Reseña: DEAD MEADOW.- ‘Force Form Free’

El trío compuesto por el guitarrista/vocalista Jason Simon, el bajista Steve Kille y el baterista Mark Laughlin ofrecen su primera grabación de estudio desde ‘THE NOTHING THEY NEED’ de 2018, una obra de arte única que fue escrita y grabada de forma remota y ve al trío sumergirse en otra forma más de experimentación sin límites. ‘FORCE FORM ME’ es un álbum que se deleita en los paisajes oníricos construidos sobre nebulosas ensoñadoras sobre las que construyen un particular viaje astral. Recopilando una serie de canciones sobre las que llevaban tiempo trabajando, consiguen cohesionarlas para ofrecer un trabajo versátil y único, que mantiene la esencia de la banda. Tenues vibraciones psicotrópicas que se insertan en un espacio turbio y aturdidor para el oyente, del que sacan su particular tarro de las esencias en forma de bellas melodías. Una combinación de elementos e ideas, que acaba por funcionar para proporcionar al oyente algo mas de media hora intensa. Porque en este nuevo álbum, encontramos referencias a la psicodelia aterciopelada de los 60’s, pero sobre todo canciones que inciden en crear un estado mental, a veces aturdidor, a veces ensoñador, lo que a la postre, resulta ser un gran acierto. Si bien con la primera escucha, el álbum me dejo un poco desconcertado, una vez puesto en faena, sus surcos contienen los alicientes suficientes, como para escarbar en ellos, una y otra vez con un resultado fantástico. Si bien se percibe que las canciones tienen bastante de improvisación, el ejercicio compositivo para que éstas se muestren cohesionadas, se realiza con gran acierto. Porque DEAD MEADOW son uno de los estandartes de la psicodelia del nuevo milenio, y así, lo reflejan una vez mas en este gratificante trabajo. Cósmicos, y profundamente introspectivos, los temas borbotean en una atmósfera sideral que nos aleja de la vida cotidiana y nos sitúan directamente al otro lado del espejo. Un mundo, en el que todo puede suceder y en el que parecen poner banda sonora a un ‘viaje’ de ayahuasca, salpimentándolo con ecos tan dispares como el jazz, o el spaguetti western, pero sobre todo con la psicodelia más profunda. DEAD MEADOW continúan mirando hacia adelante con este nuevo álbum creado para la serie Post-Wax del sello Blues Funeral Recordings.

DEAD MEADOW son: Jason Simon (voz, guitarras), Steve Kille (bajo, sitar) y Mark Laughlin (batería).

Un zumbido latiente nos introduce en ‘The Left Hand Path’. Un corte que de alguna manera marca el espíritu de este particular viaje astral. Aturdidor, difuso y sumamente hipnótico, el corte crea una atmósfera psicotrópica con la que engulle al oyente. Un ritmo lento y cansino y los efectos de una guitarra turbia y borrosa van construyendo una canción que lleva los genes de la banda en cada surco. Con ausencia de voces en esta ocasión, DEAD MEADOW pone al oyente justo en lugar deseado, un espacio para disfrutar de esta aventura lisérgica más propia de una ingesta de ayahuasca. La banda consigue crear esas imágenes figuradas de esta ingesta narcótica.

 ‘The Lure Of The Next Peak’, en un tono más pausado, borbotea con calma en una atmósfera vintage sumamente penetrante. Su ritmo casi tribal y los elementos a caballo entre el jazz y los ritmos exóticos van tejiendo un bello tapiz sonoro. Un fragante y gratificante entorno en el que las melodías se suceden bajo el cobijo de un hipnótico ritmo incesante pero suave. Casi con un aspecto de jam, los instrumentos acaban ensamblándose en busca de un fin común. Todo un paseo por un jardín del Edén al otro lado del espejo.

Tras la relajación del corte anterior ‘Valmont’s Pad’ vibra entre vibraciones más propias de un espagueti western, en una mutación de la versión de una canción de la banda sonora compuesta por Ennio Morricone para la película Danger Diabolik. Esta película ha sido una de las favoritas de la banda durante mucho tiempo y llevan años jugando con la idea de cubrir esto durante años. Una exploración contemporánea que mantiene el tono de la versión original empapada de psicotrópicos.

Envuelta en un manto de melancolía ‘To Let The Time Go By’, se soporta en acústicas melodías heredera de la psicodelia mas azucarada y melosa de los 60’s. Dulce, delicada, pero por supuesto, impregnada en la psicodelia particular de la banda, la canción nos ofrece un placido espacio para la relajación. Una suave brisa que acaba por narcotizarnos en un placentero sueño

‘Force form free’ se torna más difuso en su sonido. Ese persistente zumbido y unos fuertes tambores van armando otro corte impregnado en psicotrópicos. Un ritmo lento y algo anárquico sustenta los devaneos ensoñadores en un segundo plano. Envuelto en una densa neblina, la canción consigue socavar los sentidos del oyente con sus turbadoras reverberaciones y a la vez logra masajearnos con delicadas melodías escondidas entre su brumosa atmósfera.

Como cierre, ‘Binah’ nos enseña un entorno de calma de gran magnetismo. Delicadas melodías combinadas con golpes de pesadez en un ambiente heavy-psych de manual. Algo que la banda sabe crear con suma destreza y que en esta ocasión repite como lleva haciendo durante años. Sus tonos melancólicos se nutren de oscuras vibraciones psicodélicas de los 60’s en un viaje a nuevos universos sin explorar. Conteniendo magníficos pasajes de guitarra, la canción se contonea con sutileza sobre un ritmo constante y mantenido.

Dead Meadow (Official)

Blues Funeral Recordings

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