Reseña: CARPET.- ‘Collision’

Casi han pasado seis años desde que los alemanes CARPET nos entregaran su último álbum, ‘About Rooms And Elephants‘, y ahora, cuando se cumplen quince de su debut, publican esta pequeña obra maestra que es ‘COLLISION’. Gestado en una remota cabaña en los Alpes italianos, el trabajo se fue madurando hasta conseguir este sobresaliente resultado. Manteniendo el equilibrio entre la complejidad de sus arreglos, la fuerza de sus riffs, y el hipnotismo de sus ritmos, las melodías vocales marcan de alguna manera la diferencia. Un voz cálida y melodiosa que sabe cómo defender complicadas canciones progresivas, dá brillo a unas pistas con cuidados detalles con los que consiguen que se muestren, arrebatadoras para el oyente. Transmitiendo sentimientos desde un escenario sonoro inclinado a la melancolía, CARPET, conjugan las vibraciones del hard-progresivo de los 70’s, con la experimentación de bandas como MOTORPSYCHO, para envolvernos en su psicodelia hipnótica. El resultado son siete sofisticadas canciones con identidad propia en un hilo argumental común a todas. Son muchos los alicientes que el oyente puede encontrar en ‘COLLISION’, desde pesados riffs stoner, elegantes momentos jazz-rock, pasajes psicodélicos que siempre acaban en un intrincado bosque progresivo, y un esmero por pulir sus sofisticadas melodías. Hace unos años tuve la oportunidad de ver a la banda en directo, y, sin aquello fue glorioso. Mas bandas así necesita una escena que demasiadas veces nos ofrece ofertas sonoras cortadas por un mismo patrón, pero somos unos afortunados de tener a bandas como CARPET. Si este nombre no te suena y quieres tener una grata sorpresa, no dudes en darle al play y disfrutar de un álbum mágico y magistral, un álbum dulce, cálido, aterciopelado, pero también un álbum complejo y enérgico. ‘COLLISION’ es sin duda, el álbum mas maduro de la los alemanes, y probablemente su mejor álbum hasta el momento.

CARPET son: Maximilian Stephan (Guitarras, Voces, Sintetizadores, mellotrón), Jakob Mader – (batería y percusión), Sigmund Perner (Fender Rhodes, órgano Hammond, Roland Juno Hubert Steiner (bajo),  Martin Lehmann (trompeta y Flugelhorn Maximilian Wörle (coros).

‘COLLISION’ está disponible vía Kapitän Platte

Emergiendo lentamente ‘The Moonlight Rush’ nos impacta a las primeras de cambio con su sonido psico-progresivo de altísimo nivel. Cadente, sin prisa, la canción va introduciendo en un mágico espacio sonoro. Con nítida esencia vintage, la pista nos traslada a gloriosos momentos de los 70’s con una conjunción de elementos irresistibles. Cálidas y hermosas melodías vocales, una instrumentación cálida y envolvente y numerosos ornamentos distintivos de la banda. Una canción sofisticada con un envoltorio moderno y unas entrañas más propias de otros tiempos. La belleza de sus suaves pasajes psicodélicos y el contraste de unas armonías perfectamente diseñadas suponen un gratificante bálsamo para el oyente. La elegancia de la trompeta y su susurrante melodía hacen que CARPET se distinga de otras bandas. Sublime forma de comenzar.

‘Dead Fingers‘fue la primera canción que los alemanes nos mostraron del álbum, y su poder cautivador quedó patente hace un par de meses. Sus exóticos pasajes y el tono melancólico de su melodía son solo un espejismo de su verdadero contenido. Porque en sus entrañas, sus seductoras melodías y los magistrales arreglos, hacen que se convierta en una pieza colosal. Una canción sofisticada en la que los elementos propios de bandas como Motorpsycho conviven con un versátil crisol estilístico, siempre sin ningún tipo de estridencia. Porque CARPET no necesitan trucos, su magia es suficiente para conquistarnos.

