Hace unos días recibía un mensaje de una seguidora de DenpaFuzz recomendándome el primer trabajo de una banda argentina llamada CHAMÁN. Con la bandeja de entrada saturada, tarde unos días en sumergirme en su escucha, pero wow!!, sin duda merecía la pena. ‘MALEZA’ es el debut de trio compuesto por Emanuel Fernandez (bajo y voz), David Dominguez (batería y derbake) y Hernán Andino (guitarra). Todo un trance chamánico que nos invita a un viaje meditativo a un estado sensorial liberador gracias a su apacible psicodelia. Un viaje iniciático de ese Chamán amamantado por los animales del desierto con la banda sonora de la psicodelia de los 60’s y que nos hace despertar de nuestro letargo. Temas que fluyen por bosques heavy-psych con un aura devocional para convertirse en furiosas cascadas de fuzz. Con canciones inspiradas en vivencias personales el trio de Mendoza nos invita a su particular ritual psicotrópico. Con un simple vistazo a la evocadora portada obra de David Dominguez, puedes intuir el contenido de sus seis largos temas. Sus pasajes devocionales se complementan con un excelso e hipnótico bajo y unos solos ácidos que siempre aparecen para hechizarnos con su mágica. Temas que flotan en una pausa reparadora por aguas más propias de Colour Haze ,para después sortear un torrente de sonidos pesados herederos de los 70’s en forma de una jam libre pero cohesionada con sabor a blues. Estamos ante un destacable debut de una nueva banda nacida en el prolífico Cono Sur, lo cual nos llena de satisfacción poder comprobar que esa escena a pesar de los tiempos que vivimos sigue gozando de muy buena salud. Enciende el incienso, baja la luz y déjate llevar…..
Con ‘MALEZA’ terminamos un año en el que hemos reseñado 213 álbumes/EP’s y esperamos que en 2021 podamos ofreceros alguno más. Desde DenpaFuzz os doy las gracias por todo el apoyo y cariño recibido.
‘Despierta’ me atrapa desde el primer instante con esa fantástica introducción en la que se produce un lento génesis lleno de magnetismo. Desde la pausa el tema late con pausa bajo un aura mística entre efluvios psicodélicos. Sus suaves acordes y los cantos devocionales cubren un desarrollo hacia un espacio de meditación con bellos pasajes. Con tonos trascendentales de los que emerge una voz mesiánica del chamán recitando sus proclamas, lo que le da ese tono litúrgico alejado de lo convencional. Todo un acierto que relaja los sentidos para hacernos participes de un trance místico y sanativo.
Tras esos diez minutos de éxtasis sensorial, ‘Ganesh’, otro tema de diez minutos incide en esa línea devocional en la que los acordes de guitarra nos aportan un estado de relajación y liberación mental. La guitarra soporta con cada nota un nuevo trance místico entre pausados platillos y ocasionales líneas de bajo lleno de magnetismo. Imagina a Colour Haze en su faceta más mágica y podrás apreciar de que estoy hablando. Los solos de guitarra se arremolinan creando una espiral psicotrópica que va engrosándose hacia un espacio heavy-psych de manual con coqueteos stoner. Entre efectos y distorsiones el vacío espiritual es adornado con solos rebosantes de acidez.
‘Poliforme’, el tema más corto de todo el álbum con sus seis minutos se recuesta en ritmos más propios de los 70’s sin perder su vocación psicodélica. Con un sonido más crudo y crujiente el tema se construye sobre un riff para trasladarnos décadas atrás entre genes blues y hard rock. Perdiendo ese espíritu devocional la aspereza de voces y riffs hace que el tema se aparte del estilo de los cortes precedentes. Difuso y contundente, el tema no pierde su cadencia rítmica en ningún momento. El fuzz se apodera del trio en este borroso tema.
Continuando con la experimentación, ‘Maleza’ el tema que da nombra al álbum, indaga en distintos sonidos psicodélicos que van desde el jazz con una línea de bajo inmensa hasta los dictados del rock más cósmico. Una especie de jam de casi 15 minutos que nos arrolla con su fuerza. Sus cadentes tambores y as pinceladas de riffs abrasivos se superponen entre la columna vertebral que supone el hipnótico bajo. Aquí los tonos místicos desaparecen casi por completo para sumirnos en una bacanal de riffs, efectos y desarrollos que revolotean sin definirse en un camino concreto. En un entorno misterioso y oscuro, van explorando sin pausa, insondables espacios entre emanaciones de alucinógenos que poco a poco van narcotizándonos.
‘Concreto’ arranca con ritmos infernales en ciertos tonos retro en una nueva espiral en la que los sonidos hard tiene un mayor protagonismo. Con una narrativa más misteriosa, se sumergen en un blues pesado al estilo de los pioneros argentinos de los 70’s. Un sonido grueso en el que vemos nuevamente brillar el trabajo del bajo entre tambores chispeantes y riffs mas pesados que dejan parecen dejar de lado la psicodelia. En realidad, se trata solo de un espejismo ya que el tema vuelve a sumergirnos en un espacio psicotrópico en el que los solos y los efectos campan a sus anchas. En la segunda parte del tema, su sonido ha mutado nítidamente al lugar en el que verdaderamente brillan más. Sin duda la psicodelia pesada es el escenario en el que mejor se mueve esta novel banda argentina.
Cerrando este sorprendente y magnífico trabajo, ‘¡Temazca!’ recupera las vibraciones psicodélicas por la senda más apacible y chamánica. Un nuevo mantra trascendental que nos arrolla entre apacibles pasajes y voces ceremoniales. El regreso del chamán recitando sus conjuros para liberar nuestra alma de malas vibraciones y ofrecernos el karma trascendental. dejándose llevar por una jam heavy-psych ortodoxa en la que todo va ondulando en una sucesión de ritmos que se aceleran y que frenan retomando los espacios de pausa con un buen trabajo técnico tanto en el bajo como en la guitarra. Una conjunción que resulta de lo mas efectiva y atrayente.