Reseña: NO MAN’S VALLEY.- ‘Chrononaut Cocktailbar’

El nuevo álbum de la banda holandesa Psych Rock / Alternative Rock viene con doble título y doble arte en una sola portada. De esta forma, NO MAN’S VALLEY dejan patente el contraste entre su espíritu post-punk mas propio de bandas como NICK CAVE & THE SEED y la psicodelia de formaciones como THE DOORS. Dividido en dos caras completamente distintas, y con canciones escritas por separado en la época pandémica, la banda nos presenta en la primera mitad del álbum canciones más propias del rock gótico de los ochenta en un ambiente oscuro y melancólico en el que se siente la tristeza. Canciones cortas guiadas por una cálida y cautivadora voz con la que logran transmitir el desasosiego. Mientras, la otra cara del álbum viene ocupada por una pista monumental de dieciocho minutos que se sumerge en un espacio completamente psicodélico en el que los ecos chamánicos se manifiestan con brillantez. Así, NO MAN’S VALLEY encuentran la paz consigo mismos en un álbum dual sin estridencias. Como la propia banda comenta, aquí se reflejan los dos lobos que hay en la banda: a un lobo le gusta escribir canciones con estructura y melodía sólidas, mientras que al otro lobo le gusta volverse completamente loco cuando se trata de creatividad psico-progresiva.

‘CHRONONAUT COCKTAILBAR / FLIGHT OF THE SLOTHS’ está disponible vía Tonzonen.

A modo de breve introducción ‘Chrononaut Cocktailbar’  se desarrolla entre ecos post-punk en una atmósfera oscura y melancólica.

Love’ combina ese espíritu gótico del post-punk con momentos de neo-psicodelia guiado por una cálida voz y un predominio de los teclados bajo un ritmo sencillo. Enturbiando su atmósfera la pista baja las revoluciones antes de retomar el punto donde nació. La melodía de los teclados resulta hipnotizante.

Con una mirada a los sonidos del siglo pasado Creepoid Blues’ es un blues suave empapado de chamánica psicodelia. Una especie de vodevil doorsiano que se desarrolla en un entorno sombrío presidido por la calma. Me viene a la cabeza el recuerdo del glorioso álbum debut de PHAMTON DIVINE COMEDY al escuchar su sonido y su vibra blusera.

‘Seeing Things’ no sale de ese entorno oscuro y melancólico. Pausado y con cálidos pasajes envueltos en ligeras nebulosas psicodélicas continúa en el punto donde lo dejo la pista anterior. El carisma de la voz recitando sus desgarradores versos junto a sutil instrumentación lo hace un corte relajante e introspectivo. Con sosegadas melodías salidas de la guitarra la pista adquiere unos tonos vintage en ese marco triste.

En un tono algo más progresivo en ‘Shapeshifter’ las cosas no cambian demasiado. Incorporando coros y voces oscilantes, su instrumentación transita por un espacio suave y psicodélico que enriquece su alma post-punk.

En un viaje a finales de los 80’s ‘Orange Juice’ mantiene la atmósfera lúgubre acompañada de un ritmo contenido y melodías cautivadoras. Su sencilla estructura es suficiente para mostrarse atractiva para el oyente.

El plato fuerte del álbum llega en la cara B. En los dieciocho minutos de ‘Flight of the Sloths’ encontramos a la banda en un ambiente completamente psicodélico en contraste con las pistas anteriores. Aquí el otro lado de la banda aparece para ofrecernos la psicodelia más compleja de los holandeses. Una suave apertura acústica con un aroma vintage nos pone en el camino de un pista compleja y llena de alicientes. Tomándose su tiempo la combinación de susurrantes pasajes nos va llevando un espacio sonoro en el que la psicodelia se manifiesta con un espíritu misterioso. Sin darnos pistas de la dirección que tomará, cultivadores acordes de guitarra acolchado registros vocales ejercen de bálsamo hasta llevarnos a un letárgico entorno en el que relajar nuestros sentidos. Ese espíritu chamánico impulsa el corte a un mundo lisérgico lleno de belleza. La desesperanza se nutre de pasajes ácidos en los que la psicodelia de NO MAN’S VALLEY adopta formas cambiantes con momentos intensos que contrastan con la calma generalizada del corte. Hermosa y oscura la canción acaba por cautivarnos con sus pausados y hermosos pasajes. Un lamento constante preside una pista sólida y absorbente que te llevará al otro lado.

