Reseña: EL SAGUARO.- ‘Enthusiecstasy’

Con suma satisfacción recibimos el Ep debut del power trio portugués EL SAGUARO. Un trabajo en el que la banda pone de manifiesto su amor por los sonidos más auténticos del rock de los 70’s. Un viaje de alta velocidad a la era dorada del rock en el que nos encontramos por el camino riffs salvajes, voces desgarradoras y un groovy que te atrapa irremediablemente en esta fiesta de rock vintage. EL EP es todo un regalo para los viejos rockeros y para los amantes de los sonidos ácidos que hicieron famosos bandas como Grand Funk, Led Zeppelin, Captain Beyond y tanto otros dinosaurios de aquel productivo perido. Abriendo nuevos horizontes, los ecos de bandas contemporáneas como RADIO MOSCOW también se vislumbran en unos surcos que contiene un auténtico tesoro sonoro. Breve, y con solo cuatro canciones, sus ritmos y sus melodías se mestizan logrando un sonido fresco y directo que levantará el ánimo de los más deprimidos. A través de letras introspectivas el trio portugués detiene el reloj del tiempo logrando un álbum genuino haciendo que su escucha se convierta en una emocionante experiencia en la que no faltan pinceladas de blues y cautivadora pasajes psico-progresivos. De esta forma dejan patente el potencial que estos jóvenes atesoran. Grabado en Hertzcountrol Studios, ‘ENTHUSIECTASY es un portal a una era donde la creatividad musical no tenía límites. Este  álbum destaca por su dinámica cautivadora, coros armoniosos y vibrantes solos psicodélicos, todo ello complementado por un bajo vibrante que rinde homenaje a los clásicos del género en estilo que resonará entre los amantes del rock atemporal, ese rock honesto y sin concesiones que tanto amamos. Recuerda este nombre, EL SAGUARO, porque cuando su música se expanda por los fans de la escena, no habrá vuelta atrás.

EL SAGUARO Está formado por Lucas Hugues en la guitarra y voz principal, André Horta en el bajo y João Ferreira en la batería, ambos coros.

Sin hacer prisioneros, ‘Ticket To Fly’ nos arrolla con un sonido ácido y guitarras asesinas al mas puro estilo Hendrix. Su ritmo diabólico y los constantes giros, así como su atmósfera vintage nos trasladan al corazón de los 70’s con un sonido desenfadado entre estribillos y coros desenfadados. Su Groovy Funky es un elemento ganador de una pista que nos invita al baile entre wah wah y ritmos oscilantes, pero que también nos lleva de ‘viaje’ con pasajes psicodélicos más propios de un plácido viaje de L.S.D.

Bajando las revoluciones, ‘Viaje’, con voces en español se inclina por el blues y los pasajes sofisticados enriquecidos con elementos progresivos. Un bálsamo para los sentidos que muestra el amplio espectro sonoro en el que se mueve el trio. Su cálido bajo y su hermosa melodía principal, van llevando la canción a un terreno dócil en el que los sentimientos aparecen a flor de piel acompañados de pincelas jazz.

Rindiendo tributo a la maravillosa playa portuguesa de surfferos, ‘Nazaré’ es otra canción ácida impulsada por un penetrante ritmo y una guitarra excelsa. Alternando pasajes ensoñadores con corrosivas embestidas de psicodelia pesada EL SAGUARO se deja llevar en una especie de jam instrumental 

Con el blues como protagonista ‘Slow N’ Easy’ parece una canción compuesta hace 50 años. Su sonido vintage junto a su cautivadora y desgarrada voz, y esos ritmos que te enganchan, son suficientes para saber que estos chicos van en serio. Porque no se trata de ser consciente de que esto ya lo hemos escuchado muchas veces, sino que te gusta. Su clásica estructura podría parecer una copia, pero la pista suena honesta y eficaz.

