Si ‘RETROCASUALITY’ (reseña aquí) fue el álbum que les puso en orbita en la escena, tras la presentación de su oscuro y sorprendente debut ‘SCHWERPUNKT’ (reseña aquí) de 2018, ahora, con su nuevo álbum ‘AUSDAUER’, el trio de Nijmegen dan una vuelta más a sonido, con el que es probablemente el álbum más experimental de su carrera. Un tortuoso viaje musical único en el que continúan expandiendo su fusión de heavy psych y metal progresivo, con momentos de virulento post-metal basado en la improvisación. Podríamos decir que BISMUT son una banda de directo, y que sus álbumes no son de fácil digestión para la mayoría de los mortales, pero, aun así, siempre tiene la capacidad de sorprendernos. Riffs atronadores, largos desarrollos psicodélicos y un ritmo trepidante, son los principales argumentos de la banda en esta nueva entrega de música psicodelia pesada. Todo un crisol de varias texturas se une en busca de encontrar esos momentos en los que cautivar al oyente con un relato dinámico y rugosos, pero también, por momentos, ensoñador. Que duda cabe que el trio maneja la técnica con solvencia y que saben dejarse llevar por sus instintos creando momentos de locura colectiva que finalmente recomponen para que las aguas sigan por su cauce. Porque la improvisación en un álbum de estudio es menos atractiva que sus directos, donde la banda sabe como atrapar a su público, aquí, esa tarea puede ser mas ardua, aunque los surcos del complejo ‘AUSDAUER’ tienen muchos matices, y eso le hace un álbum a tener en cuenta. Estamos ante trabajo abrumador que acaba por devorarte en una vorágine de riffs incisivos y crudos de los que en algún momento aflora la magia..
BISMUT son: Nik Linders (guitarra), Peter Dragt, (batería) y Huibert der Weduwen (bajo)
‘AUSDAUER’ está disponible vía Lay Bare Recordings y Spinda Records.

‘ Mendalir’ abre el álbum con nueve minutos de la psicodelia pesada a la que el trio nos tiene acostumbrados. En una oscura atmósfera, los incisivos desarrollos de guitarra son impulsados por unos poderosos tambores y una excelsa línea de bajo, algo que a estas alturas ya nos sorprende, puesto que es una de las señas de identidad de BISMUT. Los elementos Stoner y los golpes de post-metal engrosan el sonido de un corte que fluye y en el que encontramos constantes giros en su línea argumental. Siempre serpenteante, la pista se reboza en momentos de inquietante psicodelia ácida y de embestidas de pesadez. El corte nos zarandea las neuronas con pasajes que se repiten hasta la saciedad y en los que nunca se ve clara la puerta de salida. Este agujero negro se vuelve más turbulento con esquizoides pasajes que mutan constantemente sumiéndonos en unas turbadoras tinieblas.
‘ 不安 (Fuan)’ se sustenta en una melodía de guitarra que va serpenteando a lo largo de sus seis minutos. Enriquecido con cambios y una estructura compleja, la pista sube la intensidad, reflejando el lado más pesado de la banda. Sin renunciar a sus genes lisérgicos, el trio explora la repetición como argumento para moldear su sonido. Toda una montaña rusa construida sobre una única armonía que se contonea grácil, pero siempre cuenta con la fuerza de esa poderosa base rítmica. Un ejemplo claro de que estos chicos viven de la improvisación y que de ahí hacer manar sus creaciones sonoras. Nuevamente las tinieblas parecen custodiar esta pieza en la que la libertad creativa y la improvisación están muy presentes en este caos compositivo.
Con ‘Despotisme’ la estructura de canción parece estar algo más latente. Rugosos momentos de Stoner-doom, pinceladas de metal, y la psicodelia latente, son los mimbres de una pista que incide nuevamente en la repetición como argumento para improvisar. Si bien aquí encontramos pasajes más rockeros, la virulencia de sus rocosos riffs siempre deja paso a bellos pasajes de guitarra que para la ocasión suben aún más la intensidad y pesadez. Toda una experimentación que se recrea más en la contundencia que en esos paseos psicodélicos, sin que la banda renuncia expresamente a estos.
Las cosas parecen calmarse de alguna manera en ‘Mašta’. Al menos en su parte inicial, la potencia de la banda no se recrea en esos momentos aturdidores. Si bien el sonido sigue siendo áspero, la guitarra emana efluvios lisérgicos constantemente. Esto hace que creen una espiral que acabe por atraparte. La libre creación y la improvisación hace que la pista descienda a magnéticos pasajes en los que el bajo taladra nuestras neuronas antes de sumirnos en un espacio en el que las emanaciones de dietilamida nos narcotizan entre sus dinámicos ritmos. Sin duda la experimentación es la base de este tercer trabajo del trio, y eso queda patente nuevamente en esta canción. En un nuevo cambio de guion, los aromas exóticos parecen refrescar la virulencia de unos ritmos incesantes que nunca bajan la guardia.
Poniendo el cierre al álbum ‘Euphoria’ se retroalimenta de potentes y estriados riffs Stoner de vocación doom en un ejercicio compositivo que parece no tener claro su destino. Con una apertura poderosa, la pista desciende a esos espacios psicotrópicos en los que la banda se siente cómoda. Una vez ahí, las sorpresas se suceden a través de riffs y ritmos inconexos que crean un aturdidor espacio sonoro en el que todo puede suceder. Recordándonos siempre cual es su argumento principal, la pista desciende a un entorno más meditativo. Una narcótica atmósfera con hermosos y sosegados acordes heavy-psych que nos recuerdan que estamos ante una banda psicodélica. Y lo cierto es que aquí la improvisación parece tomar otro camino más amable para el oyente, lo cual no significa que la pista no contenga elaborados cambios y una experimentación que parece no tener límites. No tardan demasiado en regresar esos golpes de metal que también forman parte del ADN del trio, pero en esta ocasión logran encajar bien las piezas para que todo fluya con naturalidad en una atmósfera más progresiva y pesada.