, pero no ha sido hasta ahora, cuando ha visto la luz su material musical en forma de un álbum curioso, con unos surcos que rebosan mucha calidad y frescura. Una vez mas una banda nos invita a viajar al corazón de los 70’s a través de canciones que combinan el blues, la psicodelia, y el rock más crudo y auténtico. Así encontramos cortes evocadores del Jim Morrison más chamánico, guitarras herederas de Ten Years After y Allman Brothers, así como ritmos que coquetean con el legado del primer Santana. Un álbum sorprendente y repleto de alicientes para cualquier amante de las vibraciones vintage. Sus ondulantes canciones rescatan esos sonidos vintage que tantas y tantas veces hemos escuchado, y lo hacen manteniendo la esencia de aquellos sonidos, pero aportando su propio toque personal al combinarlos en mezcolanzas a veces imposibles, pero siempre efectivas. Con un espíritu de jam, las composiciones serpentean en su desarrollo haciendo que cada una de ellas, nos presente diferentes ritmos y estilos que son hábilmente enlazados para ser presentados al oyente como un ‘todo’ con sentido. Toda una sorpresa de un año que acaba y que seguramente ya ha ofrecido todo lo que tenía que darnos en cuanto a creaciones musicales de nivel, aunque, nunca se sabe, todavía estamos a tiempo de encontrarnos con alguna otra maravillosa sorpresa como esta.

SOUL KITCHEN BAND son: Ehud Danan (guitarra/voz), Tal Dekel (bajo) y Nachman Baruch (batería).

‘Mud on love’ se desarrolla con un ritmo cadencioso y un espíritu 70’s en el que el blues y el rock clásico se unen en una bacanal sónica de grandes proporciones. La canción oscila entre incisivos pasajes en contraste con parones en los que la intensidad remite. La guitarra ácida refleja el amor de estos chicos por los sonidos vintage en los que el blues tiene bastante protagonismo. Erigiendo por momentos como un alter ego de Alvin Lee, los ritmos de garage aparecen entre su diabólica armonía blusera.

El rock sin complejos de ‘Brain Forest (jungle)’ se adorna con vibrantes ritmos coloristas y un espíritu a caballo entre la psicodelia y el garage rock. El corte es impulsado por una pulsante línea de bajo que nos empuja a una densa atmósfera lisérgica. Allí los pasajes chamánicos de inspiración doorsiana se fusiona con ritmos tropicales y una psicodelia envolvente y corrosiva. La pista no pierde su alma vintage en ningún momento.

En un tono mas ortodoxo de rock clásico setentero ‘Sun’ se cubre de fuertes ritmos y guitarras sólidas en una nueva espiral de vibraciones retro, esta vez en un tono más comedido. Contundente pero no estruendosa, la pista se contonea con ese ritmo dinámico que los israelitas aportan a sus canciones. Esos tambores llevan la voz cantante en otra pista elaborada y cambiante, en la que la psicodelia tiene su dosis de protagonismo.

‘Spin’ vuelve a fusionar ese ritmo colorista con pasajes de blues y psicodelia mas propia de otros tiempos. Una larga introducción psicotrópica realzada por penetrantes solos de guitarra contrasta con un ritmo alegre que poco a poco va calando en el oyente entre nebulosos pasajes atmosféricos con unas gotas de blues ácido. El resultado es una cautivadora jam en la que el wah wah pone el groovy hasta llevarnos a un éxtasis caleidoscópico.

Por la vía directa el garage rock sin complejos evoca laureados momentos de finales de los 60’s en ‘Free’. Una declaración de intenciones en la que las melodías pop con una instrumentación sucia de puro rock and roll, nos invita a la fiesta en otra pista fresca repleta de contagiosos retro.

En menos de un minuto ‘Dalan’ es un breve interludio presidido por el ritmo de tambores.

En este catálogo de sonidos vintage, ‘The road’ se empapa de ritmos sureños y voces chamánicas en una pista que combina luz y sombras, y que acaba abriéndose a una luminosidad, así como una alegría contagiosa. Pero como el resto de las canciones del álbum, la fusión aparece con pasajes psicodélicos superpuestos a esa guitarra más propia de los estados del sur con guiños a los mismísimos Allman Brothers. ¡Una jam por todo lo alto!