El Saguaro

Pink Tank Records

Reseña: MADMESS.- ‘The Third Coming’

‘THE THIRD COMING’, el estimulante y frenético tercer álbum salido del laboratorio de los alquimistas ácidos de Oporto MADMESS es una auténtica bacanal de sonidos lisérgicos vintage que harán que tu cabeza estalle.  Canciones con unas estructuras similares en las que la banda golpea en su primera mitad con su particular espiral psicotrópica, así como con la crudeza del rock ácido y el proto-metal de los setenta, para tras una sucesión de giros y cambios de ritmos, postrarnos ante bellos pasajes de borboteante psicodelia narcótica tomándose a modo de respiro, antes de afrontar la etapa final con espiral psicodélica imposibles. Si bien esta estructura parece evidente, MADMESS lo hace con la capacidad de sorprender al oyente con trucos y cambios de guion inesperados con un sonido crudo, difuso nacido de cualquier laboratorio de L.S.D. Imponiendo un frenético ritmo a sus canciones y venerando el rock más crudo y primitivo de los 70’s, plasman su distintiva huella psicodélica con la icónica guitarra de ritmo sacerdotal que combina fuzz y wah wah, la vibra atemporal del rock clásico creando canciones de puro rock. Ese rock irreverente y sin complejos que tanto nos gusta, y que hace que nuestra cabeza explote. Siempre dinámicos y electrizantes, estos chicos que crean vibrantes y salvajes canciones de vocación 70’s en las que tanto la psicodelia pesada, como el proto-metal son su principal argumento. Pero la cosa no acaba ahí, ya que también saber poner la pausa con ensoñadoras y bellas canciones en el su sonido flotante gravita sobre nuestros sentido. Está claro que los portugueses siguen labrando su reputación a base de buenas canciones que se convierten en una emocionante aventura en la que expandir nuestra mente a dimensiones desconocidas, y lo hacen insertando también, sonidos que a muchos les resultarán familiares.

MADMESS son: Ricardo Sampaio (guitarra y voz), Vasco Vancocelos (bajo), Pedro Cruz (batería), acompañados por Marco Lima en teclados y sintetizadores.

«THE THIRD COMING» está disponible a través de Glory Or Death Records (EE. UU.), Kozmik Artifactz (UE)

Entre melodías psicodélicas el espíritu Zeppelin se asoma por momentos en ‘Death by Atonishment’ . Una frenética canción guiada por una guitarra insolente y un ritmo diabólico de batería cubiertos de una atmósfera vintage. Hard rock ácido ejecutado a gran velocidad que solo cede para tomar impulso entre bellos paisajes psicodélicos. Ese impulso tras la pausa lleva al trio a deleitarse con oscuros riffs ácido a caballo entre Sabbath y Hendrix en una auténtica bacanal psicotrópica.  

La humeante y vintage ‘Windowmaker’ conjuga la crudeza del proto-metal, con la acidez de la psicodelia pesada y el heavy blues bajo un tono retro que te volará la cabeza. Su sucio sonido y su vibrante ritmo reflejan el ambiente más loco del rock de los 70’s en una pista divertida, cruda, y alucinógena a partes iguales. Esta sudorosa canción también nos regla momentos para la pausa con narcóticos pasajes antes de su estruendoso final.

A través de arenosos riffs Stoner ‘Velvet Nebula’ presenta un sonido más contemporáneo al que MADMESS le echa el suficiente picante ácido para que la pista nos arrolle en una espiral heavy-psych alucinante. Siempre frenéticos en sus composiciones, el fuzz logra nublar la atmósfera impregnándola de sustancias cannábicas hasta conseguir su objetivo, narcotizar al oyente con su sonido con una particular montaña rusa de vibraciones pesada y psicodélicas.

El torbellino portugués traspasa el umbral a una nueva dimensión sensorial con la narcótica ‘Endless Cycles’. Describiendo un tapiz sonoro lleno de belleza, los acordes nos susurran suavemente en un mar de ecos expansivos ejecutados con sumo sentimiento. Una canción para cerrar los ojos y dejarse llevar por hermosos pasajes de acolchada y colorista psicodelia rebosante de hermosura. En esta ocasión la banda parece tomarse un respiro y dejar de lado su vendaval psicotrópico pesado para lograr una pista amable y sumamente envolvente.

