OUR MAN IN THE BRONZE AGE nos vierte una docena de aventuras cinematográficas en un vacío de bronce en su nuevo álbum ‘HEXED ENDEAVOUS’ editado por el sello Fr33zehead Records. Su sonido devastadoramente efectivo, cuenta con múltiples tentáculos para atrapar al oyente. Sobre una base armónica inminentemente progresiva, los ecos post-rock, Stoner, post-metal y arropan dulces voces melodías. Desde un piano nostálgico hasta olas apocalípticas de riff-rock sin complejos, el quinteto británico nos ofrece una experiencia enormemente inmersiva con más de una hora de canciones monumentales. Teniendo en cuenta que cuatro de sus miembros aportan sus voces, podemos intuir los tintes monumentales que pueden adquirir sus melodías. Si a eso, unimos a sus dos baterías, haciendo que los ritmos se eleven y desciendan a su antojo, puedes imaginar el resultado. Cinco músicos brillando con un ‘todo’ conjuntado y eficaz que no reniega de fusionar sin fisuras elementos pesados de metal con pasajes sinfónicos y seductoras pasajes melódicos. Sus megalíticos y monumentales temas atrapan al oyente a una narrativa que canaliza riffs crepitantes, huesos marchitos y un ingenio seco en una nave cósmica que se pavonea de una forma devastadora, pero a su vez majestuosa. Un regreso triunfal tras cinco años de silencio.

‘Intro (The Rise Of Bronze)‘ abre el álbum a modo presentación en un génesis en el que a lo largo de minuto y medio las voces se elevan entre una cortina de difusos sonidos.
Una vez presentados ‘The Fall Of Athens’ eclosiona con rugosos riffs Stoner y unos poderoso tambores que retumban entre una cortina de vibraciones borrosas. Tras esta eclosión inicia , bellas melodías post-rock nos acarician con dulzura. Una vibra progresiva en sus melodías vocales el tema nos narcotiza con un hipnótico sonido de bajo.
Con un sonido más metálico y cadente, ‘Midnight lovers’ golpea entre melodías atractivas de rock potente. Su contagiosos groovy nos ofrece un contraste entre las voces y el hipnótico ritmo de las dos baterías. En un escenario de metal progresivo, el tema se recubre de elementos que amortiguan su sonido con contagiosos estribillos. Sin duda un tema que nos engancha y nos deja con ganas de mas de esa fantástica pócima.
Cambiando el registro, los ritmos que coquetean con el boogie-rock ‘Cramphands’ se unen a una bacanal de poderoso sonidos progresivos. Jugando con la intensidad y con distintos estilos, los británicos construyen un corte ecléctico y de atmósfera cambiante. Torbellinos sonoros en contraste con pasajes más sosegados en los que muestran su cara más alternativa, sin renunciar a los elementos progresivos.
Con ‘Black widow’ los británicos retoman la senda progresiva con voces empapadas y acordes que se inclinan a una ladera post-rock. Una bella canción que profundiza en la melodía frenando su ímpetu instrumental. Toda una dualidad con acolchados pasajes y un trasfondo que se va tornando más borroso y por momentos psicodélico. El tema muere entre esos ecos alternativos que siempre se vislumbran en las canciones de la banda.
‘Ramblings’, con sus ocho minutos, y siendo el corte de mayor duración del álbum, se toma su tiempo para encontrar el camino a seguir. Piano y un ritmo inquebrantable, van creando una canción progresiva. Con la belleza de sus suaves melodías, el tema flota en un algodonado entorno progresivo. Acolchadas guitarras y una tenue instrumentación van construyendo un agradable relato sonoro con pinceladas clásica. Con las guitarras revoloteando, el tema se eleva entre ecos post-rock, dulces melodías y una exuberante instrumentación. Una balsámica canción diseñada para alborotarse en momentos puntuales. El resultado es una notable composición que acaba por seducir al oyente en su melancólica ambientación.
Cambiando completamente de escenario, ‘Brutus’ es el espacio para reflejar las veleidades de metal progresivo intrínsecas en los británicos. Un sonido potente, pero melódico va creando un espacio en el que los turbios riffs dan el relevo a suaves desarrollos cuasi sinfónicos, que equilibran la balanza de la pesadez. Serpenteando entre los dictados del post-rock, y las reverberaciones progresivas más plomizas, el corte muestra su fiereza.
‘Bill odyssey’ retoma el piano clásico para poner vida a una melancólica atmósfera gris en los hermosos pasajes nos sumergen en un reconfortante mundo de tonos grises. Una vez allí el sonido se expande grandilocuente con pesados riffs y tabores casi rituales.
Uniendo el legado del rock progresivo de los 70’s y las vibraciones pesadas contemporáneas ‘Hexed Endeavour’ coquetea con elementos Stoner entre melodiosas voces superpuestas con un resultado emocionante y resultón. Un corte con un crisol de vibraciones que se asoman a precipicios rocosos y plomizos pero asentado en armonías melódicas.
Un corte de inminente carácter alternativo como ‘Coma haircut’ hace que el quinteto de otra nueva vuelta de tuerca a su sonido. Ecos de los ochenta afloran en unas voces que flotan entre ritmos oscilantes y que miran de reojo un pasado más psicodélico e hipnótico. Sin duda un sonido moderno y creativo que parece no renunciar a nada.
‘Out the begining’ juega con los ritmos y con melodiosos pasajes que auguran una eclosión. Poco a poco el tema va tomando tintes más monumentales. Cambiando su fisonomía, el metal progresivo aparece entre melódicos estribillos, haciendo que la canción se vuelva más rugosa y punzante por momentos. Todo un espejismo que deja paso a momentos monumentales que acbaan en un final más propio de una banda post-metal.
OUR MAN IN THE BRONZE AGE son una banda capaz de cambiar el registro en cada canción sin renunciar a su esencia. ‘Two squares meala’ lo deja patente con su conjunción post-rock, alternativa progresiva. Una suave pero punzante instrumentación sirve de base a bellos y aterciopelados juegos vocales.
Este excelso trabajo pone su cierre con ‘She’, una canción en la que el piano clásico vuelve a retomar atmósferas progresivas en forma casi de balada. Suave, susurrante y reconfortante, el tema sirve de precioso epílogo a un trabajo monumental y lleno elementos sonoros.
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