Cerrando el álbum, el trio pone la pausa con ‘Deep’. Un balsámico corte ejecutado lentamente con el que los israelitas se dejan llevar por efluvios psicodélicos en un trance sensorial que ayuda a expandir nuestra mente en un boscoso espacio blusero en el que las emisiones lisérgicas son las protagonistas. Sin duda, un magnífico broche final a un álbum versátil, colorista y rebosante de frescura.

Soul Kitchen Band

Reseña: MOS EISLEY SPACEPORT.- ‘Further’

El agujero de gusano que ya usaron en ‘THE BEST OF THEIR EARLY YEAR’ (reseña aquí) sigue siendo utilizado por los alemanes MOS EISLEY SPACEPORT en su nuevo álbum ‘FURTHER’. Con algún cambio en su formación, el proyecto mantiene el espíritu vintage que mostraron en su debut. Estos chicos llegados del planeta de Tatooine saben cómo cocinar las vibraciones hard-progresivas de los 70’s en canciones resultonas y con mucho gancho. Una magnífica colección compuesta por nueva fascinantes canciones que nos recuerdan el legado del pasado modulándolo a los nuevos tiempos. Un sonido reconocible en el que los ecos de Deep Purple se asoman en pistas guiadas por un impactante órgano retro y melodías con mucho gancho. Pero no solo de ello vive el cuarteto, sino que el blues, la psicodelia y el hard rock son ingredientes siempre apetecibles para unirse a esta fiesta retro. Una visión aventurera con un estilo único en canciones de fácil escucha y con las que rápidamente conquistarán nuevos fieles. Porque el rock de siempre sigue vivió, y si lo hace con ingredientes más contemporáneos, el resultado puede ser completamente motivador. La fácil escucha de ‘FURTHER’ esconde en su interior los suficientes elementos como para que nada resulte superfluo, esto hace del álbum un plato muy apetecible para los fans de los sonidos vintage llegados de los 70’s. Esa imaginaria ciudad futurista que da nombre a la banda, mantiene la vida intacta, lo cual es muy de agradecer para aquellos (entre los que me encuentro) que nos vimos sorprendidos por su propuesta sonora hace tres años, cuando vió la luz su primer trabajo. La aventura continúa.

En un entorno psico-progresivo de manual ‘Ashes to Ashes’ gravita en una orbita vintage en la que alguna pincelada blues aparece entre su propuesta de rock añejo. Ejecutado con suavidad, el corte camina lentamente en busca de un entorno más contundente. Con elaborados desarrollos progresivos la banda alemana nos recuerda esas vibraciones setenteras tan apetecibles. Funcionando como un conjunto, destacan especialmente los pasajes en los que el órgano retro evoca momentos mas propios de bandas como DEEP PURPLE sin que su sonido en conjunto sea similar. Aquí encontramos constante meandros que enriquecen una canción larga pero con mucho atractivo.

‘Drop Out’ contrasta del corte anterior por el dinamismo de unos riffs y unas melodías que sin rubor se zambullen en las aguas del rock retro de los 70’s. Manteniendo ese espíritu intacto, la canción es guiada por el efectivo sonido del órgano custodiado por buenas melodías vocales y un ritmo efectivo y solvente. La fiesta de sonidos vintage se desata sin complejos una vez mas.

Retomando las canciones de diez minutos, ‘Space Shift’a pesar de tener más elementos experimentales, nos presenta una bacanal de vibraciones retro. El poder de ese órgano diabólico vuela mi cabeza una vez más.  Purpleliano en sus entrañas, el vibrante corte parece escorarse a sonidos más contemporáneos en una combinación siempre agradable y resultona. En la segunda mitad la canción desciende a un fascinante entorno psico-progresivo en el que el sonido de la guitarra pone el perfecto contrapunto a los pasajes del órgano, auténtico motor de la banda.

En un tono más oscuro y pesado ‘Raised by a Lioness’ coquetea con el blues y el boogie rock con una propuesta atractiva y cautivadora que rápidamente invitará al oyente al desenfreno y el baile. Alejado de convencionalismo, estos chicos tienen su propia fórmula para cautivarnos sin caer en los convencionalismos de las bandas retro.

‘Cocaine Blues’ mantiene el tipo a base de golpes de riffs solventes y un ritmo divertido en el que el blues-rock se fusiona con el hard progresivo de los 70’s. Su pegadiza melodía y una fornida instrumentación hacen el resto en otro corte de innato carácter vintage.