Pero CARPET no son una banda ñoña, y si tiene que tirar de riffs pesados, no hace sin complejo, como así refleja ‘Ghosts’.  Si bien el tono de la pista es pausado, sus hermosos paisajes melódicos cuentan con arrebatos de fuerza y un ritmo mas dinámico y grandioso. Es una maravilla encontrarte a una banda con canciones de este calibre, en el que la sutileza de la voz es un elemento diferenciador, a pesar de los soberbios pasajes instrumentales transmitiendo esa sensación de gratificante bienestar. Otro ejemplo de la calidad de estos chicos.

Los alemanes son una banda que, a pesar de tener su estilo, no ponen puertas a sus canciones. Así ‘P is for Parrot’ conjuga el legado de bandas progresivas como yes, con la alquimia de contemporáneos como Motorpsycho, y una sensación omnipresente el rock mas elegante de finales de los 70’s. Pasajes ensoñadores se entremezclan con complejos desarrollos instrumentales que nos sitúan en un espacio en el que el jazz rock aparece en perfecta comunión con la psicodelia y rock progresivo más ortodoxo. Alocada por momentos, relajante en otros, la pista es un mar de contrastes, que van desde remansos de aguas tranquilas, o momentos de absoluta tempestad. 

La colorista ‘Passage‘ es un ejercicio psico-progresivo, impulsado por un ritmo vibrante y cautivador . En esta ocasión con golpes de rock más contundente, los genes hard-progresivos de la banda giran constantemente haciendo que la monotonía desaparezca. Una canción fresca y dinámica que no renuncia al propósito de una banda que compone música con completa honestidad. Hard-progresivo sin complejos adornado con versátiles giros argumentales. .

Naciendo de unos tambores tribales, ‘Lost at Sea’ transcurre en una calma colorista guiado por una magnífica voz llena de sentimiento. Con ritmo cálido el corte va pasando por diferentes etapas. Su combinación de elementos progresivos con pinceladas de otros géneros hace que la canción ofrezca un crisol de vibraciones y todas ellas, siempre bien ejecutadas. Hipnótico y aterciopelado, el corte mantiene el tipo hasta su parte final. Allí con un giro inesperado los ecos jazz ponen el contrapunto y la sofisticación a otra canción sin límites.

Con sus más de nueve minutos, ‘Cosmic Shape Shifter’ pone el epílogo a un álbum intenso, emotivo, y repleto de grandes y originales canciones. Su sonido progresivo cercano a la órbita de Motorpsycho, navega con un ritmo vivaz por intensos escenarios sonoros. Sus brillantes destellos de jazz rock mestizándose con pasajes psico-progresivos entre magnéticos ritmos, hacen de la pista un cierre soñado para cualquier álbum.  La pista es todo un resumen de lo que CARPET nos ha brindado en el resto de canciones, compilado en una sola pista.

Carpet

Kapitän Platte

Reseña: ROSTRO DEL SOL.- ‘Blue storm’

Después de su impactante y magistral álbum debut de 2021, el combo mexicano ROSTRO DEL SOL regresa con un Ep de cuatro canciones que se desarrollan a lo largo de mas de media hora. Ep, Lp, lo mismo da, lo importante es que podemos disfrutar de nuevo del trabajo de estos magistrales y aventajados músicos. ‘BLUE STORM’, dos piezas largas y dos cortos con un carácter diferenciado pero que su vez tiene muchas características en común. ‘BLUE STORM’ es un álbum vertiginoso que ve enriquecido el sonido de la banda con una mayor presencia de sonidos de viento, lo que hace que sus canciones caminen por una senda más progresiva, prescindiendo algo más de la psicodelia ácida y el blues que nos mostraron en su álbum homónimo (reseña aquí). Incidiendo en el legado de bandas como ATOMIC ROOSTER o COLLOSEUM, y apoyándose en algunos sonidos más propios de bandas como CAMEL, la banda no pierde el norte, sino que se centra en una exuberante exploración vintage. Buenas melodías que oscilan en su intensidad (especialmente en la dos primera canciones) y una bacanal de ritmos que consiguen calar en el oyente, son los argumentos de esta nueva entrega. Un caleidoscopio de sonido progresivos con pincelas psicodélicas, un groovy fantástico y momentos embriagadores en los que la banda se deja llevar por sonidos expansivos. Un cautivador y fascinante collage musical llegado de Ciudad de México para recordarnos como tocaban loas grandes bandas hard-progresivas de los 70’s. Algo que en pleno siglo XXI siempre es de agradecer, porque la creatividad no se perdió con el final de siglo XX, sino que en la actualidad podemos encontrar propuestas de bandas como esta, que veneran aquellos sonidos, y los ejecutan sin complejos. ¿Puede haber mayor homenaje?, porque como tantas veces he dicho, hoy, SI se sigue haciendo buena música, aunque esta, se parezca a la de los viejos tiempos de gloria del rock, y la prueba son álbumes como éste y bandas como ROSTRO DEL SOL.  