Sin hacer prisioneros,’Burnt!’ palpita briosa entre guitarras ácidas y ritmos contagiosos que van penetrando en el oyente en una evolución a un estadio más pesado y vintage. Como si fuera una loca, las constantes idas y venidas consiguen tener una aparente coherencia situándonos en diferentes escenarios constantemente. Así consiguen una pista alocada y caótica que en un nuevo giro inesperado se desliza por un espacio casi psico-progresivo antes de su embestida final.

A caballo de un indómito corcel de proto-metal setentero ‘Hazy Morning’ nos devuelve a los salvajes sonidos primitivos de los 70’s. Sin ningún tipo de complejos la versión más briosa del trio aparece sin ningún pudor. Su orgánico sonido y los constantes conejos salidos de la chistera complementan otra nueva orgía de sonidos ácidos turbando nuestros sentidos arrastrándonos en otro aplastante frenesí vintage.

Los ritmos kraut de ‘Sauerkraut’ ponen el cierre al álbum con un nuevo frenesí sonoro en un espacio cósmico.  El inquebrantable ritmo marca la ruta mientras la guitarra sortea las adversidades de la travesía. Esta odisea sideral conjuga a la perfección la esencia heavy-psych del trío con un espíritu más propio de la kosmiche music alemana de los 70’s. Reverberaciones, efectos y tambores infalibles completan un álbum excepcional.

Madmess

Kozmik Artifactz

Glory or Death Records

Reseña: DEAD SHRINE.- ‘Cydonia Mensa’

El multi-instrumentista y visionario músico neozelandés Craig Williamson, recupera su proyecto en el que explora los sonidos más crudos de los 70’s aderezándolos con turbios y crujientes riffs Stoner-doom bajo sus habituales ambientaciones psicodélicas. Reconocido por sus proyectos ARC OF ASCENT, DATURA y sobre todo LAMP OF THE UNIVERSE, presenta el segundo álbum de su electrizante proyecto personal DEAD SHRINE. Combinando la energía cruda del stoner rock psicodélico y pesado con la esencia saturada del hard rock y el rock ácido del siglo pasado, está nueva entrega ofrece a sus fans un sonido más potente, mas distorsionado que en el resto de sus bandas. Con el fuzz como protagonista, sus cegadoras canciones consiguen atraer la atención del oyente en un viaje inmersivo a través de riffs trascendentales, atmósferas caleidoscópicas y aventuras auditivas ilimitadas. Alejado de alguna maner de los pasajes meditativos, el acercamiento a las vibraciones que nos presentó en los álbumes de DATURA es evidentes en este turbio y psicotrópico álbum de sonidos pesados. Con el fuzz como principal herramienta, las sutilezas brillan por ausencia en esta ocasión, solo apareciendo en alguna canción meditativa en contraste con la fiereza de la mayoría de ellas. Una vez más queda patente de CRAIG no necesita acompañamiento de nadie para crear álbumes notables, ya que él solo se basta para llevarnos a escenarios sonoros en los que la psicodelia pesada más turbia es la protagonista como sello de su personalidad y carácter.

Con un sonido rudo y pesado ‘Serpents Of The Sun’ gravita en una órbita en la que el hard-rock setentero se engruesa con riffs de vocación Stoner-doom bajo una atmósfera difusa, algo habitual en el músico neozelandés. Este rugoso corte explora a su vez un espacio rockero al que se añaden voces y estribillos mas propios de otros tiempos empapados en fuzz .

Sonando todavía más vintage si cabe ‘Cydonia Mensa’ cruje envuelto en un manto psicodélico con una estructura sencilla que se repite a lo largo de toda la pista.

Los tonos retro son más evidentes en ‘Scared Light’, donde la potencia sigue intacta con esos ásperos riffs y una base rítmica ciertamente contundente. Pero esta contundencia se amortigua con un relato vocal desgarrador en otra pista impregnada de fuzz aportando ese aire trascendental que suele incluir en sus canciones.

