El agujero de gusano que ya usaron en ‘THE BEST OF THEIR EARLY YEAR’ (reseña aquí) sigue siendo utilizado por los alemanes MOS EISLEY SPACEPORT en su nuevo álbum ‘FURTHER’. Con algún cambio en su formación, el proyecto mantiene el espíritu vintage que mostraron en su debut. Estos chicos llegados del planeta de Tatooine saben cómo cocinar las vibraciones hard-progresivas de los 70’s en canciones resultonas y con mucho gancho. Una magnífica colección compuesta por nueva fascinantes canciones que nos recuerdan el legado del pasado modulándolo a los nuevos tiempos. Un sonido reconocible en el que los ecos de Deep Purple se asoman en pistas guiadas por un impactante órgano retro y melodías con mucho gancho. Pero no solo de ello vive el cuarteto, sino que el blues, la psicodelia y el hard rock son ingredientes siempre apetecibles para unirse a esta fiesta retro. Una visión aventurera con un estilo único en canciones de fácil escucha y con las que rápidamente conquistarán nuevos fieles. Porque el rock de siempre sigue vivió, y si lo hace con ingredientes más contemporáneos, el resultado puede ser completamente motivador. La fácil escucha de ‘FURTHER’ esconde en su interior los suficientes elementos como para que nada resulte superfluo, esto hace del álbum un plato muy apetecible para los fans de los sonidos vintage llegados de los 70’s. Esa imaginaria ciudad futurista que da nombre a la banda, mantiene la vida intacta, lo cual es muy de agradecer para aquellos (entre los que me encuentro) que nos vimos sorprendidos por su propuesta sonora hace tres años, cuando vió la luz su primer trabajo. La aventura continúa.
En un entorno psico-progresivo de manual ‘Ashes to Ashes’ gravita en una orbita vintage en la que alguna pincelada blues aparece entre su propuesta de rock añejo. Ejecutado con suavidad, el corte camina lentamente en busca de un entorno más contundente. Con elaborados desarrollos progresivos la banda alemana nos recuerda esas vibraciones setenteras tan apetecibles. Funcionando como un conjunto, destacan especialmente los pasajes en los que el órgano retro evoca momentos mas propios de bandas como DEEP PURPLE sin que su sonido en conjunto sea similar. Aquí encontramos constante meandros que enriquecen una canción larga pero con mucho atractivo.
‘Drop Out’ contrasta del corte anterior por el dinamismo de unos riffs y unas melodías que sin rubor se zambullen en las aguas del rock retro de los 70’s. Manteniendo ese espíritu intacto, la canción es guiada por el efectivo sonido del órgano custodiado por buenas melodías vocales y un ritmo efectivo y solvente. La fiesta de sonidos vintage se desata sin complejos una vez mas.
Retomando las canciones de diez minutos, ‘Space Shift’a pesar de tener más elementos experimentales, nos presenta una bacanal de vibraciones retro. El poder de ese órgano diabólico vuela mi cabeza una vez más. Purpleliano en sus entrañas, el vibrante corte parece escorarse a sonidos más contemporáneos en una combinación siempre agradable y resultona. En la segunda mitad la canción desciende a un fascinante entorno psico-progresivo en el que el sonido de la guitarra pone el perfecto contrapunto a los pasajes del órgano, auténtico motor de la banda.
En un tono más oscuro y pesado ‘Raised by a Lioness’ coquetea con el blues y el boogie rock con una propuesta atractiva y cautivadora que rápidamente invitará al oyente al desenfreno y el baile. Alejado de convencionalismo, estos chicos tienen su propia fórmula para cautivarnos sin caer en los convencionalismos de las bandas retro.
‘Cocaine Blues’ mantiene el tipo a base de golpes de riffs solventes y un ritmo divertido en el que el blues-rock se fusiona con el hard progresivo de los 70’s. Su pegadiza melodía y una fornida instrumentación hacen el resto en otro corte de innato carácter vintage.
Casi como continuación de la canción anterior ‘Laika’ mantiene la esencia hard-prog de los alemanes con golpes de Stoner y constantes guiños a las vibraciones vintage del siglo pasado. Una pista divertida que es ejecutada con un frenesí aturdidor. El juego de los estribillos hace que la pista resulte fluida en su transitar por este escenario psico-prog en el que poco a poco van sumiéndose cada una de las canciones.
Sin cambiar sustancialmente el guion en ‘Scattle Cat’ parece que la banda se deja llevar por el fuzz y los vibrantes sonidos proto-stoner. Turbio dinámico y con el suficiente gancho como para rendirse a sus pies, la canción se sale de alguna manera del resto de cortes con un sonido más contemporáneo. A pesar de ello sus entrañas contiene ese elixir mágico que hace que las canciones de MOS EISLEY AIRPORT suenen como compuestas décadas atrás. Aquí los elementos cósmicos brotan más nítidamente hasta sumirnos en un caos sónico aturdidor.
Si la mayor parte del álbum está compuesto por canciones de larga duración, ‘Laika II’ supone el contrapunto con sus tres minutos. Un suspiro de sonidos casi devocionales que contrastan con la mayor parte de las canciones. Coros celestiales y una instrumentación atmosférica son los argumentos en esta ocasión en un corte que de alguna manera, se decanta por el sinfonismo.
‘ I’m a Robot Dancer’ pone la calma a un álbum vibrante y divertido con tonos más coloristas y florales. Un tempo suave y una melodía vocal que va aumentando el tono, construyen otra canción vintage que supone un soplo de aire fresco a un álbum notable.