‘BLUE STORM’ fue grabado y mezclado en Rec-On Studios entre 2022 y 2023 por Jorge Trejo y masterizados por Juan Puget. La portada estuvo a cargo de Elena Ibáñez, y la contraportada es obra de Miguel Isidoro. Disponible vía Stolen Body Records.

ROSTRO DEL SOL son en ‘BLUE STORM’: Mitch Balant (guitarra), Baruch Hernández (teclados), Israel Mejía (bajo), Roy Cabrera (voz), David Trejo (batería), Daniel älvarez (saxo), Antonio Álvarez (saxo), Joel Franco (saxo) y Damián Burgos (batería en ‘Blue storm’).

‘Blue storm’, la canción más larga del EP, con 14 minutos, escarba el legado hard-progresivo de los 70’s adoptando un sonido más propio de bandas como ATOMIC ROOSTER. El predomino de los teclados como base de su sonido es solo uno de los argumentos de una canción oscilante, con saxos, una línea de bajo realmente magnética, y unos solos de guitarra que ponen la acidez en este conglomerado de vibraciones vintage. Cabe destacar el trabajo de una voz que, sin ser maravillosa, cumple a la perfección su misión cautivando al oyente con su registro. El corte es todo un torbellino de estilos que se agolpan en busca de un objetivo común. Aparentemente caótico por momentos, la canción parece salida de una jam diabólica en la que el blues tiene su momento de protagonismo. Lo cierto es que su monumental sonido hace que el corte adquiera una exuberancia descomunal.

Brotando suavemente ‘Kinich Ahau’ mantiene el alma progresiva de los mexicanos entre tonos relajados. En esta canción compuesta en 2016, la atmósfera vintage nos confunde sobre el año en el que vivimos. Sobre esa base retro, la guitarra describe ensoñadores pasajes con un aroma sureño y un ritmo que por momentos se intensifica para decaer en un espacio en el que la elegancia de sus melodías nos envuelve en una gratificante atmósfera. Aquí los elementos de viento van llevándonos a un entorno sonoro en el que los apacibles sonidos progresivos se intercalan con sutileza. La parte central de la canción presenta momentos más propios de bandas progresivas de los 70’s en su faceta más melódica y dulce. La entrada de la voz ralentiza el corte y todo se vuelve más suave y volátil. Aquí los pasajes sinfónicos en línea Camel toman el protagonismo con el sonido del saxo. Un ejercicio compositivo que refleja la faceta más experimental y jazzera de estos hijos de Montezuma. En este espacio jazz-rock progresivo el corte se rearma para discurrir por ese espacio sonoro en el que tan bien saben moverse estos chicos. El guitarrista de la banda comenta sobre la canción: “Esa rola se la hice a mi hijo cuando estaba en gestación. No la había sacado porque con los compañeros anteriores que estuvieron en la banda no había encontrado esos sonidos que tenía en mi cabeza. Le conté la idea que tenía de la letra a Roy y él fue quien la hizo y quedó perfecto en lo que yo quería transmitir. Hay unos versos que dicen: ‘La espera terminó, vino de estrellas distantes y de una galaxia incierta donde nacen los soles. Un día llegó para compartir la luz y hacernos recordar emociones olvidadas a cómo usar el corazón para amarnos’. En ese tiempo no la estaba pasando muy bien que digamos y Kinich, mi hijo, hizo que me diera cuenta de muchas cosas para así cambiar mi forma de ver la realidad”.