Fusionando la psicodelia pesad con el Stoner doom ‘Monuments’ se muestra como la pista más trascendental de un álbum lleno de aristas. La neblina lisérgica con la que envuelve sus melodías es mas evidente en otra pista turbia en la que los sintetizadores aportan un importante grano de arena. Una pista aturdidora y narcótica que te cegará.

Con golpes de puro stoner arenoso ‘Temple Of Saturn’ mantiene el tipo a través de sus desgarradoras melodías y sus riffs crujientes. Esa monumentalidad de la base rítmica es el denominador común de la mayor parte de canciones del álbum, pero los momentos liberadores le aportan una frescura mayor a su hipnótico ritmo psicodélico., siempre empapado de fuzz intoxicante.

‘Redeemer’ es otra pista musculosa en la que se unen el rock de los 70’s con los sonidos desérticos más contundentes y pesados. Este equilibrio se traduce en un buen uso de la melodía en contraste con la repetición de la estructura rítmica de la canción. Así consigue sumir al oyente en una espiral psicotrópica de grandes proporciones y un sonido sólido y ardiente.

Solo Destacando como un verso suelto ‘Evolution Garden’ nos devuelve al carácter místico de la mayor parte de la producción musical de Craig. Pasajes ensoñadores de psicodelia con olor a incienso y susurrantes melodías vocales conforman la canción más pausada y quimérica del álbum. Un trance lisérgico para relajar la mente en un mundo lleno de belleza.

‘Illumination Through Knowledge’ siendo la pista más larga del álbum con sus casi ocho minutos, es un espacio para el desarrollo e las ideas del músico neozelandés. Un corte repleto de efectos distorsiones y riffs plomizos adoptando un aturdidor tono cósmico. Plasmando en la canción elementos psico-trascendentales ya visto en el resto de sus proyectos, el carácter hipnótico destaca una vez mas gracias a esas hordas de fuzz que siempre aparecen en sus canciones.

Dead Shrine

Kozmik Artifactz

Reseña: SHREW.- ‘Shrew’

El debut de SHREW es un artefacto sonoro creado a la vieja usanza. Sus crudas canciones, se empapan en blues ácido en un viaje al momento en el que el L.S.D. habría la mente de unos jóvenes melenudos llenos de ilusión en la Costa de California allá por los finales de la década de los 60’s. Con el blues como argumento, las narcóticas y rugosas canciones de este impactante debut, se colorean de riffs corrosivos y atmósferas humeantes en un caleidoscopio sonoro con claro aroma vintage. La fantástica y cautivadora voz de Rosie Peterson alterna el protagonismo con la brillantez de los solos profundos de la guitarra de Max Siegfried, dos jóvenes y emergentes talentos de los que se hablará en poco tiempo. Absolutamente encantadoras, estas ocho pistas son un plato gourmet para cualquier amante del heavy-blues psicodélico a semejanza de los pioneros. Pero estos chicos no son unos impostores, ya que no se limitan a repetir el sonido legendario y maravillosos de esos avanzados, sino que hacen suyo ese sonido para acabar crear canciones completamente honestas. La banda de Portland irrumpe en la escena con un álbum debut impactante y auténtico en el que la psicodelia y el blues se nutren de elementos pesados con resultado sobresaliente que hará que tu cabeza explote entre visiones líquidas y trances chamánicos custodiados por un sonido inclemente y pesado. Una neblina arremolinada de riffs empapados de distorsión, ritmos hipnóticos y potencia cruda y sin filtros. SHREW es una fuerza de rock psicodélico/fuzz pesado que proviene de los rincones oscuros y empapados por la lluvia de Portland, Oregón. Impulsados ​​por los espíritus de Jimi Hendrix, Cream y Led Zeppelin, pero sin miedo a adentrarse en la locura de culto underground de Toad, Budgie y Dust, este cuarteto tiene la misión de doblar el tiempo y el sonido mismo.