Casi como continuación de la canción anterior ‘Laika’ mantiene la esencia hard-prog de los alemanes con golpes de Stoner y constantes guiños a las vibraciones vintage del siglo pasado. Una pista divertida que es ejecutada con un frenesí aturdidor. El juego de los estribillos hace que la pista resulte fluida en su transitar por este escenario psico-prog en el que poco a poco van sumiéndose cada una de las canciones.

Sin cambiar sustancialmente el guion en ‘Scattle Cat’ parece que la banda se deja llevar por el fuzz y los vibrantes sonidos proto-stoner. Turbio dinámico y con el suficiente gancho como para rendirse a sus pies, la canción se sale de alguna manera del resto de cortes con un sonido más contemporáneo. A pesar de ello sus entrañas contiene ese elixir mágico que hace que las canciones de MOS EISLEY AIRPORT suenen como compuestas décadas atrás. Aquí los elementos cósmicos brotan más nítidamente hasta sumirnos en un caos sónico aturdidor.

Si la mayor parte del álbum está compuesto por canciones de larga duración, ‘Laika II’ supone el contrapunto con sus tres minutos. Un suspiro de sonidos casi devocionales que contrastan con la mayor parte de las canciones. Coros celestiales y una instrumentación atmosférica son los argumentos en esta ocasión en un corte que de alguna manera, se decanta por el sinfonismo.

‘ I’m a Robot Dancer’ pone la calma a un álbum vibrante y divertido con tonos más coloristas y florales. Un tempo suave y una melodía vocal que va aumentando el tono, construyen otra canción vintage que supone un soplo de aire fresco a un álbum notable.

Mos Eisley Spaceport

Reseña: FUZZY GRASS.- ‘The Revenge Of The Blue Nut’

El heavy-blues y la psicodelia ácida de inspiración vintage llevan moviendo al cuarteto francés FUZZY GRASS desde su nacimiento en el año 2015. Ahora, con la publicación de su nuevo álbum ‘THE REVENGE OF THE BLUE NUT’, y tras sus últimas y fantásticas actuaciones en Europa, llega el momento de que sean reconocidos como la gran banda que son. Su inspiración en el legado de bandas como LED ZEPPELIN (en alguna de sus canciones es evidente su influencia), CREAM, CANNED HEAT, JIMI HENDRIX o CACTUS, por solo citar algunas, nos lleva a un álbum con seis impactantes canciones en las que el espíritu retro está muy presente. FUZZY GRASS mantiene vivos el blues, el rock y la psicodelia de los 70’s sin traicionarlos, su fórmula es actualizarlos y adaptarlos a los nuevos tiempos, y eso lo hacen a la perfección. Con sus canciones nacidas desde la improvisación, harían palidecer a alguna de las bandas más renombradas de la escena hard y heavy-blues de los 70’s. Su afán de superación los lleva a crear un viaje en el tiempo en el que la psicodelia y el blues son los protagonistas. Así consiguen canciones en las que se percibe su sello personal y en las que encontramos letras que se ciñen a estas ideas vintage, insertando conceptos pseudo-filosófico-épicos, sobre temas muy introspectivos como la soledad, la búsqueda de uno mismo y la relación con sus emociones y las relaciones con las personas, en un contexto fantástico y psicodélico. THE REVENGE OF THE BLUE NUT’ cuenta la psicodélica aventura de un hombre maní. Tras una introducción en forma de viaje introspectivo y liberador, el personaje se enfrenta a una ruptura que lo sume en una amarga decepción. Se escapa a un mundo onírico surrealista de éxtasis y angustia, donde viaja a través del espacio en busca de sí mismo. Una búsqueda que termina en otro fracaso. A esto le sigue una rabia narcisista que alimenta su sed de venganza. Finalmente, Peanut Man despierta en un deambular místico. Siente que un nuevo poder surge dentro de él y que ya no puede controlar. Se hunde en una locura asesina, como un regreso a la bestialidad. Al igual que su música, la banda busca reinterpretar los códigos gráficos de los años 70, desbordantes y coloridos, tan kitsch como psicodélicos, a través del prisma del siglo XXI. Con su portada, un collage surrealista lleno de guiños a las aventuras de la banda en la carretera, FUZZY GRASS pretende llevar el legado de los años 70 a nuevos horizontes, siempre con un toque de humor y auto burla. Estamos ante una banda con un magnífico cantante , una guitarra prodigiosa que rememora el espíritu de Hendrix, y un batería a semejanza de John Boham y un bajista que sigue los dictados de KYUSS, ¿Se puede pedir más? Desde DenpaFuzz, solo puedo invitar a dejarte llevar por este divertido viaje a los confines del mejor blues y la mejor psicodelia pesada de ambientación vintage, porque con los franceses, el rock está vivo.