No Man’s Valley

Tonzonen

Reseña: SLOWSHINE.- ‘Living light’

En los últimos tiempos he tenido la ocasión de ver en vivo a las dos bandas comandadas por Jan Oberg. GRIN con su crudeza sludge y EARTH SHIP con sus viajes espaciales. En ambas ocasiones la experiencia ha sido gratificante, pero ahora con su nuevo proyecto SLOWSHINE y su álbum debut ‘LIVING LIGHT’, conquista profundamente mi corazón psicodélico. En esta ocasión la banda formada por los miembros de EARTH SHIP, Jan Oberg, Sabine Oberg y André Klein crean canciones empapadas de filtros y fuzz, combinando la calidez y la neblina de la psicodelia británica de los setenta, con los riffs expansivos del stoner. Consiguiendo un equilibrio perfecto entre las melodiosas voces shoegaze y con un cierto talente post-punk, con los riffs difusos, crean un álbum de psicodelia pesada de muchos kilates. Sus caleidoscópicas atmósferas más propias de los pioneros de la psicodelia, pegan con un sonido difuso, que a veces de inclina a un escenario más propio del noise. Aquí, los golpes sludge, aparecen con mesura entre hipnóticos ritmos y voces conmovedoras. Estamos ante el proyecto más psicotrópico de los berlineses, y en el que, al igual que los trabajos como EARTH SHIP, no dudan en embarcarnos en una nave sideral que cruza el cosmos recuperando las turbulencias de los maestros Hawkwind, pero también tomando prestados algunos calmados momentos de Pink Floyd. Esta afirmación pudiera inducir al oyente al error, porque las canciones también contienen buenas dosis de fuzz y una espesa cortina de reverberaciones pesadas que acaban por aturdir al oyente. Nunca habíamos visto a Jan cuidando tanto las melodías, pero ese gran trabajo compositivo, es uno de los grandes alicientes de un álbum fascinante y lleno de magnetismo. ‘LIVING LIGHT’ es un magnífico álbum que tiende un puente entre los vestigios del pasado psicodélico del siglo XX y las nuevas tendencias dentro de la música pesada contemporánea. ‘LIVING LIGHT’ consigue sumergir al oyente en un campo magnético en el que la psicodelia consigue expandir la mente del oyente, acariciándolo, seduciendo y narcotizándolo. Una celda de la que cualquier amante de la psicodelia no querrá jamás escapar.  

Otro regalo más que nos ha dejado la pandemia, ya que, según las palabras de la propia banda, el álbum nace durante el cierre de la pandemia en 2020/2021, donde no era posible reunirse fácilmente con los amigos o familiares en la víspera de Año Nuevo y Semana Santa. En este escenario, la banda decidió aislarse esos días en el estudio con un buen vino de calidad siciliana y una clásica pizza margherita. Mientras pasaban un buen rato mientras grabaron algunas pistas solo por diversión, sin una idea clara de cómo sonaría cada canción y si funcionarían correctamente entre sí. Esas sesiones en vivo realmente diferían de sus otros proyectos, tanto musical como en cuanto a grabación, y terminaron con material de unos 43 minutos en total que era demasiado bueno para no compartirlo con todos nosotros.



SLOWSHINE son:

Sabine Oberg – Bajo

Jan Oberg – Guitarras, Voz

André Klein – Batería

Músicos adicionales:

Jan Korbach: Guitarra de 12 cuerdas en ‘Trails’.

‘LIVING LIGHT’ fue grabado y producido por J.Oberg en Hidden Planet Studio, Berlín. El arte de portada es obra de Benedikt Demmer / Druckwelle Design y está disponible vía  The Lasting Dose Records.

‘Trails’ abre el álbum en una atmósfera de neo-psicodelia empapada de fuzz narcótico. Con un claro acento marcado por los ecos de la psicodelia de los 60’s el corte se sustenta en un riff que se repite a lo largo de sus mas de 5 minutos. Voces conmovedoras y un ritmo hipnótico conforman una canción con sabor añejo que se desarrolla envuelta en una neblina psicotrópica. No faltan difusos riffs de vocación Stoner entre sus flotantes melodías shoegaze, lo que hace que el tema tenga cuerpo.

Menos ensoñador y más pesada, ‘Brittle bones’ nos hace vislumbrar los genessludge de los alemanes en una efectiva combinación con momentos más propios de la psicodelia contemporánea. _Un sonido crudo y rugosos que encaja a la perfección con los estribillos ensoñadores para crear un colorido caleidoscopio cósmico, que por momentos se recuesta en una propuesta noise.