Si las dos primeras canciones llegaban a los diez minutos, ‘El Ritual’ se desarrolla en cuatro minutos de solos de guitarra y un penetrante órgano vintage. Desnudando su lama la desgarradora voz nos sitúa en un espacio psico-progresivo de un nítido carácter vintage. Todo un viaje al corazón de los 70’s en una pista hard-prog de manual. Eso sí, ejecutada por la vía directa.

‘Dark metamorphosis’ cierra este Ep con una bacanal de sonidos retro al más puro estilo 70’s. El mayor protagonismo de la voz y las embestidas de los instrumentos de viento chocan con un ritmo vibrante y golpes de hard-rock con pinceladas funk. El tema mas contundente del álbum gracias a la sobriedad de sus momentos más rockeros.  Aquí el legado de bandas como COLLOSEUM vuelve a aflorar sin rubor.

Rostro Del Sol
Stolen Body Records

Reseña: ROSTRO DEL SOL.-‘Rostro del Sol’

¿OBRA MAESTRA?. Cuando en el mes de septiembre el quinteto mexicano publicaba su single ‘Cynical mind’ mi instinto me decía que podíamos estar ante algo grandioso. La publicación de su álbum homónimo confirma esa afirmación. ROSTRO DEL SOL ha creado uno de los álbumes más sorprendes e interesantes de los últimos tiempos. De todos es sabido que la cantera mexicana era un territorio fértil del que siempre han salido buenas bandas, pero lo de estos chicos es impresionante. Buenas melodías y una perfecta ejecución de unos temas ricos en matices y texturas. Un gran aval que hace que todo fluya con una naturalidad sombrosa, sin complejos. Cinco hijos de Moctezuma que, con su debut, son merecedores de conquistar el mundo. Media hora mágica en la que el rock progresivo, la psicodelia más ácida, el jazz-rock y los ritmos funk, se visten de tonos vintage al más puro estilo de los 70’s. Imagina una fiesta por todo lo alto con Hendrix y Alvin Lee como anfitriones y con Colloseum, Traffic, Deep Purple, Earthless, Santana, Zappa o Siena Root como invitados. Solos hirientes, mucho Wah, wah, y unos teclados envolventes se salpimientan con el siempre seductor sonido del saxo, uno de los alicientes de este álbum instrumental. Un trabajo impresionante del primero al último tema. Estos músicos noveles tocan como auténticos veteranos, tanto por su destreza, como por su capacidad compositiva llevándonos siempre por el camino correcto. Estamos ante un álbum camaleónico que muta sus formas constantemente ofreciéndonos siempre un aliciente que nos deja extasiados. A veces no se necesitan psicotrópicos para tener un ‘viaje’, ROSTRO DEL SOL nos embriagan con su música de una manera placentera y hechizante. Los álbumes instrumentales siempre tienen algún detractor, pero a éstos, yo les invitaría a dejarse llevar por este monumental trabajo instrumental que no te dejará indiferente. Toda una orgia de sonidos vintage que te llevará al orgasmo en uno de los mejores álbumes de los últimos tiempos.

‘ROSTO DEL SOL’ está disponible vía LSDR Records, y fue grabado entre 2019 y 2020 en Rec-on Estudios en Ciudad de Mexico, por Jorge Trejo, siendo mezclado por Juan Puget, correspondiendo el arte de la portada a Elena Ibañez.

ROSTO DEL SOL son: Mitch Bálänt (Guitarra), Demian Burgos (Batería), Baruch Hernandez (Teclados), Israel Mejía (Bajo) y Dan Samhain (Saxo).

‘Effect of creation’ surge entre distorsiones y efectos, custodiado por el penetrante órgano. Una entrada que no nos hace vislumbrar el camino por el que se desarrollará el tema. Tras un minuto y medio de incertidumbre, el órgano en línea Purple deja espacio a unos desarrollos progresivos con cierta herencia española. evocándome momentos del rock andaluz español de los setenta, el cuarteto mexicano nos sumerge en una fusión de elementos en la que los ritmos jazz, se dotados de una gran acidez. Guitarras chirriantes, en una especie de jam en la que todo se vuelve más loco. Los vientos se unen a una fiesta variada y que cambia constantemente. Giros atractivos que va mutando las vibraciones sobre las que se construye el tema. Toda una exploración de sonidos vintage en la que no existen límites. Hard-progresivo, psicodelia y un hechizante ambiente psicotrópico con solos de guitarra que se estiran hasta la extenuación. El tema acaba por dejarnos noqueados por completo.