FUZZY GRASS son: Laura Luiz (Guitarra) Thomas Hobeck (bajo), Clement Gaudry-Santiago (batería) Audric Faucheux (voz y órgano).

THE REVENGE OF THE BLUE NUT’ está disponible vía Kozmik Artifactz.

‘Living in time’ va directo al grano con sus pegadizos riffs de inspiración 70’s. La rabia del heavy-blues de bandas como CREAM, HENDRIX, CANNED HEAD o CACTUS se conjuga en una canción vintage en la que el blues el hard-rock y la psicodelia se mestizan con un resultado abrumador. Los riffs de guitarra llenos de gancho y la garra vocal, impulsados por un ritmo arrollador. Solo ácidos, apacibles pasajes lisérgicos y momentos divertidos que invitan al baile completan un corte que marca el devenir del álbum. El virtuosismo de estos jóvenes músicos se refleja en una canción ondulante llena de matices y en la que los sonidos retro adquieren una nueva dimensión.

Embutidos de lleno en el blues de comienzos de la década dorada ‘I’m allright’ parece poner a prueba al oyente con su sonido más propio de finales de los 60’s y primeros 70’s. Estamos ante una pista de blues ortodoxo, y ese se percibe en cada estrofa de una canción que no traspasa el umbral y se mantiene contenida entre efluvios psicodélicos perfectamente incorporados. Manteniendo la suavidad casi todo el tiempo, en la parte final el corte se precipita en una espiral de solos ácidos y un ritmo atronador.

‘The dreamer’ es otra canción psicodélica de alto nivel. Emergiendo lentamente entre borboteos lisérgicos la pista eclosiona tras el primer minuto de introducción. Pero no estamos ante una explosión de intensidad que haga deflagrar la canción, sino una pincelada de fuerza que rompe la rutina de una pista suave y rebosante de sentimiento en la que la psicodelia chamánica se colorea con esas gotas de blues presentes en la mayoría de las canciones del álbum.

Sin complejos la banda se sumerge en ese espacio retro que tanto les gusta con un corte de hard rock sin artificios. ‘Insight’ evoca el rock de los 70’s con golpes de blues y armonías contagiosas evocadoras de bandas como Zeppelin. Wah wah oscilante y un ritmo que te invita al baile, son argumentos suficientes como para conquistar el éxito con una de las canciones más coloristas del álbum.

Por la vía directa y con algunos elementos stoner, la divertida ‘Why you stop me’ muestra el lado más pesado de una banda que ama los sonidos retro de los 70’s, y eso se siente en canciones como esta. El rock está vivo y es divertido, ¿Crees que podrás resistirte?

Como suele ser habitual en muchas bandas, el plato fuerte se encuentra al final. Así ‘Moonlight shades’ con sus mas de once minutos, y siendo la canción más larga del álbum, se sumerge sin rubor en un pantanoso y humeante blues lisérgico. Penetrante y cautivadora, la pista explora un bosque invadido por las emanaciones de hongos mágicos aportando un gratificante efecto narcótico.  Con dos partes diferenciadas, en su primera mitad, todo sucede lentamente, aumentando la intensidad con la suficiente pausa como poder percibir cada uno de los matices de la canción. Piensa en una especie de ‘Dazed and confused’ o Since I’ve Been Loving You’ en versión francesa. Una vez mas comprobamos la importancia de contar con un buen cantante en la banda, ya que Audric, logra transmitir la rabia y la desesperación en cada estrofa, algo, que no muchos consiguen realmente. Un corte tenso, psicotrópico y con la pesadez suficiente como para aplastarte la cara, ya que su parte final es una orgía ácida en la que todo se revoluciona en un gran caos.  

