Habiendo pasado una semana desde la primera jornada del festival, en este segundo dÃa se notaba que una parte importante del público era diferente al que habÃa asistido en el primer dÃa. Las preferencias del personal se diferenciaban en cuanto a preferencias por algunas bandas, algo, que dice mucho de un festival como KRISTONFEST, que abarca un amplio espectro de gustos, dentro del mismo estilo. Si en la primera jornada encontrábamos a numeroso personal llegado de fuera de Madrid, en esta ocasión sucedÃa exactamente lo mismo, con gente llegada incluso mas allá de nuestras fronteras. Los momentos previos servÃan para ir calentando motores en los bares aledaños a la sal, y de rencuentros con amigos de distintos lugares de la geografÃa. En los aledaños de la sala me encontraba con numerosos músicos de bandas nacionales que habÃan venido a ver a alguno de sus referentes. Tras comentar las novedades de cada banda respecto a proyectos y y demás, me dirigà nuevamente a la entrada donde seguÃan sucediéndose los encuentros y saludos con el personal. El orden de actuación de las bandas me pareció algo extraño en un principio, pero a la postre resultó de lo mas acertado. Teniendo a una banda que gusta del Stoner como son los noruegos SLOMOSA, era lo ideal para ir calentando motores, tras ellos las leyendas Brant Bjork y Nick Oliveri (mitad de KYUSS) para seguir la fiesta, y después una transición psicodélica a cargo de MAIDAVALE, hasta la llegada del plato fuerte con EARTHLESS. Esta distribución resultó ser perfecta para ir hilvanando una banda con otra sin demasiados cambios estilÃsticos. Desde el nervio y el desparpajo de SLOMOSA y la fuerza y solidez de STÖNER y sus legendas hasta pasar por el trance hipnótico de la psicodelia de las suecas MAIDAVALE, que nos ponÃan en la pista de despegue para el gratificante viaje final con EARTHLESS.

Los noruegos SLOMOSA eran los encargados de abrir la tardea una hora poco habitual por estos lares. El hecho de que la Sala Mon, tuviera sesión de discoteca pasada la medianoche hacÃa que los horarios fueran adelantados. Esto hacÃa que al comienzo de la actuación del cuarteto de Bergen hubiera todavÃa mucha gente en el exterior de la sala en el calentamiento previo que todo concierto tiene en los bares aledaños. Con ese aforo exiguo SLOMOSA descargaba toda su fuerza desértica sin ningún tipo de complejos. A los noruegos tuve la ocasión de verlo en su primer show fuera de Noruega en el marco del Deserfest Amberes, el pasado octubre, allà fueron una de las bandas mas aclamadas, pero en España no son todavÃa lo suficiente conocidos como para que la sala se llenara durante su show. Pero SLOMOSA son una banda solvente, que a pesar de tener un sonido cercano a la ortodoxia del Stoner-rock, saben como manejarse con las melodÃas retro cercanas al proto-metal, para que su música resulte atractiva y alejada de estereotipos. La joven banda ejecutaba sus canciones con soltura ante la sorpresa de alguno de los fans más escrupulosos del género.
La presencia de STÖNER, con dos miembros de KYUSS en sus filas, era todo un reclamo para que el público congregado en la Sala Mon fueran más ‘stoneros’ de lo que habÃan vivido en la jornada inaugural. Éstos, sin duda quedaron muy gratificados con una banda que ponÃa la temperatura desde primera hora, calentando a un personal con ganas de fiesta y diversión. SLOMOSA, sin duda, cumplieron su papel, y consiguieron que la temperatura subiera rápidamente a pesar de la corta duración de su actuación, lo que hizo que parte de la concurrencia se quedara con ganas de más. La banda basó su show en los temas contenidos en su Lp debut, con alguna canción nueva. Riffs difusos y actitud inquebrantable eran los argumentos de la banda que se veÃa arropada con un sonido notable y un juego de luces discreto en una actuación notable que recibió la aprobación de la concurrencia.