Embutidos en un traje espacial más propio de Hawkwind, ‘Heights’ gravita en una órbita cósmica entre melodías aterciopeladas. Lento y cadente, pero con un ritmo contagioso, el tema ondula entre asteroides y polvo galáctico de gran densidad. Los juegos vocales de Jan y Sabine parecen salidos de una propuesta post-punk en una conjunción astral con la psicodelia más narcótica. La descarga de fuzz hace que el trasfondo del tema se vuelva turbio y borroso.

‘Wanderer’ se muestra como el tema más calmado de un álbum con una apertura que navega entre la psicodelia de finales de los 60’s y las apuestas psicodélicas más contemporáneas. Siempre desde la suavidad melódica, las voces contrastan con la intensidad de su penetrante sonido. Buenos solos de guitarra construyen una canción hermosa y balsámica que parece susurrarnos en un trance redentor. Estamos ante una canción de ocho minutos, y para unos músicos tan creativos, este tiempo es suficiente para poder desarrollar otras vibraciones más turbias y pesadas. Toda una cortina difusa se crea entre el arco iris melódico del tema.

Con un sonido más pesado y a la vez contemporáneo, ‘Mother moon’ se despeña entre vibraciones noise impulsado por una estela de fuzz que lleva en volandas sus lánguidas. Pesado, turbio, pero sin perder el espíritu psicotrópico de todo el álbum. 

‘Dunes of time’, sin perder sus genes psicodélicos va evolucionando desde su etérea y lenta apertura a un escenario más turbulento. Manteniendo las buenas melodías, aquí la banda crea una dualidad de suavidad y rugosidad que poco a poco se va tornando más pesada y turbulenta.

Las hordas de fuzz de ‘Living light’ consiguen crean una atmósfera de gran poder magnético. Menos ensoñadores, y algo más turbios, los alemanes nos aturden con densos sonidos psicodélicos. Sin renunciar a las voces etéreas, consiguen crear un entorno inquietante e hipnótico que acaba por atraparnos entre pesados riffs que crean un campo magnético alrededor del tema. Una vez dentro, te será difícil salir. 

Los suaves acordes de la apertura de ‘A quiet place’, ponen el broche de oro a un álbum dinámico y magnético en el que estos músicos amantes de los sonidos turbios y pesados ofrecen su lado más melodioso. Suaves melodías y un espíritu drone, van puliendo un tema en el que la psicodelia más aterciopelada se muestra esplendorosa ante nosotros. La belleza de su guitarra susurrante, unido a esas cálidas voces herederas del legado de Pink Floyd, construyen lentamente una bella canción llena de matices. La segunda parte del tema explora insondables entornos cósmicos en una narrativa casi cinematográfica.

Slowshine

The Lasting Dose Records

Reseña: A/LPACA.- ‘Make it Better’

MAKE IT BETTER’ es el debut del cuarteto italiano A/LPACA, un nombre peculiar, tanto como la música que contienen sus surcos. Enraizados en los sonidos post-punk bajo un hipnótico motorik kraut de tintes futuristas. Un álbum marcado por sus locos compases en sus nueve canciones. El «ritmo», la fuerza hipnótica y obsesiva que recuerda las danzas primitivas es el concepto en el que se sustenta ‘MAKE IT BETTER’. Desarrollándose en un imaginario «beat club», que es al mismo tiempo un lugar de liberación, diversión y desenfreno. El uso del «latido» ha caracterizado a los humanos desde los albores y se ha extendido a lo largo de los siglos, cambiando de forma, pero no de sustancia. En este debut el ritmo se cuenta como un espíritu impersonal que avanza, frío e impasible como las líneas vocales, y guía a la banda hacia una suerte de emancipación artística. El ritmo es también una forma de mantenerse unido y purificarse de las «responsabilidades» de la vida real y del tránsito de la juventud a la edad adulta, en definitiva del miedo a no «ser lo suficientemente bueno». Encontrar refugio en la música, con el legítimo sueño de incluso convertirlo en un trabajo, o simplemente salir a beber y bailar con los amigos («Quiero emborracharme, solo sigue bailando con mis amigos», del tema principal).

La música de A/LPACA recoge las señales del Londres de los sesenta, en particular de bandas como los primeros Pink Floyd y Soft Machine (homenajeadas indirectamente en la canción ‘I Am Kevin Ayers’), las mezcla con el impulso teutónico de Can, toma algo de frialdad de Joy Division y finalmente actualiza todo con el ejemplo moderno de bandas como Thee Oh Sees o King Gizzard & The Lizard Wizard bajo la atenta mirada de Hawkwind desde algún lugar del cosmos. El resultado suena hierático y adrenalínico, riguroso y salvaje, absolutamente irresistible, convirtiéndose en un relato futurista y robótico en una conjunción ciertamente atrevida y desenfadada.

