LES LEKIN.- «Died with fear»

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Publicado a finales de 2.017 por Tonzonen Records, «DIED WITH FEAR», el último disco de los austriacos LES LEKIN merecía ser diseccionado en DenpaFuzz tras haber comprobado en directo que todo su potencial sonoro no era casualidad ni artificio sin fundamento..

Hipnóticos riffs, contundente batería, con un fluido y fornido bajo con los que la banda austriaca consigue en cuatro largos temas instrumentales un mesiánico viaje lisérgico para deleite de nuestros oídos.  

Creando atmosféricos entornos por el camino de la psicodelia, «Orca» presenta un confort sensorial que los austriacos consiguen a través de la repetición de acordes arropados por efectos. Los desarrollos instrumentales se sumergen en humeantes espacios en los que la oscuridad predomina. LES LEKIN abren la luz generando apacibles entornos usan una densa instrumentación que transita su psicodelia pesada.

Partiendo en esta ocasión de elementos post-rock, «Inert» nos describe con brillantez enigmáticos paisajes. Las pinceladas que salen de la guitarra de  Peter se abren paso en la espesura de esos hostiles entornos, precipitándose hacia un abismo sonoro engrosandose. La exploración toma tonos espaciales con retazos que traspasan la dimensión de lo natural para ofrecernos territorios inexplorados en su descripción sonora.

sin ceñirse a ningún canon establecido, LES LEKIN escriben su propia historia. si bien caminan por espacios de psicodelia pesada, la banda se siente libre en su creación sin mostrar complejo alguno.

coqueteando con sonidos shoegaze, «Vast» nos regala finos  y elegantes punteos de guitarra que resultan de lo más placenteros. Una embriagadora y extasiante instrumentación en la que el bajo de desde un segundo plano, concede la libertad a unos sublimes desarrollos de guitarra. La jam va adquiriendo forma a través de reparadores efluvios. Sangrando y ordeñando los riffs hasta que todo el jugo ha sido esparcido en una hemorragia que se va p`recipitando a lo largo de todo el tema.

Continuando con una propuesta parecida, «Morph», con sonidos más densos, genera una nebulosa de proporciones descomunales. La batería incesante de Kerstin  se ve atrapada en una maraña de efectos y distorsiones de guitarra. La solidez contrasta con una libertad instrumental aparentemente inconexa, con la que consiguen el objetivo. Un caos que genera cordura en la espesura. Queda patente una vocación doom dentro del universo heavy-psych en el que se mueve la banda. como si traspasaran un umbral, a mitad del tema, se produce un desvanecimiento de la energía derrochada en la primera parte. mostrándose amenazante y portentoso, «Morph», es el tema más pesado de un disco en el que la creatividad  y la versatilidad alcanzan altas cotas con una propuesta más espacial.

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LANDING.- «Bells in new towns»

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El grupo Connecticut LANDING celebra su vigésimo aniversario este año, pero no muestra signos de perder impulso creativo. Por el contrario, «BELLS IN NEW TOWNS» su segundo álbum para El Paraiso Records, es posiblemente su esfuerzo más fino y cohesivo hasta la fecha. El sonido del grupo siempre ha sido de múltiples texturas, aludiendo a muchos géneros diferentes a la vez. Están los drones oscilantes pesados ​​y la psicodelia difusa y motriz, los exuberantes paisajes sonoros ambientales y las vibraciones brillantes y soñadoras. Todo unido por esa sensación característica de progresión fluida.
«BELLS IN NEW TOWNS» podría describirse como su versión más sólida y terrenal hasta ahora. En este disco, los componentes etéreos de su sonido están firmemente anclados en un bajo ajustado, sin duda debido al hecho de que el álbum fue parcialmente grabado por el veterano productor de rock de Nueva Inglaterra Justin Pizzoferrato (Dinosaur Jr., Elder, Pixies, Sonic Young).
 
Al igual que sus parientes espirituales en Yo La Tengo y Bardo Pond, Landing ha elegido eclécticamente sus influencias de una amplia gama de épocas y culturas musicales. El resultado es una música eléctrica que habla tanto a la mente como a los sentidos. 
En este «BELLS IN NEW TOWNS» , LANDING está formado por Daron Gardner (bajo), Aaron Snow (guitarra, sintetizadores, bateria, bajo y voz) Adrienne Snow (voces y sintetizador)  con la colaboración de John Miller (bateria en «Bright»Dick Baldwin (guitarra en «Trace») y Peter Baumann (campanas en «Gravitational VII»).
El disco se abre con «Nod». Un corte hipnótico, espacial. Con una linea gruesa de bajo y batería, los efectos de los sintetizadores, creando una espacio difuso y salpicado por finos punteos de guitarra, se muestra ampuloso, envolvente, pertubardor. Una voz femenina en claro espíritu indie neo psicodélico se muestra sugerente e inquietante a la vez. La banda viste el entorno musical con una tensión que por momentos resulta inquietante.
En «By two» reconfortantes acordes acústicos y esa sensual voz flotan en melodías pop aterciopeladas bajo una intrumentación que se acerca a los cánones del post-rock.
Con una orquestación a base de teclados y sintetizadores, «Gravitational VII» con sutiles acordes repetitivos generan una ambiente ecléctico salpicado por campanas.
El tema se entrelaza con «Bright». Un corte en el que la banda incide en el uso de sintetizadores para crear una atmósfera espacial custodiada por una electrónica programada. 
LANDING recrea pasajes llenos de melancolía en «Secret». Un tema que va fluyendo arropado por el manto de los sintetizadores y teclados de una forma sostenida. Creando espacios enigmáticos que se van transformando en sí mismos, con leves sussurrros que generan atmósferas embriagadoras.
De nuevo retoman los elementos indie en «Fallen name». Un dulce tema que pasea bajo drones reconfortantes con una gran elegancia.
Si la sutileza ha sido la constante en los temas precedentes, «Wait or Hilde» está construido sobre texturas más rugosas como antesala de una psicodelia hipnótica con vocación kraut. De nuevo los drones sobrevuelas sobre apacibles voces.
«Gravitational VIII» crea una música atmosférica con tintes minimalistas de cierta tendencia barbitúrica basada en la experimentación con efectos y sintentizadores.
Destacando nuevamente los registros vocales. «Trace» describe la melancolía a través de desarrollos acústicos con unas voces impregnadas en miel. Susurros sutiles que apaciguan y relajan el ambiente con enorme frescura.
El ultimo corte, «Second sight», se muestra reparador. Habitando en ensoñadores espacios sonoros con una calidez vocal que decora una elegante composición sobre canónes Shoegaze.
Estamos ante uno de esos discos que cuantas más veces lo escuchamos, más nos atrapa. Un trabajo seguramente indicado para iniciados que pposeen los oidos entrenados para navegar en los espacios musicales que cultiva la banda de Connecticut, y que no será del agrado de los que gustan de sonidos pesados. no obstante, hecha esta salvedad estamos ante un notable trabajo.
Disponible a partir de hoy 4 de mayo.