Tras SLOMOSA, unos minutos de descanso para reponer fuerzas mientras se preparaba una banda esperada por todos, STÖNER.

Comandados al alimón por los dos ex – KYUSS, BRANT BJORK y NICK OLIVERI, era uno de los objetivos de la gran mayorÃa de los presentes, el otro objetivo, sin duda los queridos EARTHLESS. La presencia de STÖNER despertaba una cierta inquietud entre algunos de los presentes, ya que su álbum ‘Totally’ recientemente estrenado, no habÃa cubierto totalmente las expectativas de algunos de sus fans. Una banda en la que están dos miembros de los mÃticos KYUSS, es una banda de la que se puede esperar mucho. Asà las cosas, el trio salÃa con ganas a tocar y ofrecer una buena fiesta a todos los presentes. Tras su salida al escenario, el trio tardó poco tiempo en poner las pilas a un personal hambriento de riffs arenosos. La banda se repartÃa los roles a la perfección. Con un intercambio de voces y coros entre el bueno Brant y Nick, este último ponÃa la garra y la pesadez con su voz y con su bajo, mientras Brant ponÃa el groovy. Ese espÃritu indomable de los primeros tiempos en el desierto llegaba a Madrid con las fuerzas intactas.
Sonando como un cañón, la banda conseguÃa que el público diera rienda a sus instintos con pogos y episodios de crowsurfin, que se sucedÃan en las primeras filas. Un sonido impecable en el que solo le faltaba algo más de volumen a las voces, ayudaba a la banda a conquistar a la audiencia. El ‘flow desértico invadÃa una Sala Mon, que ya se encontraba en ‘modo fiesta’ total. STÖNER iban desgranando los temas de su álbum debut, llegando a momentos álgidos con temas como ‘Party March’, coreada por un público que levantaba sus brazos como signo de aprobación al espectáculo que las leyendas del desierto estaban ofreciendo. Cabe señalar que la labor de Ryan a la baterÃa no desmerecÃa en absoluto sobre sus compañeros de andanzas. Su doble bombo golpeaba con contundencia en el pecho el público más cercano al escenario, mostrando que es un baterÃa solvente que sabe estar a la altura que dos leyendas del género stoner. Sin un momento de pausa durante su actuación, la traca final estaba todavÃa por llegar. Evidentemente la mayorÃa de la gente esperaba que nos regalaran alguna versión de KYUSS, y si STÖNER cumplieron y en la parte final de su actuación, pudimos disfrutar de dos temas de KYUSS con un apoteósico final al ritmo del clásico ‘Green Machine’. La actuación de los californianos se habÃa pasado volando, pero la satisfacción por el superlativo concierto ofrecido por STÖNER, quedará en el corazón de aquellos que vieron el pasado sábado una reencarnación de las leyendas del desert-rock. En esta noche de leyendas del desierto, no faltó la guinda. La presencia de Mario Lalli, confundÃa por momentos a la gente, que no llegaba a adivinar el motivo de su presencia en Madrid. Pero el bueno de Lalli habÃa cambiado las cuatro cuerdas de su bajo, por las cajas de merch, ya que era el tour mánager de la banda y él hacÃa las veces de ‘chico de merch’ asà como de conductor durante el tour. Todo un ejemplo de modestia y naturalidad que algunos músicos que van de ‘divos’ deberÃan seguir. Como resumen podrÃamos decir que STÖNER se graduaron con una nota alta en su visita a Madrid, como asà lo corroboraba l cara de satisfacción y los comentarios del personal. Unos fans que no dudaban en solicitar una foto a sus Ãdolos, algo que tanto Brant, como Nick, les concedÃan con suma simpatÃa.
STÖNER no habÃan dejado nada fácil la tarde para la siguiente banda, ya que su actuación fue ardiente y con ella la temperatura y las ganas del personal estaban en todo lo alto, pero las chicas de MAIDAVALE, supieron perfectamente como lidiar con eso.