Tras el shock del corte de apertura, ‘Solar fire’ mantiene el espíritu vintage con el hammond coloreando el ambiente entre ritmos de vocación Funky. Conversaciones de guitarras ponen una pausa a los ambientales desarrollos progresivos. El tema consigue el equilibrio entre el sonido de los distintos instrumentos, creando la composición en distintos planos en los que cada músico tiene su espacio. Un gran trabajo compositivo para crear un tema rico en matices y texturas, esta vez en tan solo tres minutos. El contraste de la primera canción, con sus casi nueve minutos y la brevedad de ‘Solar Fire’ no desentona en la apuesta de la la banda, solventando a la perfección el gancho de cada una de ellas.

‘Backyard blues’, un nombre lo suficientemente evidente como para intuir que camino tomaran en esta ocasión. El blues, siempre un estilo recurrente para las grandes bandas aparece aquí de forma majestuosa. Heavy-blues y mucho psicotrópico son los ingredientes de este artefacto lisérgico y hechizante.  Creando un sonido mas propio de una banda americana de comienzos de la década de los 70’s, los teclados y las guitarras entran en una lucha hegemónica en la cual, en esta ocasión la guitarra se lleva los honores. Sabiendo ejecutar su papel, los momentos vintage adquieren una dimensión grandiosa. Contagiosos ritmos Funky y una línea de bajo llena de magnetismo amplían el espectro cromático del tema, ofreciéndonos nuevos espacios para la exploración. Si de algo no hay duda, es que, si no te unes al baile con el tema, estás muerto. Un corte adictivo.

Un solo de batería a la vieja usanza es la carta de presentación de ‘Bob C Sketches’. Nuevamente la fusión y el jazz ponen los cimentos para otra obra faraónica. Con ciertos ecos latinos y una guitarra propia del Santana más experimental, la bacanal psicotrópica regresa para narcotizarnos al más puro estilo Alvin Lee. Seducidos por el blues y la psicodelia la espontaneidad y destreza de estos chicos vuelve a quedar patente. Mucho talento y mucha técnica avalan otro blues lleno de acidez en el que los ritmos jazzeros se desbocan en una nueva jam. Envueltos en solos que parecen revolotear sobre nuestra cabeza, antes de que todo se modere. Aquí los vientos y los teclados salen a escena mostrando todo su glamour, seduciéndonos con bellas melodías retro. Entre pasajes jazz rock, las texturas del tema se amplían con distintos sonidos y vibraciones superpuestas para ofrecer un ampuloso corte que vuelve a dejar patente el talento de estos jóvenes músicos. Instalando en ese ambiente de los años 70’s. el jazz rock, y hard-progresivo se fusionan nuevamente en ‘Tales’. Un tema dividido en tres partes ejecutado entre una sutil neblina psych. Un nuevo coctel en el que caben distintos y variados ingredientes estilísticos. Ondulando en sus ritmos y saltando de un estilo al otro los momentos heavy-psych se mimetizan entre ritmos de fusión en una primera parte llena de intensidad. Como si hubiéramos cambiado de canción, la segunda parte habita en atmósferas psicodélicas de manual, con guiños floydianos. En su parte final, aparecen más presente elaborados desarrollos progresivos

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TESOROS DEL SIGLO XX: GRAVY TRAIN.- «Gravy train»

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Entre las numerosas bandas nacidas en el Reino Unido a comienzos de los setenta se encontraban GRAVY TRAIN. Con Cuatro álbumes publicados, en 1970 realizaban su disco homónimo “GRAVY TRAIN”. A menudo comparados con Jethro Tull por la incorporación del sonido de la oscilante flauta, su estilo podríamos encuadrarlo en la escena heavy-progresiva, aunque no solo se quedan ahí. Ocupando un espacio entre los propios Tull y Black Sabbath, las guitarras fuzz y el peculiar registro vocal de Norman Barret no han tenido el reconocimiento que se legado realmente merece. Blues y elementos de jazz se entremezclan en su apuesta por el hard rock a la que añaden elementos del sonido Canterbury e incluso algún momento Pink Floyd, de hecho, el segundo tema del álbum se llama “Dedicated to Syd”, por lo que no existe margen para la duda. Esa combinación entre dulzura y garra hace del álbum una joya que debería de haber tenido un mayor reconocimiento y que quedó en el cajón del olvido debido a la cantidad de bandas que surgieron en aquellos días.

