Tras cuatro años en el desierto, resurgiendo de las turbias profundidades del folclore escandinavo y el heavy underground de Aalborg, Dinamarca, BOGWIFE regresan a la actualidad con su mejor álbum hasta el momento. ‘FROM THE ASHES’ consigue el equilibrio entre la pesadez y lo narcótico con ocho majestuosas canciones del blues lisérgico, Stoner-doom con algunos elementos grunge y leves pinceladas folk. Riffs poderosos, una batería atronadora y sus lánguidos paisajes psicodélicos nos invitan a una inmersión en pantanosos escenarios heavy-psych del más alto nivel. Esta versatilidad les aleja de ser una propuesta estereotipada en este nuevo capítulo que marca una audaz evolución en el sonido de BOGWIFE: una continuación de su exploración de la luz dentro de la oscuridad y la reverencia por todo, desde los organismos más diminutos hasta la inmensidad de las montañas y los mares. Resurgiendo de las cenizas, la música de la banda sigue siendo una poderosa búsqueda de los pequeños rayos de luz que inevitablemente emanan incluso de los rincones más oscuros. Estamos ante un álbum que puede conquistar a públicos diferentes ya que estos chicos, bebiendo del legado de bandas como SLEEP o KYUSS, son capaces de combinar estos mimbres con vibraciones propias de bandas como ELDER o ALL THE WITCHES. tejiendo ritmos blueseros, tonos de guitarra distorsionados con voces potentes y melodías inquietantes que perduran mucho después de la nota final. Así componer canciones que canalizan ese misticismo inquietante y natural en su música, creando atmósferas tan oscuras y turbias como trascendentes y cósmicas con unos cuidados arreglos melódicos. BOGWIFE, esa criatura mitológica que ronda los pantanos del norte de Europa sale de su letargo para demostrar al mundo su talento con un álbum soberbio.
BOGWIFE son: Jonathan Tex Rønne Hansen (bajo), Jonathan Rosendahl Iversen (batería), Morten Nielsen (guitarra) y Mikkel Munk Iversen (voces y guitarra).
Mostrando sus cartas desde el primer momento ‘From Ashes’ nos arrollan con riffs contundentes y melodías pegadizas alternando su intensidad arenosa con pasajes psicodélicos empapados de fuzz. Fresca y contundente a partes iguales, la canción fluye con solvencia aunando influencias manteniendo un gran dinamismo en todo momento.
‘Shivering’ es un himno épico sobre estar al borde de perder la esperanza y rendirse. Habitando en una neblina psicodélica la pista gravita en un espacio fronterizo entre el heavy-rock y el Stoner doom psicodélico. Una invitación a convencerte a ti mismo de que hay un futuro mejor. Entre riffs grandilocuentes la banda desata el caos sonoro con un groovy cautivador.
El sonido de los daneses se ha caracterizado desde sus inicios por su veneración por el blues y ‘No Church’ es la muestra. Lento y cálido el corte pone la guinda blusera entre sus pasajes psicodélicos llevándonos a una cueva narcótica en la que la guitarra destila una tensa acidez acompasada por embestidas de su característico doom rebosante de fuzz. La serpenteante pista ofrece brillantes momentos de una emocionante psicodelia pesada. Brillante.
‘Light Of Day’ es otro himno pesado con aroma grunge y su habitual contundencia coloreada con atractivas melodías y solos de guitarra que se superponen creando otra pista ganadora de heavy rock moderno con alguna pincelada folk.
De un pantano humeante emerge la narcótica ‘Heavy Burden Blues’. Piensa en All Them Witches y ese carácter chamánico de sus canciones y encontrarás la respuesta de esta joya de de blues psicodélico a la altura de los grandes nombres del género. Posiblemente la mejor canción del álbum, una pista que te atrapa en un placentero viaje presidido por nebulosas narcóticas repletas de pasión.
Con un ritmo pegadizo ‘Ages’ con sus poco más de dos minutos es un corte de Stoner vibrante que te invita a la fiesta por la senda más clásica del género. Una canción que usa la vía rápida para conquistar al oyente.
‘Agony’ se sustenta en una línea de bajo gloriosa para llevarnos al Stoner doom más y oscuro y desgarrador. Otra pista sólida con el sello de identidad de BOGWIFE.
Para el final, la banda nos reserva la canción de mayor duración, ‘Chrysalis’ con sus casi ocho minutos se desarrolla entre bellos pasajes de psicodelia en su parte inicial pera sumergirse en las cenagosas aguas del blues narcótico. Sus solos virtuosos, su contundente ritmo y los devaneos psicodélicos la hacen merecedora de toda la atención. Con el registro vocal cercano a algunos momentos Elder, estos chicos tiene claro su propósito, y lo demuestran con otra canción monumental en la que el blues, la psicodelia y la música pesada unen fuerzas una vez más. Un perfecto cierre para un sensacional álbum.