«COSMIC COMICS» es el nuevo trabajo de los finlandeses PERMANENT CLEAR LIGHT. Ha pasado un tiempo desde su debut en 2.014, pero está vuelta a la primera línea resulta de lo más sugerente. Fuertemente enraizados en la psicodelia pop de los 60’s, el trío nos ofrece un bello trabajo en el que las melodiosas voces con sabor a almibar flotan entre varias capas de sonido presididas por los sintetizadores y teclados. Una apuesta por la psicodelia que flirtea por momentos con elementos jazz y con los sonidos kosmiche de vocación kraut. El resultado es un caledoscopio colorista nacido de la psicodelia pop de hace décadas con una mística cautivadora. Sus temas se construyen sobre ornamentos barrocos y distintas influencias que van desde The Beatles, a Love, pasando por Moody blues o The Nice, lo cual no impide excursiones en las que vibraciones góticas intentan por rememorar la modernidad de finales del siglo pasado. Cada canción fluye sin prisa, y siempre tratando de ofrecer su lado más amable al oyente; a veces de forma introspectiva y otras más experimental, pero siempre de una manera sencilla y asequible. La dulzura puesta al servicio de una música jugando con el lado más sentimental de nuestros sentidos para proporcionarnos una sensación de bienestar y confort.
PERMANENT CLEAR LIGHT son: Markku Helin (guitarra solista, sintetizadores, y percusión), Arto Kakko (batería, bajo, guitarra, teclados y voces) y Matti Laitinen (voz solista, sintetizador y percusión). «COSMIC COMICS» está disponible vía Sulatron Records.
«This quiet smiling man» nos recibe con una pomposa introducción que recupera los ecos de la psicodelia pop de los 60’s. Un espacio casi barroco que crea un caleidoscopio sosegado qeu va modulandose con suavidad. Un sencillo y cautivador ritmo bajo una sutil atmósfera sinfónica es suficiente para arropar las acarameladas voces con sabor a miel. El tema da un pequeño giro para adentrarnos en un espacio en el que los aromas doorsianos aparecen con un sonido vintage que conjuga la psicodelia con desarrollos más clásicos.
Sin salirse de esos espacios mas propios de los 60’s, «Corneville Skyline», transita entre tonos campestres que afloran en ese viaje a la década dorada al que nos invitan los finlandeses. Con melodías más propias de The Beatles en modo floral. Un ritual acid-folk, sobre armonías propias de la psicodelia barroca. Una primera parte más melódica da paso a una atmósfera en la que el sabor del L.S.D. aparece entre en un tono orquestal que se va tornando más lisérgico e intoxicante sin perder sus delicadas texturas.
«Peasants and Peons» nos ofrece el pegajoso pop de confitería. Empalagosas melodías se combinan con una instrumentación mas experimental para crear una atmósfera neo-psicodélica que mantiene la mirada puesta en el pasado. En esta ocasión aparecen algunos elementos progresivos que me recuerdan por momentos a The Nice.
Sobre una estructura kraut kosmiche, «Maurice n’est pas la» nos muestra el lado más sideral con la banda embarcándose en una exploración espacial por apacibles entornos sonoros. Hipnóticos pasajes instrumentales que prescinden de las melodiosas voces flirtean con la electrónica en logrado ejercicio compositivo sobre cajas de ritmos y sintetizadores. Usando unas voces más propias de la corriente gótica con un ambiente entre litúrgico y robótico, retoman las melodías en una magnétical espiral modernista.
Si hay algo que hace a este trabajo interesante, es la facilidad para modular sus temas con distintas influencias. «Irish Murray», sin desdeñar los dictados de la psicodelia nos situa en un escenario más folk. Acordes acústicos nos sacan de los espacios interestelares para hacernos flotar entre algodonados pasajes que vuelven a beber de la fuente de los 60’s. Algún guiño a los californianos LOVE, preceden una incursión en un territorio algo más progresivo en el que el sinfonismo dota de un tono lánguido y gris a un bello tema.
«One In Five» sin abandonar esos sonidos psicodélicos llegados de los sesenta, se muestra con mas cuerpo. Un bello tema con pasajes ensoñadores, que se ornamentan con apacibles teclados y un organo envolvente. Un corte colorista que fluye con solvencia.
Dejandose llevar por tonos jazz «Salmiac» parece querer diferenciarse de alguna manera de los temas anteriores. Con unas armonías más elaboradas, el tema combina ese espíritu jazz con pasajes de neo-psicodelia entre efectos y sintetizadores. Todo un acierto que no hace sino enriquecer un logrado y bello trabajo, en esta ocasión con vibraciones más contemporáneas.
«Until The End Of Time» se gesta desde un órgano pastoral y melodiosas voces en lánguidos registros litúrgicos. Envolvente y místico el tema aporta paz y sosiego con su cuidados desarrollos instrumentales. Todo un bálsamo antiestrés con una belleza reconfortante que se viste casi de balada para susurrranos en una terapia reconfortante.
El álbum cierra con un corte más experimental. «The Rip» parece alimentarse de sustancias psicotrópicas para ofrecer una turbia combinación de melodías psico-pop y efectos. El tema se presenta como si estuviera inacabado, o sencillamente, los finlandeses se han querido tomar aquí alguna licencia para salir de la estructura de canción mostrada en el resto del álbum.
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