Fuzzy Grass

Kozmik Artifactz

Reseña: GREEN LUNG.- ‘This heathen land’

Evolucionando desde el punto en el que lo dejaron con su anterior álbum ‘BLACK HARVEST’ (reseña aquí), el nuevo álbum de los británicos GREEN LUNG sigue explorando sin rubor el legado del heavy rock de los 70’s. En un episodio mas de su evolución, la banda parece tener absolutamente claro su objetivo. Así, vuelven a golpearnos con canciones épicas en las que el proto-doom, y el heavy rock de antaño, habitan en placida armonía en una atmósfera vintage con grandes voces y unos riffs espeluznantes. Ganchos inquebrantables que se tiñen de oscuro para no olvidar aquellos sonidos ocultistas y convertirlos en un cuento de fantasía. Sus fantásticos solos virtuosos y el siempre acertado aporte del órgano hacen que sus canciones resulten cohesionadas. No importan los giros y cambios de ritmo, porque finalmente todo resulta perfecto para enganchar al oyente en un relato de misterio presidido por una grandilocuente melancolía. ‘THIS HEATHEM LAND’ es un intento de “crear la banda sonora definitiva para la película de terror folk que tenemos en nuestras cabezas”, tal y como dice el cantante de la banda Tom Templa. Haciendo que sus canciones se desarrolles en nebulosas atmósferas, GREEN LUNG se mete de lleno en su propio relato, haciendo que todo fluya en armonía. Desde esa guitarra punzante y virtuosa, ese contrapunto en el órgano, y sobre todo el buen uso de las voces y las melodías, hacen que este nuevo álbum se convierta en un trabajo en el que la épica es la guía de un sonido grandilocuente, pero bien construido. Puede que a muchos les resulte familiar lo que escuchan y que lo hayas oído muchas veces antes, pero cuando es tocado así, siempre va a resultar gratificante. De nuevo GREEN LUNG siguen apuntando alto en su carrera, ya que sus canciones consiguen calar hondo en sus mas fervientes fans.

‘Prologue’ nos lleva con una suave introducción acompañada de una locución a ‘The Forest Church’. Una canción que golpea con gruesos riffs de vocación Sabbath. Con bruscos cambios de ritmo y un aroma a heavy rock de los 70’s se entrelazan entre épicas melodías. Un tufillo a RAINBOW y algunos guiños KADAVAR se mestizan en un oscuro escenario sonoro acompañado de ese órgano vintage penetrante y esos solos virtuosos más propios de época dorada del heavy rock.

Los pegadizos riffs de ‘Mountain Throne’ rescatan nuevamente la épica del heavy rock entre estribillos contagiosos. Un corte dinámico de fácil digestión bajo la fórmula de la ‘canción himno’ que tanta gloria dio en el pasado.

Basándose en la vida de la bruja real, Maxine Sanders, la suma sacerdotisa en el corazón de la brujería de Alejandría ‘Maxine (Witch Queen)’ es otro himno de heavy-rock que resonará en grandes festivales activando al oyente con sus incisivos riffs y el cálido órgano.

Explorando la carga de la depresión, y fusionando el doom con tonos góticos ‘One for sorrow’ se inclina por un sinfonismo del siglo XXI encorsetado en un tono melancólico. Uniendo ese proto-doom, con el rock progresivo y el metal sinfónico, la pista nos muestra un halo de tristeza que se ve ensalzado por la magnífica melodía vocal y esos golpes de una pesadez rebosante de épica que los británicos imprimen a sus canciones. Un corte descomunal con magníficos arreglos y el espíritu de Sabbath muy presente.

Usando los acordes acústicos y un lento ritmo tribal, ‘Song of the Stones’ explora un folk oscuro con tintes tradicionales. Una fascinante canción que pone la pausa entre las embestidas de riffs de los cortes precedentes.

Tras la relajante canción anterior, los riffs de puro heavy-metal de ‘The Ancient Ways’ hacen que nuestras cervicales oscilen en un frenesí de fornidos riffs. Mirando de reojo al pasado, las cuidadas melodías son impulsadas por riffs arrebatadores. Otra pista monumental en la que los arreglos son cuidados con esmero para ofrecer al oyente un sonido épico bajo una atmósfera vintage de manual. Una de las mejores canciones de un álbum que no baja el nivel en ningún momento.