Cambiando la propuesta desértica por los hipnóticos ritmos kraut de corte psicodélico, MAIDAVALE fueron desarrollando una actuación notable. Con un pequeño giro argumental, Matilda y sus compañeras no tardaron mucho en hacer que el público se enganchara a su actuación. Desconocidas hasta ahora para parte del público presente, las suecas consiguieron metérselos en el bolsillo que su fascinante y psicotrópica propuesta. Ellas no son una banda que interactúe mucho con el público, pero la frialdad nórdica contrastaba con los constantes bailes de su cantante. MAIDAVALE son cuatro músicos solventes y que saben manejarse perfectamente sobre un escenario, transmitiendo una garra que quizás en disco, muestran en menor medida. Los guiños blues de tinte retro de sus inicios han ido evolucionando en los últimos tiempos, y especialmente con su último álbum hacia un escenario evolutivo, más magnético y experimental. Con un sonido que bebe de la fuente kraut, las suecas ofrecieron sus vibraciones neo-psicodelicas con total soltura y destreza. Su actuación incitaba a un constante baile de un público predispuesto a la fiesta. Ha sido demasiado tiempo sin conciertos y festivales, y aunque la temporada ha arrancado con toda su fuerza, en la sala se encontraba mucha gente que estaba en la primera fase de su vuelta a la música en vivo. Todos estos condicionantes hacÃan que el nivel mostrado por Slomosa y especialmente por STÖNER no bajara las revoluciones de la jornada.
A MaidaVale las habÃa visto unas semanas atrás en el marco del Barcelona Psych Fest, y su actuación en la tarde del pasado sábado siguió la misma senda, por lo que no me sorprendieron en exceso, pero sin un borrón en su vibrante actuación. De alguna manera ofrecieron el show esperado, con menos aditamentos retro, y con un sonido más experimental. Meses atrás sà me habÃan sorprendido en Amberes en el marco del Desertfest, donde me parecieron una banda que habÃa cambiado algo su propuesta sonora, y eso quedó ratificado una vez mas en la Sala Mon. Ellas son ya una banda asentada y cada una de sus actuaciones se convierten en un éxito, ya que consiguen transmitir la frescura de su sonido con acierto a la audiencia, por muy heterodoxa que esta sea. En su visita a Madrid consiguieron con su brillante show, reclutar para su causa a un público que no las conocÃa en exceso, pero también se graduaron ante sus mas fervientes seguidores.
Tras la actuación del cuarteto sueco, el festival llegaba a su recta final, pero todavÃa nos quedaba el plato fuerte, EARTHLESS

Llegados desde Burdeos donde habÃan actuado la noche anterior, y el trio llegaba al mediodÃa a la Sala Mon. Después de hacer su prueba de sonido se encontraban con caras de agotamiento, descansando tras el largo viaje. Pero estos chicos están curtidos en mil batallas, asà que no habÃa porque alarmarse. Me resultó gracioso ver a Mario Rubalcava en el backstage visionando videos de skaters en su teléfono móvil, algo que me vino a la cabeza mas tarde, durante su actuación, ya que con sus baquetas, parecÃa estar sorteando obstáculos y rampas en un frenesà endiablado de golpes sobre sus parches. EARTHLESS arrancaba su show con una combinación de luces blancas y rojas, y sólo fueron necesarios unos minutos para entender lo que nos esperaba. Con su habitual ubicación en el escenario, con Isaiah en la parte izquierda del mismo Mike, a la derecha en un segundo plano y Mario ocupando la parte central, los californianos comenzaban su actuación con la maquinaria al ralentÃ. Sus largos pasajes instrumentales se desarrollaban con una intensidad contenida. Dejando espacio para narcotizar a la audiencia, con sus habituales ‘viajes’ lisérgicos, calaban hondo en las neuronas de un público enganchado desde el inicio con su actuación. Las caras de éxtasis comenzaban a aflorar entre un público que prestaba atención a su actuación. Hay bandas que tocan psicodelia pesada que consiguen hacen volar alto al público con sus actuaciones, pero EARTHLESS están en un estrato superior, juegan en otra liga, y ellos, son los propietarios de las llaves de las puertas del cielo, asà que, una vez más, en KRISTONFEST, abrieron esas puertas celestiales de par en par, para que todos entráramos en su particular ‘nirvana’ y flotáramos en ese espacio celestial, impulsados por sus jams instrumentales. Su actuación se compuso de cinco largos temas con los que consiguieron meterse al público en el bolsillo. Isaiah tocaba su guitarra poniendo el alma, como en él es habitual, mientras Mario enloquecÃa con vibrantes ritmos endiablados. Hay pocos baterÃas en la escena como él, y su frenesà rÃtmico parece estar al alcance de pocos. Con completa naturalidad y como si estuviera surfeando con su tabla de skate, el californiano conseguà imprimir un ritmo frenético a cada una de sus canciones. Mientras, Mike, se mantenÃa en un segundo plano, pero siempre proporcionando la cobertura necesaria a sus compañeros.