SHREW son: Max Siegfried (Guitarra), Selina Cleary ( Bajo, coros), Rosie Peterson (Voces) y Shea Gegan (Batería).

El álbum abre sin contemplaciones con ‘Spiral’. Una pista que te va atrapando lentamente en un espacio nebuloso y golpes de proto-metal teñidos de blues. Un gratificante escenario lisérgico que se contonea entre armonías retro y que acaba sumiendo al oyente en un narcótico sueño. Solo en la segunda mitad de estos ocho impactantes minutos aparece la voz de Rosie Peterson gravitando en la senda del blues crudo y ácido de finales de los 60’s y mostrando todas sus artes de seducción y fuerza.  Susurrante por momentos la pista eleva su tono con desgarradores momentos de rabia.

‘Overtime’ se muestra más plomiza en ese ambiente retro mas propio de tugurio de mala muerte. Un garito de esos en los que el humo y olor a whisky se empapan de una carismática cantante de blues. Con verdaderos ganchos sonoros en forma de riffs, la banda contagia al oyente el ritmo intrínseco de la pista. Un groovy ganador.

Instalando en el blues pesado The Stray’ nos ofrece buenos momentos de guitarra con un wah wah irresistible. Una pista divertida a la vez que ácida y fornida que va elevando su intensidad entre primitivos sonidos y un aroma de blues penetrante.

«Disappearing Act» es una canción sobre la frustración que genera la monotonía de la vida. Se trata de esa sensación que se siente cuando estás harto de hacer lo que se espera de ti y de la urgencia de quemar tus puentes, hacer la maleta y marcharte. Una huida hacia adelante que la banda plasma en cautivadores y chamánicos pasajes envueltos en nebulosas narcóticas. Otro blues psicodélico de alto octanaje aletargante.

Si los de Portland son capaces se sumirnos en auténticos trances lisérgicos, también los son de llevarnos a lomos de encabritadas monturas en forma de riffs difusos como hacen en ‘The junipher tree’.

Por la vía directa ‘Memories fade’ invita al desenfreno a ritmo de blues pesado. Con un tempo cadente y pausado, la pista desciende a simas psicodélicas antes de elevarse a escarpadas y rugosas laderas, tras pasar por prados floridos y luminosos.

A ritmo de frenético rock and roll ‘Power room’ irrumpe con fuerza impulsada por unos diabólicos tambores y una guitarra hipnótica. El hechizo sonoro se completa con la letárgica voz. Una pista llena de ritmo y psicodelia pesada de aspecto polvoriento. Con una parte central chamánica con largos solos de guitarra recupera el ritmo en su parte final.

Entre ecos de blues pantanosos pasajes, ‘Untangled’ es otro trance sonoro con aroma a West Coast y sonidos ácidos. Calmada en su conjunto, la canción nos sorprende con seductoras melodías en un baile sensual bajo una atmósfera multicolor. Imágenes líquidas y el cautivador olor a blues van tejiendo una tela de araña psicodélica en una dualidad entre lo vintage, y los gruesos y graves sonidos del Stoner desértico. La guitarra ácida no falta a su cita para copar el protagonismo de otra canción sumamente psicotrópica y blusera interpretada con al alma.  

Shrew

Glory or Death Records

Reseña: REQUIEM BLUES.- ‘Requiem blues’