Si te gustan bandas como Jethro Tull, Lucifer Was, Blodwyn Pig, no deberías dejar pasar esto.  

“The new one” abre el álbum con ese sonido característico de los primitivos Jethro Tull, con la flauta dominando los espacios del tema. Cinco minutos que pueden sorprender a cualquiera que lo escuche por primera vez. Blues arcaico y elementos de jazz bajo un pegadizo ritmo.

Dedictated to Syd” parte cadencioso y cansino con la flauta y la guitarra poniendo los cimientos de un tema de gran complejidad con unos arriesgados momentos vocales. .

Esa flauta ensoñadora de J.D. Hughes camina por escenarios más propios del folk rock, para poco a poco ir construyendo un tema progresivo en el que las voces agudas se sobreponen a la voz principal. Aquí nuevamente podemos identificar el legado Tull a lo largo de sus siete minutos.

Pero sin duda es “Coast road” el tema que podría definir el álbum. Blues construido con ladrillos de una guitarra fuzz y el aromático sonido de la flauta caminando acompasadamente. Aquí encontramos la incorporación del saxo así como los teclados para sumergirnos en escenarios más propios del jazz rock y la psicodelia. La garra y sentimiento de la voz hace que el tema adquiera la profundidad del blues más desgarrador. Una melodía de esas que no puedes quitarte la cabeza es la base que soporta esa compleja estructura de la que tanto gusta la banda.

“Enterprise” estalla en una deflagración de hard rock y sonidos heavy progresivos en dos estratos diferentes. Fuertes guitarra en el fondo y la flauta revoloteando en una especie de jam controlada.

Instalado en ese escenario hard rock, “Think Of Life» se muestra como un tema lleno de frescura y fuerza. Fuzz chirriante y densos ritmos son complementados con las mejores melodías del álbum. Un corte pegadizo y robusto que no prescinde de los ornamentos tradicionales del folk rock, a pesar de ser un tema de puro rock enérgico.

El álbum cierra con “Earl Of Pocket Nook», otro tema de puro hard-rock que cuenta con las florituras del característico sonido de la flauta. Potente y aireado, en él, la banda se permite alguna licencia progresiva al igual que en el resto del álbum en improvisaciones que alcanzan los quince minutos.

La banda estaba compuesta por Norman Barrett (voz y guitarra) Barry Davenport – (batería) J.D. Hughes (flauta, saxo y voces) Les Williams (bajo y voces),

Reseña.- JESUS THE SNAKE.-«Black acid, pink rain»

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El cuarteto portugués JESUS THE SNAKE publican su primer álbum «BLACK ACID, PINK RAIN». Un nombre que es toda una declaración de intenciones sobre su contenido. Un año y medio después de su puesta de largo con su EP homónimo, e incluyendo diferentes versiones de tres temas en él incluidos,   nos regalan cerca de un hora de estimulantes sonidos psicodélicos. con una indudable influencia de bandas como Pink Floyd que actualizan con algún eco Causa Sui. Grabado en vivo en una sesión en HertzControl Studio (Seixas, Portugal) la banda compone cinco largos temas instrumentales de sedosas texturas para la relajación de los sentidos. Elegantes en sus cuidados desarrollos instrumentales, incorporan elementos progresivos en su incuestionable apuesta heavy-psych, adornándola con ornamentos propios del  jazz. Seductores y sensuales, los acordes fluyen en una gama cromática que siempre nos incita a la distensión sensorial con sus lisérgicos fluidos caleidoscópicos. Una grabación con un impoluto sonido que nos permite apreciar con nitidez cada instrumento y todos sus matices. Burbujas de colores que van transformando su forma y su color, bajo acordes hipnóticos y tonificantes consiguen seducirnos hasta hacer que caigamos rendidos a sus pies. Un brillante álbum en el que plasman en un óleo toda la gama cromática que tiene en su paleta de colores. Esas pinceladas que consiguen que las formas se vayan transformando en algo misterioso que escapa a nuestra razón, dentro de un ejercicio de abducción a base de los fluidos lisérgicos que nos atrapan en su interior.