‘Hunters in the Sky’ parece beber mas de los riffs Stoner para crear una cruzada diabólica con el heavy-rock más ortodoxo. Con ese fantástico órgano aportando su grano de arena para que todas las piezas encajen, y esos riffs que golpean una y otra vez, la pista se acaba convirtiendo en un regalo para los amantes de los sonidos con tonos ocultistas de décadas pasadas.

El cierre a este notable trabajo lo pone ‘Oceans of Time’. Una canción que se gesta con una lenta introducción que deja paso a voces y coros más propios de Queen, y que versa sobre el amor vampírico. La ambientación, las melodías, el manejo de los tiempos, unido a una magnífica producción y unos arreglos magistrales, hacen que la pista adquiera tonos monumentales.

GREEN LUNG

Nuclear Blast

Reseña: LUCID SINS.- ‘Dancing in the dark’

Los orfebres escoceses del ocult-rock de los años 70’s regresan con un hermoso álbum de sonidos vintage que te arrastran a lo mas profundo del bosque, donde los espíritus de los ancestros y los relatos de cuentos y leyendas más oscuros tiene su morada. Sustentados por su talento compositivo y por su prodigioso dominio de los instrumentos, crean bellas canciones de rock progresivo envueltas en una sutil psicodelia y aromas tradicionales. Una amalgama de estilos que van desde el rock hasta el folk, pasado por la psicodelia, lo progresivo e incluso hasta el jazz. Piensa en una marmita en la que se cuecen a fuego lento los sonidos de bandas como JETHRO TULL, BLACK SABBATH, WISHBONE ASH, CAMEL, FAIRPORT CONVENTION, BLACK WIDOW o CAMEL, aderezados por conjuros ocultistas en un ritual pagano adornado con bellas melodías, y elementos de bandas contemporáneas como DUNBARROW, WITCHCRAFT o UNCLE ACID & THE DEADBEATS,  y encontrarás un esquisto manjar llamado ‘DANCING IN THE DARK’. Un álbum oscuro que hará las delicias de los amantes del progresivo del 70’s con sus dosis de proto-doom y sus coloristas momentos campestres. Aquí no hay espacio para el aburrimiento ya que cada canción contiene elementos diferenciadores sin renunciar a la esencia propia de la banda. Bello, sutil, elegante, oscuro y completamente cautivador, su fluida narrativa acaba por hacer que su escucha sepa a poco, dejándote con ganas de más. Estamos ante un trabajo sobresaliente que se convierte en una gratificante aventura para el oyente en la que magia aflora en cada uno de sus surcos. Si nunca has escuchado a LUCID SINS y te atraen los oscuros sonidos nacidos de las entrañas de los 70’s, ponte cómodo, bebe una buena copa de vino, y disfruta.

La historia de ‘DANCING IN THE DARK’ es la siguiente… Tropiezas por el bosque. Solo y lejos de casa. Todos los caminos os han devuelto a este lugar. Perdido en un mundo verde. Escondido en la oscuridad. A medida que la luz se desvanece, se vislumbran llamas parpadeantes y se percibe el olor del humo. En un pequeño claro, las sombras proyectadas por un fuego moribundo toman formas humanas. Inclinándose en busca de calidez, comparten diez historias de esperanza y traición, magia y locura, amor y muerte. Las palabras susurradas se mezclan con recuerdos lejanos y, a medida que el fuego crece, tu sentido de identidad se quema y quema. Una a una, las figuras comienzan a bailar y girar mientras sonidos psicodélicos ocultos flotan entre los árboles. Atrapado en la vorágine, suspendido en lo alto de una red arremolinada de hojas y percepción, liberas tu control sobre el espacio y el tiempo… En el suelo del bosque, agitado por el amanecer, intentas darle sentido a la niebla dentro de tu mente. Para recordar dónde has estado. Para saber quién fuiste alguna vez. Alrededor de un fuego resplandeciente, en lo profundo del bosque,  están Dancing In The Dark… ¿Bailarás con ellos? 

LUCID SINS son: Andreas Jonsson – Voz, guitarra, bajo, órgano, sintetizador, Ruaraidh Sanachan – Batería, bajo, percusión, órgano, mellotron, flauta dulce, coros.

Invitados en el álbum: Espen Andersen, Stuart Coleman, Hanna Tuulikki, Alex Ward
Arte de portada obra de David V. D’Andrea.

‘DANCING IN THE DARK’ está disponible vía Totem Cat Records.