EARTHLESS son una banda compenetrada, una banda que sabe sacar partido al aparente caos con el que ejecutan sus canciones, algo que quedó probado cuando Isaiah tuvo algún problema con su guitarra y sus compañeros continuaron sin que nada parase. Este es uno de sus avales, ya que sus improvisaciones se desarrollan con un control total de cada uno de sus miembros. Su actuación me resultó posiblemente la mas pesada de todas las veces en los que los he visto en vivo, y son unas cuantas. Con una parte inicial en la que los largos desarrollos psicodélicos parecÃan mostrar el camino al público, para pasar a una etapa hipnótica hasta llegar a explorar territorios que habitualmente no visitan con frecuencia. Porque EARTHLESS pasaron por varias fases durante su actuación. Desde la calma balsámica, las orgÃas ácidas los momentos de rencarnación hendrixiana, la oscuridad Sabbathica, e incluso con momentos mas propios de una banda de Stoner-doom en alguna fase de su actuación. Sus riffs pesados, lentos y monolÃticos contrastaban con los momentos más ácidos en los que los solos de ISAIAH se estiraban hasta el infinito. Con unos finales apoteósicos alargaban varios minutos la conclusión de cada tema, haciendo que nunca supiéramos cuando llegaba el final. Si la mayor parte de actuación consistió en largas jamás instrumentales, en la parte final, nos ofrecieron dos canciones cantadas. En esta fase final, la banda ampliaba su espectro sonoro explorando los sonidos hard-rock y blues de los 70’s, aplicados a su propia y personal receta. EARTHLESS certificaron que son los reyes del Olimpo heavy-psych de nuestros tiempos y poder disfrutar de una actuación asÃ, es todo un regalo para cualquiera de sus seguidores.
La jornada habÃa acabado y con ella la edición 2022 del festival KRISTONFEST, y los operarios de la Sala se apresuraban para desalojar al personal. Esto es algo habitual cuando se celebran conciertos de estas caracterÃsticas en una sala que funciona como discoteca, por lo que la gente se mantenÃa en la calle, junto a los alrededores de la entrada de la Sala Mon, donde los músicos tenÃan aparcadas sus respectivas furgonetas, y donde podÃan interactuar con sus fans. Asà cerraba la edición 2022 de KRISTONFEST, con dos jornadas memorables, que, sin duda, podrÃan haber sido épica de haber colgado el cartel de sold-out, algo que incomprensiblemente, no sucedió, a pesar de lo apetecible del line-up que la organización de NOISE ON TOUR habÃa preparado. Nuevamente, quizás deberÃamos hacérnoslo mirar, ya que es habitual que nos quejemos de que muchas bandas foráneas no incluyen España en sus giras, pero sin una respuesta mas contundente por parte del público, es difÃcil la tarea para las promotoras y para las mismas bandas. Reflexionemos tras la resaca de otro fin de semana apoteósico en KRISTONFEST.
Puedes ver todas las fotos del evento aquÃ








































