Una historia de fantasía de paisajes extraños y misiones valientes. Una saga de transformación, sorprendente, impactante e innovadora que nos ofrece un mutante sonido en el que la banda no se pone barreras a la hora de experimentar con nuevas vibraciones. ‘IV’ es un punto de inflexión en una banda que lleva labrándose su reputación durante una década. Yendo mas allá y reconvertidos de trio a cuarteto con la incorporación de Pantelis Kargas a los teclados, NAXATRAS emprende un nuevo camino con un álbum más directo que contiene canciones ricas en matices, con una orquestación más poderosa estratificada en distintos planos sonoros. La inclinación floydiana en esta ocasión emprende una ruta transitada por bandas como Elder, el mismísimo Steve Wilson o los propios Hawkwind. Un viaje de ida y vuelta a los 70’s, con brillantes momentos de soft-rock ornamentados con pasajes de fusión y una neta vocación psico-progesiva. Esto no hace que la banda pierda frescura, sino que, por el contrario, realza la maestría de la banda a la hora componer y ejecutar. Si en sus canciones encontramos a los NAXATRAS más reconocibles, el enfoque hacia otros territorios sonoros, hacen que ‘IV’ resulta un álbum fascinante para el oyente. Estos cuatro cirujanos de los sonidos psico-progresivos no tiene reparos en incorporar elementos de fusión a una apuesta esotérica, en la que las voces que encontramos en algunas de sus canciones, aportan brillo a sus canciones. Balsámicos, pero también pesados, elevan a NAXATRAS a un nuevo universo sonoro que hace girar su creatividad en este ejemplo de madurez. Como si se tratara de un reloj suizo, la precisión de sus composiciones hace de ‘IV’, un álbum llamado a ocupar los puestos de honor en las listas de mejores álbumes del 2022. Expresividad, creatividad y exquisitez, para salir de convencionalismos, en una banda que sigue creciendo con cada nuevo álbum con unas canciones embriagadoras, bellas con los habituales tonos astrales y psicodélicos, pero con una vocación mucho más progresiva, sin perder un ápice de pesadez.
Su bajista John Vagenas nos daba hace unos días todas las claves del álbum en la siguiente entrevista: (entrevista NAXATRAS)
NAXATRAS son: John Delias – Guitarra, voz, John Vagenas – Bajo, voz, Kostas Charizanis – Batería y percusión y Pantelis Kargas – Teclados y sintetizadores

‘Reflexion (birth)’ abre el álbum con un génesis florido y colorista en el que bellos pasajes de psicodelia aromática a modo de introducción nos llevan a un espacio más propio del rock sureño. Riffs de vocación 70’s y sutiles teclados evocan prados floridos de las campiñas sureñas. Un sonido poco habitual en la banda que marca este punto de inflexión que supone ‘IV’. Vestidos con un sonido más propio de bandas como Marshall Tucker Band, la suavidad de sus melodías crean un tema balsámico en que aparecen diferentes matices sonoros. Una nueva forma de expandir su vocación psicodélica con la incorporación de unos teclados que ensanchan su espectro sonoro.
En una atmósfera más progresiva, ‘Omega madness’ se envuelve entre efectos y sintetizadores para mostrar un entorno cósmico. Largos desarrollos de guitarras sobrevuelan el dinámico ritmo. Un cierto tono hipnótico se percibe entre la variedad de elementos que lo conforman. Sin voces, el lado más sideral de los griegos queda fielmente reflejado aquí. Reconocibles, pero a la vez innovadores, consiguen crean un corte lleno de magnetismo que define el actual sonido de NAXATRAS. No cabe duda que la incorporación de los teclados aporta una riqueza progresiva a una composición en la que todos los aspectos aparecen cuidados al máximo.
Con leves pinceladas blues como punto de partida ‘The answer’ se desarrolla en una atmósfera onírica. Suaves y balsámicos acordes de guitarra son arropados por el cálido sonido de unos teclados que consiguen crean un reconfortante entorno sonoro. Dulces melodías vocales nos trasladan al corazón de los 70’s en un hermoso corte lleno de magia. Elegantes, lo griegos expanden todo su poder de seducción en una apacible canción. ¿Soft rock?, puede, pero sin duda lo que no tiene discusión es que estamos ante una maravillosa canción llena de encanto. Nuevamente la guitarra muestra todo su poder de seducción con sus sofisticados acordes.
‘Ride with me’ se soportan en tenues pasajes progresivos de los que afloran aterciopeladas voces desplegando todo su poder de seducción. Otro claro ejemplo del nuevo rumbo que toma NAXATRAS para expandir su nueva apuesta sonora. Con un aroma a 70’s el tema destila clase en cada acorde mostrando un sonido algo novedoso respecto a sus álbumes anteriores.
Partiendo de un sonido de fusión, un halo vintage invade ‘Radiant stars’. Con los teclados y un ritmo alegre, la guitarra explora momentos floydianos en una fascinante combinación que resulta completamente atrayente. Rebosante de frescura el tema nos deja con ganas de más.
En un nuevo giro argumental, ‘Horizon’ retoma los espacios calmados. Delicados acordes y un seductor registro vocal reposan en un tema de soft-rock con elementos psicodélicos. Con sutileza el tema nos ofrece una combinación de voces sobre su delicada instrumentación. Una nueva faceta que marca este giro en el sonido de los griegos.
Con casi nueve minutos, ‘The battle of cristal fields’ es una suite en la que la psicodelia balsámica nos invita a un viaje sensorial por atractivos espacios sonoros. Ritmos de vocación kraut se fusionan con elementos psico-progresivos. Unos logrados trabajos de guitarra custodiado por el hipnótico bajo de John se ven complementados con el sonido atmosférico de los teclados. Con la sensación de que la banda ofrece su sonido más pesado, la canción conjuga distintos elementos que hace que sus acordes se muestren versátiles en este fascinante viaje sonoro. No faltan los solos ácidos para resaltar un sonido envolvente y completamente cautivador. En esta ocasión, NAXATRAS crea el tema más elaborado del álbum. Las brisas orientales no faltan a la cita para dotar de exotismo a determinados pasajes de una canción que se balance en distintos escenarios sonoros. Rock oscuro con matices cósmicos y devaneos que coquetean hasta con el post-rock. Un neto carácter progresivo nos invita a un viaje atemporal en el que los vestigios del pasado se fusionan con una apuesta más contemporánea. Un derroche compositivo que funciona a las mil maravillas y en el que los griegos dejan patente que no son una banda al uso. Sin dormirse en los laureles consiguen innovar su sonido con un resultado cautivador,
‘Reflection (death & rebirth)’ es dominada por el sonido del órgano pastoral y embestidas de riffs que sumen al oyente en un entorno enigmático en el que la oscuridad toma las riendas a lo largo de poco más de dos minutos.
Cerrando este innovador trabajo ‘Shape of the evening’ refleja la melancolía con una combinación de susurrantes acordes acústicos repletos de elegancia. Aquí los ecos bucólicos del desierto aparecen con unos profundo acordes de guitarra evocadores de la soledad de las lunas.
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