Chris Peters, el artífice de SAMSARA BLUES EXPERIMENT, continúa dando rienda suelta a su creatividad con un nuevo proyecto llamado PEDRO PETRO. Su primer álbum ‘THE STREET OF SAN FRANCISCO’ nace inspirado en las series de detectives de los 70’s y sus directas y concisas canciones, navegan por espacios más propios del rock progresivo de los 70’s alineándose ocasionalmente con el Sonido de Canterbury. Este sonido algo diferente a sus producciones habituales fue el motivo de elegir un nuevo nombre para diferenciarlo del resto de proyectos como FUZZ SAGRADO. En esta ocasión incorporando elementos de viento y pasajes sinfónicos, el álbum hace habitar sus canciones en un entorno psico-progresivo instrumental que evoca las bandas sonoras de Serie B de la escena italiana, pero que también se encuentra arraigado en el ese inspirador rock progresivo de hace cinco décadas. Con canciones cortas que dejan la sensación de mostrarse tal cual, sin arreglos adicionales y con las aristas sin pulir, pero que recrean fielmente ese entorno vintage en el que los telefilmes eran visto por millones de personas. Si a esto le añades una base rítmica poderosa y difusa y fuertes pinceladas psicodélicas, más sus habituales solos de guitarra, el resultado es un álbum vintage de manual que nos proporciona una divertida escucha. Igualmente también afloran elementos del rock desértico haciendo que alguna de las pista alternen su sinfonismo con una atmósfera más difusa y áspera. Porque estamos ante música hecha por diversión, una sensación lúdica que el bueno de Chris consigue transmitir a sus oyentes.
‘Chasing the dream’ recrea con acierto esa escena televisiva de tintes vintage con una sucesión de guitarras, teclados y ritmos oscilantes en una atmósfera con un nítido espíritu progresivo. Una especie de Serie B dentro de las composiciones de Peter en la que todavía se puede intuir su destreza con la guitarra mientras se adentra con el resto de los instrumentos en una espiral que va mutando y dejándose su espacio propio.
Los tonos sosegados de ‘Twin Peaks jubilation’ describen una estancia gira en la que la melancolía se presenta en una compleja instrumentación presidida por un órgano pastoral a semejanza de la escena italiana del género. Sin duda un regalo de rock progresivo setentero en su faceta instrumental en un coqueteo con el sonido Canterbury.
‘Instalado en ese ambiente progresivo ‘Ain’t no jivin’ aporta bellas incrustaciones psicodélicas entre sus pasajes sinfónicos. Impulsada por un bajo y un ritmo poderoso, la pista se recrea en solos de guitarra que nos llevan más allá. El final nos sugiere de una composición en su estado embrionario y de la que se podría sacar más partido con una duración mas larga.
La guitarra vuelve a brillar esplendorosa en ‘Mission shakedown’. Con un sonido más turbio y difuso los ecos desérticos aparecen en escena como si de una generator-fest se tratara. La vena Stoner hace acto de presencia en una pista gruesa y cegadora en la que no falta un cierto tono cósmico y algunos elementos exóticos.
‘Buena vista’ combina elementos hipnóticos en una atmósfera de psicodelia vintage en la que la guitarra colorea la densa atmósfera progresiva en un deambular por magnéticos entornos siderales.
En modo ensoñadora, los sintetizadores van construyendo ‘Land oh hope’. Una pista que gravita livianamente en un entorno mágico y mas cercano a la electrónica progresiva.
Combinando elementos de hard-progresivo y psicodelia ácida ‘North beach refugee’ es un caleidoscopio multicolor con sabor añejo e imágenes en blanco y negro. Otra pista en la que la narrativa de banda sonora se fusiona con un carácter psico-progresivo y un tempo pausado.
‘Old Golden west’ se desarrolla entre excursiones controladas a la escena progresiva. Un sinfonismo que Chris enriquece con sus maravillosos solos de guitarra para crear una evocadora pista dual. Con dos visiones diferentes los instrumentos se entrelazan con sutileza hasta conseguir una hermosa y plácida canción.
