«MOS/FET», el debut del quinteto francés ORGÖNE, nos invita a un viaje al interior de un mundo sónico de misticismo lleno de dioses antiguos y paisajes sonoros tribales del espacio exterior. Escuchar «MOS/FET» es como abrir un viejo libro de ciencia ficción que mezcla la cultura pop de los 70, el antiguo Egipto, el panafricanismo y las exploraciones espaciales. Su peregrinación progresiva, rock espacial, vanguardista y pesado se combina a la perfección con la voz única de la cantante principal Olga Rostropovitch, toda una sacerdotisa que hace de perfecta maestra de ceremonias para este alocado ritual ocultista de ruido y psicotrópicos con ambientación exótica. Sus cuatro suites de 20 minutos cada una, brindan una inmersión completa de la que no escapará ileso. sonidos paranoides en una bacanal de ritmos con un motorik diabólico e hipnótico. No es demasiado frecuente encontrarte como debut de una banda un álbum doble, pero la amplia creatividad de estos chicos para crear temas orgánicos hace que estemos ante un álbum de 80 minutos de intensidad y de sensacionales para no dejarte indiferente. El sonido es fuerte, gordo, pesado, distorsionado, agresivo, atmosférico, hechizante, todo al mismo tiempo y con un único objetivo de embarcarnos en una odisea a un particular mundo en el que todo puede suceder. Un mundo saturado, con ritmos retorcidos, melodías espaciales y sus encantamientos vocales para una interpretación explosiva que coquetea con lo perturbador y lo prohibido, pero siempre con humor. Orgöne desarrolla un universo atípico y onírico que se siente tanto en los textos como en la música.
‘MOS/FET’ fue grabado en Blue Anvil Sound por Justin Nicquevert, mezclado por Tom Penaguin y masterizado por Nicolas Moreau y Pierre Le Gac en Le Garage Hermétique, y está disponible vía Heavy Psych Sounds.
ORGÖNE son: Allan Barbarian (batería y percusiones, coros), Nick Le Cave (bajo, coros) Tom Angelo (órgano eléctrico, sintetizadores, pianet, mandolina, clarinete, grabadora) y Marlen Stahl (guitarra, violonchelo, violín, coros).
En 2015 se conocieron Nick Le Cave (bajo) y Marlen Stahl (guitarra), veteranos de numerosas bandas francesas de Indie-Rock, Free Rock y Rock In Opposition/Avant-Garde. Junto con Mat La Rossa a la batería, decidieron crear una banda de rock «back to basics», en su ciudad natal de Rennes (Bretaña). Esto llevó al nacimiento de ORGÖNE Luego, en 2018, la partida de Mat La Rossa, que no estaba de acuerdo con la idea de pistas largas y épicas, condujo a un cambio radical pero natural. Con la llegada de Allan Barbarian en la batería y Tom Angelo en los teclados (ambos también están tocando con la banda de stoner DJIIN), la banda volvió casi a cero y luego pudo concentrarse en largas «Suites», con movimientos, en una forma de rock progresivo, permitiendo que la banda mezcle elementos de sonidos tribales, árabes, ritmos motorik, pared de sonido del espacio orgánico y mucho más, de una manera muy específica. «MOS/FET», Con la llegada de la salvaje franco-polaca Olga Rostropovitch en la voz principal, comenzaron a experimentar y explorar muchos territorios, mezclando rock estoogiano, noise-rock, pistas «motorik» de krautrock, largas improvisciones. Esos experimentos condujeron a un sonido específico contaminado cada vez más con texturas psicodélicas, rock espacial y elementos noise, con indicios progresivos.
Tras el inquietante acto inicial lleno de teatralidad, «Erstes ritual» se sumerge en una locura de ritmos en tonos arábigos con un cierto aire aturdidor. Una voz con una cierta vocación punk se modula cual cantante de cabaret en un túnel que va ganando oscuridad en su avance. Espacios tenebrosos con gran épica cinematográfica que sin prisa se van adentrando en territorios más psicotrópicos. El sonido del inquietante órgano pastoral tras las nebulosas acaban por construir un vodevil lúgubre y sombrío. Una escenificación que tras varios actos en su trama concluye siendo seducida por poderosos riffs psycho-doom, tras veinte minutos de intensidad sonora. Un extraño pero absorbente corte.
Tras cerrar ese primer acto la pulsante y gruesa línea de bajo entra en batalla con guitarra y órgano en «Requiem For A Dead Cosmonaut». un tema con sonido alternativo pero lleno de pesadez. Turbio, sideral, y aturdidor. Todo un frenesí para entrar con fuerza en el segundo acto con el motorik a su máxima potencia.
Tras una apertura inquietante y llena de tensión, «Soviet Hot Dog (Le Tombeau de Laika)» se muestra con un aspecto misteriosos bajo su aura psicodélica para convertirse en un tema tormentoso y paranoide. La esquizofrenia de su perturbador sonido culmina con histriónicos riffs stoner-doom bajo desgarradores lamentos rebosantes de teatralidad.
La psicodelia psicotrópica es la seña de identidad de «East song». Bajo narcóticas atmósferas construidas con un cadente ritmo y aura de misterio, caminan lentamente hasta la encrucijada experimental en la que desarrollan un sonido que me rememora a Curved Air en una versión psicótica.
El tercer acto explora territorios desérticos. «Ägyptology» un enigmático nombre que nos indica el camino que tomarán los italianos en esta ocasión. Un desierto sin cactus pero con palmeras en el horizonte y las tumbas de los ancestros como un reto por descifrar. Una tortuoso camino lleno de obstáculos que se salpica con fuzz narcótico. Una exploración que se interna lentamente en territorio hostil como refleja su sinfonía. «Mothership Egypt» Adentrándose en la segunda parte en un tortuoso terreno en los que los gruesos riffs lo enturbian todo. Entre platillos rituales y con la sensación de haber traspasado un umbral, las armonías mediterráneas ponen banda una banda sonora que venera la luz en la noche.
Los tambores y ritmos tribales de «Rhyme Of The Ancient Astronaut» nos invitan a una orgía de vibraciones y sonidos. El cálido y pulsante bajo pone la calma con momentos mas pausados arropado por mil efectos.
Cerrando el círculo, «Astral Fancy» es otro tema de casi veinte minutos, que como en el primer acto, sirve para dejarse llevar por ritmos tribales con olor a secta en un ritual ocultista con ritmos kraut. Un ceremonial entre aromas arábigos que va adoptando tintes espaciales. Otro espacio para desarrollar sonido paranoides llenos de hipnotismo como fórmula para alienarnos. Una jam avant-garde que juguetea con las formas y sonido hasta la lucra final.