¡Esto es la bomba! Como si de cinco pistas rescatadas de algún sótano mugriento que fueron grabadas en algún garaje cochambroso con unos amplificadores al límite de su volumen, vieran ahora la luz, los británicos REQUIEM BLUES nos devuelven al pasado, a los inicios. Este sonido primitivo se refleja en cinco canciones que no hacen prisioneros. Seguramente costará creer que se trata de una banda británica de 2025. Imposible, porque suena como aquellos hippies mugrientos que fumaban hierba en el garage de la casa de sus padres haciendo música ruidosa junto a unas cervezas y un espíritu indomable. Porque este artefacto sonoro tiene un poder corrosivo que hará que tu cabeza explote. Canciones adictivas a las que difícilmente se podrá resistir cualquier amante de los sonidos más sucios, y prehistóricos del rock pesado de los 70’s. Con un bajo que taladra tus neuronas, unos tambores diabólicos y una guitarra asesina y corrosiva, estos chicos consiguen llevarnos a los albores de la década dorada del rock. Y aquí hemos llegado, cinco décadas después para encontramos con una nueva banda, que transmite ese espíritu indómito con maravillosas canciones de rock en estado puro. Surgiendo de las fértiles orillas del estuario de Mersey, REQUIEM BLUES encabeza la nueva ola de hard rock británico sin tonterías . Combinando el espíritu y el sonido de Budgie con la melancolía callejera de los primeros Pentagram, este power trío de Scouse es la mayor sorpresa que te vas últimamente. La banda ha creado algo que suena fresco pero que aún tiene una base en el embriagador aturdimiento de la era dorada del rock pesado y ácido.   Sabiendo como insuflarte adrenalina y buen rollo, pero también conociendo las artes del hechizo narcótico y psicotrópico, REQUIEM BLUES saben cómo darme mi medicina, la medicina que más me gusta, música ácida y pesada heredera de los pioneros. Solo puedo terminar esta reseña invitándoos a darle al play, y repitiendo las mismas palabras que la comencé: ¡¡¡Esto es la bomba!!!

‘Frustation’ bien parece una canción salida de cualquier garaje mugriento en los albores de los 70’s. Su sonido sucio y crudo evoca al de bandas como BUDGIE. Un bajo que te noquea, una guitarra asesina y un groovy que te atrapa, son las sencillas armas que estos chicos utilizan para golpear al oyente con un corte de proto-metal ácido hasta las trancas. Con algunos ganchos Stoner, el blues subyace entre sus difusos riffs para que todo resulte redondo.

‘Con un sonido más pesado y psicodélico a partes iguales, ‘Living in the fear’ nace de un riff que se clava en la cabeza hasta que hace que te estalle. Toda una bofetada en la cara que levantará la locura en cualquiera que reciba en sus tímpanos su sonido. Si a esto añadimos una voz cruz y ahogada, la tormenta perfecta está servida. Su frenesí sonoro no deja bicho viviente, y sus constantes cambios de ritmo, sin dejar de golpear al oyente, consiguen que la pista no resulta en absoluto monótona, sino que te deja con ganas de más

‘The pressure’ aflora envuelta en una nebulosa de ritmos de blues ácido y psicotrópico. Una espiral diabólica con un poder hipnótico nada despreciable. ¡Joder, esto es la hostia!. La canción te sume en una orgía de solos afilados entre ritmos trepidantes bajo una atmósfera vintage más propia de una fiesta salvaje. En la parte central la pista desciendo a un territorio heavy-psych en el que los solos se suceden hasta la extenuación y un cálido acompañamiento de órgano vintage. Ufff, ¡se me ponen los pelos de punta!.

‘Last Place I Want To Be’ mantiene el tipo a ritmo de rock and roll vacilón. Desde ahí la pista toma formas proto-metaleras, en otra nueva hélice diabólica. Sus alocados tambores y los constantes contoneos, hacen que nuevamente nos sintamos atrapados en un agujero negro de sonidos crudos y pesados de esos que tanto nos gustan.

Cerrando a toda pastilla ‘No reason why’ nos da la razón. Sin ninguna razón para dudar, nuevamente el trio británico da en la diana con otra canción rancia, vieja, cruda, salvaje, y maravillosa. Una nueva estampida por la senda del rock primitivo de los melenudos fumetas de comienzos de la década de los 70’s. Esta vez con una especie de final apocalíptico en la parte central, como herramienta para cambiar el registro y sumirnos en un escenario sonoro mucho más narcótico y psicodélico. En este entorno los acordes de guitarra se ralentizan, creando hermosas fragancias balsámicas, mientras su base rítmica mantiene el taladro neuronal. Una nueva locura lisérgica que pone el broche de oro a la una pequeña obra maestra del rock cruda y primitivo, en definitiva el rock de los pioneros de la música pesada.

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