‘Jack Of Diamonds’ recupera la esencia del hard-progresivo de los 70’s con una cálida atmósfera más propia de un relato de cuentos y leyendas. La cautivadora voz y una suave melodía, junto a un ritmo cadente nos llevan al corazón de la década dorada, con una vibra evocadora de Wishbone Ash o AMAZING BLONDEL, y cuidados arreglos. Buenos pasajes de una suave guitarra nos sumen en una cautivadora oscuridad. Esos tonos ocultistas más propios del proto-doom, son tratados con un esmerado trabajo en unos arreglos que facilitan la escucha al oyente.

Siguiendo una senda similar al corte de apertura, ‘In The Woods (The Drifter)’ incide más en los desarrollos progresivos. En esta ocasión me viene a la cabeza el sonido de los álbumes de JETHRO TULL de mediados de los 70’s. Dulces y contenidos, los escoceses crean otra mágica canción en la que todo fluye con soltura en una senda de ensueño asediada por momentos de melancolía. Con esos tonos ocultistas muy presentes, estos chicos nunca cruzan la barrera hacia un mundo más pesado, sino que amortiguan sus riffs mas gruesos con un trabajo compositivo absolutamente fascinante. Una oda a un pasado lejano en el que la épica lo cubría todo.

‘The Dance’ sigue coloreando sus armonías de un aroma vintage en el que el rock exploraba espacios progresivos sin rubor. Dulces y tenues, LUCID SINS saben como conquistar al oyente con una sutileza y elegancia propia de otros tiempos. Una melancólica atmósfera preside la escena entre dulces melodías vocales que siempre ofrecen su versión más placida.

Con un swing alegre y contagioso ‘Take Me With You’ se nutre de elementos jazz y cuenta como invitado con Espen Andersen, de los maestros noruegos del proto-doom DUNBARROW. Esto supone el primer dueto en una canción en la que el sonido del órgano hammond aporta un gran carácter vintage. Aquí nada es lo que parece, pero el resultado es fantástico. Los pasajes de guitarra siguen brillando a un nivel superior, lo que, unido una esmerada composición, hacen de la pista una verdadera joya en la que los ecos WISHBONE ASH afloran de nuevo.

Sanctuary Stone’ se sumerge en un espacio folk, más propio de bandas como FAIRPORT CONVENTION.  La mágica y cautivadora voz de Hanna Tuulikki, y el uso de algún instrumento tradicional, marcan el devenir del corte. Folk progresivo evocador de tiempos pasados como guiño a la música tradicional.

Devolviéndonos a las atmósferas ocultistas, ‘A Call In The Dark’ es un sortilegio en álbum oscuro y remoto lugar en lo profundo del bosque. Su amenazante línea de bajo y un tempo constante unido a algunos quiños Sabbath, son la guía de este inquietante relato más propio de bandas como BLACK WIDOW y mas concretamente su ‘Come to the Sabbath’, esta vez adornado con alguna melodía progresiva.

 ‘The Toll’ transcurre en un espacio vintage presidido por el majestuosos sonido del órgano. El relato ocultista persiste en otra canción oscura que se ejecuta con un sonido contenido que va elevándose entre riffs rugosos y un ambiente humeante.

El relato prosigue con ‘From The Bough’, en donde las suaves melodías vocales, miran al legado de los 70’s para construir otra canción de hard-progresivo a la vieja usanza. Piensa en un hibrido entre Wishbone Ash y Camel.

Retomando las vibraciones folk, ‘The Raven’s eye’ nos sususrra en un canto seductor evocador de la tradición. Verdes pastos y un bucólico entorno con olor a hierba se adornan con dulces voces en una nueva colaboración de Hanna Tuulikki. Un ejercicio de melancolía en el que podemos encontrar ecos de Jethro Tull en sus años más campestres.

‘Catch the wild’ cierra el álbum con brillantes momentos psico-progresivos en los que el legado de Ian Anderson también parece venerarse. Algo más alejados de los postulados ocultistas, los elementos folks, aparecen en otra bella canción progresiva. Esmerados en los arreglos, el corte contiene toda la esencia de LUCID SINS, un atributo con un intenso olor a perfume de alto standing. La parte final el sonido del clarinete de Alex Ward lleva la canción a un espacio mas propio de Pink Floyd tocando jazz.

Lucid Sins

Totem Cat Records