 

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BARO CHANDEL.- «BARO BOKHALO»

BARO CHANDEL

Desde la República Checa nos llega un auténtico misil en forma de disco.

El cuarteto de Praga compuesto por Pavel Podzimez (voz y guitarra), Petr Voruda (guitarra), Michal Hanácek (bajo) y Pert Podzimek. 

Con mucha más contundencia que la mostrada en la demo de 2 temas publicada el pasado año, nos regalan 5 bombazos en los que los sonidos stoner y de psicodelia pesada nos golpean dejándonos KO.

Grabado, mezclado y masterizado en Amak Golden HIVE Studio, en su Praga natal, por el propio Amak Golden, y un arte de portada de Tomas Miro Zhoriz Sarkozi. 

BARO CHANDEL  es una banda que influenciada por clásicos sonidos hard-rock apuesta por la contundencia stoner. No pudiendose resistir a realizar incursiones en la psicodelia pesada en la línea del último trabajo de los polacos WEEDPEACKER, por poner un ejemplo.

Riffs de guitarra distorsionada es lo primero que escupe «Grow ass man». Un torbellino  se nos viene encima desde las primeras notas. Repuestos de la bofetada inicial, nos percatamos de que estamos a una banda que sigue los cánones del hard-rock, llevándolo a los territorios del stoner más vigoroso.

Las leves paradas que tiene el corte, sirven para percibir un aplastador ritmo de bajo. A su vez los coqueteos con las psicodelia son rápidamente reprimidos por los riffs stoner.

Repuestos del primer aldabonazo, la banda nos ofrece una tregua en forma de psicodelia pesada. “Flowhead” se presenta con pausados y reconfortantes armonías lisérgicas en una línea que nos recuerda a algunos pasajes de CAUSA SUI. La voz contribuye a ese reposo tras el aturdimiento que nos ha producido el primer tema.  Una vez que hemos bajado la guardia después de un minuto y medio los checos vuelven a las andadas. Gruesos sonidos nos invaden en una nueva oleada cual horda conquistadora asedia una fortaleza. Todo un juego de idas y venidas, ya que se vuelven a tomar un respiro de calmada y gratificante psicodelia. Tras una nueva embestida “Flowhead” se asienta en la calma que sucede la tempestad, con dulces armonías y una  voz que reconforta las heridas del guerrero.

Paisajes de devastación dan paso a una peripecia en la que riffs de hard and heavy se fusionan con ritmos stoner, presididos por una batería que es golpeada con firmeza. Esa es la temática de “I was so high”, un tema en el que la banda no parece decidirse del camino a seguir. ¿stoner? ¿hard?, ¿psicodelia?. Lo más probable es que en el fondo no quiera renunciar a  sumergirse en todos a la vez. Así de simple.

En “Piece of Clay” acordes de guitarra acústica van fundiéndose con un sutil bajo que escava nuevamente en una psicodelia meditativa, mística, oscura a la vez. Rozando territorios Shoegaze que son invadidos por pesados riffs. El ejercicio de subidas y bajadas en la intensidad de los temas es una tónica a lo largo de BARO BOKHALO. Algo cercanos a los estadounidenses KING BUFFALOlo, pero subidos de revoluciones.

“My reptilian self II: Not returning of my reptilian self”, el tema que cierra el trabajo, arranca con repetitivos ritmos y coros, esta vez con la ayuda de  Zubata y Petra Hanackova. Lo espacial y lo electrónico conviven pesados riffs, y estribillos pegadizos que parecen llegar de los noventa.

Prometedor trabajo de una joven formación que en una primera escucha puede dejarnos algo desconcertados ante la falta de definición de la apuesta que ejerce. Como antes mencionaba, no me queda claro si la deriva es por una falta de definición o algo plenamente premeditado. En cualquier caso el resultado es brillante, consiguiendo un disco dinámico y variado a pesar de no inventar nada nuevo, lo cierto es que saben batir esos estilos para obtener un buen jugo.

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