A/LPACA son: Christian Bindelli (voz, guitarra), Andrea Verrastro (bajo), Andrea Fantuzzi (teclados) y Andrea Sordi (batería). ‘MAKE IT BETTER’ está disponible vía Sulatron Records en CD y vinilo en edición limitada a 500 copias.

 ‘Beat club’ Se desarrolla por una senda alternativa en la que el garaje-punk y el rock espacial se unen en algún punto del cosmos. Voces robotizadas deambulan entre dinámicos ritmos con cierta vocación kraut. Riffs rugosos crean una espiral sónica de tinte futurista entre los zumbidos de los sintetizadores.
Envuelto en un escenario psico-espacial en línea Hawkwind ‘Make it better’ muestra un aspecto más terrenal sin perder su espíritu futurista. Efectos y una turbia e hipnótica instrumentación engrosan el sonido de la banda creando un espacio aturdidor de firme vocación sideral que se aleja del punto de partida. El tema evoluciona a una atmósfera completamente cósmica entre teclados y poderosas armonías. Vitalista y lleno de energía el tema se desarrolla a la velocidad de la luz.
Un magnético bajo y unos tambores vibrantes abren las hostilidades de ‘Inept’. La canción se dorna con sonidos exóticos sin perder el espíritu kraut con el que se creó. Sonidos cósmicos con el particular registro vocal en un nuevo viaje lleno de tortuosos pasajes. Con la maquinaria imprimiendo cada vez más revoluciones los constantes efectos espaciales absorben el tema a un gravitatorio pero lleno de dinamismo espacio a años luz del plante tierra. Todo un relato futurista construido con energía.
Los sonidos kosmiche hacen de ‘Hypnosis’ otro escaparate para mostrar el espíritu cosmonauta de la banda. Un túnel futurista en el que la nave nodriza explora el espacio exterior entre asteroides. Nuevamente el legado Hawkwind se refleja con acierto. La maquinaria de banda se muestra perfectamente engrasa en este nuevo peregrinar por insondables espacios siderales. Extasiante tema lleno de ritmos hipnóticos.
‘Slave antenna’ es otro episodio más de la exploración cósmica de AL/PACA. Partiendo de repetidos estribillos los tambores encienden la maquinaria con la energía de un poderoso bajo. Guitarras y sintetizadores se unen a la fiesta sideral.  Usando una combinación de hipnóticos pasajes futuristas y elementos de psicodelia el tema nos invita a un trance robótico. Neo-psicodelia y post-punk futurista con elementos electrónicos, pero también analógicos sonidos. Construidos en dos niveles, el corte conjuga los sonidos espaciales en un estrato sonoro sobre el que añaden los distintos instrumentos creando un auténtico caos sonoro que se funde súbitamente.  
El kraut más puro y cósmico es el leivmotiv de ‘Chamelon’. Las voces robotizadas y un frenético ritmo se salpican con elementos electrónicos y guitarras exóticas con tendencia post-punk. Sin duda el carácter electrónico del tema hace que su narrativa futurista nos atrape sin remisión activando nuestras neuronas a un estado catártico y delirante. Toda una alienante propuesta sonora.
‘I am Kevin Ayers’. Un curioso nombre para una canción que mantiene la estética de relato de ficción.   Ritmos hipnóticos, sintetizadores y una línea de bajo inquebrantable soportan el relato mecanizado de unas voces androides. Con la capacidad para insertar pasajes psicodélicos la exploración sideral no cesa. Nuevamente la maquinaria robótica se muestra perfectamente calibrada.

Con un hipnótico frenesí rítmico ‘Citadel’ se desarrolla a toda velocidad en un espacio psico-espacial con muchas reminiscencias del beat de los 60’s. Una bacanal de androides danzando alocadamente en una atmósfera entre vintage y futurista.

‘Lokomotiv’ pone el cierre a este a trabajo manteniendo el motorik kraut. En este sueño futurista que supone ‘MAKE IT BETTER’. Un tema con un ritmo cadente de tendencia robótica en un entorno sideral. Lo cierto es que el tema fluye aportando pasajes espaciales mas propios de una banda sonora de ciencia ficción en la que el misterio está presente. Extraño, pero completamente adictivo, la canción invita al baile con sus cautivadores ritmos. El gran aval de este ecléctico álbum.

a/lpaca

 Sulatron Records

Facebook Records