“Karma”  viaja a través de cálidos acordes de la guitarra hipnótica de Jorge. Tratando de adormecernos, con la solidez de una batería que ejerce de maestra de ceremonias para una travesía que, a la velocidad de la luz, nos envía a lejanas galaxias bajo el vehículo del persistente órgano que imprime la nota progresiva. Un estado de ingravidez proporcionado por una guitarra que lenta y suavemente, nos sirve de flotador en esa liviandad hasta desembarcarnos en tierra firme de un planeta desconocido. Con una velocidad sideral del espacio-tiempo pasando sobre nuestros cerebros, como si imágenes de  divinidades desfilaran por nuestros ojos a gran velocidad. Hipnóticos y místicos, JESUS THE SNAKE estimulan nuestros sentidos para crear un catarsis entre su música y nuestra mente. A pesar de estar ante una banda psicodélica, se vislumbran algunos ecos del sonido del desierto, en su versión más apacible.

Una odisea sónica dividida en dos partes de una misma pieza aparece en “Floyds I” y “Floyds II”. Con una introducción jazz rock, sobrevuelan el territorio de los ingleses Pink Floyd, muy influyentes en su sonido. En la primera etapa del camino, la guitarra de Jorge homenajea a David Gilmour emulando su personal sonido. Los acordes de guitarra me recuerdan los vividos en varias ocasiones en shows de Pink Floyd. Una guitarra cristalina, sensible, pero su vez, firme toma el protagonismo arropada por un órgano que recupera vibraciones progresivas llegadas de los años setenta. Pocas bandas contemporáneas pueden rescatar ese rico legado floydiano como los portugueses. Relajación y sensualidad en cada acorde, en cada nota. A mitad del camino nos aparece el primer giro en la composición. La referencia musical parece dar un pequeño giro a base de un órgano y un bajo que nos recuerda a los primeros Jethro Tull, en los que el tinte jazzero tenía su importancia. Arrastrándose sobre terrenos progresivos, la serpiente zigzaguea salvando todas las dificultades de la orografía de esos lares. Con un trepidante final lleno de fuerza hacen una pausa para abastecerse e introducirse en universos plagados de psicodelia, dónde los fluidos vuelven a tomar protagonismo. Formas difusas que van adquiriendo nitidez dentro de un espectro luminoso,  flotando en un ambiente de sosiego. Bucolismo sonoro que ya nos transmitieron con la puesta de sol sobre el mar tras ellos, en aquella memorable actuación en la playa de Moledo donde este año repetirán presencia.

Un insistente bajo da cobertura a acordes de guitarra que acompañados de un bombo, sirviendo de llave para abrir el espectro que la banda ofrece como un narcótico sobre el oyente.  Gotas en el firmamento como si estrellas que suavemente transitan por el universo.  El crescendo de la batería le da el toque de firmeza al avance. Las formas se van volviendo más extrañas, ya no se transforman suavemente, sino que la hilarante aceleración de la composición hace que se tornen súbitamente.

Describiendo insondables espacios, y con la atenta mirada de los acordes del órgano, «Duna» sigue incidiendo en esos genes floydianos. Hipnóticos van evolucionando hacia escenario en los que los pesados sonidos stoner hacen acto de presencia. Una conjunción entre lo liviano y lo pesado  que retoma esas brisas jazzeras entre los sonidos de la banda del fluido rosa.

La experimentación prosigue con «Black acid,  Pink Rain». El profundo sonido del órgano de Gonçalo Palmas y una vigorosa base rítmica a cargo de la implacable batería de João Costa y el hipnótico bajo de Rui Silva nos conducen a unos remanso de paz, en los que nos adormecen con sutiles acordes recreando un jardín del edén con floreados momentos de rock progresivo con esa inclinación jazz que tanta gloria dieron a algunas bandas en los años setenta. el resultado es un tema con nervio en el que la belleza es descrita para deleite del oyente. 

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